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La primera sacerdotisa de la

cultura Lambayeque
Los investigadores del proyecto arqueológico Chotuna-
Chornancap, próximo a la ciudad peruana de Chiclayo, hallaron
por primera vez los restos funerarios de una mujer que ocupó
el cargo de sacerdotisa en la cultura Lambayeque o Sicán,
según confirmó su director, Carlos Wester La Torre.

La conclusión preliminar del antropólogo físico Mario Millones


determinó que se trataba de una mujer de entre 25 y 30 años
que vivió durante la segunda mitad del siglo XIII d.C., en el
último periodo de esta cultura de la costa norte de Perú, cuyo
máximo exponente es el Señor de Sipán (siglo III d.C.).

Ocho meses después de iniciado el proceso de excavación y


luego de un minucioso estudio, los investigadores del proyecto
arqueológico Chotuna-Chornancap, en Chiclayo, presentaron al
mundo los restos óseos de la primera sacerdotisa de la cultura
Lambayeque.

Cuando los arqueólogos empezaron a estudiar estos restos, les


llamó la atención la gran cantidad de brazaletes y sortijas
que llevaba en los brazos y dedos, todos elaborados con
diminutas cuentas de chaquiras. Sospecharon entonces que se
trataba de una mujer y personaje de élite.

Las pruebas científicas confirmaron sus sospechas. Se trata de


una mujer de 25 a 30 años de edad que cumplió un importante
rol en la vida política y religiosa de la sociedad lambayecana
de hace 800 años.

UNA JOVEN CON PODER


El director del proyecto arqueológico Chotuna- Chornancap,
Carlos Wester La Torre, recuerda que en el norte existen
algunos antecedentes de sacerdotisas pero que corresponden a
la cultura Mochica. En esa línea recordó las que aparecieron
en San José de Moro y la Señora de Cao en el complejo El
Brujo, en La Libertad.

Wester La Torre reconoce que se trata de un personaje muy


joven que ostentó mucho poder, pero asegura que ella formó
parte de una dinastía, cuya principal característica es la
herencia del poder de modo monárquico.

Esta sacerdotisa es la primera hallada en la región


Lambayeque. En la iconografía de los más de 300 objetos de
oro, plata, cobre y cerámica que la acompañan predomina la
imagen de Naylamp, fundador de dicha cultura. El poder de la
sacerdotisa se traduce en las valiosas joyas de oro y plata
con que fue enterrada. Además de los brazaletes y anillos, se
hallaron narigueras, orejeras, vasos ceremoniales, cetro,
corona y máscara. Se estima que estableció relaciones con
otros pueblos, como el ecuatoriano, de donde ordenó traer
conchas spondylus, o el cajamarquino, por la cerámica, así
como otros señoríos de la costa.

El descubrimiento de la sacerdotisa de Chornancap nos recuerda


que el poder no solo fue privilegio de los hombres.

Para los investigadores significa que hubo equilibrio de


género o que fue parte de una estrategia de control, pues la
cultura Lambayeque nunca ha representado en su iconografía a
una mujer que participe en las esferas de poder.

Carlos Wester cree que con el hallazgo se podría reescribir la


historia de Lambayeque. “Podría tratarse de la esposa de uno
de los descendientes de los fundadores de esta civilización
norteña”, dijo.

“Habría que ver si esta presencia femenina es una respuesta


política de la sociedad en un momento de crisis para generar
estabilidad o es una respuesta consciente de la necesaria
presencia del género femenino en el poder”, comentó.

Aunque el estado de conservación de la osamenta es “bueno en


términos generales”, se procederá a retirarla en un bloque,
“sin desarticularla como se suele hacer”, para seguir
estudiándola en laboratorio y más tarde exponerla por ser “un
testimonio” del acceso de la mujer al poder en las
civilizaciones precolombinas.

Huesos y joyas de la monarca se exhibirán en Lima

Mario Millones es el antropólogo físico que se encargó de la


investigación de la sacerdotisa de Lambayeque. El especialista
de la Universidad Santo Toribio de Mogrovejo, explicó que el
tamaño del húmero y fémur del personaje de la tumba de
Chornancap fue determinante para asegurar que los restos óseos
corresponden a una mujer no mayor de 30 años.

“Se ha determinado que la osamenta es de una persona de sexo


femenino por las medidas longitudinales del húmero y fémur. El
diámetro vertical de la cabeza del húmero es diferente al de
los hombres”, señaló el catedrático.

Millones dijo que para determinar el sexo del conjunto de


restos óseos se tuvo que comparar las medidas de los huesos
largos con más de 500 individuos del continente americano.

La tumba de la sacerdotisa fue hallada a tres metros y medio


de profundidad, en el sector sur de la pirámide de Chornancap,
en un palacio desde donde habría gobernado.

Desde el año pasado se han realizado importantes


descubrimientos en este complejo. Por ejemplo, el 18 de
octubre del 2011, se registró el hallazgo de la máscara de
ojos alados. Este fue uno de los más importantes indicios de
la existencia de un lujoso material funerario en la cultura
Lambayeque.
En el proyecto trabajan cincuenta personas. Técnicos,
antropólogos y arqueólogos forman parte del equipo de
investigación del proyecto Chotuna-Chornancap. Sus
investigaciones cuentan con un importante aporte de recursos
estatales.

Se tiene previsto iniciar pronto la muestra de los restos


óseos y la joyería de la sacerdotisa lambayecana. Según
anunciaron los encargados del proyecto, el conjunto de restos
sería traído a Lima la tercera semana de mayo para empezar a
exhibirse en el Congreso de la República, luego en Palacio de
Gobierno y finalmente en el Museo de la Nación.

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