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TEMA 3 UNIDAD IV

MASTERIZACIÓN
La masterización o mastering es el último conjunto de procesos que se realiza en
una canción o proyecto musical antes de ser duplicado, distribuido o comerciali-
zado.

Hay quien opina que la masterización no existe, que es un parche a una mala
mezcla. Aunque no estoy totalmente de acuerdo, en parte no deja de tener ra-
zón. En general, una buena mezcla requiere un proceso posterior mínimo. Básica-
mente, la masteriación consiste en detectar posibles errores en una mezcla final o
“master”, como por ejemplo, excesos o carencias en determinados rangos de fre-
cuencias, resonancias, falta de claridad o pegada, corregir picos que han pasado
desapercibidos en los monitores de referencia usados en las mezcla...

Muchas veces el problema es que, durante el proceso de la mezcla, se tiende a


equilibrar unas pistas con otras sin tener claro cómo debe sonar el conjunto, acre-
centado por la fatiga auditiva después de pasar horas y horas mezclando el mis-
mo tema. Esto se evitaría en gran medida teniendo una pista como referencia
constante durante la mezcla, usando un analizador de espectros y, muy importan-
te realizando descansos frecuentes, cada hora y media como mucho.

Ejemplo de un tema antes y después de masterizar. La pista superior es el bounce o


la mezcla, y la inferior corresponde a la misma pista pero ya masterizada. Puedes
comprobar cómo una vez masterizado se aprovecha todo el rango dinámico del
audio. En este caso concreto el audio no está demasiado comprimido, pues es un
proyecto más similar a la música clásica, pero en la mayoría de géneros de la
electrónica se suele ocupar casi constantemente todo el espacio disponible.

Es importante recordar que debemos realizar las correcciones necesarias sin que el
carácter del sonido se vea demasiado afectado.
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Otro de los objetivos de la masterización consiste en hacer que las canciones sue-
nen lo más compactas posibles dentro de un mismo contexto, y que su escucha
sea óptima en cualquier tipo de soporte (radio, TV, una mini cadena, mp3, etc.).

Si hablamos de un proyecto formado por varias canciones, como por ejemplo un


CD, el objetivo de la masterización también consiste en hacer que entre todas
ellas exista cierta coherencia en cuanto a volúmenes, EQ, dinámica, profundidad,
energía, brillo, etc. ¿Te imaginas escuchar un CD y tener que subir o bajar el volu-
men en cada canción?

El último paso de la masterización (penúltimo si contamos el dither, proceso de


cambio de número de bits, del que hablaremos posteriormente) consiste en ganar
algunos dB de volumen medio. En este último punto hay una gran polémica, pero
esta nueva tendencia de apurar al máximo el volumen de una canción tiene su
explicación en la psicoacústica. Para el oído humano, una canción que tiene más
volumen que otra es percibida como mejor de forma inconsciente. Este curioso
efecto es el motivo por el que se tiende a comprimir y limitar al máximo posible
cada pista, consiguiendo, en muchos casos, que la pieza pierda toda la dinámica,
siendo este un terrible error.

Propongamos una situación real y habitual: acabas de terminar de mezclar unos


temas y te gustaría que sonasen correctamente en cualquier sistema de audio y
que tuvieran coherencia entre ellos. Sin duda necesitan una masterización, un ajus-
te común y preciso. Por tanto, coges tus pistas y las cargas en tu editor de audio y
te dispones con tus bien conocidos monitores de campo cercano a masterizarlas...

Sin duda estás cometiendo de entrada tres errores bastante importantes:

 Primero, nunca se debe masterizar sin descansar los oidos. Unos oí-
dos viciados tenderán a destacar frecuencias en la mezcla.

 En segundo lugar, unos monitores de campo cercano no son lo más


apropiado para masterizar, al no ofrecer una respuesta clara y am-
plia de todo el espectro.

 Y en tercer lugar, tú no deberías nunca masterizar tus propias mez-


clas, puesto que hay detalles que ya pasas por alto por el vicio de
escucharlos una y otra vez. Por tanto, lo mejor es recurrir a un buen
profesional siempre que se pueda.

Las condiciones ideales de masterización distan en muchos casos de la mayoría


de los estudios de grabación de cualquier categoría. Para estos menesteres se re-
quiere una sala tratada acústicamente, para ofrecer una respuesta equilibrada en
todas las frecuencias.

No se trata de crear una cámara anecoica; consiste en evitar realces de frecuen-


cias y rebotes dañinos para una correcta audición. Los altavoces son un punto
clave: necesitamos escuchar todas las frecuencias sin coloraciones.
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Es un error habitual en los monitores de campo cercano y, en menor medida, en
los de medio campo, su incapacidad para reproducir frecuencias graves, siendo
atenuadas las frecuencias por debajo de los 70 Hz. Por tanto, unos monitores de
campo lejano, multivía y habitualmente empotrados, serían el punto de partida
ideal para la masterización. Es muy importante, además, disponer de escuchas de
distintos tamaños y calidades para poder chequear el material en condiciones
cercanas a las que dispondrá el receptor final.

Una polémica bastante usual surge en cuanto a qué elementos (y en qué orden
son adecuados) para una masterización. Sin duda hay cosas fundamentales que
no deben faltar en una cadena de masterización: un ecualizador, un compresor y
un limitador. Personalmente, añadiría también un compresor multibanda y un par
de conversores M-S (este elemento lo analizaremos más adelante) y, sin duda, es
muy socorrido un excitador aural.

Respecto a la pregunta ¿software o hardware? La respuesta, en principio es: da


igual, pero intentar que sean de la mejor calidad posible. Hoy en día, la solución
software suele ofrecer mejor calidad-precio. Existen numerosos paquetes de prime-
rísima línea de Waves, Spectral Design y TC, entre otros. Un ecualizador mediocre o
un compresor de baja calidad pueden destrozar una mezcla. En cualquier caso, la
clave de todo el proceso es que la masterización no arregla una mala mezcla.
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En esta imagen observamos un plugin de la marca Waves, bastante útil en la mas-
terización. Incluye filtros HP y LP, un EQ con 2 bandas paramétricas y dos curvas
Shelving, y un apartado con procesadores de dinámica. Compresor, puerta de
ruido y expansor.

Después de esta introducción, entremos más en detalle en los distintos procesos


que vamos a realizar durante la masterización.

Antes de realizar ningún tipo de procesamiento escucha detenidamente la can-


ción en busca de cualquier tipo de anomalía, como por ejemplo algún click pro-
ducido durante la edición, posibles resonancias, excesos o carencias en determi-
nados rangos de frecuencias, problemas de phasing, etc.

Si el problema es muy evidente y de difícil solución, siempre que sea posible, trata
de atacarlo desde la mezcla, es decir, vuelve al proyecto de la mezcla, resuelve el
problema y exporta de nuevo la canción. Es evidente que si escuchas el master en
las mismas condiciones técnicas y acústicas en las que has realizado la mezcla, es
muy probable que pases por alto algunos errores, por este motivo antes de editar
el master, es conveniente escucharlo en diferentes entornos, utilizando diferentes
equipos, como por ejemplo en el equipo de un coche, en el ordenador, Mp3, etc.
Durante su escucha toma notas y realiza las modificaciones que consideres opor-
tunas.

Técnica M-S Mid/Side

Sin duda uno de los procesos más útiles para hurgar en las entrañas de la mezcla.
La conversión M-S consiste en convertir una mezcla de dos canales L-R (izquierda-
derecha, una mezcla estéreo normal) en el formato de dos canales M-S (centro-
estéreo), de forma que el canal M contiene la información que se escucha en el
centro de la mezcla y el canal S sólo la información estéreo.

Generalmente, en una mezcla solemos disponer en el canal central de la voz, el


bajo, el bombo, la caja y algún instrumento solista y en el canal del estéreo suelen
estar charles, rebotes de los ecos, reverberación e instrumentos de adorno.

Supongamos que tenemos una mezcla en la que la voz suena demasiado alta; es
un gran problema. Si tenemos los tradicionales canales L-R, mediante un compre-
sor multibanda podríamos controlar el rango de frecuencias correspondiente a la
voz, pero, afectaríamos también a los instrumentos situados hacia los extremos del
panorama que contengan también estas frecuencias. Mediante el uso de la téc-
nica M-S, podemos aplicar compresión en la banda de frecuencias de la voz úni-
camente en la información del canal “Mid” donde estaría la voz, dejando intacta
la información panoramizada.

De este modo es posible aplicar diferentes rangos de compresión, ecualización,


reverberación o incluso ampliar o cerrar el campo estéreo de una grabación. No
siempre es necesario realizar esta técnica, sencillamente ofrece una serie ventajas
que podemos utilizar siempre que sea necesario.
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La ecualización durante la masterización

Como hemos comentado en temas anteriores mediante la ecualización podemos


modificar el contenido espectral de cualquier sonido.

En este punto es importante recordar que el mayor trabajo de EQ es recomenda-


ble realizarlo durante la mezcla; resaltar las frecuencias características de cada
pista, filtrar, atenuar para corregir posibles enmascaramientos...

En la masterización la EQ nos servirá para darle un toque final a la canción. Si no


has hecho un buen trabajo con la EQ en la fase de mezcla, probablemente ya
será tarde para corregirlo, o el resultado habrá perdido calidad.

Ecualizador paramétrico EQ Eight de Ableton Live. Un ecualizador paramétrico nos


permite atenuar una frecuencia en concreto que nos pudiera estar causando
problemas de enmascaramiento.

Al ecualizar durante la masterización buscamos básicamente dos objetivos:

- Por una parte, obtener un buen balance general de bajos/medios/agudos,

- En segundo lugar, atenuar ciertas frecuencias que causen distorsión o en-


mascaramiento, o, al contrario enfatizar alguna para conseguir un sonido
diferente.

Presta atención a la mezcla e intenta captar sus debilidades; ¿demasiado oscura y


sin aire? Haz pequeños ajustes en las frecuencias altas. ¿Poco cuerpo? Actúa so-
bre los rangos medios. ¿Están demasiado embarullados los graves o retumban los
subgraves? Haz cortes o atenúa en esa zona.

Como ves, no estamos hablando aquí de resaltar o solapar un instrumento concre-


to o una voz; como hemos dicho, eso debe hacerse en la mezcla. Ahora debes
centrarte en el sonido general, considerado como un todo.
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La normalización

Uno de los objetivos principales de la masterización de un disco es que las cancio-


nes sean percibidas a un mismo nivel medio.

Cuando empiezas el ajuste de varias pistas, el primer paso lógico es normalizarlas


de forma que el pico de volumen más grande coincida con el máximo permitido.

En principio esto es innecesario puesto que, mediante la compresión y limitación,


vamos a ajustar las pistas para que suenen todas a un volumen medio similar y al
normalizar podemos perder sutilezas. Sólo cuando una pista muestre un volumen
demasiado bajo se requeriría una normalización. Además, en ese caso, si la pista
fue mezclada a 16 bits, la normalización puede aumentar el nivel general del ruido
de la pista, con lo que es más conveniente volver a la mezcla y subir el nivel de la
mezcla.

Compresión

La compresión puede añadir pegada a tus temas, o atenuar picos con demasiada
amplitud para darle más cuerpo y así ajustar la dinámica en general.

Una manera de usar la compresión a la hora de masterizar suele ser la siguiente


(recuerda que cualquier manera es válida siempre que el resultado sea bueno).

En primer lugar configuraremos el compresor con un ratio alto y un tiempo de libe-


ración (release) bajo para poder apreciar el efecto del compresor y situaremos el
threshold en un punto aproximado. Asegúrate de que el medidor de reducción de
ganancia se mueve a medida que pasan las "sílabas" o partes que quieres afectar.
Entonces reduce el ratio a un ajuste muy bajo y sitúa el release en torno a unos
200ms para empezar.

Ahora se trata de ajustar con precisión el ataque, liberación y ratio, quizás con al-
gún reajuste en el threshold; el objetivo es situar el threshold entre la dinámica más
baja y más alta, de manera que haya una alternancia constante entre compre-
sión alta y baja (o no-compresión) en la música. Y cuidado: un ajuste de threshold
muy bajo y un ratio demasiado alto hará que todo suene al mismo nivel constan-
temente.

Existe otro tipo de compresores, los compresores multibanda, procesadores que


nos permiten comprimir con ajustes diferentes las diferentes bandas de frecuencia.
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Plug-in C4 de la marca Waves

Con un compresor multibanda se pueden hacer ajustes muy precisos sobre las dis-
tintas bandas. Son útiles para destacar o atenuar instrumentos o frecuencias des-
controladas.

La diferencia más importante con la ecualización es que la ecualización recorta


las frecuencias seleccionadas en todos los casos, mientras que un compresor ajus-
tado a una banda de frecuencias sólo actuará cuando el volumen de esa banda
supera el umbral establecido, lo que ofrece mayor naturalidad. El compresor mul-
tibanda es muy útil para retocar el equilibrio espectral, pero adquiere su mayor
esplendor cuando se usa en modo M-S.

Como punto de partida diremos que la banda de graves actúa mejor con tiempos
de ataque rápidos y con tiempos de liberación algo lentos dado que las frecuen-
cias graves tienen una longitud de onda larga.

En la banda de medios puedes usar prácticamente el mismo tiempo de ataque,


pero el tiempo de liberación debería ser algo más rápido dado que el oído
humano es muy sensible en esta zona. Si ajustas la liberación de medios
demasiado larga sonará artificial.

La banda de agudos actúa mejor con un tiempo de ataque un poco más lento
que en las otras dos bandas, dado que esto permitirá que las transiciones de fre-
cuencias altas pasen por el compresor. El dejar que estos picos pasen por el com-
presor evita el que se produzca el sonido tenso y sobrecomprimido. El tiempo de
liberación de la banda aguda debería ser rápido, como el de los medios, por la
misma razón, para aumentar la apertura del compresor.
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Excitador aural

Este elemento fue en el pasado utilizado ampliamente. Cuando la tecnología mu-


sical estaba bajo mínimos, las mezclas eran bastante opacas y llegó a ser tan im-
prescindible que su inventor sólo los alquilaba.

Su principio activo se basa en la restauración de armónicos perdidos durante el


proceso de la mezcla, añadiendo brillo.

En la actualidad, basándose en el mismo principio, han aparecido un nuevo tipo


de excitadores que añaden presencia en el espectro de los graves o incluso los
que permiten la selección de la frecuencia central. Con la mejora de los procesos
de grabación y mezcla, su uso ya no está tan justificado, aunque en muy pequeña
cantidad puede añadir ese brillo que suele faltar en los masters. Es un efecto con
el que es muy fácil pasarse, porque el oido se acostumbra muy rápidamente y se
tiende a añadir más de lo necesario. En la actualidad se han desarrollado excita-
dores multibanda, lo que nos permite restablecer diferentes cantidades de armó-
nicos en las diferentes bandas de frecuencia.

Ejemplo de plug-in excitador aural. Aphex Vintage Exciter

Los medidores

Para poder ajustar el nivel entre canciones, es necesario usar medidores fiables.
Los vúmetros incorporados en las mesas de mezclas y en los programas suelen ser
medidores que reaccionan muy rápido a los transitorios, ideales para evitar distor-
sión y saturación que, por otro lado, es tan peligrosa en la grabación digital y apa-
rece en cuanto superas los 0dBFS (FS = fondo de escala).
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Realmente, nuestro oído no escucha así. Aunque tengamos dos canciones cuyos
picos máximos llegan al mismo nivel, el volumen medio puede ser diferente.

Para poder medir eso, es necesario la utilización de medidores que funcionen en


modo RMS (Root Mean Square). Una medidor en modo RMS proporciona el valor
eficaz del volumen. Esta forma de medir es más parecida a la forma que tiene el
oído humano de escuchar, motivo, además, por el que los medidores analógicos
se siguen usando aún en nuestros días.

Un plugin medidor bastante utilizado hoy en día, y, además es gratis, es SPAN de la


marca Voxengo.

Software de masterización

Como hemos comentado anteriormente, en principio las soluciones en software


para masterización ofrecen mayores ventajas que sus equivalentes en hardware.

Realmente, se puede masterizar con cualquier programa que permita añadir plu-
gins de efectos y modificar sus parámetros en tiempo real, con lo que abre mucho
nuestro abanico, pudiendo ser desde un secuenciador (Pro Tools, Nuendo, Logic,
etc.) hasta un editor de audio (Spark, WaveLab, SoundForge, etc.) o un programa
especializado (T-Racks).

Entre los editores de audio, los más especializados son Spark y WaveLab. Spark
permite el ruteo de la señal a través de distintos efectos, pudiendo separar los ca-
nales y procesarlos independientemente de formas muy complejas. WaveLab trae
un rack que permite la carga de varios efectos simultáneos y tienes opciones
avanzadas de análisis del audio. Existen otras opciones como Peak o SoundForge,
pero dan menos facilidades a la hora de masterizar.
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El T-Racks 24 es un programa de masterización integrado completamente autó-
nomo. Se basa en la emulación de procesadores de válvulas y no soporta plugins
de ningún tipo.

Dentro de los paquetes de efectos en plugins, destacaremos tres en concreto,


aunque existen una gran cantidad de paquetes de plugins de muy buena cali-
dad: Izotope Ozone, Steinberg Mastering Edition (diseñados por Spectral Design) y
los de Waves.

El sistema de masterización completo de iZotope Ozone en un solo plugin integra-


do incluye ocho herramientas de masterización esenciales: Maximizer, Equalizer,
Multiband Dynamics, Multiband Stereo Imaging, Post Equalizer, Multiband Harmo-
nic Exciter, Reverb, y Dithering. Posee la virtud de ser un plugin todo en uno, bas-
tante intuitivo y con la opción en la mayoría de procesadores de usarlos en modo
M/S.

El Steinberg Mastering Edition es un paquete de plugins DirectX, VST y WaveLab


que contienen un buen surtido de procesadores especialmente dedicados para la
masterización que contienen todos los elementos necesarios para realizar una
masterización completa. Son plugins de primera calidad entre los que se encuen-
tran el popular FreeFilter (un ecualizador gráfico con funciones de adaptación de
curvas de ecualización), el Loudness Maximizer (un limitador bastante musical) y el
MultiBand Compressor es un buen compresor/expansor multibanda.

Waves proporciona varios paquetes de plugins, algunos de ellos muy apropiados


para la masterización. En particular, es muy popular el L1-Ultramaximizer, un limita-
dor maximizador para masterización y el Ressinance Compressor, un estupendo
compresor que puede emular varios tipos de compresores, muy suave y cálido.

Masterizar una canción es una tarea difícil que requiere cierta experiencia para
llegar al éxito. Aquí te dejamos unos consejos para tener en cuenta y recordar a la
hora de masterizar. Por lo tanto antes de empezar el mastering de una canción o
disco completo dales un vistazo.

Evita la fatiga auditiva

Tomate un tiempo para masterizar un tema después de la mezcla, si eres la misma


persona que ha realizado la mezcla, al menos dos semanas podría ser un intervalo
óptimo. Te ayudará a separar conceptos de mezcla y mastering. y olvidaras los
problemas de la mezcla para centrarte en el mastering.

No te olvides de los bits

Cuando exportes la mezcla (bounce) hazlo a un número de bits y frecuencia de


muestreo con suficiente calidad. Esto te permitirá afrontar los procesos de maste-
ring con calidad. 24 bits, y al menos 48Khz es un buen comienzo.
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Menos es más

No realices ningún proceso durante el mastering, a menos que estés totalmente


seguro que mejora la canción. Si cambias algo y no notas la diferencia o después
de varios cambios suena peor, descarta los procesos. Evita abrir mil plugins desde
el principio, quizás no hayas elegido el adecuado o no lo estés usando de la ma-
nera más correcta.

Vigila la V

El exceso de frecuencias graves y subgraves además de un aumento despropor-


cionado de los agudos, son fallos comunes en el mastering.

Vigila no realizar una ecualización en forma de ( V ) de manera que los graves y


agudos aumenten de manera exagerada.

Recuerda la interactividad
entre rangos

Por ejemplo, una pequeña atenuación en el rango inferior de medios (alrededor


de 250 Hz) puede tener un efecto similar que potenciar el rango de presencia (al-
rededor de 5 Khz). Otro truco es restaurar el "aire" que puede ser perdido incluso
dando cortes de medio dB a 7 Khz; esto puede arreglarse a menudo aumentando
el rango de 15 a 20 Khz; un cuarto de dB puede solucionar las cosas.

Para y compara

En el mastering se trata de obtener el balance deseado en los niveles frecuencia-


les, y buscar la dinámica que ayude a la escucha en diferentes lugares y altavo-
ces. Compara la diferencia con otros discos antes de decidir si está el trabajo ter-
minado, así como con la mezcla sin masterizar, para comprobar que vamos por el
buen camino.

Cuida tus oidos

No trabajes a niveles elevados de volumen, sobre todo durante varias horas. Te


cansarás,tendrás fatiga auditiva que provocará que no distingas bien los cambios
que realices.
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Además si subes demasiado el volumen puedes estropear tu bien más preciado,
tus oídos.

No sobrepasar un nivel de 85dB para varias horas de trabajo es una buena cos-
tumbre.

Busca mantener tu método

Elige un método para realizar los procesos y siguelo siempre igual(aunque con el
tiempo puedas ir perfeccionándolo).

Por ejemplo sitúa los plug-ins en la sección master de tu DAW en el orden correcto.
EQ,COMP,LIMITADOR etc. Después realiza los cortes y los fades y finalmente cam-
bia la frecuencia de muestreo.

Este es solo un ejemplo, realiza siempre los mismos pasos, y no pases al siguiente
proceso hasta no estar seguro del primero. De esta manera y con un método con
una base sólida te asegurarás de obtener un resultado satisfactorio.

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