Cuando aplicamos un esfuerzo de cizalla a un sólido éste se deforma un cierto ángulo. Si
aplicamos el mismo esfuerzo a un fluido en reposo, por definición, no podrá soportar un esfuerzo de cizalla, se deformará un ángulo que aumentará indefinidamente con el tiempo y fluirá. De ahí que en el caso de los fluidos la magnitud relevante no sea el ángulo de deformación sino la velocidad de deformación en cizalla. Imaginemos un fluido en contacto con una superficie sólida que ejerce sobre él un esfuerzo de cizalla en la dirección x. El movimiento del fluido (en dicha dirección) será tal que las partículas en contacto con la superficie sólida tendrán su misma velocidad, mientras que las más alejadas tendrán velocidades menores. Si denotamos como y la dirección perpendicular a la superficie, la velocidad del fluido en la dirección x varía con la distancia y de acuerdo con la expresión:
Donde μ es la viscosidad. La viscosidad es, por tanto, la constante de proporcionalidad
entre el esfuerzo de cizalla y la variación de la velocidad en la dirección transversal al movimiento. A esta viscosidad se le denomina viscosidad absoluta o dinámica (nosotros nos referiremos a ella simplemente como viscosidad). Sus unidades en el SI son Pa.s (o kgm-1s-1). Con frecuencia se emplea para la viscosidad la unidad del sistema cegesimal poise (P), debido a la casualidad de que la viscosidad del agua a 20 ºC es aproximadamente 1 centipoise. 1 P = 1 g cm-1 s-1 = 0.1 Pa s. Como veremos en el tema dedicado a la viscosidad en algunas expresiones nos aparece la viscosidad dividida por la densidad. Es útil por tanto definir viscosidad cinemática, υ, como el cociente entre la viscosidad dinámica y la densidad. Las unidades en el SI de la viscosidad cinemática son m2/s. En el tema 9 nos ocuparemos de la dinámica de fluidos viscosos, aquí vamos a hablar brevemente de las causas de la viscosidad y de su dependencia con la temperatura y la presión. Consideremos primero la viscosidad de los gases y después la de los líquidos. Sea vx la velocidad del gas a una distancia y de la superficie sólida, vx + δx la velocidad a una distancia y+ δy .Como las moléculas del gas son prácticamente libres, habrá un intercambio continuo de moléculas entre las capas adyacentes que se mueven a distintas velocidades. Las moléculas que pasen a una capa de menor velocidad ejercerán una fuerza aceleradora, mientras que las que pasen a una capa de velocidad menor ejercerán una fuerza de arrastre. Supongamos que la masa que intercambian las capas vecinas por unidad de tiempo es inversamente proporcional a la distancia y directamente proporcional al área: dm/dt = μA/δy (5.5) Donde μ es una constante de proporcionalidad, que demostraremos después como igual a la viscosidad. La fuerza F que ejerce una capa sobre otra la podemos expresar como la cantidad de movimiento lineal intercambiada por unidad de tiempo (segunda ley de Newton). Con lo que nos queda,
Dado que en los gases el intercambio molecular aumenta con la temperatura su
viscosidad aumenta con la temperatura. Por otro lado, la presión prácticamente no afecta a la viscosidad de los gases. Veamos ahora el caso de los líquidos. El intercambio molecular también es causa de viscosidad en los líquidos, pero en este caso el papel dominante lo juegan las fuerzas de cohesión intermoleculares. Dado que estas fuerzas disminuyen al aumentar la temperatura, la viscosidad de los líquidos disminuye al aumentar la temperatura. Las altas presiones también afectan a la viscosidad. Dado que en un líquido sometido a alta presión el movimiento relativo se dificulta, la viscosidad aumenta. En el caso del agua necesita un aumento de presión de 1000 atm para duplicar su viscosidad.