Você está na página 1de 34

Colección Elipsis de Poesía

JORGE LUIS GONZÁLEZ


Entre espejos, cae mi voz
(Ars poética)

AWEN
ediciones
a Stephany Boehnlein
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz.
xavier villaurrutia
Índice

Ilusionista de espejo
Anja Aguilera 09

I
Entre espejos, cae mi voz
11
(Preludio)
¿Qué es poesía?
12
II
Y mi voz ya no es mía
13
(Ars poética)
Voz gota y fuego
14
Imagen de lo que soy
15
¿Volverás acaso?
16
Voz pasajera
17
Quizás en invierno
18
Boca cigarra
20
Vacío
21
Artilugios
22
Esto es sólo para decir
23
Vesania del grafógrafo
24
Éste quien lees
25
Frente al espejo
26
III
Porque el sueño y la muerte 27
(Ars forismos)
IV
Nada tienen ya que decirse 29
(Epílogo)
Yo verso 30
҉
Ilusionista de espejo
Anja Aguilera

El enfrentamiento con el espejo da como resultado el


I
conocimiento del exterior, y parangón con la palabra, la
poesía conforma la autorreflexión por afinidad: leer poesía
es enfrentarse a las imágenes interiores que conforman
al ser lector. Entre los muchos simbolismos del espejo se
encuentra el de la conciencia, ya que tiene la capacidad
de reproducir los reflejos del mundo visible. ¿Qué sucede
cuando enfrentamos la voz del poeta a su reflejo? Es quizá
la metapoesía el resultado de ello.
Cuando Jorge Luis me pidió un prólogo para Entre
espejos…, por un lado, sentí el rubor de la modestia ante
tal encargo, ya hecha al ánimo me dije, claro, no solo es
buena idea prologar este libro, es mi derecho, pues he
visto cómo fraguaba cada pieza de este florilegio. Ya sea
siguiendo ejercicios sugeridos en distintos talleres, inspirado
en poemas leídos, o por necesidad misma de escribir, he
leído cada uno y visto cómo han pasado por la cruel, pero
firme tijera de la reescritura. Por otro lado, la sustancia de
este libro me es de primerísimo interés: la poesía misma y
el tránsito de su creador a través del laberinto del lenguaje.
En el preludio, Jorge pregunta ¿qué es la poesía? Si
tomamos al espejo como el área brillante y clara de la
Entre espejos, cae mi voz (Ars poética) [10]

palabra, podríamos decir que en esta superficie el lenguaje


es exaltado en sí mismo y la poesía, su forma más pura. Y
responde, es alma, reflexión y sensaciones, todo a cambio
de nada.
Con ese verso apunta hacia la trinidad fundamental del
libro, la relación entre el autor, el lenguaje en el texto y quien
lo lee. Su acción creadora desafía al lector, pues el tema es
la voz misma que, a su vez, se condensa, cristaliza y vuelve
polvo al saltar al vacío.
La reflexión es el resultado de enfrentar un cuerpo entre
dos espejos multiplicándose hasta el infinito. Si el lenguaje
tiene un objeto al que se refiere, la poesía es el espejo donde
el lenguaje como forma se distorsiona en nuevas imágenes,
en nuevos mundos; entonces, Jorge Luis lo convierte en un
gato, en un actor que solo está ahí para enunciar que ha
muerto con la poesía adentro.
En la antigüedad se creía que el espejo puede encerrar la
fuerza vital de lo que en él se refleja. Agorero de la palabra,
ilusionista de la poesía, Jorge Luis encierra la voz poética
entre espejos, pero estos, a su vez, la multiplican en su reflejo
y vuelven perenne. Entre espejos, cae mi voz es un poemario
que deleitará a quien, como nosotros, ama la poesía por la
poesía misma.
Entre espejos, cae mi voz
(Preludio) I
Entre espejos, cae mi voz (Ars poética) [12]

¿Qué es poesía?

Alma mía envuelta


reflexiones rumiadas
sensaciones intensas
escritura en espiral
que se moldea tiñe
con cabeza y vísceras

mi alma se ofrece…
regalo en celofán del enigma
espera nada
o acaso una sonrisa.
Y mi voz ya no es mía
(Ars poética) I
Entre espejos, cae mi voz (Ars poética) [14]

Voz gota y fuego

Dicen que soy


la voz la gota y el fuego
voz que libera
la gota de sudor dislocada
por el fuego
voz en su enigma que perturba el espacio
por donde brotan las palabras
gota que permite a la existencia asomarse
para que otros la vean en lo escrito
fuego que escandaliza al silencio
para retumbar voces dormidas
en letras sin tinta
voz torturada cuyo grito se escucha
por siglos con rostro de hombre
gota de amargura que fenece tras caer
en fango ceniza arena de milenios
fuego de otra Gran Explosión
que aún no dispone a descubrirse

acaso
la voz la gota y el fuego
del rostro de cuyos nombres pertenecen a otro
el nuevo hombre se levanta del mar.
Jorge Luis González [15]

Imagen de lo que soy

»Yo solo soy memoria y la memoria que de mí se tenga.«


elena garro

Si al surcar estas líneas me ves, será la imagen de lo que soy,


el yo impreso en las cosas. Recuerdo que muere también,
pero lento, cabello y uñas. Fugaz existencia que prevalece en
la memoria de los que vuelven por un instante para tocarnos
con los ojos, y hurgar en sentimientos la empatía que supone
estar vivos; para después, reanudar el sendero, del olvido.
Entre espejos, cae mi voz (Ars poética) [16]

¿Volverás acaso?

»Porque en ese minuto te habrás ido tan lejos


que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo.«
pablo neruda

No te vayas lejos, la noche apenas extiende su mancha sin


borde, te estaré esperando en la parada del camión donde,
en otro sitio, los autobuses duermen.
No estés en la distancia, pues se juntan las aguas del silencio
y toda la soledad que anda buscando cobijo venga y oprima
mi espíritu inquieto.
¡Qué tu sombra no rompa en llovizna cuando goteen las
farolas!
¡Qué tus pasos no se fundan con el andar de fantasmas sin
dueño!
¡Qué el rugir del tren Bestia no sacuda el cansancio exiguo!
No te separes ni cerca, porque la aurora aún no abrevia su
letargo, y yo seguiré aquí esperando tu regreso, para que
inicie un nuevo día.
Jorge Luis González [17]

Voz pasajera

»Ella viaja sin parar / el viejo truco de andar por las sombras.«
charly garcía

Una voz salta desde el sexto piso,


asumo que la amo
y no por caerse de bruces sino por su piel de polvo.
Puedo sentir la exaltación
mordiendo su voz,
el corazón nada tiene que ver con esto.

La tarde y las tres, sobre la calle:


la voz se aleja cantando.
El pavimento le hiere la espalda,
antes de que alguien vele sus ojos
yo leo de sus labios:
la voz canta la tristeza por irse;
ella se va, también yo
sin pensar en nadie.

Sólo murmuro a dos voces:


puedo saltar desde el sexto piso
mordiendo su voz
y el corazón nada tiene que ver con todo esto.
Entre espejos, cae mi voz (Ars poética) [18]

Quizás en invierno

»en una red de líneas que se entrelazan,


en una red de líneas que se intersectan.«
ítalo calvino

Si decidieras mirar a través de la noche


de viaje fuera de tus costas,
transitando senderos sin huella,
si te asomaras por abruptos de hielo
sin temer siquiera al arrojo,
sin ahogar acaso el suspiro de caída.

Allá abajo abruma la nostalgia


en torno a un momento de silencio,
descubrirías en el vacío, el espejo
recorriendo en opuesto sentido
tu silueta bañada de luna,
leyendo con su vista de sombra
tu rostro envuelto de preguntas.
Jorge Luis González [19]

Si de imprevisto el viento acicalado


reptara el risco de subida,
llevaría sus palabras a tu oreja,
desciende por la fosa,
surca tu barca entre filos de angustia
para contarte del naufragio.
¡Atrévete a bajar por la respuesta!
Entre espejos, cae mi voz (Ars poética) [20]

Boca cigarra

Calmas la sed con arena, frente al mar, el avance no abrevia


la ilusión que separa cuando no hay más que reflejo:
una soledad que nace cuando la aguja hiere tras disolver
la sangre, sol que dora las entrañas expuestas clamando
al festín: el camino prende las uñas en los pies dolidos de
rondar laberintos en busca de sosiego.
Encuentras la guarida de un mundo en expansión, apenas
escondrijo; volver la mirada para
recobrar herrumbres o un álbum ambarino, es tropezar los
pasos en la hora funesta o saltar sobre la grieta del infortunio.
La memoria de la ficción trasciende en olvido, la retórica
bifurca lo creíble en inexistencia, el
eco confunde las cuatrocientas voces del pájaro albo y pardo
con el canto del pájaro yo.
¿Para qué surcar rumbo ya sin infinitos? ¿No es suficiente
vivir sin amigos ni terruño?
Tras el ayuno, enloquezco, vuelvo el rostro al espejo, mi alma
rodada en sí misma se ofrece
envuelta en misterio; sin poder evitarlo, esta cigarra en
tornasol de mi boca, retorna la mirada al devenir de la
hoguera para retarla, con palabras de piedra que fincan
murallas, versos de soplo que mueven cellisca.
Jorge Luis González [21]

Vacío

»Dar / una carencia, un hueco en la conversación, / un


vacío de verdad: la flor…«
eduardo milán

Ya no hay más que decir de la flor.


Su textura se desvaneció tras el alumbramiento.
Ahora las sombras ocupan al artesano
recoge la experiencia entre cloacas y charcos,
sin quitarle la inmundicia y el óxido;
deseca entre el vaho de la caverna fría
y la tribuna de una noche de tormenta.

Sólo resta mirar cómo el asno al comerla, la asume…


El niño al tomarla con su mano,
la transforma en una selva.
Entre espejos, cae mi voz (Ars poética) [22]

Artilugios

En el campesino al que sucumbe su cosecha,


en la mujer que lo hace por venganza,
en el trabajador que descubre la estafa de su ingenio:
¿está la poesía?

Mirada del hombre que extravió la fe,


turbación desencarnada del entendimiento:
voces que se devanan en la frontera de lo asequible,
rezuman la profanación.

En la boca de los poetas


como pisada de un predador,
silencio que antecede al disparo
o asteroide al acecho de una atmósfera:
punzan las palabras.

Cuando los versos y las tramas


son artilugios para incendiarlas en papel.
: Mentiras todas, pero arden.
Jorge Luis González [23]

Esto es sólo por decir

He sobrescrito
los textos
que tenías
en tu escritorio

y que
muy seguramente
pensabas
enviar a concurso

Perdóname
llamaron mi atención
eran bastante elegantes
me quedaron divertidos.
Entre espejos, cae mi voz (Ars poética) [24]

Vesania del grafógrafo

Encuentro muy atractiva la idea de que se averíe mi auto.


Cada vez que sucede, inevitablemente, cargo con un libro
de poesía y tomo el camión. Y entonces, ya sea que esté
sentado, parado o relamido en una ventana; con cantantes,
mercaderes o inspectores —y sin ellos—; esté lloviendo
afuera, gimiendo adentro; en el sudor sofocante del día, o,
por la noche, en el sopor del sobaco o de las cañerías; con
escasa o ausente luz fría o natural —no hay excusa, hasta
para eso sirve el celular o venden lamparitas—: escribo.
Jorge Luis González [25]

Éste quien lees

Tu silencio inquieta hasta la hoja en blanco. El vacío


espera llenarse de tinta con nostalgia. ¿Dónde estás? ¿Qué
ha sucedido? ¿Acaso, en mi noche, te perdí?
Quién si no tú, la voz envuelta en un enigma y una exigencia,
perturbadora del espacio donde brotan las palabras, permites
a la existencia asomarse para que otros la vean en lo escrito,
escandalizas el silencio para retumbar voces dormidas en
letras sin tinta.
Partiré en tu búsqueda. Sé que te encontraré recorriendo
historias escritas y aún en la mente de quienes las crean. Al
invocarte espero que el azar, con ironía, ejerza otro sentido,
reclame posibilidad y, de repente, te vea volver.
Entre espejos, cae mi voz (Ars poética) [26]

Frente al espejo

(de frente) (en el espejo) (y su reflejo)


no sé qué distancia va de sonido a sonido
cuando las sílabas al formar
imágenes de un cuento
se encadenan sigiloso el final cuyo andar
no fantasea: está predicho
todavía es temprano para el trueno
demente percepción de una lectura
en espiral se abisma sombra del relato de otro tiempo
es el instante
dentro del otro
se imagina cortesana
quizás un extra temeraria encuentra en la canasta
el cuchillo
íntegra la devuelve el limpio espejo
lectora no bifurques por
furtivos derroteros esta historia
acaso escritor no te has percatado
de la insolencia
no sé qué distancia va de sonido a sonido
inoportuna se acoge la hoja
pierde brillantez tras alojarse
en las entrañas de un actor
que sorprendido se desploma
del gato soñoliento
que en el sillón antes reposaba
el cadáver del protagonista
ahora te espera
Porque el sueño y la muerte
(Ars forismos) II
Entre espejos, cae mi voz (Ars poética) [28]

Si sueñas, un mundo se pinta; si escribes, aparece la puerta;


Si lees, el cerrojo gira; si lo compartes, ese mundo cobra
vida, se habita.
҉
Cual entre espejos admiro el infinito al que renuncio; ¿acaso
esos espejos esconden a mi otro yo?
҉
Leo entonces existo; escribo entonces leo.
҉
El espejo ahoga el sueño de una mujer que se torna luna, al
bañarse en una noche sin estrellas.
҉
Imaginé un mundo, escribí otro, al leerlo pensé en otro más.
Dicen que se llama Literatura.
҉
El espejo sólo dice lo que quieres al oído, por eso no le
hables de cerca.
҉
En sueños despierto, lo que de día duermo y nunca lo vivo,
sólo en el recuerdo.
҉
Todos los espejos dicen la verdad, mi alma necesita un baño.
҉
El mar calla ante el poeta niño que juega con la espuma de
su última ola.
Nada tienen ya que decirse
(Epílogo) IV
Entre espejos, cae mi voz (Ars poética) [30]

Yo verso

Bebo de la hoja el vacío, aire de luz;


mis dedos se tersan en palabras:
el laberinto,
versos que deambulan marcando confines.
Alargo, comprimo las estrofas
para que en los márgenes no se desborden.
Crearé lugares donde las voces
rompan en metáforas:
la palabra evoque el fruto
~que aprisiona el cáliz,
el verso la nostalgia de sus ojos,
la estrofa el corrimiento que agite
~el espíritu.
Desprovistos de fronteras,
son figuras suspendidas en lo blanco:
soy palabra, verso, yo estrofa.
Tú lector,
sé en mi escrito un epígrafe, un pie, una glosa:
en este enigma de vacío, donde la luz es aire.
҉
CRÉDITOS
Entre espejos, cae mi voz
(Ars poética)
©2019, Jorge Luis González
© De esta edición:
Ediciones Awen
(Un sello de Ediciones Palíndromus)
Cualquier parte de este libro puede ser
reproducida, almacenada o transmitida con
permiso del autor o editor mientras se esté
citando la fuente.

edición
Jorge Morales Corona | Verónica Vidal
diseño de colección y portada
Jorge Morales Corona
diagramación
Ediciones Palíndromus
correctora
Gabriela Alfonso

contacto
revistaawen@gmail.com
www.revista-awen.webnode.com.ve
[Facebook] Revista Awen
[Instagram] @revistaawen
Entre espejos, se terminó de editar en el mes de
cae mi voz julio de 2019 en las instalaciones
de de Ediciones Palíndromus ubicadas
Jorge Luis González en Maracaibo, Venezuela, bajo la
licencia del sello Awen y el autor.
Para la colección se utilizaron las
tipografías Lato de Lukasz Dziedzic
para el cuerpo y Quattrocento Sans
de Pablo Impallari y Igino Marini
para los títulos.
todos los derechos reservados
Jorge Luis González (México, 1972)

[sobre el autor]
Comparte la idea de que la ciencia
y la literatura son dos ámbitos del
saber donde la invención logra
expresar el nivel más elevado de
genialidad. Cursa el Diplomado de
Creación Literaria en La Sogem y
forma parte del colectivo La Vesania
del Grafógrafo. Resultó Segundo
lugar en el Premio de Poesía María
Luisa Moreno (Dolores Hidalgo,
2016). Es Coordinador de Entre
tintas... tinto (seis poemarios).
En 2018, textos suyos conforman los
libros: México hoy (La Zonámbula),
Entre tintas... tinto 5 (libro de autor),
Confabulaciones, imaginería y
libertad (Paraíso Perdido) y Cola de
Tigre (Luz Vesania).

Você também pode gostar