Você está na página 1de 29

Política Fiscal: Equidad e Inclusión Social

Igualdad de género.

Estudiantes:
Rodrigo Andrés Medina Villanueva
Jesús Fernando López González

Profesora:
Clara Viviana Plazas Gómez

Facultad de Jurisprudencia
Derecho Tributario

Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario


Bogotá
2019
TABLA DE CONTENIDO:

● Introducción
1. ¿Qué es política fiscal?
1.1 . Política fiscal y desigualdad.
1.2. Importancia de un análisis de la política fiscal desde una perspectiva de género.
2. ¿Qué es la equidad y la inclusión social?
2.1. Equidad social con enfoque de género y fiscal
3. La política fiscal como fuente de discriminación de la mujer.
3.1. Discriminación desde el ingreso público.
3.2. Discriminación desde el gasto público.
4. ¿Cómo llegar a una política fiscal con enfoque de género?
5. Conclusiones
6. Bibliografía
INTRODUCCIÓN:

La desigualdad de género se viene presentando desde tiempos memorables y hunde sus

raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con

el hombre. En la antigua Grecia, Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para

poner fin a la guerra; en la Revolución Francesa, las parisienses que pedían "libertad, igualdad

y fraternidad" marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino (Unidas, s.f.).

El 4 de octubre de 1945 la ONU en aras de garantizar la inclusión e igualdad de derechos

entre mujeres y hombres se crea la “Commission On The Status Of Women” como el primer

organismo intergubernamental mundial dedicado exclusivamente a la promoción de la igualdad

de género y el empoderamiento de las mujeres.

En 1948 con la Declaración Universal de los Derechos Humanos que fue un hito

importante para la humanidad y para la población femenina debido a que, por primera vez en

la historia se consagra y enmarca los derechos civiles, políticos, sociales, económicos y

culturales, en donde hombres y mujeres tienen que ser tratados por igual; dicha declaración es

relevante para la comunidad femenina ya que Eleanor Roosevelt, activista política y

promotora importante de la declaración universal de los derechos humanos es aquella que es

fotografiada sosteniendo la carta y mostrándole al mundo que ya no va haber más desigualdad

de género, que las mujeres también tienen un rol fundamental en la sociedad.

En México en 1975, con la Conferencia Mundial de la Mujer se crea un plan de acción

mundial para garantizar los derechos de igualdad, paz y el desarrollo de la población femenina;

por otro lado en dicha conferencia se establece el día mundial de la mujer en conmemoración

a la huelga de las trabajadoras americanas en el sector textil que en 1909 en New York entraron

en huelga para garantizar sus derechos y trato igualitario protestando en contra de las

paupérrimas condiciones laborales y salariales que se venían presentando en la época.


En Colombia es importante el papel que tiene la mujer en la constitución de 1991, ya

que mediante su normativa íntegra a toda la población colombiana, dándoles un trato igualitario

y garantizando sus derechos, es así que en su preámbulo y en su artículo trece reconoce que

todas las personas son libres e iguales ante la ley y que todas las personas gozarán de los

mismos derechos y no se les dará un trato desigual por su condición de sexo o raza.

Por lo anterior, para mayor precisión se han desarrollado fallos emblemáticos en los

cuales la Corte Constitucional entra a ratificar la igual en toda la población y proteger la

población femenina que en muchas ocasiones se encuentra afectada, por ello en el fallo C-022

de 1996 la Corte Constitucional establece un test de razonabilidad para poder dar un trato de

igualdad a los desiguales, de esta manera en Colombia el derecho a la igualdad impone entonces

el deber de no consagrar un igualitarismo jurídico entre quienes se hallan en diversidad de

condiciones fácticas, es decir, la obligación de crear un sistema jurídico diferente para quienes

se encuentran en desigualdad en los amplios y complejos campos de la vida política,

económica, social y cultural (Sentencia de Tutela-432, 1992), de esta manera la población

femenina se le da cierta protección, ya que a lo largo de la historia han sido discriminadas, no

se les ha reconocido sus derechos y han sufrido de un trato desigual.

En Colombia, uno de los retos más desafiantes ha sido la prevención de la violación de

derechos fundamentales contra la mujer, al ser parte de un selecto grupo que sufren violaciones

masivas de estos, y a pesar de esta lucha constante que han librado muchos países alrededor

del mundo se sigue evidenciando que la inequidad y la desigualdad de género en campos como

el de la economía, lo social y lo laboral es una consecuencia directa del arraigo en la

idiosincrasia machista local. Es decir, es el resultado de diversos fenómenos sociológicos y

antropológicos que causan problemas en el adecuado desarrollo de la vida de la mujer en el

campo laboral, de la salud, de la educación y de la misma libertad.


En consecuencia, una política fiscal con un diseño correcto le permitiría a la mujer, en

aras del Estado social de derecho que se propugna en nuestro país, que se les respete y

materialice el reconocimiento del catálogo de derechos contemplados en nuestra Constitución

Política. Así, le corresponde al Estado el diseño inmediato de una política fiscal que busque la

protección de la mujer y la eliminación de cualquier práctica discriminatoria en contra de ella.

Para poder realizar un buen ejercicio reflexivo sobre la inequidad y la desigualdad de

género en cuanto a la política fiscal es menester realizar un análisis profundo que permita inferir

el desconocimiento de las realidades de género en la estructuración y planificación de la política

fiscal de nuestro país. Por tanto, en el presente escrito se realizará un estudio pormenorizado

de la importancia de una política fiscal con una perspectiva de género, explicar sus objetivos y

estructura en la presente investigación y así mismo, dar a entender el alcance de la presente.

Del mismo modo, el problema jurídico o punto de partida de este estudio será el

siguiente: ¿hay una protección efectiva por parte del Estado hacia la mujer que permita la

creación y ejecución de una política fiscal con enfoque de género? Teniendo en cuenta lo

anterior, y los argumentos que serán esgrimidos en el presente escrito, la tesis se encuentra

encaminada a probar que en Colombia no existe una protección efectiva hacia la mujer por

parte del Estado que le asegure igualdad e inclusión social en una política fiscal con un

presupuesto público e ingreso tributario que tengan conexidad con el enfoque de género.

En este orden de ideas, se preguntará el lector del presente escrito, ¿por qué la política

fiscal es importante y fundamental para lograr la igualdad de género? Para resolver esta

incógnita es necesario realizar un recuento de las discusiones más relevantes que se han dado

en torno al concepto de equidad, desigualdad de género haciendo referencia a las implicaciones

que estas tiene sobre la política fiscal en Colombia, ideas que serán desarrolladas más adelante.
1. ¿Qué es la política fiscal en Colombia?

Según el la página web de Ministerio de Hacienda de Colombia “Minhacienda” define la

política fiscal como aquella “función del Ministerio del Hacienda y Crédito Público tomar las

medidas tendientes a lograr los objetivos y metas de la política económica, en general la política

fiscal, monetaria, cambiaria y crediticia del país” (Público, s.f.). Por su parte el Banco de la

República de Colombia define política fiscal como “las medidas implementadas por el

Gobierno tendientes a encauzar la economía hacia ciertas metas. Los objetivos de la política

son: moderar los ciclos económicos, procurar elevar el nivel de ingreso nacional, redistribuir

el ingreso, proveer bienes públicos, aumentar el empleo, etc. No obstante, en ciertas

situaciones, conseguir un objetivo de la política fiscal estará condicionado, en último término,

por los objetivos generales de la política económica que persiga el Gobierno en un momento

determinado.” (Colombia, s.f.). Por lo tanto la política fiscal es aquella estrategia que va en

cabeza del Estado para administrar los recursos de la administración con el fin de distribuirlo

de manera eficiente y equitativa por todo el pais; asi generar ingresos para poder financiar el

sector público.

1.1.Política fiscal y desigualdad. completar con igualdad de género.

La política fiscal, es la parte de la política económica que constituye la aplicación

de instrumentos para el logro de los objetivos del Estado. En una perspectiva

tradicional, la política fiscal se centra en el uso de herramientas de tributación y

gasto público para incidir en la demanda agregada (Patricia Carmina Inzunza Mejia,

2013).

En Colombia la desigualdad es un realidad que existe, hay una brecha entre ricos y

pobres, blancos y negros, hombres y mujeres, creyentes y no creyentes, entre otros...Por

ello, el Estado Colombiano ha lanzado diferente política para erradicar cualquier

muestra de desigualdad en el país para así garantizar la igualdad en la comunidad; para


ser más precisos en nuestra materia, hay ciertas políticas fiscales que ayudan a

promover una equidad e igualdad en la sociedad como lo son el impuesto sobre la renta,

el impuesto de ganancias ocasionales, impuesto sobre la renta para la equidad, impuesto

al consumo entre otros impuestos que impone el Estado para beneficiar a los sectores,

comunidades, grupos o personas que necesitan del apoyo del Estado para su inclusión.

Con base en lo anterior, es importante analizar si las políticas fiscales garantizan o no

la igualdad y equidad de ciertas comunidades o personas, como es el caso de la

población femenina, qué tan diligente e incluyente es el Estado de crear y ejecutar

políticas fiscales que vayan dirigidas a la igualdad de género.

1.2. Importancia de un análisis de la política fiscal desde una perspectiva de

género.

Como sabemos, la política fiscal es la herramienta adecuada para el adecuado

funcionamiento de un Estado Social de Derecho que sea sostenible en su aspecto social

y económico, en pocas palabras, para que sea justo. Impuestos progresivos a la renta,

servicios públicos son las estrategias más eficaces para solucionar la situación de

pobreza y desigualdad contra las poblaciones minoritarias y por supuesto, contra la

mujer.

El aspecto fundamental de la importancia de la implementación de una política

fiscal con enfoque de género en nuestro país reside en la integración de la mujer

mediante la exclusión de la implementación de principios de doble rasero que las deja

por fuera de la inclusión en un modelo económico sostenible para la sociedad. Es decir,

la lucha constante de las mujeres, históricamente, ha rendido frutos, aunque pocos, pero

estos no han sido suficientes, el reto del Siglo XXI deberá ser aquel que propugna por

las verdadera conquista de los derechos civiles, la eliminación de toda división salarial

por la realización del mismo trabajo. Al día de hoy, muy pocos Estados incluyen en su
catálogo de derechos o codificaciones de derecho civil, por ejemplo, la inclusión de la

mujer y la eliminación de su sometimiento al hombre, ya que a modo de evidencia, en

Colombia la visión clásica de mujer en su rol de cuidadora y de hombre proveedor

económico en el hogar sigue siendo el orden natural y social de nuestra sociedad.

En consecuencia a esta evidencia, el Informe Sobre Desarrollo Humano 2015: Trabajo

al servicio del desarrollo humano arrojó cifras, además de desalentadoras, alarmantes,

donde se afirmó que las mujeres realizan tres de cada cuatro horas de trabajo no

remunerado en Colombia. Esta estimación del reparto del trabajo entre ambos géneros

demostró la siguiente afirmación: “Las mujeres tienen menos probabilidades de tener

un trabajo remunerado que los hombres, y realizan 3 de cada 4 horas de trabajo no

retribuido. En cambio, a los hombres les corresponden 2 de cada 3 horas de trabajo

remunerado” (PNUD, 2015).

De la anterior cita se pueden inferir varios elementos conclusivos; primero, sí

existe una distribución totalmente desbalanceada de labores al trabajar más tiempo las

mujeres sin obtener remuneración por su trabajo; segundo, estas cifras son

consecuencias directas del tiempo que las mujeres invierten en sus hogares en el

cuidado de los miembros de la familia. Del mismo modo, otras consecuencias notorias

serían aquellas que, visto desde un escala macroeconómica, permiten apreciar que las

mujeres ganan una media menos que los hombres y por tanto, no suelen ocupar puestos

directivos superiores en sus labores.

En síntesis, estos datos demuestran que la mujer no tiene acceso a un mercado

profesional que les permita competir en las mismas condiciones que los hombres, las

mujeres no poseen oportunidades laborales en Colombia.

En el año 2018 el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el

Caribe, realizó un estudio sobre el tiempo promedio destinado al trabajo remunerado y


no remunerado de la población de 15 años de edad y más, por sexo, según país, último

período disponible (promedio de horas semanales).

Gráfica 1. América Latina (14 países): Tiempo promedio destinado al trabajo

remunerado y no remunerado de la población de 15 años de edad y más, por sexo,

según país, último período disponible (Promedio de horas semanales). (CEPAL,

2019).

En este estudio se evidencia que en Colombia el 32.2% de mujeres no reciben

remuneración económica por sus labores, cifra mucho más elevada que en el estudio

realizado por ONU Colombia en el año 2015 donde el porcentaje se encontraba en el

24%. En solo tres años se demuestra la agravación de esta situación, se dio un

incremento tanto en la desigualdad en la remuneración por un mismo cargo y trabajo

como en el pago de horas extras.

La necesidad que esta problemática plantea es la implementación de una política

fiscal que esté encaminada a materializar una igualdad salarial entre los géneros,

abordar de manera precisa el acoso laboral y la derogación social de toda norma o

conducta que excluya a la mujer, no solo en el campo laboral. Pero esto supone primero

una explicación del funcionamiento de la política fiscal que plantea un Estado social de
derecho, la política fiscal, como cualquier otra política pública, tiene unos elementos

inherentes a su naturaleza.

El primer componente es el ingreso (también llamado recurso público) que se

centra en la obtención de recursos para atender las diversas necesidades que acarrea el

sector público; correlativamente, el segundo componente se centrará en la destinación

o gasto de los recursos , tal cual lo demanda la Constitución en varios artículos. El

enfoque constitucional de una política pública en cuanto a lo fiscal emana del artículo

350 de la Constitución Política colombiana, la cual en su segundo parágrafo establece:

“En la distribución territorial del gasto público social se tendrá en cuenta el número de

personas con necesidades básicas insatisfechas, la población, y la eficiencia fiscal y

administrativa, según reglamentación que hará la ley” (artículo 350 C.P.). Esto nos da

a entender que una política fiscal con enfoque de género debe contar con, además de

igualdad e inclusión social, el aseguramiento de la materialización de las mujeres en

Colombia.

Tal lo afirma Plazas-Gómez en su texto “Hacia la construcción de una política

fiscal con enfoque de género en Colombia”:

“No se trata solamente de una condición biológica que diferencia a uno del otro,

el concepto debe cifrarse sobre la base de los problemas reales que les aquejan

y su origen, encaminado a la búsqueda de la igualdad, a través del compromiso

de los gobiernos de diseñar políticas que estén dirigidas a considerar las

condiciones culturales, sociales, políticas y económicas que favorezcan a

cualquier grupo, sin perder de vista que a lo largo de la historia las mujeres han

sido las principales víctimas de las políticas discriminatorias y excluyentes en

el mundo entero”. (Plazas-Gómez, 2018).


La idea central de esta anterior cita se centra en que no solamente debe buscar

la política pública la inclusión femenina, la igualdad y la equidad, sino también la

relevancia de tener en cuenta las particularidades propias de la mujer, ya sea su raza,

cultura, religión, cabeza de hogar, víctimas de violencia y de delitos sexuales, entre

otras muchas situaciones que sufre la mujer en Colombia.

Incluso, la idea va más allá, no se queda únicamente en la mera enunciación de

la necesidad de la situación de la mujer sino que afirma la urgencia de, además de la

implementación, la correcta ejecución de una política pública que reconozca la realidad

de la desigualdad en razón del género, sea hombre o mujer. Para esto, es necesario y

vital un rol participativo del sector público.

2. ¿Qué es la equidad y la inclusión social?

La equidad tiene múltiples definiciones dependiendo del tiempo, modo y lugar

al cual se quiera llegar, pero la equidad va encaminada a un mismo fin que es dar a cada

cual lo que se merece de manera justa e igualitaria. El término equidad, eufónicamente

muy similar en todos los idiomas, tiene para todos también la misma raíz, del sánscrito

"aikatuan" -unidad, semejanza- y del latín "aequus" -igual, liso- y viene a expresar la

igualdad en el trato -concepto mantenido hoy en el Derecho anglosajón por la máxima

"equality is equity" (Tella, 2006, pág. 130). La equidad desde una perspectiva lógica-

científica es considerada siempre referida al momento del "ius dicere", de administrar

justicia, más que a aquel otro momento, más vago desde el punto de vista técnico-

jurídico, pero infinitamente más significativo desde la perspectiva del sujeto, del "ius

petere", o petición de que se reconozca el propio derecho. En la dialéctica identidad-

diferencia aplicada al nexo Derecho-equidad, la equidad simboliza la diferencia, la

particularidad, la especialidad, frente a la ley, que expresa la idea de igualdad -en

sentido jurídico-. La equidad se refiere a las "situaciones-límite", en las cuales el


individuo se ve sustraído de la obligación comunitaria de respeto a la ley. La equidad

se sitúa en el punto medio de contraste entre el Derecho y la Moral, significa que, en

los casos en que la ley es válida y, sin embargo, éticamente resulta inaceptable, no

resulta obligatoria y se puede recurrir a las clásicas causas de "liberatio ab observantia

legis" como la dispensa, el privilegio, la desuetudo o la propia "cessatio legis ob

revocationem". (Tella, 2006, pág. 132).

Para nuestra materia, el concepto de equidad aparece con el Estado Social de

Derecho con la promulgación de la constitución política de colombia de 1991 en donde

busca garantizar la igualdad e inclusión social de toda la población, de tal manera que

va haber un trato justo y objetivo por parte del poder público y de la comunidad con el

fin de garantizar una justicia social para que no haya ningún tipo de discriminación, ni

beneficio para las personas, de tal manera que va aplicarse la ley de manera igual y

ecuánime.

La equidad también puede ser tratada desde una perspectiva económica-

constitucional (tributaria) en donde se evalúa cómo el Estado debe intervenir en la

realidad económica y social de las personas, bien sea a través de instrumentos jurídicos

o bien mediante actos unilaterales de corte económico en instituciones creadas por el

derecho par ese fin. en suma, la equidad, como concepto económico, faculta a las

autoridades públicas para tomar sus decisiones respondiendo al postulado de equidad

en la distribución de la renta, con miras a garantizar unos postulados de equidad, o en

las transferencias económicas del sector central al descentralizado (Arias, 2018) por lo

anterior, la equidad en materia económica-constitucional (tributaria) es desarrollada

desde dos magnitudes, que es la equidad horizontal y vertical, en donde estas dos formas

de equidad expresan la intención del legislador en garantizar ecuanimidad que

taxativamente lo ilustró en los artículos 2, 13, 95 numeral 9 y 363 de la Constitución


Política de Colombia; de esta manera estas formas de equidad son consideradas como

principio rector del sistema tributario. La equidad horizontal según Hincapié (2014) es,

“dar el mismo tratamiento tributario a quienes se hallan en igualdad de condiciones; se

trata de una igualdad material.

La vertical exige tratamiento diferente pero adecuado (no discriminatorio) a

aquellos que se encuentren en situación diferente. Este principio, aplicado al derecho

tributario busca hacer efectiva la igualdad material en la elaboración y ejecución de la

política fiscal, tratando de corregirse mediante desigualdades fiscales y lograr así una

verdadera igualdad. El principio de equidad guarda una estrecha relación con valores

constitucionales sobre la política de justicia y solidaridad del Estado Social de Derecho.

Principio que se traduce en materia tributaria en la necesidad de dar un tratamiento

diferente a individuos y regiones con necesidades y recursos diferentes; en la realidad

colombiana tenemos que las poblaciones con más necesidades básicas por satisfacer

son las que tienen menos recursos propios; situación que para hacer efectivo los

derechos fundamentales debe traducirse en políticas de Estado tendientes a disminuir

la brecha existente a través de satisfacción de estas insuficiencias en pro de mejorar la

calidad de vida.

El principio de equidad tiene acuñado otro principio que constituye una

verdadera garantía para los contribuyentes, se trata del principio de la capacidad

contributiva, el cual busca que se consulte la aptitud económica personal para soportar

las cargas tributarias”. (Gómez, 2014) .

2.1 Equidad e inclusión social con enfoque de género y fiscal.

El concepto de equidad es un principio ético-normativo asociado a la idea de

justicia; bajo la idea de equidad se trata de cubrir las necesidades e intereses de personas

que son diferentes, especialmente de aquellas que están en desventaja, en función de la


idea de justicia que se tenga y haya sido socialmente adoptada (ONU, 2015). Por lo

tanto en un Estado Social de Derecho se debe garantizar la igualdad y equidad, y así,

para el caso en concreto (la población femenina) tenga mayor participación y actúe

conforme a los principios constitucionales y de tal manera que al momento de que el

Estado cree políticas fiscales lo haga de manera correcta, recaudando y distribuyendo

los recursos equitativamente.

El título anterior sirve de apoyo para sustentar el papel preponderante de la

equidad como principio tributario y cómo con base en esté, se emiten políticas fiscales

para garantizar la igualdad social e inclusión de género, por ello, las políticas

económicas deben tener en cuenta que equidad no es igualdad, pues no se trata de

recaudar y distribuir de forma homogénea los recursos del Estado entre los individuos,

sino de reconocer la diferencia que existe entre éstos y tenerla en cuenta a la hora de

formular sus políticas. En un Estado Social de Derecho, hay una responsabilidad en

proteger a los sectores históricamente más discriminados, (Salamanca & Gómez,

2016)) como es el caso de la mujer.

El punto aquí es que hay que enfrentar las inequidad de género desde una

perspectiva feminista y así garantizar la equidad e inclusión social en el sistema, tal es

el caso de Argentina de acuerdo con que implementó la tactica con enfoque de género

basándose en modelos equitativos creados por Budlender y Elson en donde le dan al

gasto público un rumbo equitativo-igualitario de género en el cual clasifica el gasto:

1. Gastos vinculados a la institucionalidad de la mujer

2. Gastos donde las principales beneficiarias son las mujeres

3. Gastos destinados a promover las igualdad oportunidades equitativas en

empleo público

4. Gastos generales (Girlado, Suárez, & Pulido, 2007, págs. 15-16)


Esta estrategia la implementaron varios estados de Argentina, donde generaron unos

beneficios en relación a:

1. Salud sexual y reproductiva, mejora la equidad de género al permitirle a las

mujeres tomar decisiones libres y conscientes sobre su cuerpo y adicionalmente

toman las medidas necesarias para que se garanticen sus derechos.Estas fueron

políticas públicas de manera integral.

2. Se creó un subsidio a favor de las madres cabeza de hogar desempleadas y con

hijos menores de edad.

La consecuencia de este subsidio fue que las mujeres se conformaban con el

subsidio y no participaban en el mercado laboral.

3. Subsidio en cabeza de aquellas mujeres que no lograrán conseguir

trabajo(subsidio de desempleo).

En el caso Colombiano si bien las mujeres tienen acceso al mundo laboral, su

discriminación no radica en la empleabilidad o no de las mujeres. Sino que no resultan

equitativos los salarios que son obtenidos y las mujeres aunque realicen la misma labor

de un hombre, solo por el hecho de ser mujeres tienen menos salarios y menos

condiciones laborales iguales.

Por tanto, para atacar de frente este problema se busca crear estrategias para

garantizar la equidad e inclusión social; por lo cual, se buscan políticas que propendan

por una equidad de género y adicionalmente, tomar las medidas necesarias, no solo para

que se les reconozca las garantías constitucionales, sino también tomar herramientas o

métodos para que se hagan efectivas (Girlado, Suárez, & Pulido, 2007). Y así, que haya

primero, igualdad de oportunidades o de puntos de partida, y segundo, garantizar la

debida aplicación de la carta política, normas vigentes en la legislación colombiana y

normativas internacionales ratificadas por Colombia que prohíban la discriminación


sobre las mujeres y que identifican la violencia como forma concreta de discriminación,

tales como la “Convención sobre eliminación de todas las formas de discriminación

contra la mujer”; la igualdad y equidad como derechos fundamentales, principios y

valor fundante del ordenamiento jurídico, que deben ser garantizados por medio de

políticas públicas y medidas para hacer efectivo los derechos de las mujeres y así

disminuir la brecha de inequidad a la que han sido y son sometidas aun hoy en día. Con

base en lo anterior, por ejemplo, en ciertas normas o principios, tales como Principio

de a trabajo igual, salario igual, principio proveniente de la OIT, en donde uno de sus

primeros convenios internacionales fue el principio a trabajo igual, salario igual,

significa que el trabajo de una persona desempeñada en condiciones de igualdad

respecto de otra merecen la misma remuneración. Hace referencia a una relación entre

dos o más trabajadores que:

➔ Desempeñen el mismo cargo

➔ Misma jornada laboral

➔ Condiciones de eficiencia deben ser iguales, es decir que la calidad y

cantidad del trabajo de los trabajadores cotejados sean las mismas.

Según la Corte Constitucional en su Sentencia T-369 de 2016 en donde habla

del principio de trabajo igual, salario igual en donde “El principio a trabajo igual, salario

igual” (Sentencia de Tutela- 369, 2016), corresponde a la obligación para el empleador

de proporcionarles a sus trabajadores una remuneración acorde con las condiciones

reales del trabajo. Es decir, una que provenga de la observación de elementos objetivos

y no de consideraciones subjetivas, caprichosas o arbitrarias. Así pues, quienes ocupan

el mismo cargo, desarrollan las mismas funciones y demuestran tener las mismas

competencias o habilidades para cumplir con la tarea que se les ha encomendado, deben
percibir la misma remuneración, toda vez que no existen, en principio, razones válidas

para tratarlos de forma distinta”. (Sentencia de Tutela- 369, 2016). Con el fin de

garantizar la equidad e inclusión social en Colombia y así romper esa brecha que

antiguamente y hoy hay entre hombres y mujeres.

3. La política fiscal como una fuente de discriminación a la mujer.

El papel de la política fiscal se suele implantar en los Estados como una

herramienta que propenda por la igualdad de género, en especial como un proyecto para

la ayuda de familias, pero en Colombia la relación entre política fiscal y la equidad de

género, en especial en el campo laboral y salarial, es casi inexistente. Si queremos dar

un serio vistazo a la evolución de los derechos fundamentales debemos recordar la

Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana (Gouges, 1985), raramente

este avance constitucional no figura en ningún manual de derecho constitucional,

tampoco en las facultades de derecho.

Inclusive, en su artículo décimo tercero esta Declaración afirma: “Artículo XIII.

Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de la administración serán

iguales las contribuciones de hombres y mujeres; la mujer participará en todas las tareas

ingratas y penosas, por lo tanto debe tener derecho a participar en el reparto de puestos,

empleos, dignidades e industria” (Gouges, 1985). Como puede observarse, esta muestra

de verdadero feminismo representa las primeras luchas constitucionales por el

reconocimiento del papel de la mujer en la política fiscal.

Así, identificamos los dos principales elementos de la política fiscal, como se

mencionó anteriormente, el ingreso y el gasto público. Ambos elementos son

herramientas necesarias para garantizar la igualdad entre las mujeres y los hombres, tal

como lo es la creación de impuestos progresivos que mejoren la prestación de los

servicios públicos para combatir la pobreza de la mujer y la inequidad entre los géneros.
Es necesario intentar ubicar la posición de la mujer dentro de la economía toda vez que,

como resulta apenas obvio, el impacto de la política fiscal en la economía reside en la

redistribución de los impuestos, y esto tendrá efecto directo sobre la economía de la

mujer. Una vez haya una mala redistribución de los impuestos entre los géneros

(poblaciones de cada género que se encuentran en situación de no protección) la mujer

sentirá el impacto negativo de la política fiscal.

Aún así, la mala redistribución del sistema tributario y el mal diseño de la

política fiscal no son los únicos males que ponen en desigualdad a la mujer, podríamos

incluir también a los recortes presupuestarios que afectan a la población femenina en

medidas mayores. Del mismo modo, los fraudes fiscales que se presentan en Colombia

fuerzan a que el resto de los contribuyentes, que generalmente son personas sin

capacidad económica alta, se vean obligados a responder por una carga tributaria

mayor, y como es natural en este caso, también impacta de manera directa a las mujeres.

Como consecuencia, la conclusión que puede pensarse a primera vista, es que

la política fiscal colombiana tiene un carácter totalmente negativo y debido a esto, será

necesario examinar la discriminación en el campo tributario hacia la mujer desde el

punto de vista del ingreso y el gasto público.

3.1. Discriminación desde el ingreso público.

Por un lado, cuando se habla del ingreso público como una fuente de

discriminación hacia la mujer se hace referencia a diversos fenómenos que encuentra

sustento en, por ejemplo, una recaudación de impuestos de tipo indirecto que involucran

bienes y servicios básicos, lo cual afecta directamente a las mujeres al no poseer

ingresos económicos similares a los hombres. También podría hablarse en las

exenciones tributarias que tienden a mejorar la vida de los hombres que poseen mayores

ingresos lo cual tiene impacto en los impuestos regresivos que afectan a las mujeres que
como aquel que pretendía subir el impuesto a productos de uso femenino (toallas

higiénicas), ignorando totalmente la realidad de la economía de los hogares y de la

mujer directamente.

Ahora, la causa de la incapacidad que tienen muchas mujeres para cumplir con

sus obligaciones tributarias, que suelen regresivas en ciertos casos, se da porque las

mujeres tienden a ganar menos al entrar y salir continuamente del mercado laboral y

agregado esto, se ven obligadas a prestar mano de obra no remunerada en sus trabajos

y la asistencia en el hogar en horas no laborales. Para efectos del presente escrito es

necesario que se ahonde en el tema del trabajo no remunerado ya que es un efecto

directo de la mala planeación de la política fiscal en Colombia.

En este orden de ideas, la capacidad de participación de la mujer en el mercado

laboral y sus bajos ingresos para cumplir sus obligaciones tributarias no le permite un

adecuado disfrute de los servicios públicos o prestaciones de la seguridad social que

otorga la política fiscal colombiana. Debido a esto, los datos que no se suelen registrar,

sobre el mercado laboral femenino, es aquel que demuestra que la mujer suele pasar

más horas en su trabajo sin remuneración que los hombres como se puede consultar en

los datos suministrados en el presente escrito en su inicio.

Un claro ejemplo del ingreso público en la política fiscal como fuente de

discriminación de la mujer suele ser el impuesto regresivo que afecta la economía de la

mujer, como el intento de gravar un producto de primera necesidad para el uso personal

de las mujeres como los tampones y toallas higiénicas. En su Sentencia C-117/18 del

14 de noviembre de 2018, en la que el actor de la acción de constitucionalidad demanda

el artículo 185 (parcial) de la Ley 1819 de 2016 al desconocer los principios de

igualdad, equidad y progresividad en materia tributria demuestra el hecho que se está

dispuesto en Colombia el luchar contra la elusión y la evasión de impuestos a costa de


vulnerar derechos fundamentales que propende la Constitución Política de 1991

(Sentencia C-117/18, 2018).

La Corte Constitucional colombiana consideró que el hecho de gravar un

producto de tanta importancia para la mujer era un impuesto regresivo al hacer que estas

lo pagaron únicamente en razón de ser mujer, lo cual es contrario a la dignidad misma

y a la igualdad. La imposición de este tipo de impuesto regresivo al establecer el alza

del cobro en un producto conlleva a un acceso mucho más restringido o difícil por parte

de las mujeres que se encuentran en situación de pobreza.

De esta manera se demuestra que el legislativo está dispuesta a recaudar a toda

costa, incluso vulnerando los derechos a la salud, a la educación y a la participación

social e indudablemente, incrementa la brecha económica y de género que existe entre

los hombres y las mujeres al intentar obligarlas a pagar un impuesto regresivo de este

tipo.

3.2. Discriminación desde el gasto público.

Por otro lado, cuando se afirma la existencia de discriminación contra la mujer

desde el gasto público en la política fiscal se habla de dos posibles puntos. El primero,

es la inversión por parte del Estado en sectores de mano de obra predominados por

hombres, no dando la oportunidad a mujeres en el mercado laboral; el segundo, el

otorgamiento de subsidios y beneficios fiscales a sectores donde la mujer no tiene alta

participación ni beneficio.

Bien sabemos que el gasto público se encarga de asignar los recursos del Estado

para que cubran las necesidades básicas de la sociedad, pero esto realmente no se refleja

en la situación de las mujeres. El día 28 de febrero de 2017 se creó la Comisión del

Gasto y la Inversión Pública tal como lo dispone la ley 1819 del año 2016 y el Decreto

320 del Ministerio de Hacienda para determinar el gasto públicos en los rubros de
mayor necesidad en Colombia. Por su parte, el DANE en un Boletín Técnico de Gran

Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) emitida el día 13 de marzo de 2019 midió los

indicadores del mercado laboral por sexo en el trimestre de noviembre de 2018 a enero

de 2019.

Como se demostrará a continuación, la desigualdad en cuanto a la tasa de

desempleo de hombres y mujeres la diferencia es notoria al doblar el porcentaje de

desempleo de mujeres en cuanto a hombres.

Gráfica 2. Indicadores del mercado laboral por sexo. Trimestre móvil noviembre

2018 – enero 2019. DANE, GEIH. (DANE, Mercado por sexo laboral, 2019).

La no incorporación de la mujer en el gasto público en el aspecto laboral tiene

una relación directa con la inversión que debe realizar el Estado en el aspecto
económico para que las mujeres puedan tener más oportunidades laboral, pero no es

suficiente únicamente el crear más empleo para los colombianos si la mujer no tiene

acceso a estas oportunidades. En consecuencia, la política fiscal tiende a incentivar que

las mujeres se queden en casa atendiendo las necesidades del hogar ya que no hay un

gasto público que le garantice a la mujer igualdad y equidad en cuanto al conseguir

trabajo se refiere.

4. ¿Cómo llegar a una política fiscal con enfoque de género?

Para poder crear una política fiscal en la cual se abandone la teoría clásica

(relación hombre - mercado) y se reconozcan a las mujeres como sujetos en la

relaciones que se derivan del mercado, se debe iniciar con una primera fase de

identificación y análisis en aras de garantizar la equidad de género.

En esta primera fase, se debe empezar identificando las desigualdades que se

dan en razón del género entre hombres y mujeres, para que en esa medida se puedan

evidenciar las necesidades sobre las cuales la política pública debería entrar a regular.

Una vez que son evidenciadas dichas necesidades, deben identificarse los actores claves

en la toma de decisiones en el proceso de elaboración de una política pública en pro de

la inclusión y equidad de género ya sea respecto de aquellas instituciones responsables

de la rectoría de políticas de igualdad de género, organizaciones de la sociedad civil

que trabajen por la igualdad de género y en defensa de los derechos de las mujeres,

entre otros.
Gráfica 3. Actores clave en el análisis de la fiscalidad y el género. (OXFAM, 2014,

pág. 21).

Posteriormente, en esta misma fase, debe realizarse un análisis del modelo de

política fiscal por medio de criterios que han venido siendo desarrollados en aras de

poder establecer aquellos lineamientos que propendan por garantizar el compromiso

con la igualdad, tales como los sugeridos por la Confederación Internacional OXFAM:
Gráfica 4.Criterios de Evaluación de la Política fiscal propuestos desde la

Metodología del “Compromiso con la Igualdad” (OXFAM, 2014, pág. 25).

5. Conclusiones.

En primer término, del presente escrito pueden inferirse una serie de

conclusiones respecto a las consecuencias de la política fiscal sobre la mujer, a

continuación se presentarán afirmaciones de la investigación que se ha realizado y del

mismo modo, se darán soluciones generales a los problemas de discriminación que se

han planteado.

La importancia del tema sobre el presupuesto con un enfoque o perspectiva de

género en Colombia, a pesar de todos los avances que ha habido y que no pueden
desconocerse, es la profunda desigualdad que corrompe a nuestro país, en especial de

las mujeres, pero para poder asegurar que esta desigualdad no es un simple mito del

feminismo contemporáneo es menester presentar evidencias de la presente situación.

Primero, según la proyección del DANE en el año 2016, el 50,6% de la

población son mujeres y de este porcentaje el 47,5% de mujeres vive en cabeceras

municipales, pero la relevancia de este dato reside en la llamada “jefatura de los

hogares” donde para el año 2015 el 36.4% de los hogares confirman que la dirección

del hogar la lleva la mujer (PROFAMILIA, 2015). Esto demuestra, tal vez, dos

fenómenos sociales que, dependiendo del lector, pueden resultar tal vez interpretativos,

negativos o positivos; el primero es la predominancia de la mujer en el hogar en un rol

de control dentro de las jerarquías familiares, es decir, un creciente empoderamiento en

nuestra sociedad y el segundo efecto, tal vez consecuente del primero, es que debido a

la brecha salarial o a la imposibilidad de la mujer a competir en el mercado laboral la

mujer se encuentre obligada a dedicar su vida al control del hogar al no poder recibir

remuneración por su trabajo.

En segunda medida, además del problema sobre la diferencia de remuneración

o la no remuneración por horas extra de trabajo que padece la mujer, se suman otros

factores negativos que podrían influir en la discriminación contra la mujer en el aspecto

laboral como la violencia de género. Por ejemplo, en los últimos cinco años se calcula

que anualmente en Colombia se presentan más de 47.248 casos de violencia entre

parejas, sea ya en unión marital de hecho o mediando contrato matrimonial, en las

cuales se afectan mujeres en un total de 86,66%, porcentaje a todas luces escandaloso.

Además de esto, el Instituto de Medicina Legal realiza anualmente más de 127.703

exámenes médico legales por la presunta comisión de delitos sexuales o contra la


integridad personal, de los cuales el 84,3% corresponde a valoraciones a examinadas

femeninas (Forenses, 2015 ).

Frente a estos datos y la notable falla del Estado colombiano y del Gobierno

Nacional en los últimos años se hace necesario, mediante un profundo estudio de la

problemática, realizar correcciones sobre el presupuesto con prespectiva de género

teniendo en cuenta los siguientes puntos:

En principio, el enfoque de género en la política fiscal debe ser, más que una

yuda, una herramienta para la materialziación de los derechos de la mujer, debe ser

diferenciadora de las diferencias existentes entre hombres y mujeres en la producción

de bienes y servicios en Colombia.

Del mismo modo, requiere también de la diligente planeación de leyes,

proyectos, planes y políticas encamninadas a la una asignación de recursos eficiente

que asegure la inclusión y la igualdad de la mujer. Teniendo en cuenta lo anterior, no

debe confundir el lector las anteriores afirmaciones como la definición de presupuesto

como un presupuesto aparte para las mujeres, no se pretende afirmar tal cosa ya que sí

sería quebrantador del derecho a la igualdad que gozan todos los nacionales en nuestro

país. Tampoco puede interpretarse lo anterior como un incrmento en el gasto público,

todo lo contrario, no se trata la equidad y la igualdad de imponer más carga tributario

en cabeza de los contribuyentes para aegurar los derechos de las mujeres sino de la

asignación correcta y eficiente del presupuesto en la política fiscal en pro de empoderar

a la mujer.

Ahora, no basta con dar soluciones si el Congreso de la Rpública, titular del

derecho de iniciativa legislativa, no se hace partícipe en la lucha de las mujeres por la

igualdad de género, esto mediante la promulgación de leyes que promuevan, de manera

efectiva, la igualdad de género sin que estas caigan en el abuso del derecho. Asimismo,
mediante la integración del enfoque de género en las iniciativas legislativas, es decir,

que cada vez que una ley sufra el debate deliberativo que antecede su promulgación se

debata también del posible impacto que dicha norma pueda tener en la vida o economía

tanto del hombre como de la mujer.

Principalmente, tal vez el reto más grande que tiene el Congreso en este proceso

de inclusión social e igualdad de la mujer es adecuar sus procesos de planeación y

presupuestación para que estos tengan impacto positivo en la vida del gran porcentaje

de las mujeres que sufren exclusión, teniendo en cuenta que en este escrito se tuvo en

cuenta un pequeño sector de las varias problemáticas que tiene la mujer, como lo es la

desigualdad laboral y salarial, no teniéndose en cuenta en este estudio factores como

violencia, pobreza directa en mujeres o estas mismas circunstancias en mujeres

afrodescendientes, indígenas u homosexuales, el estudio se haría interminable y

alarmante.

Pero implementar la perspectiva de género no requiere únicamente de ideas

genéricas de difícil materialización, tal vez una solución más atinada sería incluir en los

principios de la Ley Orgánica del Plan de Desarrollo la igualdad de género y la

implementación de metas y objetivos claros mediante creación entidades que se

dediquen a la protección efectiva y urgente de la mujer en caso de exclusión urgente,

esto requiriría claramente la asignación de un presupuesto a nivel territorial, asegurando

así el cumplimiento de los preceptos constitucionales de nuestra Carta Magna.


6. Referencias bibliográficas.
Unidas, N. (s.f.). Naciones Unidas. Obtenido de Día Internacional de la Mujer:
https://www.un.org/es/events/womensday/background.shtml
Sentencia de Tutela-432, T-432 (Corte Constitucional 25 de Junio de 1992).
Público, M. d. (s.f.). Minhacienda. Obtenido de
http://www.minhacienda.gov.co/HomeMinhacienda/faces/oracle/webcenter/portalapp/
pages/politicafiscal.jspx;jsessionid=OywINT984CCAsKLcuyZxNojke3VXLW10Jby
Bfmht6xOKbm88s1LT!-1376527929?_adf.ctrl-
state=snan1oxu8_4&_afrLoop=1136056540006241&_afrWindowMode=0&_af
Colombia, B. d. (s.f.). Banco de la República de Colombia. Obtenido de
http://www.banrep.gov.co/es/contenidos/page/qu-pol-tica-fiscal
Patricia Carmina Inzunza Mejia, A. J. (8 de Agosto de 2013). Universidad Libre. Obtenido de
http://www.unilibre.edu.co/bogota/pdfs/2016/3sin/B12.pdf
Tella, M. J. (2006). Equidad, Derecho y Justicia. Madrid: Editorial Universitaria Ramon
Areces.
Arias, J. C. (Febrero de 2018). Universidad Externado de Colombia. Recuperado el Abril de
2019, de Revistas: https://doi.org/10.18601/01236458.n47.03
Gómez, M. B. (2014). Principios Rectores del Derecho Tributario. Vlex, 47-54.
ONU. (2015). ONU mujeres. Obtenido de http://igualdaddegenero.unam.mx/wp-
content/uploads/2016/08/onu-mujeres-igualdad-equidad.pdf
Salamanca, N. M., & Gómez, C. V. (Enero de 2016). Cedetrabajo. Obtenido de
https://cedetrabajo.org/blog/politica-fiscal-y-genero-que-no-se-descargue-la-crisis-
sobre-las-mujeres/
Girlado, C. A., Suárez, M. L., & Pulido, S. M. (2007). Políticas Fiscales y Género. Estudios
de Caso Argentina y Colombia. Urugay: REPEM.
Sentencia de Tutela- 369, T-369 (Corte Constitucional 12 de Julio de 2016).
OXFAM. (Septiembre de 2014). Ajustar La Lente. Fiscalidad desde un enfoque de género:
metodología de analisis. Obtenido de www.oxfam.org
Plazas-Gómez, C. V. (2018). Hacia la construcción de una política fiscal con enfoque de
género en Colombia. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario.
Nación, C. G. (1994). Política fiscal y la equidad en Colombia. Santafé de Bogotá: Tercer
Mundo Editores.
Clavijo, S. (1998). Política fiscal y Estado en Colombia. Santafé de Bogotá : Ediciones
Uniandes.
PNUD. (14 de Diciembre de 2015). UNDP.org. Obtenido de PNUD Colombia:
http://www.co.undp.org/content/colombia/es/home/presscenter/articles/2015/12/14/inf
orme-sobre-desarrollo-humano-2015-trabajo-al-servicio-del-desarrollo-humano.html
Palomino, S. (17 de Diciembre de 2015). La desigualdad de género, un obstáculo en
Colombia. El País.
CeALCI, F. C. (2010). Fiscalidad y equidad de género. Carolina Ce-ALCI, 1-185.
Caribe, O. d. (2010). El impacto de la política fiscal en la vida de las mujeres. Santiago.
CEPAL, N. U. (2019). CEPAL. Obtenido de Observatorio de Igualdad de Género de América
Latina y el Caribe : https://oig.cepal.org/es/indicadores/tiempo-total-trabajo
Garijo, M. R. (2019). Políticas Fiscales discriminatorias desde una perspectiva de género.
Análisis crítico. Madrid: Universidad Rey Juan carlos .
Gouges, O. d. (1985). eclaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana. Madrid:
Alianza Editorial.
RFDC. (2019). Sobre la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana en el
desarrollo histórico de los derechos fundamentales. Alicante: Red Feminista de
Derecho Constitucional.
Paredes, L. M., Merlano, F. M., & Puche, L. F. (2017). IMPUESTOS Y DESIGUALDAD
DE GÉNERO EN COLOMBIA. Revista económica Supuestos, 1-6.
Sentencia C-117/18, 117-18 (Corte Constitucional de Colombia 14 de noviembre de 2018).
Capraro, C. (2015). Impuestos a hombres y mujeres: por qué el enfoque de género es crucial
para un régimen fiscal justo. Inspiraction, 2-24.
Valdés, M. F. (22 de Junio de 2017). Los impuestos afectan más a las mujeres que a los
hombres. (C. Radio, Entrevistador)
Garza, N. (14 de septiembre de 1998). INJUSTA DISTRIBUCIÓN. El Tiempo.
DANE. (2019). Boletín Técnico - Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH). Bogotá:
DANE - Información para todos.
DANE. (2019). Mercado por sexo laboral. Bogotá: DANE - Información para todos.
República, C. d., Planeación, D. N., & Humanas, C. (2017). GUÍA BÁSICA SOBRE EL
ROL DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA EN EL ANÁLISIS DEL
PRESUPUESTO GENERAL DE LA NACIÓN CON PERSPECTIVA DE GÉNERO.
Bogotá.
Sentencia T-369/16, 369-16 (Corte Constitucional 12 de julio de 2016).
PROFAMILIA. (2015). Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2015. Colombia:
Profamilia.
Forenses, I. N. (2015 ). Forensis 2015. Bogotá: Medicina Legal.

Você também pode gostar