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M u s e o

Proyecto N° 25/2001 Fondo de


El Proyecto N°25/2 001 del Fondo de Identidad Regional
contó con el patroc inio académico de
Universidad de Antofagasta y
Universidad José Santos Ossa

Con el aporte del Fondo de Identidad Regional


Registro de Prop iedad Intelectual N°124006
Gobierno Regional Antofagasta
ISBN N°956-8157-00-X
Primera Ed ición de 1.000 Ejemplares
Enero 2002
Impresión Ercilla S.R.L

Portada /Contraportada: pctroglífos Calartoco, textíles Chacance T umba (T) 1


Portad illa: petroglífo Calartoco
Chacance, Los Primeros Pampinos, inicia una serie de publicaciones sobre el
patrimonio natural y cultural de la Comuna de María Elena. Los otros
componentes de su rico acervo serán objeto de futuras ediciones susceptibles de
constituir una colección.
Este catálogo forma parte del Proyecto N°25 del Fondo de Identidad y Cultura de la
JI Región de Antofagasta, aprobado por el Consejo Regional (CORE),
presidido por el Intendente don Alfonso Dulanto Rencoret, a quienes expreso mis
agradecimientos, así como a todas las personas que prestaron su colaboración.
I

María Elena, diciembre de 2001


EL Río Loa es uno de los accidentes geográficos más relevantes del Desierto de Atacama y
de la Comuna de María Elena, cuyo territorio surca en su curso medio e inferior. Su origen
se alza·en las altas cumbres cordilleranas, en nevados que se empinan entre los 5 y 6 mil
metros sobre el nivel del mar. Donde hay agua, hay vegetación,· y, donde hay vegetación
puede surgir una fauna, y también, asentamientos humanos.
!f)e hec/h@, la ¡pneSJencia de !:os ¡primeros habitantes de estos parrajes sobrepasa los i Omil años
f tle rlrJJl/11 ~vt'S -a;gJUtfJll$ d(¿¡Z il1io 1../oxa:. Se @:(Jilkc!JJf,ZrJJ. q,we g;rupos de ·r:ecoleclttlrres

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3

metálicos. ,
En el á116'a de Mm:Ja EJena, las orillas del Río Loa fueron el escenario en que esta cultura
y actividad de los habitantes primigenios de
estas latitudes.
La colección arqueológica del Museo es la
más conocida y visitada por los turistas,
también por los expertos. Numerosos
investigadores, tesistas y memoristas acuden
a estudiar su contenido, atraídos por el
valioso material arqueológico exhibido en
4
sus vitrinas o guardado en sus depós itos.
Una presentación de algunas piezas
arqueológicas, así como de su contexto, se
entrega en este catálogo, en la relación
elaborada por el arqueólogo Patricio Núñez
H enríquez .
La recolección, conservación y exhibición
del nrzateriaL que posee el citado Museo se
debe casi exclus ivamente a Claudia
Cas te llón Gatica. ALgunas colecc iones
urgieron al realizar movimientos de tierra confines minero-industriales que por azar
pezaron con restos indígenas, los que fueron rescatados y conservados por Castellón.
tras se originan en el trabajo sistemático de arqueólogos que excavaron la tierra
licando tecnologías propias de esta disciplina.
ialmente estas incursiones cient[ficas partieron de la Universidad del Norte (hoy
iversidad Católica del Norte), con Bente Bittmann secundada por los entonces alumnos
la Escuela de Arqueología Miguel Cervellino, Francisco Téllez, Patricio López, entre
. En todos ellos, de alguna manera estuvo presente Claudia Castellón, quien se convirtió
5
el depositario y cautelador de estos tesoros. Lo mismo ocurrió con posteriores trabajos
ectuados por él junto a otros arqueólogos, atraídos por los resultados que se divulgaron
despertaron el interés de especialistas en la materia.

Vt~WP'é~ia(mte Ejecutivo
"'-"""'Regional de la Cultura, las Artes y el Patrimonio

Calabaza pirograbada, Tumba (T) 1


r r Región
Río Loa

Cobija

Aldea
Arqueología de la Cotnuna de María Elena
El Río Loa une y divide a Tarapacá y Antofagasta, dos regiones que forman el Norte Grande
de Chile. El curso inferior del Río Loa es un área de contacto, de encuentro e interacción
cultural desde períodos prehispanos. Aquí se encuentran las áreas arqueológicas Cpacance
y Quillagua.
El agua de río del valle, en pleno desierto, permitió el desarrollo de una importante vegetación,
necesaria para la vida de animales silvestres y foco de atracción para los hutnanos,
desde los períodos de 'recolección y caza, continuando en los períodos agroganaderos.
Con la utilización de plmtas y animales domesticados (ptincipalmente maiz y Dama) en el
curso inferior del río, hace más de 2.000 años, comenzaba un nuevo periodo,
ahora agropastoril con la incorporación de nuevas fo.nnas de trabajo
y producción de artesanías-, relacionados con las diversas actjvidades agrícolas y ganaderas.
Es el momento de ~uge de la cestería, textilería, alfarería, taflados en madera y producción
de artefactos de metal.
.
En el Museo.Comu~a Maña;.Elena, se conserva patrimonio.cukürai m;queC»ógico registrado
por más de treinta años, proc.edente de excavaciones pÍanific~das,
hallazgos fortuitos y dÓnaciones.
Mirando el desierto fuera del valle, se puede comprender la importancia que tuvo el valle
para la presencia humana y la producción agrícola. Las diversas comunidades que habitaron
estos espacios y quienes se atrevieron a contactarse con ellos, se concentraron en las áreas
de Chacance (límite con el Loa medio), Quillagua y Ancachi. En estos espacios los catnpesinos
construyeron sistemas hidráulicos con canales y 1nelgas, logrando una producción importante
en la dieta alitnenticia de los lugareños, agregando aquellos frutos conseguidos con la
recolección (algarrobo, tamarugo y chañar).
La producción y concentración de alünento y agua en el curso inferior del Río Loa pennitió
8
el trueque e intercambio con comunidades de áreas aledañas. La interacción cultural e
intercambio de productos con recolectores pescadores de la costa, como también la instalación
(a veces permanente) de grupos de cmnpesinos en la banda sur de la desembocadura del río,
permitió un mayor desplazamiento de gtupos humanos y de sus diversos productos.
En las áreas del curso inferior del río encontramos evidencias de asentamientos locales con
influencias provenientes de las otras áreas del Norte Grande, e incluso, de áreas allende Los
Andes. Es así que, en la costa, se encuentran cerátnicas de tradición altiplánica como Taltape
y Yura (en Caleta Lautaro), que detnuestran la n1ovilidad de los grupos humanos, principalmente
gracias al tráfico caravanero por rutas bien definidas durante los períodos agroganaderos.
IO

Fald ín T4
Los geoglifos están asociados a estas rutas agricultura de altura, permitiéndoles
hasta el período Inka, así como a diversas diversificar su economía y su expansión natural
actividades de los caravaneros (lugares de hacia el Río Loa. En el curso superior y tnedio
señalización, ceremoniales y de descanso). del Río Loa, como en la hoya hidrográfica
Adetnás, hay que mencionar que los arrieros del Salar de Atacama, se desarrollaron también
de la ruta colonial prehispana
son los herederos de estos pasos utilizados
hasta el siglo XIX.
rr
Si aceptatnos la importancia del curso inferior
del Río Loa para el desarrollo cultural y
económico del Not1e Grande, tendremos que
mencionar lo siguiente:
En las quebradas tarapaqueñas, las
comunidades Tarapacá-Pica obtuvieron
buenos resultados en el trabajo agrícola.
Adctnás tuvieron un constante contacto con
cornunidades de tierras altas, aprendiendo de
sus nuevos conocimientos sobre ganadería y ~
diversas culturas agrarias, que recibieron en Tarapacá-Pica, Chiu-Chiu, Lasana, Turi y
períodos agroganaderos influencias culturales, San Pedro de Atacama y, por lo tanto, del
principalmente del sur de Bolivia y noroeste altiplano y allende Los Andes, incluyendo
de Argentina. la selva. Este abanico cultural es lo que
Los viajes a la costa con recuas de llamas distingue a las comunidades prehispanas del
podían realizarse siguiendo el curso del río, curso inferior del Río Loa a partir de
aunque también era posible cruzar el desierto Chacance, permitiendo una identidad cultural
para llegar a la costa sur de Antofagasta (área rica en tradición y creatividad, que se
1.2.
de Taltal). manifiesta en sus testimonios materiales.
~ .......
Con el tráfico caravanero, las dos vertientes
culturales, Tarapacá y Antofagasta, se
contactan en las áreas comprendidas entre
Chacance y Quillagua, produciéndose el
maravilloso y fructífero encuentro cultural
II;I.U."'~"-'~'-1.! d~l Norte Grande de Chile. Es por
I4

Cántaro, influencia Pi ca
Los primeros trabajos arqueológicos sistetnáticos en el curso inferior del Río Loa se realizaron
en la década del 30 del siglo pasado. Fue Ricardo Latcham (1938), quien con sus trabajos
en Quillagua y Ancachi, logró definir períodos, comenzando con el período Tiahuanaco
Epigonal (600-900 años d.C.).
En la década del 70, Miguel Cervellino y Francisco Téllez excavaron en Quillagua la aldea
conocida como "La Capilla". Una fecha radiocarbónica (710+70 años d.C), confirmó un
Si el tráfico caravanero fue importante para las áreas de Chacance y Quillagua, es necesario
agregar que las tnanifestaciones del arte rupestre se relacionan al tráfico caravanero, entre
éstas podemos distinguir: Pictografias (pinturas), petroglifos (dibujos en piedras y paredones)
y geoglifos (dibujos en los cerros).
Los principales pictoglifos están asociados a las rutas caravaneras del período colonial. En
La Angostura, junto a pinturas de can1élidos (color rojo), se han registrado dibujos pintados
con el mismo color, representando hutnanos tnontando anünales, cn1ces y la pintura de un
posible cetáceo.
I9
Los petroglifos tan1bién se encuentran preferenten1ente junto a las rutas, destacándose el
parque de petroglifos de Calartoco. Para su conservación estos petroglifos se han reunido
en un Museo de Sitio, con objeto de preservar este valioso patrimonio arqueológico localizado
junto a la ruta 5 y a 8 kilómetros al sur de Quillagua. Entre otras imágenes de este conjunto,
resaltan la de un humano sobre una balsa de cuero de lobo, otro con arco y flecha, junto a
figuras geométricas que seguratnente sünbolizan agua.
Pero, sin duda, son los geoglifos las representaciones rupestres más llamativas por la utilización
de grandes espacios con figuras que fonnan parte de la cosmovisión y de lo cotidiano en la
v ida de los caravaneros.
isten varios complejos o conjuntos de geoglifos. La distribución de ellos demuestra que
Petrogli fos Calartoco
el centro principal de encuentro suprarregional demuestra la itnportancia en el espacio y
era Quillagua, y que las rutas se pueden dividir, tiempo de esta ruta, que sirvió para unir
según los principales complejos de geoglifos Quillagua con el área de Calama, Chiu Chiu
y las evidencias de las diferentes rutas y Lasana, ¿fue el can1ino del Inka?.
relacionadas con ellos: En varios conjuntos del área de Chug Chug
a.-Hacia Tarapacá, siguiendo la ruta por . es posible observar geoglifos con figuras
...
sectores bajos de las quebradas. ,. <\1; ~ ·~ hurt1~nas, de recuas de llamas y ge01nétricas.
N o hay evidencias intennedias ent~~· F Se pt.,;ede postular que era la ruta tnás directa
quebradas tarapaqueñas y Quilla~a, lo 4¡Je ' lifUll pfiia Quillagua con las tierras de las
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permitiría postular la utilización de".(uta~ cotnunidades atacameñ.as del curso 1nedio y


~

directas hacia las quebradas del ~s~de superior del río Loa.
Tarapacá. En las áreas Maní y G11~acondo, Alternativa 2: Bordeando el Río Loa con dos
se presentan grandes figura-s, especialmente variantes. Estas rutas caravaneras seguían por
de seres humanos y geométric~ . · las laderas del río hacia la misma dirección
b.-Hacia el curso medio y superior del Río de la alternativa l. En la banda este se
encuentran varios pequeños conjuntos de
geoglifos, 1nientras que en la banda oeste se
encuentra el cotnplejo de geoglifos de
Pictoglifos La Angostura
2.I
La Encañada y otros menores.
c.-Hacia la costa con dos alternativas.
Alternativa 1: Se habrían utilizado las dos bandas del río hasta llegar al sector costero. Hay
evidencias de geoglifos junto al curso del río (altura de Calate), resaltando los diferentes
complejos de éstos en el ceiTo Espiral y en los cerros La Encañada (cercanos a Quillagua) .
Alternativa 2: Utilizando aguadas, se habría unido Quillagua con la costa norte de Tocopilla.
La ruta se evidencia por los geoglifos, principabnente aquellos que se encuentran en el ceiTo
Posada. Se caracterizan por los diferentes estilos; aquí se puede observar un conjunto de
figuras geotnétricas y otro con figuras hutnanas, camélidos y cruces cuadradas. Adetnás un
grupo se distingue por sus figuras con apariencia de espigas, y otro n1uestra cuatro in1ágenes
Pictogli fo La Angostura
hun1anas junto a una más de mayor tamaño.
También se encuentra un complejo importante en el ceno Los Balseros, que permite
relacionar Quillagua con la costa, pues se realizaron representaciones humanas con adornos
o diademas en la cabeza, así como personaj es sobre balsas de cuero de lobo.
Entre las figuras geotnétricas se destacan las proyecciones de la cruz cuadrada, que pcnniten
observar fi guras escaleradas, las cuales suelen encontrarse en otros complejos de geoglifos.

22
Pctroglifos Calartoco, Pág.22 Cazador, P ág .23 Balsero
2.6
Pritncras Agntpaciones
El curso inferior del Río Loa, nunca ha sido apto para la crianza de camélidos a
gran escala cotno la llamas y menos las alpacas. Eran espacios de tránsito que pennitían el
abastecimiento de agua, alimento para los caravaneros y pasto para sus animales.
Los prin1eros grupos que controlaron la producción de alimentos fueron agricultores con
una producción tnuy limitada, principahnente de tnafz, que permitió el desarrollo de
pequeñas cotnunidades las que cotnpletaban su dicta recolectando algarrobo, chañar y
tatnarugo.
2.7
Relacionado con el desarrollo agrícola y aldeano de Tarapacá (Ran1adita y Guatacondo I en
la quebrada de Guatacondo) y Caserones (quebrada de Tarapacá), así como con
la fase Alto Ramírez de Arica, en la costa norte de Antofagasta, se han registrado
varios yacünientos pertenecientes al mismo período, que denotan la iwportancifl.
adjudicada por los agricultores tempranos de las quebradas tarapaqupñas.~ los producto~

El arqueólogo Lautaro Núñez (1971), continuando los es


contexto los siguientes:
Caleta Huelén-43 , con una fecha
radiocarbónica aproximada de 450 años a.C.
En este sitio se han registrado artefactos para
insuflar narcóticos, de tradici.ó n altiplánica
relacionada con la selva.
Caleta Huelén-7 con una fecha de 80 años
a.C. y la presencia de cerámica negra y gris
2.8
pulida, junto a cerámica roja campaniforme
y botellifonne, que nos penniten deducir la
importancia temprana del área para el
encuentro e interacción de varias tradiciones,
una proveniente de tierras altas de
Antofagasta y otras provenientes de Tarapacá
y Arica.
Caleta Huelén-1 O, con una antigüedad de 50
años a. C. presenta cerámica con fonna de
calabaza que tiene cierto parecido con la
Detalle tubo ins ufl atorio, Sacrificador de Chacancc
cerámica de la fase Faldas del Morro de Arica.
Más al sur, la arqueóloga Cora Moragas (1982), ha excavado un cementerio de túmulos
en Cobija, que podría relacionarse con los de la desembocadura del Río Loa y Taltal
Es interesante que en La Poroma, cerca de Quillagua, se han registrado túmulos de
tatnaño a los antes tnencionados, recolectándose en la superficie cerámica negra pulida.(c.p.
C.Castellón). Además: Francisco Gallardo et al. (1991) y Carolina Agüero et al. (199
han dado a conocer sitios del formativo tetnprano y sitios del formativo tardío en
contextos conocidos cotno Alto Ramírez de Arica.
2.9
Estos antecedentes permiten asegurar la presencia de agricultores alrededor del año
800 a.C.
Pareciera que el material arqueológico de los pritneros agricultores del área de Chacanc
dataría del año 630 a.C., y el sitio San Martín correspondería a los primeros siglos de
nuestra era.
La cerámica es negra de grosor mayor a la negra pulida de San Pedro de Atacama.
La base plana de sus vasos hace pensar que es de data temprana y hace posible relacionarla
con la cerámica negra de Caserones; llaman la atención sus asas verticales.
La cestería es de excelente calidad con dibujos de líneas quebradas, que seguramente
representan agua, y simples figuras cuadriculadas, que forman la cruz cuadrada.
La cerámica negra pulida, es lo que
caracteriza el período medio
(contemporáneo con Tiahuanaco) en
San Pedro de Atacama con sus botellones
de rostros humanos.
En San Martín, cerro Chilecito (área de
Colupo), se han registrado fragmentos de
rostros similares a los de San Pedro de
Atacama; la diferencia está en la cocción,
pues éstos son de un color más bien café;
también se reconocen pequefias
estructuras o «sitios ceremoniales» con
restos de cuentas de malaquita y turquesa
más puntas líticas.
Cerámica Negra Pu lida, TS
Cerámica San Martín , Período Medio
Cesto, Periodo Temprano, Río San Salvador
34

Detall e de Pip8 , Snn Martín


Cuenta de malaquita, Tambo Huacate
La principal colección del Museo corresponde al sitio Chacance-1, cementerio excavado en
el año 1977 por Claudio Castellón y postcrionnente en 1979, por especialistas de la Universidad
del Norte, quienes ampliaron la excavación al sector habitaciona1 o Chacance-2.
Tres fechas por termo luminiscencia han dado los siguientes resultados para Chacance-1:
a.-Tumba-5: año 625 d. C.
b.-Tutnba-14: año 745 d.C.
c.-Tumba-1: afio 825 d.C.
Esto permite asegutar que entre los afios 600 y 850 vivieron cotnunidades agricolas en el
37
área de Chacance, fechas que se pueden proyectar hacia un pasado más lejano como
también a uno más cercano a nosotros.
a.-Tumba-5 (año 625), fue fechada en un ceramio de tradición atacameña, color rojo y de
. ,a.,.:~., horizontales. Otra fecha radiocarbónica de 930 tnás menos 30 años antes del presente
cercana .al año 1000 de lJiUestta era, permite pe11sar en el uso ceremonial de la tmnba, por
variedad de periodos que presenta el material arqueológico. Es la tumba que corresponde

. .,
Un fragtnento de cántaro registrado en esta cubriéndole los ojos, parecida a la
tumba se encontró en la Tumba-9. encontrada en el cuerpo deshidratado de la
Otro rasgo interesante es la presencia de Tuniba-9, pero, en este caso, la lana era roja.
faldines considerados tempranos, con n1otivos Hay que tnencionar que son los mistnos colores
algo similares a los encontrados en las empleados en las estatuillas de tnadera.
Tutnbas 4 y 9. b.-Tumba-14 (año 745), fecha obtenida de un
Sobre el entierro del "shamán" se encontró ceran1io tipo Charcollo. En el sitio tarapaqueño
un niño 1notnificado, con venda de lana verde Pica-8 (cementerio), la cerán1ica
38
Charcollo se encuentra junto a contextos
considerados tardíos.
Sin embargo, la data del ceratnio encontrado
en la hunba non1brada puede ser de fines del
período tnedio.
Aden1ás, la cerátnica Charcollo se asocia, en
diversos sitios tarapaqueños, a la típica
cerátnica piqueña, con estriaciones y leve baño
rojo; con1o tan1bién, a cerámica Chiza
modelada y Dupont.
Cerámica Chacance 2
La cerán1ica Dupont se encuentra
adetnás en la costa ,en toda la hoya
hidrográfica del Río Loa y del Salar de
Atacama en períodos más tardíos.
La cerán1ica Charcollo es tnás significativa
en el área de Lasana y desaparece
el tardío .
...Tumba-1 (año 825), fecha obtenida
39
cerámica tipo Ayquina. En el contexto de
~J;~~sta tumba se han registrado cerátnicas y
.......a ...,....,,u de tradición piqueña, junto a cesto

dibujo de diez can1élidos y un arriero y,


· calabaza piro grabada de la 1nisn1a
.......".""'ión, que denotan la importante
presencia del comienzo del período
tardío del área.

Ceramio tipo Ayquina, influencia San Pedro de Atacama, Tl


La exposición del Museo se c01npletnenta con material arqueológico de las otras tumbas:
Tumba-4, denominada "mujer de maíz», pues en vez del tronco de la mujer,
se encontraron en su reemplazo tnazorcas de tnaíz. La Tutnba-6 es un cráneo trofeo.
Las otras tumbas están representadas con piezas que se pueden considerar tardías
(cerámica Dupont y textiles de tradición tarapaquei1a), las cuales se complementan con
n1aterial rescatado en las proximidades de los puntos en que se extrae agua del río:
Bomba Coy a Sur, Bon1ba Miscanti (cerca de la Oficina Vergara) y
Botnba de María Elena.
En depósito se conserva un valioso material arqueológico producto de excavaciones
recientes, proveniente principalmente de Chacance, que espera ser estudiado y tratado
para ponerlo en uso público como tetna privilegiado de futuras acciones de investigación,
presentación museográfica y extensión.

Patricio Núñez Henríquez


Arqueólogo
Instituto de investigaciones Antropológicas
Universidad de Antc?laga!Sta

Sombrero, Tumba del Shamán, T5


Arte Rupestre: Dibujos en bloques de piedra, paredes rocosas y cerros.
Camélidos: Se refiere a camélidos sudamericanos, grupo de mamíferos al que pertenecen cuatro especies: Guanaco y
vicuña (s il vestres), alpaca y llama (domesticados).
Falllín o Faldellín: Prenda de vestir a manera de taparrabo o pequeña falda.
Fechado Ratliocarbono-14: Todo organismo vivo tiene carbono- 14, que al morir comienza a perderse paulatina y
matemáticamente. En un laboratorio especializado se puede medir el contenido de C- J 4 y obtener el número de afios
transcurridos desde la muerte del organismo.
Fechado por Termoluminiscencia: Por calentamiento de una muestra de arcilla cocida (especialmente cerámica) en un
laboratorio especial izado, se logra calcular la edad del objeto por su radiación ultravioleta.
Shamán o Cluunán: Personaj e que realizaba oficio::; mágico-rcli~iosos. a quien se le reconocían poderes sobrenaturales.
Era un sabio que conocía de medicina y otras ciencias.
Tialtuanaco, Tiwana'ku: Cultura agro ganadora del altiplano boliviano. Su ~entro principal estaba junto al lago Ti ti caca.
Periodos Agroganaderos:
Periodo Temprano: entre los años 800 a.C. al250 d.C.
Periodo Medio: del año 250 al 900 d.C.
Período Tardío: desde el año 900 al1450 d. C.
Biblia
AGÜERO, Carolina et al. Nuevos sitios para la ocupación (Cobija), JI Región. Chungará 9: .152- 173. Universidad
temprana de l valle de Quillagua. Boletín Sociedad Chilena deTarapacá. Arica, Chil e. 1982.
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AGÜERO, Catalina. Indicadores textiles de grupos humanos de la desembocadura del Río Loa en el norte de
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Arqueología. Universidad de Antofagasta. Chile. 1971.
Antofagasta, Chile. 1996. NUÑEZ, Lautaro. Geoglifos y tráfico de caravanas en el
CASTELLON, Claudio. Diversos apuntes, manuscritos e desierto Chil eno. En: Homenaje al Dr. Gustavo Le Paige
informes de investi gac ión. S.J.: 147-202. Universidad del Norte. Antofagasta,
50 GALLARDO, Francisco et al. Una aptoximación a la Chile. '1979.
cronol ogía y el asentamiento en el oasis de Quillagua (Río
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Sociedad Chilena de Arqueología. Temuco, Chile.l99 1.
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LATCHAM, Ricardo E. Arqueología de la región atacameña.
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MORAGAS, Cera. Túmulos funeratios de la costa de Toco pi lla

Calabaza pirograbada, TI
li
I

SI
T9

37

49

so

Cencerro
Producción Ejecutiva: Rodrigo Barrios Pérez
Edición: Branko Marinov Marti nic
Texto: Patricio N úñcz ll cnríqucz
Diseño Gráfico y Diagramac ión: Mil ka Ma rinov Vlahov ic
Fotografía: Mil ka Mari nov Vlahovic, excepto
Páginas 24,25, 34, 35, 43: Claudi o Caslcll ón Ga ti ca
Pág ina 36 : Ri ca rdo Roj as Romero

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