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Biogeografia (Capítulo 45)

Chapter · January 2012

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Isabel Sanmartin
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Biogeografía
Isabel Sanmartín
45
Resumen: La biogeografía es la disciplina de la biología comparada que se encarga de estudiar los procesos causales –histó-
ricos y ecológicos– que determinan la distribución espacial de los organismos. Tradicionalmente se ha dividido esta disciplina
en dos enfoques: la biogeografía ecológica, que estudia los procesos que actúan sobre la distribución espacial de los organis-
mos a escala local, y la biogeografía histórica, cuyo objetivo es explicar la distribución geográfica de los seres vivos en térmi-
nos de su historia evolutiva. Esta última se considera como una disciplina directamente emparentada con la sistemática, y es el
objetivo de este capítulo. La distribución geográfica de la diversidad biológica se explica por dos procesos históricos alternati-
vos: la fragmentación de una distribución ancestral por la aparición de una nueva barrera geográfica (vicarianza), o la coloniza-
ción de un área cruzando una barrera preexistente (dispersión). Hasta finales del siglo XX predominó una biogeografía narra-
tiva basada en escenarios de dispersión y centros de origen. La fusión de la teoría de la tectónica de placas con la metodología
cladista introdujo el concepto de vicarianza y permitió el desarrollo de métodos analíticos de reconstrucción biogeográfica. Sin
embargo, la reciente introducción de marcadores moleculares en la estimación de relaciones evolutivas y tiempos de divergen-
cia entre linajes (‘reloj molecular’) ha vuelto a poner de manifiesto el papel de la dispersión en la distribución espacial de la di-
versidad biológica. A pesar de que vicarianza y dispersión se han considerado tradicionalmente como procesos excluyentes,
en este capítulo se mostrará cómo el desarrollo de nuevas herramientas analíticas en inferencia biogeográfica y el uso de evi-
dencia alternativa (reloj molecular, registro fósil e información paleogeográfica) han permitido por primera vez examinar la in-
fluencia relativa de estos dos procesos dentro de un riguroso marco evolutivo e inferencial.

Summary: Biogeography is the discipline of comparative biology studying the causal processes –historical and ecological– that
have shaped the spatial distribution of organisms through time. It is is usually divided into two approaches: ecological biogeography
–the study of environmental factors shaping the distribution of organisms at local spatial scale– and historical biogeography,
which aims to explain the geographic distribution of organisms in terms of their evolutionary history. The latter is considered as
an evolutionary discipline and it is the subject of this chapter. Biogeographers explain the spatial distribution of biological diversity
by two alternative historical processes: the colonization of a new area by crossing a pre-existing barrier (dispersal) and the
fragmentation of a widespread ancestral distribution by the formation of a new geographic barrier (vicariance). Until the mid XX
century, dispersal-based biogeographic scenarios were the dominant explanation, supported by an immobile view of life and
earth. The fusion of the theory of plate tectonics with the cladistic method to reconstruct phylogenetic relationships led to the
concept of vicariance and to the development of a more analytical approach to historical biogeography. Recently, the introduction
of molecular markers in the estimation of evolutionary relationships and divergence times between lineages (‘the molecular clock’)
has given back to dispersal a primary role in explaining contemporary distribution patterns. Although dispersal and vicariance are
usually considered alternative processes, we show in this chapter how recent developments in the field of analytical biogeography,
and the use of other sources of evidence (e.g., molecular clock, fossil record, palaeogeographic information) allow us for the first
time to examine the relative role played by these two processes within a rigorous inference framework.

a biogeografía histórica es la disciplina evolutiva versas que otras, cómo y cuándo se originó la diversidad

L que busca reconstruir los patrones o modelos de


distribución de la diversidad biológica e inferir los
procesos o mecanismos implicados, utilizando como base
actual de un continente, o por qué organismos evolutiva-
mente próximos se encuentran ahora separados por gran-
des barreras geográficas como cuencas marinas o cadenas
las relaciones de parentesco entre los organismos y su dis- montañosas. Se trata de una disciplina sintética, que aúna
tribución geográfica. Aborda cuestiones tan fascinantes los conocimientos de campos tan diversos como la siste-
cómo por qué algunas regiones geográficas son más di- mática, la paleontología, la geología y la geografía.
457
458 Cap. 45, Biogeografía

Desde antiguo, los científicos se han sentido intrigados tos de división geográfica fue seguido de especiación
por el origen de distribuciones disyuntas como la del alopátrida de la población ancestral, de forma que cada
grupo austral, que se muestra en la Figura 1A, en la cual descendiente es ahora endémico de un continente.
los miembros de un mismo taxon habitan localidades ais-
El resultado final de ambos procesos, dispersión y vica-
ladas entre las que no existe continuidad geográfica.
rianza, es el aislamiento espacial de una población por una
¿Cómo explicar el origen de estas distribuciones disyun-
barrera geográfica y la consiguiente diferenciación de un
tas que se extienden a través de distintos continentes y
nuevo taxon por especiación alopátrida. Sin embargo,
cuencas oceánicas? Tradicionalmente se han propuesto
mientras que en la explicación dispersionista la barrera es
dos procesos o mecanismos históricos considerados como
más antigua que la disyunción geográfica, en la vicariante
opuestos:
la aparición de la barrera geográfica es la causa de la dis-
1. Dispersión: el antepasado del grupo se originó en un yunción y la subsiguiente especiación, por lo que no puede
área ancestral o ‘centro de origen’, desde donde se dis- ser más antigua que ésta.
persó a otras áreas cruzando sucesivas barreras geográ- Como puede adivinarse, ambos procesos son compa-
ficas (por ejemplo, cuencas marinas en la Fig. 1B). tibles y no necesariamente excluyentes. Por ejemplo, la
Cada uno de estos eventos de dispersión puede condu- apertura del Estrecho de Gibraltar, a finales del mioceno
cir a especiación alopátrida, al imposibilitarse el flujo (5,5 millones de años), supuso un evento de vicarianza o
génico entre la población original y la dispersora por la division biótica para las faunas y floras del Norte de África
presencia de la barrera y el llamado ‘efecto fundador’. y la Península Ibérica, pero al mismo tiempo proporcionó
2. Vicarianza: el ancestro del grupo ocupaba un área an- una ruta de dispersion (conexión biótica) para la biota ma-
cestral que entonces abarcaba toda su distribución ac- rina, al conectar el Mar Mediterráneo con el Océano
tual, y que se dividió por la aparición sucesiva de Atlántico. Otros ejemplos de barreras geográficas que han
barreras geográficas (por ejemplo, la división del super- actuado también como rutas de dispersión son el cierre del
continente mesozoico de Gondwana por la formación de Istmo de Panamá a finales del cenozoico (3,5 millones de
nuevos océanos en la Fig. 1C). Cada uno de estos even- años), que posibilitó el llamado ‘gran intercambio faunís-

AF R
AFR

NZ AFR

SSA
SSA SSA
AUS
AUS NZ AUS

NZ

B C

AFR AFR / NZ + SSA + AUS AFR


AFR NZ
Dispersión a NZ NZ NZ
Dispersión a SSA SSA SSA
NZ / SSA + AUS
Dispersión a AUS AUS SSA / AUS AUS

DISPERSIÓN
VICARIANZA

Figura 1. Explicaciones alternativas en biogeografía histórica. A: Grupo monofilético con una distribución disyunta en el cual cada miem-
bro se distribuye en continentes distintos del hemisferio sur separados actualmente por cuencas oceánicas.B: Explicación dispersalista:
el antepasado del grupo se originó en un área reducida, y desde ésta colonizó el resto de áreas por dispersión superando sucesivas ba-
rreras geográficas. C: Explicación vicariante: el ancestro del grupo se originó en un área ancestral (por ejemplo, el antiguo superconti-
nente de Gondwana) que entonces abarcaba todas las áreas y que se dividió por la aparición secuencial de nuevas cuencas oceánicas.
Isabel Sanmartín 459

Términos básicos
Área de endemismo: Unidad de análisis en biogeografía y el dispersada, por lo que se produce especiación por aisla-
equivalente de una homología biótica en análisis filogenético. Se miento o especiación alopátrida.
trata de una unidad de análisis comparable para todos los gru- Distribución disyunta: Distribución espacialmente discon-
pos estudiados, cuyas relaciones con otras unidades o áreas de tinua, separada por barreras geográficas o climáticas.
endemismo reflejan la historia de una conexión biótica. Duplicación: Proceso biogeográfico que implica la división
Biogeografía reticulada: Escenario biogeográfico en el de una especie sin que intervenga una barrera geográfica, por
cual las áreas y sus biotas se fragmentan, fusionan, y fragmen- ejemplo por especiación simpátrida dentro de su rango ac-
tan de nuevo en ciclos repetidos de dispersión y vicarianza a tual de distribución. Alternativamente, la duplicación puede
medida que las barreras geográficas se forman y destruyen en ser el resultado de una especiación alopátrida en respuesta
el tiempo. a una barrera geográfica temporal; a diferencia de la vica-
Bioma: Unidad geográfica definida por la existencia de una rianza, esta barrera aparentemente sólo afectó a ese linaje y
misma ‘forma de vida’ o fisionomía (hábitat) como resultado no hay trazas de ella en el presente.
de la adaptación a unas mismas condiciones bióticas (por Endémico: Un taxon es endémico de un área o región
ejemplo, suelo, clima, humedad), pero en la cual los organis- cuando sólo se encuentra allí y en ningún otro sitio. Se suele
mos que la habitan no comparten necesariamente la misma diferenciar entre paleoendémico (especies relictas remanen-
historia evolutiva. tes de especies que en el pasado tenían una distribución
Cadena de Markov: En biogeografía se emplean cadenas de mayor) y neoendémico (nuevas especies que no han tenido
Markov ‘estacionarias’ u ‘homogéneas’ en las que las probabi- tiempo suficiente para dispersarse más allá de su región o
lidades de cambio entre estados están gobernadas por una ‘ma- centro de origen).
triz de probabilidades de transición’, que se mantiene constante Efecto fundador: En genética de poblaciones, se refiere al
en el tiempo y es independiente de las probabilidades iniciales resultado de la formación de una nueva población a partir de
del sistema. Las cadenas de Markov son muy útiles en proce- un número muy reducido de individuos. Un ejemplo es la
sos de inferencia histórica, como biogeografía, en los que los dispersión a larga distancia en islas oceánicas donde sólo unos
estados observados en el presente son el resultado de un pro- pocos individuos colonizan la isla. Al presentar una diversidad
ceso estocástico que evoluciona a lo largo del tiempo. Véase genética distinta a la de la especie original, suele derivar en la
Cap. 52, Reconstrucción de árboles filogenéticos. formación de una nueva especie.
Centro de origen: Área geográfica donde una especie se Extinción: Proceso biogeográfico que implica la desaparición
origina y desde donde se dispersa hacia otras áreas. No de un organismo de parte (extinción local o ‘extirpación’) o
confundir con centro de diversificación. de todo (‘extinción global’) su rango de distribución.
Cladograma de áreas (TAC): Cladograma representando Pseudocongruencia biogeográfica: Fenómeno por el
las relaciones filogenéticas entre un grupo de organismos, en cual dos o más grupos de organismos muestran en su filoge-
el cual se reemplaza el nombre de las especies por las áreas nia el mismo patrón biogeográfico (congruencia topológica),
que éstas ocupan. Reflejaría la historia de conexiones bióti- pero se habrían originado en épocas geológicas distintas (in-
cas entre las áreas para el grupo analizado. congruencia temporal).
Cladograma general de áreas (GAC): Cladograma repre- Superciclo tectónico: Mecanismo geológico para explicar
sentando un patrón general de relaciones biogeográficas entre el movimiento de los continentes. El movimiento de los
áreas de endemismo para varios grupos monofiléticos que ha- continentes se produce por la formación de nueva corteza
bitan una misma región. Se interpreta como el resultado de oceánica en puntos del océano, llamados ‘dorsales oceáni-
eventos de vicarianza que dividieron una biota ancestral. cas’, tales como la línea donde las placas Norteamericana y
Difusión o geodispersión: Proceso biogeográfico que im- Eurasiática se alejan una de la otra al expandirse el Océano
plica la extensión del rango geográfico de una especie por la Atlántico. Donde dos placas continentales colisionan se
desaparición de una barrera geográfica, por ejemplo la des- forma una nueva cadena montañosa (por ejemplo, la Ca-
aparición del mar epicontinental (Estrecho de Turgai) entre dena del Himalaya).
Europa y Asia hace 30 millones de años. Vicarianza: Proceso biogeográfico que implica la división
Dispersión: Proceso biogeográfico que implica la extensión del rango geográfico ancestral de una especie en dos o más
del rango geográfico de una especie al atravesar una barrera fragmentos por la formación de una barrera climática o geo-
geográfica preexistente (por ejemplo, una montaña). La ba- gráfica (por ejemplo, la apertura de una nueva cuenca ma-
rrera impide el flujo génico entre la población original y la rina), seguido de especiación alopátrida.

tico’ de marsupiales y placentados entre Sudamérica y sur para familias de plantas que procedentes de Nortea-
Norteamérica. Otro ejemplo es el levantamiento de los mérica colonizaron los nuevos nichos ecológicos en las
Andes del Norte a finales del mioceno (13-10 millones de faldas y laderas de las montañas.
años), que supuso un evento de vicarianza para las biotas Resulta interesante que a pesar de tratarse de dos pro-
al este y oeste de la cadena montañosa (cis/trans Andean), cesos complementarios, la evolución de la biogeografía
pero también proporcionó una ruta de dispersión hacia el como disciplina científica puede entenderse como la his-
460 Cap. 45, Biogeografía

toria de un debate entre estos dos enfoques: dispersión por cuencas oceánicas? (véase el recuadro Regiones bio-
frente a vicarianza. En este capítulo se trazará la evolu- geográficas y áreas de endemismo).
ción de dicho debate y cómo el desarrollo reciente de nue- Hasta la segunda mitad del siglo XX, el dispersionismo
vos métodos de análisis biogeográfico ha permitido por fue la explicación dominante, apoyada por una visión ‘es-
primera vez examinar la influencia relativa de ambos pro- tática’ de la Tierra y de la vida. Al igual que sus coetá-
cesos dentro de un riguroso marco evolutivo e inferencial. neos, Carl Linneo (1707-1778) creía que todas las especies
se originaron por un acto de creación divina en un área re-
Dispersionismo y centros de origen ducida (el Paraíso o Jardín del Edén), desde donde se ha-
brían dispersado y colonizado otras áreas según sus
El interés científico por explicar la distribución actual de preferencias ecológicas. Cada especie sería entonces el re-
animales y plantas data de antiguo (véanse las interesantes sultado de un acto individual de creación, inmutable y sin
reflexiones biogeográficas del Padre José de Acosta [1680- relación alguna con otras especies. La teoría de la evolu-
1789]). Los antiguos naturalistas, como Alexander von ción de Darwin (1859) y Wallace (1876) cambió esta
Humboldt (1805), se sentían intrigados por la idea de que visión ‘inmovilista’ de la vida al plantear que los organis-
regiones con climas similares, como la Cuenca Mediterrá- mos se originaban en un ‘centro de origen’, a partir del
nea y Sudamérica (Chile), compartían organismos de fi- cual algunos individuos se dispersaban hacia nuevas áreas
sionomía (forma de vida) muy similar, pero las especies por azar y posteriormente evolucionaban como conse-
que las habitaban eran distintas (véase bioma). Por otro cuencia de la selección natural. La distribución actual de
lado, observaron que regiones biogeográficas como África los organismos sería, por tanto, el resultado de una evolu-
y Sudamérica, separadas por grandes barreras geográficas ción en el espacio y en el tiempo. Darwin y sus coetáneos,
como el Océano Atlántico, presentaban una biota de com- sin embargo, creían en la idea de la ‘estabilidad geográ-
posición más similar. ¿Cómo explicar la existencia de estas fica’, según la cual el tamaño y la posición de los continen-
biotas distribuidas en regiones que ahora están separadas tes no habrían variado a lo largo del tiempo.

Regiones biogeográficas y áreas de endemismo


Una región biogeográfica representa áreas donde grandes biotas han evolucionado aisladas de otras regiones por ba-
rreras geográficas, como océanos, montañas o desiertos, y han sido moldeadas a lo largo de su evolución por la tectónica
de placas, es decir, por el movimiento de continentes y placas tectónicas. Equivale al concepto de ‘reinos florales’ utilizado
en botánica o al de ‘regiones zoogeográficas’ en zoología. A diferencia del concepto más ecológico de bioma (hábitat),
los organismos que habitan una determinada región biogeográfica han compartido una misma historia evolutiva. El interés
por definir regiones o reinos biogeográficos data del comienzo de la biogeografía y se han definido clasificaciones distintas
según los autores. Generalmente se reconocen las siguientes regiones: 1) Holártico, a menudo dividido en Paleártico
(Eurasia-Norte de África) y Neártico (Norteamérica); 2) Neotropical (América Central, Caribe y Sudamérica); 3) Afrotro-
pical (África subsahariana y Madagascar); 4) Oriental o Indo-Malaya (India y Sudeste Asiático); 5) Australasia (Australia,
Nueva Guinea y Nueva Caledonia), Antártica (Antártida, Nueva Zelanda, extremo sur de Sudamérica); y 6) Oceanía (Fiji,
Micronesia y Polinesia). A veces la región del Cabo en Sudáfrica se reconoce como un reino floral distinto de la región Afro-
tropical. Asimismo, los límites que separan la región Oriental de Australasia (‘línea de Wallace’) son todavía discutidos.
Las regiones biogeográficas pueden ser apropiadas como unidad de análisis cuando se estudian organismos de distribu-
ción cosmopolita, pero la mayor parte de los grupos requieren unidades de estudio más reducidas, las llamadas áreas de
endemismo. Definir las áreas de endemismo –la unidad de estudio en biogeografía– es el paso previo a todo análisis bio-
geográfico. Hay varios criterios y la selección de uno u otro depende de los objetivos del estudio:
• Criterio de simpatría: región geográfica definida por la existencia de congruencia geográfica entre las áreas de distribu-
ción de dos o más grupos de organismos o entre dos o más grupos monofiléticos.
• Criterio geológico: región geográfica que presenta una historia geológica independiente, por ejemplo los distintos con-
tinentes que formaron parte de Gondwana (Fig. 1C). Generalmente estas áreas son de mayor tamaño que si se utiliza
un criterio puramente biológico como el simpátrico, y un análisis más detallado revelaría procesos de vicarianza dentro
de ellas. Sin embargo, resultan útiles cuando se comparan patrones biogeográficos entre grupos de características bio-
lógicas (ecológicas) distintas y se necesita un criterio de definición independiente del biológico.
• Criterio combinado: región geográfica definida por la congruencia entre la distribución de dos o más táxones, pero tam-
bién por la existencia de barreras geográficas que limitan la dispersión, o cuya aparición conlleva la formación de nuevas
especies por vicarianza.
Otros autores han propuesto utilizar eventos vicariantes como unidades de análisis en vez de áreas de endemismo. Tam-
bién se han propuesto nuevos métodos para definir áreas de endemismo cuando hay solapamiento entre áreas o el límite
entre éstas no está bien definido.
Isabel Sanmartín 461

El dispersionismo fue también la escuela dominante dispersionista de la ‘ciencia de lo raro, lo misterioso y


durante la primera mitad del siglo XX. La llamada ‘Es- lo milagroso’.
cuela Zoogeográfica de Nueva York’ defendía que
distribuciones disyuntas como en la Figura 1 podían ex- 2. Su falta de capacidad predictiva: el dispersionismo per-
plicarse por dispersión desde un centro de origen. El dis- mite explicar la distribución de organismos individua-
persionismo se apoyaba en tres principios: a) los táxones les, pero no proporciona una teoría general que explique
se originan en un área reducida, el centro de origen; b) la presencia de patrones de distribución similares entre
desde allí se dispersan al azar, superando barreras geo- organismos con ecologías y capacidades dispersivas
gráficas preexistentes hasta poblar nuevas áreas; y c) la distintas. Así, para el dispersionismo la biota de un área
dispersión depende sólo de las habilidades del organismo es la suma de las dispersiones de distintos linajes, cada
y de las condiciones del medio. Los estudios biogeográ- uno con su propia historia biogeográfica.
ficos se centraron en esta época en la búsqueda de áreas Recientemente han surgido métodos analíticos, como el
ancestrales y centros de origen, para lo que se propusie- método de las Áreas Ancestrales o el de la Parsimonia de
ron distintos criterios: a) el área de mayor diversidad bio- Fitch, que se basan en la idea de la dispersión desde un
lógica, b) aquella con la mayor abundancia de centro de origen (los antepasados no pueden ocupar más
individuos, c) aquella donde se encuentran los individuos de un área de distribución), pero a diferencia de enfoques
de mayor tamaño o los fósiles más antiguos, o d) el área previos (dispersionismo, biogeografía filogenética) utili-
donde se encuentran las formas morfológicamente más zan criterios analíticos basados en la optimización de ca-
derivadas (véase más abajo). Estos criterios han sido cri- racteres para localizar el centro de origen. Éste sería el
ticados por su falta de base científica y su carácter ad área que requiere el mínimo número de eventos de disper-
hoc. Un concepto relacionado, pero menos controvertido, sión necesarios para explicar la distribución actual del
es el de centro de diversificación, aquella región o área grupo. Algunos autores, sin embargo, han acusado a estos
donde las condiciones ambientales favorecen la forma- métodos de ser un resurgimiento encubierto del dispersio-
ción de nuevas especies que luego se expanden o disper- nismo, y por tanto sujetos a las mismas críticas.
san hacia otras áreas, por ejemplo la región Indo-Malaya A pesar de estas críticas, existen escenarios biogeográ-
para la fauna marina. ficos donde no cabe duda de que la dispersión desde un área
Una aproximación más científica al dispersionismo es la de distribución ‘restringida’ ha tenido un papel importante
Biogeografía Filogenética de Willi Hennig y Lars Brundin, en la generación de la diversidad biológica. Por ejemplo,
que incorpora por primera vez información filogenética a el ‘gran intercambio americano’, por el que mamíferos pla-
la reconstrucción de la historia biogeográfica de los organis- centados y marsupiales se dispersaron entre Norteamérica
mos. Al igual que el dispersionismo, esta escuela asume que y Sudamérica a través del Istmo de Panamá hace 3,5 millo-
las especies se originan en un centro de origen desde donde nes de años, es un ejemplo de ‘escenario dispersionista’
se dispersan hacia otras áreas. También supone que existe apoyado por resultados filogenéticos y paleontológicos ri-
un paralelismo entre la evolución de los caracteres morfo- gurosos. Otro ejemplo son las islas oceánicas, como las
lógicos en el cladograma y la distribución geográfica de los Hawái o las Fiji, que por su origen volcanico o coralino
organismos (‘regla de la progresión’), por lo que el centro nunca tuvieron conexión geológica a un continente y donde
de origen sería el área donde se encuentran las especies que la dispersión ha desempeñado un papel fundamental en la
presentan el mayor número de estados de carácter ancestra- generación de su diversidad biológica. Por ejemplo, la isla
les o ‘plesiomórficos’ en cada grupo (véase Cap. 32, Hime- de Krakatoa en el Pacífico Oriental fue devastada por una
nópteros). Es decir, entre dos especies hermanas, la especie erupción volcánica en 1883 que destruyó su biota, pero 50
que se dispersa y coloniza una nueva área es la especie que años después aparece colonizada por numerosos animales
presenta la mayor concentración de estados de carácter de- y plantas procedentes de islas cercanas como Java o Suma-
rivados o ‘apomórficos’. tra. Otro tipo de evidencia (indirecta) de la importancia de
la dispersión en las islas oceánicas es su llamado ‘desequi-
Críticas al dispersionismo
librio biótico’: las biotas de estas islas se consideran ‘disar-
La escuela biogeográfica dispersionista ha sido criticada mónicas’ porque en ellas predominan grupos de plantas y
principalmente por dos razones: animales con alta capacidad dispersiva (por ejemplo, aves,
1. Su falta de base científica: las hipótesis dispersionistas plantas con frutos que se dispersan con el viento), mientras
son difíciles de refutar desde un punto de vista hipoté- que otros organismos menos vágiles (por ejemplo, “repti-
tico-deductivo porque cualquier patrón de distribución les”) están pobremente representados. En general se ob-
puede explicarse por dispersión, simplemente invo- serva que cuanto mayor es el aislamiento geográfico de una
cando un número suficiente de eventos. Para la Escuela isla (es decir, mayor su distancia a un continente) tanto
Zoogeográfica de Nueva York, cualquier distribución, mayor es su desequilibrio biótico. El caso contrario se ob-
por disyunta que fuera, podía explicarse por dispersión, serva en las islas continentales, como Nueva Zelanda o Ma-
invocando ‘puentes de tierra’ o ‘antiguos continentes dagascar, que por su origen continental o su actual cercanía
sumergidos’, por lo que se ha tachado a la biogeografía a un continente presentan en general una biota de compo-
sición más equilibrada.
462 Cap. 45, Biogeografía

Por otro lado, el término ‘dispersión’ engloba mecanis- sentido de que las barreras geográficas evolucionan junto
mos o procesos que no implican necesariamente atravesar con las biotas y por tanto deben estudiarse juntas. Esta es-
una barrera geográfica, como en el caso de la dispersión cuela defiende que la distribución geográfica de los organis-
‘por salto’ (jump dispersal). Los más citados son: mos puede explicarse por la fragmentación de un área
• Pasillos o corredores de tierra (land corridors): una co- ancestral por la formación de sucesivas barreras dispersivas
nexión de tierra que une dos continentes y que no im- (geográficas o climáticas). Consiste en representar en un
plica filtros ecológicos, por lo que cualquier organismo mapa las áreas de distribución de un taxon y conectarlas con
puede cruzarla, como por ejemplo el Istmo de Panamá líneas o ‘trazos’ de acuerdo con su proximidad geográfica.
entre Norteamérica y Sudamérica. Si existe congruencia entre los trazos individuales de distin-
tos organismos (‘trazo generalizado’) se infiere que éstos
• Corredores filtro (filter corridors): una conexión bió- formaban parte de una biota ancestral que se dividió por la
tica más selectiva, de modo que sólo aquellos organis- aparición de sucesivas barreras de vicarianza. La panbioge-
mos con la tolerancia ecológica adecuada pueden ografía se ha criticado por no utilizar información filogené-
cruzarla. Por ejemplo, el Estrecho de Bering actuó tica en la derivación de los trazos, y porque en su
como un corredor filtro durante el pleistoceno (3-2 mi- formulación primitiva rechaza la idea de la tectónica de pla-
llones de años), permitiendo la migración entre Eura- cas. Sin embargo, goza todavía de gran aceptación en el
sia y Sudamérica de animales árticos y de tundra, pero Cono Sur, donde una nueva generación de biogeógrafos neo-
constituyó una eficaz barrera dispersiva para organis- zelandeses y sudamericanos utilizan métodos panbiogeográ-
mos adaptados a ecosistemas boreales y templados. ficos para explicar distribuciones disyuntas entre
• Dispersión ocasional o rutas de azar (sweepstakes dis- continentes, a veces basándose en modelos geológicos alter-
persal): una conexión biótica no permanente que nativos a la tectónica de placas (por ejemplo, la teoría de la
supone una barrera entre dos áreas, pero que ocasional- ‘Tierra en expansión’).
mente puede ser cruzada. Un ejemplo es la dispersión de En la década de 1970, la fusión de la metodología cla-
animales y plantas entre Sudamérica y Australia des- dista de Hennig con la vicarianza de Croizat y la teoría de
pués de la apertura del Estrecho de Drake (30 millones la tectónica de placas propició el nacimiento de una nueva
de años), en la cual las islas subantárticas actuaron pro- escuela biogeográfica, la ‘Biogeografía cladista o vica-
bablemente como ruta intermedia (stepping-stones). riante’, que se convirtió en la escuela dominante durante
la segunda mitad del siglo XX. Esta escuela biogeográfica
utiliza la metodología cladista de Hennig para construir
Vicarianza y biogeografía cladista
cladogramas de áreas o estructuras jerárquicas en los cua-
En la segunda mitad del siglo XX, dos grandes innovacio- les las áreas se agrupan según la existencia de táxones en-
nes metodológicas contribuyeron a la aparición de un démicos compartidos. En el caso de varios agrupamientos
nuevo paradigma en biogeografía histórica: el concepto alternativos se prefiere el que postula el menor número de
biogeográfico de vicarianza*. Por un lado, el método cla- pasos o ‘asunciones ad hoc’ –principio de máxima parsi-
dista de reconstrucción filogenética proporcionó una rigu- monia (véase Cap. 52, Reconstrucción de árboles filoge-
rosa herramienta de análisis con la que reconstruir las néticos). Al igual que la panbiogeografía, la biogeografía
relaciones evolutivas de los organismos sin necesidad de cladista se basa en el modelo vicariante (véanse el recua-
recurrir al escaso registro fósil. Por otro, el desarrollo en dro Biogeografía cladista y la Fig. 2) y propugna la evo-
esta época de la ‘teoría de la tectónica de placas’ propor- lución conjunta de organismos y áreas. Asume que la
cionó el mecanismo geológico necesario para explicar la congruencia en las relaciones biogeográficas entre grupos
existencia de distribuciones disyuntas sin recurrir a puen- de organismos distintos indica que éstos comparten una
tes de tierra ni continentes fantasma. El meteorólogo ale- historia biogeográfica común, es decir, que sus patrones de
mán Alfred Wegener fue el primero en proponer el distribución actual se han generado como respuesta a un
concepto de deriva continental, pero no fue hasta la dé- mismo proceso o mecanismo histórico. Éste sería la frag-
cada de 1960 cuando el descubrimiento de la composición mentación de un área ancestral por sucesivos fenómenos
geofísica de la Tierra y el mecanismo del superciclo tec- de vicarianza (Fig. 2A), que habrían aislado a cada uno de
tónico proporcionaron el motor necesario para entender los linajes individuales en un área geográfica, por ejemplo
la evolución geológica de nuestro planeta. En vez de ser la secuencia de fragmentación geológica de Gondwana en
los organismos los que se desplazan sobre una geografía la Figura 1C. Sin embargo, la escuela cladista se diferen-
estática, son las placas litosféricas y los continentes los cia de la panbiogeografía en que adopta la idea de Hennig
que se mueven, llevando sobre ellos a los organismos. de que las relaciones filogenéticas entre organismos con-
La primera escuela biogeográfica en adoptar el concepto tienen información sobre su historia biogeográfica. La di-
de la vicarianza biogeográfica fue la ‘Panbiogeografía’, fun- visión por vicarianza de una antigua distribución ancestral
dada por el botánico italiano León Croizat y resumida en su resultaría en especies hermanas con un mismo patrón de
célebre frase «La Tierra y la Vida evolucionan juntas», en el distribución disyunta (Fig. 2B).
*El concepto de especies ‘vicarias’ es más antiguo, y define especies relacionadas taxonómicamente que ocupan un nicho ecológico y un hábitat simi-
lar, pero en regiones alejadas geográficamente.
Isabel Sanmartín 463

Biogeografía cladista

La Figura 2 muestra el modelo vicariante o modelo nulo en biogeografía cladista, en el cual un grupo de organismos habita
un área ancestral de amplia distribución (ABC), que se divide sucesivamente por la aparición secuencial de barreras geo-
gráficas (A/BC; A/B/C). Cada una de estas divisiones geográficas va seguidada de una especiación alopátrida de la especie
ancestral, lo que se refleja en la filogenia en forma de cladogénesis (Fig. 2A). Por tanto, es posible reconstruir la secuencia
de fenómenos de vicarianza a partir de la secuencia de eventos de especiación o cladogénesis en la filogenia. El resultado
es una estructura jerárquica, el cladograma de áreas, que refleja la historia de conexiones bióticas entre las áreas ana-
lizadas para ese grupo de organismos (Fig. 2A). Un análisis biogeográfico cladista (Fig. 2B) comienza con la construcción del
cladograma de áreas para cada grupo de organismos (Taxon Area Cladogram, TAC), reemplazando el nombre de los táxo-
nes terminales en la filogenia por las áreas de endemismo que éstos ocupan. Comparando los cladogramas de áreas entre
distintos grupos de organismos que habitan una misma región geográfica (Fig. 2B), se puede encontrar un patron biogeo-
gráfico general, el llamado cladograma general de áreas (GAC), que reflejaría la historia de conexiones bióticas
entre las áreas compartida por los distintos grupos. Por ejemplo, en la Figura 2, las áreas B y C han compartido un vínculo
biótico más reciente que entre éstas áreas y el área A.
La obtención de cladogramas de áreas es muy simple si cada taxon es endémico de un área y cada área alberga un solo
taxon. Sin embargo, es común encontrar casos que no cumplen esta regla (Fig. 2C): táxones que ocupan más de un área
de distribución (‘táxones de amplia distribución’), áreas habitadas por más de un taxon (‘distribuciones redundantes’) o áreas
donde alguno de los grupos analizados no presenta ningún miembro (‘áreas ausentes’). Estas excepciones al modelo vica-
riante introducen ambigüedad a la hora de inferir el patrón común de relaciones entre áreas. Para solucionar este problema,
en biogeografía cladista se emplean distintas soluciones algorítmicas (‘asunciones 0, 1 y 2’) que permiten obtener cladogra-
mas de áreas resueltos en los cuales cada área alberga un solo taxon y cada taxon habita una sola área (RAC), y utilizan di-
versos métodos de análisis para derivar el cladograma general de áreas a partir de los RAC. Los más conocidos son el
método de ‘análisis de componentes’, la ‘parsimonia de Brooks’, los ‘árboles de reconciliación’ y los ‘árboles libres de pa-
ralogía’ (véase Crisci y colaboradores 2003 para una explicación más detallada). Todos estos métodos tienen como obje-
tivo encontrar un patrón general de relaciones entre áreas, el cladograma general de áreas, que se interpreta como una
secuencia de fenómenos de vicarianza que habría dividido una biota ancestral (Fig. 2B). Cualquier desviación entre el cla-
dograma general de áreas y las filogenias individuales se explica por procesos no vicariantes, como dispersión o extinción,
que se consideran específicos de cada linaje. Otro método cladista muy popular es el ‘análisis de parsimonia de endemis-
mos’ (PAE), que busca clasificar áreas de distribución basadas en la presencia de táxones compartidos, utilizando el crite-
rio de máxima parsimonia para elegir entre clasificaciones alternativas. A diferencia de otros métodos cladistas, el PAE no
requiere una hipótesis filogenética previa, por lo que sus resultados pueden ser interpretados tanto desde un punto de vista
ecológico como histórico. Este método también puede utilizarse en la delimitación de áreas de endemismo.

Para la biogeografía cladista, las hipótesis vicariantes tórica, centrado no tanto en reconstruir la evolución en el
pueden ser refutadas examinando la congruencia entre el tiempo y el espacio de grupos monofiléticos (‘biogeogra-
cladograma general de áreas y los cladogramas individua- fía de linajes’, por ejemplo la biogeografía filogenética de
les. En cambio, considera la dispersión como ‘ruido evo- Hennig y Brundin) como en descubrir las relaciones bió-
lutivo’, u ‘homoplasia’ en términos cladistas, porque se ticas entre áreas de endemismo (‘biogeografía de áreas’).
trata de un proceso específico de cada linaje que puede en- Por ejemplo, la comparación de cladogramas de áreas
mascarar en el cladograma de áreas la señal de congruen- entre distintos organismos de Sudamérica permitió reco-
cia biogeográfica producida por la vicarianza. Así, para la nocer la existencia de dos regiones biogeográficas dife-
biogeografía cladista (y la panbiogeografía) la dispersión renciadas: la región neotropical al norte, relacionada
es un fenómeno aleatorio que afecta a linajes individuales, biogeográficamente con la región Holártica, y la región
pero que no permite explicar la existencia de congruencia templada al sur, que presenta sus vínculos más cercanos
entre patrones de distribución de organismos distintos. Re- con la región Austral.
sulta improbable que diferentes grupos de organismos se
dispersen al unísono en el espacio y en el tiempo, por lo Críticas a la biogeografía cladista
que la dispersión no podría generar patrones generales de Como se ha dicho, la escuela cladista o vicariante impulsó
distribución. la transformación de la biogeografía en una disciplina
La biogeografía cladista supuso un extraordinario científica, dándole un cuerpo propio de asunciones teóri-
avance frente a las narraciones inductivo-dispersionistas cas y metodológicas, y fue la escuela dominante durante
que habían dominado la biogeografía hasta entonces, por- la segunda mitad del siglo XX. En la última década, sin
que proporcionó por primera vez un marco analítico con embargo, esta escuela ha sido criticada por sus limitacio-
el que investigar la historia biogegráfica de los organis- nes a la hora de analizar escenarios biogeográficos que se
mos mediante la comparación entre cladogramas de áreas. apartan del modelo vicariante. Tres argumentos se esgri-
Introdujo además un nuevo enfoque en biogeografía his- men para ello:
464 Cap. 45, Biogeografía

A
dispersión, extinción y duplicación se consideran sólo a
A B C A B C posteriori para explicar casos de incongruencia entre el
cladograma general de áreas y las filogenias individua-
BC A B C les. Sin embargo, un mismo patrón de relaciones entre
áreas puede ser explicado por distintas combinaciones
ABC A B C de procesos. Por ejemplo, en la Figura 3, el patrón bio-
geográfico A(BC) –la mayor similitud biótica entre las
Cladograma de áreas Escenario biogeográfico TIEMPO áreas B y C que entre éstas y el área A– puede expli-
B
carse por la fragmentación sucesiva de un área ances-
1 2 3 A B C
tral por vicarianza (Fig. 3A), pero también por un evento
GAC de dispersión desde el área B hacia el área C posterior a
la primera vicarianza (Fig. 3B), o por una duplicación
A B C
inicial del área ancestral seguida de extinción en algunas
4 5 6 A B C
areas (Fig. 3C). Dado que la inferencia del cladograma
BC
de áreas se hace sin tener en cuenta los procesos subya-
ABC centes, y que cada caso de incongruencia puede expli-
7 8 9 A B C carse por distintas combinaciones de procesos (Fig. 3),
Cladograma general de áreas
es tarea del investigador decidir qué procesos han gene-
rado lo patrones de distribución observados. Esto hace
Filogenias TACs que los resultados de un análisis biogeográfico cladista
sean difíciles de comparar y no se puedan atribuir con
C
confianza a ningún proceso en concreto.
AB C D A B C D B A C D
• Pseudocongruencia biogeográfica: otra de las limita-
ciones de la biogeografía cladista es que no tiene en
a) b) c) cuenta la ‘dimensión temporal’ en la inferencia del
cladograma de áreas. Esto contrasta con la definición
Figura 2. Biogeografía cladista. A: Escenario vicariante cladista del paradigma vicariante, que tiene un claro compo-
en el cual un área ancestral se divide sucesivamente en áreas más nente temporal además de espacial: predice que los
pequeñas por la aparición secuencial de barreras geográficas. linajes con distribuciones disyuntas deben ser más an-
Cada división geográfica es seguida por una especiación alopátrida tiguos que la barrera que los separa o que fragmenta
de la biota original, lo que se refleja en la filogenia de los grupos su rango geográfico. La explicación dispersionista, en
que la componen en forma de cladogénesis. B: Estructura de un cambio, predice que la barrera geográfica es más an-
análisis biogeográfico cladista. Tres grupos monofiléticos (por tigua que la cladogénesis biológica (Fig. 1B). Por
ejemplo, géneros) distribuidos en una misma región geográfica; tanto, comparando la edad de la barrera dispersiva
se reemplaza el nombre de los táxones en la filogenia por las
con la edad de la cladogénesis entre los linajes, es po-
áreas que éstos ocupan para obtener los cladogramas de áreas
sible discriminar entre procesos biogeográficos como
(TAC); finalmente, se comparan los cladogramas individuales
para obtener un patrón común de relaciones entre áreas, el cla- dispersión y vicarianza. Por ejemplo, en la Figura 3B,
dograma general de áreas (GAC). C: Tres tipos de cladogramas el grupo es más joven que el primer evento de vica-
de áreas que indican relaciones conflictivas entre áreas e intro- rianza, por lo que no pudo haberse visto afectado por
ducen ambigüedad a la hora de derivar el cladograma general de éste, y su distribución actual en C sólo puede expli-
áreas en biogeografía cladista: a) táxones de amplia distribución; carse por dispersión. Al ignorar la dimensión tempo-
b) distribuciones redundantes; c) áreas ausentes. ral en el análisis biogeográfico, las reconstrucciones
cladistas pueden caer en el fenómeno de la pseudo-
• No considera los procesos biogeográficos (Fig. 3): ade- congruencia biogeográfica. Las barreras geográfi-
más de la vicarianza (Fig. 1C) y la dispersión (Fig. 1B), cas son en muchos casos cíclicas y el mismo patrón de
de las que ya se ha hablado, existen otros dos procesos relaciones entre áreas pudo haberse formado en épo-
biogeográficos que permiten explicar patrones de distri- cas geológicas distintas, en cuyo caso no puede atri-
bución geográfica en organismos: la extinción, es decir, buirse a la misma causa histórica. En la Figura 3C el
la desaparición de un linaje de toda o parte (extirpación) grupo es más antiguo que la barrera y la primera es-
de su área de distribución, y la duplicación, que en bio- peciación se produce antes de la primera vicarianza,
geografía se interpreta como el resultado de la especia- de manera que los dos descendientes ocupan la misma
ción de un linaje en ausencia de división geográfica área ancestral ABC (duplicación). La extinción pos-
(véase Fig. 3C). La biogeografía cladista tiene como ob- terior de algunos linajes en las áreas A, B y C da lugar
jetivo encontrar un patrón general de relaciones entre a un patrón biogeográfico idéntico al producido por
áreas que se interpreta como el resultado de una secuen- una secuencia de eventos de vicarianza (Fig. 3A).
cia de fenómenos de vicarianza que fragmentó una biota Para que se pueda hablar de congruencia biogeográ-
ancestral (Fig. 2B). Procesos biogeográficos como la fica, por tanto, es necesario que exista ‘congruencia
Isabel Sanmartín 465

topológica’ en la relación entre áreas de endemismo contrario que un árbol filogenético– las áreas no están
(TAC, Fig. 2B), pero también ‘congruencia temporal’ necesariamente sujetas a una cladogénesis jerárquica.
entre los eventos de especiación producidos por la di- Así, regiones como la cuenca Mediterránea o la Región
visión geográfica. Por ejemplo, la existencia de dos Holártica presentan una paleogeografía compleja, en la
grupos de organismos mediterráneos con especies cual las áreas se han dividido, colisionado y fragmen-
hermanas a ambos lados del Estrecho de Gibraltar no tado a lo largo del tiempo. A medida que las barreras se
indica necesariamente una historia biogeográfica forman y destruyen, la alternancia en el tiempo de dis-
común para estos grupos. La Península Ibérica y el persión y vicarianza tectónica da lugar a un patrón re-
norte de África estuvieron conectados en distintos pe- ticulado de relaciones entre áreas –biogeografía
riodos geológicos a medida que las placas tectónicas reticulada– que no puede representarse por un clado-
que forman la Región Mediterránea se fragmentaron, grama de áreas bifurcado como en el escenario vica-
abriendo nuevas cuencas marinas. Por tanto, un riante (Fig. 3A). Por ejemplo, en la Figura 3D, la
mismo patrón de relaciones biogeográficas entre fragmentación entre las áreas C(BA) y la posterior fu-
ambos lados del Estrecho pudo haberse formado en sión entre las áreas C y B da lugar a un patrón reticu-
épocas geológicas distintas. lado de ‘hibridación entre áreas’. En esta clase de
• Biogeografía reticulada: otro problema al que se en- escenarios interviene otro tipo de proceso biogeográ-
frenta la biogeografía cladista es el hecho de que –al fico, que se conoce como geodispersión, dispersión

A A C B B C
B A
1 2 3 1 2 3
especiación II
(2,1)
3 Dispersión
2
vicarianza II especiación II vicarianza II especiación I
(B,C) (2,3) (B,C) (3,(2,1))

A B C A B C

vicarianza I
especiación I (A,(B,C))
vicarianza I (1,(2,3))
(A,(B,C))

C B A
3 2 1
B A C D
C
1 2 3 especiación II
Expansión rango (2,1)
extinción II
extinción III

vicarianza II C B
(B,C) extinción I especiación II
(2,3)
vicarianza II especiación I
(B,C) (3,(2,1))

A B C C B A A B C
especiación I
vicarianza I (1,(2,3))
(A,(B,C))
duplicación

Figura 3. Limitaciones de la biogeografía cladista. Distintas combinaciones de procesos pueden dar lugar a un mismo patrón de re-
laciones jerárquicas entre áreas (A,(BC), recuadro). A: Vicarianza: fragmentación de un área ancestral ‘ABC’ por dos eventos sucesi-
vos de vicarianza (I y II), seguido de especiación alopátrida, dan lugar al patrón de relaciones jerárquico A(BC). B: Vicarianza + dis-
persión: un evento de dispersión de B a C posterior al primer evento de vicarianza da lugar al mismo patrón de relaciones entre áreas.
C: Duplicación + extinción: un evento de duplicación o especiación simpátrica dentro del área ancestral ABC (anterior al primer evento
de vicarianza) y la extinción posterior en ciertas áreas produce idéntico patrón jerárquico. D: Reticulación: la división por vicarianza
entre C y AB, y la posterior unión (‘hibridación’) entre las áreas B y C (seguida de extensión del rango o difusión entre sus biotas) da
lugar al mismo patrón bifurcado que en la Figura 3A. Al no incorporar los procesos a la inferencia del cladograma de áreas, la bioge-
ografía cladista no permite discriminar entre estas explicaciones alternativas. En B y C se muestra además la importancia de incorpo-
rar la dimensión temporal a la inferencia biogeográfica: el grupo es más jóven (B) o más antiguo (C) que la primera barrera vicariante.
En D se ofrece un ejemplo de biogeografía reticulada que no puede representarse por un único cladograma de áreas: la relación en-
tre áreas cambia en el tiempo.
466 Cap. 45, Biogeografía

geológica, o difusión, y que se define como el resul- sibilidad es maximizar el número de eventos de vica-
tado de la expansión del rango geográfico entre dos rianza (‘historia compartida’) inferidos por la reconstruc-
grupos de organismos al desaparecer la barrera geográ- ción biogeográfica. Otra alternativa, adoptada por
fica que impedía la dispersión. Por ejemplo, la colisión métodos como DIVA o TREEFITTER, es asignar costes que
entre las placas continentales de la India y Eurasia en maximicen la probabilidad de detectar patrones de distri-
el eoceno a al cierre del Estrecho de Turgai entre Eu- bución ‘filogenéticamente conservados’. Imagínese que
ropa y Asia hace 30 millones de años permitieron a las se quiere diferenciar entre patrones de distribución que
biotas de los dos continentes extender su distribución a están determinados por relaciones evolutivas ‘antepasa-
ambos lados de la barrera. A diferencia de la disper- doo-descendiente’, es decir, por la topología de la filoge-
sión, que se considera como un evento específico de nia del organismo, frente a patrones de distribución
cada linaje, la geodispersión, al igual que la vicarianza, debidos al azar. Se pueden permutar de forma aleatoria
afecta simultáneamente a toda la biota de una región. las distribuciones de los táxones en la filogenia y compa-
Por tanto, al igual que ésta, puede generar patrones de rar el coste de la reconstrucción biogeográfica original
distribución congruentes entre organismos con ecolo- (las distribuciones observadas) con el coste de las recons-
gía y capacidad de dispersión distintas. Este tipo de pa- trucciones al azar. Si el coste observado para los datos re-
trón reticulado no puede representarse por un único ales es más bajo que el coste calculado para el 95% de las
cladograma de áreas (Fig. 3D) y requiere métodos de permutaciones al azar, se puede rechazar la hipótesis nula
análisis biogeográfico que no estén limitados por la es- de que las distribuciones no están filogenéticamente con-
tructura bifurcada y jerárquica de un cladograma de servadas y aceptar la hipótesis alternativa de que existe
áreas (véase abajo). una asociación entre la relación filogenética de las espe-
cies y las áreas que habitan. Utilizando simulaciones de
Biogeografía basada en procesos costes, Ronquist demostró que para distinguir entre pa-
trones de distribución al azar y patrones filogenética-
En la última década del siglo XX se desarrolló una nueva
mente conservados (por ejemplo, determinados por
generación de métodos de inferencia biogeográfica basa-
relaciones evolutivas ‘antepasado-descendiente’), los pro-
dos en modelos de procesos cuyo objetivo era superar las
cesos de dispersión y extinción deben tener un coste más
limitaciones de la biogeografía cladista antes menciona-
alto que los procesos de duplicación y vicarianza. La razón
das. Esta nueva escuela biogeográfica, denominada ‘bio-
está en que estos dos últimos procesos generan patrones de
geografía de procesos’ (event-based biogeography) y
distribución filogenéticamente conservados, en los cuales
formalizada por el biogeógrafo sueco Fredrik Ronquist,
los descendientes ‘heredan’ el rango geográfico ancestral.
propugna incorporar de forma explícita los procesos al
En la duplicación (Fig. 4A), cada uno de los dos descen-
análisis biogeográfico mediante modelos deterministas en
dientes hereda todo el rango ancestral, mientras que en la
los cuales cada proceso –dispersión, vicarianza, duplica-
vicarianza éste se divide en dos partes excluyentes de
ción y extinción (Fig. 4A)– recibe un coste fijo según su
modo que la suma de la distribución de los dos descen-
probabilidad. El análisis biogeográfico consiste en encon-
dientes equivale al rango ancestral (Fig. 4A). En cambio,
trar la reconstrucción biogeográfica más parsimoniosa:
los procesos de dispersión y extinción destruyen la rela-
aquella que minimiza el coste total de los eventos que
ción biogeográfica entre ancestro y descendientes, bien
deben inferirse para explicar la distribución actual del or-
porque uno de los descendientes desaparece de parte del
ganismo según el cladograma de áreas (Fig. 4B). Por
área ancestral –extinción (Fig. 4A, Fig. 3C)– o bien por-
tanto, la biogeografía de procesos, al igual que la biogeo-
que coloniza un área distinta que no formaba parte del área
grafía cladista, utiliza el principio de máxima parsimonia
ancestral –dispersión (Fig. 4A, Fig. 3B)–. Por tanto, se
como criterio de optimización en la inferencia del escena-
puede decir que estos procesos generan rangos geográfi-
rio biogeográfico. A diferencia de ésta, sin embargo, no
cos filogenéticamente no conservados.
sólo reconstruye el patrón general de relaciones entre áreas
La biogeografía basada en procesos supuso una serie
de endemismo (GAC), sino también la secuencia de pro-
de avances frente a la biogeografía cladista:
cesos biogeográficos que han generado ese patrón de dis-
tribución (Fig. 4B y Fig. 5). Es más, al hacer explícita la • Introdujo un criterio estadístico con el cual distinguir
conexión entre los patrones de distribución observados y entre reconstrucciones biogeográficas alternativas, por
los procesos subyacentes, los métodos ‘basados en even- ejemplo comparando el coste entre cladogramas de
tos’ permiten comparar escenarios biogeográficos alter- áreas y examinando su significación estadística me-
nativos. Por ejemplo, en la Figura 3, cada uno de los diante tests de permutación.
escenarios biogeográficos alternativos tendría un coste • Permite por primera vez formular hipótesis sobre dis-
distinto en términos de procesos, por lo que aunque el pa- persión y vicarianza (frecuencia relativa, dirección de
trón biogeográfico resultante sea el mismo sería posible dispersión, etc.) contrastables estadísticamente, por
discriminar entre ellos. ejemplo en relación con los valores esperados si las dis-
Encontrar el coste óptimo para cada proceso es la tribuciones no estuvieran filogenéticamente conserva-
principal dificultad en biogeografía de procesos. Una po- das (Fig. 5).
Isabel Sanmartín 467

A B
Filogenia Cladograma de áreas
1 A
B 2 C3 23 2 B
3
áreas áreas
C
organismos organismos 4
5 D
1 6 E
A A 1
7 F
vicarianza duplicación
Eventos

Vicarianza (v)
1
Duplicación (d)
2A
B1 C 2 3 Extinción (e)
7B Dispersión (i)
áreas organismos áreas organismos
3C
1 1 4D
A B A
extinción dispersión 5E
Reconstrucción
6F biogeográfica

Figura 4. Biogeografía de procesos. A: Cuatro tipos de procesos considerados en un análisis biogeográfico de Biogeografía de Pro-
cesos: vicarianza, dispersión, extinción y duplicación. Nótese que los dos primeros procesos dan lugar a distribuciones en que los des-
cendientes ‘heredan’ en parte o en su totalidad el rango de distribución del antepasado; la dispersión y la extinción, en cambio, rom-
pen la relación geográfica entre ancestro y descendientes, porque uno de los descendientes viene a ocupar un área distinta de la del
antepasado (dispersión) o porque es extirpado de parte del área ancestral (extinción). B: Ejemplo de análisis biogeográfico en bioge-
ografía de procesos: a la derecha se muestra la filogenia de un grupo monofilético con siete especies distribuidas en seis áreas de en-
demismo, y a la izquierda un cladograma de áreas representando la secuencia de fragmentación geológica entre las áreas de endemismo.
Para reconstruir la historia biogeográfica del grupo se mapea la filogenia sobre el cladograma de áreas, de manera que se minimice el
coste de aquellos procesos que deben ser inferidos para poder explicar la distribución actual de las especies en la filogenia según el
cladograma de áreas. En este caso, el coste sería 4v + 1d + 1i + 1e. Generalmente, el cladograma de áreas se desconoce y puede ob-
tenerse por enumeración o búsqueda heurística de todos los cladogramas posibles: el que implique el menor coste en términos de
procesos es la solución más parsimoniosa. Nótese que, a diferencia de la biogeografía cladista (Fig. 3), la biogeografía de procesos mues-
tra no sólo las distribuciones ancestrales, sino también los procesos biogeográficos que las originaron, incluyendo la dirección de dis-
persión. (Adaptada de Sanmartín y Ronquist.)

• Aplicados a metabases de datos filogenéticos, estos Sistemática molecular y la


métodos permiten evaluar el papel relativo desempe-
‘contrarrevolución’ dispersionista
ñado por la dispersión y la vicarianza en la distribución
geográfica de grandes biotas y regiones geográficas En los últimos años la dispersión ha recobrado un papel
(macrobiogeografía). Por ejemplo, estos estudios su- dominante en la explicación de la distribución espacial de
gieren que la dispersión transoceánica ha tenido un la biodiversidad, por lo que se ha hablado de un ‘cambio
papel más importante en la generación de patrones de de paradigma’ en biogeografía histórica o ‘contrarrevolu-
distribución en plantas, probablemente por su mayor ción’. Tres factores han contribuido a esta revolución:
vagilidad, que en los animales, cuyos patrones de dis- • La vicarianza por sí sola no puede explicar todos los
tribución se ajustan mejor a la vicarianza. casos de congruencia entre patrones de distribución.
• Por último, métodos de biogeografía de procesos como Por ejemplo, en cadenas de islas como las Hawai, que
el análisis de dispersión-vicarianza (DIVA) basados en se formaron a partir de un afloramiento de magma en
la optimización de caracteres no requieren asumir una el océano (hot spot), el modelo de colonización sigue
hipótesis jerárquica de relaciones entre áreas ni la exis- el orden de aparición de las islas, de las más antiguas a
tencia de un cladograma de áreas, por lo que pueden las más recientes. Este tipo de colonización secuencial
utilizarse en la reconstrucción de escenarios biogeo- (stepping-stone) ha generado patrones de distribución
gráficos reticulados y se han hecho muy populares en congruentes entre organismos que difieren en su capa-
biogeografía. cidad dispersiva, similares a los que cabría esperar de
468 Cap. 45, Biogeografía

NG
NZ

NG

NG
NZ

NC

NC

NC
NG
NZ

NZ
SSA

SSA

SSA

SSA

SSA

SSA

SSA
SSA

SSA
A US
cun n in g h a m ii A US

A US

codon a n dra
m en ziesii

a lessa n drii

betuloides
a n ta rctica

ba la n sa e
discoidea
dom beyi
trun ca ta
sola n dri

resin osa
p u m ilio
obliqua

g ra n dis
m oorei

g la uca

g u n n ii
a lp in a

bra ssii

perryi
n itida
f usca
+ NZ 40 AUS 38 SSA 34 NZ 31 SSA 30 SSA 26 NG 24 NC
NG
[40-14 Ma] 41 NG 39 SSA 35 32 SSA 27 NG 25
NZ NC
A US
+ NZ
36
L ophozonia 42 SSA- A US-NG [37-13 Ma] 33 SSA 28 NG
Notohofagus +NC
[30 Ma] 37 SSA- A US-NG 29
Brassospora
F uscospora
[45-30 Ma] 43 SSA- A US-NG
[42-3 Ma]
44 SSA- A US-NG
[45-30 Ma]
45 SSA- A US-NG
[66-45 Ma]

Figura 5. Reconstrucción de la historia biogeográfica del género de plantas Nothofagus (hayas del Sur) utilizando un método de bio-
geografía de procesos (TREEFITTER). El cladograma está basado en la filogenia molecular de Swenson y colaboradores. Para los nodos
más relevantes se muestran estimaciones de divergencia temporal basadas en relojes moleculares (véase el recuadro Dispersión y vi-
carianza). El resultado final aporta una nueva visión biogeográfica: complejo escenario de vicarianza seguido por múltiples dispersio-
nes. Nótese que aunque la biogeografía de procesos no incorpora información temporal directamente a la divergencia, la compara-
ción entre el cladograma de áreas y el cladograma geológico permite inferir la secuencia relativa temporal de eventos: la dispersión
del linaje australiano a Nueva Zelanda tuvo lugar después de la vicarianza entre los linajes sudamericanos y australianos. (Símbolos de
procesos como en Fig. 4.) (Adaptada de Sanmartín y colaboradores). A: Hoja perenne de Nothofagus pumilio. B: Porte de la especie
de hoja caduca Nothofagus betuloides.

la vicarianza. Por otro lado, la concepción de la disper- siva han sido capaces de migrar y atravesar barreras
sión en biogeografía cladista como un proceso al azar oceánicas (por ejemplo las hayas del sur, género No-
e impredecible se ha visto recientemente cuestionada thofagus; véanse el recuadro Dispersión y vicarianza y
por estudios que demuestran que la dispersión, si está la Fig. 5). Otro ejemplo son los camaleones endémicos
dirigida por factores abióticos como vientos o corrien- de Madagascar, que aparentemente descienden de li-
tes oceánicas, puede convertirse en un fenómeno no najes africanos que se dispersaron a Madagascar hace
aleatorio, capaz de producir patrones biogeográficos si- 30 millones de años, mucho tiempo después de la sepa-
milares en organismos de ecología y capacidad disper- ración de estos dos continentes por el Estrecho de Mo-
siva distintas (‘dispersión concertada’). Por ejemplo, zambique. Esto sugiere que, en términos de tiempo
en un metaanálisis biogeográfico de la flora y la fauna geológico, incluso eventos altamente improbables
australes, Sanmartín y Ronquist (2004) mostraron que como la dispersión transoceánica a larga distancia, pue-
la flora neozelandesa presenta sus vínculos bióticos den llegar a producirse.
más cercanos con la flora australiana, y lo atribuyen a • Probablemente el factor más importante en el resurgi-
dispersión transoceánica favorecida por la Corriente
miento de la dispersión como proceso en biogeografía
Antártica, que mueve aguas y vientos de oeste a este fue la introducción de métodos moleculares en la reso-
alrededor de la Antártida (West Wind Drift). lución de relaciones filogenéticas. La mayoría de las
• Estudios recientes demuestran que grupos considera- mutaciones en la molécula de DNA son neutrales desde
dos tradicionalmente como de baja capacidad disper- el punto de vista de la selección natural (no confieren
Isabel Sanmartín 469

ninguna ventaja selectiva al portador), y por tanto tien- lidad es que originalmente fueran aves voladoras que
den a acumularse a lo largo del tiempo. Esto significa perdieron la capacidad de volar como adaptación al
que el grado de diferencia entre las secuencias de DNA nuevo medio insular. Otra explicación es que hubiera
de dos organismos puede utilizarse para inferir el existido una conexión terrestre entre Nueva Zelanda y
tiempo transcurrido desde su cladogénesis o separación Australia posterior a su separación de Gondwana, por
evolutiva, el llamado ‘reloj molecular’. Por ello, las fi- ejemplo a través de puentes continentales ahora sumer-
logenias basadas en secuencias de DNA calibradas con gidos, como Norfolk Ridge o Lord Howe Rise. Otro
registro fósil permiten obtener estimaciones de la edad ejemplo del cambio de paradigma en el debate entre dis-
de divergencia entre linajes, lo que permite contrastar persión y vicarianza es la flora de Nueva Zelanda. Esta
hipótesis biogeográficas alternativas: dispersión frente flora, rica en endemismos, se ha considerado tradicio-
a vicarianza (la barrera es de la misma edad que la di- nalmente como un remanente (‘relicto’) de la antigua
vergencia). Esto ha demostrado que la dispersión ha flora de Gondwana, que se quedó aislada cuando Nueva
desempeñado un papel fundamental en la historia bio- Zelanda se separó del resto del supercontinente hace 80
geográfica de muchos organismos, demasiado jóvenes millones de años. Recientemente se ha cuestionado esta
para haberse visto afectados por episodios de vicarianza teoría por la aparición de nuevas filogenias moleculares
tectónica. Por ejemplo, estudios de DNA antiguo mues- que sugieren que muchos linajes de plantas endémicas
tran que los kiwis y los extintos moas de Nueva Zelanda de Nueva Zelanda se originaron en el mioceno (véase el
–aves pertenecientes al orden de los Ratites (avestruces recuadro Dispersión y vicarianza). Asimismo, el regis-
y demás parientes)– no son grupos hermanos, sino que tro fósil sugiere que la flora neozelandesa del cretácico
los kiwis estarían más cercanos a los emúes de Austra- era muy distinta de la actual, mientras que la flora fósil
lia y los casuarios de Nueva Guinea. Por otro lado, es- del mioceno comparte numerosas especies con la flora
timas basadas en reloj molecular sugieren que los moas australiana del mismo periodo. Esto ha llevado al pale-
se originaron hace 70 millones de años, cuando Nueva obotánico australiano Mike Pole a sugerir que la flora
Zelanda aún formaba parte de Gondwana, mientras que original de Nueva Zelanda, de origen gondwánico, se
los kiwis son de origen más reciente (40 millones de habría extinguido durante las sucesivas transgresiones
años), por lo que su presencia en Nueva Zelanda sólo marinas del paleogeno que sumergieron hasta el 80%
puede explicarse por dispersión transoceánica desde de la isla, mientras que la flora actual es en su mayor
Australia. Esto plantea una interesante disyuntiva, ya parte descendiente de linajes australianos que se habrían
que las rátidas son aves primitivas que carecen de la ca- dispersado a Nueva Zelanda en tiempos recientes.
pacidad de volar (superorden Paleognatha). Una posibi-

Dispersión y vicarianza: Nothofagus

Ningún grupo de animales o plantas ha sido más estudiado en biogeografía que las hayas del sur, género Nothofagus (Fa-
gaceae), con 35 especies, cada una de ellas endémica de un continente austral. Su distribución actual abarca casi todo el
hemisferio sur (ausente en India y Africa) y se extiende a través de miles de kilómetros cruzando barreras oceánicas (Fig.
5). Su curiosa distribución ha atraído a biogeógrafos y naturalistas desde los tiempos de Darwin. John Dalton Hooker
(1844-1860), por ejempo, utilizó la distribución de Nothofagus para sugerir la existencia de conexiones terrestres entre
los continentes australes, mientras que Tajahktan definió su Reino Floral Antártico utilizando Nothofagus como modelo.
Desde entonces, Nothofagus se ha analizado en incontables ocasiones y su patrón de distribución ha sido considerado al-
ternativamente como un ejemplo de vicarianza gondwánica o de dispersión transoceánica. Estudios recientes utilizando
marcadores moleculares y métodos de coste de procesos sugieren una historia biogeográfica que combina un escenario
inicial de vicarianza –la fragmentación de Gondwana– con sucesivos eventos de extinción y dispersión más recientes
(Fig. 5). Según estas reconstrucciones, Nothofagus se habría originado en el supercontinente de Gondwana probablemente
a finales del cretácico (65 millones de años), antes de la separación de Sudamérica y Australia (30 millones de años). La
diversificación inicial que dio lugar a los subgéneros Lophozonia, Fuscospora, Nothofagus y Brassospora también habría te-
nido lugar antes de esa primera vicarianza. Por el contrario, la presencia actual en Nueva Zelanda de las especies de los
subgéneros Lophozonia (N. menziesii) y Fuscospora (N. solandri, N. fusca y N. truncata) sería el resultado de una dispersión
reciente a partir de linajes australianos (Fig. 5), posterior a la separación de Nueva Zealanda de Gondwana (80 millones
de años). Por otro lado, el registro fósil indica que Nothofagus estaba presente en Nueva Zelanda al menos desde comien-
zos del terciario (paleoceno). Es posible, por tanto, que el género estuviera originalmente en Nueva Zelanda antes de su
separación de Gondwana, pero que se hubiera extinguido tras la transgresión marina que sumergió hasta el 80% de este
continente en el oligoceno. Posteriormente, linajes australianos habrían recolonizado Nueva Zelanda por dispersión tran-
soceánica, como en el caso de otras plantas endémicas de Nueva Zelanda. Nothofagus es, por tanto, un buen ejemplo para
ilustrar el debate entre dispersión y vicarianza, porque muestra que la investigación biogeográfica debe estar libre de
ideas predefinidas y abierta a la posibilidad de múltiples procesos a la hora de explicar la distribución actual de un grupo
de organismos.
470 Cap. 45, Biogeografía

Esta aproximación ‘molecular’ a la biogeografía ha sido la clase de datos o de evidencia que puede utilizarse en
duramente criticada por biogeógrafos cladistas y panbio- la inferencia biogeográfica. La historia biogeográfica
geógrafos, porque las calibraciones basadas en el registro del organismo se infiere solamente a partir del árbol de
fósil sólo pueden proporcionar edades mínimas de la di- relaciones filogenéticas y de la distribución geográfica
vergencia entre linajes; el registro fósil está incompleto, de las especies actuales (Figs. 2 y 4). Otro tipo de evi-
por lo que el origen del taxon puede ser más antiguo que dencia, como estimaciones moleculares de la edad de
lo indicado por éste. Por otro lado, la tasa de mutación o divergencia entre linajes, el registro fósil o informa-
evolución molecular raramente es constante entre linajes ción paleogeográfica sobre la distribución de áreas en
o incluso dentro de un mismo linaje, lo cual viola la prin- el pasado, sólo pueden incorporase de manera indirecta
cipal asunción del reloj molecular. No obstante, actual- a la reconstrucción. Por ejemplo, en la Figura 5 se com-
mente existen métodos de ‘reloj molecular relajado’ que para el cladograma de áreas de Nothofagus con un cla-
permiten estimar los tiempos de divergencia entre linajes dograma geológico sobre la fragmentación de
sin asumir un reloj molecular estricto. Además, en gene- Gondwana, se puede inferir la secuencia relativa de
ral se utilizan criterios muy conservadores a la hora de re- eventos biogeográficos, incluidas la extinción y la dis-
chazar la hipótesis de vicarianza, es decir, la divergencia persión transoceánica.
temporal entre los linajes disyuntos debe ser ‘considera-
blemente’ más reciente que la edad de la barrera para
aceptar la hipótesis de dispersión. Biogeografía probabilista o paramétrica
En los últimos dos años ha surgido un nuevo enfoque en
Críticas a la biogeografía de procesos biogeografía que propugna la utilización de modelos ma-
Aunque en muchos aspectos la biogeografía basada en temáticos probabilistas paramétricos en inferencia biogeo-
procesos supuso un importante avance sobre la biogeogra- gráfica: la escuela biogeográfíca probabilista o basada en
fía cladista, presenta también sus limitaciones. Por ejem- modelos paramétricos (model-based). En analogía con la
plo, el coste de los procesos (la probabilidad de ocurrencia evolución de un carácter en un árbol filogenético, los mé-
de un evento) no puede estimarse a partir de los datos sino todos paramétricos modelan la evolución biogeográfica
que debe fijarse a priori utilizando criterios de optimiza- de un linaje –el cambio en el rango geográfico de antepa-
ción ad hoc, como por ejemplo la conservación filogené- sado a descendientes– como un proceso estocástico con
tica del rango geográfico (véase arriba). No obstante, la un número finito de estados discretos (rangos geográfi-
limitación más importante de la biogeografía de procesos cos) que evoluciona a lo largo de las ramas de la filogenia
–y de la biogeografía cladista– es el uso del ‘principio de de acuerdo con un modelo probabilista. Los estados del
máxima parsimonia’ como criterio de optimización en proceso son las áreas que forman el rango de distribución
análisis biogeográfico. La ‘parsimonia biogeográfica’ del grupo estudiado (A y B en la Fig. 6A). La probabili-
plantea varios problemas: dad de cambio o transición entre los estados del sistema se
• Puesto que se utiliza un ‘criterio de minimización’ en modela como un proceso estocástico denominado cadena
la inferencia biogeográfica –la explicación más parsi- de Markov, gobernado por una matriz de probabilidades
moniosa es aquella que implica el menor número de de transición, (Q), que determina la tasa de cambio ins-
cambios en el rango geográfico entre ancestro y des- tantánea (en una unidad infinitesimal de tiempo) entre las
cendientes– se tiende a infraestimar la frecuencia de áreas que forman el rango geográfico (Fig. 6A). Los pará-
eventos tales como dispersión y extinción que, como metros de esta matriz son procesos biogeográficos, como
ya se ha dicho, generan rangos geográficos filogenéti- por ejemplo la dispersión, extinción, o difusión, que deter-
camente menos conservados. Por tanto, se les asigna a minan la tasa de evolución del rango biogeográfico
priori un coste o probabilidad de ocurrencia más bajo, (mediante salto (jump), contracción, y expansión, respec-
por lo que su frecuencia necesariamente se infraestima tivamente) de ancestro a descendientes a lo largo de la fi-
en la reconstrucción. logenia (Fig. 6B). Las probabilidades de cambio entre
estados se obtienen exponenciando la matriz de cambio
• Se ignora el error o varianza estocástica en la recons-
instantánea Q como una función de la longitud de la rama:
trucción biogeográfica, ya que sólo se evalúan aque-
P = eQv, o en función del tiempo P = eQt.
llas reconstrucciones con el mínimo coste en términos
De esta forma, dado un modelo de Markov de evolu-
de eventos, cuando puede haber otros escenarios igual-
ción biogeográfica, un árbol con longitudes de rama pro-
mente probables. También se ignora el error en la infe-
porcionales al grado de divergencia evolutiva, y la
rencia filogenética, ya que la historia biogeográfica se
distribución geográfica de las especies (Fig. 6A), es posi-
reconstruye sobre una topología fija (el árbol de má-
ble utilizar métodos estadísticos de inferencia filogenética
xima parsimonia), asumiendo que ésta representa a la
tales como el análisis de máxima verosimilitud o la inferen-
verdadera filogenia cuando puede haber otras topolo-
cia bayesiana (véase Cap. 52, Reconstrucción de árboles
gías que son sólo ligeramente menos parsimoniosas.
filogenéticos) para estimar la probabilidad relativa de ran-
• Sin embargo, probablemente la desventaja más impor- gos ancestrales en cada nodo de la filogenia y la tasa de
tante de la parsimonia en biogeografía es que restringe cambio en parámetros como la extinción o la dispersión.
Isabel Sanmartín 471

A Matriz de probabilidades de transici ón B Cadena de Markov


Cadena de Markov A B D BA
q A B
A - p
A B Q =
p dt D AB
q -
B

A B AB
A _ 0 D AB

B 0 _
D BA
Taxón1
EB EA _
AB
Taxón2
Taxón3 Matriz de probabilidades de transición
(modelo DEC)

Taxón4

C
0 P = eQv= eQt
50
Árbol filogenético con longitudes de rama Tiempo

Figura 6. Biogeografía paramétrica o probabilista. A: La evolución biogeográfica de un linaje –el cambio en el rango geográfico de
antepasado a descendientes– se modela como un proceso estocástico, denominado modelo de Markov, con estados discretos (los
rangos geográficos A y B), que evoluciona a lo largo de las ramas de la filogenia de acuerdo con una matriz de probabilidades de tran-
sición (Q). Los parámetros de esta matriz son procesos biogeográficos como la dispersión, la extinción o la difusión, que determinan
la probabilidad de cambio del rango biogeográfico de ancestro a descendientes como una función del tiempo (por ejemplo, p: tasa de
dispersión de A a B). Nótese que cuanto mayor es la longitud de la rama, mayor es la probabilidad de ocurrencia del evento estocás-
tico y mayor la incertidumbre a la hora de inferir el estado ancestral, el rango geográfico del antepasado: ha habido más tiempo para
que se hayan producido eventos geográficos aunque el resultado final sea el mismo. B: Un modelo paramétrico alternativo en el cual
la evolución biogeográfica se modela como el resultado de la expansión del rango geográfico o difusión (DAB) y extinción posterior
(EA). Este modelo paramétrico sería apropiado en el caso de escenarios continentales en los cuales los linajes expanden su rango de
distribución al eliminarse una barrera y luego especian por vicarianza, mientras que el modelo presentado en A sería más apropiado
para áreas aisladas por barreras geográficas que dificultan o impiden la dispersión. C: Las probabilidades de cambio entre estados (o
la tasa de los parámetros) se obtienen exponenciando la matriz de transición como una función de la longitud de rama (divergencia
evolutiva) o en función del tiempo.

Una de las ventajas de los modelos de Markov es su de áreas, de modo que para tres áreas habría siete estados
flexibilidad. Es posible generar escenarios biogeográfi- (A, B, C, AB, AC, BC y ABC), para cuatro áreas habría
cos alternativos modificando la matriz de transición, por 15 estados, etc. Para evitar este problema, es posible in-
ejemplo introduciendo nuevos parámetros o restringiendo troducir restricciones en los estados o rangos geográfi-
los estados (rangos geográficos) permitidos en la matriz. cos aceptados en la matriz de transición, de acuerdo con
Por ejemplo, en un sistema de islas como las Hawai, algún criterio biológico, geográfico o geológico. Por
donde la secuencia de colonización ha seguido el orden ejemplo, se podrían restringir los rangos de amplia dis-
de aparición de las islas, es posible restringir la probabi- tribución –formados por más de un área– a aquellas com-
lidad de dispersión en la matriz de transición de manera binaciones que sólo incluyan áreas adyacentes
que la tasa de dispersión entre islas no adyacentes en la geográficamente. La idea es que el resto de los rangos in-
cadena sea igual a cero. En el caso de escenarios bioge- cluiría áreas separadas entre sí por un área intermedia o
ográficos continentales, en los cuales las áreas no están por barreras geográficas (por ejemplo un océano), y por
aisladas por barreras oceánicas como en un sistema de tanto la transición entre estos rangos geográficos reque-
islas, puede resultar interesante introducir estados o ran- riría un evento adicional de extinción en el área interme-
gos geográficos formados por más de una unidad de área dia o de dispersión transoceánica.
(por ejemplo, A, B, AB (Fig. 6B)). El problema de este En comparación con el enfoque tradicional basado en
tipo de escenarios es que el tamaño de la matriz de tran- la parsimonia, los modelos paramétricos en biogeografía
sición aumenta exponencialmente con el número inicial presentan varias ventajas:
472 Cap. 45, Biogeografía

• Se considera el grado de divergencia evolutiva entre li- probabilidad de extinción y dispersión entre áreas y la pro-
najes, representado por las longitudes de rama en la fi- babilidad de escenarios alternativos de transmisión del
logenia, a la hora de estimar la probabilidad de cambio rango geográfico de antepasado a descendientes en una fi-
entre estados ancestrales; por ejemplo, la probabilidad logenia. El segundo método (Fig. 6A) permite estimar
de cambio es mayor en las ramas más largas que en las tasas de dispersión o migración biótica entre áreas geo-
cortas (Fig. 6A). Puesto que las longitudes de rama re- gráficamente aisladas (por ejemplo, islas oceánicas), así
presentan tanto la cantidad de cambio observado como como su capacidad de carga (por ejemplo el número de
el esperado según el modelo paramétrico, a diferencia especies que pueden coexistir en condiciones de equili-
de la biogeografía de parsimonia, estos métodos no in- brio), utilizando la inferencia bayesiana sobre una matriz
fraestiman la probabilidad de procesos estocásticos de secuencias de DNA y datos de distribución geográfica
como la dispersión o la extinción. de varios organismos. El modelo DEC (Fig. 6B) resulta
apropiado para reconstruir la historia biogeográfica de un
• Si las longitudes de rama son proporcionales al tiempo
linaje, mientras que el método bayesiano (Fig. 6A) puede
transcurrido desde la cladogénesis entre linajes (como
utilizarse entre grupos que difieren en su edad de origen o
en un árbol ultramétrico), los métodos paramétricos
su capacidad dispersiva, ya que la estimación de paráme-
permiten integrar la dimensión temporal directamente
tros como la tasa de dispersión se integra sobre la proba-
en el análisis biogeográfico. El tiempo puede estar me-
bilidad posterior de la filogenia y el modelo de evolución
dido tanto en unidades relativas como en absolutas, por
molecular de cada uno de los grupos.
ejemplo si el árbol ultramétrico se calibra con la ayuda
del registro fósil.
Filogeografía
• Se incorpora el error asociado a la reconstrucción bio-
geográfica, ya que la probabilidad relativa de rangos an- La creciente facilidad para obtener datos moleculares (se-
cestrales en cada nodo de especiación se estima cuencias de DNA) de distintos individuos, incluso dentro
integrando sobre todos los posibles rangos y escenarios de una misma especie o una misma población, ha favore-
biogeográficos en el resto de los nodos. En el caso de la cido que el enfoque de los estudios biogeográficos se haya
inferencia bayesiana se incorpora también el error aso- trasladado de las filogenias supraespecíficas a estudios fi-
ciado a la reconstrucción filogenética, ya que la proba- logenéticos a nivel de poblaciones o de especies muy cer-
bilidad posterior de los parámetros se integra sobre el canas. La filogeografía es una escuela biogeográfica,
resto de los parámetros en el modelo, incluyendo el árbol originalmente propuesta y formalizada por el biogeógrafo
filogenético. El resultado son ‘estimaciones marginales’, norteamericano John Avise, que busca reconstruir los pa-
en las cuales la probabilidad de parámetros biogeográfi- trones y procesos biogeográficos que gobiernan la distri-
cos como la tasa de dispersión entre áreas no depende bución espacial de linajes genealógicos a nivel
de una topología ni de longitudes de rama fijas. intraespecífico utilizando marcadores moleculares. Gene-
ralmente se trata de secuencias de DNA citoplásmico, no
• Puesto que cada escenario biogeográfico está descrito
recombinante, como DNA cloroplástico o mitocondrial,
en función de parámetros, la identificación del escena-
que se transmite sólo por línea materna. La transmisión
rio biogeográfico que mejor se ajusta a los datos (por
asexual de estos marcadores permite inferir las relaciones
ejemplo, utilizando pruebas estadísticas como LTR o
genealógicas entre los genotipos matrilineales (haploti-
Bayes Factors; véase Cap. 52, Reconstrucción de ár-
pos) directamente a partir de las secuencias de DNA. La
boles filogenéticos) permite identificar aquellos proce-
filogeografía busca interpretar estos árboles genealógicos
sos o mecanismos evolutivos que mejor explican la
en un contexto espacial que incluye tanto procesos histó-
historia biogeográfica del grupo.
ricos como actuales (ecológicos).
• Finalmente, estos métodos permiten integrar directa- Los límites entre biogeografía y filogeografía tien-
mente otro tipo de evidencia al análisis biogeográfico, den a confundirse y algunos autores consideran la filo-
como la presencia de registro fósil, la existencia de co- geografía como una parte de la biogeografía que se
nexiones geológicas o corredores de dispersión entre ocupa de estudiar los procesos y patrones biogeográfi-
áreas, etc. Esta información puede introducirse en el mo- cos a escalas temporales más recientes (por ejemplo, los
delo como nuevos parámetros en la matriz de transición patrones de colonización desde refugios climáticos
o en forma de ‘escalares’, que modifican la tasa global pleistocénicos). Sin embargo, la filogeografía se dife-
de dispersión o extinción según la distancia geográfica, renciaría de la biogeografía supraespecífica tradicional
la información geológica, etc. en tres aspectos:
Actualmente hay dos métodos paramétricos de inferencia • Las relaciones genealógicas no son necesariamente bi-
biogeográfica: el primero se basa en un modelo de disper- furcadas como en la cladogénesis filogenética, sino que
sión-extinción-cladogénesis (DEC) (Fig. 6B) que, dado un pueden ser reticuladas; resultado de procesos como re-
modelo que define las áreas del sistema, un árbol con lon- combinación o hibridación. Esto incumple la asunción
gitudes de rama y las distribuciones terminales de los tá- básica de los métodos de reconstrucción filogenética,
xones, permite estimar por máxima verosimilitud la que asumen relaciones bifurcadas o jerárquicas.
Isabel Sanmartín 473

• Mientras que en biogeografía se considera que sólo Los estudios filogeográficos han servido para mostrar
existe una única hipótesis de relaciones filogenéticas la existencia de linajes crípticos (‘filogrupos’) dentro de
entre las especies, la verdadera filogenia, en filogeo- las especies. Se trata de poblaciones coespecíficas que for-
grafía puede haber múltiples árboles genealógicos con- man grupos genética y espacialmente aislados de otros
tenidos dentro de un mismo árbol filogenético (véase filogrupos, y cuyo origen puede ligarse a eventos biogeo-
Cap. 53, Análisis de la variabilidad genética...). gráficos pasados (por ejemplo, refugios pleistocénicos) o
• Esta discordancia entre el árbol de genes y el árbol de presentes (agentes ecológicos). La filogeografía se com-
especies es importante a la hora de estimar la divergen- paró en un principio con la biogeografía filogenética de
cia temporal entre poblaciones, puesto que, debido a fe- Hennig por su enfoque ‘dispersionista’; su objetivo es es-
nómenos de coalescencia ancestral (Cap. 53, Análisis de tudiar la secuencia de colonización, diversificación y extin-
la variabilidad genética...), la divergencia entre dos lina- ción de linajes génicos. Sin embargo, recientemente ha
jes génicos precede en general a la divergencia entre po- surgido un nuevo enfoque, la ‘filogeografía comparada’,
blaciones o especies. Esta diferencia es más importante que permite comparar la historia filogeográfica de distin-
cuanto más reciente ha sido el evento de divergencia (por tos grupos de organismos dentro de una misma biota para
ejemplo en el pleistoceno). Por tanto, dos especies con identificar fenómenos de vicarianza o aislamiento genético
patrones filogeográficos similares, pero con estimacio- comunes.
nes de divergencia temporal distintas, pueden interpre-
tarse como un caso de ‘pseudocongruencia’ (véase Nuevas perspectivas: integración con
arriba), pero también podrían explicarse por la varianza
en la divergencia temporal entre los genes estudiados. la biogeografía ecológica
Ésta, a su vez, podría reflejar la diferencia en el tamaño Uno de los mayores retos o desafíos actuales en biogeo-
poblacional ancestral entre las dos especies. grafía es integrar el componente histórico y ecológico en
La ‘teoría de la coalescencia’ (véase Cap. 53, Análisis de la explicación de los patrones de distribución de la biodi-
la variabilidad genética...) proporciona un riguroso marco versidad, por ejemplo mediante la incorporación de pará-
matemático-estadístico con que interpretar los árboles ge- metros ecológicos en la inferencia biogeográfica. Estos
nealógicos en términos de la historia demográfica de las dos enfoques han estado tradicionalmente separados, pero
poblaciones, aunando así la genética de poblaciones con la la disponibilidad creciente de grandes bases de datos sobre
filogenia y permitiendo discriminar entre hipótesis filoge- la distribución de animales y plantas, y el desarrollo de
ográficas alternativas. Esto ha dado lugar al nacimiento métodos matemáticos y tecnológicos cada vez más sofis-
de un campo en expansión en filogeografía: la ‘filogeo- ticados (por ejemplo, métodos de información geográfica,
grafía estadística’. Los métodos de filogeografía estadís- GIS), permiten ahora reconstruir la distribución espacial
tica utilizan simulaciones de coalescencia para generar y de la biodiversidad cada vez con mayor detalle.
contrastar estadísticamente hipótesis alternativas sobre la Uno de los grandes avances en este sentido ha sido el
historia demográfica y biogeográfica de las poblaciones: desarrollo de métodos de modelización del nicho ecoló-
cuellos de botella, migración, aislamiento genético, ex- gico (Ecological Niche Modelling, ENM). Los métodos
pansión poblacional, vicarianza, etc. Para ello se compa- ENM utilizan la distribución espacial actual de un grupo de
ran los valores de parámetros demográficos obtenidos a organismos, así como información climática, para modelar
partir del árbol genealógico original, tales como el tamaño su tolerancia ecológica y predecir cuál sería su ‘nicho eco-
efectivo poblacional, la tasa de migración o el grado de lógico potencial o ancestral’, es decir, el conjunto de con-
polimorfismo molecular, con una distribución de valores diciones bióticas y abióticas en que una especie puede
esperados obtenidos bajo distintos escenarios demográfi- existir y mantener poblaciones viables. De esta forma se
cos generados por coalescencia. Si los valores observados puede predecir cuál sería la ‘distribución potencial’ de una
difieren significativamente de los esperados, se rechaza la especie, es decir, el rango geográfico que debería ocupar de
hipótesis nula postulada por el escenario biogeográfico. acuerdo con su su nicho ecológico potencial. Éste no tiene
La filogeografía se adelantó a la biogeografía en el des- que coincidir necesariamente con su distribución actual,
arrollo de métodos paramétrico-probabilistas basados en porque otros factores como la competición entre especies,
modelos de procesos, con el fin de estimar parámetros demo- la actividad humana o la extinción catastrófica pueden ha-
gráficos tales como la tasa de migración entre poblaciones o berlo reducido o modificado. Por ejemplo, una de las apli-
el tamaño efectivo poblacional. Estos métodos utilizan el caciones más comunes de los métodos ENM es predecir el
análisis de máxima verosimilitud o la inferencia bayesiana efecto del cambio climático actual en la distribución geo-
para estimar los parámetros de un modelo demográfico más gráfica de un grupo de organismos.
o menos complejo a partir de secuencias de DNA no recom- Estos métodos también pueden tener interesantes apli-
binante e integrando sobre una distribución de árboles ge- caciones en biogeografía histórica. Por ejemplo, con los
nealógicos generados por coalescencia. De esta forma, tales métodos actuales de inferencia biogeográfica sólo se con-
métodos, al igual que los modelos paramétrico-biogeográfi- sideran como posibles distribuciones ancestrales aquellas
cos, permiten integrar el error filogenético en las estimacio- áreas que forman parte del rango de distribución actual del
nes de los parámetros del modelo demográfico. organismo (A, B y C en la Fig. 6). Sin embargo, es muy
474 Cap. 45, Biogeografía

probable que las condiciones climáticas fueran distintas en portante en la conservación de la biodiversidad. Por ejem-
el pasado. Por tanto, áreas que actualmente se consideran plo, las reconstrucciones biogeográficas pueden ser de uti-
inhóspitas para el organismo pudieron estar dentro del lidad en la identificación de biotas relictas de conservación
nicho ecológico potencial y formar parte del rango de dis- prioritaria, o en el desarrollo de modelos predictivos que
tribución geográfico de esa especie en el pasado. En un es- permitan predecir la respuesta de floras y faunas a los
tudio pionero, Yelsson y Culham proponen utilizar efectos del cambio climático.
métodos ENM e información paleoclimática para poder Cuando Isaac Newton afirmó que «se había subido a
proyectar hacia atrás en el tiempo el nicho ecológico poten- los hombros de gigantes» para desarrollar su teoría de la
cial de una especie, y así inferir aquellas áreas que estaban gravitación universal, aludía al conocimiento acumulado
dentro del rango de tolerancia ecológica de la especie en el durante siglos por otros grandes científicos y pensadores.
pasado pero que ahora son inhabitables. Otra posible apli- Tras 200 años de recopilación de datos biogeográficos de
cación de los métodos ENM es la detección y la predicción animales y plantas, y con los nuevos avances técnicos y
de posibles rutas de dispersión entre áreas disyuntas. Como metodológicos de la última década, se puede decir que la
se ha mencionado, no basta con disponer de una conexión biogeografía se encuentra en un momento cumbre para
geológica o puente de tierra para que un organismo se dis- una nueva síntesis. Los nuevos retos estarán en: a) inte-
perse, sino que además es necesario que las condiciones grar los dos enfoques ecológico e histórico de la disci-
ambientales a lo largo de la ruta estén dentro del rango de plina; b) incorporar el registro fósil y la dimensión
tolerancia ecológica del organismo que se dispersa (por temporal a la reconstrucción biogeográfica; y c) aumentar
ejemplo, el Estrecho de Bering durante el pleistoceno). Me- el conocimiento en campos tan poco estudiados como la
diante métodos de modelización de nicho y su integración biogeografía microbiana o la marina.
de métodos de inferencia biogeográfica es posible deducir Epílogo: Los métodos biogeográficos avanzan a tal
la presencia de rutas de dispersión entre áreas inhóspitas velocidad que durante el tiempo que ha llevado la edición
que no son aparentes con los datos geográficos actuales. de este capítulo se han realizado extraordinarios avances.
Esta información puede utilizarse luego para modelar la Entre ellos destacan la integración de la dimensión tempo-
probabilidad de dispersión entre áreas en modelos biogeo- ral y el enfoque ecológico (métodos ENM) en la biogeo-
gráficos. Curiosamente, la filogeografía se ha adelantado a grafía paramétrica, y el desarrollo de métodos
la biogeografía en la integración del enfoque ecológico en espacialmente explícitos en filogeografía. Véase Ronquist
inferencia biogeográfica. Así, Richards y colaboradores y Sanmartín para una mirada a estos futuros avances en
proponen un nuevo enfoque que integra modelización del biogeografía.
nicho ecológico, reconstrucciones paleoclimáticas y méto-
dos de filogeografía estadística (simulaciones de coales- Bibliografía básica
cencia) en el estudio de los patrones geográficos que
– Crisci, J., Katinas, L. y Posadas, P. 2003. Historical Biogeography: An
estructuran el componente genético de la diversidad. Introduction. Harvard University Press, Cambridge, USA.
– Cox, C.B. y Moore, P.D. 2010. Biogeography: An Ecological and Evo-
Conclusiones lutionary Approach, 8th Edition. Wiley, Hoboken, N.J., U.S.A.
La disponibilidad de grandes bases de datos biogeográfi- – Lomolino, M.V., Riddle, B.R. y Brown, J.H. 2005. Biogeography. 3rd
edition. Sinauer Associates Inc., Massachusets, USA.
cos, el uso de marcadores moleculares en la resolución de
– Myers, A.A. y Giller, P.S. 1995. Analytical biogeography: an inte-
relaciones filogenéticas y el desarrollo de nuevos méto-
grated approach to the study of animal and plant distributions. Chap-
dos estocásticos de inferencia biogeográfica han transfor- man and Hall.
mado la biogeografía, que ha pasado de ser una disciplina – Ronquist, F. y Sanmartín, I. 2011. Phylogenetic methods in biogeog-
fundamentalmente descriptiva a ser una ciencia con capa- raphy. Annual Review of Ecology, Evolution, and Systematics 42:
cidad de predicción, que puede desempeñar un papel im- 441-464.

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