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IMPORTANCIA DEL LENGUAJE JURÍDICO

Todas las personas tienen en mente que el lenguaje forma parte esencial para que se
lleve a cabo una comunicación, sin embargo, en el lenguaje común y más en el
lenguaje jurídico se han presentado enormes problemas ya que en algunas ocasiones
el concepto que utilizan ciertas personas son erróneas o bien no son utilizadas de la
manera correcta
El lenguaje es una forma esencial para llevar a cabo la comunicación, y la
comunicación forma parte esencial de la socialización, es decir, la comunicación es
parte de nuestra vida cotidiana y debemos de comprender los errores o problemas que
han surgido en el lenguaje para poder establecer soluciones y mejorar la convivencia
humana.
Nadie duda de la importancia del lenguaje en cualquiera de las actividades humanas,
desde las más elementales y empíricas hasta las más estructuradas y complejas.
En el derecho la importancia del lenguaje es más que notoria e indispensable, y el
tema del lenguaje jurídico se encuentra con muchos problemas.
El estudioso del derecho, en cualquier tipo de actividad teórica o práctica, técnica o
científica trabaja con la palabra, por lo que está obligado a manejarla con maestría,
exactitud y precisión. Según destaca Cesáreo Rodríguez Aguilera:

“Todo jurista debe ser gramático, puesto que el arte de hablar y escribir
correctamente una lengua es noción elemental de gramática. Entre nosotros, sin
embargo, puede llegarse a Licenciado y Doctor en Derecho sin estudio oficial alguno,
superior o de cierta importancia de la lengua. Y aunque la necesidad de la práctica
suplan el vacío, la verdad es que se advierte más frecuente y a veces, más gravemente
de lo que debiera”.
El arte del jurista es decir con claridad el derecho, aunque en ocasiones el lenguaje
del jurista es oscuro, misterioso e ininteligible para el lego y, por supuesto, como
hechura humana no queda exento de errores. Pero, es necesario resaltar, también se
descuida en forma irresponsable el lenguaje común, que se deteriora cada día más.
Esta situación también conlleva descuido y deterioro del lenguaje jurídico, de ahí la
importancia de esmerarnos en su uso correcto.
Al respecto, Pérez Serrano argumenta que “una ley redactada en notable tono, con
frase pulida y palabra tersa será estudiada, entendida y aplicada con mayor facilidad
que una ley en términos grises y borrosos, de expresión balbuciente o atormentada.
En conclusión, el lenguaje debe de ser claro y deberá de ser aplicado en forma
correcta para poder comprender lo que se nos presente, en el caso de las leyes por
ejemplo, es necesario que estén formuladas y redactadas en una manera en que sea
comprensible y contenga términos adecuados para su mayor comprensión.

TEMA 1EL LENGUAJE JURIDICO:


Evolución; Definición e importancia; Características y clasificación: Las funciones básicas, usos y
vicios.
EVOLUCION
El lenguaje ha evolucionado durante el trascurso del tiempo, desde su existencia el lenguaje ha
evolucionado ya que la humanidad evoluciona día a día el lenguaje evoluciona junto conella. La
influencia del lenguaje en la humanidad y en las culturas ha sido muy importantedesde el principio
de los tiempos, sin el lenguaje la humanidad quizás nunca hubierapodido evolucionar tanto como
hasta ahora ha evolucionado.Los escritos jurídicos responden a las exigencias de la sociedad, que
se necesita de unasfórmulas para comunicarse con los entes jurídicos. Éstos presentan una
organizaciónpreestablecida, tanto en los textos de los ciudadanos dirigidos a los organismos como
de losorganismos hacia los ciudadanos

.DEFINICION E IMPORTANCIA
definición:
El lenguaje jurídico usa como instrumento la lengua común, por lo que se obvia laincapacidad de
ésta para establecer límites precisos en la realidad.Es el lenguaje técnico usado por los legisladores,
las autoridades administrativas, lostribunales y los miembros de las profesiones jurídicas. Dentro
del lenguaje jurídico hay unadistinción consolidada entre el lenguaje de la ley y el lenguaje de los
juristas. Hay quedistinguir entre el lenguaje en el que están escritas las normas y las demás fuentes
delDerecho, y el lenguaje utilizado en la aplicación de éstas, es decir, el utilizado por
losprofesionales para hablar de sus actividades. "El lenguaje de la ley es aquel en el que
estánformuladas la ley y las demás fuentes del derecho, y el lenguaje de los juristas es el
queutilizan jueces, abogados, juristas, etc. cuando hablan o se refieren al lenguaje del Derecho"La
necesidad de precisión exigible al lenguaje jurídico lo sitúa en el nivel intermedio entrelengua
común y tecnicismos y obliga a los textos jurídicos a introducir frecuentesdefiniciones de términos,
para matizar adecuadamente los conceptos empleados en elcuerpo legal. Las definiciones
aparecen en los textos jurídicos desde la antigüedad hastahoy, en el Derecho Romano, en las
sentencias de tribunales, en los códigos, en losconvenios comerciales. Es un lenguaje de
especialidad
CARACTERÍSTICAS DEL LENGUAJE JURÍDICO

- El lenguaje jurídico utiliza con frecuencia términos arcaicos, expresiones añejas y formulismos
que no pertenecen al lenguaje común. Son arcaísmos frecuentes: el derecho que le asiste.

- Mantiene muchas palabras del latín o del Derecho Romano, ejemplo: in fraganti, de facto, corpus,
alevosía, entre otros.

- Es la forma de expresión que se utiliza en la redacción de las normas.


- Es un lenguaje protocolario.

- Se caracteriza además por la creación de adjetivos por derivaciones, los sufijos más comunes
empleados en el lenguaje jurídico son: ado (demandado), al (presuncional), entre otros.

- Emplea palabras y frases con carácter formulario, como por ejemplo, el abajo firmante, ante mí,
estado de indefensión, entre otros.

- Los argost profesional y términos de arte, que la define como frases y palabras técnicas cuyos
significados raramente son disputados en el derecho.

- Se caracteriza además, por el uso de palabras con significados flexibles, como por ejemplo:
adecuado y aproximadamente.

- Recurre frecuentemente a repeticiones y a redundancias con la finalidad de evitar ambigüedades y


fallidas interpretaciones.

- Utiliza un léxico culto, pues presenta numerosos elementos específicos, se manifiesta a través de
las terminologías empleadas.

- Tiene estructuras fijas como encabezamientos y párrafos finales invariables, empleo del futuro de
subjuntivo (ejemplo: si se comprobare) y el futuro de mandato (ejemplo: pagará, recibirá),
abundancia de gerundios (ejemplo: habiéndose acordado).

- Los textos legales y jurídicos son producidos por un emisor institucional y van dirigidos a un
destinatario que en muchas ocasiones es general o no está predeterminado

El Lenguaje Jurídico
INTRODUCCION.

Actualmente el lenguaje jurídico cambia constantemente, y éste se origina de tecnicismos, donde


presenta sus propias características y su propia función, por los que a su vez influye en el derecho,
utilizando palabras comunes.

La investigación se justifica en la necesidad de describir el lenguaje jurídico, probando que éste


existe y que también hace uso del lenguaje común, porque nos ayuda a ver la influencia que tiene
éste en el derecho.

La importancia de la investigación radica en explicar el lenguaje jurídico y cómo se define,


basándose en los tecnicismos y las funciones que cumplen ellos en el lenguaje jurídico.

El objetivo general es: Describir éste lenguaje técnico, explicando sus características, la influencia
que tiene el lenguaje común en el y la diferencia de éste con el derecho, por último manifestar los
tipos de discursos y la clasificación de documentos.

Las técnicas utilizadas para la elaboración de este trabajo son: el fichaje, fichas de resume y fichas
bibliográficas.

El tema se expone brevemente en dos capítulos, el primero: enmarca lo que es la definición,


tecnicismos, características y función; y el segundo: el lenguaje común, el del derecho, tipos de
discursos y clasificación de documentos.

RESUMEN.

El lenguaje jurídico es el conjunto de términos y expresiones que denotan principios, preconceptos


y reglas a que están sometidas las relaciones humanas en toda la sociedad civil.

En efecto, los conceptos jurídicos difieren con frecuencia del concepto general o común.

A estas palabras se les llama términos o vocablos, y, referidas a su respectiva disciplina, forman la
terminología o el vocabulario, en este caso jurídico.

La mayor parte del vocabulario jurídico proviene del latín, como abogado, civil, delincuente,
equidad, legítimo, sanción, usufructo; incluso, debido a la influencia universal del latín, es posible
encontrar algunas semejanzas con otras lenguas.

Palabras clave: lenguaje, conceptos, términos, expresiones, vocabulario y significado.

1.1.- Definición.
El lenguaje jurídico entendido como la facultad de emplear sonidos articulados para expresarse,
también es el idioma hablado por el pueblo, a través del cual manifiestan sus pensamientos, ya que
el hombre piensa o siente; a manera de expresarse, y señales que dan a entender una cosa. Jurídico
es una expresión que atañe al derecho.

El derecho, como ciencia, tiene su propio lenguaje.


El jurista utiliza enunciados quizás inusuales para el ciudadano común, por no estar vinculado con
la ciencia jurídica.

Cuando el lector es capaz de entender un texto podrá recordar lo que ha leído, suplicar los
elementos que no contiene y enjuiciar críticamente los contenidos.
Cuando la redacción es defectuosa, el lector tiene serias dificultades para comprender lo escrito;
tendrá que hacer un esfuerzo adicional para entender el mensaje incluido en las palabras, verbo,
puntuación o carencia de sintaxis.

Nuestro sistema jurídico tiene sus bases en el sistema romano- canónico, con fuerte influencia de
tecnicismos latinos, como interdicto, usufructo, caución, legatario, cláusula; otras voces,
provenientes del griego, también forman parte del lenguaje del derecho, como anticresis, enfiteusis,
hipoteca.

Cuando hubo necesidad de emplear nuevos términos porque así lo exigía el desarrollo de la ciencia
jurídica, las lenguas románticas acudieron al derecho romano: damnum, daño; delictum, delito;
iniuria, injuria; recusare, recusar, etc. Junto a ellos, pueden señalarse cultismos jurídicos, como
anatocismo (interés compuesto); abigeato (robo de ganado), y términos o expresiones que son
totalmente latinos, que dan al léxico jurídico un carácter muy peculiar del que carecen los otros
lenguajes especiales.

El lenguaje jurídico es también tecnicismo y expresiones que denotan principios, preconceptos y


reglas a que están sometidos las relaciones humanas en toda sociedad civil.

Es muy diferente la aceptación del diccionario de la lengua y otra la significación científica de un


término jurídico. En efecto, los campos jurídicos difieren con frecuencia del concepto general o
común.
A estas palabras se les llama términos o vocablos, y, referido a su respectiva disciplina, forman la
terminología o el vocabulario, en este caso, jurídico.

La mayor parte del vocabulario jurídico proviene del latín, como: abogado, civil, delincuente,
equidad, fideicomiso, legítimo, sanción, usufructo; incluso debido a la influencia universal del latín,
es posible encontrar algunas semejanzas con otras lenguas:
- Español: equidad.
- Francés: equité.
- Italiano: equitá.
- Inglés: equity.
- España: justicia.
- Francés: justice.
- Italiano: giustizia.
- Inglés: justice.

Otras voces, los usuarios de este léxico se valen de ciertas expresiones terminológicas: presión
preventiva, recurso de revisión, circunstancias agravantes, disposición derogatoria, juicio de
amparo, parte actora, recurso se súplica, etc.

Lo expuesto no significa que todas o la mayoría de las palabras tengan que ser propias o
exclusivamente de naturaleza jurídica. Se trata de un lenguaje especializado que se apoya en el
lenguaje común.

1.2.- Tecnicismo.

Es una cualidad de lo técnico, conjunto de voces técnicas empleadas en el lenguaje de arte, ciencia,
oficio, etc.
Como todo lenguaje profesional, el jurídico posee tecnicismos propios. Si los comparamos con los
de otras disciplinas, observaremos que su número no crece apenas. Muchos de sus vocablos
proceden del latín e incluso del derecho romano.
Basten como ejemplos los siguientes: alevosía, estupro, pena, apalear, eximente, penal, código,
fallo, procesal, cómplice, hurto, reclusión, confinar, infracción, reglamento, considerandos, injuria,
resultandos, decreto, jurisconsulto, sanción, delincuencia, jurisdicción, sancionar, delito,
jurisprudencia, secuestro, desacato, jurista, sentencia, diafamación, orden, tribunal.
En general, frente al lenguaje científico o técnico, que se caracteriza por el incremento constante de
su léxico y por su marcada preferencia por formantes griegos e ingleses, el lenguaje jurídico
manifiesta un cierto conservadurismo y una marcada inclinación hacia los términos de origen latino,
aunque no falten los de otras procedencias.
No obstante , hoy, la presencia de tecnicismos y giros técnicos de origen inglés y francés se observa
en el léxico que regula las relaciones internacionales, la industria, las comunicaciones o la política.
En este último ámbito son también frecuentes los italianos.
Sin embargo, la terminología técnica de las normas no proviene únicamente del lenguaje jurídico,
pues como puede comprobarse a continuación, esta ciencia regula cada día más sectores técnicos y
especializados que afloran en éste. El lenguaje legal se ha convertido en una esponja que absorbe
las nomenclaturas y taxonomías más variadas: material fisionable, fuente de radicación.
En la actualidad, con motivo de la globalización y de los grandes avances en muchas de las
ciencias, como la biología, la química, la física, las ciencias sociales, etc., han aparecido nuevos
tecnicismos que tienen consecuencias de orden jurídico:
1.2.1. Argot jurídico:
Es un lenguaje especial usado entre abogados, que no tiene significado jurídico, pero que sirve para
indicar situaciones especiales en un asunto de índole jurídica. Ejemplos: chicanear (retardar, por
medio de artimañas, el proceso natural de un asunto); coyotear; dar el chivatazo; tocar el piano, etc.
Curiosamente, este lenguaje también es empleado en sentido figurado entre los estudiantes,
abogados y la gente común para denotar situaciones de la vida cotidiana: litigar (conseguir) unos
boletos, empeñar o hipotecar mi palabra (asegurar una cosa), divorciarse (no estar de acuerdo) del
positivismo, fulano se suicidó (se casó), etc.

1.2.2. Escritos jurídicos:

Además de las leyes, existen otras clases de escritos jurídicos: exhorto, requerimiento, demanda,
diligencia, providencia, sentencia, ejecutoria, acta, etc. Cada uno tiene una terminología propia;
pero es conveniente
advertir que una gran parte de esa terminología no forma parte del vocabulario jurídico como
lenguaje técnico, como erróneamente piensan algunos.

1.2.3. Arcaísmos:

También son comunes los arcaísmos de sus textos, es decir, una serie de usos lingüísticos del
pasado que permanecen en estos documentos, pero que los hablantes sienten arcaicos, sin
correspondencia con el estado de la lengua actual, como la conservación de las formas del futuro de
subjuntivo, tanto imperfecto como perfecto (hiciere y hubiere hecho), o palabras y expresiones en
desuso, como foja, señoría, no ha lugar.
Con objeto de simplificar el nombre de los sujetos que intervienen en las actuaciones.

1.3.- Características.
El lenguaje jurídico aparece constituido, por una combinación de textos oficiales y formulaciones
doctrinarias (sea que éstas emanen de la doctrina propiamente dicha o de la jurisprudencia).
El lenguaje puede tener un uso descriptivo o prescriptito. En la descripción el lenguaje porta una
noticia, una descripción.
Por ejemplo el cielo está nublado; el agua hierve a cien grados. El enunciado descriptivo puede ser
calificado de verdadero o de falso.
El lenguaje se usa prescriptivamente cuando queremos dirigirnos a otro y otros para que hagan o no
hagan algo: se pretende cambiar el curso de los acontecimientos de alguna manera.
Por ejemplo cuando decimos “hace frío” y con ello queremos ordenar a alguien que cierre la puerta
o la ventana o que prenda la calefacción, o cuando decimos “debes pagar tus deudas”.
El lenguaje prescriptivo no se califica de verdadero o falso, sino de válido o inválido. Para los
abogados no tiene sentido decir que una norma del Código Civil es verdadera o falsa, sino que es
válida o invalida.
El sentido descriptivo o prescriptivo de un enunciado no depende del enunciado mismo sino de la
voluntad del sujeto que produce el enunciado y se deduce de lo verdadero (de las circunstancias) en
que se produce la enunciación. Si un asaltante dice “quiero tu dinero”, estamos seguros, por el
contexto, de que no nos esta dando una noticia, sino que nos está ordenando de que le entreguemos
nuestro dinero; si pasamos la luz roja y el policía de transito nos detiene y nos dice “quiero ver sus
documentos”, por las circunstancias, sabemos que no nos esta dando una información sobre sus
deseos, sino que nos está ordenando la entrega de esos objetos.
Es obvio que el lenguaje que usan los abogados tiene sentido prescriptivo.
El lenguaje jurídico es un factor primordial de cohesión de la vida social y cultura de un país. Hay
una gran disparidad entre lo que deben ser y lo que suelen ser los textos jurídicos; por ello, en
nuestra exposición nos referimos tanto a las características ideales como a las características reales
de estos textos.
El lenguaje jurídico presenta características especiales que lo diferencian de los otros lenguajes.
La prescriptividad del lenguaje jurídico, es necesario para regular la conducta humana en
determinado orden social. El lenguaje prescriptivo está constituido por las normas jurídicas y
principios que permiten regular un determinado comportamiento.
El lenguaje jurídico se caracteriza por el uso de términos integrados en la lengua común.
Desde el punto de vista lógico, es necesario diferenciar el lenguaje del derecho, o el lenguaje legal,
y el lenguaje de los juristas. Así, el lenguaje del derecho es aquel mediante el cual el legislador
enuncia la norma jurídica; el lenguaje de los juristas es aquel que emplea los especialistas que
hablan del derecho.
Ya son familiares los términos bioética, biogenética, clonación, genoma humana. En el comercio
internacional, se usan términos como globalización. Más recientemente han llamado la atención de
los doctrinarios los fenómenos jurídicos universales: la objeción de conciencia, la mediación y las
transiciones.
La característica principal del lenguaje usado en documentos judiciales es el empleo de fórmulas
estereotipadas (construcciones y oraciones) para apoyar los conceptos jurídicos: comparezco y de
modo procedente digo; demanda de apoyo en los siguientes hechos y fundamentos de derecho; otro
sí…suplico al juzgado…; escritura de poderes que, declara bastante…. En muchas ocasiones, se
usan en la misma frase un adjetivo y sustantivo pertenecientes al mismo lexema: debemos
confirmar y confirmarnos, he de fallar y fallo, de ser conforme de toda conformidad.

1.4.- Funciones.

Por lo que es un lenguaje realista, su función es reflejar es estado de la sociedad y ofrecer la


posibilidad de adaptarse sin dificultad a las exigencias por la sociedad actual, se puede decir las
cosas jurídicas (empresas, títulos de bolsa, etc.).
Conformar un lenguaje apto para el fin del derecho.
La ciencia jurídica tradicional ha encargado su función propia como una labor de carácter
fundamental lingüístico, esto es, como trabajo de elaboración y manejo de un lenguaje profesional.
Los ordenamientos en donde la ley tiene un rango privilegiado de fuente formal y en donde se
supone que ella provee el núcleo principal del derecho positivo, la interpretación del lenguaje de las
leyes, es decir, las paráfrasis y las construcciones asentadas (real o fictivamente) sobre los textos
legales, constituyen la actividad por excelencia que se adjudican los científicos del derecho.
El lenguaje desde el punto de vista de las exigencias metodológicas, funcionan como tematización
progresiva en la conciencia sobre la forma en que el jurista razona dentro del marco de dicho
lenguaje.
La función de este léxico es sintetizar los conceptos básicos en los que se sustenta la experiencia y
el saber metódico acerca del derecho.
Es la univocidad semántica, la economía léxica y la precisión conceptual o claridad entre los
expertos.

INFLUENCIA DEL LENGUAJE JURIDICO EN EL DERECHO.

2.1.- Lenguaje común.

El lenguaje común es el idioma hablado por un pueblo o nación, o ya sea por una parte determinada
de ella. Es una manera de expresarse, con un estilo y modo de hablar y escribir de cada uno en
particular.

El lenguaje jurídico se caracteriza por el uso de términos integrados en la lengua común desde sus
orígenes, los cuales son los que se utiliza el ser humano como un integrante de una sociedad en la
que compra, vende, intercambia objetos, transmite los bienes al morir, contrae matrimonio.
2.2.- Lenguaje del derecho.
La ciencia del derecho perfecciona la palabra. La palabra deficiente perturba y oprime al lenguaje,
en ocasiones, las palabras irritantes y ofensivas son temibles, golpean y asustan, destruyen y
desestabilizan. Pero también es indispensable para conquistar simpatías.
El derecho se nos presenta como un ordenamiento de la conducta humana, es decir, como un
conjunto de normas, que se relacionan mutuamente. Las normas son enunciados cuyo objetivo es la
conducta humana.
Estos enunciados, para ser comunicados y recibidos, son formulados mediante expresiones
lingüísticas. El lenguaje jurídico utiliza reglas prescriptitas, porque desea proponer o provocar
ciertas conductas en los destinatarios. La integración del derecho y el lenguaje, vino a significar una
fecunda etapa en el proceso cultural, reflejado en el espíritu de los pueblos. La palabra y la norma
jurídica son vehículos ineludibles de la comunicación social y testimonio de su curso histórico.
El estilo jurídico debe ser transparente y claro como un cristal, a través de cuya estructura han de
irradiar nítidas las ideas y los pensamientos. Los profesionales del derecho tienen en la palabra y su
adecuada utilización una valiosa q insustituible herramienta. El buen uso del lenguaje nos conduce a
facilitar la comunicación entre los humanos y el lenguaje técnico contribuye al buen entendimiento
entre los profesionales de una ciencia o arte. Las normas del derecho escrito requieren de ser leídas
e interpretadas en los textos que se plasman, para desentrañar el significado que el derecho tiene.

Por otro lado muchos términos corrientes en el lenguaje común adquieren en el ámbito del derecho
un sentido técnico especial. Por ejemplo, cuando nos referimos a la competencia del juez civil no
nos estamos refiriendo a su preparación cultural, sino al poder que tienen los jueces civiles del país
para conocer de los conflictos de intereses e incertidumbres jurídicas, en donde se controvierten
situaciones, relaciones o estados jurídicos de la naturaleza civil, comercial, laboral, etc.; en derecho,
competencia significa medida o extensión de la jurisdicción.
El abogado utiliza la expresión competencia en su significado jurídico.
En el lenguaje corriente, en nuestro medio, a los casados se les denomina: esposo y esposa (palabras
que provienen del término esponsales, que es sinónimo de noviazgo, a demás de significar el
convenio de futuro matrimonio); jurídicamente no son esposos sino marido y mujer.
Una de las finalidades del estudio del derecho es que mira a esclarecer y determinar el sentido de
los vocablos jurídicos, trazando los contornos de las realidades y de las palabras. A medida que se
adquiere el específico vocabulario jurídico manteniendo una constante exigencia de rigor científico
que no excluye, antes, por el contrario exige los valores de belleza y elegancia.
Incluso, dentro del mismo derecho, hay vocablos que tienen diferente significado según la rama
jurídica en la que se empleen, como acción (hipotecaria, penal, social); fraude (de disposición
indebida, de doble venta, de usura); sanción; etc. Este lenguaje especializado también comprende
locuciones y otras expresiones compuestas, como “cláusulas ad cautelam”, “juez a quo”, etc.
Algunos grupos de delitos un nombre y tratamiento diferente en nuestro sistema legislativa. Por
ejemplo, el grupo llamado “delitos contra la seguridad de la nación”, puede asumir en algunos
estados las siguientes denominaciones: delitos contra el orden constitucional y la seguridad de un
estado, delitos contra la seguridad del estado, delitos contra la economía pública, delitos contra la
seguridad pública. Los delitos “contra el honor” han sido denominados en modelos: contra el
prestigio, y en tabaco: contra la buena forma. Asimismo, en algunos estados no se consideran como
delitos ciertos actos, como el adulterio.
Debido a la necesidad de emplear cada día términos más preciosos, continuamente se observan
cambios en la denominación de algunos conceptos jurídicos en nuestro sistema legislativo. Así, hoy
en día ya no escuchamos “almojarifazgo”; “cuerpo del delito”; cambió para referirse a los
elementos integrantes del tipo, “tipo penal”, y recientemente se sustituyó la expresión “elementos
del delito” por “cuerpo del delito”. De la misma forma, los ahora denominados en la Constitución
Política “delitos contra la libertad y el normal desarrollo sicosexual”, antes eran identificados como
“delitos sexuales”, asimismo, el “parricidio” y el “infanticidio” fueron bajo la denominación de
“homicidio en razón del parentesco o relación”.
Muchas de estas disposiciones, aunque cambian con el tiempo, son también el resultado de un largo
proceso, del que se han heredado convenciones lingüísticas y clichés. A demás, el peso de la
tradición impide una rápida evolución de las formulas adoptadas, que son precisamente una de las
m{as claras manifestaciones en este tipo de documentos.

2.3.- Tipos de discursos.


El lenguaje empleado en las leyes comprende una pluralidad de discursos, entre los cuales destacan
los siguientes:
2.3.1- Técnico- jurídico:Comprende todos los siguientes privativos del derecho; se dividen en:
· Discurso de denominación legislativa:Integrados por nombres creados por a legislación de un
orden jurídico positivo “ley general de salud, secretaria de comunicaciones y transportes”.
· Discurso dogmático-jurídico:Integrado por nombres propios de cada una de las distancias
disciplinas dogmáticas o ciencias jurídicas concretas, como veto, lesión, táctica, recaudación,
riseldía.

2.3.2- Técnico no jurídico:Integrado por voces de algunas ciencias y actividades especializadas:


obtentor, ondas hutizianas, puerperio, antena parabólica, gente de radiación.

2.3.3- Ético:Es aquel que comprende términos como justicia, bien común, equidad.

2.3.4- Ideológico:Compuesto para expresiones que muestran la característica de un régimen,


renovación moral de la sociedad, estado democrático, simplificación administrativa,
descentralización de la vida nacional.

2.3.5- Coloquial:Característica de la manera de hablar del legislador, “corresponderá a la dirección


general jurídica de la secretaria de Gobernación, fomentar, vigilar, coordina y orientar la adecuada
asesoría legal a las detenidas”. Asimismo, a través del lenguaje jurídico, se dan básicamente tres
tipos de reglas:

· Óndicas:Producen una creación jurídica, dan lugar a los distintos sujetos de derecho, así como a
los elementos espacio- temporales y competenciales a toda acción jurídica: “corresponderá a la
secretaría de comunicaciones y transportes el cobro de derechos por la instalación y uso de antenas
parabólicas”.
· Deónticas:Son aquellas que buscan la orientación de la conducta; “el ministerio estará facultado
para…”; “el actor deberá comportarse con su pupilo como lo haría un buen padre de familia.
· Técnicos convencionales:Son aquellos cuyo incumplimiento sólo acarrea la no obligación de un
efecto jurídico: “los varones mayores de 18 años que desean obtener pasaporte tendrán que
presentar su cartilla militar liberada”. La disciplina que estudia los signos del lenguaje jurídico es la
semiótica jurídica.

2.4.- Clasificación de documentos.


2.4.1- Documento jurisprudencial- Análisis documental:
El material de análisis de la ciencia documental en esta materia es el documento fuente.
Documento fuente:
La sentencia es un documento primario lo que puede dividirse en distintos centros de información,
según la materia, el tema, las doctrinas, la unidad conceptual, etc.
Estos variados centros de información constituyen los documentos secundarios que conforman los
futuros objetos de recuperación de datos.
2.4.2- Documentos secundarios o documentos normativos- sumario de jurisprudencia:
Procedimiento y técnicas de sumarización:
Los distintos núcleos de información encontrados en una sentencia deben reunir las siguientes
características para poder constituir un sumario de jurisprudencia técnicamente aceptable:
Doctrina única.
Autonomía o autosuficiencia.
Generalidad.
Abstracción.
Hechos relevantes.
Brevedad y concisión.
Claridad y concreción.
Fidelidad.
Textualidad.
2.4.3- Documentos doctrinales:
Es un documento que especialmente sirve para avisar o aconsejar, para instruir o enseñar sobre algo
específico, donde aporta la comprobación del obrar mal, ilustra acerca de un hecho.
Este pertenece a la doctrina, que contiene reglas y preceptos.

CONCLUSIONES.
· El lenguaje jurídico no solo abarca palabras tecnológicas, sino también del lenguaje común, éste
es utilizado mayormente por los juristas en el campo del derecho, dentro de sus discursos
encontraremos: técnico- jurídico, técnico no jurídico, ético, ideológico y coloquial.
· La clasificación de documentos del lenguaje jurídico es: documento jurisprudencial- análisis
documental, documentos secundarios o normativos y documentos doctrinales

El lenguaje jurídico, como corresponde a toda disciplina científica, es muy especializado y su


dominio requiere de mucha concentración y de un aprendizaje constante. La utilización de términos
técnicos en las clases de las escuelas y facultades de derecho está justificado. De hecho, uno de los
aprendizajes más importantes de toda la carrera tiene que ver precisamente con el manejo y dominio
del lenguaje de los abogados.
Ahora bien, no se debe olvidar que el lenguaje es una herramienta. Es decir, el lenguaje es un
instrumento que nos permite lograr ciertos fines, pero no es un fin en sí mismo. La función
primordial del lenguaje es permitir que los seres humanos nos comuniquemos. Cualquier expresión
lingüística que impida lograr ese objetivo, o que lo dificulte innecesariamente, debe ser evitada.

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para abogados. Mira.

En uno de los libros que más han influido en mi formación como académico, Norberto Bobbio
señalaba que uno de los primeros deberes de cualquier intelectual era ser claro al expresar su
pensamiento[2]. Creo que tiene toda la razón, pero agregaría una pequeña precisión: la claridad no
solamente es un deber de quienes hacen trabajo docente o de investigación sino de toda persona que
desarrolle trabajo intelectual. Se trata, por tanto, de un imperativo que deberán observar los que
aspiren a desempeñarse con éxito en el campo del derecho.
Los abogados no solamente suelen ser rebuscados en sus expresiones, sino que además son prolijos.
Lo que pueden decir en pocas páginas, a veces lo prolongan hasta construir enormes legajos, llenos
de tecnicismos y abstracciones incomprensibles. También la vacuidad expresiva y la prolijidad
deben ser evitadas.
Un buen abogado es, casi siempre, una persona que sabe comunicar con eficacia lo que piensa. Y
esa comunicación abarca no solamente a sus colegas de profesión, sino a cualquier persona con la
que se relacione. La progresiva expansión de la oralidad procesal exige incluso con mayor
intensidad que seamos claros a la hora de expresarnos; no olvidemos que la correcta expresión debe
abarcar no solamente todo aquello que se presenta por escrito, sino también lo que se manifiesta de
forma verbal.
En el terreno del lenguaje jurídico, estimo que el reto más importante para profesores y estudiantes
de derecho es encontrar un balance razonable entre el uso de tecnicismos jurídicos (inevitable y
necesario, como ya se dijo) y el lenguaje común y corriente que usa cualquier ciudadano.
Una especie de regla al respecto sería la siguiente: siempre que se pueda expresar lo que se quiere
decir sin hacer uso de tecnicismos, éstos deben ser evitados. Es decir, los tecnicismos deben ser un
recurso que se utilice de forma limitada y siempre que no sea posible lograr el mismo efecto
comunicativo por medio de lenguaje “coloquial” o normal. En esa virtud, cualquier uso artificial o
innecesario de tecnicismos debe ser evitado.
A lo largo de la carrera y en el desempeño profesional como abogado es probable que los ahora
estudiantes se encuentren una y otra vez con los mismos conceptos, que son aquellos que
estructuran todo el conjunto del discurso jurídico. Es importante tener presente, desde que se
estudian los conceptos propios de la introducción al estudio del derecho, que en todas las materias
jurídicas y en todas las ramas profesionales que abarca el trabajo de un abogado, se utilizan siempre
las mismas matrices conceptuales.
Un abogado, desde que está estudiando la carrera, deberá comprender perfectamente términos como
los siguientes: norma, fuente, prohibición, persona, personalidad, capacidad, órgano, ordenamiento,
validez, poder, deber, potestad, competencia, función, comportamiento, sujeto, regla, obligación,
derecho, acto, hecho, vigencia, etcétera[3]. Se trata de términos que se aplican a todas las ramas del
derecho y que los estudiantes deben conocer y manejar con soltura, si quieren tener una adecuada
comprensión de los fenómenos jurídicos.
No se debe olvidar que el derecho en su conjunto en buena medida es un lenguaje por medio del
cual las sociedades se dan reglas para asegurar una convivencia civil pacífica y para lograr ciertos
fines que entienden que son valiosos, como la justicia, la seguridad jurídica, la libertad, la igualdad,
etcétera.
¿Qué significa abogar? Mira.

El lenguaje desarrolla cuatro funciones[4]:

- Describe cosas, da a conocer fenómenos, transmite información (función descriptiva).

- Influye en el comportamiento de las personas a través de distintas modalidades lingüísticas


como pueden ser las órdenes, los consejos, las sugerencias, las prohibiciones, etcétera
(función directiva o prescriptiva).

- Transmite emociones o sentimientos, a través de figuraciones gramaticales que nos remiten


a experiencias vitales importantes; esto se logra a veces por medio de la música o de la
poesía, que nos provocan un cierto estado de ánimo (función expresiva).

- Cambia la realidad a través de la formalización verbal de conductas; las palabras “hacen


cosas”, por medio de la atribución de significados lingüísticos a lo que hacemos o dejamos
de hacer (función operativa).

El lenguaje jurídico se ubica fundamentalmente en la segunda de las funciones señaladas, ya que


con frecuencia ordena cosas, con el objetivo de influir o determinar la conducta de los seres
humanos. También tiene una función operativa, pues al calificar jurídicamente una conducta, la
formaliza desde el punto de vista verbal, de modo que podemos saber que tal hecho es un delito o
que tal acto es un contrato.
El buen uso del lenguaje es especialmente importante cuando se crean las normas jurídicas.
Algunos de los problemas más recurrentes que enfrentan los abogados en su práctica profesional
tienen que ver con normas jurídicas que están mal redactadas, tienen lagunas, contradicciones,
etcétera. La falta de claridad lingüística es fuente de problemas y debe ser evitada a toda costa. No
sería inútil que los estudiantes pudieran tomar cursos optativos o extra-curriculares sobre redacción
legislativa (“legal drafting” lo llaman en Estados Unidos), a fin de procurar un mejoramiento del
nivel de nuestros ordenamientos, lo que a la postre repercutiría en una mejor comprensión de las
normas por parte de sus destinatarios y, de esta forma, en una mejor aplicación de las mismas[5].

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