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No puede explicarse el arte egipcio si antes no entendemos su pensamiento, su visión del

mundo, y su religión

Los egipcios tenían una visión muy ordenada y serena del mundo y una visión cíclica del
tiempo. Para ellos sus dioses viven, mueren y resucitan constantemente. La vida se
manifestaba como un estatismo terrestre, en el que nada cambiaba; ni aun después de la
muerte, ya que para ellos la muerte no era más que una fase en camino a la resurrección. ,
y esta idea a su vez generó la idea de perfección, serenidad y armonía de lo terrestre.

Para los egipcios el encargado supremo de que este estado se mantuviera perfecto era el
Faraón, su figura representaba simultáneamente religión y estado y era a quien se
culpaba si ese estado de perfección, serenidad y equilibrio no marchaban como se
esperaba.

En cuanto a su religión, el cielo no era diferente a la Tierra. Al cielo se iba con apariencia
física y se vivía igual que en la Tierra, por eso había que conservar el cuerpo que sería el
soporte físico del alma en el cielo. Creían en una vida de ultratumba, y se preparaban para
ella, tanto siguiendo unas normas determinadas (Libro de los muertos) como preparando la
tumba, en donde se pintaban escenas de la vida del difunto en la Tierra y se le dejaban
objetos, riquezas, instrumentos y adornos para su vida eterna.

Frente a esta forma de ver el mundo, el papel del hombre era muy conservador y estaba
basado en esa concepción del mundo como algo perfecto y que había que conservarlo
como estaba y como los dioses lo habían creado.

Egipto se caracterizó por ser una región con una sociedad sumamente organizada y todas
sus manifestaciones artísticas estaban fuertemente arraigadas a sus creencias religiosas y
místicas.

En consecuencia, podemos encontrar ciertas características generales en las diferentes


manifestaciones del arte egipcio: primero fue un arte exclusivo para la Iglesia y el Estado
(en Egipto ambas cosas son lo mismo). Ellos eran los únicos clientes y los que marcan todo
el estilo general. El artista era un ejecutor anónimo, un artesano que cumplía unas normas
preestablecidas, no era un creador. En el arte egipcio no se apreciaba la originalidad sino
la precisión con la que el artista realizaba los encargos y la solidez de éstos. La imagen
encerraba toda una simbología que la liberaba de cualquier función estética. Se trataba de
transmitir el mensaje de la forma más clara posible.

La pintura

En principio, la pintura tuvo un valor secundario en el arte egipcio. Se empleó como


complemento en las otras artes, como acabado en la escultura, en los bajos relieves, para
decorar paredes de adobe, en construcciones menos relevantes y en papiros.
La pintura egipcias se originó con la cerámica, usando motivos muy simples y colores
terrosos naturales, y se fue desarrollando a través de los diferentes periodos del Imperio
Egipcio. Así, durante el Imperio Antiguo, se destacó con el bajorrelieve en los muros de las
tumbas. Se denomina bajorrelieve a las formas o figuras que resaltan levemente del plano
general, en donde una vez rebajado el contorno y tallado el interior de las figuras, se
pintaba todo el conjunto en colores vivos. Tanto el bajorrelieve como la pintura
compartían los mismos temas con idénticos propósitos: representar la vida cotidiana y la
naturaleza para que ambas puedan ser recreadas en la otra vida. En las tumbas, los temas
representados fueron esencialmente costumbristas: la preparación de los alimentos,
escenas agrícolas, escenas de caza y pesca. Posteriormente se añadieron otros temas
como la construcción de barcos, la elaboración de joyas, estatuas, tejidos, etc.

Unos de los ejemplos más claros de los bajorrelieves se ubican en la mastaba de Ti.

En el Imperio Medio, a pesar de seguir usándose el bajorrelieve para decorar las paredes
de los salones mortuorios, surgió la decoración de los sarcófagos, narrando
mediante jeroglíficos egipcios leyendas mitológicas o rituales funerarios y que contenían
el retrato del difunto en la zona correspondiente a la cabeza.

Es durante el Imperio Nuevo que la pintura adquirió mayor relevancia, los murales
decorativos de las cámaras funerarias tenían como temática, los relatos mitológicos del
Libro de los Muertos. El libro de los Muertos eran rollos de papiro, enriquecidos con gran
cantidad de pinturas que se colocaban dentro del ataúd para que el muerto pudiera
guiarse a través del camino de ultratumba, ya que las pinturas plasmaban el itinerario y
las instrucciones pertinentes, para evitar el extravío del alma del difunto.

La pintura del Antiguo Egipto fue eminentemente simbólica

La composición de las pinturas era en franjas o registros, aunque también se podía llenar
todo un muro con una representación.

Su técnica pictórica fue un precedente de la pintura al fresco o témpera, ya que


aglutinaban pigmentos naturales, que mezclaban con clara de huevo y agua para poder
aplicarlo sobre los muros, revestidos con una capa de tendido "seco" de yeso, a las que les
colocaban previamente una capa de barro y paja. Los pigmentos se obtenían de diferentes
materias primas: la malaquita molida para obtener el color verde, el óxido de hierro para
el rojo, otros ocres naturales para amarillos y marrones, el carbón para el negro, el blanco
era conseguido de la tiza o el yeso y el azul se obtenía de una mezcla artificial de calcio y
cobre. Estos pigmentos eran mezclados con agua y clara de huevo para aumentar la
adherencia y en algunas ocasiones durante el Imperio Nuevo se utilizaba la cera de abeja
para darle mayor brillo. Había dos tipos de pinceles: el pincel que utilizaba el dibujante
para los contornos, simplemente un junco muy fino con un extremo machacado y el pincel
para aplicar la pintura hecho con carrizos con las puntas mascadas, más o menos grueso
dependiendo de lo que hubiera que pintar y también se utilizaban brochas hechas con
fibra de palma para superficies grandes.

El dibujo es muy fuerte, los trazos delimitan vigorosamente las figuras y el color, le está
subordinado todos colocados en estado puro, es decir, sin mezclar, con lo que no vemos
diferencias de tonalidades de un mismo color, se elegían los colores de manera que el
fondo se distinguiera claramente de los dibujos

En busca de la perfección de las formas, las pinturas se realizaban en los muros con una cuadrícula
como trazado previo, y se establecía una relación de proporción entre las distintas partes del
cuerpo, el puño determinaba las demás partes multiplicándolo un número exacto de veces . Cada
cuadro de esa cuadrícula es siempre igual a un puño. De esta manera, el canon tradicional
egipcio, establece que una figura humana de pie tiene de altura dieciocho puños desde la base
hasta la raíz del cabello, y posteriormente se elevó a 21 puños.

También se utilizó el cúbito real, que equivale a la longitud del antebrazo más la mano extendida,
esta medida se aplicó solo a edificios reales.

La pintura, en el Antiguo Egipto debía ajustarse a las siguientes reglas :

La aspectiva, que es un recurso estético que permite mostrar lo representado sin estar
sometido a las limitaciones que ofrece la óptica, y plasmando así lo que se quiere
representar, combinando distintos puntos de vista o aspectos. Es lo que sucedía en el
llamado perfil egipcio. En pinturas y bajorrelieves, las figuras se representaban con el
rostro, brazos y piernas de perfil, mientras que el tronco y el ojo de frente. El rostro de
perfil permitía diferenciar claramente la nariz, elemento de gran importancia en la cultura
egipcia, en la prolongación de la vida, Todos los elementos del rostro se encontraban de
perfil, menos los ojos, que se representaban uno solo y de manera frontal, ya que
representado de lado impediría al difunto la observación del mundo circundante.

El torso se representaba siempre de frente, con los hombros generalmente formando


una línea horizontal dándole estabilidad a la imagen corporal, especialmente en la
representación del faraón y su familia, altos mandatarios y dioses, con los cuales había
que tener mayor solemnidad, solo los personajes secundarios tenían licencia para
inclinarse y romper dicha estabilidad .La necesidad de la invariable frontalidad se debía a
que en el torso se encuentran la mayoría de los órganos fundamentales para la existencia,
lo que explica importancia de representar todos los órganos en su plenitud. La zona de las
caderas y glúteos se plasmaban de perfil como una mejor manera de captar su volumetría.
En cuanto a las extremidades inferiores se representaban las dos, con los dos pies y sus
tobillos, de esta manera se garantizaba la plena movilidad al individuo representado,

La aspectiva permitió también combinar naturalezas, representando seres que son medio
humanos y medio animales, o medio plantas o medio objetos.
La SIMETRIA, un recurso que se basa en un tipo de composición que consiste en desplegar en
forma idéntica la misma imagen a ambos lados de un imaginario eje o punto central. La simetría
era una forma sencilla y eficaz a la hora de pretender representar equilibrio y armonía

EL HIERATISMO es un recurso que consiste en materializar lo representado con absoluta


solemnidad, eliminando prácticamente la gestualidad o cualquier expresión de proximidad o
anécdota. Este hieratismo en la pintura se manifestó en la inexpresividad, especialmente en los
rostros, que se mostraban siempre serenos y estables. Los egipcios se pintaban idealizados y
siempre jóvenes y atléticos, los hombres con un color de piel más oscuro que el de las mujeres,
porque si la figura humana es un mecanismo para asegurar el bienestar en la eternidad, está debía
responder siempre a un cuerpo sano. La representación de animales escapaba en cierta medida de
las convenciones sobre lo humano, estos son, por lo general, dibujados con mayor realismo

La perspectiva jerarquica es un recurso artístico que permitía concentrar la atención en


determinados aspectos narrativos, utilizando para ello la distorsión del tamaño de las figuras .Así
en una misma composición podían interactuar personajes representados con escalas que a veces
podían ser muy dispares. Sin embrago, la perspectiva jerárquica no respondía en realidad al rango
social de los representados, más bien dependía de la importancia y función de cada personaje
dentro de la escena particular.

Cuando vemos una pintura del imperio egpcio, observamos una clara falta de perspectiva. Todos
los relieves y pinturas se creaban en líneas horizontales de mayor a menor tamaño que a quien lo
observa no le daba ninguna sensación de profundidad sino más bien de secuencialidad de escenas.
La ley de la máxima claridad, no fue más que el intento de representar en una superficie plana,
todos y cada uno de los objetos que merecieran ser reproducidos, incluyendo aquellos que, en una
perspectiva real, no fueran apreciados por el ojo humano. , las figuras se representaban en planos
superpuestos diferentes.Para la mentalidad egipcia resultaba mucho más importante representar
un objeto en sí mismo, que la posición que éste pudiera tener dentro del espacio de una escena
determinada.

Demarcando su propia historia, la cultura egipcia dejó plasmado en sus pinturas su forma de ver
la vida, y una marca imborrable en la historia de la humanidad.
 SIMBOLOGIA DE ESAS TONALIDADES
 Cabe preguntarnos ¿qué simbología tenían esas tonalidades? Pues hay que
señalar que el azul, representado por el Nilo, se usaba para el cielo, el agua y la
noche, mientras el verde, era símbolo de la fecundidad, la vegetación, y
representaba al dios Osiris, al tiempo que era usado para representar la
naturaleza y motivos vegetales.
 Por su parte el blanco lo utilizaban como fondo para los dibujos, para colorear la
ropa, la corona blanca, y para representar el pan. El rojo, representado por el dios
Set, se usaba para la corona roja, la piel masculina, la cerámica, la madera, y
para el desierto. En tanto, el amarillo, representado por el sol, era utilizado para
representar el oro y la piel femenina.
 En esa simbología, el color negro era expresión de la fertilidad, representado por
el limo del Nilo y se usaba para pintar los cabellos y los ojos.

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