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FILOMENO Y SOFÍA
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Episodio 1
A Filomeno hay varias cosas que le gustan.
Cuando está en la escuela, le gusta mucho jugar
con sus amigos; cuando está en su casa, le gusta
mucho jugar con su perra Noni (la mamá le contó
que a la perra le pusieron Noni porque cuando
era cachorrita se pasaba todo el día durmiendo.
Filo no se acuerda bien de eso, porque cuando
Noni era chiquitita él era un bebé y los bebés no
tienen mucha memoria).
28 Gustavo Santiago
Episodio 2
Sofía y Filomeno estaban sentados en el tobogán que hay en el patio
de la escuela.
. -¿Sabés lo que me contó mi abuelo anoche? -le dijo Sofía a Filomeno.
& -Sí. Mi abuelo dice que las historias hay que escucharlas sentados en | o
ronda -contestó Sofía. S
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J -¿Y por qué hay que sentarse así? -preguntó Filo. |
-No sé -contestó Sofía- Si querés hoy le pregunto.
-Bueno -dijo Filo- Pero ahora contáme una historia, que se está por
acabar el recreo.
-¿Sabés qué te voy a contar? -le dijo Sofía-, Te voy a contar lo que
soñé anoche.
-¿Y es lindo tu sueño? -preguntó entusiasmado Filo.
-Bueno, dale.
-Soñé que iba caminando por la arena. ¡Hacía un calor! -comenzó Sofía.
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.Capítulo 5
-Porque la señora me había dicho que tenía que llevarlos -respondió Sofía.
-Pero, ¿cómo quería que los llevaras si no te había dicho adónde llevarlos?
-Eso era lo que yo pensaba mientras caminaba, muy cansada, por el
desierto. Y me dije a mí misma: "Tengo que hacer algo para que me
entienda. Voy a intentar hablarle otra vez". Entonces caminé hacia
donde estaba la señora y le dije bien fuerte: "¡Grrrrrrrrr!"
-¿Qué le dijiste?
-¡Grrrrrrrr! -repitió Sofía.
—Pero... eso más que un camello parece un león -dijo Filo.
—¡Adivinaste!
—¿Antes? ¿Cuándo?
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3 —¿Y qué diferencia habría? -le respondió Sofía-, ¿Acaso los sueños no son •S ■
tras dormimos?
Justo cuando Filo pensaba en algo para contestarle a Sofía, la
señorita Laura comenzó a llamar a todos los chicos para que
volvieran al salón.
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Episodio 3
Filomeno llegó a su casa muy contento. El sueño de Sofía todavía
estaba muy vivo en su memoria. Después de darle un beso a su
abuela, dejó ía mochila sobre la cama y se fue a jugar con la Noni.
Jugaron a correrse.
Primero Filomeno empezó a dar vueltas alrededor de un árbol que
está justo en el medio del patio, y la Noni lo perseguía ladrando a
grito pelado. Cuando se cansó de que la Noni lo corriera, Filo se dio
vuelta bien rápido y empezó a correrla a ella. Después de un rato
estaban los dos tan cansados que tenían que respirar con la boca
abierta. La Noni sacaba la lengua bien afuera, como si se la
estuviera mostrando al doctor. Filomeno probó respirar como la
Noni, pero en seguida le pareció que por algo los nenes no respiran
con la lengua afuera. "Es muy incómodo", pensó, y se sentó a
descansar contra el árbol.
Su papá dice que el árbol es un ciruelo, pero Filomeno nunca.vio
que diera ninguna ciruela, así que no está muy seguro de que sea
un ciruelo de verdad. "Si un pájaro no vuela, ¿es un verdadero
pájaro? -pensó Filomeno-; si un perro no ladra, ¿es un verdadero
perro?; si un ciruelo no da ciruelas, ¿puede ser un verdadero
ciruelo? A lo mejor sólo se parece a un ciruelo, pero en realidad no
lo es".
De repente, el sueño de Sofía volvió a aparecer en su cabeza.
-¿Qué estás haciendo, tan calladito? -le preguntó su abuela.
-Estoy pensando -respondió Filo.
-¿Y se puede saber en qué estás pensando?
-En una cosa que me contó Sofía. Un sueño en el que primero era
un camello, después un león y después era ella misma. Me estaba
• imaginando cómo me sentiría yo si fuera un camello.
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r -Sí, si su mamá está de acuerdo.
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.Capítulo 5
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—Vos te venís conmigo -!e ordenó a un oso de trapo-. Seguro que Sofía
nos cuenta una historia a los dos. ¡No vayas a interrumpirla cuando
había, eh!
—Filomeno, ¿con quién estás charlando? -le preguntó la abuela desde la
cocina.
—Con nadie, abuela; con mis juguetes. —¿Y te hacen caso?
—Abuela, ¿cómo me van a hacer caso si son nada más que juguetes?
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Episodio 4
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-¿El esposo? .2
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_o -Claro, el papá de los gatitos.
-No, Filo. Lo que pasa es que Piolín va a ser mamá. ¡Está embarazada! ^
-¿Y el esposo quién es? -preguntó Filomeno.
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-Ah, no se sabe.
-¿Cómo que no se sabe? ¿Entonces no van a tener papá?
-¿Y eso qué tiene de malo? -dijo Sofía que ya no estaba tan contenta-
Yo tampoco tengo papá. Yo la voy a ayudar a Piolín como si yo fuera
la mamá de ella. ¿Te imaginas? Voy a ser como la abuela de los
gatitos. ¿No es genial?
-Sí. Me acuerdo de que mi papá me mostraba que la gente bajaba del tren y me
decía: "¿No ves que no les pasó nada?" Pero yo igual les tenía miedo y no me quería
subir por nada del mundo. ¿Y vos? ¿No le tenías miedo a nada?
-Mmm... Sí. Yo les tenía miedo a las gallinas.
-¿A las gallinas? -preguntó Sofía.
-Sí. Antes mi abuela tenía tres gallinas: una blanca, una negra y una a la que le
decían "colorada". Pero no era colorada, era medio marroncita. Ésa era la que más
miedo me daba.
-¿Y por qué te daba miedo?
-No sé. No me gustaba cómo me.miraba. Parecía que siempre estaba enojada
conmigo. Pero, ¿de qué te reís?
-De vos, ¿de qué me voy a reír si no? ¿Cómo se te va a ocurrir que la gallina te
miraba enojada? ¡Se te ocurre cada cosa! ¡Qué tontería!
-Ah. ¿Y a vos cómo se te ocurría que los trenes se comían a la gente? Si ¡o que yo dije
es una tontería, ¿lo tuyo qué es?
-Bueno, no te enojes -dijo Sofía.
-¿Cómo querés que no me enoje si te burlaste de mi secreto? -le respondió Filomeno.
-Fue sin querer. Vos eras chiquito cuando te asustaban las gallinas. Lo que yo quise
decir fue que sería una tontería que te dieran miedo ahora que sos grande, pero no
cuando eras chiquito. Cuando uno es chiquito se asusta de cualquier cosa.
-No sé si era eso lo que realmente querías decir -le contestó Filo.
—Filo, ¡no nos peleemos!
-Está bien, pero no tengo más ganas de hablar.
-¿Me perdonas? -le dijo Sofía.
-Bueno contestó Filomeno-, Pero a mí las gallinas todavía me dan miedo.
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Capítulo 2 39
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Episodio 1
La mamá de Sofía encendió la luz y vio que eran las tres y media
de la madrugada. Se había despertado en plena noche creyendo
haber escuchado un grito. "Seguro que tuve una pesadilla", pensó.
Apagó la luz para seguir durmiendo y, en ese momento, escuchó
claramente que Sofía gritaba "¡Mamá! ¡Mamá!" De un salto salió
de la cama y cuando llegó a la habitación de Sofía la encontró
llorando con la cabeza metida debajo de las sábanas.
-¿Qué pasa, hija? -dijo la mamá, preocupada.
—Los monstruos, los monstruos quieren entrar por la ventana -dijo
Sofía con voz de dormida.
-Sofi, despertáte, estás soñando -le dijo la mamá sacudiéndola
suavemente de los hombros- Ay, pero si estás volando de fiebre.
—Tengo calor, ma -dijo Sofía-. Uy, cómo me duele la garganta.
La mamá le puso el termómetro y le dijo que se quedara un rato
quietita. Fue a la cocina y enseguida volvió con un vaso de agua y
una pastillita.
-Por ahora tomá esto y tratá de dormir. Mañana vamos a ir a ver a la
« doctora Slaffer.
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Episodio 2
Cuando Filomeno supo que su amiga estaba enferma le pidió a su abuela que lo
llevara a visitarla.
-Pasen, pasen -dijo la mamá de Sofía, muy contenta de verlos llegar-. La enferma
está en la cama.
Después de que todos se saludaron, la mamá de Sofía y la abuela de Filomeno se
fueron a charlar al comedor y los chicos se quedaron solos en la pieza.
Filomeno se acordó de una película muy triste que había visto en la televisión. Los
ojos se le llenaron de lágrimas y dijo:
-Sofi, ¿te vas a morir?
-Creo que no -contestó Sofía-. La doctora dice que en dos o tres días voy a estar bien.
Pero me dijo que trate de no hablar mucho y que me quede en la cama bien tapada.
¡Me aburro tanto! ¡Sabés que feo es no poder hablar!
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-¿Y por qué no podes hablar? ¿Se te enfermó la lengua? |
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-No sé, pero mejor hago caso. ¿No querés contarme una historia vos? | < Quizá eso me
haga bien. ¡5
Filomeno pensó: "Si le cuento una linda historia, Sofía se va a poner con- | i tenta. Y si se
pone contenta, se va a sentir mejor. Y si se siente mejor, se va g-
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| a curar más rápido". Esta idea lo puso muy feliz.
-Bueno, tapate bien y escucha -le dijo a Sofía. Ésta es la historia que Filomeno le contó a
Sofía.
Renato, el desconfiado
A Renato había algo que lo ponía muy, pero muy mal: que le dijeran una mentira.
Si cuando estaban jugando a la pelota descubría que alguien lo engañaba o le
hacía trampas, Renato le decía: "¡Mentiroso! ¡Con vos no juego más!" Y no jugaba
más con ese nene en todo el día. "A mí me gusta decir siempre la verdad, y me
gusta que todos me digan siempre la verdad", pensaba Renato.
A Renato había otra cosa que no le gustaba: equivocarse. Si, cuando estaba
contando hasta veinte, se equivocaba, Renato se ponía furioso y decía: "debe de
haber un fantasma malvado que cada vez que quiero contar hasta veinte me hace
equivocar".
Un día vio de lejos a un nene y dijo: "Es Manuel". Pero cuando lo vio de cerca se
dio cuenta de que se había equivocado. "Mis ojos me mintieron -pensó Renato-.
Para que no me mientan más, los voy a tener cerrados." Y se quedó un buen rato
con los ojos cerrados, para no equivocarse.
Mientras estaba con ¡os ojos cerrados, escuchó una voz bien conocida: la de su
hermano Guillermo. Pero, cuando prestó más atención, se dio cuenta de que se
había equivocado; no era Guillermo sino su papá. "Los oídos también me engañan
-dijo Renato-; me los voy a tapar con algodones para no equivocarme más." Y así
se quedó un buen rato, con los ojos cerrados y con los oídos tapados.
Capítulo 2 41
1
"¡Qué aburrido estoy! Lo único que puedo hacer es pensar. ¡Y con el hambre que
tengo!", pensaba Renato, con los ojos cerrados y los oídos bien tapados.
Justo en ese momento sintió un olor muy especial, que venía de la cocina:
"¡Guiso de lentejas! -pensó- Esta vez no puedo equivocarme".
Cuando abrió los ojos vio que su mamá venía a buscarlo un poco enojada:
-Hijo, hace rato que te estoy llamando -le dijo la mamá-. ¿Qué hacés con los
oídos tapados?
-Estaba jugando, mamá; pero no te preocupes que ya voy -le dijo Renato,
sacándose el algodón de los oídos.
| Cuando llegó a la mesa, se dio cuenta de que se había equivocado otra o 2 vez: no había
guiso de lentejas, sino de fideos. Pero esta vez Renato no 1 8 se enojó, porque el guiso de
fideos le gustaba tanto como el de lentejas. °
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Episodio 3
Ya hacía dos días que Sofía faltaba a la escuela. Encima, estaba lloviendo; y cuando
llueve, la señorita Laura no quiere que los nenes salgan al patio. Filomeno estaba tan,
pero tan aburrido que en lo único que pensaba era en que se terminara la mañana
para poder volver a su casa, con la abuela y con. la Noni. En realidad, lo que
verdaderamente quería era estar con su mamá o que su papá le leyera algún libro,
como hace todos los domingos, después de comer. Pero Filomeno sabía que en su
casa sólo estarían la abuela y la Noni.
Filo se acercó a una ventana y se quedó mirando cómo llovía. "¿De dónde vendrá la
lluvia? -pensaba- Si estuviera Sofi, seguro que me contaría alguna historia sobre la
lluvia." En ese momento, la voz de la señorita sonó tan fuerte que lo asustó. Se dio
vuelta pensando que lo iba a retar a él porque estaba parado mirando por la ventana.
Pero no. La señorita retaba a dos nenes que se estaban peleando. Filomeno no
alcanzó a ver bien qué pasaba porque enseguida todos se amontonaron y empezaron
a gritar.
"¿Qué habrá pasado? -se preguntó Filo- ¿Por qué se habrán peleado?" Iba a
acercarse él también a mirar, pero, en vez de hacerlo, prefirió sentarse y ponerse a
dibujar en su cuaderno con los lápices que le había regalado su papá el primer día de
clases.
Episodio 4
Estuvo lloviendo'toda la semana. Cuando llegó el domingo, Filomeno se despertó
ilusionado: "hoy trene;que ser un lindo día, con mucho so! y ninguna nube", pensó
mientras:seHevantaba y comenzaba a vestirse. Estaba tan ansioso por mirar por la
ventana que, por el apuro, se puso la remera al revés: la parte que tenía que ir para
adelante, mirando hacia atrás.
-¿Qué hacés vestido así? -le preguntó su papá riéndose cuando lo vio pasar para la
cocina.
Pero Filo casi no se dio cuenta de lo que decía su papá. "Tiene que haber sol, tiene que
haber sol", pensaba mientras se subía a la silla que está contra la ventana. Filomeno había
visto una película en la que un señor con barba blanca y un gorro puntiagudo le decía a un
nene que si él pensaba „ mucho en algo sin distraerse, eso se convertía en realidad. Antes
42 Gustavo Santiago
de correr o. las cortinas, Filo cerró bien fuerte los ojos y volvió a pensar: "Tiene que | haber
sol, tiene que haber sol". |
P-
<2 Lo que primero vio, caando abrió los ojos, fue a la Noni que, acostada en g-
o su cucha y con cara de estar muy aburrida, miraba :ios :globitos que las 5 |
gotas, al caer, hacían en el patio inundado. |
.Capítulo 5 43
.
"Los de las películas son todos unos mentirosos, pensó enojado
Filomeno; siempre muestran cosas que no pasan de verdad."
Filomeno seguía parado en la silla mirando la lluvia por la ventana.
Como era domingo, había ravioles para comer. Filomeno no
entendía muy bien ninguna de las dos cosas: ni por qué llovía
tanto ni por qué los domingos siempre había ravioles. A Filo le
gusta la lluvia, pero cuando llueve mucho ya no "le gusta tanto,
porque no puede salir afuera a jugar con la Noni. Cuando está su
papá, le lee alguna historia, pero, si no, lo único que puede hacer
es mirar televisión. Y con ¡a televisión le pasa lo mismo que con
los ravioles y con la lluvia: un poquito le parece bien, pero mucho
lo cansa.
-Abue, ¿cuándo va a parar de llover? -preguntó Filomeno,
corriendo ¡a cortina de la ventana para no ver más la lluvia.
-Me parece que nunca -respondió su abuela. Filomeno la miró bien
para ver si le estaba haciendo una broma. Pero le pareció que no,
porque la abuela estaba muy seria, poniendo los ravioles en la
cacerola.
-¿Será posible -pensó Filo- que no pare nunca de llover?
-Ma, ¿es verdad lo que dice la abuela? -le preguntó Filomeno a su
mamá, que estaba en su escritorio, escribiendo en la
computadora.
-Algunas veces -le respondió su mamá sonriendo-. ¿Qué fue lo que
te dijo, que tenés esa cara de preocupado?
-Que nunca va a parar de llover -le contestó Filomeno.
-Bueno -dijo riéndose la mamá-, siempre que llovió, paró.
-¿Y eso qué quiere decir? -preguntó Filo.
-Es un dicho. Quiere decir que, por más que llueva mucho, alguna
vez va a parar.
-¿Y los dichos dicen la verdad? -insistió Filo. *
-Como tu abuela -le respondió la mamá, apagando la
computadora-; a veces sí y a veces no. La diferencia es que tu
abuela, cuando no dice la verdad, lo hace-de puro graciosa.
-¿Y está bien mentir para hacer chistes?
-¿A vos qué te parece? -le preguntó la mamá.
-No sé -dijo pensativo Filo.
44 Gustavo Santiago
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.Capítulo 5 45
1/5 O
Lo que más le gusta a Filomeno de los domingos es que, después de ios
ravioles, su papá saca del galpón un sillón de madera medio viejo, lo pone
abajo del ciruelo, cerca de la sillita blanca de Filomeno y, después de buscar
los anteojos y un libro de la biblioteca, lo llama para leerle una historia,
"Con esta lluvia no podemos ir al patio, pensó Filo, seguro que vamos al
living."
Como el papá tardaba mucho, Filo se acercó al living y vio que la puerta
estaba cerrada. Sin hacer ruido, la abrió un poquitito para ver qué libro estaba
eligiendo su papá. Miró para el lado donde está la biblioteca, pero no lo vio.
Los anteojos estaban encima de unos papeles en el escritorio, pero en el living
parecía no haber nadie. "¿Estará escondido para asustarme?", pensó Filo (el
papá algunas veces hace eso, se esconde abajo de la cama o abajo de la
rriesa y sale de golpe diciendo: "guaaaaaaaa". A Filo ese juego mucho no le
gusta, sobre todo cuando se asusta de verdad; pero como su papá se ríe
mucho y a Filo le encanta la risa de su papá, nunca le dijo que el juego no lo
divierte tanto).
"Ya sé lo que voy a hacer, pensó, lo voy a asustar yo", y caminando con la
puntita de los pies se acercó al sillón y miró por el costado. Nada. "Seguro que
está atrás del sillón grande", pensó. Y tan seguro estaba que cuando llegó al
sillón se paró y gritó bien fuerte, poniendo las manos como si fueran las
garras de un oso terrible: "guaaaaaaaa". Lo que Filo quería era sorprender a
su papá. Pero el sorprendido fue él, porque su papá no estaba atrás del sillón.
-¿Y papá? -le preguntó Filo a su mamá, con cara de preocupado.
-Tuvo que salir -fue la respuesta.
-¿Y va a tardar mucho? -insistió Filo, con los ojos tristes y brillantes.
-Me parece que sí-dijo su mamá con una sonrisa-. Y me parece también que
hoy no va a haber cuento, ¿no?
-¿No? -dijo Filo.
-Creo que no. Pero igual la podemos pasar bien -dijo la mamá, poniendo sobre
la mesa un libro muy muy gordo.
-¿Qué es eso, ma? -preguntó Filo, recuperando un poco el buen humor.
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.Capítulo 5 47
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Capítulo
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Episodio 1
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48 Gustavo Santiago
| -A veces sí. Si el pato hace algo divertido, sí. Pero si es la del pato que era 2
feo y que después no era un pato, no, porque ya me la sé de memoria.
•g -¿Un pato que no era un pato? ¿Cómo puede ser?
.Capítulo 5 49
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< -¿Cómo no se va a dar cuenta?
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> -Y, jugando -dijo Filo-. A veces cuando estás jugando no te das cuenta de lo
que hacés. Un día yo estaba jugando con la pelota en el fondo de mi casa y,
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50 Gustavo Santiago
Episodio 2
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52 Gustavo Santiago
-No, señorita -aclaró Sofía-, lo único que estábamos haciendo era charlar.
2 -¿Y no se puede hacer algo malo charlando? -preguntó Filomeno. 3
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-g -¿Cómo? -le preguntó Sofía.
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Capítulo 3
53
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La señorita les estaba explicando a todos cómo se jugaba a "Filosofía".
-Uno de nosotros va a contar una historia y después los demás vamos a
hacer algunas preguntas;.
-¿Preguntas sobre qué, señorita? -preguntó Mauro.
-Sobre cosas que tengan que ver con la historia y con cosas que
tengamos ganas de conversar -dijo la señorita.
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54 Gustavo Santiago
-Pero, ¿cómo vamos a hacer para escuchar todos? Porque una cosa
es . charlar con dos o tres amigos, pero hablar con todos al mismo
tiempo es más difícil -dijo Tomás-. Si alguien que se sienta atrás,
cerca de la ventana, dice algo, los que nos sentamos adelante no !o
vamos a poder escuchar.
-Yo sé cómo podemos hacer -dijo Victoria-. Podemos sentarnos en
ronda, para estar todos cerquita. Así nos vamos a escuchar bien
todos.
-¿En ronda? -dijo la señorita-. Bueno, puede ser.
-Pero, seño-dijo Malena-, lo importante no es cómo sentarnos sino
que no hablemos todos juntos. Aunque estemos sentados en ronda,
si hablamos todos al mismo tiempo no vamos a poder entender
nada.
-¿Y con eso cómo vamos a hacer? -preguntó la señorita.
-Tengo una idea -dijo Filomeno. Podemos levantar la mano. El que
quiere decir algo levanta la mano y espera que le toque el turno.
-¿Se animan a hacer así? -preguntó la seño-. ¿Les parece bien la
idea de escuchar al que está hablando y levantar ia mano cuando
quieran decir algo?
Todos estuvieron de acuerdo en que la mejor manera de jugar a
Filosofía era sentados en ronda y levantando la mano para hablar.
Episodio 3
■
Capítulo 3
55
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En el recreo, Sofía y Filomeno se acercaron a la señorita, que estaba char-
g: lando con Carolina y Raquel. |
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-¿No puede ser que el lápiz se haya roto sin que lo rompiera nadie?
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56 Gustavo Santiago
-¿Y desde cuando los lápices se rompen solos? -preguntó con voz
burlona Carolina.
-Puede haber sido un accidente -intervino Sofía, que se había
sentido un poco molesta por el tono de Carolina.
-Yo creo que Caro tiene razón. Porque es cierto lo que decís, Sofía,
algunas veces las cosas se rompen por accidente. Pero, en este
caso, me parece que el que rompió el lápiz lo hizo a propósito y no
sin querer.
-¿Y por qué lo rompió, entonces? -preguntó Filomeno.
-Bueno, no es fácil de explicar-dijo pensativa la señorita.
-Yo sé por qué lo hizo -dijo Raquel-. Fue por celos. Cuando uno está
celoso de alguien, puede hacer cosas muy feas.
-¿Y no pudo haber sido por otro motivo? -insistió Filo.
-Bueno, puede ser por celos o, también por envidia -dijo la señorita.
-No sé muy bien cuál es la diferencia entre celos y envidia, pero,
igual, yo creo que el lápiz no se rompió por eso sino sin querer.
-Esta bien, Filo -dijo la señorita sonriendo y pasándole la mano por
la cabeza, revolviéndole un poco fos pelos-, yo sé que Martín es tu
amigo y que por eso no querés ver que pudo haber hecho algo
malo.
Filomeno se quedó un ratito en silencio. Ya estaba por ir a jugar al
patio con los demás, pero dijo:
-Es que... Yo sé que no fue Martín el que rompió el lápiz de Paulina.
-¿Ah, no? -preguntó sorprendida la señorita-. ¿Y cómo podes estar
tan seguro?
-Bueno, porque yo vi quién rompió el lápiz.
-Y si no fue Martín, ¿se puede saber quién fue? -preguntó la señorita Laura.
Filo se puso de repente bien colorado. Con una voz muy suavecita
y mirando de reojo a Sofía dijo:
-Fue usted, seño.
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58 Gustavo Santiago
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Capítulo
___ 4_
Episodio 1
La señorita les había dicho que después del recreo se iban a sentar en
ronda. A Filomeno eso lo puso contento, porque él sabía que eso
significaba que iban a jugar a Filosofía.
Martín y Malena se quedaron a ayudar a la señorita a poner las sillas
en ronda. Cuando terminaron, se fueron a jugar al patio con los demás
chicos. La señorita fue hacia su escritorio y comenzó a sacar unos
papeles de su bolso. Filo estaba mirando qué hacía la señorita desde la
puerta, y le pareció que tenía cara de estar pensando cosas divertidas.
-¿Vamos a jugar a Filosofía, seño? -le preguntó Filomeno.
-¡Ay, Filo! -dijo la señorita, dando un gritito-. ¡Qué susto me diste!
-Fue sin querer, seño -dijo Filo. Y ahora e! que tenía cara de susto era
él.
-Ya sé que fue sin querer. Lo que pasó fue que estaba tan concentrada
que no te vi venir.
-¿Qué quiere decir "concentrada"? -preguntó Filo.
-Bueno -dijo la señorita con cara de estar pensando-, quiere decir que
estaba muy entretenida mirando estas fotos que vamos a usar dentro
de un ratito. Pero, ¿qué era lo que me querías decir?
-Mmmm. No me acuerdo -dijo Filo. La señorita se rió.
-¿Sabés por qué me río? -le preguntó-. Porque tenés cara de estar
hacien- 1 do fuerza para acordarte. ¿Y? ¿No viene el recuerdo?
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8 Filo movió la cabeza como diciendo "no", y sin decir nada mas se dio
vuelta y salió corriendo a jugar a! patio.
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60
te ven hasta los huesos, y ¡os huesos están adentro, desde afuera
no se ven. -Pero, ¿cómo le van a sacar una radiografía al piso?
-respondió Nicolás-Además, las radiografías se las sacan a los
enfermos, y el suelo no está enfermo.
-Para mí es una foto con computadora -dijo María Luz- Las
computadoras pueden sacar fotos de cualquier cosa. ¡Hasta de
dinosaurios!
-¿Cómo les van a sacar fotos a los dinosaurios, si los dinosaurios
no existen? Existieron hace mucho, pero ahora ya no quedan más
-insistió Nicolás.
-Lo que hacen las computadoras son como dibujos, pero tan tan
perfectos que parecen fotos. ¿No es cierto, seño? -dijo Celeste.
-La verdad es que no sé muy bien cómo hacen las imágenes las
computadoras. Pero, ¿es tan importante saber si es una foto o un
dibujo? -preguntó la señorita.
-Y, sí, seño -dijo Clara-, porque, si es un dibujo, puede ser
inventado, pero, si es una foto, tiene que ser de verdad,
-Y para la historia que nos querías contar ¿es tan importante saber
si es un dibujo o una foto? -insistió la señorita.
-Mmmm. No, creo que no. Porque mi historia no es sobre este
animalito que está acá sino sobre hormigas -dijo Clara.
-Ah, pero eso no vale-protestó Manuel-. La historia tenía que ser
sobre la foto.
-Pero es que la historia tiene que ver con la foto, pero es de
hormigas. ¿Se puede, seño?
-Yo creo que sí -dijo pensativa la señorita-. Vos contála y después
vemos si tiene o no que ver con la foto.
Episodio 2
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| -¿Y eso qué tiene que ver? -insistió Lucas-. Todas las hormigas son iguales. ^
.Capítulo 5 63
-Y, bueno, capaz que todas las hormigas son hermanas. ¿Puede ser, seño?
-Mmmm -dijo la seño sonriendo-. Si quieren, mañana les traigo unos li-
bros donde se habla de la vida de las hormigas. Pero ¿por qué, mejor,
no seguimos escuchando el cuento de Clara?
-Bueno, como las tres hormiguitas vivían ahí desde que habían nacido
y nunca habían safido afuera del hormiguero, creían que el mundo
entero era el hormiguero.
-¿Y nunca habían visto el sol, ni otros animales, ni plantas? -preguntó Majo,
-Me parece que plantas sí, porque había otras hormiguitas que
llevaban hojas al hormiguero para que comieran todas, pero ellas
pensaban que a las plantas las fabricaban ahí, en el hormiguero,
-¿Y nunca salieron del hormiguero? -preguntó Matías.
-No, porque los anteojos no se los sacan nunca -respondió Javier, -Bueno,
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¿me van a dejar contar o no? -preguntó un poco enojada Clara. -Tenés razón,
Clara-dijo la señorita-. Hagamos silencio así Clara puede seguir.
preguntó la señorita.
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-Bueno, ¿me van a aejat turnar u mu: -picgui.^ u,, --------- ^
.Capítulo 5 65
que volaban de aquí para allá. "Tengo que contarles a Anita y a Melita
todo lo que hay afuera de! hormiguero para que se pongan tan
contentas como yo", pensó Jantipa y bajó corriendo del árbol y se
metió en el hormiguero. Pero cuando entró en el hormiguero le volvió a
pasar lo mismo que antes de salir.
-¿Se aburrió de nuevo? -preguntó Filomeno.
-No, se quedó como ciega porque afuera había mucha luz y adentro
casi nada. Pero, medio ciega y todo, Jantipa siguió bajando para llegar
pronto a donde estaban Anita y Melita, para darles la buena noticia de
que el mundo era mucho más grande de lo que ellas creían. En eso iba
pensando cuando escuchó una voz que le decía:
-Jantipa, ¿a dónde vas tan apurada? ¿Y dónde estabas? Te estamos buscando desde hace
horas.
-¿Son ustedes?-preguntó Jantipa, que todavía no podía ver muy bien-. ¿Son
Anita y Melita?
-Y claro, ¿quiénes vamos a ser? ¿Te sentís bien?
66 Gustavo Santiago
-Sí, me siento muy bien, pero no veo mucho porque estuve afuera y afuera hay mucha más iuz
que acá.
-¿Dónde estuviste? -preguntaron sorprendidas Anita y Melita.
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-¿No nos decías recién que tenías un problema en la wsfa.?~dijo Melita-. Seguro que te lo
imaginaste todo.
-Eso -dijo Anita-, 0 te estás burlando de nosotras. Porque nosotras sabemos bien que el
hormiguero es todo el mundo, que afuera no hay nada.
-Y que los animales no vuelan, y que no puede haber un animal ni nada -dijo Melita gritando-
que sea más grande que el hormiguero, ¿entendiste?
-Sí, creo que entendí-d¡\o Jantipa con la voz bien bajita, como si estuviera triste o
asustada.
Clara hizo silencio, Todos siguieron calladitos, esperando que continuara.
-Cómo sigue.
-Ah, terminó.
-¿Terminó así? -dijo la señorita un poco sorprendida-. Bueno, bueno, un
aplauso para Clara que estuvo muy bien.
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<J' Luuugon: ^
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--¿Y para qué inventan las de terror? ¿Para que la gente tenga miedo? -
preguntó Filo.
-No sé. ¿Vamos al tobogán?Episodio 3
-¿Y por qué pensás que hay que hacerles caso? -le preguntó la
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-¿A vos qué te parece? -le preguntó la señorita. |
-Sí, era eso -dijo Filo-. Pero ahora tengo una pregunta
nueva: ¿qué quiere decir "hacer cosas buenas"?
.Capítulo 5 71
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Episodio 1
OCapítulo
-Señorita, ¿por qué está toda la escuela llena de flores de papel de
todos colores? -le preguntó Filomeno a la maestra.
-Yo sé -dijo Josefina, que había estado mirando cómo conversaban
la señorita Laura y Filomeno.
-¿A ver, jóse? -dijo la señorita.
72 Gustavo Santiago
-No mucho; me parece que más lindas son ías flores de verdad
-contestó Josefina, mirando a Filomeno.-Te copiaste. Eso es lo que
dijo Filomeno -le dijo Sofía con una cara rara,' como si estuviera
enojada.
-¿Y qué? -dijo Josefina- ¿No puedo pensar lo mismo que Filomeno?
Por un momento, ia señorita, Sofía y José se quedaron en silencio.
Hasta que la señorita dijo sonriendo:
-¿Qué pasa, Filo? ¿Por qué te ponés colorado?
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¿ Episodio 2 |
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.Capítulo 5 75
-Sí, pero estoy tan cansada que prefiero quedarme así, sin hacer nada.
Una vez la mamá le contó a Sofía que para recibirse había tenido
que hacer un esfuerzo muy grande y que sólo porque sus ganas
de ser médica eran tantas logró superar todos sus problemas. Sin
embargo, aunque está muy contenta de ser médica y de trabajar
en el hospital, algunas veces, cuando vuelve a la noche, tiene
cara de estar preocupada o triste.
' -¿Pasó algo en el hospital, ma? -le preguntó Sofía.
-Ay, hija, hija -dijo la mamá y le dio un beso muy suavecito en la frente.
Las dos se quedaron así un buen rato, en silencio, mientras en la
televisión terminaba un programa y comenzaba otro. De pronto, la
mamá le hizo una caricia en la cabeza y le dijo: "me parece que
ya es hora de ir a dormir".
-Una cosa, mami -dijo Sofía.
-¿Qué, mi amor? -le contestó la mamá.
-¿Me vas a llevar mañana al cumple de Carolina?
La mamá de Sofía respiró hondo, como si le faltara el aire y dijo
en voz bien bajita:
76 Gustavo Santiago
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5 Filo estaba en su habitación poniéndose las zapatillas nuevas, las que sóloo
.g usa para salir de paseo. t/>
.Capítulo 5 77
Episodio 3
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78 Gustavo Santiago
-Sí. Estaba por ir a jugar con ustedes, pero me quedé un ratito mirando
los regalos.
-¿Te gustan? -le preguntó Filo.
-¿Y entonces?-dijo Filo sin entender qué era lo que le molestaba a Sofía.
-Mirá estos juguetes -dijo Sofía-: una planchita, una escobita, una
cocinita.
I verdad no hacen.
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.Capítulo 5 81
-0 personas que tienen poderes, que vuelan o cosas así -dijo Sofía
mientras se servía ella también un poco de gaseosa-. ¿Por qué no
harán cuentos con cosas que pasan de verdad?
Cuando Filomeno estaba pensando en algo para responderle a Sofía
escucharon unos gritos que venían del patio. Primero se escucharon
voces de chicos y, enseguida, las de los papas y las mamás.
-¿Vamos a ver qué pasó? -dijo Sofía y los dos dejaron los vasitos en
la mesa y salieron corriendo.
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£ cayó por un accidente. ■|
.Capítulo 5 83
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84 Gustavo Santiago
Episodio 1
Capítulo 6
-Filo, ¿te diste cuenta de una cosa? -le dijo Sofía.
Filo estuvo todo el día tratando de recordar cuándo había hablado con
Sofía por primera vez, pero no pudo. Cuando le parecía que el recuerdo
estaba a punto de llegar, las cosas se le mezclaban y Sofía se
convertía en Paulina o en Victoria. No es que se convirtiera de verdad
en ellas, sino que en el recuerdo se mezclaban como si fueran la
misma nena.
Cuando su mamá llegó del trabajo, Filo le contó lo que le pasaba. La
mamá se quedó pensativa y después le dijo:
-¿Sabés de qué me hiciste acordar? De un cuento. Era una historia un
poco extraña sobre un lugar en el que las cosas nunca eran las mismas
cosas. Si ■ alguien se estaba bañando en el río y salía un ratito del
agua, ya no podía volver a meterse ai río porque el río se había
transformado en otra cosa.
-¿Nadie se podía bañar dos veces en el mismo río? -preguntó Filomeno.
-No, ni jugar dos veces con el mismo juguete, ni mirarse dos veces al 5
espejo.
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86 Gustavo Santiago
Episodio 2
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Martín y Federico comenzaron a discutir porque les había gustado el
mis- s < mo objeto: un camioncito volcador al que le faltaba una rueda.
Estaban a | ° punto de pelearse cuando decidieron preguntarle a la señorita
si los dos |
90 Gustavo Santiago
Cuando cada uno de los chicos explicó su elección, la señorita dijo que
todavía faltaba algo más.
Episodio 3
-No, no era muy larga pero era... ¡redonda! -dijo Sofía entusiasmada.
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Capítulo 6
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La señorita pensaba que Sofía y Filomeno le iban a explicar la idea
de nuevo, pero, en vez de hacer eso, se pusieron a contar la
historia que habían preparado. La primera en comenzar a contar
fue Sofía.
"A Filomeno -dijo Sofía- hay varias cosas que le gustan. Cuando
está en ¡a escuela, le gusta mucho jugar con sus amigos; cuando
está en su casa, le gusta mucho jugar con su perra Noni (la mamá
le contó que a la perra le pusieron Noni porque cuando era
cachorrita se pasaba todo el día durmiendo. Filo no se acuerda bien
de eso, porque cuando Noni era chiquitita él era un bebé y los
bebés no tienen mucha memoria).
Algo que también le gusta mucho es cantar canciones usando una
zanahoria como micrófono. Por eso, cuando su abuela está
preparando la ensalada, Filomeno aprovecha y le pide dos cosas:
que le dé una zanahoria y que prenda la radio. Entonces, como si
fuera un cantante profesional, agarra el micrófono-zanahoria con
las dos manos y mientras canta le va dando mordisquitos hasta que
lo hace desaparecer.
Hay dos cosas más que le gustan a Filomeno tanto como jugar con
sus amigos o con su perra y cantar. Estas dos cosas son: que le
cuenten historias y hacer preguntas.
Filomeno se la pasa haciendo preguntas. Le hace preguntas a todo
el mundo, en cualquier lugar, ¡hasta en el colectivo! Su mamá
siempre le dice: 'Filo, ¿no te cansás de preguntar?' Entonces
Filomeno, por un ratito, deja de hacer preguntas. Pero enseguida
vuelve a la carga.
Filomeno conoce preguntas que empiezan con 'cómo', otras que
empiezan s ' con 'para qué' y otras que empiezan con 'cuándo'. Pero las
que realmente le | ' gustan, las que practica todo el día, son las que
empiezan con 'por qué'. S
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8 -¿Por qué hace tanto frío hoy? -le pregunta a su papá cuando lo levanta a la
■g mañana tempranito. ~
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-¿Por qué la 'Noni' se puede quedar acostada y yo tengo que ir a la
escue- g | la? -pregunta mientras va a lavarse los dientes. ^
^^ Gustavo Santiago
-¿Por qué algunas veces sueño cosas lindas y otras veces tengo pesadi-
llas?-^ dice a su mamá mientras toma el desayuno.
Y así, preguntando por qué y por qué, Filo se va preparando para
comenzar el día.»
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