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EL PATRIMONIO

(Resumen y anotaciones de libros de Florencia Márquez de Krupij; José Luis Aguilar


Gorrondona; Gert Kummerov y Eloísa Sánchez Brito y Rojina Villegas)

Noción General. Concepto

Para lograr entender el significado del concepto de “Patrimonio”, se debe abarcar, en


principio, el sentido etimológico de la palabra, es decir, el origen de la palabra en sí
misma; de acuerdo con Aguilar Gorrondona[1], es posible que el origen sea de los
vocablos “patris munium”, que denotaría el conjunto de bienes recibidos del padre o
los ascendientes.

Sin embargo, desde esa concepción hasta la que se conoce hoy en día, lo que ha
llevado al vulgo a brindar ciertas definiciones que sirven de base para lograr que el
derecho pueda darle un sentido mucho más exacto y preciso para el objeto de este
trabajo.

La legislación guatemalteca no establece una definición del patrimonio, solo la


doctrina se ha encargado de tal aspecto, tomando en consideración derechos,
obligaciones, materia contable, entre otras causas que le dan origen.

Son muchos los autores que han definido el patrimonio y, por tanto, muchas han sido
las definiciones que se han dejado al respecto, no obstante, Eloísa Sánchez Brito[2]
aporta una que se ajusta, en términos generales, a las necesidades de su
entendimiento.

Tal definición reza, “Es la Universalidad de bienes muebles o inmuebles, que


conforman tanto el activo como el pasivo de una persona, sea natural o jurídica y
susceptibles de una valoración económica.”

Es decir, se conforma una masa, un conjunto de bienes que bien pudieran ser el
haber como el deber de una persona, que brinde la posibilidad de ser valorados
económicamente

Otra definición de Patrimonio “Un conjunto de obligaciones y derechos


susceptibles de una valoración pecuniaria que constituyen una universalidad
de derecho (universitas iuris)”. De esta definición se colige dos elementos que
integra el patrimonio a) El activo, está conformado por un conjunto de bienes y de
derechos, y b) El pasivo por las obligaciones y cargas, siendo indispensable que
los mismos sean susceptibles de ser apreciados monetariamente; la diferencia entre
ambos determina el haber patrimonial o bien el déficit patrimonial, según que el
activo supere al pasivo o viceversa.
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Elementos del Patrimonio

1. Es una masa de bienes, derechos, acciones y obligaciones que conforman


tanto el activo como el pasivo.

2. Está conformado tanto por bienes muebles como inmuebles.

3. Se atribuye a personas naturales o jurídicas. como centro de sus relaciones


jurídicas: porque para que exista derechos y obligaciones debe existir un titular
de ellas, algo o alguien que en su universo propio que las detente, sea persona
natural o jurídica. Si se tiene el derecho es acreedor o titular potestativo de un
crédito, esta es una posición activa; por el contrario si se tiene la obligación o el
deber se es deudor y se está en una posición pasiva.

El Patrimonio si bien nace con la existencia de personas, en cualquier ámbito,


no es menos cierto que, no se extingue por la extinción vital de la persona, con
su muerte, o de la persona jurídica con la caducidad de su existencia o su
extinción forzada por quiebra u otros elementos. El patrimonio queda
conformado como una universalidad existencial transmisible a herederos o
causahabientes en el mundo de las personas naturales, o en cartera en el
mundo de las sociedades y entes colectivos.
4. Valoración económica. ya que solo las relaciones jurídicas de carácter
pecuniario (derechos reales, derechos de credito), forman el contenido del
patrimonio: Es decir, relaciones jurídicas valorables en dinero, porque el
derecho patrimonial siempre está referido a un bien valorado en una cantidad
determinada.

Características

De lo antes dicho se pueden desprender los siguientes elementos caracterizadores.

· El Patrimonio se atribuye a una persona, sea natural o jurídica.

· Toda persona es titular de un Patrimonio, limitando su activo respecto del pasivo.

· El Patrimonio no se divide según la cantidad que se posea, por lo que cada


persona es titular de un único Patrimonio, existiendo las excepciones.

· Es imposible transmitir la totalidad del Patrimonio en vida, pudiendo hacerse sólo


por una sucesión mortis causa.

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· Se constituye como la prenda tácita y común de todos los acreedores del titular o
de los perjudicados por éste.

Naturaleza Jurídica del Patrimonio

Del estudio y análisis de los distintos doctrinarios se pueden resaltar dos teorías o
posiciones que pretenden explicar la naturaleza del Patrimonio dentro del ámbito
jurídico. Estas posiciones se reducen a las siguientes:

Teoría clásica, francesa o del patrimonio-personalidad

Para Aubry y Rau, citado por Aguilar Gorrondona [3], “el patrimonio es el conjunto de
relaciones jurídicas de una persona, valorables en dinero, consideradas como una
universalidad jurídica y ligadas entre sí por estar sujetas a la voluntad de una misma
persona.”

Esta teoría estudia el patrimonio a partir de la personalidad; llegan a decir sus


postuladores que el soporte del patrimonio es la persona, es decir, quien tiene
personalidad, tiene patrimonio.

De acuerdo con Kummerov [4], la voluntad de la persona solo cumple su función al


momento de unificar o establecer los vínculos jurídicos de los elementos del
patrimonio.

Características

. El Patrimonio es una universalidad jurídica. Los derechos y obligaciones de las


personas se circunscriben a su patrimonio, los cuales forman una masa patrimonial.

· El Patrimonio es una universalidad jurídica vinculada a una persona. Según


Sánchez Brito[5], de esta característica se desprenden unos principios, a saber:

1. Solamente las personas tienen patrimonio.

Toda persona tiene patrimonio. Lo que alude a la intransmisibilidad en vida de la


totalidad del patrimonio.

2. Una persona solo tiene un patrimonio.

3. El patrimonio comprende, únicamente, derechos pecuniarios.

Críticas a la tesis clásica del patrimonio

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a) Se le critica haber confundido el patrimonio con la personalidad. Muchos
autores rechazan la afirmación “solo las personas tienen patrimonio”. Por lo que
se considera que existe una inconsistencia en la vinculación del patrimonio con la
personalidad.

Esta crítica está fundada, en el derecho guatemalteco, en el artículo 1,031 del Código
Civil guatemalteco. Este artículo establece que “El termino para aceptar la herencia
es de seis meses a contar de la muerte del testador, si el heredero se encuentra en el
territorio de la República, y de un año en el extranjero. Si pasa el término de la
aceptación sin que nadie se presente a reclamar la herencia, ni haya heredero a
quien manifiestamente pertenezca, o han renunciado los que tenían derecho a ella,
se declarará vacante” arreglándose a las prescripciones del código procesal Civil,
482 al 487.

(En latín, hereditas iacens. Se llamó así a la herencia en el intervalo que transcurría
entre la muerte del causante y la adquisición del heredero, porque la herencia
quedaba temporalmente sin titular y se decía que dormía o yacía.” [1]
La herencia yacente era considerada res nullis debido a que era una cosa (res) que
no tenía ningún dueño y podía ser adquirida por usucapio. Con el emperador
Justiniano se reconoció la herencia yacente como una persona jurídica.

HERENCIA VACANTE: La herencia vacante o bona vacantia, es la herencia que se


consideraba sin dueño ya que no había persona que adquiriera la herencia ya fuera
porque no había ningún heredero instituido o porque nadie deseaba adquirirla, por lo
tanto esta no tenía titular y se trasladaba al Erario público.)
Quiere decir esto que pudiera existir un patrimonio sin titular, lo que evidencia la no
vinculación necesaria del patrimonio con una persona determinada.

b) Se critica que una persona solo tiene un patrimonio, en nuestra legislación en


el artículo 920 del código civil, el heredero invoca el beneficio de inventario, se
encontraba en un momento dado, con dos masas de bienes y obligaciones distintas
que configuraban dos patrimonios, el que le pertenecía y el que heredaba.

En la transmisión hereditaria, tenemos un caso de excepción, en cuanto a la


posibilidad de que el heredero tenga en un momento dado dos masas autónomas de
bienes, derechos y obligaciones, sujetas a regímenes jurídicos distintos, de tal suerte
que vengan a constituir dos patrimonios, siendo uno el personal del heredero y el
otro, el patrimonio que recibe por herencia. Este caso se acepta por aquellas
legislaciones que, como la nuestra, establecen categóricamente que: “la aceptación
(de la herencia) en ningún caso produce confusión de los bienes del autor de la
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herencia y de los herederos, porque el heredero tiene el derecho de aceptarla bajo
beneficio de inventario.
Esta es la excepción que tiene más importancia en nuestro derecho positivo.
Pero al mismo tiempo se reglamenta un conjunto de instituciones que sólo pueden
explicarse satisfactoriamente si se acepta la posibilidad de que una persona tenga
dos o más patrimonios.

Los casos que se presentan en nuestro derecho y que difícilmente pueden explicarse
dentro de la doctrina clásica, son los siguientes:
1º Patrimonio familiar. 2º Patrimonio Conyugal, 3º Patrimonio del ausente.
4º Patrimonio hereditario. 5º Patrimonio del concursado quebrado, es decir del fallido
en una liquidación, concurso o quiebra. Este último caso tiene su aspecto civil para
los concursos y su aspecto mercantil para las quiebras.
6º Por último, hay un caso en el derecho mercantil relativo al fundo de comercio
que constituye un patrimonio especial del comerciante distinto de su patrimonio
particular. Sin embargo, en nuestro derecho es discutible esta posibilidad.

En todos estos ejemplos, encontramos un régimen jurídico distinto para separar del
conjunto de bienes de una persona, cierta masa integrada por activo y pasivo, es
decir, por derechos y obligaciones, a la que el régimen jurídico le da autonomía, para
reconocer no sólo desde el punto de vista económico, sino también jurídico, una
independencia de patrimonios. Como ya vimos el derecho positivo presenta casos
claros en que la división del patrimonio es un hecho innegable, por lo que se inició
un movimiento que tenía por objeto demostrar que la división del patrimonio puede
ser factible y efectiva.

c) Limitación a los derechos valorados económicamente. Daría a entender que


los derechos no valorados de manera pecuniaria escapan de la condición de garantía
común de los acreedores.

Teoría moderna, alemana o del patrimonio-afectación.

Para los seguidores de esta teoría “El patrimonio de afectación es una


universalidad reposando sobre la común destinación de los elementos que la
componen, o más exactamente, un conjunto de bienes y de deudas
inseparablemente ligados, porque todos ellos se encuentran afectados a un fin
económico, y en tanto que no se haga una liquidación, no aparecerá el valor
activo neto”

Esta teoría surge como una respuesta a la teoría anterior, desvirtuando el postulado
central de la teoría clásica. Para los alemanes lo que hace que los elementos que
conforman el patrimonio se vinculen entre sí es la afectación, es decir, el destino o
fin que, en un momento dado, la persona le imponga a los derechos y obligaciones
de contenido económico.

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Parten de la idea del “destino”, del fin que un núcleo o conjunto de derechos y
obligaciones de contenido económico tengan en un momento determinado. Es por tal
motivo que la teoría la denominan “del patrimonio-afectación”, de manera que
ellos no se fijan en la personalidad.

Siendo así, contrario a lo que dicen los clásicos, los alemanes plantean la posibilidad
de transmisión del patrimonio y, por supuesto, también consideran que una persona
puede tener más de un patrimonio ya que, si se basa solo en el fin o destino, puede
tener tantos patrimonios como destinos tenga.

En tal virtud existirán tantos patrimonios como fines jurídico-económicos tenga una
persona, siempre que a la protección de los mismo sean asignados un conjunto de
bienes para protegerlos, los que a su vez generarán obligaciones. Sobre esta base
es perfectamente factible la transmisión patrimonial entre vivos, especialmente por
contrato.

“En nuestra opinión- dice Rojina Villegas- el patrimonio adquiere autonomía no


en relación con la persona, sino en función de un vínculo económico, que el
derecho reconoce para afectar el conjunto de bienes o la consecución de ese
fin; se requiere por consiguiente los siguientes elementos:
1. Que exista un conjunto de bienes, derechos y obligaciones destinados a
la realización de un fin.
2. Que este fin sea de naturaleza jurídico- económica.
3. Que el derecho organice con fisonomía propia por consiguiente con
autonomía todas las relaciones jurídicas activas y pasivas de acreedores
y deudores, en función de aquella masa independiente de bienes,
derechos obligaciones.

Si no se cumplen estos requisitos no habrán patrimonio de afectación.”

Es sumamente conveniente enfatizar en la esencia de la finalidad, la que, como ya se


dijo, deberá ser económica-jurídica por cuanto que una persona podrá tener muchos
fines por realizar, pero muchos de ellos serán intrascendentes para el derecho ya
que, por ejemplo la finalidad de ahorrar para comprar un automóvil, de una marca
determinada no cobrará perfiles particulares en el campo jurídico, en cambio la
necesidad de crear un patrimonio familiar, para el cuidado y conservación de la
familia será relevante para el derecho, porque existe en tal situación, una teleología
jurídico- económica que se traduce, al ser reconocida por la ley en una normativa
concreta que dará autonomía al conjunto de bienes constituidos para patrimonio
familiar.
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Los alemanes, así como los franceses, sostuvieron que el patrimonio es una
universalidad jurídica, que el patrimonio es inherente a la persona, que el patrimonio
está conformado por derechos y obligaciones de contenido económico, pero también
dijeron que podía suceder, perfectamente, que hubiese personas desprovistas de
patrimonio, en virtud de que si no hace la afectación de los derechos y de las
obligaciones para un fin determinado, sencillamente, no existe patrimonio.

También plantearon que podía transmitirse el patrimonio de una persona. Una vez
que una persona haya destinado la masa patrimonial a un fin determinado y ya no
quiera continuar con esa destinación puede, perfectamente, transmitirla. Asimismo,
de la misma manera que pueden existir personas sin patrimonio, pueden existir
núcleos patrimoniales sin sujeto

Críticas a la tesis moderna del patrimonio

a) Los alemanes hacen una desvinculación de la persona, sin considerar que la


destinación la hace precisamente la persona.

b) En la mayoría de los ordenamientos jurídicos no se acepta que existan patrimonios


sin sujetos, sin embargo, por vía de excepción, puede suceder que un núcleo
patrimonial carezca de titular, como sucede en el caso de la herencia yacente.

c) Si cada persona establece varios núcleos patrimoniales a su antojo se atentaría


contra la unidad patrimonial, lo que debilitaría la prenda común de los acreedores

ROJINA VILLEGAS: Siguiendo nuestro derecho los caracteres y tendencias


principales del francés, no se ha adoptado la doctrina del patrimonio de afectación,
sino que, por el contrario, subsiste con algunas modalidades la doctrina clásica,
principalmente en el régimen de las sucesiones, con la excepción principal de que el
heredero tenga dos patrimonios. Se deroga, pues, el principio de indivisibilidad.
Fuera de esta excepción fundamental, se mantiene en sus características principales
la doctrina clásica del patrimonio, puesto que en nuestro derecho toda persona
necesariamente debe tener un patrimonio y solamente pueden tener bienes las
personas. No se admite, como en el derecho alemán, que puedan existir patrimonios
sin dueño. Es necesario que el conjunto de bienes tenga siempre como soporte un
titular que debe ser una persona física o moral. Principalmente esto en el campo de
las personas morales donde alcanza mayor amplitud la posibilidad de afectar un
conjunto de bienes a la realización de fines concretos.

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La persona pueda tener más de un patrimonio, cuando el fin que persigue es jurídico-
económico, es decir, cuando la separación dentro del patrimonio ordinario de la
persona la regula el derecho, para conseguir una finalidad tanto jurídica como
económica, y crea una institución especial para este fin, organizando, régimen
también distinto, encontramos el patrimonio de afectación.
El derecho considera necesario para la conservación de la familia crear un patrimonio
familiar. Hay un fin económico y, además, un fin reconocido por el derecho. Al
reconocer este fin, se hace necesaria una reglamentación jurídica que le dé
autonomía al conjunto de bienes que constituyen el patrimonio familiar. Entonces
tenemos perfilada la separación no sólo de hecho, sino de derecho, para
consecución de un fin jurídico-económico.
En el patrimonio familiar, indiscutiblemente hay un fin económico que es reconocido
por el derecho. Protege los bienes en forma especialísima; los declara inalienables,
inembargables; prohíbe que se constituyan derechos reales sobre los
mismos. Reconoce un mínimum de bienes dentro del patrimonio de aquél que es el
jefe de una familia, para proteger a ésta.
En la sociedad conyugal tenemos también una separación en los bienes de los
consortes que no se aportan a la sociedad conyugal y que por consiguiente,
permanecen como bienes personales, de aquel otro conjunto de bienes que
constituyen el activo social y que puede también comprender obligaciones y cargas.
Existe un verdadero patrimonio integrado por activo y pasivo en la sociedad
conyugal. Existe una separación entre el patrimonio de la sociedad y el patrimonio de
los consortes. Hay una finalidad jurídico-económica reconocida y protegida por el
derecho: hay, por consiguiente, autonomía en tal conjunto.
En el patrimonio del ausente existe, sobre todo, una finalidad de orden jurídico: la
conservación de los bienes de una persona que en un momento dado no se sabe si
existe y en dónde se encuentra; el derecho tiene que organizar ese patrimonio para
conservarlo y nombrar un representante. Esta situación provisional debe ser
transitoria en cierto momento debe también procederse a la declaración de ausencia
para encomendar la adquisición de los bienes a los presuntos herederos.
Posteriormente, debe venir la presunción de muerte del ausente a efecto de regular
el patrimonio del mismo, bajo el régimen hereditario, abriéndose la sucesión para
conceder la posesión a los presuntos herederos, y garantizar a los acreedores del
ausente. Pero esto tampoco es definitivo; se necesita tener la certeza de su muerte
para operar la transmisión hereditaria en definitiva; hasta entonces el patrimonio del
ausente se convierte en patrimonio del heredero. Se acepta la posibilidad de que
aparezca el ausente y exija la restitución de sus bienes. Esta serie de problemas van
afectando el conjunto de bienes, derechos y obligaciones a regímenes jurídicos

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diversos, y es en estos distintos sistemas en donde existe la necesidad de separar el
concepto de patrimonio del de persona.
Lo mismo podemos decir, razonando en términos semejantes, para el patrimonio
hereditario o el que existe en el concurso, en la quiebra o en el fundo mercantil.

Derechos patrimoniales y no patrimoniales.- Como la persona tiene un conjunto


de derechos que no siempre tienen carácter pecuniario, resulta de aquí que no todo
lo que la persona soporta o tiene constituye derechos de carácter patrimonial. Por lo
tanto, podemos hacer una clasificación entre derechos patrimoniales y no
patrimoniales.
Serán patrimoniales aquellos derechos susceptibles de apreciación en dinero, y
no patrimoniales los que no puedan apreciarse pecuniariamente. Como el
patrimonio está constituido por un activo y por un pasivo, la diferencia entre ambos
arroja el haber líquido y el déficit patrimonial.

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