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INFLUENCIA DE LOS AGROQUÍMICOS EN LA SALUD DE LAS PERSONAS

Los diferentes estudios realizados a lo largo del planeta, dan cuenta de la influencia negativa
que los agroquímicos tienen sobre la salud de las personas, en especial de los niños, en cuanto
a que vinculan la exposición de estos agroquímicos a la aparición, no solo de problemas de
aprendizaje ni de comportamiento, sino incluso de cáncer.

Según los estudios realizados por la Pesticide Action Network(PAN) los niños que viven en las
comunidades agrícolas y sus alrededores están más expuestos a una doble dosis de dichos
pesticidas ya que reciben de manera directa estos agrotóxicos, ya sea de manera directa, al
momento que son aplicados sobre los campos o de manera indirecta cuando sus residuos entran
en contacto con ellos a través de sus ropas, o las de sus familiares que han estado expuestos al
contacto con dichas sustancias, y este informe va mucho más allá, indicando incluso que, los
niños y niñas de las regiones rurales, al atravesar presiones económicas y sociales son más
vulnerables haciendo que estos efectos adversos se potencialicen mucho más.

Pero estos efectos nocivos dan cuenta no solo de problemas de salud de los niños por
intoxicación por químicos, sino y lo más preocupante, evidencia la aparición de cánceres
infantiles, especialmente la leucemia y tumores cerebrales, así como el impacto adverso en el
desarrollo neurológico y la aparición de discapacidades, déficit de atención, desorden del
espectro autista entre otros.

Según el Centro para el Control y Prevención de enfermedades (CDC) 10 de cada 15 niños


nacidos en los Estados Unidos presenta algún tipo de transtorno de desarrollo neuroconductual,
pero sin embargo este número podría elevarse dado que muchos niños pueden estar
presentando estos problemas pero no han podido ser diagnosticados por diferentes causas.

Según el Profesor Bruce Lanphear, docente de la Universidad Simón Fraser de Ciencias de la


Salud dice que en los últimos cinco años no solo los estudios muestran esta correlación entre los
agrotóxicos y la salud de los niños y niñas, sino que las pruebas y análisis de metales realizados
a los niños muestran estas conexiones, dando evidencias de responsabilidad y posibilitando a
buscar alternativas y caminos de solución, la evidencia de esta correlación, permitirá entonces
tomar decisiones en materia de salud pública.

El profesor Robin Whyatt de la Universidad de Columbia, sostiene que la exposición a los


plaguicidad organofosforados durante el embarazo puede afectar el desarrollo cerebral del
neonato, esto lo corrobora también el denominado estudio realizado a 600 niños de Salinas
Valley en California, denominado Estudio CHAMACOS y que estudió la influencia de los
pesticidas y la exposición al medio ambiente en la salud de los niños, desde el año 1999 y que
ha encontrado pruebas de como dicha exposición contribuye a una disminución de la función
pulmonar, un menor coeficiente intelectual, la reducción de habilidades cognitivas, aumento de
problemas de atención, y en los bebes unos reflejos musculares más pobres.

Estas conexiones entre la exposición a los plaguicidas y los problemas que presentan los niños
se han evidenciado también en estudios de la capacidad de aprendizaje y el comportamiento de
los niños, así como en estudios de laboratorio y hasta con escáneres cerebrales.

La exposición a los pesticidas en la escuela es uno de los factores más importantes para los niños
en las comunidades agrícolas, en el informe del Departamento de Salud Pública de California se
señala que, más de 500.000 niños asisten a escuelas que se encuentran ubicadas a un cuarto de
milla de un campo que está siendo tratado con pesticidas, considerando esto como “un
problema de salud pública”

En California se está redactando una normativa estatal que restrinja el uso de pesticidas
peligrosos cerca de las escuelas, algunos condados agrícolas ya poseen algunas normas al
respecto que limitan la sincronización entre las horas de estadía de los niños a la escuela y la
fumigación sobre los campos y la ubicación de los campos que utilicen estos pesticidas, sin
embargo los últimos estudios realizados y el monitoreo del aire en estas localidades sugieren
que esas normas no son suficientes para la adecuada protección, ya que muchos pesticidas
persisten en el ambiente por muchos días.

A todo esto se suma también la pobreza, de hecho los profesionales de la salud en los Estados
Unidos la considera un problema de Salud Pública, ya que el estrés y el déficit nutricional que a
menudo acompaña a la pobreza aumenta la susceptibilidad de los niños a las enfermedades y a
la contaminación ambiental y la falta de acceso a servicios de salud en el área rural incrementa
estos riesgos.

Como dice Lanphear, toda esta evidencia es suficiente para reducir la exposición a los
agrotóxicos y principalmente encontrar alternativas de solución.

Una de estas soluciones es también que los consumidores compren más alimentos orgánicos
certificados, así como los tratados con pocos pesticidas sintéticos e incluir en los servicios de
alimentación que prestan las instituciones públicas, una porción sustancial de alimentos
orgánicos y libres de pesticidas en sus programas de comida.

CONCLUSIONES

1.- Importancia del caso frente a la comprensión teórica de la determinación social de la salud
de los niños en general; lecciones sobre aspectos que hay que incluir en una reflexión sobre el
desarrollo infantil.

Este tema nos permite reflexionar sobre la necesidad de ver a la salud de nuestros niños y niñas
como un problema social, ya que evidentemente, los problemas de salud están incidiendo
negativamente en el desarrollo adecuado de los infantes.

Todos los riesgos a los que nuestros niños y niñas están expuestos día a día, la contaminación,
la exposición a sustancias peligrosas como el caso de los pesticidas y la falta de una buena
alimentación se exacerba con la falta de un buen servicio de salud pública que de alguna manera
minimice los riesgos y responda a las necesidades de los niños y niñas en el tema de la salud.

Además de que, entender la enfermedad, su magnitud y sus variables, nos permite también
entender la estructura y el funcionamiento de los grupos sociales y encontrar los determinantes
biológicos y físicos que nos permita encontrar opciones terapéuticas. Al intentar explicar la
relación entre la salud y los determinantes sociales se escogen generalmente las siguientes
variables: clase social, género, raza y etnia y ubicación territorial o áreas geográficas. Las
diferencias entre clases sociales también pueden encontrarse en los estilos de vida individuales
(alimentación, deporte), en el entorno ambiental (vivienda, contaminación, trabajo) y en los
recursos económicos (distribución de la riqueza).

Siendo así, la relación entre las desigualdades socioeconómicas y el proceso salud y enfermedad
han sido ampliamente demostradas, la medicina social propone la integración del la integralidad
del sujeto en relación a su realidad, a sus contextos significativos, a su cultura, a su salud-
enfermedad, a su ubicación en el proceso productivo y en las relaciones de producción
capitalista y a su condición de dominador o subordinado, superando el enfoque hegemónico de
la salud pública y de la epidemiología tradicional, concentrado en la construcción de modelos
causales, con el fin de transformar las condiciones de vida de la población especialmente de los
sectores oprimidos. González R. “La Medicina Social ante el reporte de la Comisión
sobre determinantes sociales de la salud, Organización Mundial de la Salud”. Medicina
Social 2009; 4(3): 136.

A partir de la idea de Campo de Salud, el concepto de determinantes sociales se desarrolla en la


perspectiva de la existencia de varios componentes en la explicación de los procesos de salud
enfermedad. La multifactorialidad, que incluye lo social en lo medioambiental como uno más de
los factores en acción, servirá de base para la propuesta de la Comisión sobre Determinantes
Sociales de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que, como veremos, no
asume procesos estructurales dinámicos, complejos ni multidimensionales de carácter
biológico, histórico y social, como sí lo hace la propuesta de determinación social de la Medicina
Social y la Salud Colectiva Latinoamericanas. Breilh Jaime. La Determinación Social de la salud
“Una Perspectiva Emancipadora de la Investigación y Acción, Basada en la Determinación Social
de la Salud”. Ponencia, Taller Latinoamericano de Determinantes Sociales de la Salud, 29 de
septiembre al 2 de octubre, México D.F: ALAMES: 2008.

2.- Cuáles son los procesos críticos de vida de los niños de zonas rurales en relación con la
determinación social del Cáncer

Los niños no solo están expuestos a intoxicaciones involuntarias por exposición a los
agroquímicos, sino también de manera indirecta o por exposición pasiva, en donde el grupo de
mayor riesgo son los menores de 6 años de edad.

Los niños y niñas, mantienen un mayor contacto con la naturaleza a través del juego, y la
actividad “mano-boca” los predispone a un mayor riesgo, riesgo que se acrecienta por la falta
de costumbre de lavarse las manos, están más expuestos a los residuos de estos químicos que
quedan en el suelo, en el aire, el agua y hasta los residuos que pueden depositarse sobre
muebles e inclusos sus juguetes.

Si tomamos en cuenta su masa corporal es mucho menor que el de un adulto por lo que tienen
una superficie dérmica de absorción 2,7 veces mayor que la de los adultos, acrecentándose esto
en las actividades como el gateo que los exponen mucho más a las superficies.

En cuanto a la alimentación de los niños, estos consumen más cantidad de futas y vegetales, con
mayor exposición a los agroquímicos en ellos, beben más líquido, comen más comida y respiran
más aire en relación a su masa corporal que los adultos. Esto implica mayor absorción neta de
residuos tóxicos frente a una misma fuente de exposición.

Por último, el crecimiento cerebral y las migraciones neuronales tienen su mayor desarrollo en
las primeras etapas de la vida. La mielinización cerebral no está completa hasta los dos años. La
barrera hematoencefálica de los niños tiene mayor permeabilidad e inmadurez, permitiendo la
acumulación de residuos tóxicos a nivel central. La exposición a pesticidas en estas etapas de
rápido crecimiento e inmadurez, puede alterar etapas o procesos esenciales del desarrollo.

En cuanto a la etapa intrauterina, la exposición materna implica una exposición fetal, se ha


demostrado por ejemplo que, la placenta humana madura es permeable al glifosato. La
exposición de las mujeres embarazadas, aún a bajas dosis de pesticidas del ambiente,
especialmente en el período crítico de gestación (2 a 8 semanas), implica riesgo alto de efectos
tóxicos neurológicos fetales.

La principal preocupación consiste en que se trata de exposiciones sutiles e indirectas, con nula
o mínima manifestación clínica para la madre, y con alto impacto en el desarrollo fetal. Y hasta
por la absorción de la leche materna ya que la mayoría de los agroquímicos tienen alta
liposolubilidad y tiende a acumularse en la leche materna por su alto contenido de grasas.

En muchos casos esta absorción es por vía respiratoria cuando la dispersión del agrotóxico es
por vía aérea, como en el caso de avionetas.

3.- Qué tipos de cáncer se han observado en los niños del campo y cuál es el motivo.

Los tipos de cáncer más comunes ntre los niños y adolescentes (de 0 a 19 años de edad) son
las leucemias, tumores del cerebro y del sistema nervioso central y los linfomas, sarcomas de
tejido blando (de los cuales la mitad son rabdomiosarcomas), neuroblastomas y tumores de
riñón, cáncer gonadal (testicular y ovárico), tumores de células germinales, cáncer de tiroides y
melanoma.

Los motivos más frecuentes son las mutaciones heredadas relacionadas con algunos síndromes
familiares y las mutaciones genéticas que hacen que se inicie el cáncer pueden surgir también
durante la formación del feto en el útero. Estas mutaciones génicas son a menudo el resultado
de la exposición a factores ambientales que causan cáncer. Algunos tipos de leucemia de la niñez
se han asociado con la exposición a ciertos plaguicidas usados en el hogar o en el campo, o
incluso transportado por los padres desde sus sitios de trabajo en la ropa, en la piel o en los
objetos, con productos químicos orgánicos que se usan en algunos productos; y con la
contaminación del aire exterior. Los estudios de tumores cerebrales infantiles han indicado
asociaciones posibles con exposiciones a insecticidas y el consumo materno de alimentos
contaminados.

Las poblaciones cercanas a tierras fumigadas fueron las primeras en denunciar el aumento
desproporcionado de la incidencia de diferentes tipos de cánceres tanto en niños como en
adultos, una importante revisión de la revista “Canadian Family Physician” (32)- describió
asociación positiva entre la exposición a pesticidas y el cáncer, especialmente para Linfoma No
Hodgkin, Leucemias, y tumores sólidos (principalmente tumores cerebrales, cáncer de próstata
y de riñón).

En dicha revisión se observó asociación entre Linfoma no Hodgkin pediátrico y aquellos niños
con exposición posnatal directa; cuyos padres presentaban exposición ocupacional, y/o en cuyas
casas el uso de pesticidas era habitual.

Esta asociación fue directamente relacionada con la dosis. En niños con exposición directa o
expuesta prenatalmente se encontró alto índice de diferentes tipos de leucemias.

Es importante destacar la observación de que el período más crucial para el desarrollo tardío de
leucemia fue la exposición prenatal. En cuanto a los tumores sólidos, se observó asociación
positiva de cáncer en los niños cuyos padres tenían exposición laboral a pesticidas,
especialmente en tumores neuroepiteliales no astrocíticos de cerebro, y cáncer renal (32)-. Esta
relación entre la patología en hijos de padres expuestos a agroquímicos había sido descripta ya
en el 2004, particularmente en relación a la falta de uso de los guantes de protección en las
fumigaciones. Es decir, que se trataría de una exposición pediátrica indirecta.
4.- Que aporta ese estudio para la reflexión sobre políticas y programas de prevención.

El estudio y revisión sistemática de las repercusiones de la salud y el desarrollo neurológico de


la niñez por la exposición a plaguicidas, nos permite dimensionar todos los problemas que esta
exposición en los periodos prenatales y de infancia traen como consecuencia.

Este análisis nos permite evidenciar la necesidad de vigilar y reducir al mínimo la exposición de
todas las fuentes posibles a los pesticidas de las mujeres embarazadas y los niños, incluyendo la
dietética, el aire ambiental, el aire libre, el agua, y las exposiciones de uso doméstico y de
granja/campo.

Es importante, y más en el área rural mantener un adecuado control preconcepcional y prenatal


y lograr reducir la exposición a los pesticidas que permita reducir las alteraciones en el
nacimiento, problemas del desarrollo neurológico y el cáncer infantil, todos asociados con la
exposición a pesticidas prenatal.

La anamnesis debe centrarse en las exposiciones ocupacionales y las de uso doméstico de


pesticidas durante el embarazo y la primera infancia.

Informar a los padres para minimizar la exposición de los niños mayores al reducir el uso de y
pesticidas domésticos, del hogar y del jardín pero sobre todo la no exposición a sustancias
pesticidas utilizadas en las labores del campo y alertar a los padres de los riesgos de exposición
para ocupacional (es decir, llevar a casa) y los beneficios protectores de usar el equipo de
protección personal para quienes tienen exposición ocupacional inevitable.

Posibilitar una educación comunitaria y de acciones en circunstancias en las que los niños son
innecesariamente expuestos a los pesticidas. Lograr las prohibiciones en materia de pesticidas
con efectos de alto impacto sobre la salud, lo que permitirá minimizar los riesgos sobre la salud
de los niños y reducir la frecuencia de detección en ellos y en el medio ambiente.

Es muy importante que el estado se haga cargo de este tema, para que cambien así las políticas
públicas, ya que en el Ecuador, la utilización de plaguicidas altamente peligrosos es preocupante.
El fomento cada vez mayor de su uso, los graves impactos en la salud humana y de la naturaleza,
la forma y el modo de fumigar, la falta de información, el poco control, la sobredosificación, el
almacenamiento y la disposición final de los desechos, son entre otras, preocupaciones que
deben ser tomadas en cuenta para cambiar la realidad de nuestro país en cuanto a la presencia
de enfermedades asociadas a la exposición de estas sustancias en los niños.

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