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A diario enfrentamos situaciones en las que tenemos que explicar por qué es correcta
nuestra manera de pensar o de actuar. Y en esas situaciones es fundamental contar con
buenos argumentos que nos ayuden a respaldar nuestras ideas. Conocé 6 formas de
argumentar con éxito y ganar una discusión.
En primer lugar es importante tener claro qué es la retórica, la oratoria y la dialéctica
porque son conceptos anteriores a la argumentación que comenzaron a ser utilizados por los
griegos. Por un lado la retórica es el arte de poder idear un método para persuadir al otro e
incitarlo a que apruebe nuestra forma de pensar.
Según la real academia española, un argumento es “un razonamiento que se emplea para
probar o demostrar una proposición, o bien para convencer a alguien de aquello que se
afirma o se niega”. Por lo tanto para argumentar de la mejor manera posible lo esencial es
llegar a conclusiones con la otra persona mediante al razonamiento lógico. Para ello se
realizan debates, diálogos, conversaciones y negociaciones. El objetivo es debatir hasta
alcanzar conclusiones aceptadas por todos, donde siempre hay una persona ganadora.
¿Estás más que seguro de que lo que decís es cierto? Bueno demostráselo a los demás,
mediante datos reales, números, información científica, todo puede ayudar. Para eso
dedícate a hacer una investigación previa, imprimí lo que encuentres y presentáselo.
Antes de encontrarte con él o ella, además de investigar, planificá una serie de preguntas
que lo desestabilicen. Es importante que la atención recaiga en él, y que vos mantengas las
riendas del debate.
Las personas se intimidan cuando se percatan de que están hablando con alguien que sabe
mucho sobre la materia. Por eso es tan importante la investigación previa, porque te
ayudará a ganar confianza y a hablar con propiedad.
La idea no es pelear por pelar, sino debatir. Por eso si muestra cifras que demuestran que lo
que dice es cierto, admití que en ese punto específico tiene razón. No tenés que ser necio.
Focalizá tu energía en defender tus argumentos y derrumbar los de la otra persona cuando
realmente podés demotrarle que está equivocado.
6. No te rebajes
¿Logró enfurecerte? Respirá hondo, no vale la pena que te rebajes y le digas todas esas
barbaridades que pasan por tu mente. Atacándolo no ganás nada, es más podés quedar como
una persona poco profesional