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Que, el recurso de casación fue declarado procedente por resolución del primero
de abril del año dos mil ocho, por la causal prevista en el inciso tercero del
artículo trescientos ochenta y seis del Código Procesal Civil, en virtud de lo cual
la recurrente denuncia la contravención de las normas que garantizan el derecho a
un debido proceso y la infracción de las formas esenciales para la eficacia y
validez de los actos procesales, toda vez que:
a.- La presente demanda de divorcio fue admitida por las causales de separación
de hecho y de adulterio, sin embargo, al momento de expedirse sentencia, no se
ha precisado por cuál de las dos causales se ha disuelto el vínculo matrimonial;
además, si bien a la fecha la causal de adulterio ha caducado (por lo que se ha
declarado fundada la excepción respectiva), respecto de la otra causal no se ha
indicado cuál de las dos modalidades se invoca, si es cuando existen hijos
menores o mayores de edad;
CONSIDERANDO
Primero.– Que, conforme aparece de la revisión de actuados, J.M.Z.M.
interpuso demanda de divorcio por las causales de separación de hecho y de
adulterio para efectos de que se declare disuelto el vínculo matrimonial que
contrajo con C.C.C.L. ante la Municipalidad Distrital de Samuega, Provincia de
M.N. el siete de marzo del año mil novecientos ochenta y siete. Alega que se
encuentran separados de hecho desde el mes de junio del año mil novecientos
noventa, tal como la misma emplazada lo ha reconocido en el proceso de
alimentos seguido en su contra ante el Segundo Juzgado de Paz Letrado de
Mariscal Nieto, Expediente número quinientos – dos mil dos, por lo que acredita
encontrarse separado por más de cuatro años conforme lo exige la norma civil, en
razón a que uno de sus hijos, M.A.Z.C. es menor de edad (dieciséis años al
momento de la interposición de la demanda) habiendo procreado también a
K.C.Z.C., quien es mayor de edad (dieciocho años al momento de la
interposición de la demanda). En cuanto a la causal de adulterio, sostiene que la
misma se acredita con la partida de nacimiento del menor Y.D.P.B.C., nacido el
siete de setiembre del año mil novecientos noventa y uno de las relaciones
mantenidas por la recurrente con M.C.B.D. y que ofreció como prueba en un
anterior proceso de divorcio seguido contra la misma demandada. Agrega
finalmente que las partes no han adquirido ningún bien dentro del matrimonio.
Cuarto.– Que, apelada que fuera esta decisión la Sala Superior confirma la
sentencia de primera instancia, revocándola únicamente en cuanto declara
infundada la pretensión indemnizatoria, y reformándola declara sin objeto emitir
pronunciamiento sobre la misma, por no haber sido demandada en la vía de
reconvención, además que no ha fundamentado en qué consistiría el daño, ni el
monto en que estima el mismo; de otro lado, teniendo en cuenta que la demanda
de divorcio por la causal de adulterio ha sido declarada caduca al ampararse la
excepción respectiva, se entiende que la apelada sólo se ha pronunciado sobre la
causal de divorcio contemplada en el inciso doce del artículo trescientos treinta y
tres del Código Civil, y advirtiéndose de autos la existencia de dos certificados
de matrimonio del demandante, debe ponerse este hecho en conocimiento del
Ministerio Público para que, conforme a lo señalado en el artículo ciento treinta y
seis del Código Penal, proceda conforme a sus atribuciones.
Sétimo.- Que, interpretando dicha norma, debe precisarse que por lo general todo
decaimiento del vínculo matrimonial implica perjuicio para ambos cónyuges que
no lograron consolidar una familia estable; de modo tal que, en procesos como el
de autos, los juzgadores deben pronunciarse necesariamente, aún cuando no se
haya solicitado, respecto a cuál de los cónyuges resulta perjudicado o bien, más
perjudicado de acuerdo a su apreciación de los medios probatorios en los casos
concretos, fijando una indemnización a cargo de la parte no afectada o menos
afectada, salvo que existan bienes que estime puedan adjudicársele de modo que
compense su mayor perjuicio. Las circunstancias fácticas que motivaron el
alejamiento de los cónyuges, aunque provengan de un acuerdo mutuo de
separación, que no es el caso, no pueden ser interpretadas como una ausencia de
perjuicio que implícitamente conlleva todo decaimiento del vínculo matrimonial,
que afecta a la institución familiar y a sus integrantes, generalmente a un
cónyuge más que a otro; debiendo precisarse que en caso de que no se pueda
determinar cuál es el cónyuge perjudicado, no existe obligación en el juzgador de
fijar indemnización alguna o adjudicación preferente.
Décimo.- Que, de otro lado, al sustentar la última causal procesal (acápite d.-) la
demandada sostiene que no existe pronunciamiento alguno de la sentencia de
vista respecto a la existencia del bien común adquirido durante la vigencia de la
sociedad de gananciales. El citado bien a que se refiere la recurrente sería el Lote
trece de la Manzana H del Programa Pampas de San Francisco, distrito de
Moquegua, Provincia de M.N., y cuya existencia habría acreditado mediante
copia de la Partida P cero ocho millones once mil seiscientos dos obrante a fojas
ciento cuarenta y uno y siguientes del principal. En primer lugar, cabe referir que
la demandada, al contestar la demanda, admitió que durante el tiempo que hizo
vida en común con el demandante no adquirieron ningún bien inmueble, por lo
que resulta contradictorio que ahora alegue la existencia de un bien común; en
segundo lugar, la partida electrónica que se acompaña no ha sido incorporada
formalmente al proceso, por lo que no existía obligación alguna por parte de las
instancias de mérito de pronunciarse sobre el mérito de la misma; en tercer lugar,
aún revisada la citada Partida, se advierte que el inmueble sub litis fue adquirido
por la sociedad conyugal conformada por J.M.Z.M. y J.M.R.T. el primero de
marzo del año dos mil dos, y no por la sociedad conyugal conformada por
J.M.Z.M. y C.C.C.L., siendo que además dicha adquisición es posterior a la
separación de hecho habida entre las partes que data del año mil novecientos
noventa, debiendo precisarse que en este proceso no es materia de
cuestionamiento ni debate la vigencia, validez o eficacia del segundo matrimonio
contraído por el actor y menos de los actos jurídicos celebrados por esta sociedad
conyugal, por lo que queda a salvo el derecho de la demandada para que, de
estimarlo conveniente, lo haga valer en la vía pertinente; razones por las cuales
este extremo del recurso tampoco resulta atendible.
RESOLUCIÓN
S.S.
TICONA POSTIGO
SOLÍS ESPINOZA
PALOMINO GARCÍA
CASTAÑEDA SERRANO
MIRANDA MOLINA