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LA FILOSOFÍA ARISTOTÉLICA Y SU INFLUENCIA EN LA CONTABILIDAD

ÍNDICE DE CONTENIDO

pp.

INTRODUCCIÓN ……………………………………….. 4

ARISTÓTELES ………………………………………... 6

ARISTÓTELES Y LA PROPIEDAD ………………………………………... 6

PRIVADA

EL DINERO Y EL VALOR EN ………………………………………... 7


ARISTÓTELES

EL VALOR DE LAS COSAS EN SU ………………………………………... 8


PRECIO.

No hay ideas innatas ………………………………………... 10

Las formas son las cualidades de ………………………………………... 12


las cosas
La causa final ………………………………………... 12

Lógica ………………………………………... 13
La escala de la naturaleza ………………………………………... 14

Ética ………………………………………... 15

Política ………………………………………... 16

La mujer ………………………………………... 16

ARISTÓTELES Y LA ………………………………………... 17
EXPLICACIÓN TELEOLÓGICA DE LA
CIENCIA CONTABLE

CONCLUSIÓN ………………………………………... 19

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA ………………………………………... 20

CIBERGRAFÍA ………………………………………... 20
INTRODUCCION

Los templos helénicos, como había sucedido muchos siglos antes con los de Mesopotamia y
Egipto, fueron los primeros lugares de la Grecia clásica en los que resulto preciso desarrollar
una técnica contable. Cada templo importante en efecto, poseía un tesoro alimentado con los
óbolos de los fieles o de los estados, donaciones que era preciso anotar escrupulosamente en
dos clases de libros de contabilidad: el Diario (efemérides) y el libro de cuentas de clientes.
El orden y la pulcritud con que se llevaban las anotaciones hizo que la exactitud de éstas
llegara a ser reconocida por la ley, que otorgada a los libros de contabilidad valor de prueba
principal.

Los tesoros de los templos no solían estar inmovilizados y se empleaban con frecuencia en
operaciones de préstamos al estado o a particulares. Puede afirmarse así que los primeros
bancos Griegos fueron algunos templos. Quizás el lugar donde los arqueólogos han
encontrado más abundante y minuciosa documentación contable lo constituye el santuario de
Delfos donde se han recuperados cientos de placas de mármol que detallan las ofrendas de
los fieles, así como las cuentas de reconstrucción del templo en el siglo IV antes de J.C.

El autor Jostein Gaarder en su libro “El mundo de Sofía” describe a Aristóteles como “un
hombre meticuloso que quiso poner orden en los conceptos de los seres humanos”. Aristóteles
fue un Polímata es decir, sabia o tenia conocimientos sobre muchos campos, ya que era
además de filósofo, era lógico y científico escribiendo 170 tratados, de los que se conservan
solo 30, sobre una variedad de temas tales como lógica, filosofía de la ciencia,
metafísica, ética, filosofía política, estética, retórica, física, astronomía y biología.
Transformando muchas, si no todas, las áreas del conocimiento que tocó. Es reconocido
como el padre fundador de la lógica y de la biología

Entre muchas otras contribuciones, Aristóteles formuló la teoría de la generación espontánea,


el principio de no contradicción, las nociones de categoría, sustancia, acto, potencia y primer
motor inmóvil. Algunas de sus ideas, que fueron novedosas para la filosofía de su tiempo,
hoy forman parte del sentido común de muchas personas. Sin embargo, dentro de su vasta
producción intelectual, se refirió a determinados asuntos que, con el transcurso de los siglos,
han mantenido indiscutible actualidad.

En primer término, según relata John Kenneth Galbraith en su libro Historia de la Economía,
la mirada de Aristóteles apuntó a los precios, a la naturaleza del lucro y del interés. Se
preguntó si los precios eran justos, si a cambio de algún bien o servicio se requería la cantidad
adecuada de dinero. Atenas, por entonces, acuñaba el tetradracma de plata, que era la moneda
más apreciada de Grecia.

El planteo sobre los precios sería uno de los ejes centrales del pensamiento económico en los
dos milenios siguientes. En efecto, una parte muy importante de la doctrina económica,
históricamente se ocupó de explicar que el precio de mercado –que resultaría de la interacción
de oferta y demanda- tenía una justificación superior a cualquier preocupación ética.

Habiendo identificado la naturaleza de la moneda y de la acuñación, pasó a considerar el


lucro, que en su forma pura le resultó abominable (empero justificó la reducción a la
servidumbre del extranjero y no lo consideró sujeto sino objeto de la economía) y en el Libro
I de La Política señala: “Hay hombres que convierten cualquier cualidad o cualquier arte en
un medio de hacer dinero, lo toman por un fin en sí y creen que todo debe contribuir a
alcanzarlo”.

Galbraith cree que un gran ejemplo moderno de ese razonamiento lo constituye,


indudablemente, el joven operador financiero que dedica todos sus esfuerzos personales y
toda su conciencia al lucro pecuniario y que mide por los resultados su logro personal y
afirma: “Quizá convendría que en Wall Street leyeran a Aristóteles.”
ARISTÓTELES

La obra Aristóteles no sólo se centra en la filosofía, sino también en la política, la física e


incluso en la biología. Si Bien los temas económicos no eran de gran Interés para los griegos
y, por lo tanto, no fueron punto de la atención de Aristóteles, cuando escribió sobre ellos lo
hizo con profundidad e inteligencia. Por este motivo, se lo distingue como una de las fuentes
más remotas de la economía.

Aristóteles nació en el año 340 a. C., en Estagira, pequeña localidad en la frontera con
Macedonia, motivo por el que se le conoce más tarde por el apelativo de El Estagirita

Su padre fue médico del rey Filipo II de Macedonia. A los 17 años asistió a la Escuela Platón,
en Atenas. Permaneció en esta ciudad durante aproximadamente 20 años, primero como
estudiante y, más tarde, como maestro. Una vez que Platón murió y Producto de una polémica
que mantenía con la corriente pitagórica, Aristóteles se trasladó a Assos, ciudad localizada
en Asia Menor en la que gobernaba su amigo Hermias de Atarnea. Allí se casó con una
pariente de éste (probablemente su sobrina o su hija), llamada Pitias, y actuó como consejero
de Hermias.

Luego de la captura y ejecución de Hermias por los persas (345 a.C.), Aristóteles se mudó a
Pela, antigua capital de Macedonia, donde se convirtió en tutor de Alejandro (luego Alejandro
III el Magno), hijo menor del rey Filipo II. En el año 336 a.C., al llegar Alejandro al trono,
regresó a Atenas y fundó su propia Escuela: el Liceo.

Aristóteles murió de una afección estomacal en la isla de Eubea, lugar al que se había retirado
por miedo a posibles represalias en Atenas, donde se estaba forjando una revuelta anti-
macedónica suscitada por el prematuro fallecimiento de Alejandro Magno, quien había sido
su alumno durante algunos años.

Principales obras de Aristóteles:

Órganon en griego όργανον (‘instrumento’), conjunto de tratados de lógica, llamados


de esta manera ya que proporcionan los medios con los que alcanza el conocimiento
positivo.

Física, amplia información sobre astronomía, meteorología, botánica y zoología.


Metafísica, escritos sobre la naturaleza, el alcance y las propiedades del ser lleva este
nombre ya que en la primera edición de sus obras (c. 60 a.C.), aparecían tras la Física.

Ética, llamada Ética a Nicómaco, ya que se la dedicó a su hijo.

Retórica,

Poética (que se conserva incompleta)

Política (también incompleta).

ARISTÓTELES Y LA PROPIEDAD PRIVADA

Entre los temas económicos desarrollados por Aristóteles, uno de los más importantes fue la
defensa de la Propiedad privada que hizo en La política. Esta defensa fue hecha como una
reacción a lo que había planteado anteriormente Platón, quien era un gran defensor del
Comunismo (por lo menos de las clases gobernantes).

Para Aristóteles, la Propiedad privada es superior a la Propiedad común principalmente


porque su Productividad es mayor. Para él cuando los Bienes son comunes reciben menor
cuidado que cuando son propios. Con esto, el filósofo se transformó en defensor de la
existencia de Propiedad privada en la Sociedad. Esta teoría, sin embargo, no sólo la planteó
en términos de Productividad: para Aristóteles, el que exista Propiedad privada permite a las
personas practicar ciertas virtudes. Por ejemplo, sería imposible ser generoso con algo que
no es propio. Además, que los Bienes tengan dueños regula la relación de las personas sobre
su uso.
EL DINERO Y EL VALOR EN ARISTÓTELES

Uno de los temas más analizados por Aristóteles en materia económica es el dinero. "El
hombre es el único animal que “tiene palabra y Dinero", señalaba. Para Aristóteles, el dinero
es algo inventado por el ser humano para satisfacer las necesidades del Comercio; es, por lo
tanto, algo artificial y no imprescindible para el Desarrollo pleno de las personas.

Aristóteles le da tres características propias al Dinero, las que son usadas hasta la actualidad:

Dinero es una unidad de cuenta


Medio de cambio, y
Reserva de valor (sirve para acumular Riqueza en el Tiempo).

Si Bien este filósofo legitimó el uso del Dinero, su préstamo con Interés lo consideró
antinatural. El dinero es estéril, por lo que no se puede crear Dinero a partir de dinero. Esta
práctica, según el Aristóteles es equivalente a intentar obtener una Ganancia que es ilegítima.
Es tal la importancia de este planteamiento que, siglos más tarde, Santo Tomás de Aquino lo
hizo suyo, y de ahí en adelante la iglesia Católica, la cual rechazó el préstamo de Dinero con
Interés hasta el siglo XIX. Esto permite explicar, además, que hayan sido principalmente los
judíos quienes se dedicaron a la actividad bancaria.

La primera acuñación formal de Moneda la realizaron los lidios de Asia Menor a comienzos
del siglo VIII a.C. Posteriormente, cada ciudad griega tuvo su propia moneda, aunque la más
cotizada era el tetradracma ateniense. Fue precisamente en Atenas donde se desarrolló una
mayor estructura capitalista, al existir bancos que prestaban plata y recibían depósitos.
EL VALOR DE LAS COSAS EN SU PRECIO.

Él lo ejemplificó con la paradoja del hierro y el oro: a pesar de que el hierro es mucho más
útil que el oro, éste tiene un valor mayor. La razón fundamental de este hecho es que los
Bienes más escasos suelen tener un mayor precio, aunque su Valor intrínseco pueda ser
menor.

Otro de los puntos relevantes de la obra de Aristóteles es que expresa claramente que la
Riqueza no tiene límites. Esta visión forma parte de la esencia de la Ciencia Económica, en
la que se asume que los Recursos son escasos y las necesidades son ilimitadas. Sin embargo,
el filósofo diferencia en forma precisa entre Riqueza (ploutos) y acumulación de Bienes
(chrémata); no es lo mismo tener muchos Bienes que disfrutarlos. En este punto, Aristóteles
usa el ejemplo del rey Midas, quien, según dice la historia, todo lo que tocaba lo convertía
en oro. El pobre rey no podía disfrutar de nada, ya que a pesar de tener muchos Bienes, le
resultaba imposible gozarlos tal como eran. Así se demuestra cómo ser rico no implica tener
Bienes, sino que la Riqueza está en el poder disponer de ellos.

Aristóteles propuso una serie de conceptos que representan las propiedades comunes de
cualquier grupo de objetos reales. Los conceptos, a diferencia de las ideas de Platón, no tienen
existencia fuera de los objetos que representan. Más cerca del pensamiento de Platón se
hallaba la definición aristotélica de forma, como una distinguible propiedad de la materia,
pero con una existencia independiente de la de los objetos en los que se encuentra. Al
describir el universo material, Aristóteles afirmó que consiste en los cuatro elementos, fuego,
aire, tierra y agua, más un quinto elemento que existe.

Se puede decir que Platón estuvo tan ocupado con los moldes o Ideas eternas, que no había
reparado en los cambios en la naturaleza. Aristóteles, en cambio, se interesaba precisamente
por esos cambios, o lo que hoy en día llamamos procesos de la naturaleza.

Si quisiéramos llevarlo al último extremo, podríamos incluso decir que Platón dio la espalda
al mundo de los sentidos, volviendo la cabeza ante todo lo que vemos a nuestro alrededor.

Aristóteles hizo lo contrario. Se puso de rodillas en la tierra para estudiar peces y ranas,
amapolas y anémonas.
Podríamos decir que Platón sólo usaba su inteligencia; Aristóteles también usaba sus
sentidos.

También en la forma en la que escriben, se encuentra una gran diferencia entre ellos. Platón
era un poeta, un creador de mitos; los escritos de Aristóteles son áridos y minuciosos como
una enciclopedia. No obstante, se nota en mucho de lo que escribe que él se basa en su estudio
de la naturaleza.

En la Antigüedad se habla de hasta 170 títulos escritos por Aristóteles, de los que se han
conservado 30. No se trata de libros acabados. Los escritos de Aristóteles son en general
apuntes para lecciones.

También en la época de Aristóteles la filosofía era ante todo una actividad oral.

La gran importancia de Aristóteles en la cultura europea se debe también, en buena medida,


al hecho de que fuera él quien creara el lenguaje profesional que las distintas ciencias
emplean hasta hoy en día. Fue el gran sistematizador que fundó y ordenó las distintas
ciencias.

No hay ideas innatas

Como los filósofos anteriores a él, Platón deseaba encontrar algo eterno e inmutable, en medio
de todos los cambios. Encontró las Ideas perfectas, que estaban muy por encima del mundo
de los sentidos. Platón opinaba, además, que las Ideas eran más reales que todos los
fenómenos de la naturaleza. Primero estaba la “idea de caballo”, luego llegaban todos los
caballos del mundo de los sentidos galopando en forma de sombras en la pared de una
caverna. Esto quiere decir que la “idea de gallina” estaba antes que la gallina y que el huevo.

Aristóteles pensaba que Platón había dado la vuelta a todo. Estaba de acuerdo con su profesor
en que el caballo individual “fluye”, y que ningún caballo vive eternamente. También estaba
de acuerdo en que el “molde de caballo” es eterno e inmutable.

Pero la “idea de caballo” no es más que un concepto que los seres humanos nos hemos
formado después de ver un cierto número de caballos. Eso quiere decir que la idea o la forma
de caballo no existen en sí. Forma del caballo es, para Aristóteles, las cualidades del caballo
o lo que hoy en día llamamos especie. Para ser más preciso: con forma del caballo, Aristóteles
quiere designar lo que es común para todos los caballos. Y aquí no nos basta el ejemplo de
las pastas, pues los moldes de pastelería existen independientemente de esas determinadas
pastas. Aristóteles no pensaba que existieran tales moldes, que, por así decirlo, estaban
colocados en estantes fuera de la naturaleza. Para Aristóteles las formas de las cosas son
como las cualidades específicas de las cosas.

Esto quiere decir que Aristóteles está en desacuerdo con Platón en que la Idea de gallina sea
anterior a la gallina. Lo que Aristóteles llama forma de gallina, está presente en cada gallina,
como las cualidades específicas de la gallina; por ejemplo, el hecho de que ponga huevos.
De ese modo la propia gallina y la forma de gallina son tan inseparables como el cuerpo y el
alma.

Con esto se afirma lo esencial sobre la crítica de Aristóteles a la teoría de las Ideas de Platón.
No obstante, nos encontramos ante un cambio radical en la manera de pensar. Para Platón, el
mayor grado de realidad es lo que pensamos con la razón.

Para Aristóteles era igual de evidente que el mayor grado de realidad es lo que sentimos con
los sentidos. Platón opina que todo lo que vemos a nuestro alrededor en la naturaleza, son
meros reflejos de algo que existe de un modo más real en el mundo de las Ideas, y con eso
también en el alma del ser humano. Aristóteles opina exactamente lo contrario. Lo que hay
en el alma del ser humano, son meros reflejos de los objetos de la naturaleza; es decir, la
naturaleza es el verdadero mundo. Según Aristóteles, Platón quedó anclado en una visión
mítica del mundo, en la que los conceptos del hombre se confunden con el mundo real.

Aristóteles señaló que no existe nada en la mente que no haya estado antes en los sentidos, y
Platón podría haber dicho que no hay nada en la naturaleza que no haya estado antes en el
mundo de las Ideas. En ese sentido, opinaba Aristóteles, Platón duplicaba el número de las
cosas.

Aristóteles pensó que todo lo que tenemos dentro de pensamientos e ideas ha entrado en
nuestra conciencia a través de lo que hemos visto y oído. Pero también tenemos una razón
innata con la que nacemos. Tenemos una capacidad innata para ordenar todas nuestras
sensaciones en distintos grupos y clases.
Así surgen los conceptos piedra, planta, animal y hombre.

Aristóteles no negó que el hombre tuviera una inteligencia innata. Al contrario, según
Aristóteles es precisamente la razón la que constituye la característica más destacada del ser
humano.

Pero nuestra inteligencia está totalmente vacía antes de que sintamos algo. Por lo tanto el ser
humano no puede nacer con idea alguna.

Las formas son las cualidades de las cosas

Tras haber aclarado su relación con la teoría de las Ideas de Platón, Aristóteles constata que
la realidad está compuesta de una serie de cosas individuales que constituyen un conjunto de
materia y forma. La materia es el material del que está hecha una cosa, y la forma son las
cualidades específicas de la cosa.

De esa manera, pensaba Aristóteles, todas las cosas de la naturaleza tienen una posibilidad
inherente de realizar o concluir una determinada forma.

La causa final

Cuando hoy en día hablamos de la causa de esto y de lo otro, nos referimos a cómo algo
sucede, la intención o el fin pero Aristóteles pensaba que hay varias clases de causas en la
naturaleza: menciona en total cuatro causas diferentes. Lo más importante es entender qué
quiere decir con lo que él llamaba causa final.

La causa material

La causa eficiente (o agente) y

La causa formal es que la forma

Ésta era la que él llamaba causa final.


Lógica

La distinción entre forma y materia juega también un importante papel cuando Aristóteles se
dispone a describir cómo los seres humanos reconocen las cosas en el mundo.

Al reconocer algo, ordenamos las cosas en distintos grupos o categorías. Veo un caballo,
luego veo otro caballo, y otro más.

Los caballos no son completamente idénticos, pero tienen algo en común, algo que es igual
para todos los caballos, y precisamente eso que es igual para todos los caballos, es lo que
constituye la forma del caballo. Lo que es diferente o individual, pertenece a la materia del
caballo.

De esta manera los seres humanos andamos por el mundo clasificando las cosas en distintas
casillas. Colocamos a las vacas en los establos, a los caballos en la cuadra, a los cerdos en la
pocilga y a las gallinas en el gallinero.

Aristóteles fue un hombre meticuloso que quiso poner orden en los conceptos de los seres
humanos. De esa manera sería él quien creara la Lógica como ciencia. Señaló varias reglas
estrictas para saber qué reglas o pruebas son lógicamente válidas. Bastará con un ejemplo: si
primero constato que todos los seres vivos son mortales (primera premisa) y luego constato
que un perro es un ser vivo (segunda premisa), entonces se llega a la conclusión de que el
perro es mortal.

El ejemplo muestra que la lógica de Aristóteles trata de la relación entre conceptos, en este
caso ser vivo y mortal.

La escala de la naturaleza

Cuando Aristóteles se pone a ordenar la existencia, señala primero que las cosas de la
naturaleza pueden dividirse en dos grupos principales. Por un lado tenemos las cosas
inanimadas, tales como piedras, gotas de agua y granos de tierra. Estas cosas no tienen
ninguna posibilidad inmanente de cambiar. Esas cosas no vivas, sólo pueden cambiar, según
Aristóteles, bajo una influencia externa. Por otro lado tenemos las cosas vivas, que tienen
una posibilidad inmanente de cambiar.
En lo que se refiere a las cosas vivas, Aristóteles señala que hay que dividirlas en dos grupos
principales. Por un lado tenemos las Plantas, por otro lado tenemos los seres vivos. También
los seres vivos pueden dividirse en dos subgrupos, es decir, en animales y seres humanos.

Tienes que admitir que esta división parece clara y bien dispuesta. Hay una diferencia
esencial entre las cosas vivas y las no vivas, por ejemplo, entre una rosa y una piedra. Del
mismo modo también hay una diferencia esencial entre plantas y animales, por ejemplo, entre
una rosa y un caballo. Y también me atrevo a decir que hay bastante diferencia entre un
caballo y un ser humano.

Todas las cosas vivas (plantas, animales y seres humanos) saben tomar alimento, crecer y
procrear. Todos los seres vivos también tienen la capacidad de sentir el mundo de su entorno
y de moverse en la naturaleza. Todos los seres humanos tienen además la capacidad de
pensar, o, en otras palabras, de ordenar sus sensaciones en varios grupos y clases.

Así resulta que no hay verdaderos límites muy definidos en la naturaleza. Registramos una
transición más bien difusa de plantas simples a animales más complicados. En la parte
superior de esta escala está el ser humano, que, según Aristóteles, vive toda la vida de la
naturaleza. El ser humano crece y toma alimento como las plantas, tiene sentimientos y la
capacidad de moverse como los animales, pero tiene además una capacidad, que solamente
la tiene el ser humano, y es la de pensar racionalmente.

Ética

Aristóteles pensaba que hay tres clases de felicidad. La primera clase de felicidad es una vida
de placeres y diversiones. La segunda, vivir como un ciudadano libre y responsable. La
tercera, una vida en la que uno es filósofo e investigador.

Aristóteles también subraya que las tres condiciones tienen que existir simultáneamente para
que el ser humano pueda vivir feliz. Rechazó, pues, cualquier forma de vías únicas. Si hubiera
vivido hoy en día a lo mejor habría dicho que alguien que sólo cultiva su cuerpo vive tan
parcial y tan defectuosamente como aquel que sólo usa la cabeza. Ambos extremos expresan
una vida desviada.
También en lo que se refiere a la relación con otros seres humanos, Aristóteles señala un
justo medio: no debemos ser ni cobardes ni temerarios, sino valientes. (Demasiado poco valor
es cobardía, y demasiado valor es temeridad.) Del mismo modo no debemos ser ni tacaños
ni pródigos, sino generosos. (Ser muy poco generoso es ser tacaño, ser demasiado generoso
es ser pródigo.)

Política

La idea de que el ser humano no debe cultivar tan sólo una cosa también se desprende de la
visión que presenta Aristóteles de la sociedad. Dijo que el ser humano es un animal político.
Sin la sociedad que nos rodea no somos seres verdaderos, opinaba él.

Señaló que la familia y el pueblo cubren necesidades vitales inferiores, tales como comida y
calor, matrimonio y educación de los hijos. Pero sólo el Estado puede cubrir la mejor
organización de comunidad humana.

Aristóteles menciona varias buenas formas de Estado. Una es la monarquía, que significa que
sólo hay un jefe superior en el Estado. Para que esta forma de Estado sea buena tiene que
evitar evolucionar hacia una tiranía, es decir que un único jefe gobierne el Estado para su
propio beneficio.

Otra buena forma de Estado es la aristocracia. En una aristocracia hay un grupo mayor o
menor de jefes de Estado. Esta forma tiene que cuidarse de no caer en una oligarquía, lo que
hoy en día llamaríamos Junta.

A la tercera buena forma de Estado Aristóteles la llamó democracia.

Pero también esta forma de Estado tiene su revés. Una democracia puede rápidamente caer
en una demagogia.
La mujer

Por último la opinión que tenía Aristóteles de la mujer. Desgraciadamente no era tan positiva
como la de Platón. Aristóteles pensaba más bien que a la mujer le faltaba algo. Era un
“hombre incompleto”. En la procreación la mujer sería pasiva y receptora, mientras que el
hombre sería el activo y el que da. Aristóteles pensaba que un niño sólo hereda las cualidades
del hombre, y que las cualidades del propio niño estaban contenidas en el esperma del
hombre. La mujer era como la Tierra, que no hace más que recibir y gestar la semilla,
mientras que el hombre es el que siembra. 0, dicho de una manera genuinamente aristotélica:
el hombre da la “forma” y la mujer contribuye con la “materia”.

Naturalmente, resulta sorprendente y también lamentable que un hombre tan razonable en


otros asuntos se pudiera equivocar tanto en lo que se refería a la relación entre los sexos. No
obstante, nos muestra dos cosas: en primer lugar que Aristóteles seguramente no tuvo mucha
experiencia práctica con mujeres ni con niños. En segundo lugar muestra lo negativo que
puede resultar que los hombres hayan imperado siempre en la filosofía y las ciencias.

Y particularmente negativo resulta el error de Aristóteles en cuanto a su visión de la mujer,


porque su visión, y no la de Platón, llegaría a dominar durante la Edad Media. De esta manera,
la Iglesia heredó una visión de la mujer que en realidad no tenía ninguna base en la Biblia.
ARISTÓTELES Y LA EXPLICACIÓN TELEOLÓGICA DE LA CIENCIA CONTABLE

En el artículo del Dr. José Rafael Záa Méndez denominado Teoría Neopatrimonialista de la
Contabilidad: Filosofía y Modelos de Desarrollo Científico de La Contabilidad cita
Mardones, el cual expresa que “Aristóteles consideraba que la investigación científica daba
comienzo allí donde alguien se percataba de la existencia de ciertos fenómenos. Es decir, que
para Aristóteles, al principio está la observación. Pero la explicación científica solo se
consigue cuando se logra dar razón de esos hechos o fenómenos. Y es justamente el cómo se
entiende este dar razón de los hechos lo que va a caracterizar a Aristóteles y toda una tradición
que de alguna manera guarda semejanza o prosigue el tipo de explicación propugnada por el
Estagirita, y que se refleja en el planteo de fondo del Neopatrimonialismo contable.

Aristóteles pensaba la explicación científica como una progresión o camino inductivo desde
las observaciones hasta los principios generales o principios explicativos. Estos principios
eran inferidos por enumeración simple o por inducción directa; por cualquiera de los dos
métodos se obtenían más generalizaciones acerca de las propiedades de la especie o género.
Esta etapa consiste en obtener principios explicativos a partir de los fenómenos que han de
explicar: se denomina inducción. Para Aristóteles todavía existía un segundo momento o
etapa en la explicación científica: el deductivo. Consiste en deducir enunciados acerca de los
fenómenos a partir de las premisas que incluyan o contengan a los principios explicativos.

Aristóteles exigía una relación causal entre las premisas y la conclusión del silogismo acerca
del hecho o fenómeno a explicar. Y aquí aparece el énfasis, rasgo o característica de la
explicación aristotélica. La causa de un fenómeno tiene, para Aristóteles, cuatro aspectos: la
causa formal, la causa material, la causa eficiente y la causa final. Basta pasearse por los
hechos y la racionalidad contable para darse cuenta de esta herencia aristotélica. Basta leer
con la debida atención el tejido argumental de la teoría Neopatrimonialista de la Contabilidad
para darnos cuenta de la herencia aristotélica en la misma.

Pues bien, una explicación de hechos contables en forma científica debe especificar estos
cuatro aspectos que constituyen su causa. Sobre todo, no podía faltar a una pretendida
explicación científica de un fenómeno o hecho contable, el dar cuenta de su causa final o
telos. Aristóteles criticó duramente a aquellos filósofos, como por ejemplo los atomistas
Demócrito y Leucipo, que pretendían explicar los hechos en términos de sus causas
materiales y eficientes, o aquellos que acentuaban excesivamente las causas formales, como
los pitagóricos. También la contabilidad pasó por estos caminos en búsqueda de fundamentos
para sus prácticas. Aspectos estos que se observan también en la teoría Neopatrimonialista
de la Contabilidad.

Aristóteles exigía explicaciones teleológicas, que aclarasen con el fin de qué ocurrían los
fenómenos, no solo de los hechos referidos al crecimiento de los organismos vivos, sino aún
de los seres inorgánicos u objetos inanimados.

Es precisamente este acento puesto por la ciencia aristotélica en la explicación teleológica o


finalista, el que se considera prototípico de esta tradición y que permite encontrar semejanzas
con posturas científicas actuales en la ciencia que ejercemos los contadores públicos. Ahora
bien, no debemos olvidar que las explicaciones aristotélicas tenían otros rasgos no
mantenidos hoy día: eran explicaciones en términos de propiedades, facultades o potencias,
asociadas a la esencia de alguna substancia. Tales explicaciones tienen un carácter conceptual
que las diferencia de las hipótesis causales y las acerca a las explicaciones teleológicas y, más
allá, presupone una cosmovisión o concepción del mundo, como conjunto de substancias,
que hoy nos es extraña. No obstante en la teoría Neopatrimonialista se observa esta intención
de concepción del mundo a través de la explicación teleológica del bienestar social.
CONCLUSIÓN

Una vez estudiado lo anterior se puede determinar la existencia de ciertas similitudes entre
los tratados de Aristóteles y los principios contables, pudiéndose citar el tratado aristotélico
sobre el dinero y los principios de la unidad de medida y realización contable, el valor de las
cosas en su precio de Aristóteles con los principios de cuantificación, valor histórico original
y el principio de objetividad y por último la propiedad privada según Aristóteles con los
principios de entidad, negocio en marcha.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Gaarder, J. (2002). El Mundo de Sofía. Barcelona España. Siruela

CIBERGRAFÍA

Eco-finanzas (S/D).Aristóteles. Eco-finanzas. Recuperado de http://www.eco-


finanzas.com/economia/economistas/Aristoteles.htm
Eco-finanzas (S/D).Aristóteles: El pensamiento Económico. Eco-finanzas.
Recuperado de http://www.eco-finanzas.com/economia/economistas/Aristoteles-
pensamiento-economico.htm
Ramirez, J.(5 de julio de 2012). La Evolución de La Contabilidad. Monografias.com.
Recuperado de
http://www.monografias.com/usuario/perfiles/jose_luis_ramirez_20/monografias
Záa, J. (septiembre-diciembre 2012). Teoría Neopatrimonialista De La Contabilidad:
Filosofía Y Modelos De Desarrollo Científico De La Contabilidad. Recuperado de
http://investigacion.unerg.edu.ve/nexos/index.php?option=com_content&view=ar
ticle&id=37:teoria-neopatrimonialista-de-la-contabilidad-filosofia-y-modelos-de-
desarrollo-cientifico-de-la-contabilidad&catid=9:sep-dic-2012&Itemid=16

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