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Mestizaje es el encuentro biológico y cultural de etnias diferentes, en el que éstas se mezclan, dando
nacimiento a nuevas etnias y nuevos fenotipos. Se utiliza con frecuencia este término para describir el
proceso histórico sucedido en Iberoamérica que la llevó a su estado racial y cultural actual. Sin embargo,
puede también referirse a otros pueblos que hayan atravesado un proceso de encuentro entre varias
etnias, en lugares como Filipinas, Sudáfrica o Estados Unidos.
La presencia de España en América estuvo antecedida por la coyuntura europea de la apertura hacia una
economía mercantil y la fortaleza de los grandes banqueros de la naciente burguesía. Este proceso
coincidió con la reconquista cristiana de la península ibérica sobre los territorios ocupados por los árabes
durante siete siglos.
Este proceso ha sido definido como uno de transculturación, que ha definido la identidad
latinoamericana. El proceso de mestizaje en América Latina se originó con la llegada de los europeos al
continente y subsecuentemente de los esclavos africanos que vinieron con ellos. En este encuentro de
culturas surgieron varios tipos de mestizos:
Enredo y negación La tercera etapa del desarrollo de la identidad mestiza es la etapa del enredo y la
negación. El individuo se siente confuso y culpable como resultado de sentirse obligado a elegir una
cultura dominante y negar la otra cultura. La persona mestiza puede sentirse desleal a los padres de
la cultura no dominante y desarrollar sentimientos de ira, odio a sí mismo y vergüenza. La persona
mestiza debe resolver estos sentimientos e ir más allá de esta etapa de desarrollo.
Con la llegada del Renacimiento surgió en Europa una nueva mentalidad que propició el afán de explorar
nuevos territorios y descubrir zonas hasta aquel momento desconocidas. Los viajes de Marco Polo, a
finales del siglo XIII estimularon esta curiosidad.
Si bien los actos de fe podrían considerarse como elementos de revalidación ante una política de
negación cultural (sincretismo cultural negativo) no es sino hasta principios del siglo XX que el pueblo
latinoamericano logra solidificar, madurar una teoría relativa al mestizaje cultural. A través de las obras
de los creadores modernos se notaba también la tensión entre las prácticas colonialistas de las élites
locales frente a los elementos silenciados de los pueblos. Rubén Darío habría marcado una huella
profunda entre la forma de entender las relaciones artísticas entre Europa y Latinoamérica. Su original
mezcla de elementos propios del mestizaje hispano-indígena y su atención a las vanguardias (en una
sociedad costumbrista y conservadora) puso un antes y un después en la forma de escribir y pensar en el
nuevo mundo y fue la base para el surgimiento posterior de creadores de la talla de Octavio Paz, Pablo
Neruda, Gabriela Mistral, Ernesto Cardenal, Alejo Carpentier o Mario Benedetti.
El mestizaje durante la colonia, surgió por la mezcla racial y cultural de los pueblos originarios y los grupos
que llegaron con la conquista y personas que fueron traidas de África como esclavos para los trabajos
más rudos y todavía más, quienes llegaron deslumbrados por la posibilidad de enriquecerse al participar
en la explotación del "nuevo mundo"
Se entiende por proceso de Aculturación al proceso cultural que se inicia cuando dos o más culturas
entran en contacto hostil o amistoso, conviviendo durante largo tiempo en un mismo territorio. Como
consecuencia de esta larga convivencia territorial, surge una nueva cultura que tiene elementos
culturales de aquellas culturas que le dieron origen.
Los movimientos sociales en América Latina son amplios y diversos. En la actualidad asistimos a un
florecimiento de múltiples movimientos sociales con diversas características, desde los movimientos que
demandan autonomía en Canadá, Gran Bretaña o Francia hasta los esfuerzos de muchos movimientos
sociales que reclaman una sociedad multicultural. Estos movimientos sociales emergen bajo una variedad
de contextos y se suceden en regímenes democráticos o autoritarios y en estados federales o
centralizados. Mi perspectiva presta especial importancia a los movimientos sociales conformados por los
sectores que se encuentran más oprimidos, excluidos y marginados de las sociedades,
fundamentalmente considera relevante a los movimientos indígenas que emergen y se desarrollan en los
países latinoamericanos en tanto constituyen alternativas innovadoras a las problemáticas y los debates
actuales.