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Resumen La rebelión de las ratas

(Fernando Soto Aparicio)

Febrero 10. Sábado.


Antes de la civilización todo era felicidad, las expresiones de los niños, muchachas y
ancianos destilaba alegría, todo era paz, sencillez, existía un silencio bendito hasta que ese
silencio fue remplazado por el ruido de las sirenas, la paz por codicia y las expresiones alegres
de la gente fueron remplazadas por rostros tristes, angustiados, con ojos huidizos; decían que
la esperanza de la patria estaba allí, con el sacrificio de unos pocos se crearía la tranquilidad
de muchos, esta tranquilidad era la tranquilidad económica que obligaba al valle perder su
aspecto. Etas eran las cosas que decían las personas que convencieron a los campesinos de
cambiar sus tierras y cosechas por vías y los burros de carga por grandes camiones.
Algunos campesinos al principio rechazaban la oferta de ceder sus tierras pero poco a poco
fueron accediendo, por miedo, ambición o analfabetismo, después de que se descubrieron
minas en este territorio llegaron muchas personas de diferente nivel social, abundaban más
los desheredados o fugitivos, la mayoría llegaban a las casas hospitalarias donde infiltraron
sus pensamientos, sus argumentos y convicciones, entonces, los dueños de las parcelas
tuvieron que ceder sus tierras a los compradores algunos hasta con amenaza de muerte, otros
tantos de buena gana con promesas de un futuro de prosperidad.
Luego de que tuvieran todas las parcelas empezó a llegar toda la maquinaria, de la tierra se
escuchaban llantos casi humanos cuando sus árboles caían y todas las casas quedaron atrás
hechas escombros, tal vez las intenciones de las personas que empezaron este proyecto no
eran malas, pero al pasar por tantas personas con distintas opiniones estas intenciones fueron
deformándose; en un abrir y cerrar de ojos el valle fue habitado por docenas de familias
agrupadas en barrios y allí surgió el pueblo de Tambalí.
Antes de que todo esto pasara todos los habitantes del valle hablaban un mismo idioma, de
pronto empezaron a llegar personas hablando todos los idiomas atraídos por distintos
objetivos, construyeron casas con una arquitectura extraña, a un lado del pueblo se instalaron
las personas que mandaban a otras, personas altas, rubias que se instalaron en oficinas y las
personas que antes eran amos de aquellos rincones se vieron obligados a obedecer a aquellos
extraños.
Su principal fuente de ingresos fue la explotación de carbón a gran escala, los valles se
convirtieron en calles metálicas, los hombres que antes sembraban fueron remplazados por
grandes maquinas que escupían humo las cuales llevaban carbón hacia la capital, todas las
escalas sociales empezaron a habitar este pueblo.
Entre los extranjeros atraídos por este pueblo llego Rudecindo Cristancho, un hombre alto,
delgado de postura inclinada, ojos bajos, un hombre de pocas palabras las justas para
entenderlo, era un hombre resignado por la ignorancia no sabía quiénes eran sus padres, su
resignación también se debía a que había trabajado como mandadero en una finca donde si
no cumplía era castigado con látigo, estaba casado con una mujer llamada Pastora la cual
había conocido cuando trabajaba de jornalero, tenían dos hijos, una niña de nombre María
Helena De Nuestra Señora De Las Mercedes, de cariño le decían Mariena, de ojos negros y
piel morena, cabello largo y de catorce años y un niño de doce años llamado Francisco José
De La Santa Cruz de cariño le decían Pacho, delgado como el padre pero con carácter vivo,
alegre, emprendedor y un poco violento. Pastora hacia siete meses que estaba en embarazo,
esta familia como muchas otras vino para encontrar la felicidad material, esa satisfacción de
los sentidos.
Cuando Rudecindo llego a este pueblo tan pintoresco se paró sobre una piedra que estaba en
la montaña a ver este valle ahora convertido en pueblo en donde estaba su porvenir, hizo una
seña hacia Pastora que subía la cuesta trabajosamente, detrás Mariena con una maleta en su
espalda y por último Pacho les dijo que habían llegado, que observaran el pueblo, les mostró
las casas de los ricos y las de los pobres como ellos; Pastora le dijo que ayudara a la niña con
la maleta de la ropa.
Bajaron la colina, al estar en la falda de esta empezaron a escuchar la maquinaria con la que
extraían el carbón, Tambalí era un puerto, sus calles eran todas trochas, todas las personas
que llegaban pensaban que esa era la base del progreso como la familia de Rudencio que
bajaba rápidamente para llegar al valle. Cuando lograron bajar empezaron a preguntar casa
por casa si tenían posada en todas les dijeron que no hasta que se dieron cuenta que el pueblo
estaba por acabarse se encontraron con unas cosas como de película de terror rodeadas por
escombros, basura, empaques de máquinas y demás desperdicios de la ciudad, las chozas
estaban hechas de maderos y canecas vacías, de repente escucharon el llanto de un niño el
cual salió por una ventana, tenía un aspecto de niño desnutrido unos segundos después salió
la madre con el cabello despeinado y lo empezó a calmar, Pastora le preguntó que si tenía
posada, ella le mostró una casa y le dijo que no tenía dueño y que hay se podían quedar, se
presentó y presentó a su hijo, ella se llama Cándida y su hijo se llama Neco
Pastora y los niños se dirigen a la casa y Rudencio a buscar trabajo, en el trayecto de la choza
a el edificio de la empresa pensaba en sus hijo y en su esposa la cual quería a su lado, pensaba
en el niño que iba a llegar pronto en los sacrificios que era tenerlo y la satisfacción y orgullo
al mismo tiempo, cuando llegó al edificio de dos pisos y ventanas grandes lo consumió el
miedo, sus piernas temblaban y quería volver con su familia, tomo valor después de mucho
pensarlo, dio la vuelta al edificio y se topó con una larga fila de hombres, de más o menos
cuarenta años, unos vestidos con ruana y otros con overol, cuando por fin tomo valor le
pregunto al último de la fila que si hay se podría conseguir trabajo, este le dijo que si y que
se formara, poco a poco la fila comenzó a avanzar, sin embargo, él seguía sintiendo miedo
de no conseguir trabajo, por encima de él pasaban unas góndolas las cuales le producían
mucho miedo, el compañero de enfrente le pregunto que si le daban miedo, en que trabajaba
y que sabía hacer, cuando de repente sonó una alarma por todo el pueblo lo que indicaba el
descanso y como era un sábado no iban a atender más, Rudencio se fue para la choza triste,
tendría que esperar hasta el lunes, atravesó corriendo los caminos negros mirando de reojo
las lujosas construcciones de los extranjeros y llegó al poblado de los pobres. Por fin llegó a
los escombros, los desperdicios tirados sobre el montículo. Allí se alzaba su casa, si, era suya
por lo menos nadie se la disputaría, siempre le había gustado llegar a su hogar pero ahora
llevaba una mala noticia, dos días sin pan, sin dinero.
Cándida le dijo que no se preocupara que necesitaban obreros en la pintada, en la puerta de
la choza apareció Pastora la cual le preguntó si tenía que volver el lunes y como comerían
esos dos días, Cándida ofreció su ayuda compartiendo la sopa, mientras esta conversación
pasaba Pastora miraba un pedazo de carne, le empezaron a temblar las manos, no era de
hambre si no un deseo de saborearla, tenía antojos.
Cándida les enseñó la tienda de Joseto y les dijo que llevaría Pastora para que él la conociera
y le fiara el pan diario cuando Rudecindo consiguiera trabajo, de pronto, comenzaron a
escuchar gritos de los hombres ebrios de la tienda ya que ese era el día de paga; tiempo
después llegó el agente Quintero porque había escuchado un tiro, este tiro se debió a una
pelea la cual era por política como la mayoría de peleas en este pueblo.

Febrero 11. Domingo


Al despertar Rudecindo escuchaba el traqueteo de los motores, cuando Pastore despertó
pensó que no tenían a quien acudir, no contaban con una mano amiga, debían luchar solos
contra la humanidad y no debían dejarse vencer por ella. Cándida les ofreció agua de panela
y Pastora le dio treinta centavos para que fuera a comprar pan, don Joseto le vendió tres panes
tan pequeños que cabían en sus manos cerradas y sobraba espacio, uno para Pastora que
estaba embarazada, uno para Mariena y otro para su hijo, el al fin y al cabo era hombre y
podía soportar el hambre por más tiempo.
Cándida le explicó que debía buscar una caneca con restos de alquitrán para tapar los restos
del techo, el Diablo un amigo de ella, así lo había hecho con el rancho de ella en el cual no
se filtraba el viento y cuando llovía no habían casi goteras, Pastora se encontraba en el rancho
de Cándida ayudándole a hacer el agua de panela, Cándida le explicó a Pastora que podía
lavar la ropa de los Místeres (extranjeros), Mariena estaba demasiado triste ya que no podía
entender por todo lo que estaba pasando su familia, lo único que quería hacer era llorar,
mientras tanto Pastora y Cándida se dirigieron por un cargamento de ropa para lavar, le
pagarían cinco pesos por docena de piezas lavadas, a pastora le dieron diez docenas, se
dirigieron todos a la quebrada, en esta habían muchas sardinas, Rudecindo y Pacho pescaron
una muy grande, se alegraron ya que tenían algo para el almuerzo, Cándida fue a la casa a
traer una olla, sal, harina y cebolla para hacer una mazamorra, por el camino se encontró al
Diablo quien le dio pan y carne, Rudecindo pescó otra sardina más grande que la primera, en
total recogió cuatro sardinas. Cándida le sirvió una taza de sopa con carne y compartieron las
sardinas. La campana de la iglesia sonó por yodo el valle llamando a la gente a la oración,
Pastora salió de la choza con toda su familia, presenciaron muchas escenas donde el
protagonista principal era el alcohol metido entre los puños crispados por la cólera, oculto en
los ojos enrojecidos por deseos criminales; agazapado entre los labios de donde saltaba la
ofensa, la injuria y el insulto.
Febrero 12. Lunes
Rudecindo salió a las 7:00 am de su choza y llegó a las oficinas de la compañía carbonera
del oriente y encontró ante la ventanilla una fila de dieciocho hombres delante de él, tiempo
después invitaron a Rudecindo a la oficina de personal en la cual le ofrecieron trabajo en la
pintada, una mina que sufrió un derrumbe y se necesitaba una cuadrilla de diez obreros para
levantar las rocas y reconstruir el túnel, pagaban cuatro pesos con cinco centavos el día,
comenzaba a trabajar a las siete en punto, el capataz le daría órdenes y debería obedecerle,
este firmó el contrato, o lo llamarían por su nombre si no por el número 22048 .A Pastora le
habían pagado así que le invitaron sopa con pan y carne a Cándida a modo de agradecimiento.

Febrero 13. Martes.


Antes de las 6:00 am se levantó con mucha alegría. El túnel de la pintada estaba ubicado
cerca del basurero donde vivían, donde entraría con otros nueve compañeros al mando de un
hombre despiadado que les pediría más y más rendimiento como si fueran animales, el olor
de la mí a era una mezcla de tierra, humedad y gas, se encontró con un hombre llamado Paco
Espinel quien le explico que en la mina habían quedado sepultados cuatro hombre hacía ya
un mes, espichados como ratones en su madriguera, como animales sin descanso los cuales
trabajaban para grandes empresarios que su única preocupación era extraer dinero de la
naturaleza, ratas que su único valor era el de poder extraer dinero y que cuando envejecían
se deschaban o no importaba que murieran por que seguirían llegando más, cuentan que uno
de los obreros que era novato, llevaba fósforos y cigarrillos y que le dio por fumar; tan pronto
como prendió el fósforo el gas de la mina hizo explosión y todos quedaron allí tal vez muertos
instantáneamente, eso sucedió el 29 de diciembre pasado, un mes y medio ya.
Hacia las 11:00 pm estaba Rudecindo descansando con su familia, cuando escucharon unos
gritos angustiosos de la choza de Cándida, fue a ver que sucedía y Cándida le pidió el favor
de que la ayudara de ese miserable bandido que era el Diablo, este le estaba prendiendo fuego
a la choza junto con Neco su hijo, el par entraron a la choza en medio de las llamas, mientras
tanto Cándida y sus hijos llenaban baldes de un liquido espeso y fétido para apagar el fuego,
Cándida salió de la choza con la ropa prendida en varias partes, con su hijo en brazos, el bebe
se encontraba bien aunque Cándida no tenía hogar, Pastora y su esposo le ofrecieron un hogar
y le realizaron una curación
Febrero 14. Miércoles.
A las 6:30 am Rudecindo se marchó hacia su trabajo un poco cabizbajo, una rabia enorme lo
invadía: era el principio de la rebelión. El capataz les exigía más de lo que podían dar, ni
siquiera les dejaba levantar la cabeza para limpiarse el sudor. En la casa Cándida seguía muy
enferma, estas se fueron al hospital, la pierna derecha de Cándida estaba paralizada, mientras
estas estaban en el hospital Mariena se fue para la tienda a comprar una libra de sal, de pronto,
paró un camión y de este se bajó un hombre corpulento, el cual era el Diablo y le dijo “debes
ser para mí, cuando el Diablo quiere una cosa la consigue”, la niña entró, compró la sal e
intento salir lo cual fue bastante complicado ya que el Diablo la estaba esperando afuera, la
tomó por un brazo pero logró escapar, sin embargo, este la siguió y se dio cuenta donde vivía,
la niña no le informó a sus padres.
Febrero 15. Jueves.
Rudecindo seguía trabajando entraba a las 7:00 am, salía a las 12:00 m, volvía a la 1:30pm
para salir a las 5:30 pm, su paga era de 50 centavos la hora, a menos de un centavo el minuto,
lo que ganaban ellos en un mes trabajando como bestias lo ganaba en medio día cualquiera
de los Místeres. Entre los compañeros de trabajo ya se comenzaba a escuchar quejas por el
salario tan bajo que tenían, a uno de los compañeros le dio un ataque de tos, Espinel fue a
ayudarlo pero el capataz no lo permitió amenazándolo con que si ni podía trabajar avisaría a
la jefatura para que enviaran uno nuevo, a Espinel lo amenazó diciéndole que si no había
entendido que no lo ayudara a lo que este respondió que no lo podía dejar así porque el tenia
sentimientos, el capataz le dijo que le informaría a Mr. Brown, Espinel respondió que no le
interesaba la opinión de este.
Mientras tanto Pastora le pidió el favor a Mariena que fuera por un pan donde Joseto, al llegar
la niña a la tienda Joseto intento abusar de ella, la reacción de la niña fue golpearlo. Al llegar
la niña a la choza le conto a su mama lo que había sucedido, Cándida le dijo a Pastora y a la
niña que era mejor que guardaran silencio ya que Joseto era violento, su hermano escuchó
toda la conversación de las tres mujeres lo cual despertó una gran ira en él, la primera idea
que surgió en él fue robar una cartera para poder comprar el gajo de cebolla para la
mazamorra.
En todo el valle se empezaba a hablar de la revolución que surgiría, aunque nadie sabía muy
bien lo que era, por ejemplo, Cristancho suponía que una revolución era ir a los barrios de
los Místeres, despojarlos de sus casas junto a su familia y llevarlos a trabajar como lo hacían
ellos.
Pacho llegó a la casa después de un tiempo con una bolsa blanca en la cual llevaba sal, harina,
pan, panela, carne, en la cabeza de pastora se generaron muchas dudas al ver toda esa comida
y la mirada del niño en la que se veía reflejado tiempo alegre y trágico. Sus padres le
preguntaron que de donde había sacado el dinero a lo que este respondió que había robado
una alcancía de la iglesia, al niño no le parecía que lo que había hecho estaba mal, aunque
sus padres le recriminaban por haberle robado al padre que no era más pobre que ellos, el
niño respondió que ellos eran más pobre que el padre porque él no estaba muriendo de
hambre, no tenía que vender a su hermana por un trozo de pan, el niño se tiró al piso a llorar
mientras su padre le decía que nunca más lo volviera a hacer.
Febrero 17. Sábado.
A Rudecindo le dolían los brazos, las piernas, la espalda; la cabeza le daba vueltas; le
temblaban las manos heridas por el duro trabajo; ¿No llegarían a descubrir nunca los
cadáveres de los cuatro hombres que murieron dos meses antes? Apenas habían avanzado
dos metros.
Él había encontrado una excusa para los pecados de Cándida. La mujer se entregaba a las
caricias de otros, no por placer: por necesidad absoluta de dinero para tener con que vivir. Y
ahora su hijo había robado por hambre. Tanto el proceder de la una como las acciones del
otro tenían una misma razón: la miseria; y una misma justificación: la necesidad. La felicidad
no existe sobre la tierra se dijo, inclusive él ya había perdido su nombre, era el 22048.
Mediada la tarde, Pastora, Mariena y Pacho acompañaron a Cándida hasta el hospital para
que le realizaran una segunda curación en las quemaduras. Neco se quedó con Rudecindo
quien estaba en la tarea de agrandar el rancho.
Mariena, corría junto con Pacho delante de ellas. De repente apareció el Diablo y le dijo a
Mariena “soy un hombre feliz porque he vuelto a encontrarte” Pacho le dijo: “¿Mariena quién
es este hombre? El Diablo tomó a Mariena por el brazo y la hizo volverse para besarla, en
ese momento sintió en la pierna izquierda un dolor agudo quemante como si lo hubiera
mordido una víbora, por lo cual soltó a Mariena, Pacho viendo en peligro a su hermana había
clavado su cuchillo en el cuerpo del hombre.
Mariena corrió desesperadq a refugiarse en los brazos de Pastora que acababa de llegar con
Cándida, dos policías subieron corriendo con los fusiles al sitio de los hechos. Pastora se
colocó al lado de Pacho protegiéndolo con su cuerpo hinchado por la proximidad del fruto,
el Diablo les informo a los policías lo que el niño le había hecho, los policías mirándolo
incrédulos al niño pero por lo que les estaba diciendo el Diablo agarraron al niño de los
brazos; Pastora rogaba que no se llevaran al niño mientras este confesaba que si lo había
hecho pero para defender a su hermana, finalmente se llevaron al niño a los calabozos por
esa noche, las mujeres afligidas se dirigieron al basurero. Rudecindo estaba esperándolas al
ver a Pastora en esas condiciones pensó que él bebe iba a nacer, en camino a la choza la niña
le cono los acontecimientos al padre, entraron a la casa y Pastora sin decir nada se acostó en
el suelo del rancho, su esposo se sento en el suelo al lado de ella, Cándida se apretó contra
Neco en su rincón, Mariena se acostó vestida sobre un pedazo de junco que había encontrado
antes en un charco.
Febrero 18. Domingo.
Rudecindo al despertar pensó en todo lo sucedido y llego a la conclusión que el único
culpable de todo era el Diablo, el padre de la niña siempre había sido alguien muy calmado
pero por su hija seria capaz de las mayores atrcidades, ese dia era dia de fiesta por lo cual la
alcaldía no funcianaria, Cándida les informo que el alcalde Ricardo Garcia era muy mala
persona pero que irían a tratar de hablar con el, después de el desayuno, tdos se dirigieron a
la alcaldía, al llegar se percataron que en el mism edificio se encontraba la cárcel, el telégrafo,
la alcalfdia, el teléfono y el correo, tres plicias respaldaban las puertas de la cárcel.
Para Rudecindo el Diablo era una persona sin escrupulos, criminal e incendiario, un concepto
muy parcido casi igual tenia Pastora, Cándida por el contrario pensaba que el Diablo quizás
era el padre de su hijo,Neco también creía que era su padre, para Cándida el era teacion.
Se acercaron a los policías para preguntarles si ya soltarían al niño, ellos les dijeron que eso
era cosas del alcalde que su trabajo era vigilar. Cándida les dijo que en la esquina en el
negocio Black and Gold podrían encontrar al alcalde, efectivamente allí estaba el alcalde,
Cándida llamo a el Espíritu la persona que atendía el establecimiento y quien era amigo suyo;
Cándida le pidió el favor que llamará a el alcalde, el espíritu le informó que estaba junto al
parador el dueño de la estación y estaba un poco borracho, con mucho trabajo salió a ver que
quería la familia, Pastora junto a Cándida le explicaron la situación a lo que el alcalde les
dijo que el niño pasaría mucho tiempo hay, pero que si la niña se lo pedía podría pensarlo,
las mueres se marcharon con una mezcla de sentimiento y despertando en sus corazones la
rebelión, se encaminaron hacia su casa pero por su camino se cruzó el Diablo el cual les
pregunto si habían soltado al niño Cándida le dijo que no pero que si le hubieran dado dinero
era evidente que si a lo que el Diablo respondió que él se encargaría de eso, la familia estaba
desconcertada y con un poco de miedo pero Cándida los calmo diciendo que el veces podría
ser buena persono y qué el alcalde le tenía miedo, Cándida noto que Mariena y el Diablo se
estaban enamorando y por eso era su generosidad. La familia se dirigió nuevamente al
establecimiento y vieron a el Diablo con una nota del alcalde para el encargado de vigilar la
prisión, el Diablo informo que ya estaba todo listo y que lo acompañaran a la cárcel, liberaron
al niño, este salió muy conmocionado y saludo a toda la familia y a Cándida y a su bebe hasta
que se percató que el Diablo estaba allí este le extendió la mano al niño el cual correspondió
a modo de disculpa, el Diablo le propuso al niño dejar todo de lado y que fueran amigos el
cual asintió con la cabeza, el hombre le dirigió una mirada coqueta a la niña la cual
correspondió, cándida se percató de esto y los celos la comenzaron a invadir.
Febrero 20. Martes.
Rudecindo estaba alegre ya que ese día era día de paga, al llegar a la Pintada se percató que
Espinel ya estaba allí pero si cara era de rabia, Rudecindo le dijo que se alegrara ya que ese
día era día de paga, Espinel desencanto a Rudecindo diciéndole que durante el primer mes
descontarían 20 pesos de su paga la cual eran 45 pesos y que este dinero era para pagar la
afiliación a la caja de previsión social, Rudencio quedo muy indignado ya que no se le hacía
justo y que a fin de cuentas esos seguros no serían de nada, su paciencia estaba llegando a su
fin, pregunto a sus compañeros como se sentían y estos también estaban por estallar, el
sindicato parecía ser la salvación de todos ellos, como Rudecindo no entendía muy bien lo
que era un sindicato así que sus compañeros le explicaron, tiempo después se formaron en
la fila en a que habían 50 personas delante de él, mientras la fila avanzaba pensaba en el
Diablo el cual quería evitar ya qué sentía una mezcla de sentimientos muy extraña por el, al
llegar a la ventanilla le pagaron dieciséis pesos. Todos sus compañeros estaban demasiado
indignados y querían formar el sindicato, un compañero le invito una cerveza pero este se
negó y volvió a su trabajo ya que dentro de poco sonaría la sirena que indicaba la vuelta al
trabajo. Las protestas ya se empezaban a escuchar, armarían el sindicato y si no funcionaba
se irían a huelga y si a huelga no funcionaba tendrían que acudir a a violencia. Rudecindo
pensaba en Cándida y en Pastora la cual no podría alimentar al niño y que él no se podría ir
a la huelga porque tendría que comprar la leche del bebe.
El capataz había estado tomando, llegó a la mina a contar a sus trabajadores pero faltaba uno
Grimaldos, pregunto por el pero nadie sabía de su paradero así que este se enojó, tiempo
después llego Grimaldos borracho, el capataz le grito a Grimaldos el cual le respondía que
no era su mamá para que lo gritara, el capataz quedo asombrado por tal respuesta, los
compañeros de grimaldos estaban listos para el ataque, el capataz empezó pegándole un puño
a el hombre el cual respondió con un martillazo dejándolo inconsciente, Grimaldos se marchó
con un poco de trabajo, el capataz recobró la conciencia y recrimino a los demás trabajadores
por estar alegres con su derrota, este se levantó con esfuerzo y que iría a contarle todo a Mr.
Brown. Terminado el día de trabajo se dirigió cal rancho con ansias de ver a Cándida y a su
esposa aunque con más ganas de ver a Cándida, al llegar al rancho se acostó pensando en
todo lo que pasaba.
Las cosas en medio de todo seguían normal en el corazón de Mariena aumentaba el amor por
el Diablo, el amor por Cándida surgía en Rudencio y todo seguía como entes.
Cándida recordaba como conoció al Diablo en eso empezó asonar una serenata, ella se
preguntaba si era para ella y todo lo que había parado con Mariena era una equivocación,
pero no la serenata era para Mariena la cual reacciono al ver a Cándida con él bebe en sus
brazos y pensando que tal vez se amor no podría ser.
Febrero 23. Viernes.
En la mina los rumores sobre la formación del sindicato estaban tomando cuerpo, todos
estaban dispuestos a colaborar para formar un grupo serio que los representara.
Cuando sonó la sirena de las doce salió Rudecindo hacia su hogar, cuando se iba acercando
escucho la voz de Mariena diciéndole que se apurara que su madre estaba grave la niña le
explicó que habían ido con Cándida y con su mama a la quebrada a bañar a Neco y distraerse
un rato pero Pastora se cayó entre las piedras del rio, la llevaran a la casa y Cándida llamó a
un doctor y Pastora tuvo un aborto y cuando Rudecindo habló con el médico le cobró treinta
pesos pero ellos tan solo tenían doce pesos así que este tuvo que aceptar, volvió a la mina y
le contó a Espinel lo que había pasado con Pastora. Mientras tanto Cándida mandó a la tienda
a Mariena a pedirle fiado cincuenta centavos, la niña lo pensó varias veces en ir, al llegar
Joseto le hizo el favor pero con una condición, debía llevar esa noche el dinero para que
pudiera tener dinero, trajes bonitos y ser una reina, seguido de esto le tocó los senos, Mariena
empezó a gritar con desespero y llegó el Diablo, empezaron a pelear el Diablo y Joseto, este
último sacó un cuchillo y el Diablo sacó un puñal, la pelea no duró más de dos minutos, el
Diablo salió vencedor ya que mató a Joseto; Mariena salió corriendo a su casa desesperada.
Febrero 24. Sábado.
El hambre roía por dentro a Rudecindo y así se marchó a retirar las piedras del derrumbe en
el túnel, pensaba con tristeza en los últimos acontecimientos: la herida mortal de Joseto y la
huía del Diablo.
Al terminar su jornada echó a andar hacia las calles del barrio obrero de Timbalí, llego a la
cantina de Ramiro Cabrera, allí se encontró con Espinel quien le preguntó por Pastora, este
le contó que estaba sin un peso, pensaba pedir limosna, robar, matar a alguien o hacer un
asalto, Espinel se extrañó de oírlo hablar de esa manera y le dio cinco pesos, allí en la cantina
estaba Espinel tomando cerveza con Cándido Cipagauta, Diomedes Maldonado, Dogenes
Mantilla y Pedro Paredes que trabajaban en la mina de Santa Brígida; Espinel les comento
que la huelga seria general, no podrían obligarlos a trabajar hasta que aceptaran la formación
del sindicato, la noche anterior habían elegido a cinco hombres que los representarían en una
entrevista con el jefe de personal y con el gerente, asistieron a la gerencia y hablaron con
Mesie Rondó y con el Doctor Olguín a quienes expusieron las miserias de los obreros, los
peligros en el fondo de las minas, la conveniencia del seguro de vida para todos, lo irrisorio
del salario, en fin todos los puntos que llevaban preparados. Después apareció Mr. Brown y
los tres jefes deliberaron por un largo rato, después de un largo rato de espera hablo el Doctor
Olguín en representación de la empresa, les dijo que se seguiría trabajando en las mismas
condiciones sin subir los jornales ni un solo peso y sin posibilidades de formar un sindicato
y que como sanción se aumentaría una hora la jornada diaria es decir hasta las 6:30 pm.
Espinel decreto que nadie debía volver a trabajar a modo de protesta la huelga estallara esta
noche a las 12:00 am en punto, serán abandonadas las minas. Los ciento cincuenta que se
habían reunido en la cantina al tiempo decían “viva la huelga”. Rudecindo borracho tomó la
palabra para contar su vida y todos lo admiraron por su valor, salió de la cantina, se dirigió
hacia la casa y cayó dormido.
Febrero 25. Domingo.
Rudecindo despertó con una resaca muy alta, recordaba poco del día anterior, se preguntaba
cómo había llegado a su rancho, fue al poso donde se lavó la cara y resolvió irse a la cantina
para enterarse de las noticias, al llegar todas las personas de allí lo elogiaban con aplausos y
bulla, seguido de esto empezaron a ofrecerle trago, este día iba a haber una pelea de gallos,
entre le mexicano con su gallo veneno y Curro con camaleón, en eso llego Pacho
sorprendiendo a Rudencio quien le pregunto por qué estaba allí a lo que el niño le respondió
que Cándida le había dado un peso para que comprara panela y sal, Rudencio ordenó a su
hijo que le diera el peso y se fuera a dar una vuelta por la estación, el hombre aposto el peso
a camaleón, al final ganó veneno. Salió de la cantina un poco triste y decepcionado consigo
mismo.
Febrero 26. Lunes.
Los amos de la compañía temerosos de las reacciones violentas de los obreros cuando se les
terminara el poco de dinero que tenían, habían solicitado a la capital los refuerzos armados
necesarios. Llegaron más de 300 policías uniformados armados con fusile y pistolas, se
regaron por todo el valle, se instalaron en las bocas de las minas de santa Brígida, viento
alegre,, rocas blancas y al mísero socavón d la pintada, los obreros les tenían mucho miedo
porque esos uniformes eran equivalentes para ellos durante varios años a la muerte, al
incendio y a la violencia.
Por la mañana fue el entierro de Joseto, concurrieron no menos de ochocientos obreros ya
que para muchos en varias ocasiones había sido Joseto el salvador; para otros el explotador;
el usurero, pero de una u otra forma le debían favores Cándida y Mariena la atendían.
Un muchachito delgado y negro sin camisa y con los pantalones rotos se acercó a Mariena
quien estaba fuera de su rancho, este le dijo que había alguien que quería verla en la quebrada
quien era Don Diablo, ella tomó el camino a la quebrada, al llegar el Diablo la abrazo y esta
le correspondió, el Diablo le propuso a Mariena que se fuera con él ya que el sin ella ya no
ers nada.
Mariena regresó al rancho, aún no habían llegado ni Rudecindo ni pacho, las palabras del
Diablo resonaban en su cabeza, se tendría que ver obligada a irse con él ya que estaba
embarazada.
Febrero 27.Martes.
Aquella mañana todos los habitantes de Tambalí se vieron obligados a trabajar, afuera de la
entrada del socavón cuatro policías armados con fúsiles estaban preparados para disparar si
no trabajaban, Rudecindo trabajaba al igual que todos los demás de mala gana, al capataz y
a los jefes de grupo les aumento el salario, serían las 3:30 pm, habían avanzado 10 metros
escavando, de pronto, Rudecindo encontró el primer cadáver, entonces, salieron corriendo y
el capataz explico la situación a los policías para que no dispararan y aun así los capataz hizo
que siguieran escavando, el cadáver era el número 11330.
El sonido de la sirena fue una salvación ara los mineros Rudecindo salió con Espinel el cual
le dijo que no iba a ir a trabajar a lo que respondió Rudecindo que el tampoco, Rudecindo se
fue a buscar información y después a su choza. Al llegar a la choza Mariena estaba sentada
a la entrada llorando porque su mama seguía muy enferma y Cándida no tenía ni un peso.
El sonido de las campanas se metió en el cerebro de Mariena, debía tomar una decisión, entre
las sombras de los arboles la esperaba el Diablo, iniciarían su vida de fugitivos, en este
momento todos estaban durmiendo, Mariena se levantó del piso y gateando salió del rancho,
la sombra lo rodeaba todo pero la sombra del Diablo salió de entre los árboles y se marcharon.
Febrero 29.Jueves.
Echado sobre la hierba aun lado del charco Rudecindo pensaba en los acontecimientos de los
últimos días. Primero fue la miseria, después la enfermedad y ahora la desaparición de
Mariena. Él había sido el primero en notar la ausencia de su hija, salió del rancho a
inspeccionar los alrededores. Salió con Cándida y Pacho a recorrer las calles sin poder
encontrarla, se convencieron que Mariena había abandonado la casa por su propia voluntad,
un solo deseo lo embargaba encontrar a Mariena hacer que regresara al hogar.
Rudecindo no había ido al trabajo no le importaban las consecuencias, de repente, apareció
por un lado del basurero el lechuza y le dijo que venía por el lado del Troncoso a eso de las
cinco de la mañana y que había visto al Diablo con su hija, Pastora empeoro cuando supo la
noticia pero Rudecindo no la pudo llevar al médico.
En la Pintada hacia dos días que no estaba interrumpido el trabajo. Rudecindo se hallaba
enfermo tanto de hambre como de miseria, igual que todos los obreros de la compañía, se
dirigió a la cantina donde habría una reunión esa noche, cuando oscureció llego Espinel y les
dijo que la situación estaba tremenda que estaban en la necesidad absoluta de ser oídos por
los empresarios, luego llegaron Álvarez y Martínez quienes habían gestionado las
conversaciones con los gerentes, diciéndoles que los esfuerzos por solucionar los problemas
del abuso y la injusticia de los jefes habían sido inútiles, les habían dicho que si era necesario
el empleo de la fuerza lo harían para mantener los compromisos de la empresa con las
diversas fábricas para suministrarles el carbón en enormes cantidades.
Cada día la injusticia era más alarmante: en la mina de Chica mocha los policías habían
cogido a culata a diez obreros por que no querían seguir trabajando, a Juan Beltrán le
fracturaron la clavícula y lo obligaron a trabajar así hasta que callo desmayado al suelo y no
permitieron que los compañeros lo llevaran a casa.
Los policías en ocasiones recorrían las veredas mandó a los hombres y a los niños y violando
a las mujeres.
En el socavón de Santa Brígida el capataz hirió de un disparo a José castro, la bala le atravesó
el brazo derecho y no podrá recuperar sus facultades. En ese momento llegó un hombre
gritando que si habían oído un disparo de fusil en la estación, un policía borracho acababa de
matar a Torres el maquinista en esos momentos en las puertas de la cantina aparecieron diez
agentes uniformados y con los fusiles. Nadie supo cuál de los dos grupos atacó primero, todos
los obreros, más de trecientos atacaron a los diez policías, salieron de la cantina y se regaron
por las calles de Timbalí pidiendo justicia, los que habían logrado apoderarse de un fusil o
de una pistola disparaban sin cesar, por todas las esquinas fueron llegando más y más obreros,
los que estaban en el fondo de las minas salieron matando a los policías que los vigilaban y
apoderándose de sus armas el objetivo de todos era el barrio de los extranjeros, para aumentar
la confusión los motores se apagaron, los empleados encargados habían dominado a los
guardias y se unían en busca de la rebelión.
Rudecindo Cristancho, el 22048 iba también entre ellos en la primera fila, los policías se
escondieron tras de los vagones viejos del ferrocarril y los atacaron, muchos cayeron heridos
o muertos más o menos cincuenta murieron pero los restantes avanzaron con una furia
irreflexiva y loca.
Muy pronto los ciento cincuenta policías fueron dominados, algunos los atacaron con las
manos, metiéndole los dedos en los ojos, arrancándole los cabellos, otros los ahuyentaron a
mordiscos como canes rabiosos y los que no murieron en el ataque se fugaron hacia las
colinas; con esta victoria se aumentó el número de armas que poseían los rebeldes, llegaron
al edificio de la prisión, cincuenta presidiarios se unieron a los obreros, llegaron a la
residencia del gerente Mr. Brown, habían 200 plicas, los encarcelados puestos en libertad por
los manifestantes fueron los primeros en atacar, luego empezaron a quemar las residencias.
Rudecindo aún continuaba entre los rebeldes, una bala le había herido el brazo izquierdo,
hombres y mujeres salían corriendo en diversas direcciones pero ellos los perseguían hasta
matarlos o hasta obligarlos a entrar a las residencias incendiadas, llegaron a la casa del
alcalde, en el segundo piso el alcalde se arrollido implorándoles perdón pero uno de los
obreros le quitó la cabeza de un machetazo. Ya estaba hecha la justicia, frente a ellos estaba
el edificio de las oficinas, desde el interior del edificio empezaron a dispararles muchos
hombres cayeron muertos entre ellos Rudecindo Cristancho, el 22048, una bala se clavó en
su pecho, centenares de pies desnudos pasaron sobre su cuerpo.
RESÚMEN LA REBELIÓN DE LAS RATAS
FERNANDO SOTO APARICIO

MARIANGÉLICA ALDANA BEJARANO

COLEGIO SAN JOSÉ NORTE, I.E.D


ÁREA DE HUMANIDADES
ASIGNATURA DE ESPAÑOL
BOGOTÁ, D.C.
2019

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