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TEMA 3.

La cuestión metodológica: La codificación del Derecho Internacional privado y sus principios rectores. La
teoría de la norma de Derecho Internacional Privado, su estructura y clases. Elementos de la norma. Análisis
especial de los factores de conexión: clasificación y diversos tipos de conexión. Problemas propios del factor
de conexión.

En todo sistema legislativo se encuentran las normas de Derecho Internacional Privado


comprendidas dentro de las leyes de derecho material, pero, dentro de éstas, ellas se diferencian por
sus especiales características de conexión, factor que falta en las normas de derecho material. Las
normas de este derecho versan sobre relaciones jurídicas internacionales de carácter privado, siendo
agentes y sujetos de esas relaciones las personas, los bienes y los actos; cuando las normas se
refieren al individuo, sea con motivo de actos que tienen que ver con la persona misma o las cosas o
conductas con ocasión de esa persona, la norma respectiva es de carácter privado; cuando la norma
se refiere a bienes, esas disposiciones basadas en un territorialismo absoluto son de orden público; y
cuando, por último, la norma se refiere a actos, esas normas son regidas por la ley local o territorial,
pero no pueden tener efecto extraterritorial sino cuando no colidan con disposiciones de orden público
de los Estados donde se pretende reclamar los efectos jurídicos de tales actos. Por otra parte, ciertas
normas pertenecientes a un derecho especial dentro del Derecho Internacional Privado tienen las
características propias de ese derecho, ya que las normas de Derecho Internacional Privado no son
todas uniformes en los distintos sistemas legislativos, lo cual lleva en la práctica a una serie de
divergencias que pueden versar sobre el contenido de las normas mismas, contenido éste que
plantea un problema de calificaciones. Las divergencias pueden ocurrir también por los Factores de
Conexión que son distintos en las normas de los diferentes sistemas legislativos, estas divergencias
se manifiestan a veces dentro de Estados que tienen una misma tradición jurídica.
Estructura de la Norma de Conflicto
La norma de Derecho Internacional Privado es de una estructura formal, es decir, se opone a
la norma de derecho material, que sí da la solución al problema planteado en una forma directa, ya
que la consecuencia jurídica indica lo que debe aplicarse a la relación de derecho planteada, por eso
se ha llamado a la norma de Derecho Internacional Privado, indirecta, porque en razón del factor de
conexión que contiene, soluciona el problema jurídico indirectamente. Igualmente se ha llamado a
esta norma distributiva en razón de que por su característica especial distribuye competencia, pues
siempre está referida a un conflicto de leyes, caso éste en el cual no se encuentra la norma de
derecho material, la cual es siempre dispositiva.
Factores de Conexión
La consecuencia jurídica de la norma determina el derecho aplicable, esta característica
propia de dicha consecuencia jurídica es una conexión y el elemento integrante es lo que
comúnmente se llama Factor de Conexión. Si la norma de colisión conlleva dentro de su
consecuencia jurídica un factor de conexión que declara aplicable el derecho del Domicilio, o la
legislación libremente escogida por las partes para regimentar su contrato, sin embargo, está también
el hecho de que se ordene aplicar la ley personal del extranjero para determinar su estado o
capacidad, en estos últimos supuestos el factor de conexión será la Nacionalidad o el Domicilio
(Artículos 19 al 27. LDIP). Existen cinco factores de conexión atendiendo al hecho de que la relación
jurídica verse sobre las personas, los bienes o un acto jurídico cualquiera; de allí que los factores de
conexión sean: 1) Referidos a la Persona (Nacionalidad y Domicilio); 2) Referidos a los Bienes
(Ubicación y Distinción entre Muebles e Inmuebles); 3) Referentes a los Actos (Forma Externa de los
Mismos); 4) Referentes a los Contratos (Principio de la Autonomía de la Voluntad). Otra división de
los factores de conexión, puede establecerse haciéndola basar en el carácter que ofrece la conexión:
1) Acumulativa:
A) Igual: Cuando el factor de conexión, conecta con varios ordenamientos jurídicos, los cuales dan
cada uno de ellos una solución independiente, por lo cual sólo el acuerdo de dichos ordenamientos
permite una solución definitiva.
B) Desigual: Cuando se aplica un solo derecho a la cuestión planteada, pero complementado por otro
que regula la calidad de máximo o mínimo al primer derecho.
2) No Acumulativa:
A) Simple: Cuando la norma de conexión indica de una vez el derecho aplicable, cerrando así la
posibilidad de aplicar otra que podía ser competente.
B) Condicional: Cuando, a diferencia de la anterior, da competencia a otras legislaciones, pero en
forma subsidiaria o alternativa.
Los diversos conflictos que plantean los factores de conexión han generado la formación de
determinado número de reglas de Derecho Internacional Privado. Estas reglas son la consagración
de ciertos principios generales de dicho derecho, los cuales son producto de elaboración jurídica
dejada por las Escuelas estatutarias de algunos preceptos jurídicos de carácter consuetudinario y de
la formación de un derecho inter - estatal que se ha venido acentuando como consecuencia de la
existencia en estos últimos tiempos de una comunidad jurídicamente organizada: 1) En principio el
estado y capacidad de las personas se determina por la ley personal del individuo, esta es la regla de
la personalidad de la ley, basada en la nacionalidad o el domicilio; 2) La ley competente de los bienes
muebles e inmuebles se determina por la ubicación de dichos bienes, o sea, que corresponde a la
regla lex rei sitae, porque allí es donde se encuentra la sede de la relación jurídica; 3) Las
formalidades de un acto jurídico se rigen en principio por la ley local donde se realizó, formulamos de
la misma manera otra regla, esta es, la locus regit actum; y, 4) En casos contractuales las partes
tienen una gran amplitud en la escogencia de la ley que deba regir el contrato. Esto en razón de que
esa clase de negociación está regida por normas voluntarias y, por lo tanto, se aplica la regla que
reconoce el imperio de la autonomía de la voluntad.

TEMA 4.

Aplicación del derecho extranjero, la forma de aplicación: el derecho extranjero como derecho
y el derecho extranjero como hecho. Los sistemas jurídicos complejos. Los problemas inter
temporales

Corresponde al Derecho Internacional Privado, en un sentido estricto, determinar cuándo, por


qué y cómo deben aplicarse las Leyes extranjeras; se trata de preguntas de índole distinta, una de
naturaleza sustantiva, otra de carácter procesal, y a pesar de que pueden resolverse de manera
independiente, la experiencia demuestra un estrecho vínculo en el tratamiento y solución de cada una
de ellas. Al abordar esta delicada como relevante cuestión, el juzgador en la búsqueda de soluciones
en materia de litigios internacionales, se encuentra ante diversas doctrinas, tesis, que procuran darle
respuesta en materia de la naturaleza del derecho extranjero y su tratamiento procesal; así se
distinguen dos aspectos fundamentales, uno de carácter sustantivo y otro procesal, a saber: 1) La
naturaleza o la calidad del derecho extranjero, esto es, saber si el mismo es un derecho o si por el
contrario tiene naturaleza fáctica, es decir si es un hecho. Las primeras son las denominadas teorías
normativistas, jurídicas, y las segundas, las realistas, vitalistas; 2) El tratamiento procesal que merece
el derecho extranjero, si corresponde su aplicación de oficio o si solamente debe ser judicialmente
aplicado cuando ha sido alegado y debidamente probado por las partes. Según la posición de von
Savigny, acerca de que el derecho extranjero es derecho y extranjero, el llamado formulado por la
norma del conflicto del juez está dirigido al orden jurídico extranjero, en cuanto conjunto de normas.
La remisión, el envío es de carácter normativo, dicho en términos sencillos, es de derecho a derecho,
del derecho nacional al derecho extranjero. Respecto del tratamiento procesal merecido por la Ley
extranjera, consecuentemente se impone la aplicación de oficio, ello sin perjuicio, que las partes
aleguen y prueben la existencia, texto y vigencia del derecho extranjero invocado para asistir, y
cooperar con la función judicial. La doctrina de este autor, sostiene que: “En el estado actual de las
relaciones internacionales ninguna parte de la legislación de los Estados de mayor cultura pasa
desapercibida, y fácil es conocerla o procurarse los medios para conseguirlo por las publicaciones
periódicas que las autoridades respectivas se encargan de efectuar”.
De lo anteriormente expuesto, se puede decir que el juez puede no conocer la Ley que se
invoca o que necesita aplicar en la resolución, pero los medios de efectuarlo están a su alcance, ya
por esfuerzo propio, o por imposición a los litigantes, por cuanto, este nada crea; sino que la Ley ya
está formada, y llena cumplidamente su oficio aplicándola, puesto que por voluntad del legislador,
expresa o tácitamente manifestada, procede así. Se observa entonces, que el problema de la fuerza
obligatoria de la Ley extranjera, se halla vinculado íntimamente con el fundamento del Derecho
Internacional Privado. Si se admite el fundamento de la comitas gentium, la conclusión que se impone
es que para los jueces las Leyes extranjeras no tienen la misma fuerza obligatoria que las nacionales
y que ellos no están en el deber de aplicarlas, dado que la aplicación de la Ley extranjera es un acto
de mera concesión graciosa. Si se admite el fundamento contemporáneo del Derecho Internacional
Privado, fundamento eminentemente jurídico, no influye para nada el carácter nacional o extranjero
de la Ley aplicable, debiendo aplicar los jueces el derecho impuesto por la naturaleza de la relación
jurídica de que se trata. Desde otra perspectiva ciertamente distinta, se ha pretendido demostrar la
inexistencia de vínculo alguno entre el fundamento del Derecho Internacional Privado y el tratamiento
de la Ley extranjera en el proceso; apareciendo en el elenco doctrinario la teoría del uso jurídico, que
se ubica, en una posición intermedia entre las llamadas teorías normativistas y las teorías vitalistas,
en la cual si se declara aplicable a una controversia un derecho extranjero, hay que darle el mismo
tratamiento de fondo que con máximo grado asequible de probabilidad le daría el juez del país cuyo
derecho ha sido declarado aplicable. Asimismo, en apoyo de esta orientación se dice que una de las
más importantes contribuciones de la teoría del uso jurídico, es haber separado con rigor el problema
de la naturaleza del objeto de referencia de la norma indirecta de importación, del tratamiento de este
objeto en el proceso.
Norma interpretada por ciencia y jurisprudencia; aun en el último caso representa la norma
una entidad jurídica y no de hecho. En cuanto al objeto de referencia se opone a la teoría jurídica la
del uso jurídico extranjero; en efecto, se considera como contrario al Derecho Internacional Público
que un país intente crear derecho de otro país. Al contrario, no hay objeción de que la norma indica el
uso jurídico extranjero, es decir ordenando al juez indígena decidir el pleito tal como si lo resolviera en
el país de origen de la norma, indicando, por lo tanto, un hecho y no derecho, por exigir del juez la
verificación de un juicio de probabilidad y no la aplicación de normas jurídicas. En este sentido, se
puede señalar que hay que delimitar la teoría del uso jurídico extranjero de doctrinas aparentemente
emparentadas, empero en el fondo disímil, ello ocurre para empezar con la oposición innegable entre
quienes conciben el objeto referido por la norma del Derecho Internacional Privado como el derecho
extranjero y quienes estiman que es el uso jurídico extranjero, y ello es así, aunque los partidarios de
la primera doctrina no se contentan con identificar derecho extranjero con norma extranjera sino que
encuadran en este término la
De conformidad con el Artículo 2 de la Ley de Derecho Internacional Privado, "el Derecho
extranjero que resulte competente se aplicará de acuerdo con los principios que rijan en el país
extranjero respectivo, y de manera que se realicen los objetivos perseguidos por las normas
venezolanas de conflicto". Puede apreciarse claramente en este texto, que el legislador venezolano
supera la inveterada discusión sobre la naturaleza del derecho extranjero, y admite la tesis "jurídica",
según la cual el derecho extranjero es derecho auténtico y como tal no puede ser asimilado a una
cuestión de hecho; la circunstancia de su extranjería no le quita su esencia normativa ni su existencia
formal y el tratamiento procesal de este derecho, supone que se le coloque en pie de igualdad con el
derecho nacional, porque respecto de ambos, se tratará de la aplicación de un quid iuris. Es
importante destacar que la norma antes transcrita, es la primera vez que se establece en la
legislación interna; hasta ahora, el norte en esta materia venía dado por las pertinentes disposiciones
del Código Bustamante y la Convención Interamericana Sobre Normas Generales de Derecho
Internacional Privado. La fórmula del artículo bajo examen constituye el punto culminante del
desarrollo de la doctrina venezolana especializada, mediante la cual se expresa que asegurada la
aplicación de la Ley extranjera, la obligación de los jueces consiste en investigarla y respetarla de la
misma manera como lo haría con la Ley nacional, además de cuidar la interpretación que de aquella
se hiciera, para que sea en un todo correcta. Al regular el tratamiento del derecho extranjero, el
legislador adopta la solución idónea y actual en esta materia, y por ella se obliga al Juez a aplicar el
derecho extranjero, de la misma manera como lo aplicaría el juez del Estado de donde provenga el
sector jurídico aplicable. Advierte, sin embargo, el legislador que en esta función se deben alcanzar
los objetivos perseguidos por nuestras normas de conflicto, procurándose la solución equitativa del
caso concreto. Para resolver los problemas de conflicto en el marco de la justicia material, no le
bastará al juez aplicar la Ley extranjera, sino aplicarla correctamente de acuerdo con el sentido y
alcance que le den los jueces del país respectivo y teniendo presente los principios del derecho
internacional privado venezolano. A la luz del Artículo 2 de la Ley de Derecho Internacional Privado,
resulta inadmisible cualquier tipo de interpretación que aluda a una supuesta inferioridad del derecho
extranjero respecto del derecho venezolano, sino que hay que aplicar la norma extranjera tal como se
aplicaría por sus propios tribunales. Esta solución, se fundamenta en el deber de aplicar
correctamente la Ley extranjera, pues no tiene sentido que el legislador ordene regular la controversia
por el derecho extranjero, permita su aplicación en una forma distinta de aquella en la cual se
encuentra vigente en el país en cuestión; este principio representa la única posibilidad para los jueces
de diferentes Estados, cuando aplican derecho extranjero, de obtener la misma solución y garantizar
de esta manera la armonía internacional de soluciones, postulado axiológico del Derecho
Internacional Privado.
La solución asumida, conduce a otras soluciones contempladas en otras disposiciones de la
misma Ley, tales como: La aplicación de oficio del derecho extranjero, y la revisión en instancia y
casación de las sentencias que las partes consideren injustas o viciadas, a esto atienden las
previsiones de los Artículos 60 y 61. Ejusdem, que forman parte del capítulo de la Ley relativo al
procedimiento, y en los cuales están comprendidos todos los Recursos, Ordinarios y Extraordinarios,
permitidos en la Ley del lugar del juicio, con particular referencia al Recurso de Casación que
procede, en los casos de Derecho Internacional Privado, en cualquiera de los siguientes supuestos:
1) Cuando el juez aplica derecho extranjero, siendo que le está expresamente ordenado aplicar
derecho nacional (indebida aplicación); 2) Cuando la sentencia se funda en la Ley nacional y debió
fundarse en la Ley extranjera (falta de aplicación); 3) Cuando la Ley extranjera no se ha interpretado
correctamente por la contravención u omisión de los principios pertinentes del Estado a que
pertenece la Ley aplicada (errónea interpretación). Cabe recordar, que estos supuestos de
procedencia del Recurso de Casación se encuentran previstos en el Artículo 412 del Código
Bustamante, que conserva su vigencia; desde luego, que la procedencia del recurso como lo expresa
el Código Bustamante está supeditada a los requisitos para ello establecidos en el ordenamiento
procesal venezolano. En líneas generales, las disposiciones de los Artículos 60 y 61 de la Ley de
Derecho Internacional Privado, constituyen los efectos procesales de lo estatuido en el Artículo 2 de
la misma Ley, que es la conceptuación del tratamiento del derecho extranjero en orden a su
aplicación a los casos concretos. Es importante destacar, que la Ley de Derecho Internacional
Privado surge en un proceso de sintonía con la nueva fase de la codificación interamericana
desarrollada en las Conferencias Especializadas de Derecho Internacional Privado; cabe, asimismo,
señalar que en algunas materias, los preceptos de esta Ley complementan o superan las fórmulas
multilaterales, al exigir expresamente que "se realicen los objetivos perseguidos por las normas
venezolanas de conflictos"; es decir, que va más allá, en el sentido de que facilita a los jueces, los
criterios para la correcta aplicación del derecho extranjero en el propósito vinculante de lograr la
justicia material del caso. Al comentar este artículo, De Maekelt (S/F), aporta un criterio que resulta
particularmente válido para la inteligencia del Artículo 2 de la Ley de Derecho Internacional Privado,
en estos términos:
(…) La fórmula de aplicación del derecho extranjero establecida tal como lo
harían los jueces del Estado cuyo derecho resultare aplicable, permite
considerar que, además del texto, el juez del foro debe tener presente
todos aquellos elementos que serían empleados por el juez cuyo derecho
se trata de aplicar. La interpretación de la norma jurídica extranjera, por
tanto, debe realizarse en el contexto del sistema jurídico al cual pertenece
(…).
Hay que destacar finalmente, que lo dispuesto contribuye a la unificación normativa
hemisférica de esta disciplina jurídica; y que las fórmulas empleadas, particularmente la referida al
derecho extranjero, dotan a la norma bajo examen de la flexibilidad necesaria para alcanzar la justicia
y la equidad en los casos concretos. De manera que, cuando se emparente la norma legal con la
norma convencional, los valores de justicia y equidad comprometidos en el tratamiento y aplicación
del derecho extranjero, aparecen como postulados comunes a ambos instrumentos normativos y a
ellos debe sujetarse la misión del juez cuando, frente a un problema de derecho internacional privado,
deba aplicar derecho extranjero.
TEMA 6.

Evolución del Derecho Internacional Privado. Sistemas de la personalidad y de la territorialidad del derecho.
Los glosadores. Los primeros estatutarios. El pos glosador. Las escuelas estatutarias: francesa del siglo XVI;
flamenco holandesa del siglo XVIILa escuela alemana de Federico C. Von Savigny. La escuela italiana de
Pascual S. Mancini. El sistema angloamericano y su evolución; características generales de la doctrina de
Joseph Story; el interest analisys de Currie y la lex fori theory de Ehrenzwei

El Derecho Internacional Privado aparece cuando se presentan problemas de personalidad y


territorialidad de las leyes, en la antigüedad se daban casos iusprivatista con elementos extranjeros;
en el derecho griego, pese a la igualdad fundamental, existían discrepancias de carácter secundario,
las ciudades griegas celebran convenios entre sí que determinaban los jueces competentes para
litigios entre ciudadanos de diferentes ciudades. En la época Helenística se abandona esta
posibilidad, cada grupo de población es juzgado por sus propios tribunales, en base a sus propios
derechos; si bien muchos autores consideran al Ius Gentium romano como antecedente del Derecho
Internacional Privado, éste no era un derecho supranacional sino un derecho romano aplicable a los
extranjeros. En la Edad Media, el norte de la actual Italia estaba ocupada por pequeños estados con
legislación propia (estatutos) y diferente de la ley del Imperio Romano, relacionados entre sí en virtud
principalmente del comercio, y que en sus relaciones, muchas veces entraban en conflicto siendo
dudoso cual estatuto era el aplicable al caso; en este sentido, se dieron dos soluciones: La primera
proponía que se aplicare el estatuto del lugar donde había ocurrido el conflicto, aplicando la
territorialidad de la ley, y la segunda exigía la aplicación del estatuto más justo (equitativo) para el
caso concreto.
Los Glosadores
Después de la invasión de los bárbaros el mundo de occidente se encontró dividido en dos
porciones: los Ostrogodos en Italia y los Borgoñeses al este de esta región; los bárbaros respetaron
la ley de los vencidos y fue lo que vino a constituir el sistema de la Personalidad del Derecho,
promulgándose posteriormente cuerpos de leyes escritas sobre las bases de costumbres
bárbaras. Los glosadores eran juristas de la época que se encargaban de glosar al Corpus Iuris
Civilis, buscándole sentido a los textos, comentándolos o añadiéndoles notas marginales y sobre todo
adecuando los principios del Derecho Romano a las exigencias de los estatutos o costumbres
locales, y en este sentido, emitieron la aplicación del derecho fuera de su propio territorio. El más
insigne de todos los glosadores fue Acursio, quien compone su célebre glosa "Cunctos Populos", la
cual trata de los límites espaciales del derecho, añadiendo el principio de extraterritorialidad. En
realidad, se refería a que la religión católica sería oficial para todos los pueblos del imperio, ya que
según esta glosa se decía que si un boloñés se trasladara a Módena no deberá ser juzgado por los
estatutos de Módena, por cuanto en una entidad política, la Ley sola se aplica a sus súbditos y por
ello la ley de Módena no se aplica al boloñés, tampoco se dice que se debe aplicar el derecho
boloñés, pero ha sido interpretado así, descartando las otras dos posibilidades: declaración de
incompetencia o aplicación del derecho romano subsidiario. Para la época de su muerte, Acursio
compuso su "Glosa Grande", en la cual reunía junto con las suyas todas las que habían laborado sus
antecesores.
Los Estatutarios
A partir del siglo XIII comienza a desarrollarse una nueva teoría sobre el problema de la
personalidad y territorialidad de las leyes, es decir, una teoría que trata de darle solución a los
problemas que se suscitan entre la aplicación del Derecho romano, por una parte, y los estatutos o
costumbre locales, por la otra. A través de esta nueva concepción del derecho, la Escuela jurídica
subsiguiente (Los Postglosadores), trata de resolver los conflictos que se suscitaban entre los dos
estatutos, el territorial, que imponía el señor feudal, y el personal, o sea, el que reclamaba el individuo
como aplicable de acuerdo con la costumbre ya establecida de la ley personal que le correspondiese,
bien fuese por pertenecer notoriamente a un grupo o nacionalidad determinada o bien por simple
elección del interesado. Dumoulin demostró que en materia de contrato debía privar la libre voluntad
de los contratantes, en cuyo caso la ley obraba en su carácter supletorio así como en materia de
comunidad de bienes entre los esposos, que era un régimen convencional tácito, y, por lo tanto,
sometido al principio de la autonomía de la voluntad, en este principio de Dumoulin va a abrirse paso
posteriormente y a regir contemporáneamente toda la materia contractual en la esfera del derecho
actual.
Los Postglosadores
Esta Escuela tuvo como principal representante a Bartolo de Sassoferrato; y tuvo además por
características principales, el hecho de ser esencialmente romanista, es decir, que la base de todas
las soluciones jurídicas radicaban en el Derecho Romano, al cual glosaba, comentaban o
interpretaban, adaptándolo a las exigencias de las nuevas realidades sociales. Los postglosadores
eran fundamentalmente analíticos e inductivos, no establecían reglas generales para solucionar los
diversos problemas estatutarios que podían presentarse, sino que analizaban cada caso en forma
individual, dividiendo y distinguiendo siempre hasta llevar a la materia analizada a su mínima
expresión, lo fundamental en el pensamiento de Sassoferrato fue la distinción por él establecida en
cuanto al contenido favorable o desfavorable de los estatutos. En lo que se refiere a la cuestión
delictual, distinguió si se trataba de un delito de derecho común o no, en el primer caso consideraba
como la ley competente la local; en el segundo, distinguía en cuanto a la duración que hubiese estado
la persona en ese territorio, estadía ésta que presumía en proporción al conocimiento que debía tener
del estatuto. En cuanto a los bienes, consagró el principio de la ubicación, es decir, el estatuto
territorial; para la forma de los actos declaró competente la ley del lugar y para el procedimiento
distinguió entre las reglas del procedimiento y las del fondo.

Las Escuelas Estatutarias


1) Escuelas Francesas:
1.1) Escuela Francesa del Siglo XVI (D'Argentre): Esta época se caracteriza por el
surgimiento de los Estados modernos, con luchas internas contra el régimen feudal y
externas contra la fuerza del imperio y la ideología unificadora de la Iglesia Católica, lo
más característico de la escuela es la lucha entre Dumoulin, que trata de extender a
toda Francia el Estatuto de Paris, y Bertrand d’Argentre, noble de Bretaña que
combatía la absorción de esta provincia (Bretaña por Francia), proclamando para ello,
la estricta territorialidad del derecho y sus costumbres. De acuerdo con lo enseñado
por D'Argentré, los estatutos se dividían en reales o personales, siendo reales cuando
se referían a una cosa y lo eran personales cuando tenían relación con la
persona. Además de esta clasificación, el segundo principio de esta Escuela fue la
prevalencia de los estatutos territoriales sobre los personales, pues ellos eran en
principio, territoriales y, excepcionalmente, personales.
1.2) Escuela Francesa del Siglo XVIII (Los Juristas Progresistas): En este siglo se
encargaron de dar a conocer las ideas D'Argentré, la base de sus discusiones fueron
las ideas de éste pero llegando a conclusiones distintas, pues se sostuvieron en forma
casi general el principio de la personalidad de los estatutos, en contradicción con el de
la territorialidad que predominaba en la Escuela anterior, lo que les llevó a formar una
Escuela distinta; por esta circunstancia y la independencia de criterios con que
examinaron diversos puntos planteados, fueron considerados juristas progresistas de
la Escuela francesa del Siglo XVIII. Dentro de sus exponentes se tiene a Frolan, que
sostenía que "la persona era la más noble y debía imperar sobre los bienes, que no
estaban hechos más que para ella"; por su parte Boullenois, dividió a los estatutos en
reales y personales, subdividiendo a los personales en universales y particulares y
estos últimos en puros y reales, ya que para este autor eran estatutos personales
universales aquellas normas como las referentes a la mayoría de edad y a la
emancipación que tenían efecto extraterritorial por el carácter universal que poseían;
no así ciertas normas como la de testar, a la que consideraba territorial por el carácter
particular con que estaba revestida, e igualmente no le concedía validez a la existencia
del estatuto mixto. Bouhier, por último, fue la figura más representativa, realizó
observaciones brillantes al estudio del conflicto de leyes y se pronunció por la
supremacía del estatuto personal en caso de que existieran dudas sobre el real, pues
estimó al hombre superior a los bienes; de igual modo con el propósito de asegurar el
efecto extraterritorial del estatuto mixto, es decir, el relativo a la forma externa de los
actos, lo consideró como personal.
2) Escuela Flamenco Holandesa: Lleva el chauvinismo jurídico a su máxima
expresión, debido al vehemente deseo de independencia política nacida a causa de la
larga ocupación extranjera, esta Escuela se caracteriza entonces por una arraigada
propensión a la territorialidad de la ley, muy de acuerdo con las tendencias medievales
del pueblo holandés, hasta el punto de defender y hacer descansar la aplicación del
estatuto personal en consideraciones extrajurídicas. En este sentido, Burgundus
proclama la territorialidad de las leyes excepto las referentes a estado y capacidad,
aplicándose la extraterritorialidad de la ley en cuanto estado y capacidad como una
necesidad de hecho y como cortesía o conveniencia internacional, por su parte
Rodenburg explica la extraterritorialidad de las leyes sobre estado y capacidad como
una necesidad de hecho, y Voet las explica mediante la Comitas Gentium (cortesía o
conveniencia internacional), marcando una verdadera época dentro de la Escuela,
estableciendo definitivamente el concepto de estatuto mixto, el cual hacía radicar en
las formas extrínsecas y en las solemnidades que tuvieran los actos jurídicos; de
acuerdo con dicho autor, mixtos, se llaman los estatutos que se refieren a las cosas o
a las personas y que no disponen principalmente de unas u otras, sino de las maneras
y solemnidades que deben observarse en los negocios judiciales y
extrajudiciales. Huber reduce los principios de la escuela a tres axiomas: A) Las leyes
del estado reinan en los límites del mismo, mas allá no tiene fuerza alguna; y para
todos los súbditos; B) Son súbditos, todos los que permanezcan en el territorio,
transitoria o definitivamente; y C) Los jefes de estado por cortesía obran de suerte
que una ley de otro Estado, luego de producir sus efectos en su pueblo, los conserve
en los demás Estados. Todo ello siempre y cuando no resulte perjudicial para su
poder y derechos o para sus súbditos.
3) Escuela Alemana: Esta teoría surge en el mundo sacudido por tres grandes
hechos: A) En 1517 Europa se divide en el aspecto religioso con la publicación de la
Tesis de Lutero; B) En 1789 se produce la Revolución francesa en el ámbito
político; C) En 1848 se agrieta el mundo económico y político con el “Manifiesto
Comunista” de Marx. Savigny considera que los países conviven en una comunidad
internacional, que la aplicación del derecho extranjero no es una regla de cortesía sino
como una obligación, la cual surge de la existencia de un mínimo de equivalencia entre
las diversas instituciones jurídicas de los estados, cuando ese mínimo peligra por
instituciones desconocidas o violatorias, surgen las leyes positivas rigurosamente
obligatorias, con lo que se bautiza el orden público.
4) Escuela Norteamericana: Esta Escuela está caracterizada por el territorialismo de
las leyes y por la aplicación de disposiciones extranjeras en razón de la cortesía
internacional. La obra de Story, estudia con sentido crítico las opiniones doctrinales de
las Escuelas antecesoras, pero no deja de sufrir la influencia de algunos representantes
de ellas, y sostiene que todas las leyes son territoriales sin que puedan tener aplicación
más allá de las fronteras n donde han sido dictadas, de manera que si alguna vez tienen
aplicación fuera de ellas, se deberá a consideraciones de reciprocidad, mutua
conveniencia o cortesía internacional; por su parte, Lorenzen, de la Escuela de Yale, se
opone a los postulados sostenidos por la Escuela de Harvard de que los derechos
adquiridos son también fundamento jurídico; y sostiene que el juez hace el derecho,
descartando, por tanto, cualquier consideración principista apriorística. En realidad es el
juicio, la relación jurídica, la que exige la aplicación de un derecho que no puede ser
propio, por último, critica a los Vested Rights por la condición subjetiva con que está
revestido el concepto del Duly.
TEMA 7.
l Domicilio como factor de conexión en el Derecho Internacional Privado: Derecho Comparado, ventajas y
desventajas respecto a la Nacionalidad. El Domicilio como factor de conexión personal y como criterio
atributivo de jurisdicción.

EL DOMICILO COMO FACTOR DE CONEXIÓN

Una de las modificaciones más importantes de la Ley de Derecho Internacional


Privado, es la sustitución del Principio de la Nacionalidad por el Principio del Domicilio, como
factor de conexión decisivo en materia de estado, capacidad y relaciones familiares y
sucesorias. Esa modificación, que aproxima la solución venezolana a la solución de la mayor
parte de los países americanos y de los países de Common Law, se ajusta mejor a las
realidades demográficas, económicas y sociales de Venezuela y ha sido expresa o
implícitamente propugnada por gran número de estudiosos nacionales.
El Principio de la Nacionalidad, en el cual se basa todavía el vigente Codigo Civil, ha
tenido una aplicación un tanto precaria, pese a su larga vigencia legislativa, en razón de
haber estado constantemente cercenado por las interpretaciones territorialistas antes
mencionadas, en tal virtud, el Principio del Domicilio, que tiene obviamente un sentido más
territorialista, viene a establecer una mejor concordancia entre las disposiciones de la Ley y
las tendencias de la práctica y de la jurisprudencia. Las disposiciones de la Ley referentes al
domicilio regulan su concepto general, el cual se califica a través del término de residencia
habitual, que resulta de fácil comprobación (Artículo 11), así como los domicilios especiales,
entre los cuales figura el de la mujer casada (Artículo 12), otorgándosele plena autonomía
frente al domicilio del marido; con ello, no sólo se recogen las modernas orientaciones
político-sociales relativas a la emancipación de la mujer y a la igualación de los sexos,
consagradas en la reforma del Código Civil de 1982, sino que se afirma un principio que, en
materia de Derecho Internacional Privado, evita frecuentes y graves injusticias.
Es oportuno señalar que la tendencia hacia el domicilio se recoge en la Convención
Interamericana sobre Domicilio de las Personas Físicas en el Derecho Internacional Privado,
que regula diversos aspectos del mismo y responde a las realidades del continente.
Sobre el Domicilio dicen acertadamente Vodanovic,
Alessandri y Somarriva ”el domicilio precisa en lugar en que el individuo es
considerado siempre presente, aunque momentáneamente no lo esté, para el
ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones”. El Código Civil
estipula que las personas suelen vivir en un sitio determinado, en forma continua
y cumplen relaciones de orden jurídico (celebran negocios, derechos civiles y
públicas), este sitio es el que se denomina Domicilio, y se define como el asiento
legal de las personas, donde estas desarrollan todas las actividades de orden
económico, familiar y jurídico, es decir donde ejercen sus derechos y contraen
obligaciones, etimológicamente domicilio, proviene de Domus y significa “el lugar
donde se tiene la casa”; así el Artículo 27. CC, señala: “El domicilio de una
persona se halla en el lugar donde tiene el asiento principal de sus negocios e
intereses”, por tal motivo, se puede decir que el mismo se concibe como el lugar
de residencia con ánimo de permanencia en ella; para considerar que una
persona tiene su domicilio en determinado sitio en Venezuela, se estipula que
debe llevar considerable tiempo en este. El domicilio legal es el lugar donde la
Ley presume, que una persona reside de una manera permanente para el
ejercicio de sus derechos y cumplimientos de sus obligaciones, aunque de hecho
no esté allí presente, y así:
1) Los funcionarios públicos, eclesiásticos o seculares, tienen su domicilio
en el lugar donde deben desempeñar sus funciones, no siendo estas
temporarias, periódicas o de simple comisión
2) ; 2) Los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar en
que se hallen prestando aquél, si no manifestasen intención en
contrario, por algún establecimiento permanente, o asiento principal de
sus negocios en otro lugar;
3) 3) El domicilio de las sociedades, corporaciones establecimientos y
asociaciones autorizadas por las Leyes o por el Gobierno, es el lugar
donde está situada su dirección o administración, si en sus estatutos o
en la autorización que se les dio, no tuviesen un domicilio señalado;
4) 4) Las compañías que tengas muchos establecimientos o sucursales,
tienen su domicilio especial en el lugar de dichos establecimientos, para
solo la ejecución de las obligaciones allí contraídas por los agentes
locales de la sociedad;
5) Los transeúntes o laspersonas de ejercicio ambulante, como los que n
o tuviesen domicilio conocido, lo tienen en el lugarde su residencia actual
; 6) Los incapaces tienen el domicilio de sus representantes;
7) El domicilioque tenía el difunto determina el lugar en que se abre su
sucesión.
Existen dos teorías que pretenden explicar la naturaleza de Domicilio, a
saber: la TeoríaClásica según la cual el domicilio no es un lugar sino que una n
oción abstracta que supone una
relación jurídica entre el sujeto y el lugar, por lo cual a la persona se le
considera siemprepresente en dicho lugar, y la otra, es la denominada Teoría C
oncreta estima que el domicilio es un lugar concreto en que la Ley supone que
la persona se encuentra siempre para los efectos jurídicos. El
Código Civil acoge la segunda teoría y en tal
sentido se puede decir que el domicilio es el lugar enel que legalmente
se entiende que una persona está asentada y donde desarrolla su "idea
jurídica”,
este domicilio, puede ser Político, el cual se refiere al domicilio dentro del
territorio del Estado, o Civil, que es el relativo a cierta
y determinada parte del Estado; este a
su vez puede subclasificarse en Domicilio Civil General, el cual se
origina cuando tal domicilio sea aplicable a lamayoría o generalidad de las
relaciones jurídicas del domiciliado; y tiene las siguientes características:
1) Fijeza: El domicilio, aunque no es inmutable, es la sede jurídica más est
able,
en especial no varía con cualquier cambio de habitación o residencia.
2) Necesidad: En principio, todas las personas tienen domicilio, puesto q
ue adquieren unoen el momento del nacimiento y lo conservan mientra
s no lo cambien,
pero, no obstante,la opinión contraria de la mayoría de los autores franc
eses, hay personas que no tienendomicilio, como lo admite implícitament
e el Código Civil, al referirse a personas que notienen domicilio ni reside
ncia.
3) Unidad: A diferencia del Derecho Romano, el Código Civil
Venezolano, acoge el principio dela unidad del domicilio general, como
lo demuestra la definición de su Artículo 27, que se refiere al asiento “princi
pal” de los negocios e intereses,
pero debe observarse que: A)Dicho principio no impide que una persona
tenga además de su domicilio general único, uno
o más domicilios especiales; B) Dicho principio tampoco implica que las de
cisionesjudiciales sobre determinación del domicilio, lleguen a tener fuerza
de cosa juzgada con efectos absolutos "erga omnes";
y C) El principio de referencia, esta temperado en el caso de las personas
morales.

También, dentro de la subclasificacion del Domicilio Civil, se halla


el Domicilio Civil Especial (cuando el domicilio civil se haya constituido en
cierto lugar específicamente para una o más
relaciones jurídicas determinadas). Otro tipo de domicilio, es el Domicilio Legal,
el cual es aquel que
la Ley impone a determinadas personas en ciertos casos; en este
sentido, el Código Civil, disponeque este domicilio se determina por las respecti
vas Leyes que los exigen; siendo un ejemplo de domicilio legal, el caso de los j
ueces quienes tienen su domicilio en el
lugar en que ejercenjurisdicción. A su vez, puede hablarse de Domicilio
Voluntario, es decir que una persona escompetente de decidir voluntariamente
su domicilio cuando es mayor de edad y está dotada de la capacidad para tomar
esta decisión tan responsable. Aunado al Domicilio, se encuentra también,
la Residencia, la cual constituye el lugar donde vive habitualmente una persona,
aunque no tenga el asiento principal de sus negocios e intereses, lo cual le
distingue de la figura del domicilio y lo que determina que no necesariamente
ambas figuras tienen que coincidir; en casos determinados por la Ley la
residencia hace las veces de domicilio, como el caso del Artículo 31 del Código
Civil, respecto de las personas que no tienen el domicilio conocido; entre otras
cosas la residencia tiene importancia en lo referente a la manifestación de
voluntad de contraer matrimonio, lo cual debe hacerse ante uno de los
funcionarios de la residencia de cualquiera de los contrayentes (Artículo
66. CC). Por otra parte se tiene la Habitación, que constituye la sede jurídica
menos estable porque constituye el lugar donde se encuentra una persona en un
momento dado, lo cual no tiene que coincidir con el domicilio y residencia,
la Morada, es el lugar específico donde se vive habitualmente, ya sea una casa, o
vivienda, así como cualquier dependencia de la casa, si forma un todo con ella; lo
es también el cuarto para huésped; la caseta, para el guarda; la choza para el
campesino, y se diferencia del Paradero, por ser este el lugar donde se hace
parada, descanso o transitorio albergue.

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