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El sistema educativo finlandés está considerado uno de los mejores del mundo, especialmente por
sus buenos resultados en los Informes Pisa, la evaluación que realiza la OCDE cada tres años. ¿A
qué se debe? Te explicamos algunas características esenciales de la educación en el país nórdico
que pueden contribuir a explicar su éxito y servirnos para reflexionar sobre nuestro propio sistema
de enseñanza.
Una de las cualidades más importantes de la educación en los Países Bajos es la libertad. Esto
significa que los colegios pueden decidir qué cursos impartir y cómo hacerlo. Por supesto, el
gobierno marca algunas pautas, tales como el número de horas que los niños deben estar en clase
por año, las metas a alcanzar en los exámenes, etc.
Educación obligatoria
La educación es obligatoria en Holanda. Los niños deben asistir al colegio a tiempo completo
desde los 5 hasta los 17 años, o al menos hasta el final del curso del año en el que cumplan 16.
Luego de este período, se les exige que vayan a clase al menos una vez por semana hasta el final
del curso en el que cumplan 17 años.
La educación en los Países Bajos es regulada por el Ministerio de Educación, Cultura y Ciencia
(Ministerie van Onderwijs, Cultuur en Wetenschap). El ministerio tiene un sitio web en el que
puedes encontrar información en inglés sobre el sistema educativo
Estudios universitarios
2. La enseñanza es gratuita y obligatoria de los 7 a los 15 años. Este período cubre los seis años de
educación Primaria y los tres primeros años de Secundaria. Para pasar a Secundaria se exige a los
alumnos superar un examen. También existe una selectividad para entrar en la Universidad,
conocida como “el infierno de los exámenes”. La escolarización puede llevarse a cabo tanto en
centros públicos como privados. Apenas hay diferencias pedagógicas entre ellos, ya que el Estado
ejerce un importante control. Los alumnos disfrutan de un almuerzo gratuito en la escuela.
3. El Estado y los ciudadanos realizan una gran inversión en educación. La República de Corea le
dedica casi un 7 % de su PIB (en España es un 4,5 %) y destina partidas para enviar a los mejores
alumnos a estudiar a Estados Unidos, China o Europa. Una vez cumplida la enseñanza obligatoria,
el 90 % las familias invierte unos 400 euros mensuales (casi un 20% de su salario) para que sus
hijos completen su formación académica y logren cursar una carrera. Además, es habitual que las
familias realicen donativos a las escuelas públicas para mejorar las instalaciones o el profesorado.
4. Las políticas educativas son a largo plazo, pero los currículos se actualizan. Las leyes educativas
no se ven afectadas por los cambios de Gobierno. Sin embargo, los surcoreanos modifican el
currículo escolar cada cinco años para adaptarlo a las necesidades laborales y de crecimiento del
país. De este modo, los estudiantes salen preparados para las exigencias de la sociedad en la que
viven.
5. Los profesores son muy respetados. Al igual que en Finlandia, los docentes se cuentan entre los
profesionales mejor pagados y más venerados del país. “No debes pisar ni siquiera la sombra del
maestro”, reza un proverbio coreano. Solo acceden a las escuelas de Magisterio los mejores
alumnos de cada promoción, un 5 % de los aspirantes, y a lo largo de la docencia se someten a
evaluaciones anuales, en las que también participan los alumnos y sus familias. A los maestros más
destacados se les proporciona una formación específica, para liderar, a modo de élite de la
docencia, la pedagogía en las escuelas.
6. Los alumnos reciben más de 10 horas de clase al día. Los surcoreanos pasan en la escuela entre
6 y 7 horas. A las cinco de la tarde, el propio centro les ofrece una cena rápida para que lleguen
puntuales a la academia o hagwon, donde reciben de cuatro a cinco horas más de clases
particulares. Su jornada no acaba ahí, ya que en casa siguen estudiando. Los estudiantes
surcoreanos estudian 16 horas más a la semana que la media de la OCDE.
7. La competitividad y los resultados gobiernan el sistema. Para los surcoreanos, si alguien no tiene
éxito en la escuela, tampoco lo tendrá en la vida. Estudian para dirigir empresas que lideren el
desarrollo económico del país, no para ser empleados. Estas ideas se traducen en un alto nivel de
exigencia a la hora de estudiar. Sin unos buenos resultados, los alumnos no podrán acceder a las
mejores universidades ni elegir el camino que desean seguir para alcanzar un buen puesto laboral.
Esta idea genera mucha presión. Por eso, según las encuestas de la OCDE, los alumnos
surcoreanos son los más infelices. Como consecuencia, la tasa de suicidios entre menores de 24
años es la más alta del mundo.
8. Los niños no tienen tiempo para jugar o relacionarse, y en las aulas hay mucha disciplina. Las
obligaciones escolares apenas les dejan tiempo para dormir, por lo que socializar se considera una
pérdida de tiempo. Quizá por este motivo, los adolescentes se envían hasta 60 sms al día, y uno de
cada seis niños afirma sentirse solo. En las escuelas, la disciplina es férrea. Ser impuntual o no
hacer los deberes se considera una falta grave, y puede comportar incluso un castigo físico. Y la
mayoría de las escuelas censura los noviazgos, ya que restan a los alumnos horas de estudio.
10. Se apuesta por la tecnología en las aulas. La competencia digital se considera una prioridad, ya
que su desarrollo permite a los alumnos afrontar los retos laborales del siglo XXI. Los profesores
reciben formación para integrar las TIC en sus clases, y la tecnología se considera una herramienta
para que todos tengan acceso a la educación. Casi tres millones de alumnos estudian por Internet
desde casa gracias al sistema Cyberhome, una plataforma digital que les permite reforzar su
educación sin tener que asistir a academias privadas. Por otro lado, el Gobierno anunció en 2011
su intención de implantar los libros de texto digitales en las escuelas. Así, a finales de este año se
prevé que los alumnos ya no utilicen libros impresos.
3. 3. La educación es obligatoria y gratuita. Los niños comienzan el colegio a los 5-6 años y la
escolarización es obligatoria hasta los 16 años (18 en algunas regiones). Los territorios
ofertan también de forma gratuita educación preescolar, a la que acude el 95 % de los
alumnos. La educación en la escuela pública está totalmente subvencionada en diferentes
porcentajes por el gobierno provincial y local. También hay centros privados, algunos de
ellos subvencionados con fondos públicos, una opción que sobre todo tiene como objetivo
garantizar el derecho a la educación religiosa incluido en la Constitución.
4. 4. La inversión en educación no es alta pero está bien gestionada. Canadá invierte algo
menos de la media de la OCDE en educación, alrededor de un 5,5 % del PIB (en España es
el 4,5 %). Sin embargo, la gestión de los presupuestos está organizada y segmentada de
forma eficaz. Cada consejo escolar local recibe del ministerio de educación de su región
una cantidad de dinero según ciertos factores, como el número de estudiantes o escuelas,
su situación (por ejemplo, si los centros están muy aislados) o las necesidades especiales
de sus alumnos. El consejo decide cómo distribuye los fondos entre los centros atendiendo
a sus propios criterios y a las necesidades de cada centro. Por su parte, los centros
invierten los fondos recibidos según sus prioridades y sus propios criterios.
1. La educación se ve como un pilar esencial en el desarrollo del país. Desde que la antigua colonia
británica adquirió la independencia en 1945, Singapur ha afrontado la educación y la inversión en
este sector como un impulso imprescindible para la mejora económica y social. Ni siquiera en los
últimos años, con la crisis económica mundial, se ha recortado en esta área. Además, es una
filosofía que sostienen Gobierno, sociedad y empresa, con lo que el compromiso es fuerte y
compartido.
3. El objetivo es que los alumnos aprendan, no memoricen. El currículo y el enfoque del sistema de
enseñanza-aprendizaje tienen como objetivo que los estudiantes se hagan preguntas y busquen
sus propias respuestas, opten por nuevos caminos y piensen de maneras diferentes, de forma que
estén preparados para resolver los retos que se les plantearán en el futuro y convertirlos en
oportunidades. Es probable que esto explique el primer puesto obtenido por los alumnos de
Singapur en el área de resolución de problemas de PISA 2012.
4. Se apuesta por un aprendizaje flexible y diverso. El sistema educativo está en pleno proceso de
evolución. El objetivo es ofrecer a los estudiantes diversas opciones para que puedan elegir las que
más se ajustan a sus intereses y a su forma de aprender. Las escuelas pueden adoptar diferentes
programas u ofrecer distintas asignaturas de libre elección, y existen centros independientes
especializados en áreas concretas, como matemáticas o ciencia y la tecnología, arte o deportes.
Además, los estudiantes pueden avanzar niveles o cambiar de curso según su ritmo y sus
cualidades. Se busca así que el aprendizaje sea integral, los estudiantes se impliquen en el
proceso, descubran sus talentos y desarrollen sus habilidades al máximo, tanto en el ámbito
estrictamente académico como en el artístico o el deportivo.
6. Las evaluaciones oficiales definen el camino educativo de cada alumno. Al terminar la educación
Primaria, los alumnos realizan un examen oficial que decide la modalidad (exprés, normal-
académica y normal-técnica) y el tipo de educación Secundaria que realizarán, dependiendo de sus
capacidades. Y al culminar la Secundaria, hacen frente a un segundo examen oficial que les deriva
a estudios universitarios o vocacionales. Los alumnos con mejores calificaciones en estos
exámenes acceden a las mejores escuelas, universidades y centros de formación profesional.
7. Los profesores son muy valorados y están muy preparados. La docencia es una profesión con
gran prestigio social, se busca a los mejores para la carrera docente y los salarios que cobran son
altos. En los centros educativos los maestros cuentan con todos los recursos necesarios y se
fomenta su colaboración y reflexión continua sobre la labor del profesorado.
8. Se evalúa e incentiva a los docentes. A los profesores se les exige tanto como se les valora. El
Sistema de Gestión del Rendimiento Mejorado (EPMS, en su sigla en inglés) trata de sacar el
máximo partido de las capacidades y aspiraciones de los docentes. Un proceso de evaluación
anual señala objetivos, mide el rendimiento del profesorado según las competencias establecidas
y ayuda a los docentes a identificar sus áreas de crecimiento y desarrollo. Según los resultados, se
incentiva económica y profesionalmente a los docentes que han evolucionado de manera positiva
y se da formación a aquellos que lo necesitan. En consecuencia, los docentes avanzan por méritos
en su carrera ya sea en un itinerario educativo (dentro del propio sistema escolar), de liderazgo
(puestos de gestión y dirección) o de especialista sénior (docentes que se especializan en ciertas
áreas que abren nuevos caminos en la educación).
9. El bilingüismo es obligatorio. Una de las primeras medidas que puso en marcha el Gobierno de
Singapur tras la independencia fue la inclusión del inglés desde Primaria como idioma obligatorio
en la educación junto a la lengua materna (chino, malayo o tamil). Con ello se busca una mejor
competitividad de los futuros trabajadores en un mundo global donde el inglés es esencial.
10. La formación profesional es muy importante. Cerca del 70 % de los estudiantes accede a la
formación técnica o vocacional frente a la universitaria. Este tipo de formación se realiza tanto en
el Instituto de Educación Técnica (ITE) como en centros politécnicos y se cuida especialmente, ya
que permite preparar a buenos trabajadores en los distintos campos y áreas del sector servicios
que necesita el país.