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Nélida Zaitegi

“No permitas que nadie te quite las ganas de ser el maestro estupendo que
llevas dentro. No olvides al servicio de quién y para qué estás. Debes recordar
que eres una persona importantísima en la sociedad, porque los maestros
somos “facilitadores de humanización” y nadie nos puede quitar eso.
Enseñamos a ser críticos, a pensar, a gestionarse bien, contagiamos valores y
ganas de vivir a los alumnos: esa es la grandísima labor del profesorado”. La
maestra y pedagoga Nélida Zaitegi, hoy presidenta del Consejo Escolar de
Euskadi, lleva más de cuatro décadas investigando y desarrollando programas
de innovación educativa, basados en la convivencia positiva y la resolución de
conflictos. Conflictos que se puede transformar en aprendizajes después de una
reflexión consciente y pausada. Algunas de las claves de su pensamiento
pedagógico incluyen la educación en valores, la coeducación y la participación
del alumnado. ¿Cómo aprende un niño a convivir? Conviviendo. Como si la
escuela fuera una sociedad a pequeña escala, donde el profesorado ayuda a
desarrollar la inteligencia interpersonal e intrapersonal. “Entre el mono de
Darwin y el hombre o la mujer autorrealizados de Maslow, ¿qué tenemos en
medio? Un profesor. Nosotros debemos ayudar a que los jóvenes sigan
subiendo escalones en la humanización para conseguir una sociedad mejor”,
concluye Zaitegi.

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Nélida Zaitegi. Soy Nélida Zaitegi, soy maestra, pedagoga, y una creyente y
practicante de la importancia que tiene la educación para construir una
sociedad mejor, más humana y que humanice.
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Alfonso José Moreno. Hola, Nélida. Soy Alfonso; soy profesor del colegio San
Gabriel de Madrid. Soy maestro, pedagogo y tengo una niña de nueve años.
Para mí es un placer poder tener este tiempo para poder dialogar contigo sobre
convivencia, sobre educación. Sé que eres presidenta del Consejo Escolar de
Euskadi y eres un referente en lo que a convivencia y resolución de conflictos
se refiere. Y ahí va mi primera pregunta: ¿se puede aprender a convivir? ¿Qué
habilidades sociales, personales, crees que debemos reunir las personas,
alumnos, profesores, padres, para desarrollar o lograr una buena convivencia?
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Nélida Zaitegi. Bueno, Alfonso, yo también estoy encantada de estar contigo.
Y además veo cuántas cosas compartimos, porque también soy maestra, soy
pedagoga, yo te gano en hijos porque tengo cuatro, pero estoy segura de que
esto es una conversación entre colegas que va a ser estupenda porque nos
vamos a entender. Entonces, hablando entre colegas y entre profes, la primera
cosa que me gustaría es que definiéramos, antes de empezar, qué entendemos
por educar para la convivencia. Dos palabras, yo diría: “¿Qué entendemos por
educación?”. Y lo siguiente: “¿Qué entendemos por convivencia?”. Porque si
ese marco lo tenemos claro, a partir de ahí todo irá más fácil porque la
referencia la tendremos clara. Tendremos el mismo marco en el que movernos.
¿Te parece?
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Alfonso José Moreno. Perfecto.
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Nélida Zaitegi. Entonces, yo entiendo, y dime si lo compartes. Yo entiendo
que educar, nosotros desde la escuela, desde la familia, la educación consiste
en acompañar a nuestros hijos e hijas, a nuestro alumnado, en su proceso de
convertirse en personas autónomas, para lo que necesitan desarrollar
competencias, valores, que les dirijan hacia la posibilidad de realizar un
proyecto de vida propio a la vez que colaboran en la transformación de la
sociedad para hacerla más justa y más solidaria. Como decía Freire, Pablo
Freire, cuando decía: “La educación no cambia el mundo, cambia a las
personas que van a cambiar el mundo”. Si tenemos eso claro, a partir de ahí
podremos decir: “Esto es educar”, ¿vale?
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Siguiente definición. ¿Qué es la convivencia? ¿Qué entendemos por
convivencia? La convivencia es que no haya conflictos, alumnado obediente,
niños calladitos y quietos, paz para dar clase. Usted perdone, eso no es la
convivencia. ¿Vale? Eso se puede llamar de otra manera. Hay veces que la
gente se equivoca, cuando hablamos de convivencia estamos hablando de
desarrollar en nuestro alumnado, primero, el respeto a la dignidad de otras
personas, a los derechos y deberes propios y ajenos. Es decir, a interactuar con
otras personas desde el reconocimiento de su dignidad, de sus derechos y de
sus deberes.
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También, hacerlo estableciendo relaciones de igualdad y de respeto mutuo y
evitando todo tipo de violencia. Esto sería enseñar la convivencia. ¿En qué se
fundamenta esto? En Galtung, que fue un Premio Nobel de la Paz, ¿recuerdas?
Entonces, Galtung hablaba de la paz positiva como contraposición a la paz
negativa. Y en la paz positiva él insistía, y en eso nos fundamentamos para
hablar de convivencia positiva, en las relaciones en las que no existe ningún
tipo de violencia. No solo la directa, porque la directa es la manifestación, pero
hay que hablar de lo que hay debajo de la directa que son las relaciones. O sea,
la violencia, por una parte cultural y por otra parte estructural. Podríamos
hablar mucho de eso, pero bueno en principio lo vamos a dejar ahí.
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¿Cómo se aprende a convivir? Conviviendo, pero conviviendo de manera
consciente. Es decir, sabiendo qué tipo de relaciones establecemos, cómo me
siento, cómo te sientes en ese tipo de relaciones. Si existe el gusto por estar
juntos, si nos produce malestar… ¿Qué está pasando ahí en esa convivencia,
en esas relaciones en que tú y yo interactuamos? Es tu dignidad y es la mía,
son tus intereses y son los míos, son tus deseos, tus necesidades y son las
mías. Sobre eso, pensando de una manera consciente y reflexionando sobre
ello es como se aprende a convivir.
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Podemos hablar más adelante, si quieres, de todas las claves de la convivencia,
pero en principio se aprende esto. Ahora me preguntas: ¿Qué hace falta, qué
competencias hacen falta para aprender a convivir? Bueno, pues yo te diría que
aprender a convivir, la convivencia, la gente que sabe convivir y además lo
hace bien, es un tema de inteligencia, es gente inteligente. ¿Por qué? El
psicólogo Howard Gardner, norteamericano, ¿lo conoces? Howard Gardner, en
su teoría de las inteligencias múltiples que está muy en boga, y de hecho hay
centros que trabajan todo, habla de dos tipos de inteligencias, dos, que son la
inteligencia intrapersonal: el yo, mí, me, conmigo. Es decir, cómo me gestiono
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a mí mismo. Cómo, primero, me conozco: cuáles son mis intereses, lo que
quiero, yo sé de mí. Siguiente, me quiero y me acepto y yo sé que soy una
buena persona, que intento, me equivoco, arreglo, soluciono, voy creciendo. Yo
tengo una autoestima ajustada, no me creo no sé qué, pero también me valoro
y sé mis posibilidades.
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La autoestima, que soy capaz de… cuando algo no me sale bien, cuando me
equivoco, reconducir y aprender de mis propios errores y también ir
haciéndome resiliente, que no cualquier cosa me hace caer. No, no, no. Yo ante
esto me levanto, desarrollo nuevas estrategias, me convierto… resiliente. Me
hago autónomo porque tengo pensamiento propio, porque sé dilucidar las
cosas. Además, soy capaz de tomar decisiones, me arriesgo, sé dónde voy,
tengo mis metas y me esfuerzo por conseguirlas. Eso es gestionarme bien a mí
mismo, regulo mis emociones. Yo me gestiono bien a mí mismo. Es una
inteligencia fundamental para vivir en la vida.

“Debemos trabajar la inteligencia interpersonal e intrapersonal, pero siempre con valores


cívicos”
Nélida Zaitegi

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Siguiente inteligencia, la interpersonal. Es tú y yo, cómo me relaciono entre
personas, ¿no? Con otras personas. Entonces, en la inteligencia interpersonal,
primero, soy capaz de expresar bien lo que pienso, lo que siento. Por eso es tan
importante que los niños y niñas, tanto en casa como en la escuela, hablen
mucho de lo que sienten, de lo que piensan porque tienen que aprender. El
problema, a veces, es un tema de comunicación porque no nos explicamos
bien. Aprender a comunicarse, pero también a escuchar, que tenemos una
boca y dos orejas.
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Entonces, escucha y escucha activamente. Mírame, esto que intento… intenta
entenderme, ponte en mis zapatos, intenta entender mis emociones, mis
necesidades. Eso que se llama empatía, la capacidad de abordar conflictos. Nos
vamos a encontrar muchas veces en la vida en situaciones en que no vamos a
coincidir y va a haber un conflicto de intereses, de necesidades, de lo que
fuera, pero cómo lo gestionamos. Si aprendemos a gestionar eso y los dos
salimos bien parados sin relaciones de dominio y sumisión, yo puedo más, tú te
aguantas, ganadores y perdedores. Y empezamos a funcionar de otra manera.
Fíjate si es importante esa competencia interpersonal, ¿de acuerdo? Pero si nos
quedáramos solo con las dos competencias, con los dos tipos de inteligencias,
estaría muy bien, pero nos faltaría una tercera cosa fundamental y transversal
que son los valores.
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Yo puedo ser una persona encantadora, seductora, estupenda… puedo ser todo
lo que quieras, y me sé comunicar fenomenal. Pero todo eso lo hago para
robarte…
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Alfonso José Moreno. Un interés propio.
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Nélida Zaitegi. Sí, pero yo eso esa inteligencia la puedo utilizar con unos fines
espurios, para aprovecharme de ti o para lo que fuera. Entonces, si tenemos

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mucha competencia personal y social, pero nos faltan los valores, entonces
esto cambia.
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Alfonso José Moreno. Sin embargo, cuando hablamos de valores, es verdad
que es como un término que está muy usado, pero no sé hasta qué punto
realmente se trabajan los valores en la sociedad.
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Nélida Zaitegi. Sí.
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Alfonso José Moreno. Eso se puede educar si nos referimos a la escuela, pero
a nivel social, ¿cómo nos damos cuenta de…?
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Nélida Zaitegi. Sí, mira, tú lee a Adela Cortina o a Victoria Camps cuando
hablan de los valores cívicos. Y son los valores que necesitamos para vivir y
convertir esta sociedad en un sitio más vivible, más humano y que humanice
además a quienes estamos dentro. Para eso hacen falta valores. Como su
nombre indica “valor” es poner en valor lo que es valioso para algo. Entonces,
todo lo que se puede aprender, se puede enseñar. Yo no digo que los valores se
enseñen… que es lo que nos ha pasado muchas veces, por lo que tienen la
fama que tienen.
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¿Sabes cómo se educan los valores? Viviéndolos. No hay otra forma. Se pegan,
se contagian por ósmosis. Lo que yo vivo, lo que siento, volvemos a lo de
antes, es sentir. Ahora, tengo que reflexionar sobre eso que hemos sentido y
entonces vamos haciendo constructos de lo que es un valor. Y pasa una cosa,
que los valores se van haciendo cada vez más finos y lo que vamos a necesitar
de aquí en adelante es transformación, porque educamos, me dices: “¿Cómo
los educamos?”. Desde pequeños los niños hacen preguntas, siempre, desde
infantil. Los niños, las niñas, se preguntan cosas. Si son unos filósofos de
miedo.
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“¿Esto por qué? ¿Esto para qué?”. Fíjate, la gente de infantil, los de primaria,
¿por qué no respondemos? ¿Por qué no nos paramos? El tema de Lipman, de la
filosofía para niños. ¿Cómo se trabaja todo eso? ¿Por qué no trabajamos y
enseñamos a pensar? Mira, Vygotski decía: “Ponte al alumnado, ponles a
pensar juntos y les vas a dar herramientas para que encuentren muchas
respuestas y vayan construyendo un pensamiento autónomo”. Eso hay que
hacerlo con los valores, pararse, dar tiempo y hablar de todo eso.
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Momento fundamental en la educación en valores: la preadolescencia y la
adolescencia. Tú trabajas con adolescentes.
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Alfonso José Moreno. Con adolescentes, eso es.
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Nélida Zaitegi. Y es un momento precioso de la vida la adolescencia, pero
precioso, precioso. Pasan de ser esos niños obedientes que son heterónomos,
que se quedan… Ahora tienen que tener una moral autónoma y tienen que
empezar a construirse ya, en serio, como personas. Van a tener que decidir la
carrera dentro de poco. Tienen que tomar decisiones importantes. ¿Por qué no
paramos ahí? Ese es su momento.
Yo he trabajado con adolescentes, también. Con un libro de Brunet y Negro, no
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sé si recuerdas aquello, que se llamaba Tutoría con adolescentes, de hace 40
años, pero que a mí me ayudó muchísimo cuando yo trabajaba con
adolescentes.
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Entonces, el adolescente quiere conocerse. Se pregunta muchísimas cosas
sobre él, sobre el mundo, sobre las demás personas. Mira, simplemente
trabajando los dilemas morales que los rodean: ¿Qué pasa con las armas y qué
pasa con el petróleo en no sé dónde? ¿Cuál es el motivo de las guerras? ¿Qué
está pasando con la inmigración? ¿Cómo acogemos, no acogemos? ¿Qué está
pasando con el consumo? Si preguntamos las cosas que estamos viviendo
todos los días, que no hay que ir a no sé qué cosas raras. Hablemos de lo que
nos pasa cada día, cada minuto. Pensemos sobre eso y dejemos que lo hagan
en grupos, y que lo definan, y que encuentren el sentido, el porqué y el para
qué. Ahí estamos educando en valores. ¿Cómo respondemos a eso? Y si resulta
que de todo lo que vale para vivir… Yo no sé las veces que van a utilizar
ninguno de esos conocimientos y algunos sí, más que otros evidentemente,
pero es una cuestión de convivir cada día y cada minuto con la gente que tiene
al lado, consigo mismo.
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La autoimagen, mis posibilidades de arriesgar, de ser valiente, de tomar
decisiones. Eso para toda la vida. Mira, hoy en día se dice que para entrar en
un trabajo vas a entrar por la titulación que tengas, ¿no? Todavía, aquí, que
cada vez menos, porque en otros sitios es menos, es más la entrevista, las
competencias… Bueno, bien. Pero tú puedes entrar aquí porque eres ingeniero,
vale, pero te vas a mantener en el trabajo si tienes lo que se llama las
competencias blandas. ¿Qué son las competencias blandas? Las dos
inteligencias, lo que hemos dicho, la capacidad de autorregularse: yo soy
puntual, trabajo… Y, además, soy capaz de trabajar en equipo, me relaciono
bien con la gente, porque de lo contrario, tres meses de prueba y te vas a la
calle.
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Lo que mantiene, eso las familias lo tenían que tener clarísimo y el profesorado
también, las competencias realmente importantes son éstas, que les llaman
blandas y yo creo que son las más duras. La gente dice: “La competencia dura
es que sepan matemáticas…”. Sí, sí, hay que saber matemáticas, hay que
saber inglés, manejar todo tipo de herramientas informáticas, todo lo que
quieras, pero ojo, estas son las claves fundamentales y que valen para vivir,
para la felicidad, para generar una sociedad más justa, y para que además
profesionalmente seas un buen profesional. Yo siempre insisto que la
educación, por sintetizar y cambiamos, es hacer buenas personas. Esa persona
que se conoce, de verdad, que tiene valores, que sabe dónde va, que es capaz
de anteponer las necesidades de otros, las mías.
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¿Cómo compaginamos en esto que todos estemos bien? Y la ética del cuidado,
que me parece muy importante. Buenos ciudadanos y ciudadanas, es que es la
corresponsabilidad. Este mundo en el que vivimos es responsabilidad de todos
y de todas. De la escuela, de las familias, y no hemos hablado de los agentes
sociales, que luego hablamos de ellos. Entonces, evidentemente, esa gente
que va a transformar esto y que va a avanzar hacia sociedades más justas,
más solidarias, más humanas, a la medida de las personas, que además

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humanizan, porque hacen que los que vivimos dentro seamos también más
humanos.
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Evidentemente, por ahí es por donde tenemos que ir. Esto es, por decirlo de
alguna manera, lo que entiendo por educar en la convivencia, y lo que entiendo
que tendríamos que tener todos presente. Y que esto nos vale para ser buenos
profesionales, porque ser buen profesional hoy requiere todas estas
competencias: trabajar en equipo, ser flexible, ser capaz de comunicarse, de
escuchar a otras personas, de trabajar juntos en un mismo proyecto que nos
lleva a no sé qué… para ser un buen ciudadano y una buena ciudadana que
transforma y hace esto mejor. Y para ser feliz, y para ser buena persona.
Entonces, si educar es acompañar para que sean seres autónomos que hagan
un proyecto propio de vida, todo esto va unido en eso.
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Alfonso José Moreno. Va unido. Al hablar de convivencia escolar, ¿podrías
resumir las claves que consideres más importantes para una buena
convivencia escolar?
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Nélida Zaitegi. Mira, así, grosso modo, yo creo que el aprender a convivir es
una de las finalidades de la educación, de las más importantes, junto con el
aprender a pensar y aprender a aprender, pero se aprende… La escuela es una
pequeña sociedad, una asociación pequeña donde trabajamos, convivimos,
comemos, jugamos, sentimos, nos reímos, lloramos. Es una sociedad, una
pequeña sociedad. Entonces, como ese es el momento de aprendizaje por
excelencia, porque es un medio donde está planificada, sabemos qué
queremos hacer porque esa es la enseñanza formal versus la informal, pero la
educación formal es eso. Está todo planificado o medido, y tenemos unos
objetivos para los cuales utilizamos unas estrategias con el fin de que cada
niño o cada niña aprenda.

“Aprender a convivir y a pensar son dos de las finalidades de la educación”


Nélida Zaitegi

15:40
No es la enseñanza lo que importa, lo que importa es el aprendizaje. Si
recuerdas Freinet, que fue uno de mis referentes en educación, este maestro
francés recuerda al de la Escuela Nueva de los años veinte, veinte del siglo
pasado. Entendámonos. Este decía: “Si un niño o una niña no aprende como tú
le enseñas, preocúpate de enseñarle como él o ella aprende”, ¿vale? Entonces,
claro, eso lo decía… Fíjate desde cuándo viene eso. Entonces, aprender a
convivir. ¿Qué ocurre en la escuela? Es el aprendizaje por excelencia.
Aprendemos, todo eso lo vivimos y aprendemos dentro de la escuela.
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¿Qué cuestiones hay que tener… cuáles son las variables? Bueno, en mi
humilde opinión, seis, seis variables. Primera, ¿qué entendemos por
convivencia? Si la comunidad educativa, las familias, el alumnado y el
profesorado no se ponen de acuerdo en lo que entienden por convivencia,
difícil será avanzar porque tendremos metas diferentes, uno irá para acá, otro
irá para acá y otro por el otro lado. Afinemos la brújula, ¿hacia dónde vamos?
¿Qué entendemos por educar en convivencia? Hay que definir, que no es que el
alumnado esté calladito y quieto, que no es que cumplan las normas, que no es
lo que dice alguno: “Es que no puedo dar clase”.
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El problema no está en: “Vamos a parar aquí” porque no puedes dar clase, pero
el tema no es la paz del cementerio. La escuela es un sitio vivo donde la gente
vive, donde va a haber conflictos, donde va a haber situaciones. El tema es
cómo manejamos eso. Primera cuestión, determinemos qué entendemos por
convivencia. Toda la comunidad educativa: entendemos que convivir es esto.
Una. Siguiente, ¿qué hacemos con los conflictos? ¿Qué vamos a hacer con los
conflictos? ¿Meterlos bajo la alfombra? Como vamos tan corriendo y queda
tanta materia… Aquí no pasa nada, no pasa nada: “Venga, tú, cállate que no ha
pasado…”. No, no, ha pasado.
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Y no perder toda la oportunidad que tiene de aprendizaje y de madurez para
todo el mundo el abordar un conflicto es importante. Cómo lo hagamos, de una
manera u otra, fundamental.
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Alfonso José Moreno. Incluso el hecho, quizá, muchas veces de querer
esconder el conflicto porque puedo dar a entender que no soy un buen
profesor. Yo me encuentro casos de esos…
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Nélida Zaitegi. Sí, sí, porque ahí aparecemos nosotros…
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Alfonso José Moreno. Nuestro ego…
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Nélida Zaitegi. No, aparece ahí… Es que, mira, en educación pasa una cosa,
la carrocería somos nosotros y entonces como no estamos muy bien armados
por dentro, pues cualquier cosa nos cuestiona, nos descoloca, y a veces no
sabemos hacer cosas. Pero el problema no está en lo que pasa, es que yo
tengo que mirar qué me está pasando a mí para poder… porque nadie da lo
que no tiene. Entonces, tengo que planteármelo. Pero sigo, conflictos, luego
hablamos de eso más despacio.
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Siguiente historia: las normas y la educación moral. Fíjate en la escuela, ¿qué
pasa con las normas? Tiene que haber normas en la escuela: a qué hora
entramos, a qué acuerdos llegamos… pero, ¿quién pone esas normas? Claro, si
queremos avanzar y hacer que nuestro alumnado madure y le acompañamos
en su proceso de convertirse en persona autónoma, que hemos dicho que era
educar, entonces nos vamos a encontrar con que lo que tenemos que hacer es
decir: “Oiga, ¿cómo nos lo montamos aquí para estar bien todo el mundo y
haciendo lo que tenemos que hacer? Porque aquí venimos a algo.
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Dos cosas. Yo con mis alumnos y mis alumnas en aquel octavo de EGB del que
tú serás producto de aquella época, yo me iba a un fin de semana antes de
comenzar el curso a un caserío que nos prestaban en el monte, y nos íbamos
un fin de semana con mis todos mis alumnos. Y allí teníamos que hacer la
comida, la cena, los desayunos, los turnos para organizarnos. Y después, por la
noche, los juegos con el libro de Brunet y Negro y hacíamos las técnicas del
paraguas, las no sé qué de autoconocimiento del grupo. Nos pasábamos un fin
de semana allí. Yo sabía indefectiblemente que cuando me fuera a meter a la
cama me habían hecho la petaca.
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Evidentemente, todas las noches. Era su manera de decir: “¿Quieres ser como
nosotros? Pues te vas a enterar”. Bueno, jugábamos a eso, pero salíamos de
aquel fin de semana con las normas de clase, salíamos con la lista que ellos
creaban de sus necesidades, con la programación… Yo, como profe, les decía:
“Tenemos que trabajar aquí, aquí, y aquí. Entonces, ¿cómo lo conseguimos?”. Y
hablábamos clarito. Entonces claro, si el alumnado no participa en la
elaboración de las normas siempre serán normas de otros, y entonces dirán:
“Que el profe lo arregle”.
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Y les estamos educando desde un poder que… No, no, no, queremos educar en
la democracia, queremos que nuestro alumnado empiece a participar en la
elaboración de las normas para que haya una norma y una educación
democrática. Vamos a trabajarlo. La cuarta clave es la participación. ¿Cuánto
participa el alumnado? ¿Cuánta voz tiene? Yo les suelo decir: “¿Qué hacemos
todo para el pueblo, pero sin el pueblo? Si quieres, igual pasa con los hijos. O
sea, todo para ellos, pero sin ellos.
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Hombre, quieres que sean maduros, ¿por qué les ocultas la realidad? ¿Por qué
no hablamos del conflicto? ¿Por qué no hablamos de lo que nos preocupa? Si
quiero que maduren y que sean realmente personas capaces, autónomas, y
puedan gestionarse. Es un estilo de estar y de vivir. Entonces, lógicamente, que
participen en la elaboración de las normas, pero ante cualquier situación, que
participen, que se sientan… ¿Cómo vamos a tener gente participativa luego, en
la sociedad, si en la escuela no les dejamos participar? Hay que planteárselo. Y
es en las asambleas de clase y es en lo que quieras, pero cuando hay que
tomar decisiones… Es como considerar a la sociedad madura, es como si no
fueran maduros, es que les infantilizamos. Pero si son muy capaces, y desde
bien pequeños, de decir lo que quieren y cómo lo quieren. ¿Por qué no lo
negociamos, en todo caso?

“¿Cómo vamos a tener gente participativa en la sociedad, si en la escuela no les dejamos


participar?”
Nélida Zaitegi

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La quinta, que tiene que ver con la eliminación de todo tipo de violencia.
Vivimos en una sociedad tremendamente violenta, y encima hace alarde de
esa violencia. A mí me parece que es muy sana la discrepancia. Si todos
pensáramos igual no avanzaríamos como sociedad, y es muy buena la
discrepancia, pero por favor, por favor… Gandhi decía: “Hay que ser duro con
los problemas, pero delicado con las personas”. Vamos a ver, si yo entiendo…
yo te puedo dar argumentos: por qué lo creo. Además, argumentos cuanto más
finos mejor, cuanto más sopesados mejor.
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Pero yo no me meto contigo como persona porque eso es muy violento, y eso
es lo que nuestros niños y niñas están viendo cada día, es como para quitar la
televisión en muchas ocasiones. Y es lo que los medios sacan. No solo somos
violentos, es que además, encima, toma, ahí lo tenéis para que quede bien
explícito. Hombre, por favor, por favor, eso es pornografía pura. Entonces,
claro, todo eso… Estamos enseñando a pensar con frases hechas, con lugares
comunes, con estereotipos. No estamos enseñando a nuestro alumnado un
pensamiento fino, reflexivo, eso es muy grave como sociedad.
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El modelaje que se está dando para las nuevas generaciones lo vamos a pagar.
Eso es muy serio, y realmente hay una responsabilidad, que no sé si la gente
se está dando cuenta de eso. La responsabilidad que tenemos. Mira, un
ejemplo que a mí me tiene preocupadísima es el tema… Antes el tabaco se
fumaba hasta en las clases, pero el profesor y los alumnos, ¿te acuerdas?
Aquello era una cosa loca. Hemos avanzado y decimos: “No, no, no, por favor,
ahora ya sabemos lo peligroso que es”. Ya no fumamos en lugares públicos,
que se agradece infinito, hasta en los bares ya no sales con la ropa que te
huele. Es estupendo, me parece genial. Muy bien. Ya no se anuncia, pero se
anuncian los juegos en línea que generan unas ludopatías…
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Dicho por profesores y profesoras, sobre todo de centros determinados, con un
alumnado determinado que dicen: “No te imaginas la que tenemos aquí con el
alumnado”. Y te dan 80 euros, y personajes públicos y famosos anunciándolo, y
que eso no esté prohibido.
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Alfonso José Moreno. Juegos en línea, sí.
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Nélida Zaitegi. Eso es más peligroso que otras muchas cosas y lo tenemos
ahí. ¿Pero esa sociedad qué código moral tiene? Porque cuando hablamos de
valores, el educar en valores, es una responsabilidad de toda la sociedad. No
nos pueden hacer trampas. El sexto y último, tiene que ver con la metodología
y lo que se hace en la escuela, en el modo, la manera, el qué enseñamos, cómo
enseñamos y cómo evaluamos. Y eso parece una tontería, no. Eso está
directamente relacionado con la convivencia. Nosotros teníamos un día a la
semana una asamblea, nos juntábamos y ahí salía todo, salía todo, las cosas
que pasaban que yo me enteraba de cosas que ni me las olía hasta que
llegaba. Mira, lo que hay aquí, ¿vale? Pues estupendo, y entendías muchas
veces por qué pasaban luego cosas en clase. Entonces, las normas tienen que
ser puestas por ellos. Consecuencias. ¿Qué pasa? Porque tú eres responsable
de tus actos, tienes que serlo y has hecho daño, has molestado, ¿cómo reparas
eso, majo?
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Porque yo no te voy a poner un castigo. Mira, los castigos, claro, también
depende el paradigma en que nos estemos moviendo. Si yo me muevo en un
paradigma proactivo en la escuela donde pongo las condiciones para que no
pasen cosas, es decir evito, pongo buenas condiciones. Cuando pasa algo, las
normas las hacemos colaborativamente, cuando no se cumplen aprendemos
sobre esto, ¿por qué no se cumplen y esto ahora cómo se soluciona? Porque
igual tienes que hacer algo para que esto se solucione, que no es simplemente
me ponen un castigo, me voy para casa.
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Estamos viendo un desarrollo moral. Ahora, si yo parto de un paradigma
reactivo donde hay un control interno, en el anterior es el propio individuo el
que se controla, y el propio grupo el que se autorregula. Pero si yo utilizo lo que
es un paradigma reactivo: la haces, la pagas. Esto, castigo. Claro, no entro. Eso
no genera autonomía moral, eso genera gente sumisa y, sobre todo, muchas
veces con un cinismo que te mueres. ¿Por qué? Porque no lo haré si me ves,
pero cuando no me ves, ya lo veremos. Claro, por eso los castigos no sirven

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educativamente y nosotros tenemos que tener claro que nosotros no somos
ningún órgano de castigo, ni represor.
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Nosotros somos educadores, y si somos personas educadoras tenemos que
pensar: ¿qué hago yo para que se desarrollen como personas autónomas con
un criterio moral? Que sea una persona que la voy a poner ahí, estupenda,
“Hala, transforma el mundo, hijo. Sal a vivir”. ¿Pero eso desde donde lo hago?
Claro, si yo no tengo claro eso, pues es posible que repita muchas cosas y haga
lo que muchas veces ocurre. Tú lo conoces mejor que yo. Entonces, dices:
“¿Desde donde actuamos?”. “¿Desde dónde?”. “¿Desde un paradigma
proactivo o desde un paradigma reactivo?”. “¿Voy a avanzar o voy a repetir?”.
Porque nos llegan a la escuela y nosotros hacemos en la escuela todo, ¿vale?
Valores, convivencia.

“Los profesores debemos ayudar al desarrollo autónomo con criterio moral”


Nélida Zaitegi

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Bueno, yo qué sé, creo que somos gente, además, que nos creemos nuestras
cosas y que las hacemos y luego en la calle: “Oiga, no me haga trampas”.
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Alfonso José Moreno. Entonces hay un choque entre lo que un niño o una
niña vive en un espacio como puede ser la escuela y el momento en el que
salen a encontrarse con la gente desconocida.
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Nélida Zaitegi. Salen a otro mundo, esto no tiene nada que ver con lo que
hay en el mundo. Si hay niños que te dicen: “¿Pero de qué me hablas?”. Y mira,
vamos a hablar de eso, porque ahí estamos haciendo dilemas morales y
estamos enseñando a pensar, sobre todo. Cuando el alumnado se aburre
porque aprende de otra manera e insistimos en que sigan quietos, pegados a
una mesa. Y con una tiza maravillosa, un encerado blanco, y un encerado
verde y una tiza blanca. Cuando es multitarea y está con seis antenas abiertas,
seis ventanas en no sé qué, y nosotros: “Atento aquí o a mi mano y a esta tiza.
Hombre, por favor.
27:17
El alumnado de hoy no aprende así, y sin embargo nosotros seguimos haciendo
eso. Cuando seguimos poniendo unas normas o tenemos un currículum que
hay que ver, como dice Ángel Pérez de la Universidad de Málaga: “Tenemos un
currículum de kilómetros de extensión y milímetros de profundidad”. Hay que
hacer muchísimas cosas para un examen. Y todavía, aunque parezca mentira,
hay centros que todavía funcionan así.
27:44
Perdona, perdona un momento. ¿Dónde está el aprendizaje significativo que
tenga sentido para mí? El aprendizaje profundo. Porque los chavales y chavalas
de hoy tienen que saber resolver problemas, que es lo que van a tener que
hacer en su vida. Trabajo por proyectos, trabajo por retos. Vamos a pensar en
una metodología que implique al alumnado con su cabeza, su corazón y sus
manos, pero lo que no vale es que el alumnado de hoy no tiene nada que ver
con aquellas cosas que nos enseñó la sociedad industrial: todos quietos en un
aula. Tú mira hoy cómo son las empresas, espacios abiertos, distintas, la gente
es multitarea, que igual mantienen menos atención, es cierto.
28:22
pág. 10
Alfonso José Moreno. Eso te iba a decir que tienen un punto en contra quizá,
esa multitarea a la hora de poder trabajar la atención. Al final vamos a acabar
evaluando…
28:32
Nélida Zaitegi. Ya, ya, claro. Sí, sí, pero una cosa, si aprenden así yo tendré
que ver, desde ahí… Mira, cómo es el alumnado ahora, y tiene que ver en este
sexto punto de la convivencia, de la intervención metodológica, y cómo
trabajamos en la escuela, si el alumnado es como es yo no me puedo pasar la
vida lamentándome y quejándome: “Es que son horribles, es que hay que ver
cómo son. Es que fíjate…”. Ya, ya, es que son así. El tema es que con estos
tienes que bailar, ¿entiendes? Con estos son con los que tú tienes…
29:00
Ahora, ¿esto como lo abordo? Vamos a ver. Los médicos se han encontrado con
una cantidad de enfermedades nuevas increíble. El sida en su momento,
bueno, miles de alergias, enfermedades nuevas que en la carrera no
aprendieron, que no les enseñaron. Ahora, cuando yo voy a un médico no me
importa si le enseñaron o no: “Oiga usted, a mí cúreme”. Congresos,
aprendizaje continuo, intercambio de conocimiento, de buenas prácticas, de no
sé qué. Pues es que claro, es que esto no existía, pero es que ahora existe.
29:33
Y nosotros tenemos que decir lo mismo: “Es que nos han cambiado el escenario
y yo estaba preparada para hacer una obra de Shakespeare y resulta que ahora
me cambian el escenario y me tengo que vestir de intergaláctico o de la Guerra
de las Galaxias”. Porque es que esta es la realidad, y yo no puedo pasarme la
vida quejándome de “antes era” porque aquello fue y desapareció, y ahora
estamos aquí. Y ahí hay una cosa que también habrás oído muchas veces.
Cuando Pablo Freire decía: “Tenemos que pasar de la cultura de la queja a la
cultura de la transformación”. Y decimos: “Esto es lo que está pasando, cierto.
Pasa esto, y nos lo han cambiado. ¿Ahora con esto cómo lo hago?”.
30:11
Tengo que enseñar otra manera, buscar unas estrategias diferentes porque son
así, son así y serán de otra manera, porque irán cambiando. Con lo cual, a mí
no me queda otra que un continuo reciclaje y un continuo situarme.
Esta sería la última. ¿Qué enseñamos? ¿Qué sentido tiene lo que enseñamos?
¿Para qué vale? Porque un alumno que te pregunta, o una alumna que te
pregunta: “¿Esto para qué vale?”. Como no tengas respuesta lo tienes mal.
30:37
Alfonso José Moreno. Sí, tienes un problema.
30:39
Nélida Zaitegi. Claro, a ver, ¿para qué vale? ¿Esto qué significatividad tiene
para mi vida? Yo recuerdo que una vez pregunté… yo he sido muy, muy
preguntona de pequeña y preguntaba siempre: “¿Y esto para qué vale?”. Y una
vez recuerdo que tuve una maestra buenísima, pero la pillaría en un
momento… que ella siempre me explicaba el “para qué”, pero en aquella
ocasión me dijo: “Cuando seas mayor ya lo verás”. Estoy esperando para saber
lo que es, a ver para qué vale, todavía no lo sé. Pero bueno, es igual, a lo que
íbamos. ¿Qué enseñamos? ¿Cómo enseñamos? “El sentido de”. Si en el
currículum no hay que entrar… como dice Alejandro Campo, un amigo mío, que
hay que entrar con una podadora y quedarnos con lo fundamental porque hoy
en día no hay que enseñar al alumnado más información, la tienen en todos los
medios. Hay que enseñarles qué información es buena…
pág. 11
31:27
Alfonso José Moreno. A buscar, hay que enseñar a buscar.
31:28
Nélida Zaitegi. A buscar, pero que sea significativa, porque nos mienten como
bellacos por todas las esquinas. O sea que, ¿cuál es la información? ¿Esa
información, para qué la quiero? Porque me tiene que servir para responder a
una necesidad, algo concreto. Entonces, se hace significativo y se me queda
para siempre y ya la tengo porque lo he hecho. Claro, eso también tiene que
ver con lo que nosotros, desde la escuela, cuáles sean nuestros paradigmas
educativos. Yo creo que el cambio en este momento no está tanto en muchas
cosas de fuera, sino en nuestro paradigma de qué es.
32:00
Por ejemplo, Josep Ramoneda, lo conocerás. Es un escritor, profesor de la
Universidad Barcelona, decía que en la sociedad todo está montado para
educar en las tres “C” y decía: “Hagamos personas competitivas, personas
contribuyentes y personas consumidoras”. A toda la sociedad le importa que
sean personas competitivas: “Tú gánate la vida y vamos a ver”, competitiva.
32:30
Siguiente, tienes que ser consumidora. Consume porque si no esto… La
economía, fíjate tú, no hablamos de desarrollo sostenible. O si tenemos que
hablar de lo contrario, ¿no? No solamente el desarrollo, sino al revés. Bueno,
pero bien, decimos: “Consuma”, y siguiente: “Contribuya”, porque esto hay que
mantenerlo, hay que contribuir para mantener esto. Luego ya habrá quien haga
ingeniería financiera y se lo monte bien, pero son las tres “C”. Eso decía.
32:56
Claro, yo digo que no, ni hablar, ni hablar. Una educación consciente, una
educación que quiere ayudar, acompañar al alumnado en su proceso de
construcción como persona autónoma capaz de transformar esto, requiere
cinco, cinco “C”. En primer lugar, conscientes. Seamos gente consciente.
¿Dónde está? ¿Dónde vive? Vivir con consciencia, con los ojos abiertos.
Siguiente, tiene que ser gente colaboradora, que es capaz de trabajar con otras
personas. Colaboramos en la construcción de esto. Corresponsable, que se
sienta responsable de las cosas que ocurren a nuestro alrededor. “También, de
mí depende, tengo que ser corresponsable de esto”. Siguiente, tengo que ser
tremendamente crítico y tremendamente creativo. Son las cinco “C” que yo
creo que es por donde tendría que ir la educación. En función de si nos
movemos en unas “C” o nos movemos en otras, evidentemente eso lleva
valores, lleva rutinas escolares, maneras de trabajar, pero tiene que ver con el
concepto que tengamos de educación.
33:58
Alfonso José Moreno. Hemos hablado en algún momento, también, de los
conflictos. Cómo se solucionan los conflictos, la resiliencia, la hora de cómo
gestiono cuando me ha venido una situación con la que yo no contaba o que sí
contaba. Muchas veces cuando hablo en mi colegio, cuando damos las charlas
sobre mediación y demás en el equipo que tenemos, y hablamos de las
acepciones de la RAE sobre la palabra “conflicto” son todas negativas. ¿Cómo
podemos transformar esa idea? ¿Qué idea tienes tú de lo que es el conflicto?
¿Crees que la resolución de conflictos se puede enseñar en los colegios?
34:39
Nélida Zaitegi. ¿A ti no te han llamado nunca conflictivo?
34:41
pág. 12
Alfonso José Moreno. Sí, sí, claro.
34:42
Nélida Zaitegi. Y a mí. Y no te estaban llamando guapo, ¿eh?
34:45
Alfonso José Moreno. No. No era algo positivo.
34:49
Nélida Zaitegi. Exactamente. Vamos a ver, el conflicto siempre está unido
sobre todo cuando vienes de regímenes muy… no sé cómo llamarlos.
34:51
Alfonso José Moreno. Muy rígidos.
34:58
Nélida Zaitegi. Muy rígidos. Que donde, por favor: “Aquí la paz, y mí no me
cuente usted su vida”. O sea, es que eso no es la escuela. Así no educamos, así
no educamos. El tema del conflicto es, para empezar, a mí me parece que es
una oportunidad de aprendizaje tremenda. Si se gestiona bien, si se mete
debajo de la alfombra no. Si lo ventilamos, y lo tratamos, y lo gestionamos,
creo que tiene una oportunidad de aprendizaje increíble. Tiene una
potencialidad tremenda, ¿por qué? Lleva dentro muchísimo malestar, dolor. O
sea, eso del sentir que hemos dicho antes. El conflicto duele, duele, pero si ese
conflicto yo no lo racionalizo, o sea no lo saco, lo limpio, lo pongo aquí sobre la
mesa y lo aireamos, lo pensamos y lo racionalizamos, entonces es cuando
aprenderemos. Y a la siguiente, cuando vaya a actuar, ya tendré y sabré cómo
hacerlo en la siguiente. Que todavía seguiré aprendiendo porque yo, por lo
menos, con los años que tengo sigo aprendiendo todavía, porque me surgen
unos, aquellos, los otros… Bueno, aprendemos. Entonces, un conflicto, en
primer lugar, tiene una oportunidad de aprendizaje terrible.
36:07
Segundo, no en el momento, ¿eh?, porque en caliente no. O sea, en el
momento que ha habido un conflicto, que aquello ha explotado, hay que dejar
que aquello…
36:15
Alfonso José Moreno. Luego te iba a hablar un poco de las emociones. Qué
relación existe entre emoción, conflicto…
36:18
Nélida Zaitegi. Muchísima, porque duele, porque me estás atacando cosas
importantes para mí y eso me duele, me duele mucho. Hay una carga
emocional muy grande, por eso hay que decir: “Espera, espera a que baje la…
36:30
Alfonso José Moreno. Respira, ¿no? Cuenta hasta 10.
36:22
Nélida Zaitegi. No, no, fíjate que en educación hacemos así con el dedo
rápidamente. En cuestión de milésimas de segundo hemos tomado una
decisión, así las tomamos muchas veces, claro. Entonces, a ver, primero calma,
porque hay que hacer las cosas en frío. No en ese momento con la amígdala…
No, no, no, no, no… Con calma. Yo siempre le digo a la gente: “Déjalo, mañana,
mañana tú y yo hablamos de esto”. Mañana. Mañana o a los dos días. Pero hay
que hablar, no digas “mañana” y luego no. Hay que hablar de eso porque es el
momento, cuando la tensión emocional ha bajado, hay que decir a ver qué ha
pasado y hay que oír.
37:07

pág. 13
Y me da igual que sea entre profes, porque de eso nunca hablamos, cuando
hablamos de conflictos todo mundo piensa en los conflictos que genera el
alumnado. Perdona, conflictos en el claustro, conflictos con las familias,
conflictos entre el alumnado, entre los otros. Los conflictos pueden ser
múltiples y variados. ¿Cómo atajamos eso? Fíjate, a mí no me gusta hablar de
resolución de conflictos, porque la palabra resolución es como que ya está
resuelto y se acabó.
37:34
Alfonso José Moreno. Como que se resuelve.
37:34
Nélida Zaitegi. No, vamos a ver, en primer lugar yo entiendo que el conflicto
es, por poner una metáfora que se entienda, como la fiebre. Yo hoy me levanto
y tengo fiebre. Entonces, como tengo que ir a trabajar, pues me tomo un
antipirético y me voy a currar. Pero es que a las seis horas que se ha quitado el
efecto, tengo la fiebre. Pero si yo me sigo tomando cosas y no me trato más
que la fiebre, evidentemente me va a pasar algo gordo.
38:00
Claro, yo lo que tengo que pensar es por qué tengo fiebre. ¿Qué hay debajo o
detrás de la fiebre? La fiebre es un síntoma de que algo no va. Tengo que ir al
médico y me mirará la garganta, no sé qué y me dirá: “Tiene usted esto.
Tómese esto o haga no sé qué”. Y entonces la fiebre remite y aquello se
soluciona, ¿vale? Con los conflictos, el esquema para entenderlos es el mismo.
Ahora hay que ir a las causas, ¿por qué? La causa de la fiebre era las anginas,
¿vale?, pero la causa de un conflicto, sobre todo si es de esos conflictos que se
repiten, o conflictos que están latentes, que están ahí todo el rato así, que tú lo
conoces.

“El conflicto es como la fiebre: debemos buscar el origen y tratarlo”


Nélida Zaitegi

38:40
Entonces, ¿dónde están las causas? Hay que ir a la causa para intentar sanar
eso. Unas veces se resuelven y otras no. ¿Por qué? Porque si es un conflicto de
intereses, siempre vamos a tener intereses diferentes. De valores, si tenemos
valores diferentes. De necesidades, si tenemos necesidades diferentes.
Tenemos que aprender a negociar y tendremos que aprender a gestionarlo,
pero no van a desaparecer del todo porque yo no voy a dejar de ser yo, ni tú
vas a dejar de ser tú.
39:11
¿Cómo hacemos para conseguir que esto funcione? Pero no significa… los
conflictos en las parejas, por ejemplo. Yo este año hago las bodas de oro, te
imaginas, ¿no? Llevo 50, más 5 de novios, que ya la cosa se las trae,
evidentemente. Y seguimos teniendo conflictos porque a mí me apetece, y yo
quiero, hoy tengo este interés, mañana… Y eso hay que negociarlo, porque
como no lo negocies… así pasa lo de ahora, que duran seis meses. Dices: “No,
no, espera. Hay que aprender a negociar y a vivir”. ¿Los conflictos se
resuelven? No siempre. Cuestiones de justicia normativa, que no sé qué, ahí no
tienes mucho que resolver. El tema es cómo bailamos con eso.
39:44
Alfonso José Moreno. Cómo lo gestionas, quizá.
39:46

pág. 14
Nélida Zaitegi. Cómo lo gestionas. A mí, por eso me gusta más el tema
gestión y transformación de conflictos. Transformamos para que sean
asumibles, que nos permitan vivir y que, en fin, nos manejemos. Eso es una
parte. Entonces, hacerlo cuando estemos en calma, hacerlo oyendo a las dos
partes, a las personas implicadas. Y siempre que sea posible, por favor, que
ellas mismas sean quienes encuentran. Tú vienes de trabajar de mediación.
40:12
Alfonso José Moreno. Eso es.
40:13
Nélida Zaitegi. Entonces, tú sabes que la mediación, un mediador, lo que
hace no es decir: “Tú esto y tú lo otro”. “Haz un vaciado emocional. ¿Cómo te
has sentido? ¿Qué ha pasado? Tu versión, tu versión…”, que parece que han
vivido una cosa diferente cuando les escuchas. “A ver, poneos de acuerdo.
¿Qué ha pasado?”. “Tú qué has entendido y por qué lo has entendido, y cómo”.
Que entiendan lo mismo, que digan cómo se han sentido. Bien, ¿y ahora con
esto qué hacemos? Que sean ellos. Y fíjate que el elemento de la mediación
que a mí me parece un arma muy potente, no es más que un instrumento, una
herramienta, una estrategia. ¿Para qué? Para que ambos, las dos personitas
que están aquí, aprendan a hacerlo solos y solas, y a negociar eso para que se
lo lleven puesto.
40:52
Y en ese proceso de desarrollo autónomo que es la educación de
acompañamiento, les pongamos en situación de que resuelvan mañana todo lo
que se les presente. Entonces, yo creo que los conflictos sí se aprenden, y es
un aprendizaje efectivo. No sé las veces que van a utilizar muchas de las cosas
que les enseñamos, pero los conflictos, cada día y cada hora de su vida.
41:11
Alfonso José Moreno. Actualmente, los centros educativos… yo soy profesor
de secundaria, como te he comentado, son espacios donde cada vez hay más
mezcla cultural. Desde hace ya unos años hay mucha mezcla cultural, esto
supone retos y beneficios. ¿Cómo podemos enfocar esta interculturalidad que
vivimos actualmente en los colegios, en cada escuela?
41:39
Nélida Zaitegi. Pues mira, yo lo veo todo ventajas, todo ventajas. Es verdad
que para el profesorado y para el propio sistema educativo es un reto
importante. Es un reto, pero yo solo le veo cosas buenas. Fíjate, el alumnado,
nuestros niños y niñas, van a vivir en un mundo tremendamente multicultural,
aquí y fuera, porque ellos también se van a mover. Es que ahora el inmigrante
es otro, pero a lo mejor mañana eres tú, como ya nos ha pasado en la historia.
Van a vivir una sociedad multicultural. El tema es cómo transformamos la
multiculturalidad en una interculturalidad en la que todos ganemos, ¿de
acuerdo? Ese es el reto.
42:23
Yo recuerdo cuando fui a Chicago, estuve visitando centros en Chicago porque
estuve en la Universidad de Illinois, y recuerdo que fui a ver un instituto y eran
todo negros, y vivían en un barrio de negros. Y luego fui a ver una escuela de
primaria y era un barrio de hispanos, y eran todos hispanos. Hablaba castellano
estupendamente con los niños, con el alumnado, con el profesorado,
tranquilamente. Entonces claro, allí había una multiculturalidad terrible, pero la
interculturalidad poca. Solo cuando ibas a un supermercado y veías que una se
llamaba Lupe, el otro se llamaba Alejandro, el otro no sé cómo, y decías: “Este
pág. 15
será mexicano, el otro…”. Pero conozco un pueblo en la Rioja Alavesa, en Oyón,
donde hay una colonia de paquistaníes que, como me decía a la directora de la
escuela, es que viven en Pakistán porque vienen las cinco horas a la escuela y
cuando salen, vuelven y tienen sus tiendas, su manera de vivir, de entender.
43:22
Ahí su gran pelea, porque es una mujer estupendísima, era: “¿Cómo hacemos
que estos chicos y chicas interactúen con el resto de la gente del pueblo y
lleguemos a tener una cultura intercultural? Porque la tendencia es a ser
multicultural, pero cada uno es su agujero, claro. Entonces, ¿qué ocurre? Ese es
el reto grande de la escuela: transformar la multiculturalidad en
interculturalidad. Es verdad que no sabemos, pero también nos ha pasado,
como te decía antes, esto es nuevo. Esto es nuevo y es nuevo para el sistema,
es nuevo para los centros, es nuevo para cada profesor y profesora
individualmente. Claro, riqueza toda, porque eso nos pone en cuestión la
relatividad. Mira, cuando los niños y niñas se conocen, de repente pierden… En
primer lugar, ellos no tienen los estereotipos.
44:09
Te cuento historias bonitas de infantil. Recuerdo, no sé dónde lo oí, preguntarle
a un niño o a una niña de infantil: “Oye, ¿en tu clase hay muchos
inmigrantes?”. Y la niña contesta: “En mi clase no, en mi clase sólo hay niños y
niñas”.
44:24
Alfonso José Moreno. Qué bueno.
44:26
Nélida Zaitegi. El concepto no lo tienen. La siguiente: “Oye, en tu clase hay
niños y niñas muy diferentes”. El niño te contesta: “Claro, si no cómo va a
saber su padre o su madre quién es el suyo”. Los niños viven la diferencia
como algo absolutamente normal. Yo tengo una anécdota con una de mis
nietas, tengo dos nietas, y cuando Naiara estaba en preescolar, pues llegó una
niña, cuando tenía cuatro años llegó una niña negra a la escuela. Es una
escuela que está en el centro de San Sebastián y que tienen gente de todos los
países y fenomenal, y viven estupendísimamente. Además, yo creo que ha sido
un regalo para mis nietas estar en esa escuela. Entonces, me acuerdo que vino
a casa y me dice: “Amama, ha venido una niña a mi clase y es preciosa,
preciosa”. Y le digo: “¿Sí, cariño? ¿Cómo es?”. Y me dice: “Mira, tiene el pelo
muy rizado, y es como de chocolate, amama”.
45:22
Y dije yo: “¿Ves? Esta niña no tiene estereotipos”. No es: “Es esto o es lo otro”.
Era guapísima y le parecía de chocolate, le parecía bonita. Es verdad que era
una niña preciosa. Pero el tema de los estereotipos y de esas cosas
homofóbicas, eso es de los adultos, no es de los niños y niñas. Esas son
historias que nosotros les metemos. Los niños de por sí no tienen este
problema. Entonces claro, yo creo que es bueno, que es bueno. Ahora bien, ya
sé que habrá profesorado que diga: “A ti te querría ver yo en mi clase, con seis
de estos”. Habrá gente que lo estará pensando y yo digo: “Evidentemente”.
Evidentemente esto es un reto, porque no sabemos hacerlo, porque nunca nos
hemos encontrado ante esto. Y es otro motivo de tener que aprender, porque
nosotros, o nos reciclamos y seguimos adecuándonos a las demandas y a los
problemas que nos van llegando, o nos quedamos también obsoletos.

“El reto de la escuela es pasar de la multiculturalidad a la interculturalidad”


pág. 16
Nélida Zaitegi

46:17
Y eso lo tenemos que pensar. En todos los años de actividad hay que estar al
día y hay que seguir. Ahora, ¿con esto qué ocurre? Son retos de cómo entran a
la escuela, deben entrar en todas las escuelas porque son una riqueza. Yo, en
algún centro que ponían pegas decía: “Pero estáis quitándoles a vuestros hijos
una experiencia estupenda”. Sí, es una riqueza que necesitan para aprender a
vivir y ayudarles en ese proceso de acompañamiento. Eso es fundamental, vivir
con los diferentes: de distinto color, distinta manera de entender, de distinta
lengua. Ahora, claro, evidentemente, ahora incorporarlos al sistema educativo:
lengua, costumbres, normas, lo demás… Requieren una atención determinada,
unas estrategias determinadas y también unos recursos determinados. No creo
que el problema más grande sean los recursos, pero sí que hay que tenerlos en
cuenta dentro de otros muchos.
47:08
Hay una cosa que la escuela no puede olvidar y es el tema de la justicia social.
Que la escuela tiene que ser un modelo de justicia social, que no es ni más ni
menos que dar, no el café para todos, sino dar a cada uno aquello que necesita
para ayudarle a crecer, a desarrollarse, a tener más oportunidades. Y ahí, hay
un amigo mío, Javier Murillo, que habla de liderazgo para la justicia social. Me
parece importantísimo para las escuelas que lo tengamos presente. Entonces,
yo creo que es una riqueza, que hay que aprender cómo hacerlo, buscar
nuevas estrategias y también necesitaremos que las normas se adapten y que
la normativa nos permita hacer experiencias diferentes, porque igual está todo
tan cerrado, tan determinado… Si vienen y hay que mandarlos a una FP básica
sin que hayan hecho la secundaria, pues habrá que dejar que lo hagan. Y habrá
que posibilitar cómo lo hacemos. Pero claro, si seguimos la normativa tal y
como está, pues también nos está pasando que la normativa es un vestido que
se nos está quedando pequeño, y que hay que cortarlo y hacer un vestido
nuevo.
48:07
Alfonso José Moreno. Cuando hablamos de educación, en un principio hemos
hablado de la sociedad. Ahora hemos hablado de la familia. Ahora hemos
hablado un poco de lo que es la escuela, pero a mí me viene mucho a la mente
un proverbio africano que dice que para educar a un niño o a una niña es
necesaria toda la tribu.
48:24
Nélida Zaitegi. Yo creo que ese proverbio africano hay que matizarlo, porque
al final para educar bien hace falta una buena tribu. Porque una tribu educa,
ahora, bien…
48:34
Alfonso José Moreno. Bien, ya es otra cosa.
48:35
Nélida Zaitegi. Cojamos ambas cosas. Siempre he pensado que la gente nos
hace trampas, nos hace trampas a la escuela. Y que la escuela sola no puede,
¿vale? Si yo voy por aquí, pero tengo todo el mundo remando en dirección
contraria lo tengo muy mal, porque al final no me dejan avanzar. Imagínate que
remásemos todos en la misma dirección y fuéramos para allá. Evidentemente
eso sería otro cantar. Mira, la escuela se dice que influye un 30-35% en los
aprendizajes del alumnado. Hoy día podemos hablar de que los entornos de

pág. 17
aprendizaje, eso que se llama “entornos de aprendizaje”, están ya fuera de la
escuela en muchas ocasiones y aprenden mucho más fuera. No voy decir
mucho más, pero bueno, si es un 30-35%, ¿qué pasa alrededor?
49:21
Cuando la gente dice… porque te habrás fijado que cada vez que sale un
problema aparece alguien diciendo: “Esto es un tema de educación”. Lo habrás
oído. Accidentes de tráfico: hay que educar a los niños y a las niñas en esto.
Obesidad: hay que educar a los niños y a las niñas en esto. Adicciones: hay que
educar a los niños y a las niñas en esto. Todo va. Y yo digo: “Sí, sí, es verdad.
Estoy totalmente de acuerdo, es cierto”. Pero vamos a ver quién educa a los
niños y a las niñas en todo eso. Que yo sepa, un niño o una niña, los problemas
de tráfico, fundamentalmente, los aprende en su casa cuando va con su mamá
y su papá en el coche, y se conduce, y se hace… Cuando se saltan el semáforo
y van con su madre. Fundamentalmente, eso se aprende por ósmosis, lo que
ves hacer.
50:14
En los temas de obesidad hay que decir que en el comedor escolar hay que
regular, pero por favor, que el niño o niña aprenda a comer en la nevera y en la
cocina de su mamá y de su papá, en casa. ¿Qué ocurre? Cuando decimos:
“Esto es un tema de educación”, es cierto, es de educación, ¿pero de quién?
Porque resulta que hemos cogido… por eso es bueno definir las cosas. Por eso
es bueno que definamos qué entendemos, porque entonces la gente cuando
oye hablar de educación inmediatamente piensa educación, escuela.
50:44
Nosotros somos la educación formal, la escuela es una educación formal donde
hay objetivos, está todo sistematizado, se planifica, se hace… Bien, pero luego
hay una educación no formal en dónde va el niño o niña cuando hace
extraescolares, a qué cosas va, qué campamentos de verano… También tienen
una educación que no es una educación formal, no es formal, pero es una
educación. Pero luego hay una educación informal. Esa educación que nadie se
plantea con objetivos. La cajera del supermercado, el policía municipal, no se
plantea: “Yo educo”, pero es que aquí educa todo el mundo. Educamos siempre
y en todo lugar, todo el mundo. ¿Por qué? Porque el niño o la niña nos miran y
somos el modelo, lo que ven hacer.
51:32
Claro, y la educación informal es en casa, porque yo puedo decir: “No fumes”,
pero yo me estoy fumando un puro. O: “No se hace no sé qué”. Vamos a ver, la
coherencia entre lo que vemos y lo que luego queremos que otros hagan,
tenemos que plantearnos eso cómo se hace porque claro, o les llevamos a ser
unos cínicos, a decir una cosa, que es lo que hacemos muchas veces, y luego a
hacer la contraria… Porque tú pide un discurso: ¿Cómo hay que educar? Te
salen… Ahora, luego, míralo. Pero si usted me dice que… ¿Cómo es posible?
Entonces, con lo que decimos, o hacemos unos cínicos o hacemos una doble
moral. Una cosa es lo que digo y otra la que hago. Con lo cual tamaño favor y
educación moral que estoy dando a mis niños, a mis hijos, o a mis ciudadanos
y ciudadanas.
52:16
Por eso yo creo que en esto, y quiero ser absolutamente rotunda, que no nos
hagan trampas, que cada palo aguante su vela. Y que cada uno eduque desde
lo que le toca, que nos toca a todos, que educamos todos siempre y en todo
lugar estamos educando. Desde la escuela y desde la familia, y desde la
pág. 18
sociedad tenemos que pensar que la responsabilidad de la educación de la
ciudadanía es de todos y de todas. Cuando hablamos de la educación decimos:
“Es la mejor inversión”. Se está invirtiendo, se está sembrando algo ahora que
son los frutos que se van a recoger mañana. Ese no es un gasto, es la mejor
inversión que podemos hacer. ¿Inversión para qué? ¿Qué árboles estamos
plantando? ¿Quiero un bosque o quiero un desierto? Por eso la sociedad tiene
que plantearse qué tipo de sociedad quiere, qué tipo de personas son
necesarias para eso.
53:05
Porque el futuro no sale porque sí, lo estamos construyendo cada día con lo que
hacemos. Por lo tanto, ojo, la sociedad como tal tiene que plantearse: ¿Quiero
un desierto, quiero un árbol de un pinar de no sé qué, quiero un bosque con
árboles autóctonos, quiero una selva? ¿Qué quiero al final de eso? Entonces yo
ahora empiezo a plantar las semillas para eso que voy a recibir mañana y eso
es algo que como aquí las cosas funcionan a cuatro años, perdemos la
profundidad de saber dónde vamos, y el norte en más de una ocasión.
53:38
Y yo creo que como soy mayor y he vivido muchas cosas, por favor, miren
ustedes un poco más allá, más en profundidad, en profundidad. Díganme qué
quieren encontrar dentro de 20 años y siémbrenlo ahora, porque la cosecha va
a ser la que siembren ahora. Y el que siembra vientos, recoge tempestades.
53:56
Alfonso José Moreno. Después de toda esta información sobre convivencia y
educación, tú eres experta en sistemas educativos, a mí me gustaría saber qué
cambios introducirías dentro del sistema educativo para que siguiéramos más o
menos una línea, creo que común, referente a convivencia, buenos hábitos…
54:21
Nélida Zaitegi. Creo que la educación en este momento es igual la mejor que
hemos tenido nunca, fíjate, la mejor que hemos tenido nunca. Yo creo que
hemos avanzado. Piensa cómo era en la escuela cuando yo era pequeña.
Después, cuando he sido maestra. Pienso cómo es ahora y digo: “Vamos
mejorando, es que las cosas van muy bien”. Pero, ¿qué nos ha ocurrido? Que
ha cambiado el mundo y ha cambiado la sociedad, y han cambiado las
necesidades del alumnado. Y han cambiado, fundamentalmente, las
necesidades del alumnado porque van a vivir en escenarios totalmente
diferentes. Entonces, ¿qué ocurre? Pues resulta que todo esto está muy bien,
pero ya no vale, se nos ha quedado obsoleto. Hay que dar un cambio absoluto
y hay que replantearse el sistema educativo de arriba abajo. Creo que es un
edificio en el que se nos están moviendo los cimientos. Que habría que decir:
“Señores, cuesta menos hacer uno nuevo. Empecemos por buenos cimientos y
ahora vamos construyendo”. Fíjate si soy radical. Eso es lo que se llaman las
innovaciones disruptivas o innovaciones radicales. Que es ir a la raíz de las
cosas, el sentido, ¿para qué tenemos que educar aquí y ahora? Hay que hacer
unos cambios absolutamente radicales en los centros si queremos, de verdad,
acompañar a nuestro alumnado y sembrar para eso que queremos tener
mañana. Eso supone que tengo que pensar muy bien qué sistema educativo
necesito yo. Hay que darle la vuelta a esto. ¿Quién es el elemento fundamental
en esto? El profesorado, porque nada va a cambiar, nada va a cambiar si el
profesorado no cambia los paradigmas en que se fundamentan sus actos, sus
creencias, fíjate, creencias, si no cambia de aquí su actitud, su compromiso
docente, su deseo de hacer lo mejor que puede. Y después con una
pág. 19
profesionalidad y una capacidad, en función de eso, de hacer las cosas que hay
que hacer con el alumnado, nuevas metodologías, nuevas relaciones, el
abordaje de conflictos, la educación en valores… Lo que quieras, pero fíjate que
esto es lo que yo llamo el “Triángulo de las Bermudas”, porque es complicado.
Entonces para eso la pieza clave es el profesorado
56:27
Si el profesorado no quiere, lo tenemos muy mal. Si el profesor no toma
conciencia de los nuevos paradigmas, de la necesidad del cambio, del porqué y
del para qué, también del sentido, lo tenemos mal. Claro, ¿qué ocurre para
eso? Primero, porque es verdad que no puedo cargar todo sobre el profesorado,
siendo consciente de que es fundamental. Y no hablo de un profesor
francotirador, heroico, que hace no sé qué. No, no, yo hablo del profesorado
como colectivo que reflexiona, como dice Elena Martín: “La mejor formación es
reflexionar sobre tu práctica”, sobre la reflexión sobre su práctica. Que analiza
el entorno, conoce la vida, es consciente y dice: “Espera, que estos críos y crías
van a necesitar…”, ¿qué? Y ahora comenzamos con un currículum significativo,
valioso, que haga que nuestro alumnado que es multitarea, que obtiene poca
atención, que lo quiere todo aquí y ahora, que no sé cuántas cosas. Es el que
es. Yo no me puedo quejar porque es lo que hay. ¿Qué ocurre? Si yo tengo que
hacer eso, si tengo que acompañar a mi alumnado, supone que me tengo que
preparar para eso. Imagina, cuando tu hija que tiene… ¿cuántos años?
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Alfonso José Moreno. Nueve años.
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Nélida Zaitegi. Nueve años. Tu hija te dice que se va a ir con el colegio un fin
de semana y tú le preguntas: “¿Adónde vas cariño? ¿Dónde vais?”. Y te dice:
“Nos van a llevar a la playa, a Cádiz”. Vale. Miras qué clima hace en Cádiz,
miras a ver esta semana qué tiempo les va hacer y en función de eso les pones
crema del sol, las sandalias, el bañador o no sé qué, todo lo que veas que se
necesita. Y por si acaso, por si acaso, te voy a poner un anorak por si hace
viento. Y le preparas la maleta: “Hala, cariño, venga, listo”. Pero si en lugar de
eso te dice: “No, es que vamos a Pirineos. Nos vamos a Jaca”. Tú miras y dices:
“A ver Jaca, lo alto que está aquello. Y además que los quieren llevar a la
nieve”. Botas, camisetas térmicas, crema para que el sol no sé qué, las gafas,
un gorro y cuidado con las orejas. Preparas todo un equipaje para ese escenario
en el que va a vivir, ¿verdad? Y le dices: “Anda con cuidado”. Y por si acaso le
metes más cosas, ¿no?, más por si acaso. Como tampoco sé si te va a hacer
bueno o malo, fíjate. Bueno, la educación es eso. Si quiero, si intuyo, veo que
vais hacia allí, ¿cómo te hago yo a ti, cómo te pertrecho para vivir en ese
escenario? Que digo que lo tenemos que crear, pero imagino que vas allí, por lo
tanto si vas ahí te voy a preparar para esa vida, para esas dificultades, para
eso. ¿Y con qué dificultades se van a encontrar? Ese es el elemento que el
sistema educativo se tiene que plantear.
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Primero, ¿qué siembro? Siguiente, ¿cómo preparó a la gente para ese
escenario? Y, evidentemente, fíjate, todos los teóricos, ya no es Bauman
cuando habla de la sociedad líquida, es que casi ya es volátil. Si esto casi ya
es… Los cambios van a ser tan acelerados, que una cosa que nuestro
alumnado va a necesitar mucho, ¿sabes qué es? Desaprender. Es lo que a los
adultos nos cuesta terriblemente.
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Alfonso José Moreno. Nos cuesta mucho.
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Nélida Zaitegi. Porque el paradigma que me ha servido hasta ahora, tener
que decir que ya no me vale es como quitarme cachos de piel. Es que soy yo,
es que me duele. Ya, ya, ya, pero es que no vale, es que ya no te vale. Es un
equipaje que no te va a dar más que problemas. Por favor, cuanto antes te lo
quites, mejor. Entonces, desaprender es un elemento fundamental. Nuestros
chicos y chicas, muchas de las cosas que hoy creen, dentro de diez años,
porque la ciencia ha avanzado, porque habrá investigaciones nuevas. Eso ya no
me vale, tengo que aprender otra. Vivir en la incertidumbre es el elemento que
más nos cuesta a los adultos porque queremos seguridades. Y cuando yo digo
que en la escuela hay que crear ambientes tranquilos, seguros, donde el niño o
la niña se encuentren seguros, que está cuidado, que está bien. Es verdad, eso
es muy bueno y es una experiencia que tienen que tener, pero van a vivir
mucha inseguridad y mucha incertidumbre porque lo que hoy es, mañana…
Claro, ¿con eso qué puede ocurrir? Que nos encontremos con gente que nos
haga “crac” por el camino, porque no va a poder soportar toda esa presión.
Pues amigo ponle la mochila, ¿eh?, la mochila para ir al monte, ponle. Y
entonces hazle que se conozca bien por dentro. Que sea resiliente. Prepárale,
eso para los padres y las madres, si quieren que sus hijos e hijas tengan éxito y
vivan bien, eso es importantísimo. Prepárale desde dentro: la meditación, el
autoconocimiento, la inteligencia emocional, que no son más que las dos
inteligencias de Gardner, como bien sabes. La inteligencia emocional es la intra
y la inter, esas son las inteligencias.
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Evidentemente, todo eso hay que pertrecharlo y eso es fundamental hoy en la
educación. ¿En qué tiempos? ¿En qué momento? ¿Cuándo se hace eso? Cuando
la gente cree que eso son pájaros y flores, que lo que importa son las áreas.
Esas son las competencias blandas, que son las competencias más duras que
va a necesitar nuestro alumnado para ese mundo que viene. Entonces,
lógicamente, la escuela necesita un cambio total, y el profesorado necesita
pasar de la cultura de la queja a la de la transformación. Y vuelvo a insistir, que
eso es importante, de las protestas elaborar propuestas, proyectos compartidos
y hacerlo en equipo. No es un tema de aula, eso lo dice Enguita cuando dice:
“Menos aula y más centro”. Necesitamos, por ejemplo, aparte es el grupo el
que tiene que funcionar. Líderes escolares, un líder pedagógico que sabe que
todo lo que se hace en la escuela tiene que ser para que el alumnado aprenda,
y aprenda a ser mejor persona, mejor ciudadano, o mejor profesional, que
tenga éxito, ¿vale? Pero aprendiendo desde ahí, que aprenda. El liderazgo
distribuido, donde tenemos que hacerlo entre todos. No vale que uno vaya por
delante, no, no. Toda la escuela, todo el profesorado tiene que participar. Y
tiene que haber un liderazgo distribuido porque lo hacemos entre toda la
colectividad. El liderazgo de la justicia social que es importantísimo, del que
habla Javier Murillo, y un liderazgo transformacional porque, ¿cómo hago yo la
transformación de esto que estamos a esto que queremos? Hace falta equipos
directivos muy potentes, muy bien preparados, muy bien cuidados. Y luego hay
que cuidar al profesorado terriblemente, y a las direcciones, y hay que apoyar.
¿Qué le pido yo a la administración en estos casos? Por favor, haz una
normativa que permita esto, porque resulta que nos piden que cambien y
tenemos una normativa que nos lo impide. Es como una piedra al cuello y de
eso nunca habla nadie. No nos vale. Hay que cambiar la normativa. Ahora han
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hecho un intento, por lo menos, de quitar lo más gordo. Vamos a ver si vamos
un poco más adelante y lo quitamos de verdad y empezamos a construir.
Entonces, evidentemente, hace falta una nueva normativa. Hace falta un apoyo
fundamental al profesorado, apoyo que es, por una parte, en la formación
inicial. ¿Qué formación les estamos dando? ¿Para qué les estamos formando,
para hace 20 años o para lo que les va a tocar? Y aquí entran sus competencias
blandas, las del profesorado, que no las va a poder trabajar si no las tiene, y la
inicial tendría que dedicar mucho a eso. ¿Cómo los formamos? ¿Cómo los
seleccionamos? ¿Cómo seleccionamos al profesor para entrar en la pública, por
ejemplo? Con un sistema de oposiciones que viene de los 60, que es
fundamentalmente memorístico, legislativo.
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Pero que no quiero eso, que hoy necesitamos… Yo puse un ejemplo en el
Parlamento y ya me he quedado con esa frase, entonces ya no tengo
problemas, cuando dije que eso era de la época del 600 y que con eso
elegíamos 600. Y que hoy necesitamos coches eléctricos que casi vuelen,
aunque elijamos 600 nos entran coches eléctricos también, algunos, de vez en
cuando, pero no todos los que tendrían que entrar. Porque claro, tengo que
poner un sistema que me permita elegir coches eléctricos, gente con unas
competencias blandas fortísimas, con un compromiso docente increíble, con
una profesionalidad, un conocimiento tecnológico y moral, y social, y afectivo
increíble. Porque necesitamos otro tipo de entrenador para este partido que
vamos a jugar, que es diferente al jugábamos antes. Entonces, lógicamente, la
selección del profesorado, la formación inicial, la formación continua, y el
prestigio y el apoyo, por favor. Pero por favor, o sea, si no apoyas a tus
maestros, a tus profesores, a tus profesoras, ¿a quién vas a apoyar? Pero si son
los que están educando a las nuevas generaciones para esa sociedad mejor
que queremos construir. Evidentemente hay que transformar mucho y hay que
ir a innovaciones radicales, pero de verdad, el profesorado tiene un papel
fundamental. Por eso yo digo, profesorado: cuidarte, quererte, curra, innova,
busca, comprométete, fórmate, porque esto es una labor de todos, de la
sociedad, de la administración, que a veces decimos: “La administración, no”,
la administración tiene que hacer cosas, claro que sí, pero yo también porque o
remamos juntos, o vamos mal.

“Debemos enseñar a vivir en la incertidumbre y la inseguridad de la vida”


Nélida Zaitegi

01:05:03
Alfonso José Moreno. Yo te quería haber preguntado ya para terminar, ¿qué
consejos nos darías a la gente que nos dedicamos a la que muchos
consideramos la mejor profesión y la más bonita del mundo?
01:05:13
Nélida Zaitegi. Se dice que somos la profesión de mayor densidad moral y yo
creo que lo somos. Sí, sí, somos esa profesión. Yo siempre digo al profesorado
que si preguntan: “¿Tú que eres?”, saca pecho: “Yo, profe. Yo, profe”. O sea, es
maestro. Yo he sido maestra de primaria encima, claro, que todavía tiene más
esto. Pero, ser profe es algo importantísimo. Yo primero diría cosas así sencillas,
te diría a ti, o me lo digo a mí. Uno, no permitas que nadie te quite las ganas de
ser el maestro estupendísimo que llevas dentro, porque vas a tener
muchísimos alrededor a ver si te las quitan. Yo siempre he dicho: “A mí las
ganas no me las quita nadie, yo sé dónde voy y lo que quiero”. Porque creo que
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es la mejor profesión. Que sepan muy bien al servicio de quién y para qué
estás. Que disfrutes, que te pongas retos, ya sé que te puedes encontrar con
retos, pero ve a por ellos tú. O sea, “Voy a por este reto, a por el otro, a por el
otro”. A ver cómo lo resuelvo. Que disfrutes, que sepas que eres una persona
importantísima en la sociedad, de lo que más, de lo que más, y que no
permitas que nadie te quite eso, y que tú sabes muy bien lo que eres, lo que
vales. Que luego, mira, eso de la autoridad… la autoridad es el reconocimiento
y yo cuando aquello de la Ley de Autoridad… Mira, yo creo más en la autoridad
del potestas y auctoritas, me quedo con el auctoritas, que es el regalo que los
demás me hacen a mi compromiso, a mi trabajo bien hecho, a todo lo que yo
me esfuerzo. Aquí perfecto no hay nadie, yo he metido la pata millones de
veces, y la sigo metiendo, y la sigo metiendo. Y luego, que entiendan que son
como facilitadores de humanización. Mira, un ejemplo, el mono de Darwin. Este
mono, aquel con el que empezó el proceso evolutivo. Aquí, el hombre, el de
Maslow, el hombre, la mujer autorrealizada. ¿Qué hay en medio?
01:07:12
Alfonso José Moreno. Tú.
01:07:13
Nélida Zaitegi. Muy bien, tú, eres muy listo. Tú. Porque la gente me dice:
“Años”, “Lenguaje”, no sé qué. No, no, yo. ¿Por qué? Porque de aquí he
avanzado. ¿Vale? Estoy aquí, pero ya me gustaría, pero todavía mira dónde
estoy. Nosotros, nosotras, los profesores y profesoras, somos los que tenemos
que generar desarrollo humano en nuestro alumnado. Porque tengo que hacer
que suba un escalón más que, por favor, después de esto que suba un escalón
más. Otro escalón más, porque también hay riesgo, y eso no se nos puede
olvidar, de que se bajen en humanización.
01:07:48
Cuidado. Cuando cosificamos, cuando no enseñamos a pensar, cuando no
enseñamos a ser críticos, cuando no llegamos a gestionarnos bien, a pensar en
los otros, cuando no desarrollamos, cuando no hacemos… contagiamos valores,
ganas de vivir, cuando no contagiamos todo eso, porque eso es lo que
contagiamos, estamos haciendo que la gente baje escalones. Cuidado con eso.
Y esa es la grandísima labor, preciosa, preciosa, del profesorado. Por eso no me
extraña que te sientas tan bien de ser profe. Yo también he dicho: “Yo, maestra.
Se me nota mucho, pero yo soy maestra”. Así que encantados de ser maestros
y de saber el papel que tenemos y de no instalarnos, que nadie nos quite las
ganas, ni instalarnos en las quejas. ¡Venga a por soluciones! Que somos parte
de la solución, no somos parte del problema.
01:08:37
Alfonso José Moreno. Pues muchísimas gracias, Nélida Zaitegi, por darme
esta oportunidad de poder hablar contigo, de poder aprender todo lo que he
aprendido, y espero coincidir contigo en infinidad de sitios. Muchísimas gracias.
01:08:49
Nélida Zaitegi. Espero que sí, seguro que sí, gracias a ti.
01:08:51
Alfonso José Moreno. Gracias.
01:08:51
Nélida Zaitegi. Gracias.

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