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Sigue los principios básicos que damos en esta presentación y renovarás tu vida espiritual.
Contacto
Dios no concibe la oración como un rito, sino como un animado intercambio, un diálogo afectuoso
entre buenos amigos. Lamentablemente, hoy en día impera la idea de que no es posible hablar
con Dios en esos términos. Algunas personas piensan que su falta de religiosidad les impide
acercarse de ese modo al Creador. Otras tienen la idea de que el Padre Celestial es tan sublime
que se encuentra sumamente alejado de nuestra realidad.
Ha quienes piensan que tiene mucho que hacer para preocuparse por ellos y sus problemas, y que
las cuestiones terrenales carecen de importancia para El. Unos se consideran indignos o muy
imperfectos. Otros se sienten culpables o avergonzados de ciertos actos que han cometido. Hay
quienes incluso le tienen miedo.
El Señor desea mantener una relación personal con cada uno de nosotros. Quiere que esta
constituya el aspecto más profundo, trascendental, satisfactorio y gratificante de nuestra vida.
¿Como se establece esa conexión?
La Oración es comunicación
Al igual que sucede con toda amistad, tu relación con Jesús se verá fortalecida si te comunicas con
Él francamente y con frecuencia. En realidad, esa es la esencia de la oración: comunicarse de
corazón a corazón con el Señor.
Puedes orar en cualquier parte, en cualquier momento. Da lo mismo que estés sentado o de pie.
No es necesario estar en un templo ni en ningún lugar en particular. La oración establece un
vínculo entre el Señor y tú, te encuentres donde te encuentres.
Pasar tiempo con El Señor rinde tantos beneficios que no podemos prescindir de ello. El puede
ayudarnos a resolver nuestros problemas, responder a nuestros interrogantes, aliviar nuestras
penas, consolarnos en nuestra desazón, proporcionarnos alegría, acercarnos al Cielo y muchísimo
más.
¡La oración altera las circunstancias! Es uno de los medios de los que se vale Dios para satisfacer
las necesidades y deseos de Sus hijos, siempre y cuando sea beneficioso para ellos y para los
demás.
«Si permanecéis en Mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis y os será hecho». Juan 15:7
Tú puedes experimentar ese poder milagroso que obra en tu vida cuando Dios te da soluciones a
tus problemas, valor y fuerza para enfrentar la adversidad, al igual que paz mental, curación,
perdón, amor y ánimo.
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