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EL MENSAJE A LA IGLESIA MUERTA

El Apóstol Juan había sido exiliado en la Isla de Patmos por el emperador Romano, porque no dejaba de
predicar el Evangelio. Apo. 1:9 Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y
en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio
de Jesucristo. Patmos, fue convertida por los romanos en una isla prisión y de destierro, un lugar de olvido,
donde los que entraban perdian toda esperanza de salir vivos. Sin embargo, la historia cuenta que Juan fue
liberado al final de su vida. Esto nos muestra que aunque tengamos que pasar por dificultades Dios siempre
está con nosotros.

Estando en Patmos, Dios le dicta a Juan una serie de cartas para las iglesia que se encuentran ubicadas en
Asia Menor, frente a la isla de Patmos, hoy vamos a mirar un poco la carta a la Iglesia de Sardis.

SARDIS: “aquellos que escapan”

3:1 Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Dios es el único que puede decir
“Yo conozco tus obras” porque es omnisciente y también dice: Jn. 10:14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis
ovejas. Nada está oculto para él. Que tienes nombre de que vives y estás muerto. Porque se reunían para
hacer culto, cantaban predicaban, oraban, hacían eventos. Trabajaban en la obra, tenían un buen templo y
gozaban de ciertas comodidades. Tenían un nombre que les daba buena reputación y fama… como cuando
decimos Americanos de corazón, pero deberíamos ser Cristocéntricos en todo nuestra forma de vivir.

Hay cristianos que aunque se ven vivos, espiritualmente están muertos. Mt. 23:27-28 !!Ay de vosotros,
escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se
muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28 Así también
vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e
iniquidad.

3:2 Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas
delante de Dios. Para muchos las obras de Sardis eran buenas, pero Dios que conoce las intenciones del
corazón veía que sus obras no eran tan buenas. Dios le estaba diciendo a Sardis: Sé lo que haces, sé lo que
piensas, conozco tus intenciones, sé lo que haces en secreto, y lo que guardas en el corazón. Aunque sus
obras eran visibles ante los hombres, para Dios no tenían ningún valor.

En Sardis se predicaba la palabra de Dios, habían sanidades y seguramente milagros, pero a estos se refiere
Jesús cuando dijo: pero Mt. 7:22-23 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces
les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

La iglesia de Sardis estaba muerta porque todo lo hacían rutinariamente, mecánicamente. Estaban
programados para asistir a los cultos, para cantar, para ofrendar, para escuchar la predicación y salir de culto a
esperar que llegué el día del próximo culto. Is. 29:13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí
con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí.
Como espiritualmente estaban dormidos les dice: Sé vigilante, quiere decir: DESPIERTATE y afirma las otras
cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. . Dios les exhorta a
que mejoren lo que aún hacen bien, pero que están a punto de no seguir haciéndolas. Debemos estar
vigilantes no del hermano, sino de nosotros mismos. Creemos que porque trabajamos en la obra ya con eso
tenemos, eso es una parte… Aunque trabajo en la obra no puedo desatender al dueño de la obra. No he
hallado tus obras perfectas, quiere decir que hay cosas que hacemos no para Dios, sino para buscar la gloria
de los hombres. No seamos como los fariseos que oraban para que los vieran… Porque cuando Dios ve que lo
que hacemos es para agradar a los hombres, entonces tiene que decirnos como a Sardis “Tus obras no son
perfectas delante de mí”.

3:3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti
como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Acordémonos de esta salvación que hemos recibido
gratuitamente, acordemos de que Dios ha puesto dentro de nosotros lo más grande que hay en la tierra: El
Espíritu Santo. Acuérdate ese talento que Dios te ha dado, pero tu decidiste que era mejor enterrarlo.
Acuérdate de ese milagro que recibiste y por eso debes vivir agradecido. Y Si algo no está bien arrepiéntete
(cambia de actitud, cambia tu manera de pensar). Porque si no te arrepientes, el Señor vendrá como ladrón
(sin avisar) El ladrón espera que sea de noche cuando todos duermen. Así será la venida del hijo del hombre
cuando la iglesia esté dormida espiritualmente.

3:4 Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en
vestiduras blancas, porque son dignas. Quiere decir que muchos cristianos en Sardis eran como la cola y pola,
mezclados con el mundo, habían dejado la santidad y sus vestidos estaban manchados por el pecado. PERO,
este texto me llena de esperanza, porque el Señor afirma que aunque abunde el pecado y algunos pierdan su
integridad, hay un grupo pequeño que podemos permanecer limpios. Y un día caminaremos con el Señor
vestidos de blanco en señal de victoria y santidad.

3:5 El que venciere será vestido de vestiduras blancas. Las vestiduras blancas son para los que venzamos, y
no borraré su nombre del libro de la vida. El día que fuimos lavados con la sangre de Cristo, nombres fueron
escritos en el libro de la vida. Y si perseveramos hasta el fin, nuestro nombre nunca será borrado del libro de la
vida.

y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles: Que bien nos sentimos cuando alguien
importante pronuncia nuestro nombre, si limpiamos nuestros vestidos un día DIOS mismo pronunciará nuestro
nombre delante de su ejército de ángeles.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.. Es tiempo de que aprendamos a escuchar la voz
de Dios, la única manera de cambiar es escuchando la Palabra de Dios. No podemos venir al culto por rutina,
porque creemos que es un club social, sino que debemos estar sedientos por conocer lo que el Espíritu Santo
tiene para decirnos. Y NO SOLO OIR sino poner su palabra por obra.

Seamos vigilantes, es hora de despertar, porque este sueño nos está matando eternamente. No podemos ser
una iglesia muerta, porque con nosotros está el Espíritu de Dios que da vida.

Aunque Dios le dijo a la iglesia de Sardis, que estaba muerta, él no los abandonó, si no que les hizo un llamado
a despertar, un llamado al arrepentimiento, a que recordaran lo que Dios les había dado y que avivarán lo poco
que les quedaba.

Este llamado también es para nosotros, cuánto hemos cambiado. Las oraciones se publican en el whasap,
para avivarnos tenemos que ir a mega eventos, para que todos vengan a un culto debe haber un predicador
invitado, no nos gustan las vigilias, ni los ayunos. Pero Dios dice: 2 Cro. 7:14 si se humillare mi pueblo, sobre el
cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces
yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados.

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