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Universidad de La Sabana

Cristian Felipe González Hernández


Texto final, proyecto
Seminario de Filosofía y cristianismo
2018-2

La encrucijada de Plantinga: creer y justificar, dos rasgos distintos de un


mismo estatuto epistemológico.
1. El problema, Plantinga y el naturalismo
2. Crítica mencionar los aspectos
3. Solución
4. Conclusiones
Alvin Plantinga desarrolla una rigurosa argumentación con el propósito de demostrar que creer y
justificar son funciones que gozan de un mismo estatuto epistémico; Así pues, ambas parecen ser dos
caras de una misma moneda, pues la creencia involucra una justificación que la fundamenta y, al
mismo tiempo, una justificación genuina constituye la base sobre la que se sustenta una creencia. Si
esto es así, entonces estamos dispuestos a admitir que toda creencia tiene una justificación y en ese
orden de ideas, supone un reto gigante mostrar cómo puede haber una justificación adecuada de la
creencia acerca de Dios. Esto se complica aun más cuando se reconocen otro tipo de planteamientos
que, en el momento menos oportuno, llegan para poner más obstáculos a los planes de justificación.
Sin embargo, vale la pena no ignorar estas propuestas y más bien, buscar una manera de entrar en
dialogo genuino con ellas evidenciando sus falencias y reconociendo sus implicaciones. Esta
pretensión, creo yo, es una de las características más representativas de la obra de Plantinga.
En este texto me gustaría hacer 3 cosas: en primera instancia, quisiera exponer, basándome en
Plantinga, en qué consiste tener un proceso cognitivo y por qué su noción de proper function debe
entenderse como condición necesaria de justificación y, en esta misma parte, mostraré por qué este
planteamiento es problemático a la luz del evolucionismo y el naturalismo. En segunda instancia,
presentaré la postura crítica de Plantinga en donde se reconocen las insuficiencias de estos dos
planteamientos a la hora de garantizar la reliability de las creencias y de justificar la necesidad de su
emergencia a lo largo de la evolución. Por último, consideraré la propuesta constructiva de Plantinga
basada en consideraciones modales. Según esta: si es posible creer que existen otras mentes, entonces
es posible creer que existe Dios.

1. El problema
Justificar la creencia acerca de Dios supone un gran esfuerzo, pues, por un lado, el ambiente
intelectual contemporáneo se muestra reticente ante cualquier propuesta que busca sustentar
racionalmente la creencia legítima de Dios y, por otro lado, porque los elementos que usamos para
justificar esta creencia difícilmente son compatibles con algunas propuestas que gozan de
considerable aceptación como el naturalismo, el eliminativismo o el evolucionismo. En ese orden de
ideas, el problema principal puede ponerse de la siguiente manera: ¿cómo podemos justificar la
creencia en Dios haciendo frente a las dificultades que surgen con estos nuevos planteamientos? La
respuesta de Plantinga a este respecto requiere dos cosas: primero, debemos plantear una nueva forma
de entender en qué consiste tener una creencia; gracias a esto, podríamos desmarcarnos de la visión
naturalista o evolucionista según la cual: las creencias, al igual que cualquier facultad cognitiva, se
constituyen por medio de procesos (2004: 602). Segundo, tendríamos que demostrar bajo qué
criterios o pautas una creencia es justificada y probar cómo, de hecho, la creencia acerca de Dios se
puede justificar.
En su artículo Against naturalism, Plantiga hace una disertación en torno a la naturaleza de las
creencias reconociendo dos aspectos fundamentales: a. Las creencias son procesos cognitivos que
involucran una estructura neuronal en la que se instancia un determinado contenido; b. Nuestras
facultades cognitivas gozan de una condición fundamental, a saber: tener una proper function. De
acuerdo con Plantinga, una función cognitiva tendrá proper function si: (i), ha sido diseñada por un
agente intencionalmente consciente e inteligente y, (ii), si la facultad opera de la manera que el
diseñador pretende. De este modo, Plantinga sostiene que nuestras facultades cognitivas tienen una
proper function porque han sido creadas por Dios y porque funcionan de la manera que Dios quiso
que funcionaran. (2009: 20)
Ahora bien, ¿cómo puede la proper function garantizar la justificación de mi creencia respecto a
Dios? Esto puede ser de dos maneras: La primera por el hecho de que, para Plantinga, la noción de
proper function sólo tiene sentido si admitimos previamente la idea de que existe un diseñador quien
crea las facultades cognitivas con un propósito. Este diseñador se identifica con Dios y así, una
facultad tendrá una proper function cuando cumple a cabalidad con el propósito que le fue asignado
por su diseñador (Dios) cuando la creó.
Sin embargo, esta noción no parece tener cabida dentro del marco naturalista o evolucionista, pues no
existe un término reconocido por los naturalistas que pueda ser compatible con la noción proper
function y lo que esta implica. De hecho, según Plantinga, los intentos naturalistas que han
pretendido reemplazar esta noción por medio de otro tipo de conceptos acordes con su teoría, fallan
porque, en principio, no admiten la idea de que existe un diseñador artífice de todo, condición
necesaria para aceptar de manera legítima la proper function.
Por otro lado, podríamos justificar la creencia de Dios mostrando que es verdadera. Para ello
tendríamos que concebirla como proper function de una facultad cognitiva, es decir, entenderla como
el fruto de una facultad que funciona tal como su diseñador (Dios) pretendía. En ese sentido, la
creencia en Dios sería justificable porque, al ser el resultado de una facultad cognitiva diseñada por
Dios, es entonces verdadera. De igual manera, esto no parece satisfacer a los naturalistas, pues según
ellos, podría ofrecer un criterio diferente que justifique la creencia en Dios (incluso que muestre que
es verdadera) sin que se tenga que apelar a la noción de proper funtion. Este el caso de algunos
autores que ven en las implicaciones comportamentales una base sólida para justificar las creencias.
Así entonces, mi creencia en Dios estaría justificada por las acciones que esta motiva, ya sea acciones
en favor de la supervivencia, en favor de la conservación de mi especie, acciones que pretenden el bien
común o acciones que buscan el reconocimiento de un estado.
En síntesis, el argumento a favor de que es posible justificar la creencia acerca de Dios mediante la
proper function parece ser, por un lado, trascendental, pues demuestra que el hecho de que exista
Dios es condición necesaria de la proper function, y, en ese sentido, sería imposible que una facultad
la tuviera y que no existiera Dios. Y, por otro lado, da garantía de que la creencia en Dios debe ser
verdadera porque ha sido producida por una facultad cuyo propósito desde un comienzo,
dictaminado por su diseñador, era producir dicha creencia. Ahora bien, como ya dijimos, para los
naturalistas esto es problemático, sin mencionar que podría ser circular, pues la noción de proper
function resulta ser inconsistente dentro del contexto de su teoría. Esto es porque, para el
naturalismo es imposible justificar la idea de que existe un diseñador que crea previamente de manera
inteligente y que, al hacerlo, da garantía [warrant] de que su obra funcionará tal y como él pretendió.
En vez de eso, los naturalistas han propuesto otras maneras de justificar una suerte de proper
function sin comprometerse con todo lo que esta implica. Es el caso de algunos que han optado por
admitir que toda facultad funciona procurando siempre la adaptación de la especie. En ese sentido, la
noción de proper function estaría determinada por ciertos fines adaptativos lo que significa que ya no
es Dios quien determina el propósito de cada facultad sino la naturaleza en la medida en que
selecciona las funciones que deben desarrollarse en pro de la supervivencia y la adaptación. No es
descabellado pensarlo, uno puede confiar en que su sistema digestivo absorberá los nutrientes de los
alimentos porque gracias a esta función se obtiene la energía necesaria para sobrevivir. Esta será su
proper function determinada claramente por ciertas exigencias adaptativas.
A raíz de esto, algunos adeptos al naturalismo1 asumen que es posible justificar las creencias en virtud
de las implicaciones adaptativas que estas tienen. Además, sostienen que podemos confiar
fuertemente en nuestras facultades fisiológicas y cognitivas2 porque tenemos la garantía3 [warrant] de
que funcionarán (generarán creencias) de la manera más adecuada en beneficio de nuestra
supervivencia y adaptación. En síntesis, tenemos dos cosas, por un lado, una manera de justificar las
creencias por medio de las implicaciones adaptativas y, por otro lado, un sentimiento de confianza
frente a nuestras facultades basado en la garantía evolutiva de que funcionarán adecuadamente.
Ahora bien, limitémonos estrictamente a las creencias, ¿qué podríamos concluir de ellas si nos
adscribimos al marco del naturalismo? Según Plantinga: los naturistas, al igual que lo evolucionistas,
apoyan en gran medida la propuesta del materialismo, razón por la cual, sostienen que toda creencia
requiere de cierta estructura neuronal (se reduzcan a ella o no) para ser producida. Sin ella, nuestras

1
Exceptuando a aquellos que exhiben una clara orientación hacía el eliminativismo.
2
A menos de que estemos enfermos. Pero incluso cuando lo estamos, tendemos a ver la enfermedad como la incapacidad
que tienen nuestras facultades de funcionar correctamente. Así, la enfermedad es más bien una patología o algo anormal,
todos sabemos que, en condiciones normales, no hay un motivo para que nuestras facultades no funcionen como debe ser.
3
¿En serio la tenemos? Esto será puesto en tela de juicio por Plantinga.
creencias no existirían. Así mismo, confiamos en nuestras facultades por el hecho de que evidenciamos
en la naturaleza una tendencia a la adaptación. En virtud de esto, tenemos la garantía [warrant] de que
nuestras facultades (fisiológicas o cognitivas) funcionarán en la mayoría de los casos propendiendo por
nuestra supervivencia. Y, por último, nos vemos motivados a tomar esta propensión natural como
criterio para justificar las creencias, de modo que, mi creencia encontrará una justificación sí y sólo sí
sus implicaciones contribuyen con estos fines adaptativos. Sin embargo, ¿será esto suficiente?
2. Insuficiencias
En Evolutionism, epiphenomenalism and reductionism, Plantinga se dedica a exponer las insuficiencias
de estos respectivos planteamientos. Para el autor, el naturalismo y evolucionismo son incompletos
porque no pueden demostrar que: (i) nuestras facultades gozan de una proper function (determinada
por su diseñador) que garantiza la verdad de nuestras creencias y, en virtud de la cual, decimos que
nuestras facultades son confiables o, en palabras de Plantinga, que gozan de reliability:
“Lo que la reliability requiere es que la proporción de creencias verdaderas sobre las falsas, integradas en
apropiados mundos posibles, sea alta. De acuerdo con esto, es posible que, nuestras facultades cognitivas sean
reliable [confiables], aunque produzcan en su mayoría creencias falsas en alpha, el actual mundo posible, pero
esto muy poco probable.” (Pág. 605)

(ii) Si para el naturalismo nuestras creencias son sólo un producto de la evolución, entonces puede
decirse que estas estan sujetas a la contingencia, es decir, pudieron haber sido diferentes o, de hecho,
pudieron no haber existido dependiendo de las exigencias evolutivas. Para Plantinga, una propuesta así
es insuficiente, pues es incapaz de justificar por qué nuestra creencia en Dios debe ser la misma en todos
los mundos posibles, independiente de las circunstancias o acontecimientos naturales. De hecho, si se
llegara a aceptar el planteamiento naturalista se tendría que aceptar también que podría haber tantos
dioses y creencias como mundos posibles, algo inadmisible para Plantinga.
Hasta aquí, hemos expuesto escuetamente en qué aspectos son insuficientes el naturalismo y el
evolucionismo. A continuación, expondré cuáles son las razones que llevan a Plantinga a mantener esta
posición. En una primera instancia, el origen de la disconformidad radica en la incompatibilidad entre
naturalismo y la postura que defiende la reliability. Como ya dijimos, para que una facultad se reliable
se requiere una preponderancia de creencias verdaderas sobre las falsas (pág. 606), de modo que, sin
verdad no podríamos confiar en nuestras facultades. Pero ¿cómo ha de entenderse esta verdad? Si algo
es seguro es que para Plantinga, una noción de verdad adecuada4 no está determinada ni por las
implicaciones evolutivas ni por ciertos criterios verificacionistas. Basados en esto, consideremos el
argumento crítico de Plantinga contra el naturalismo y el evolucionismo, a partir de ahora N&E.
Como dijimos antes, N&E simpatizan con el materialismo. Según esta posición, una creencia ha de ser
entendida como un evento físico que involucra un conjunto de neuronas comportándose según un
cierto tipo de patrón, respondiendo de cierta manera a la entrada de otros procesos neuronales, y así
sucesivamente. (pág. 604). No obstante, para que este evento neuronal sea realmente una creencia

4
Es decir, sobre la que se pueda justificar la verdad de creencias tales como: “yo creo que Dios existe”
deberá tener un contenido de carácter proposicional5. El problema de N&E radica en que, al aceptar el
materialismo, rechaza la posibilidad de que el contenido pueda ser causalmente relevante en virtud de
su verdad o falsedad. La razón de esto es que, para un materialista, un evento mental tal como: creer
que Dios existe puede, por un lado: reducirse a o explicarse en términos neuronales renunciando a la
posibilidad de que el contenido de la creencia, es decir, la verdad o falsedad de que “Dios existe” tenga
relevancia causal en algunas acciones y sea decisiva a la hora de individuar un evento mental y poder
diferenciarlo de otro como en el caso de creer que Dios existe y creer que Dios nos creó; o un evento
mental puede, por otro lado: no reducirse a un evento físico, pero su contenido no podrá ser por sí
mismo causalmente relevante. Si bien, ambos planteamientos (a y b) son diferentes, suponen un mismo
problema: la verdad o falsedad del contenido de la creencia no tiene ninguna importancia causal.
Con todo, es evidente que N&E asumen un criterio verificacionista o evolutivo a la hora de justificar
nuestras creencias. El problema es que este criterio ignora por completo la verdad o falsedad de su
contenido. De este modo, cuando creo que Dios existe, la verdad o falsedad de su contenido, a saber:
“Dios existe” es totalmente irrelevante para su justificación. Si esto es así, no podríamos defender la
realibility de nuestras facultades, pues el producto de ellas (las creencias en este caso) no pueden ser
consideradas verdaderas o falsas en virtud de su contenido. Si se acepta esto, entonces se tendría que
aceptar que la función de las facultades no depende en lo absoluto de la verdad o falsedad de nuestras
creencias. Por esta razón, Plantinga sostiene que N&E es insuficiente y, en ese sentido, incompatible
con el planteamiento que defiende la reliability.
Ahora bien, si desde el materialismo, una creencia consiste en un evento físico instanciado en una
estructura neuronal particular, vale la pena preguntarse: ¿puede cambiar esta creencia si se cambiara una
parte de la estructura neuronal como consecuencia de la evolución? Hay dos posibles soluciones, ambas
esconden inconsistencias:
1. Podría decirse que sí y admitir que un cambio en nuestro cerebro podría hacer cambiar
nuestras creencias. De ser así, entonces las creencias estarían sujetas a la contingencia y,
por ende, serían el resultado de un proceso evolutivo que de haber sido diferente hubiera
desencadenado creencias radicalmente distintas. En ese caso: ¿cómo justificamos que
nuestras creencias acerca de Dios son las mismas en cualquier mundo posible?
2. Por otro lado, podría sostenerse que no, es decir, que las creencias no cambian con la
evolución, pero de ser así, sería imposible mostrar como el contenido de una creencia
puede tener una implicación en un evento neuronal o comportamiento. En ese caso,
incurriríamos en el problema mencionado anteriormente, a saber: el contenido de una
creencia es causalmente irrelevante.
En resumen, hemos seguido la argumentación de Plantinga en contra del naturalismo y el
evolucionismo. Para el autor, estas posturas son insuficientes porque en primera instancia, no admiten
que la verdad o falsedad del contenido de nuestras creencias tiene alguna relevancia en ciertos procesos

5
De modo que, el evento neuronal x tendrá como contenido una proposición p que puede ser, por ejemplo: “Dios nos
creó”
neuronales e implicaciones comportamentales. Con esto, se derrumba la posibilidad de sustentar la
reliability de nuestras facultades, pues uno de sus principales requisitos es la preponderancia de creencias
verdadera sobre falsas. En segunda instancia, porque para ambas posturas las creencias son un producto
evolutivo y, por lo tanto, están determinadas por circunstancias contingentes. De esta manera, sería
correcto decir que, en otros mundos posibles, la creencia en Dios pudo haber sido diferente (o incluso
pudo no haber existido), algo que Plantinga no acepta.

3. Solución
¿cómo podríamos corregir estas insuficiencias?
Surge cuando las respuestas de la tradición son insuficientes. Frente a esto, se busca sustentar una nueva
concepción de política teniendo en cuenta las experiencias del siglo XX. De este modo, es posible superar las
“viejas categorías de comprensión y estándares de juicio moral”

¿Qué evidencia tenemos para decir que otra persona siente dolor? No podríamos tener certeza de que
otra persona siente dolor observando únicamente sus comportamientos. Parece que necesitamos algo
más, en qué nos basamos para decir que las demás personas sientes dolor, frío, calor, odio o incluso
amor. Si podemos sostener que existen otras mentes, es decir, que cada persona tiene una vida mental
propia en la que desea, percibe, siente, sueña, entonces podremos decir que existe Dios.

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