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OJO ROJO

Se entiende por <<ojo rojo>> el conjunto de entidades


clínicas que se caracterizan por la presencia de una
hiperemia (enrojecimiento) conjuntival que puede
afectar en parte o a la totalidad de la región anterior
(superficie ocular y segmento anterior) del globo
ocular. Los cuadros clínicos que se asocian con el ojo
rojo constituyen el apartado patológico más frecuente
en la práctica oftalmológica diaria y el principal motivo de la urgencia en el ámbito hospitalario
y de la atención primaria.

Para evaluar correctamente un ojo rojo deben realizarse una correcta anamnesis, investigarse
todos los síntomas asociados y realizar una exploración sistemática cuyos objetivos principales
son:

A. Proporcionar ciertos criterios diagnósticos que permitan identificar sus categorías


clínicas
B. Establecer pautas iniciales de actuación para la introducción de las primeras medidas
terapéuticas
C. Identificar aquellos procesos oculares que precisan una valoración oftalmológica más
detallada de acuerdo con su gravedad.

Es posible asociarlo con diversos síntomas, como:

 Irritación

 Dolor

 Picazón

 Sequedad

 Ardor

 Secreción

 Ojos acuosos
 Sensibilidad a la luz

 Visión borrosa

En algunos casos, los ojos rojos quizás no presenten síntomas, con excepción del
enrojecimiento.

ANAMNESIS DIRIGIDA EN CASOS DE OJOS ROJOS


Sintomatología local y sistémica
Tiempo de evolución y repeticiones de cuadros similares?
Dolor o molestias?
Secreción o lagrimeo?
Fotofobia?
Síntomas generales?
Agudeza visual
Disminución de la agudeza visual?
Unilateral o bilateral?
Alteraciones del campo visual o de la percepción manchas, luces, sombras?
Tratamientos previos
Gotas oculares utilizadas anteriormente?
Alergias a medicamentos o agentes exógenos?

CAUSA DEL OJO ROJO

El ojo rojo es causado por la dilatación de los vasos sanguíneos en el ojo, que pueden ser de
los vasos superficiales, profundos o una combinación de ambas y que afectan al segmento
anterior del ojo, lo que provoca que la superficie ocular luzca roja o inyectada de sangre.

La mayoría de pacientes que presentan ojo rojo sólo tienen una inflamación leve en la
superficie ocular, que puede deberse a distintas patologías. Las más frecuentes son las
conjuntivitis, pero también el síndrome de ojo seco y las alteraciones relacionadas con el uso
de lentes de contacto.

- Conjuntivitis

La conjuntivitis es una irritación o inflamación de la conjuntiva que cubre la parte blanca del
globo ocular. Puede ser ocasionada por alergias o una infección bacteriana o viral. La
conjuntivitis puede ser extremadamente contagiosa y se transmite por el contacto con las
secreciones oculares de una persona infectada.
- Ojo seco.

Algunos casos de ojo rojo se deben a la sequedad ocular. Consiste en un conjunto de síntomas
y molestias debidos a una mala lubricación de la superficie del ojo, ya sea porque el ojo produce
poca lágrima, o porque la lágrima es inestable y de mala calidad, con lo que se evapora
rápidamente y acaba produciendo sequedad.

- Mal uso de las lentes de contacto.

El mal uso de lentes de contacto es una causa frecuente de ojo rojo. Puede deberse al uso
abusivo al llevarlas demasiado tiempo, dormir con las lentes puestas, tener una higiene
inadecuada también por bañarse con las lentes de contacto en mar o piscina.

OJO ROJO Y SECRECIÓN/ DESCARGA

Tipos de secreción/descarga ocular

El lagrimeo es un estímulo reflejo que se desencadena cuando existe cualquier molestia en la


superficie ocular. Por tanto, cualquiera causa de ojo causará, al menos, una descarga acuosa o
serosa.

Cuando hay una inflamación en la conjuntiva, la secreción resultante es más mucoide o


mucinosa (coloración blanca o transparente pero más viscosa/ filante respecto a la lagrima por
un elevado contenido proteico). Si se produce sobreinfección, la coloración pasa a ser amarilla
o incluso amarilla- verdosa. En casos en los que la secreción mucopurulenta es tan densa y
espesa se llega a pegar a la misma mucosa conjuntival pasando a ser una secreción membranosa
o seudomembranosa (se considera membranosa cunado la adherencia provoca sangrado al tirar
de ella). En algunos casos la secreción se mezcla con sangre y se convierte en una secreción
hemorrágica.

CONSIDERACIONES TERAPÉUTICAS (MANEJO) SEGÚN EL TIPO DE


SECRECIÓN

La conjuntivitis por lo general son autolimitadas y no se realizan pruebas diagnósticas para


diferenciar el germen causante cunado son infecciosas. Se prescribe un tratamiento tópico con
antibióticos de forma empírica. Son de ayuda de lavados con suero fisiológico y tomar medidas
para evitar el contagio. En caso de historia alérgica y si la secreción no es purulenta se aplican
fármacos anthistamicos y/o estabilizadores de los mastocitos de forma tópica.
Deberían remitirse el oftalmólogo para pruebas diagnósticas complementarias los pacientes
con conjuntivitis que no se resuelven en 2 semanas, o que son recurrentes a pesar del
tratamiento o cuando aparecen signos de gravedad (perdida de agudeza visual, dolor
importante) o cuando hay antecedentes de cirugía oftalmológica.

OJO ROJO Y DOLOR

La presencia de un ojo rojo doloroso asociado con la disminución de la agudeza visual suele
indicar la existencia de una patología ocular grave.

Para una correcta interpretación del dolor ocular asociado con una hiperemia conjuntiva no
se necesita tener en cuenta diferentes aspectos como la subjetividad la variación y la intensidad
del dolor ganando especial atención la investigación etiológica de la alteración o alteraciones
que lo originan por ejemplo los párpados la córnea el tracto uveal se encuentran ricamente
inervados por ramas del nervio oftálmico motivo por el cual la mayor parte de la hiperemia
oculares asociadas con dolor tienen como origen dichas estructuras

TIPOS DE DOLOR

Cómo clasificación inicial podría considerarse los casos leves (sensación de cuerpo extraño y
con escozor irritación) los casos moderados tenemos dolor ocular empezó localizado y los
casos graves dolor ocular intenso agudo asociado con dolor en el periocular y craneal. Todos
ellos pueden tener duración variable con irradiación en los en las regiones gran vecino en
muchas ocasiones los casos de dolor ocular grave suelen impedir o discapacitado al paciente
en sus tareas y rutinas habituales.

CONSIDERACIONES DIAGNÓSTICAS SEGÚN EL TIPO DE DOLOR

De una manera general los casos de hiperemia ocular asociada con la sensación de irritación
indican frecuentemente episodios de conjuntivitis síndrome de disfunción lagrimal, ojo seco,
blefaritis, pingueculas, pterigión, orzuelo, chalazión, epiescleritis y pequeños cuerpos extraños
conjuntivales y cordiales.

Episodios de escozor y picor suelen indicar afecciones de tipo alérgico y pueden ser
frecuente en niños el dolor ocular de tipo agudo principalmente el que se inicia tras un episodio
de traumatismo pueden indicar la presencia de un cuerpo extraño o una abrasión corneal.
El dolor ocular que se agrava por iluminación intensa y se acompaña de fotofobia
Generalmente orienta hacia la presencia de una uveítis anterior o iritis con presencia de señales
de inflamación en la cámara anterior (células y flare).

El dolor ocular sordo y persistente asociado con una hiperemia ocular localizada o sectorial
es característico de los episodios de escleritis. Epiescleritis suelen cursar con cuadro clínico
similar pero el dolor ocular es menos intenso en el otro grupo de dolor ocular y se encuentran
más queratitis y usadas infecciosas las uveítis la endocarditis la celulitis orbitaria y el glaucoma
agudo de ángulo cerrado.

Los pacientes que refieren traumatismos oculares con cuerpo extraño o erosiones corneales
presentan dolor ocular inmediato y habitualmente intenso. Los episodios de hiperemia
conjuntival con dolor ocular discreta irritación y sensación de cuerpo extraño que va en
aumento con el paso del tiempo suelen indicar la progresión de una conjuntivitis viral o
bacteriana sobre todo el proceso se asocia con el aumento de la secreción conjuntival.

OJO ROJO Y DISMINUCIÓN DE LA VISIÓN

En algunos casos los pacientes que acuden a la consulta con un ojo rojo presente de forma una
disminución de la agudeza visual en estos casos deben sospecharse una afección en el segmento
posterior en función del tipo e historia de la disminución de la agudeza visual. Esta situación
deberá considerarse fundamentalmente en aquellos casos en que se los objetiven signos de
uveítis anterior y que el paciente presente ya sea un escotoma central o periférico.

Cuando en el ojo rojo se asocia la disminución de la visión deben descartarse patologías


graves y del segmento posterior el paciente debe ser explorado por un oftalmólogo.

CLASIFICACIÓN

La hiperemia ocular puede ser clasificada en cuatro tipos que orientan hacia la posible etiología
e indica la gravedad de la afectación:

 La hiperemia conjuntival se presenta con el ingurgitamiento de los vasos


conjuntivales superficiales, habitualmente con mayor intensidad en los fondos de
saco (fórnix) y región tarsal. Tiende disminuir en las proximidades de la región
límbica (limbo corneal). La red de vasos dilatados se desplaza con los movimientos
de la conjuntiva y la aplicación de gotas vasoconstrictoras (fenilefrina) suele
disminuir o suprimir la hiperemia por un corto espacio de tiempo. Este tipo
hiperemia generalmente indica patologías de la conjuntiva o párpados.
 La hiperemia periquerática (inyección ciliar) aparece predominantemente en la
región del limbo corneal y forma un anillo de enrojecimiento alrededor de la córnea.
La instalación tópica de un vasoconstrictor no disminuye la hiperemia y los vasos
afectados no suelen desplazarse con la movilización conjuntival. Indican la
presencia de una patología ocular más grave que puede afectar a la córnea o al
segmento anterior (cámara anterior, iris y cuerpo ciliar).
 En la hiperemia mixta se produce una afectación tanto de la red vascular superficial
como de la profunda. Este tipo de inyección mixta es característica del glaucoma
agudo de ángulo cerrado, en el que se observa un aumento súbito e importante de la
región intraocular asociada con un dolor intenso. El uso de gotas vasoconstrictoras
sólo atenúa la hiperemia conjuntival relacionada con la red vascular superficial y
persiste la vasodilatación profunda.
 Las equimosis y las hemorragias (hiposfagma) conjuntivales son colecciones
hemáticas pero que no revisten gravedad para la integridad del globo ocular. Se
originan mayoritariamente por la rotura de capilares conjuntivales y se reabsorben y
desaparecen en un período relativamente corto de tiempo.

EXAMEN OCULAR EN UN PACIENTE CON OJO ROJO

El examen biomicroscópico mediante la utilización de lámpara de hendidura debe realizarse


siempre que sea posible. Frente a un paciente que consulta por ojo rojo, existen elementos
fundamentales en la historia clínica y examen que deben ser evaluados.

Anamnesis. Debe especificar el tiempo de duración del ojo rojo y su evolución, así como los
síntomas asociados (ardor, lagrimeo, fotofobia, secreción, etc).

Agudeza visual. Debe ser siempre evaluada. Un paciente con ojo rojo asociado a disminución
de la agudeza visual debe ser derivado al especialista, aunque no sea posible establecer la causa
de ojo rojo.

Eversión tarsal. La eversión del tarso superior debe realizarse en todo paciente con ojo rojo,
a fin de descartar la presencia de un cuerpo extraño adherido a la conjuntiva tarsal, la presencia
de pseudomembranas características de la conjuntivitis por Adenovirus, o la presencia de
folículos y papilas que nos orientarán en la etiología de una conjuntivitis.

Tinción fluoresceínica. La fluoresceína es un colorante vital con afinidad para membranas


basales, células muertas, proteínas y la lágrima. Al iluminarse con luz azul, su color amarillo
intenso permite detectar áreas de erosión epitelial y cuerpos extraños. Tiene utilidad en el
diagnóstico de erosiones y ulceraciones de la córnea y superficie ocular.

Estimación digital de la presión ocular. Este método en ausencia de un tonómetro, nos


permite una estimación aproximada de la presión intraocular al comparar entre los ojos del
paciente, o del paciente con otra persona, y definir si hay hipertonía o hipotonía.

Evaluación de la forma y tamaño de la pupila. La irregularidad de la forma de la pupila se


denomina discoria, y su presencia nos orienta a un ojo rojo intraocular (uveítis) o un trauma
ocular. La diferencia de diámetro entre ambas pupilas se llama anisocoria, y asociado a ojo rojo
una miosis puede corresponder a una uveítis, y una midriasis a un glaucoma agudo.
Exploración del segmento anterior. Con la ayuda de una linterna se realizará una exploración
sistemática de la superficie ocular, buscando alteraciones en párpados, conjuntiva, esclera,
cornea, iris, cámara anterior, pupila y cristalino.

TRATAMIENTO

Para molestias leves podemos intentar solucionarlo con limpieza de los párpados con suero
fisiológico, uso de champú neutro para limpieza de párpados, lágrimas artificiales para la
sensación de ojo seco e irritaciones leves.

Para problemas más severos, el oftalmólogo pautará el tratamiento más adecuado tras la
exploración del ojo.

CONCLUSIÓN

El ojo rojo es un problema muy frecuente que puede estar provocado por varias causas. Puede
ser por ejemplo un sangrado en la conjuntiva o una inflamación en el ojo. Con frecuencia las
molestias desaparecen por sí mismas pero en ocasiones se necesita tratamiento específico.
BIBLIOGRAFÍA

García J, Pablo-Júlvez L. Manual de Oftalmología. España: Elsevier; 2012.

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[actualizado 10 Abr 2017; citado 10 Jul 2019] Disponible en: https://www.nisainforma.es/el-
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