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Alumno—

Jesús Bernardo Miranda Solís


Asignación—
Trabajo: Justificación del proyecto
Fecha—
16 de julio de 2019
Materia—
Diseño, Gestión y Evaluación de Proyectos
Socio-Laborales
Profesora—

Rosa María Moreno Medrano


Índice
1. Justificación del proyecto ............................................................................................ 3
2. Referencias Bibliográfica. ............................................................................................ 7
1. Justificación del proyecto
La violencia es una realidad que hoy en día tiene lugar en las aulas y en los centros
escolares de muchas o prácticamente todas las partes del mundo. Es, sin duda, una
situación a la que se debe poner freno de inmediato, aunque las causas están por
determinarse. El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) (Aguilera et al., 2007)
destacó que los docentes que perciben mayor violencia fuera de la escuela, también la
identifican al interior de la institución. Esta correlación entre los índices de violencia lleva
a concluir que el contexto social de la escuela tiene un lugar de primera importancia en la
manifestación del fenómeno de la violencia.

Según Furlán, A. (2005) la violencia escolar es un tema que obliga a realizar una
serie de reflexiones acerca de lo que debe de incluirse dentro de ese concepto y su
diferenciación con lo tradicionalmente considerado como indisciplina, esto significa,
establecer cuál es la conducta del alumno que se circunscribe en lo denominado «normal y
su contraparte con la considerada «patológica».

México como país se ubica en el primer lugar internacional de incidentes de


Violencia Escolar en el nivel de educación básica (Preescolar, Primaria y Secundaria), y de
acuerdo al informe TALIS 2013 RESULTS (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos [OCDE], 2014), el 40.24 % de los estudiantes declaró haber sido
víctima de acoso; 25.35 % haber recibido insultos y amenazas; 17 % ha sido golpeado y
44.47 % dijo haber atravesado por algún episodio de violencia verbal, psicológica, física e
inclusive través de las redes sociales.

Al respecto cabe destacar que la violencia escolar no solamente tiene repercusiones


sobre el desempeño académico o el abandono escolar sino también afecta los alumnos en
lo psicológico como lo demuestra un trabajo de Varela, Garay, Ávila y Martínez (2013) en el
que se encontró que los adolescentes que obtuvieron mayores puntuaciones en violencia
escolar presentaron a su vez mayores puntuaciones en los niveles de soledad,
sintomatología depresiva, estrés, comunicación ofensiva y esquiva con la madre y el padre,
conflicto familiar y actitud hacia la transgresión.

Por otro lado, es importante reconocer que la familia es el primer medio


socializador del niño y es donde debe recibir los primeros afectos y vínculos materno y
paterno, sin embargo, también se constituye en un elemento fundamental para la génesis
de las conductas agresivas de los hijos que redundarán hasta la vida adulta al afectar su
forma de integración y de relación social. Ante eso es esencial destacar el papel que los
padres tienen en el proceso de desarrollo de sus hijos así como su implicación en la
emergencia de conductas antisociales. De ahí que sean considerados, en los estudios sobre
violencia escolar como uno de los agentes trascendentales, junto con los docentes y los
propios alumnos. (Pérez,M., Yuste, N., Lucas, F., Fajardo, M., 2008).

Algunos estudiosos señalan la correlación existente entre la violencia familiar y la


violencia escolar (Bernarás, Jaureguizar, Soroa, Ibabe y De las Cuevas, 2013; Carpi,
Gómez, Guerrero y Palmero, 2008)

Las relaciones familiares de los alumnos que participan en actos violentos dentro de
la institución educativa son turbias y viven con mayores niveles de conflicto familiar. Lo
anterior indica claramente que existe una correlación alta entre un ambiente familiar
conflictivo y, las dificultades en la comunicación paterno-filial, un aspecto trascendente
para la resolución positiva de los conflictos familiares y los que sufren los adolescentes en
las relaciones con los iguales en la escuela (Varela, Garay, Ávila y Martínez, 2013). Otros
estudios han confirmado diversas consecuencias que el bullying tiene para el desarrollo y
ajuste psicosocial de la víctima

Las causas de la violencia escolar son diversas y existen numerosos factores que
inciden sobre la misma, entre ellos se pueden destacar: los individuales, familiares,
escolares y comunitarios (González, R. 2015).

En cuanto a los factores familiares, diversas investigaciones asocian la violencia


escolar con relaciones violentas o agresivas entre los integrantes de la familia,
inversamente, la calidad de los vínculos y las interacciones entre los miembros de la familia
ayuda al adolescente para que no se involucre en conductas violentas en la escuela
(Estévez, Murgui, Musitu y Moreno, 2008; Lila, Herrero y Gracia, 2008). Cava, Musitu y
Murgui (2006) resaltan la influencia de las variables familiares consideradas
(comunicación familiar y valoración parental de la escuela) en la violencia escolar de los
adolescentes, aunque su influencia no es directa, sino indirecta.

Estos resultados, además, confirman estudios previos sobre el papel relevante que
la familia sigue desempeñando en la etapa de la adolescencia de los hijos (Dekovic, Wissink
y Meijer, 2004; Rodrigo et al, 2004), y señalan la importancia que en el estudio de la
influencia de la familia en la violencia escolar desempeñan variables mediadoras tales
como la autoestima o la actitud del adolescente hacia la autoridad escolar.
En México, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reportó en
2011 que 30% de los estudiantes de primaria declaraban sufrir algún tipo de violencia
escolar. Para 2013, este porcentaje aumentó a 40%, es decir, 18 millones 781,875 alumnos
y alumnas de primaria y secundaria, tanto en escuelas públicas como privadas, sufrieron
acoso escolar. Del estudiantado de sexto grado de primaria, 40% dijeron haber sido
víctimas de robo; 25% recibieron insultos o amenazas; 16% fueron golpeados y 44% han
atravesado algún episodio de violencia. Por su parte, la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (Román y Murillo, 2011), destaca que 11% de los estudiantes mexicanos
de primaria han robado o amenazado a algún compañero, mientras que en secundaria ese
porcentaje alcanza 7%.

A través de la educación familiar, los(as) hijos(as) deben tener garantizadas tres


condiciones básicas, de las cuales depende su calidad, y que contribuyen a prevenir
cualquier tipo de violencia:

1) una relación afectiva cálida, que ofrezca seguridad sin proteger en exceso (la
inseguridad puede producirse tanto por falta de protección como por una protección
excesiva, que transmita miedo e indefensión);

2) un cuidado atento, adecuado a las cambiantes necesidades de seguridad y


autonomía según la edad;

3) una disciplina consistente, sin caer en autoritarismo ni en negligencia, que ayude


a respetar límites y a establecer relaciones basadas en el respeto mutuo, la antítesis de la
violencia y del modelo de dominio-sumisión en el que se basa.

Por lo tanto, el maltrato infantil puede ser un detonante de la violencia en los


centros escolares. El INEGI (2009) señala que Puebla (7%) es la entidad federativa en
donde se presentaron más casos comprobados6 de maltrato infantil, seguida de Coahuila
(5.5%), México (4.4%), Yucatán (3.9%), Chihuahua (3.5), Nuevo León (2.4), Tamaulipas
(2.23), y Sinaloa e Hidalgo (1.7). 6 Se refiere sólo a los casos comprobados, es decir, en
donde hay una denuncia y se demuestra que existe o existió maltrato infantil; sin embargo,
no se consideran los casos que no se denuncian y que pueden ser los más. 502 | María del
Rosario Ayala-Carrillo · Violencia escolar: un problema complejo Llama la atención que el
índice de femineidad de menores de edad atendidos por maltrato infantil es mayor, es
decir, en casi todas las entidades del país se registra mayor violencia intrafamiliar en las
niñas que en los niños.
Es importante que los niños aprendan a expresarse de manera correcta y no que lo
hagan de la primera forma que le venga a la mente, por el bien de todos, es necesario que
los alumnos escuchen y realicen actividades donde los enseñe a comportase de una manera
correcta.
2. Referencias Bibliográfica.

Aguilera, G. M. A., Muñoz, A. G. y Orozco, M. A. (2007). Disciplina, violencia y consumo de


sustancias nocivas a la salud en escuelas primarias y secundarias de México,
Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, México.

Carpi, A., Gómez, C., Guerrero, C. y Palmero, F. (2008). Psicología experimental. Violencia
y sociedad. Castellón España: Llar Digital.

Cava, M. J., Buelga, S., Musitu, G. y Murgui, S. (2010). Violencia escolar entre adolescentes
y sus implicaciones en el ajuste psicosocial: un estudio longitudinal. Revista de
Psicodidáctica, 15 (1), pp. 21-34.

Comisión Nacional de los Derechos Humanos México. (2014). Recomendación general no.
21 sobre la prevención, atención y sanción de casos de violencia sexual en contra de
las niñas y los niños en centros educativos, México, CNDH.

Dekovic, M., Wissink, I.B. y Meijer, A.M. (2004). The role of family and peer relations in
adolescent antisocial behaviour: comparison of four ethnic groups. Journal of
Adolescence, 27, pp. 497-514

Estévez, E., Murgui, S., Musitu, G. y Moreno, D. (2008). Adolescent aggression: Effects of
gender and family and school environments. Journal of Adolescence, 31, pp. 433-
450.

Furlán, A. (2005) Problemas de indisciplina y violencia en la escuela. Revista Mexicana de


Investigación Educativa, Jul-Sep 2005, Vol. 10, Num. 26, pp. 631-639.

González Castro, Rodolfo. (2015). LA VIOLENCIA FAMILIAR Y SU INFLUENCIA EN LA


VIOLENCIA ESCOLAR (BULLYING) ACTIVA, PASIVA Y TESTIGO EN ALUMNOS
DE SECUNDARIA. Altamira Revista Académica de la Universidad de Tijuana. 3. 6-
21. 10.15418/ALTAMIRA1102.

OCDE. (2014). TALIS 2013 Result, An international perspectiva on teaching and

Pérez,M., Yuste, N., Lucas, F., Fajardo, M., (2008). Los padres frente al fenómeno de la
violencia escolar. European Journal of Education and Psychology, 2008. Vol.1 No.3
pp. 39-47.
Varela Garay, R. M., Elena Ávila, M., & Martínez, B. (2013). Violencia escolar: Un análisis
desde los diferentes contextos de interacción. Psychosocial Intervention, 22, 25–32.
doi:10.5093/in2013a4

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