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FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES

ARAGÓN

SISTEMA UNIVERSIDAD ABIERTA

LICENCIATURA EN ECONOMÍA

MATERIAL DIDÁCTICO
ECONOMÍA AGRÍCOLA
PRESENTACIÓN
El Sistema Universidad Abierta desde su fundación ha contribuido a la innovación de los procesos de aprendizaje en la Universidad Nacional
Autónoma de México y en todo el país. En 1972, a iniciativa del Dr. Pablo González Casanova se creó el Sistema Universidad Abierta enfocado al
aprendizaje y en las necesidades a satisfacer del estudiante, permitiéndole a éste integrar su educación a las exigencias prácticas de la vida tanto
cotidiana como profesional.
La educación abierta y a distancia es una forma de organización y políticas que tienden a la flexibilización en cuanto a tiempos, plazos y formas de
interacción entre estudiante y asesor.
La participación de estudiante y asesor en la construcción del conocimiento es en base a la corresponsabilidad de ambos protagonistas,
especialmente del primero.
En este sentido, la División del Sistema Universidad Abierta y Educación Continua tiene la responsabilidad de poner al alcance de la mano todos
los elementos necesarios para la consecución de los objetivos de aprendizaje. Un elemento básico de este proceso lo constituye el material
didáctico en torno al cual giran las fortalezas del sistema abierto.
Los materiales didácticos más que una antología de lecturas, es una estrategia de trabajo diferente para garantizar su uso adecuado. En este caso,
los materiales didácticos son autoadministrables, es decir, cuentan con los elementos suficientes para que el estudiante por sí mismo pueda
comprender los objetivos de aprendizaje, desarrollar las actividades que le permitan alcanzarlos y contar con los elementos de evaluación y
autoevaluación en el momento en que deben realizar sus exámenes.
Complementando lo anterior, la labor del asesor es potenciar la utilidad de estos materiales didácticos para hacer que los elementos básicos que se
encuentran en ellos sean ampliados y profundizados a través de la discusión no sólo con un estudiante en particular sino con el total de
participantes en cada asignatura.
El material didáctico y las sesiones de asesorías personalizadas o grupales, a distancia o presenciales son espacios de análisis donde el estudiante
es activo promotor de su aprendizaje y no un pasivo oyente.
En este orden de ideas se cuenta con material didáctico de cuidadosa selección de lecturas que abarca los variados temas del programa de estudio
e incluye de manera clara los objetivos y actividades para conseguirlos, asimismo, se encuentra en este material didáctico los elementos para
medir el avance del aprendizaje.
Por otro lado el continuo avance tecnológico permite ofrecerte el material didáctico en Internet, accediendo a la plataforma “SUAragón en línea”, lo
que permite consultarlo desde cualquier lugar y momento, así como interactuar con tus asesores y compañeros por medio del foro de discusión y
recibir información propia de tus asignaturas.
Como toda actividad universitaria es un material que está sujeto a la crítica bajo la premisa de que todo es perfectible. Dado el vertiginoso avance
de la ciencia en esta era del conocimiento, se considera también que es una obra temporal constantemente sujeta a revisión y modificación para
mantenerla a tono con los cambios que el estudio de la Economía imponen.
Finalmente, la División del SUA Aragón destaca el esfuerzo que significó hacer llegar a sus manos este material didáctico. Para lograrlo se
conjugaron muchos esfuerzos tanto académicos como prácticos por parte de los autores en un trabajo pionero en la más joven de las Facultades
de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Material didáctico adaptado con fines educativos, no lucrativos.

INDICE
Introducción
Datos de identificación de la asignatura
Objetivo general
Criterios de evaluación
TEMA I. ECONOMIA DE LA PRODUCCION Y ANALISIS DE COSTOS
1.1 . Definición e importancia de la economía agrícola.
1.2 . Funcionamiento del sistema.
1.3 . Concepción de la economía de la producción.
1.3.1. Función de la producción en las empresas agrícolas.
1.3.2. Etapas económicas de la producción.
1.3.3. Manejo de insumos de la producción.
1.4 . Análisis de los costos en la agricultura.
1.4.1. Clasificación de los costos.
1.4.2. Análisis de los costos en algunas empresas.
1.5 . El diseño de una estrategia agrícola.
TEMA II. DIVERSAS TEORIAS DE DESARROLLO AGRICOLA
2.1 Teoría del desarrollo agrícola.
2.1.1 Modelo de aprovechamiento de los recursos.
2.1.2 Modelo de conservación.
2.1.3 Modelo de localización.
2.1.4 Modelo de difusión.
2.1.5 Modelo de insumo de alto rendimiento.
2.2 Teoría del cambio técnico e institucional.
Tema III. TENDENCIA HISTORICA DE SECTOR Y ANALISIS COMPARATIVOS CON OTROS PAISES
3.1. Tendencias históricas de crecimiento del sector.
3.1.1 Crecimiento con estancamiento 1940-1970.
3.1.2. Intentos de reactivación del sector 1970-1982.
3.2. Comparación del agrícola mexicano con los modelos de otros países.
3.2.1. Estrategias agrícolas: Inglaterra, Estados Unidos y Japón.
3.2.2. Estrategias agrícolas: Formosa, México y Unión Soviética.
3.2.3. Estructura Agrícola en Latinoamérica.
TEMA IV. PROBLEMATICA ACTUAL DEL SECTOPR AGRÍCOLA MEXICANO
4.1. Período de ajuste 1983-1991.
4.2. Situación reciente de la agricultura.
4.3. Política agrícola actual y perspectivas de viabilidad.

INTRODUCCIÓN
Exponer la importancia de la economía, su desarrollo en el transcurso de la historia, conocer el papel que ha desempeñado en cada etapa de los
procesos productivos y tener un conocimiento de la economía de la producción en todas sus etapas.

NOMBRE DE LA ASIGNATURA: Economía Agrícola


LICENCIATURA: Licenciatura en Economía
SEMESTRE Noveno
ÁREA A LA QUE PERTENECE: Profesionalización
SERIACIÓN: Ninguna
CARÁCTER: Optativa
NÚMERO DE CRÉDITOS 6 créditos

Objetivo general del curso


______________________________________________________________________

Emplear los diferentes conceptos y lineamientos generales, para alcanzar la eficacia dentro de los procesos de producción agrícola.
Presentar la tendencia histórica del sector y exponer un análisis comparativo internacional en base a los conceptos teóricos. Analizar las diferentes
estrategias agrícolas y discutir sobre la política más adecuada, dada la problemática actual.

Criterios para la evaluación


______________________________________________________________________
El alumno de la asignatura de ECONOMÍA AGRÍCOLA, debe leer los materiales didácticos correspondientes a cada uno de los temas del
programa de la asignatura (antología), para que al final resuelva un cuestionario por unidad temática el cual le permitirá apreciar desde su
perspectiva el conocimiento y comprensión de los mismos.
Este cuestionario es una modalidad dentro del proceso de evaluación del aprendizaje del alumno, que el maestro puede tomar como parte de su
proceso de evaluación además de los requerimientos individuales que bajo el principio de la libertad de cátedra le otorga la Universidad Nacional
Autónoma de México, como lo son exámenes parciales por unidad, examen final, trabajos de investigación, controles de lectura, ensayos, etc.
UNIDAD I
___________________________________________________________________________
EXPONER LA HERRAMIENTAS TEÓRICAS PARA EL ESTUDIO DE LA ECONOMÍA AGRÍCOLA.

INTRODUCCIÓN
Exponer las herramientas teóricas para el estudio de la Economía Agrícola
Enseñar al estudiante los problemas económicos que se presentan en el sector agrícola, así como el manejo teórico, conceptual e instrumental de
la economía aplicada al sector agropecuario para que comprenda la relevancia y especificidad del sector agropecuario. Conocer cuál ha sido la
importancia y el desarrollo de este sector a través de los años en el país.

ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
 Realiza la lectura del material correspondiente a la unidad.
 Responde la guía de autoevaluación que se encuentra al final del documento.
 Elabora un mapa mental con los principales elementos de la unidad.
 Realiza una búsqueda de material didáctico (videos, presentaciones en Power Point, etc.) que tu consideres pueda ser usado en la
asignatura.

Objetivos particulares
Exponer las herramientas teóricas para el estudio de la Economía Agrícola.

Contenidos
1.1 . Definición e importancia de la economía agrícola.
1.2 . Funcionamiento del sistema.
1.3 . Concepción de la economía de la producción.
1.3.1. Función de la producción en las empresas agrícolas.
1.3.2. Etapas económicas de la producción.
1.3.3. Manejo de insumos de la producción.
1.4 . Análisis de los costos en la agricultura.
1.4.1. Clasificación de los costos.
1.4.2. Análisis de los costos en algunas empresas.
1.5 . El diseño de una estrategia agrícola.
Para cubrir la información de los subtemas, consultar las siguientes fuentes:

Fichas bibliográficas de los documentos


Ficha Documento
1.A GONZÁLEZ Antonio y MAZA Zavala Domingo
Tratado moderno de Economía General
2ª. Ed. Edit. Grupo Editorial Iberoamérica, 1986,
Págs. 10-19, 45-59, 60-78.
1.B ASHWORTH, William
Breve historia de la economía internacional, desde 1850
Edit. Fondo de Cultura Económica, España, 1979
Págs. 44-63
1.C BRUCE F. Johnston y MELLER W. Jhon
El papel de la agricultura en el desarrollo economico. En FLORES
Edmundo, Desarrollo agrícola
Selección de ·1,1ª. Ed. Edit. Fondo de Cultura Económica, 1972, México.
Págs. 23-51.
1.D FLORES, Edmundo
Tratado de economía agrícola
Edit. FCE, México, 1961
Págs. 17-25.
1.E Modernizarse ¿Para qué?
Arturo Warman
http://www.catedrawarman.org/articulos/1982_modernizarse%20_para_que.pdf
(Disponible en red)
Fecha de revisión 10 Agosto 2011.
Págs. 1-10
1.F Andamos arando. El problema agrario campesino (1978)
Arturo Warman
http://www.catedrawarman.org/articulos/1979_andamos_arando.pdf
(Disponible en red)
Fecha de revisión 24 Julio 2011
Págs. 1-12.
1.G LANGE Oskar
Economía política I.Problemas generales
1ª. Ed. En español, Edit. Fondo de Cultura Económica, 1966, México
Pags. 134-158, 236-246.
1.H EROSSA, Martin
Proyectos de inversión en ingeniería y su metodología
7ª impresión, Edit Limusa Mex
Págs. 13 - 28
MCKENNA Joseph P.
Análisis Macroeconómico
1.I
5ª ed. Edit. Latinoamericana 1978 México.
Págs. 8-20
Riqueza, pobreza y desarrollo sostenible
David Barkin,
1.J http://www.eumed.net/libros/2005/db/db.pdf (Disponible en red)
Fecha de revisión 17 agosto 2011.
Págs. 1-43
Notas de clase del Dr. Luis Eduardo Chalita Tovar
1.K
Colegio de Posgraduados de Chapingo

1.A GONZÁLEZ Antonio y MAZA Zavala Domingo


Tratado moderno de Economía General
2ª. Ed. Edit. Grupo Editorial Iberoamérica, 1986,
Págs. 10-19, 46-59, 60-78.

Subtema 1.1 Definición e importancia de la economía agrícola.

El OBJETO DE ESTUDIO
¿Cuál es el objeto de estudio de la Ciencia Económica? Es decir, ¿de qué trata? La Ciencia Económica tiene como objeto de estudio el
PROBLEMA ECONOMICO. Éste puede definirse en términos de los esfuerzos que realiza el hombre para satisfacer unas necesidades ilimitadas
y en constante crecimiento, con unos recursos escasos y de distintos usos. Es decir, el problema económico que sirve de objeto de estudio a
la economía proviene de la naturaleza creciente de las necesidades humanas y de la escasez y variedad de usos de los recursos económicos.
Analicemos estos elementos del problema económico individualmente.
Necesidades Humanas
El hombre tiene que satisfacer una serie de necesidades mínimas esenciales a su propia existencia. Algunas de estas necesidades son de origen
biológico y otras son producto de la civilización. Hay un tercer grupo que se crean como consecuencia de la emulación de los hábitos de los
pueblos que han logrado niveles más elevados de bienestar económico.
Al grupo de necesidades básicas pertenecen la necesidad de alimentación, vestimenta y vivienda. Pero lo característico de la naturaleza humana
es la inconformidad a limitarse a satisfacer estas necesidades mínimas. No nos conformamos con la alimentación básica necesaria para mantener
la buena salud, sino que también deseamos consumir manjares traídos de tierras lejanas, que si bien no afectan en nada la salud, satisfacen el
ego. Por regla general, la dieta diaria de las familias de ingresos elevados sobrepasa el límite de la esencialidad y se complementa con productos
traídos de otros países a un costo elevado.
Las necesidades del hombre crecen como consecuencia de vivir en sociedad y en contacto con otros pueblos que han alcanzado niveles más
elevados de bienestar material. Un individuo en el aislamiento de Robinson Crusoe, se limitaría a proveerse de aquellas cosas absolutamente
esenciales a su existencia. Pero la vida en sociedad lo estimula a desear las cosas de que disfruta su vecino. Así, por ejemplo, el consumo de
artículos duraderos, tales como: aparatos de televisión, aparatos de aire acondicionado y tocadiscos estereofónicos, que en cierto modo simbolizan
el grado de-bienestar económico alcanzado por la familia, es producto de la natural tendencia de los individuos a emular los hábitos de consumo
del vecino. Esta natural tendencia a la emulación conduce a lo que se ha conocido como consumo conspicuo u ostensible. El consumo conspicuo
no tiene otro propósito que el de demostrarle al vecino el grado de bienestar económico alcanzado por la familia.
Así como las necesidades individuales se modifican por la emulación de los hábitos de consumo del vecino, las necesidades humanas de una
sociedad tienden a crecer también al contacto con otros pueblos que han alcanzado niveles-más elevados de desarrollo económico. Es decir, las
sociedades menos desarrolladas económicamente tienden, a emular los hábitos de consumo de los pueblos más desarrollados. Esta es la única
explicación que podemos encontrar para el amplio mercado de aparatos de televisión que se desarrolló en Puerto Rico, mucho antes de que se
estableciera una estación de programas televisados, o del aumento en el gasto en aparatos de aire acondicionado en los países tropicales donde el
clima es, por regla general, muy agradable.
De lo anterior puede concluirse que las necesidades humanas son por naturaleza ilimitadas, y están en constante crecimiento. Este es un elemento
muy importante al analizar el problema económico; pues todo parece indicar que las fuerzas que determinan las necesidades humanas son más
fuertes que los esfuerzos del hombre para satisfacerlas. Parece que el crecimiento de las necesidades humanas va en la delantera del crecimiento
económico.
Problema de los Recursos—Los factores de la Producción
A pesar del fenomenal desarrollo de las nuevas técnicas de producción, del descubrimiento de nuevos métodos de elaboración, de la colosal
producción en masa de nuevos artículos y del descubrimiento de nuevos usos de los recursos, nunca lograremos un nivel de producción que
permita a cada individuo tener todas aquellas cosas que desea. La natural escasez de los recursos económicos, la multiplicidad de usos que
podemos darles, y el -crecimiento de las necesidades humanas constituyen las bases fundamentales del problema económico.
Los recursos económicos con que cuenta una sociedad en todo momento son: el factor humano, el factor tierra y el factor capital. Estos son los
llamados factores de producción.
El factor trabajo constituye el elemento humano en el proceso productivo. El concepto "trabajo" para los economistas no incluye todas las energías
humanas utilizadas en una sociedad sino sólo aquellas energías utilizadas en la producción de bienes y servicios económicos. Trabajo no es otra
cosa que el esfuerzo humano empleado en la creación de bienes para la satisfacción de las necesidades. El acervo total del factor trabajo, utilizable
en la producción de bienes y servicios para la satisfacción directa de las necesidades, es limitado.
El factor trabajo es escaso no sólo desde el punto de vista cuantitativo, sino también, desde el punto de: vista cualitativo. Los países que han
alcanzado un alto grado de desarrollo económico encontrarán que su capacidad para aumentar su producción industrial está limitada a su vez por
su capacidad para manejar las técnicas de producción más avanzadas. No puede desarrollarse una economía industrial, sin el saber industrial
requerido. Igualmente, este elemento cualitativo limita la capacidad productiva del factor humano existente. En los países en vías de desarrollo, las
condiciones de vida del trabajador están muy por debajo de las requeridas para que pueda rendir el máximo de su productividad. La existencia de
viviendas carentes de los servicios sanitarios más esenciales, una dieta inadecuada a causa de sus bajos ingresos y condiciones de trabajo
inadecuadas, son todos factores que limitan la capacidad productiva del factor trabajo.
La tierra es el segundo factor importante en el proceso productivo. Para el economista, el factor tierra incluye algo más que la mera extensión
territorial. En la definición del factor tierra incluimos los ríos, la flora, la fauna y los recursos minerales. Para una sociedad económica determinada,
la cantidad de tierra disponible es fija. La cantidad utilizable del total de tierra disponible puede variarse mediante la aplicación de nuevas técnicas o
el descubrimiento de nuevos usos; pero aún así, hay un límite a la producción que podemos lograr del factor tierra.
El factor capital se ha considerado en nuestros días como el caballo de batalla en los esfuerzos por mejorar las condiciones de vida de los países
económicamente subdesarrollados. El concepto capital se refiere a los bienes de producción fabricados por la mano del hombre con el
propósito de dedicarlos a la producción de otros bienes y servicios, como: fábricas, maquinaria y otros implementos de producción. No se
refiere, como comúnmente se cree, a la cantidad de ingresos que en un momento determinado haya logrado una sociedad, ni al valor monetario de
los bienes producidos. El concepto capital se analizará adecuadamente en el Capítulo 3. Por ahora basta decir que se trata de todos aquellos
bienes producidos, no con el fin de destinarlos al consumo, sino para destinarlos a la producción, de otros bienes y servicios. En cierto modo, la
creación de capital conlleva en sí la abstención al consumo. Por esta razón el capital disponible para la producción de otros bienes y servicios se
reduce en la medida que haya que satisfacer primero las necesidades de consumo. La capacidad para crear capital está condicionada por el
estado de desarrollo económico de los pueblos. A más elevado el nivel de desarrollo económico, mayor será la cantidad de energía que una
sociedad pueda disponer para la formación de capital.
Los factores de producción, además de ser escasos, son de usos diversos. Es decir, son susceptibles de muchos usos alternativos. El factor tierra
puede utilizarse para el desarrollo de la agricultura; para el desarrollo de centros residenciales, para el desarrollo de centros industriales, o para
parques de recreo. Aun dentro de cada posibilidad de uso puede darse más de un uso al factor tierra. En la utilización de éste en el desarrollo de la
agricultura podemos dedicarlo a la producción de café, de caña de azúcar, de tabaco, etc. Pero en vista de, la escasez de los recursos, cada uso
implica siempre la renuncia a algo. Es decir, no teniendo factores suficientes para dedicarnos a la producción de todos los bienes que
alternativamente pueden producirse, nos vemos obligados a renunciar a la producción de ciertas cosas en beneficio de otras. Si producimos
cohetes para dispararlos a la Luna, necesariamente hemos tenido que renunciar a la producción de otras cosas posiblemente más esenciales al
bienestar humano. Toda sociedad económica confronta la necesidad de decidir entre varias alternativas.
La escasez de los recursos económicos, unida a las posibilidades de usos alternativos, nos lleva de inmediato a la consideración de un problema
crucial relacionado con el uso de los recursos. No pudiendo producir todos aquellos bienes y servicios deseados, es necesario renunciar a algunos
de ellos para producir otros. Esta decisión conlleva el problema de colocar los recursos económicos en la producción de ciertos bienes y servicios.
Qué bienes y servicios producir depende de cuántos recursos tengamos; y cómo usar estos recursos depende de qué cosas queremos producir. Es
decir, ante las diferentes alternativas de producción, se trata de decidir qué bienes y servicios producir y cómo colocar los recursos en la producción
de estos bienes y servicios, atendiendo a la multiplicidad de usos y a-la importancia relativa de cada uso. Este es el problema de la disposición de
los recursos económicos. Como cada decisión lleva en sí la renuncia de otra, es necesario pues, que el resultado final sea el mayor grado de
satisfacción económica.
LEYES DE LA ECONOMIA
El fin de toda ciencia, hemos dicho, es la formulación de leyes o principios generales que permitan la regulación de los fenómenos mediante la
predicción. Si podemos predecir la ocurrencia de un fenómeno determinado, estamos en condiciones de regular sus efectos. De igual modo, el
poder de predicción de -a ley científica nos permite producir muchos de aquellos efectos deseados. En este sentido, el valor científico de una ley
debe medirse por el mayor o menor grado de predicción que permita. La predicción en sí surge de la relación de los diferentes factores o
condiciones que formula la ley como esenciales para que se produzca el fenómeno. Es decir, la ley científica, que a su vez es el producto del
análisis de una situación determinada, describe las condiciones que son esenciales para que se produzca el efecto que la ley pretende predecir. En
este sentido podemos definir la ley científica como una proposición que describe en forma abstracta una relación de causa y efecto. Si
logramos descubrir, por ejemplo, que los factores A, B, C, son las causas del fenómeno X, hemos logrado establecer una relación de causa y
efecto que puede formularse en la forma de una ley: "Siempre que A, B, C, estén presentes, se producirá el fenómeno X". Esta es, en síntesis, la
naturaleza de la ley científica. Ahora bien, una vez formulada es necesario que sea aplicable en forma universal y constante al género de
problemas o situaciones que pretende describir la ley. Es decir, la ley científica es de aplicación universal en la medida en que presupone una
relación constante en tiempo y espacio.
Para que una ley científica logre el grado de universalidad y permanencia requeridos debe pasar tres pruebas fundamentales. En primer término, la
conclusión o principio general debe derivarse lógicamente de las premisas establecidas. Esto es lo que se conoce como la prueba de
consistencia lógica interna. Podemos demostrar esta prueba por medio del siguiente silogismo:

Premisa Mayor: El hombre es inmortal


Premisa Secundaria: Juan es un hombre
Conclusión: Juan es inmortal

Aquí se ha cumplido el requisito de la consistencia lógica interna, puesto que la conclusión "Juan es inmortal" se deriva lógicamente de las
premisas. Obsérvese que la conclusión siendo lógica es, no obstante, falsa a la luz de los hechos aceptados. Todos aceptamos como una verdad
incontrovertible que el hombre es mortal. Luego al establecer como premisa mayor que los hombres son inmortales estamos partiendo de una
noción contraria a la experiencia. Pero recuérdese que sólo estamos tratando de demostrar aquí el requisito de consistencia lógica interna. El
silogismo es lógicamente perfecto, puesto que la conclusión se deriva de la relación de las premisas anteriores. Es decir, hay consistencia lógica
interna.
Lo anterior demuestra que no basta con que la conclusión se derive lógicamente de las premisas establecidas. En el caso anterior, aunque la
conclusión se derivó lógicamente, no tiene valor científico alguno; puesto que es a todas luces falsa. De ahí que la ley tiene que cumplir con otro
requisito importante: la conclusión o principio general debe estar en armonía con la realidad. Si la conclusión está en conflicto con la realidad
carece de valor científico. Esto es lo que se conoce como la prueba de consistencia- lógica externa. En el ejemplo que hemos ofrecido, la
premisa mayor (o podría haber sido cualquiera otra premisa) está en conflicto con la realidad, por lo que la conclusión, aun cuando es lógicamente
sostenible, carece de valor científico. Carece de valor científico puesto que no nos es de utilidad para analizar la realidad, y mucho menos para
predecir la ocurrencia de los fenómenos.
Ahora bien, supongamos que con las mismas premisas llegamos a la conclusión de que "los hombres son mortales". ¿Tendría algún valor científico
esta conclusión? En este caso la conclusión estaría en armonía con la realidad, pero por no cumplir con el requisito de consistencia lógica
interna, carece de valor científico; pues no derivándose de las premisas establecidas, no permite grado alguno de predicción que, como ya hemos
visto, es el fin de toda ley científica. El valor de toda ley científica se mide por la capacidad para ayudarnos a predecir la ocurrencia de los
fenómenos a fin de que podamos regular sus efectos adecuadamente. Esto es sólo posible cuando los principios derivados obedecen a un estricto
y riguroso orden lógico.
Finalmente, la ley científica debe estar en armonía con otras leyes científicas. Por ejemplo, bajo ciertas condiciones, el precio que estamos
dispuestos a pagar por un artículo varía en relación directa con su utilidad. Una ley económica (la ley de la utilidad marginal decreciente), establece
que la utilidad de las cosas se reduce a medida que obtenemos cantidades adicionales. Es decir; la segunda, tercera, cuarta copa de helado va
perdiendo utilidad con referencia a la primera. Otra ley económica (la ley de la demanda), establece que las cantidades de un producto que el
consumidor está dispuesto a comprar varía en relación inversa con su precio. Es decir, que a medida que se reduce el precio deseamos comprar
mayores cantidades y viceversa. Estas dos leyes están en armonía; pues si una unidad adicional de un artículo tiene menos utilidad que la unidad
anterior, y el precio que estamos dispuestos a pagar depende de la utilidad obtenida, sería ilógico pensar que estemos dispuestos a pagar un
precio más alto por cada unidad adicional obtenida, cuando esa unidad adicional tiene menos utilidad. Los requisitos de la ley científica expuestos
arriba son extensivos a las leyes de la Economía.
Respecto del valor predictivo de las leyes de la economía es necesario aquí hacer algunos comentarios pertinentes. Las personas que se aferran a
la noción de que la ley científica es inmutable en tiempo y espacio, pensando en las leyes de la física, restan importancia a las leyes de la
economía como instrumentos de predicción. No puede restársele valor a las leyes de la economía por el hecho de que no nos faculten para
predecir la conducta del consumidor individual en una situación determinada. Es cierto que la Ciencia Económica no nos concede el formular una
ley que permita predecir con precisión matemática la porción de la renta personal que un individuo determinado decida ahorrar. Pero resulta una
falacia pensar que el químico puede predecir con igual precisión matemática la conducta de una molécula particular de un gas, o que el físico
puede predecir con rigurosidad matemática la conducta de un electrón. En todos los casos mencionados lo más que puede lograr el investigador es
un cálculo estadístico respecto a la conducta promedio. Es decir, en una reacción nuclear el físico no está interesado en la conducta de un electrón
en particular, sino en la conducta total sobre la que puede calcular la conducta del electrón promedio. En igual forma, las Ciencias Sociales no
ofrecen una contestación matemática respecto de qué personas en particular sufrirán accidentes automovilísticos en un fin de semana. Pero sí
pueden predecir a la luz de resultados estadísticos rigurosamente conservados, el número de muertes que ocurrirán por accidentes
automovilísticos el próximo fin de semana con satisfactoria aproximación. Estas predicciones no se apoyan en el conocimiento particular de qué
personas saldrán de paseo. El negocio de seguros de vida, posiblemente de los más prósperos en Estados Unidos, tiene como base la predicción
estadística basada en la incidencia promedio de muertes. Todos los años mueren personas que constituyen una pérdida neta para la compañía
aseguradora, pero las estadísticas, sobre las que se determina el pago de primas, son suficientemente exactas como para permitir que el negocio
se mantenga funcionando con un margen de ganancias razonable. Los actuarios pueden construir tablas de probabilidades de muerte por grupos
de edades de la población, y a base de esto, la compañía de seguros apuesta a que usted no pasará a mejor vida en tiempo razonable; y todo hace
parecer que en tal apuesta ellos se llevan la mejor parte.
En forma similar, no podemos predecir la forma en que un individuo en particular dispondrá de su renta personal, pero sí podemos predecir la
conducta promedio de los miembros de la sociedad y calcular con un margen de error razonable la parte de la renta personal que se usará para los
gastos de consumo, y la parte que se ahorrará.
No debemos pasar por alto que, tanto en el campo de la Ciencia Económica como en el de la Ciencia Física, toda predicción se basa en el análisis
de condiciones conocidas en el momento de hacerse la predicción. El éxito de la predicción en uno y otro caso dependerá de cuánto control
podamos tener sobre las condiciones que dieron base para la predicción. Pero tal predicción no pierde su valor científico por el hecho de que
condiciones adversas impidan alcanzar el objetivo. Si estas condiciones cambian, han de esperarse cambios correspondientes en los resultados.
Así, por ejemplo, cuando los científicos lanzan un cohete lunar, los cálculos matemáticos y la predicción en cuanto a la hora exacta en que el
cohete debe llegar a la Luna se basan en condiciones conocidas al momento de hacer el lanzamiento.
El fin de las leyes de la Economía es ayudarnos a predecir los fenómenos económicos dentro del marco más exacto que permitan las posibilidades
estadísticas: No aspiramos-a alcanzar la precisión matemática de la Ciencia Física. La meta debe ser alcanzar el más alto grado de confiabilidad
dentro de los límites de las probabilidades estadísticas. El valor científico de las leyes de la Economía debe medirse en términos de su capacidad
para ayudarnos a controlar con mayor o menor rigurosidad la ocurrencia de los fenómenos económicos.
La confiabilidad de las predicciones basadas en los principios generales de la Ciencia Económica aumentará según aumente el número de casos
considerados. Es más confiable una predicción dirigida a la conducta promedio respecto de la propensión al consumo cuando tomamos en
consideración toda la población, que cuando tomamos sólo un sector de la población. Es por esta razón que no debemos insistir en las limitaciones
de las leyes de la Ciencia Económica para ayudarnos a predecir situaciones, que no caen dentro del marco de las probabilidades estadísticas. Si
aceptáramos que las leyes de la Economía son leyes de probabilidades estadísticas en la medida que sólo tienden a predecir la conducta
promedio, adelantaríamos más que si insistimos en nuestra incapacidad para establecer leyes inmutables en tiempo y espacio.
TEORIA Y PRÁCTICA
EI método de análisis de la Economía tiene como punto de partida la formulación de una serie de postulados o principios generales cuya veracidad
se acepta sin discusión. Este conjunto de principios generales es lo que constituye la teoría económica. El planteamiento teórico de un problema,
tan útil en el proceso de investigación científica, permite reducir una realidad determinada a un tamaño manejable. El fin de la teoría es, pues, la
simplificación de un problema a fin de poderlo analizar científicamente. Este proceso de simplificación abarca tres fases importantes: análisis del
problema, síntesis y abstracción. En el primer paso, el investigador subdivide en sus partes el problema a fin de entender la interrelación de éstas
en el todo fin el segundo paso, la síntesis, se combinan en un sistema armónico las partes consideradas esenciales al problema y, finalmente, se
construye un modelo teórico a base de aquellos datos que se consideran absolutamente relevantes al problema.
El producto final de este proceso es una reconstrucción simplificada de la realidad, o lo que comúnmente conocemos como un modelo teórico. La
función de estos modelos teóricos no es la representación fiel y exacta, sino una simplificación de la realidad a fin de ayudarnos a entender mejor el
problema, y poder predecir la ocurrencia de algún fenómeno. Desafortunadamente, la opinión general considera estos modelos teóricos como
"irreales e impracticables." La frase "eso suena bien en teoría pero no funciona en la práctica", recoge fielmente el menosprecio popular hacia los
modelos teóricos, especialmente en el ámbito de las Ciencias Sociales. Debemos señalar, no obstante, que la simplificación de la realidad
mediante la formulación de una teoría no es única de la economía. En cierto sentido, la ley de la caída de los cuerpos, que presupone como
condición un vacío perfecto, es tan irreal como la teoría de la competencia perfecta. Pero nadie parece cuestionar la validez científica de aquella
ley.
Sin una teoría económica, el economista no podría analizar adecuadamente los complejos problemas que presenta esa actividad. Una teoría es
buena en la medida en que nos ayuda a analizar y entender la realidad, y nos permite cierto grado de predicción. En este sentido, la teoría tiene
que guardar cierta relación con la realidad. Este es el criterio de validez de toda teoría. Una teoría formulada sin tener en consideración los
elementos esenciales y relevantes de la realidad carece de valor científico. De ahí que el dicho popular resulta "un sin sentido", pues si la teoría es
buena en sí debe ayudarnos a interpretar la realidad, y si no es de ayuda para entender la realidad no es una buena teoría.
FALACIAS DEL RAZONAMIENTO COMÚN
La discusión de la función del método de investigación nos ofrece una lección muy importante: el sentido común tiene que obedecer al dictamen del
análisis científico. Hay una tendencia natural en los individuos a formular principios de sentido común para explicar ciertos fenómenos que,
aparentemente, se amparan en el, razonamiento lógico. El sentido común es muy útil en el tratamiento científico de un fenómeno; pero no basta.
Algo que a primera vista luzca como una verdad incontrovertible puede muy bien ser contrario a la realidad. Es decir, el sentido común aplicado con
falta de datos o de conocimientos, nos puede inducir a error en la explicación de una-situación. Con mucha frecuencia las relaciones internas en un
fenómeno determinado escapan al razonamiento común.
El peligro de ofrecer explicaciones basadas en el mero sentido común es más notable en el campo de la actividad económica. Ninguna otra materia
tiene tantos adictos a la formulación de principios amparados en el mero sentido común. La razón es obvia: la actividad económica es algo que
toca a todo el mundo de cerca y a todos nos parece entender las causas de los fenómenos económicos. Lentamente vamos desarrollando ciertas
actitudes y ciertos hábitos que nos llevan a despachar un fenómeno determinado como algo que obedece al simple sentido común. La búsqueda
del conocimiento científico hace necesario ir refinando los conceptos adquiridos en esa forma. Todo juicio amparado en el sentido común debe
pasar la prueba de ácido de la verificación empírica antes de formar parte del 'conocimiento científico propiamente dicho. Por eso a veces se
define la ciencia, o el conocimiento científico, como sentido común refinado.
El propósito de esta sección es llamar la atención a los estudiantes que se inician en el estudio de la Ciencia Económica, respecto a la tendencia
natural a establecer ciertos patrones de razonamiento que no resisten la prueba de verificación científica.
Estas suposiciones o principios basados en el solo sentido común son, por regla general, falaces en la misma medida en que son ciertos bajo
ciertas condiciones; pero no se aplican a todas las situaciones, o son aplicables sólo a ciertos casos en particular. Por eso se conocen estos
enunciados como "falacias del razonamiento común" o falacias del sentido común. Analicemos algunos de estos razonamientos.
Falacia de Composición. La falacia de composición, también llamada "error de composición", se refiere a aquellos razonamientos de sentido común
que pueden Ser ciertos con respecto a "la parte" pero que no aplican con respecto al "todo." Por ejemplo, cuando decimos "el ahorro es una virtud",
se incurre en una falacia de composición; pues como tendremos oportunidad de probar más adelante, "el ahorro puede ser un vicio colectivo." Es
decir, el ahorro es una virtud con respecto a un individuo en particular, pero si toda la sociedad decide, siguiendo este dogma, aumentar su
propensión al ahorro, se puede muy bien crear una crisis económica que impida que la sociedad logre el objetivo de ahorrar más. De esto resulta
que el ahorro es una virtud individual que puede conducir a una mejor situación económica a un individuo, pero que puede ser un vicio colectivo en
la medida en que el resultado final pueda ser contrario a los intereses de toda la sociedad. Este es un caso en donde lo que es cierto para la parte
no es cierto para el todo. Es decir, cometemos un error de composición cuando pretendemos extender al todo lo que es sólo cierto para la parte,
por el mero hecho de ser cierto para la parte.
Post Hoc Ergo Propter Hoc (Porque Esto, Luego Esto), Es también un error común establecer una relación de causa y efecto apoyándose para ello
en la observación corriente de los acontecimientos. Podemos mencionar muchos ejemplos que reflejan este tipo de error a que nos puede conducir
el mal uso del sentido común, pero basta uno sólo. La noción, de que a la guerra sigue la depresión económica es un ejemplo de este tipo de
razonamiento. Este tipo de razonamiento conocido como post hoc ergo propter hoc (porque esto, luego esto), es falaz en la medida en que no se
apoya en la observación, clasificación y ordenación científica de los datos tan esenciales al proceso de establecer una relación cierta de causa y
efecto. Los fenómenos que a simple vista parecen ser causa puede que no tengan relación con la ocurrencia del fenómeno.
El sentido común es de gran utilidad en nuestro afán de ordenar el mundo caótico que nos rodea, pero si no hacemos un -esfuerzo para mantenerlo
dentro de límites razonables, también puede obstruir la investigación científica. Todo enunciado apoyado en el sentido común debe tomarse sólo
como punto de partida en el quehacer científico.
[…]

Subtema 1.2 Funcionamiento del sistema

EL SISTEMA ECONOMICO
Definición de "Sistema Económico." En el capítulo anterior hicimos un recorrido histórico tratando de definir los problemas económicos básicos que
confrontaron las generaciones anteriores, y que en gran medida confrontan las generaciones del presente. Indicamos que en la lucha por
solucionar los problemas económicos básicos de la sociedad, se desarrollaron ciertas reglas, procedimientos e instituciones, que impartieron una
característica peculiar a la organización socioeconómica de la época. La articulación de estos principios, ideas, reglas, procedimientos e
instituciones en un orden, es lo que constituye el sistema económico. La idea de un sistema económico lleva la connotación de una articulación de
partes armonizadas funcionalmente para la consecución de fines colectivos determinados. Es un concepto tomado de la fisiología. Así como el
sistema circulatorio se compone de la armónica articulación de varias clases de vasos sanguíneos para distribuir la sangre por el organismo,
también el sistema económico constituye la articulación armónica de las leyes, reglas e instituciones que rigen la vida económica. En igual forma
que el sistema circulatorio o respiratorio cumple con determinados fines o ejerce ciertas funciones, no importa cuál sea la naturaleza del organismo,
asimismo el sistema económico cumple una serie de funciones comunes a toda sociedad. Esta puede ser el pueblo chino, el europeo, el ruso o un
pueblo latinoamericano. Para todos estos pueblos tan diferentes en raza y en cultura, el problema económico básico es uno y el mismo: todos estos
pueblos tienen que satisfacer una serie de necesidades económicas básicas con los recursos económicos a su disposición.
El sistema económico se refiere, pues, a la peculiar organización de las ideas, reglas, procedimientos e instituciones creadas por una sociedad
para resolver el problema económico básico. Hemos señalado, .y deseamos hacer hincapié en ello, que el problema económico básico es común, a
todas las sociedades, pero que cada sociedad puede ingeniarse, modos distintos de resolverlo, y en esta medida podemos hablar de sistemas
económicos distintos. Cada sistema económico representa una forma peculiar distinta de bregar con el problema económico.
Lo que distingue a un sistema económico no son las funciones que desempeña, pues ya hemos dicho que todas persiguen el mismo fin, sino la
forma o el modo adoptado para conseguir este fin. Las diferencias entré uno y otro sistema hemos de encontrarlas en la forma en que los
principios, reglas, procedimientos e instituciones adoptadas por la sociedad estén articulados para resolver el problema económico fundamental: la
satisfacción de necesidades básicas y en constante crecimiento con ciertos recursos económicos que resultan sumamente escasos.
LOS CINCO PROBLEMAS CENTRALES DE TODA ECONOMÍA
Toda sociedad económica, desde la China comunista hasta el pequeño principado de Mónaco, tiene que resolver cinco problemas económicos
centrales: (1) determinar qué y cuánto producir, (2) cómo producir, (3) para quién producir, (4) estabilidad y (5) crecimiento económico.
Habiéndose establecido que estos problemas son comunes a toda sociedad económica, y que la diferencia entre un sistema económico y otro se
hallará en la forma en que cada sociedad trata de resolver estos problemas, examinemos primero la naturaleza de los mismos y luego las
alternativas de organización económica disponibles a una sociedad.
Qué y Cuánto Producir
El primer problema básico que tiene que resolver un sistema económico es el de qué y cuánto producir.
Es decir, dados los limitados recursos económicos con que cuenta una .sociedad es imprescindible decidir qué bienes y servicios producir, y en
qué cantidades. Los recursos económicos, hemos visto, se prestan para la producción de múltiples bienes y servicios. Es necesario, por lo tanto,
decidir entre todas las alternativas posibles -pan, bombas atómicas, cohetes, etc.-, qué cosas producir en ese instante.
La decisión de qué producir está íntimamente vinculada a las creencias o valores fundamentales que tenga una sociedad en el orden cultural,
moral, social y religioso, los cuales, necesariamente, influyen en la decisión de qué cosas producir. La idea de inmortalidad que predominó, en, el -
antiguo Egipto determinó el uso de grandes recursos en la construcción de las pirámides. La salvación del alma como fin, y el desprecio por la vida
terrenal, influyeron poderosamente en la construcción de las catedrales de la Edad Media. De ese mismo modo, si la supremacía militar y la
conquista del universo es el fin, hemos de observar la canalización de los recursos económicos hacia la producción de bombas atómicas y cohetes
supersónicos. Es por esta razón que el problema de qué producir, aunque es fundamentalmente de naturaleza económica, participa del problema
más amplio de los valores, fines o metas generales que persiga la sociedad.
Cómo Producir
En segundo lugar, todo sistema económico tiene que resolver el problema técnico de cómo se va a organizar la producción de bienes y servicios.
Este problema comprende otras tres fases. En primer término, plantea el problema de qué técnicas de producción han de utilizarse. En segundo
término, plantea el problema de qué recursos utilizar y en qué forma. Y, finalmente, quiénes han de organizar la producción. Es decir, toda sociedad
confronta el problema de naturaleza técnica de decidir cómo se va a organizar la producción.
Para Quién Producir
En tercer lugar, todo sistema económico tiene que decidir en qué forma se habrá de distribuir la producción de bienes y servicios entre los
miembros de esa sociedad. Esto supone que la sociedad proveerá los medios para lograr la distribución de la producción, de forma tal que los
diferentes miembros de la sociedad participen de la producción con arreglo a las normas previamente establecidas.
Estabilidad Económica
Puesto que el fin.de la producción es satisfacer las necesidades humanas, es preciso, por lo tanto, que el proceso productivo siga un curso normal.
Es por ello necesario que se tomen las medidas necesarias para reducir a un mínimo las fluctuaciones económicas. El mantenimiento de un
proceso de producción estable y equilibrado resulta ser, por lo tanto, otro de los problemas fundamentales de los sistemas económicos modernos.
Crecimiento Económico
Hemos visto que las necesidades humanas están en constante crecimiento. Este mero hecho, unido al crecimiento natural de la población, es
suficiente para señalar la necesidad de crecimiento de un sistema económico. Este' debe, necesariamente, ampliar su capacidad productiva para
poder satisfacer adecuadamente las necesidades crecientes de la sociedad. El problema del crecimiento económico es, posiblemente, el que ha
ocupado con mayor -intensidad la atención de los economistas modernos.
Centralización vs. Descentralización Económica
Cada sociedad ha tratado de solucionar estos problemas siguiendo fundamentalmente dos formas de organización económica. En primer término
tenemos la sociedad económica centralizada. En ésta, las decisiones, en cuanto a qué bienes y servicios producir, qué uso han de darse a los
recursos económicos, cómo se ha de distribuir la producción entre los miembros de la sociedad, su equilibrio y crecimiento, emanan de una
autoridad central en algún punto de la escala de mando político.
En el otro extremo, tenemos la sociedad económica descentralizada, en la que no podemos identificar un centro común de decisiones, sino que
las decisiones económicas se dejan al libre albedrío. Nadie en particular torna estas decisiones. Todos los miembros de la sociedad participan en
los procesos económicos siguiendo sus propios intereses.
En el primer caso, la centralización de las decisiones económicas presupone la intervención del poder político o del Estado en todos los procesos
económicos. Es el poder político quien determina qué, cómo y para quién producir. En el segundo tipo de organización económica, la
descentralizada, se presupone la no intervención del Estado en la actividad económica. Las decisiones económicas emergen de la libre
participación de los individuos en los procesos económicos.
Decimos de la organización económica centralizada, que es una, sociedad colectivista en la medida en que la orientación de la actividad económica
tiene como fin servir el interés colectivo. La organización económica descentralizada, es, por el contrario, individualista; pues la actividad
económica se desarrolla por iniciativa individual y siguiendo el interés particular de cada individuo.
Entre la sociedad económica centralizada colectivista y la organización económica descentralizada, puede lograrse una organización
socioeconómica mixta. Con arreglo a esta posibilidad ciertas funciones, como la determinación del uso que deban darse a los recursos, pueden
quedar en manos de la autoridad central; mientras que la distribución de la producción puede dejarse a la iniciativa particular. Asimismo la
determinación de qué producir puede dejarse al libre albedrío permitiendo que los individuos expresen libremente sus preferencias.
Estas tres formas de organización socio-económicas han existido históricamente con contornos bien definidos bajo los nombres del socialismo
(comunismo), socialismo liberal (sistema mixto) y capitalismo (privacismo), respectivamente. El socialismo, representa la idea de la organización
económica de tipo centralizado, el capitalismo representa el sistema descentralizado y el socialismo liberal el sistema mixto. En las secciones que
siguen analizamos con más detalles las características esenciales de estos tres modos de organización económica. Basta ahora recordar, a
manera de resumen, que lo que distingue a un sistema del otro es la forma en que se toman las decisiones económicas.
;'"

Es conveniente aclarar que ninguno de estos sistemas se encuentra en sus formas puras. La clasificación puede mantenerse a base de la
característica esencial y distintiva de centralización o descentralización de las funciones económicas, o la combinación de ambas formas. El
socialismo, el socialismo liberal y el capitalismo, representan pues tres formas distintas de' bregar con los problemas económicos comunes a toda
sociedad.
EL CAPITALISMO
De conformidad con lo expuesto en la sección anterior, diferentes sociedades pueden organizar sus instituciones económicas en formas distintas
para conseguir los mismos fines. Las dos formas tradicionales de ordenación de los procesos económicos son el capitalismo y el socialismo.
¿Cuáles son las características distintivas de ambos sistemas? ¿Hay algo en común entre el socialismo y el capitalismo? ¿Cuáles son las
limitaciones de estos sistemas económicos? Estos son los problemas que tratamos de analizar en las secciones que siguen. Nos ocuparemos
primero del capitalismo, como lo más próximo y conocido, a los fines de tener suficientes elementos de juicio para analizar el sistema socialista.
Descentralización de las Decisiones Económicas. La característica principal del sistema económico capitalista es la ausencia de la planificación
económica. En ausencia de una agencia central de planificación, las decisiones económicas quedan a la libre acción de las fuerzas económicas,
representadas de un lado por las empresas productoras y del otro, por los consumidores. De la libre acción de productores y consumidores, cada
uno atendiendo sus propios intereses, surge un sistema económico descentralizado.
La ausencia de una dirección central que rija la vida económica no produce, como pudiera esperarse, caos o desorden; por el contrario, el sistema
tiende hacia un orden guiado por sus propias fuerzas económicas. Fue Adam Smith, como hemos apuntado ya, quien observó que el sistema
económico capitalista tendía hacia un orden armónico como si fuera guiado por una mano invisible. La idea de la mano invisible, lanzada por
Adam Smith, sirvió al propósito de desvirtuar el principio de la intervención del Estado en la vida económica. Toda intervención de éste en la vida
económica tendería a obstruir la tendencia hacia el equilibrio armónico inherente al sistema económico.
Esta tendencia hacia el equilibrio del sistema, que hacía innecesaria la intervención del Estado en la vida económica, la formularon los
economistas clásicos en términos de las famosas "leyes de la oferta y la demanda." La oferta se refiere a las cantidades de un producto que las
empresas están dispuestas a producir y poner en el mercado bajo determinadas condiciones; y la demanda se refiere a las cantidades que los
consumidores están dispuestos a comprar bajo ciertas condiciones. Estas dos fuerzas, operando bajo las mismas condiciones, tenderían a llevar al
sistema a un equilibrio general. Si el sistema, dejado a su libre albedrío, logra resolver los problemas económicos fundamentales "'en perfecto
orden, no hay razón para que el Estado trate de dirigir la vida económica. Este es el principio que ha servido de base al desarrollo del sistema
capitalista.
Aún en nuestra época, en la que se ha aceptado la intervención del gobierno en muchas fases de la vida económica, se considera como una acción
impropia del Estado la regulación de los procesos económicos por una agencia central planificadora. Es decir, la centralización de las decisiones
económicas fundamentales -qué, cómo y para quién producir-, no ha encontrado apoyo general en la mentalidad capitalista. Por el contrario, lo
generalmente aceptado es la idea de la descentralización de las funciones económicas, como la esencia misma del capitalismo.
Instituciones del Capitalismo. El capitalismo, como ideología, se apoya en una serie de instituciones y libertades económicas que son las que le
han impartido al sistema características peculiares que lo distinguen de las demás formas de organización. Las instituciones son: la - propiedad
privada, la empresa privada, la soberanía del consumidor y el sistema de precios. Analicemos brevemente las instituciones del capitalismo
Propiedad Privada. La institución de la propiedad privada de todos los bienes, tanto los de consumo como los medios de producción, es una de
las instituciones características del capitalismo. Se ha establecido como un principio de categoría constitucional, el derecho de los miembros de la
sociedad a poseer y disfrutar libremente de los medios de producción y consumo. El Estado no puede, sin destruir la esencia de la organización
económica capitalista, eliminar la institución de la propiedad privada. No indica esto, sin embargo, que la propiedad privada, por lo menos en lo que
respecta a los medios de producción, se considere, en el estado capitalista, como una vaca sagrada que no puede ser intervenida bajo ciertas
circunstancias. Frente al derecho a la propiedad privada se ha desarrollado el principio de la intervención del Estado cuando el interés público así lo
requiera. Pero aún en estos casos, que suelen ser la excepción y no la regla, la expropiación de los bienes particulares tienen que ser previamente
compensados, y con justicia. De modo que bajo el poder de policía del Estado el gobierno puede incautarse, previa justa compensación, de las
propiedades pertenecientes a individuos particulares.
La Empresa Privada. La empresa privada tiene en el sistema capitalista la importante función de organizar el proceso productivo. Son los
empresarios particulares los que, atendiendo a las condiciones económicas, organizan los recursos para la producción de bienes y servicios. La
producción de éstos se considera, en el sistema capitalista, una función que le está reservada con exclusividad a la empresa privada. Sólo por
excepción, y en atención al interés general, el Estado entra en el campo de la producción. Pero se sobrentiende que no es función del Estado
convertirse en una empresa productora para competir con la empresa privada.
La intervención del Estado en el proceso productivo se ha limitado a la prestación de ciertos servicios que la empresa privada no podría prestar
económicamente, o que pudiéndolos prestar, el interés público estaría mejor servido si el Estado se ocupara de ello. Este es el caso, por ejemplo,
de los servicios de agua, luz y alcantarillados. Más recientemente se ha venido aceptando, aunque con bastante objeción, la prestación de servicios
de transporte por parte del Estado en los grandes centros metropolitanos. Pero aun en este caso, en el que parece haber buenas razones para
justificar la intervención del Estado, se sigue debatiendo la deseabilidad de dejar a la empresa privada la prestación de estos servicios.
Soberanía del Consumidor. La soberanía del consumidor, como institución del capitalismo, se refiere a la libertad de los individuos a expresar sus
preferencias libremente en el mercado. La decisión de comprar o no un determinado producto se deja en absoluto a la libre discreción del
consumidor. Se supone que, siendo el individuo un ser racional, su decisión esté racionalmente dirigida. Nadie mejor que el individuo puede
determinar qué es lo que más conviene a sus intereses particulares.
La decisión del consumidor constituye, en última instancia, un "voto de aceptación o de rechazo" de lo que los productores ponen en el mercado.
Los empresarios aumentan, reducen o cambian la producción según las preferencias de los consumidores. De ahí que si regulamos el consumo en
detrimento de la soberanía del consumidor, estamos automáticamente regulando la producción, lo que constituye un atentado contra la libre
empresa. Si el Estado regula, como suele suceder en épocas de grave crisis, el consumo de carnes, ello se convierte en una indicación al
productor de carnes de que debe igualmente regular la producción para ajustarse al mercado. De suerte que, toda intervención del Estado
tendiente a regular el consumo -o lo que es lo mismo a suprimir la soberanía del consumidor-, resulta en la regulación de la empresa privada en
contradicción con el principio de la libertad de empresa.
¿Hasta qué punto es verdaderamente soberano el consumidor en el sistema capitalista moderno? Hay quienes sostienen, como Bárbara Wooton,
que la soberanía del consumidor es un mito a la luz de la creo ciente regulación de la vida económica por parte del Estado.1 Cuán importante es el
principio de la soberanía del consumidor, para entender el funcionamiento del sistema económico capitalista, es un problema muy distinto a, cuán
importante es este principio en el funcionamiento práctico del capitalismo moderno. No cabe la menor duda de que las libertades políticas se· han

1 Véase de Bárbara Wooton, su magnífico libro, Libertad y Planificación en el que se discuten las cuestiones fundamentales de la controversia ya tradicional entre la planificación y la
libertad económica.
ido achicando a medida que el Estado ha ido penetrando en los procesos sociales, económicos y políticos. En lo que respecta a la planificación
económica, las libertades económicas se reducen con el aumento del grado de planificación, hasta el punto de que la planificación integral implica
la eliminación total de las libertades económicas. Es por esto que el problema se ha planteado correctamente: planificación o libertad.
Es conveniente observar que las limitaciones en la soberanía del consumidor provienen no sólo de la intervención del Estado en los procesos
económicos -aunque es ésta la fuente más importante-, sino también de los importantes cambios estructurales que han ocurrido en el sistema
capitalista. El crecimiento de los grandes monopolios, que han ido suprimiendo la competencia entre las empresas pequeñas, constituye un factor
importante. A medida que el gigantesco monopolio desplaza las pequeñas firmas, las alternativas de selección se reducen. Obviamente, no puede
ejercitarse a plenitud la libertad en ausencia de alternativas.
Sistema de Precios Libres. El mecanismo del precio es una de las instituciones más interesantes del sistema capitalista. Todas las cosas tienen
un precio que se expresa en términos de la unidad monetaria común a una determinada sociedad. De ahí, que el concepto precio, en el sistema
capitalista, esté atado al concepto dinero. El, precio de un producto no es otra cosa que la cantidad de dinero que se puede adquirir de su venta en
el mercado. O dicho de otra forma, es el valor en el mercado de una cosa expresada en términos de la unidad monetaria.
El sistema de precios ejerce funciones muy importantes en el sistema capitalista. Sólo vamos a mencionarlas brevemente aquí, ya que se discuten
con mayor detalle en el Capítulo 6.
Es mediante el mecanismo del precio que los productores determinan qué y cuánto producir, qué cantidad y en qué proporciones combinar los
factores de producción, etc. El mecanismo del precio permite, resolver el problema de la distribución de la producción en conformidad con los
ingresos de los individuos. El sistema de precios es lo que guía al sistema económico hacia un equilibrio general.
Lo más interesante de todo es que el precio de las cosas no lo fija, ninguna persona en particular. Es mediante el libre juego de la oferta y la
demanda -productores y consumidores actuando libremente en el mercado-, que todas las cosas objeto del comercio encuentran su precio.
Libre Competencia. El capitalismo presupone la libre competencia económica. El concepto de libre competencia presupone una lucha pacífica y
leal entre las empresas por apoderarse del mercado. Nótese que hemos dicho pacífica y leal. Un empresario puede lograr la salida de otros
empresarios del mercado ofreciendo mejores condiciones económicas a sus clientes, y esto es, no sólo permitido, sino deseable y a tono con el
modus operandi del sistema, capitalista. Lo que no es conforme con la ideología capitalista es la expulsión mediante la violencia. La competencia
debe ser además leal. La competencia desleal es también incompatible con la ideología capitalista. Hay competencia desleal, por ejemplo, cuando
las empresas tienden a eliminar del mercado a otras firmas recurriendo al descrédito de los productos.
El concepto "libre competencia" presupone además la libre entrada de otras empresas al mercado. Nadie puede oponerse a que un individuo
instale una nueva firma de textiles, aun cuando el mercado esté saturado de firmas. Es decir, el principio de la libre entrada presupone la ausencia
de barreras artificiales que obstruyan la entrada de nuevas firmas al mercado. Bajo las condiciones arriba señaladas, el resultado final de la
competencia será obviamente la desaparición de las firmas más débiles y la supervivencia de las firmas más eficaces. El éxito de éstas resultará en
mayores beneficios para el consumidor.
Las instituciones que hemos analizado arriba se consideran como indispensables para que el sistema económico se desenvuelva de conformidad
con la ideología capitalista. De la interrelación de todas estas instituciones surge un sistema que no necesita de una agencia central planificadora
para lograr la solución de los cinco problemas básicos de todo sistema económico.
El SOCIALISMO (COMUNISMO)
El socialismo y el capitalismo se considera, por la opinión común, Como sistemas diametralmente opuestos y en efecto lo son, en lo que respecta a
los medios utilizados para conseguir los fines. No obstante, hay una tendencia a ignorar no sólo que los fines económicos son los mismos para
ambos sistemas, sino que hay gran similaridad en cuanto a las metas socio-económicas generales. Por eso, en la discusión del sistema socialista,
hemos ensayado el método de la comparación directa en aquellos aspectos en que las fórmulas para resolver los problemas básicos son disímiles.
Más adelante presentamos los modos en que ambos sistemas son similares.
Centralización Económica. Si la descentralización de las decisiones económicas constituye la característica esencial del sistema capitalista, la
centralización de los procesos económicos es la característica esencial del socialismo. Si el capitalismo es en esencia individualista, en la
medida en que la realización de los fines económicos se deja a los individuos particulares según sus propios 'intereses, el socialismo es
colectivista, ya que la realización de las metas económicas es un problema colectivo.
La centralización de los procesos económicos del sistema socialista tiene como fin el logro racional de los fines económicos en beneficio del interés
colectivo. Este es el primer elemento distintivo del sistema socialista y que explica la orientación general que ha de seguir el orden económico. El
principio del interés particular del capitalismo queda desplazado por el del interés colectivo. Alguien tiene que velar por el interés colectivo, que
no pueden ser los individuos, sino el Estado, en representación de todos y cada uno de los miembros de la sociedad. Así surge el principio de la
centralización económica.
Posesión Pública de los Medios Económicos. El principio de la descentralización económica en el sistema capitalista condujo a la creación de
instituciones básicas como la propiedad privada, la libertad de empresa, la soberanía del consumidor y el sistema de precios libres. El principio de
la centralización económica conduce a consecuencias diametralmente opuestas. La primera es la abolición de la propiedad privada, amparada en
la idea de que la institución de la propiedad privada conduce a la explotación del hombre por el hombre mismo. La propiedad privada queda
abolida y pasa a manos del Estado. Este explotará los medios de producción para beneficio de la sociedad. El interés individual queda en esta
forma supeditado al interés colectivo.
La socialización no se limita a los recursos naturales sino a todos los medios económicos tanto en la fase productiva como en la distributiva. Ello
es así porque la explotación privada de cualquier fase del proceso económico pone en peligro la consecución de las metas colectivas.
La posesión pública o el control por el Estado de los medios de producción, es pues, la segunda característica de importancia del sistema
socialista.
Planificación Central. La tercera característica importante del socialismo es la planificación central de los procesos económicos. El proceso de
planificación central consiste en la determinación racional de las metas económicas colectivas, y el uso que ha de darse a los recursos
económicos para el logro de dichas metas. La actividad económica total está sujeta a un proceso de planificación que incluye: la determinación de
las necesidades de consumo de bienes y servicios .de la sociedad, el uso que se ha de dar a los recursos económicos, la distribución de la
producción entre los diferentes sectores económicos y la acumulación de capital para la expansión económica. Esta planificación central culmina
con la elaboración de un plan maestro que ha de servir de guía para encauzar los procesos económicos. Toda la actividad económica tiene que
ceñirse a este plan regulador.
En esta forma es el Estado, con exclusión de los consumidores, el que tiene la responsabilidad de determinar qué, cómo y para quién producir,
y cómo lograr el crecimiento económico estable.
Distribución de la Producción. Bajo el sistema .socialista, la producción se distribuye siguiendo el principio de a cada cual de acuerdo con su
contribución al proceso productivo y sus necesidades. En esta forma cada individuo que haya aportado trabajo en el proceso productivo tiene
asegurada una porción del producto nacional. Es muy posible que la porción, del producto nacional a que tiene derecho no sea suficiente para
cubrir sus necesidades. Esta situación queda resuelta bajo el principio de "a cada, cual de acuerdo con sus necesidades". Así, por ejemplo, los
individuos que no han contribuido al proceso productivo por razón de incapacidad física, o por pertenecer a la población de edad escolar, quedan
cubiertos bajo este principio.
El principio de distribución del socialismo no persigue, como se cree, comúnmente, una igualdad absoluta en la distribución del ingreso. El principio
de a cada cual de acuerdo con su contribución al proceso productivo y de acuerdo con sus necesidades toma en consideración
desigualdades en la participación de la producción, basadas en diferencias en la capacidad productiva y en las necesidades de los individuos.
Acumulación de Capital. Todo sistema tiene que dedicar parte de sus recursos económicos a la producción de bienes de producción -edificios,
maquinaria, fábricas, etc.- que permitan la producción de otros bienes y servicios, y otra parte a la producción de bienes de consumo. Esta
producción de bienes de producción es lo que conocemos como acumulación de capital. Por esta razón, a los bienes de producción se les llama
bienes de capital. En el sistema capitalista la acumulación de capital tiene lugar en forma automática a través de las funciones de ahorro e
inversión. Los individuos quedan en libertad de ahorrar aquella parte de los ingresos que crean más conveniente a sus intereses. Estos ahorros
pasan luego a manos de los empresarios para financiar los gastos de inversión. La acumulación de capital es una función que queda, enteramente
en manos del sector económico privado.
En el sistema socialista la determinación de qué parte de los recursos económicos debe dedicarse a la producción de bienes de consumo y qué
parte a la producción de bienes de capital, queda en manos de la autoridad planificadora. Una agencia central de planificación distribuye los
recursos productivos entre la producción de bienes de consumo y .bienes de capital, tomando en consideración las necesidades presentes y
futuras de consumo y el grado de expansión económica que sea necesario para elevar los niveles de vida de la sociedad.
Sistema de Precios Dirigidos. En todo sistema económico hace falta algún mecanismo que permita a los empresarios determinar la combinación
más eficaz de los factores de producción, y a los consumidores la distribución más eficaz de sus ingresos. En el sistema capitalista esto se
consigue mediante el mecanismo de un sistema de precios establecido mediante la libre acción de las fuerzas económicas de la oferta y la
demanda. En el sistema socialista la autoridad' planificadora determina en forma centralizada los precios de los factores de producción al igual que
los precios de los bienes de consumo. A pesar del elemento de arbitrariedad que indudablemente hay en este sistema de precios dirigidos; el
planificador tiene que guiarse necesariamente por los principios básicos de la Economía. Puede darse el caso de que el precio establecido por el
planificador resulte muy alto y los consumidores rehúsen comprar a ese precio, o la demanda total del bien esté por debajo de la demanda
calculada por el planificador. En este caso, el planificador modifica su decisión para ajustarse a las condiciones del "mercado." Este sería el mismo
efecto que se produciría en el sistema capitalista cuando por alguna circunstancia el precio del mercado resulta muy alto. La acumulación de
inventarías que provendría le indicaría al productor que debe revisar el precio.
El sistema de precio dirigido del socialismo, como hemos visto, persigue los mismos objetivos del sistema de precios libres del sistema capitalista:
permitir a empresarios y consumidores determinar la mejor disposición de sus recursos. Pero mientras en el sistema capitalista el mecanismo del
precio juega un papel decisivo en el proceso productivo, el sistema de precios dirigidos del socialismo sirve más bien el propósito de ayudar a los
empresarios a mantener una buena contabilidad de los costos de producción.
A pesar de la diferencia importante entre, el sistema socialista y el capitalista, en lo que respecta a la forma de resolver los problemas económicos
fundamentales, el capitalismo moderno se ha ido moviendo en la dirección del socialismo y el socialismo se ha ido moviendo hacia el capitalismo.
Hoy por hoy podemos señalar tres aspectos que son, en cierto modo, comunes a ambos sistemas: el interés público como fin de la actividad
económica, la visión integral o global del funcionamiento del sistema económico, y la idea de dirigir en forma planificada la actividad económica.
El interés Público. La sociedad capitalista también sirve un interés, público. En efecto, el desarrollo de un amplio sector de actividades
'económicas, orientadas a prestar servicios al público no se mira como una amenaza al capitalismo. Para este sector 'público los fines se
determinan, y los medios se orientan, según un plan de acción racional. Este sector público se ha ido expandiendo según se ha ido aceptando la
función del Estado como promotor de la actividad económica en aquellos sectores descuidados por la empresa privada.
El desarrollo de grandes centros metropolitanos con una gran densidad poblacional ha requerido la acción gubernamental para remediar los
problemas de salud, transportación y vivienda. La mentalidad capitalista ha aceptado el desarrollo de este sector público con fines evidentemente
colectivistas, como algo compatible con el desenvolvimiento económico al estilo capitalista.
Visión Integral de la Economía. Lo característico de toda sociedad colectivista es la visión integral de todas las actividades económicas. Las
políticas económicas se establecen con miras a regular, no un sector, económico especial, sino toda la economía. El interés está en la
reglamentación del gasto total de la comunidad, y no en el de un grupo especial; en los niveles de ocupación y producción total, y no en el de un
sector económico. Es decir, predomina un enfoque abarcador de toda la estructura económica.
En años más recientes, y como consecuencia de los nuevos conceptos económicos vertidos por John Maynard Keynes, el enfoque integral ha
jugado un papel importante en el análisis de los problemas económicos del capitalismo. La regulación del sistema monetario, y la formulación de
una política fiscal como medida para remediar las fluctuaciones económicas, constituyen prueba eficaz de la importancia que se ha dado al análisis
global.
Planificación Económica. La mentalidad capitalista ha ido gradualmente aceptando la idea de la planificación económica, especialmente durante
épocas de guerra. El surgimiento de una nueva clase profesional -los planificadores-, ha tenido mucho que ver con la liberalidad con que se ha
aceptado la idea de fijar en forma racional y centralizada las metas económicas y hasta dirigir en cierto grado el uso de los medios de producción.
La tendencia, claro está, ha sido más notable en la esfera de la actividad económica pública. La literatura capitalista en torno a los problemas de los
países subdesarrollados sugiere marcadamente la necesidad de guiar en forma racional la vida económica.
El SOCIALISMO LIBERAL
En las secciones anteriores hemos descrito las características generales de los sistemas económicos capitalista y socialista. Observamos que todo
sistema económico tiene que resolver una serie de problemas básicos. Hicimos hincapié en que la diferencia entre uno y otro sistema estriba en la
forma en que se resuelven estos grandes problemas. Éstos son de naturaleza económica. Pero además, hay también otros aspectos en la vida
colectiva de un pueblo que no pueden pasar inadvertidos cuando se analizan las alternativas de organización económica. La lucha de los pueblos
modernos por resolver los problemas económicos fundamentales tiene, necesariamente, que conducir al logro de un sistema económico que
permita el máximo de libertad individual. La democracia no es indispensable en ningún sistema económico en particular. Diremos que, aun dentro
del sistema capitalista, cabe la posibilidad de una dictadura política que subordine las libertades individuales a los fines económicos del Estado,
como-ocurrió en el caso de la Alemania nazista. Por otro lado, tenemos la experiencia del socialismo totalitario, en el que las libertades individuales
se han reducido a una esfera de insignificante importancia. Del mismo modo, estamos insatisfechos con los logros del capitalismo en lo que
respecta a la desigual distribución de las riquezas y al crecimiento de los grandes monopolios económicos que tienden a relegar a un segundo
plano el elemento de competencia, tan esencial al sistema capitalista. Si estos son los resultados inevitables del capitalismo, tenemos que buscar
las formas de organización económica qué remedien estos males sin caer en la dictadura política de la Rusia Soviética. Es decir, es necesario
buscar una- fórmula que, además de ayudarnos a resolver los problemas económicos 'fundamentales de "qué, cómo y para quién producir," ofrezca
otras garantías como la seguridad económica, social y política. .
En el socialismo liberal pueden encontrarse las características esenciales del capitalismo y del socialismo. Del sistema capitalista pueden retenerse
la descentralización en la distribución de la producción, la libre expresión de los gustos y preferencias de los consumidores en el mercado, y la
iniciativa privada' en las actividades económicas de menor importancia. Del sistema socialista pueden adoptarse la determinación en forma
centralizada de los fines colectivos, la nacionalización de los recursos económicos esenciales a la consecución de los objetivos nacionales, y la
planificación central de las actividades económicas. Es interesante observar que el socialismo liberal contempla la nacionalización sólo de aquellos
recursos económicos considerados de importancia estratégica para el logro de los objetivos de la sociedad. Los recursos económicos de menor
importancia en el esquema general de la actividad económica quedarían en manos de la libre iniciativa privada. Se trata, pues, de conseguir un
equilibrio entre la posesión pública de los recursos económicos de mayor importancia y la iniciativa privada.
En el socialismo liberal se mantiene la soberanía del consumidor y el mercado libre con el fin de resolver en forma descentralizada los problemas
básicos de producción y distribución de la producción. La distribución de la producción generada en el sector público queda también en manos del
mercado libre. El Estado, por ejemplo, explota las minas de carbón, pero la distribución del producto se deja a la empresa privada.
Como puede observarse, el socialismo liberal es un sistema híbrido que combina las libertades económicas esenciales del capitalismo con una
buena dosis de planificación económica. La posesión pública de los medios de producción de mayor importancia en el proceso productivo pretende
asegurar una mejor distribución en la riqueza nacional.
Ejercicios
I. Defina los siguientes conceptos:
1. soberanía del consumidor
2. centralización económica
3. socialismo
4. capitalismo
5. socialismo liberal
II. Describa las funciones comunes a todo sistema económico.
III. Analice la importancia, para el sistema capitalista, de las siguientes instituciones;
1. libre empresa
2. sistema de precios
3. propiedad privada
4. libre competencia
5. afán de lucro
IV. Analice el sistema económico imperante en su país. ¿A cuál de los sistemas económicos se acerca más? ¿Por qué?
V. Si usted pudiera determinar el sistema económico que más conviniera a su país, ¿a cuál se acercaría más? ¿Al capitalismo? ¿Al
socialismo? ¿Al sistema mixto?
[…]
Subtema 1.3 Concepción de la economía de la producción

Principios de la Producción
Toda sociedad tiene que organizar de algún modo el proceso productivo para resolver adecuadamente los problemas económicos fundamentales.
Pero independientemente de la organización que se adopte, hay ciertos principios económicos universales que rigen el proceso productivo. La
producción de bienes y servicios puede estar en manos del Estado, como en el sistema comunista; o en manos de la empresa privada, como en el
sistema capitalista. Pero en ambos casos la actividad productiva está condicionada por ciertas leyes o principios generales que tiene que tomar en
consideración "el empresario" si desea lograr el uso más eficaz de los recursos económicos a su disposición. Es decir, las leyes generales de la
Ciencia Económica, en lo que respecta al proceso productivo, son válidas bajo cualquier tipo de sistema económico. El empresario soviético que
tiene en sus manos la responsabilidad de producir un determinado artículo con una cantidad determinada de recursos económicos, confronta los
mismos problemas de un empresario bajo el sistema capitalista. Ambos persiguen un mismo fin: lograr la máxima producción con el' máximo de
economía. Ambos tratan de lograr el uso más eficaz de los recursos económicos. Este capítulo presenta una discusión sencilla de los principios y
problemas económicos básicos que regulan el fenómeno de la producción bajo cualquier tipo de organización socio-económica.
PRINCIPIO DE LA ESCASEZ
La escasez es el problema básico y fundamental que condiciona en forma dramática el proceso productivo. Tal es su importancia que algunos
economistas se refieren a este fenómeno como una ley fundamental de la Ciencia Económica. Y es en efecto, la escasez, la piedra angular de
dicha ciencia. La escasez constituye, como hemos visto, el, elemento clave en la definición del problema económico como objeto de estudio de la
Economía. ¿Cuál sería la situación si el hombre pudiera, satisfacer a plenitud todas sus necesidades con los recursos económicos a su
disposición? Sencillamente, faltaría ese elemento esencial al problema económico que justifica el estudio de la Economía. Desgraciadamente, el
fenómeno de la escasez ha acompañado al hombre a todo lo largo' de su historia, y todo parece indicar que jamás podrá librarse de sus efectos a
pesar de las grandes conquistas logradas en el campo de la tecnología. La escasez resulta, pues, el primer principio general de la Ciencia
Económica.
El concepto escasez tiene para los economistas una connotación distinta a la que le da el hombre de la calle. En la jerga común asociarnos el
concepto escasez con la mayor o menor cantidad que tengamos de un objeto determinado, independientemente de otras consideraciones. Para el
economista, el concepto escasez está condicionado por una .serie. de consideraciones que pasamos a analizar inmediatamente.
En primer lugar, el concepto escasez es sólo aplicable a aquellas cosas que son útiles. El economista considera útiles todas aquellas cosas que
tienen la capacidad de satisfacer necesidades humanas. De modo que, sólo cuando las cosas son útiles empiezan a tener importancia 'para, la
Ciencia Económica. En segundo lugar, la menor o mayor cantidad de cosas útiles que tengamos en un momento, no determina de por si su
escasez. El concepto escasez abarca dos dimensiones: de un lado la cantidad de cosas útiles a nuestra disposición, y que llamaremos recursos o
medios; y del otro lado, las necesidades que estas-cosas están supuestas a satisfacer. Es decir, para el economista el concepto escasez se refiere
a una determinada relación entre los medios (recursos económicos) y los fines (las necesidades). ¿Qué relación es ésta' que debe haber entre los
medios y los fines para que haya un problema de escasez? Veamos.
Dados los medios a nuestra disposición y los fines a conseguirse, habrá un problema de escasez, y por ende un problema económico, cuando se
reúnan las siguientes condiciones:
(a) los medios o recursos económicos son susceptibles de diferentes usos y aplicaciones. El carbón de piedra nos sirve de ejemplo, puesto que
puede utilizarse para diferentes fines: transportación, calefacción y otros fines industriales.
(b) los fines son múltiples y de importancia variada para el hombre. La diversidad de fines con diferentes grados de importancia plantea
inmediatamente el problema de decidir qué fines lograr primero.
(e) y, finalmente, dados los medios y los fines, y suponiendo el uso más eficaz de los medios, la consecución de ciertos fines implica siempre la
renuncia de otros.
Cuando estas tres condiciones están presentes, aparece el fenómeno de la escasez, o lo que es lo mismo, tenemos un problema económico. En
presencia de este fenómeno de la escasez el hombre tiene que decidir en primer lugar qué fines tratará de conseguir y después, cómo usar los
recursos económicos en la consecución de dichos fines.
Supongamos, por ejemplo, que con determinados recursos el hombre pueda conseguir tres fines distintos, digamos, A, B Y C. El supuesto (b)
expresado arriba establece que estos fines son de importancia variada para el hombre. Es decir, el grado de satisfacción obtenido varía 'con cada'
fin. Supongamos que podemos medir cuantitativamente estos grados de satisfacción de suerte que podamos ordenarlos de acuerdo con su
importancia. Vamos a suponer, además, que los grados de satisfacción de A, B Y C, equivalen a 50, 40 y 30·grados respectivamente. Ahora bien,
de conformidad con el supuesto (c) no podemos conseguir todos estos fines con los recursos a nuestra disposición, viéndonos, por lo tanto,'
obligados a renunciar a algunos de éstos. Consideremos el problema de "qué fin seleccionar" a la luz de los supuestos expresados. Aquí nos
vemos obligados a introducir otro supuesto básico de la Ciencia Económica: la racionalidad del hombre. La Ciencia Económica presupone que el
hombre actúa racionalmente al hacer sus decisiones económicas, y tratará en todo momento, de llevar al máximo su satisfacción material. Bajo las
condiciones establecidas, y de conformidad con el supuesto de racionalidad, el hombre tratará de alcanzar el fin A, que le provee el grado más alto
de satisfacción y luego B, y finalmente C.
La diversidad de fines con diferentes grados de importancia y la escasez de los recursos es lo que obliga al hombre a considerar racionalmente las
posibles alternativas, con miras a lograr, de acuerdo con el 'principio de la racionalidad, la máxima satisfacción con los recursos disponibles.
Como hemos visto, .el concepto escasez, tal y como lo entienden los, economistas, es un complejo de dos elementos complementarios: recursos
económicos de usos variados y fines múltiples con diferentes grados de importancia para el individuo. Estos dos elementos son indispensables,
para que exista el problema de la escasez como determinante del problema económico. Es precisamente por ser la escasez el problema central de
la Ciencia Económica, por lo que con frecuencia se define la Economía como la ciencia de la escasez.
LEY DE RENDIMIENTOS DECRECIENTES
El famoso 'principio de la población de Malthus que tanta influencia ha tenido en el análisis de 105 problemas económicos de nuestra época, se
apoyó en uno de los principios más importantes de la Ciencia Económica: la ley de rendimientos decrecientes. El principio de población de Malthus,
que establecía que la producción crecía aritméticamente, mientras la población crecía geométricamente, dramatizaba la incapacidad del hombre
para aumentar en forma ilimitada los niveles de producción con los escasos recursos económicos a su disposición. La capacidad productiva de una
sociedad está limitada por las técnicas de producción disponibles en un momento dado y los recursos económicos a su 'disposición.
La ley de rendimientos decrecientes describe las tendencias en los niveles de producción cuando combinamos en proporciones variables las
unidades de los factores de producción utilizados en una función productiva. Es por esta razón que la ley de rendimientos decrecientes también se
conoce como la ley de proporciones variables.
La ley de rendimientos decrecientes ( o ley de proporciones variables), describe las limitaciones al crecimiento de la producción cuando, Bajo
determinadas técnicas de producción aplicamos cantidades variables de un factor a una cantidad fija de los demás factores de la producción. El
principio de los rendimientos decrecientes, puede expresarse en los siguientes términos:
Dadas las técnicas de producción, si a una unidad fija de un factor de producción le vamos añadiendo unidades adicionales
del factor variable, la producción total tenderá a aumentar a un ritmo acelerado en una primera fase, a un ritmo más lento
después hasta llegar a un punto de máxima producción, y, de ahí en adelante la producción tenderá a reducirse.
Obsérvese que la ley establece dos condiciones esenciales que deben prevalecer para que se produzca el fenómeno de los rendimientos de
crecientes. Analicemos cuidadosamente estas condiciones indispensables.
En primer término, la ley de rendimientos decrecientes presupone unas técnicas de producción constantes. Esta condición es muy importante,
puesto que la tecnología juega un papel determinante en la capacidad productiva de una sociedad. Dados los recursos económicos se pueden
lograr niveles más altos de producción si el uso de nuevas técnicas permiten una explotación más eficiente de los recursos. Es .decir, el fenómeno
de los rendimientos decrecientes no se producirá mientras sea posible el empleo de técnicas más eficaces de producción.
Es pues, una condición sine qua non al fenómeno de los rendimientos decrecientes que las técnicas de producción se mantengan constantes. En
segundo término, la ley de rendimientos decrecientes presupone que se mantengan fijas las unidades de ciertos factores de producción, y que sólo
se varíen las unidades utilizadas de uno de los factores. Es esta también una condición indispensable al fenómeno de los rendimientos
decrecientes. Pues si pudiéramos variar sin límites todos los factores de producción que entran en una determinada combinación productiva,
podríamos obtener progresivamente niveles más altos de producción.
El principio de producción comprendido en la ley de rendimientos decrecientes puede captarse mejor si lo analizamos numéricamente. Para
simplificar la exposición del principio de los rendimientos decrecientes, vamos a limitarnos al análisis de una empresa que confronta varias
alternativas en el uso de dos factores de producción que llamaremos X e Y. A tenor con la ley de rendimientos decrecientes vamos a suponer que
el empresario mantiene fijas las unidades que usa del factor Y mientras va variando las cantidades del factor X.
La discusión que sigue se refiere al Cuadro 1, página 66.
Antes de entrar en el análisis aritmético del principio de los rendimientos decrecientes, es conveniente que nos familiaricemos con tres conceptos
básicos sobre la producción que aparecen en el cuadro: producto total, producto marginal y producto promedio.
Producto Total. El concepto producto total, que aparece en la columna 4, se refiere al número de unidades producidas de un artículo con una
combinación determinada de factores productivos. Por ejemplo, con la combinación A, que conlleva el uso de una unidad del factor fijo y una
unidad del factor variable, el producto total es de seis unidades. La columna 4 muestra el producto total obtenido con cada una de las diez
combinaciones posibles con los factores de producción Y e X.
Producto Marginal. El concepto producto marginal, que aparece en la columna 5, se refiere al incremento en el producto total a cada nivel de
producción, como consecuencia de utilizar una unidad adicional del factor variable. Como puede observarse, al pasar de la combinación A a la B,
hemos utilizado una unidad adicional del factor variable X. Para la combinación A, con una unidad del factor Y y una unidad del X, el producto total
fue de 6 unidades. Para la combinación B, hemos aumentado las unidades del factor X a 2, y como resultado del empleo de esta unidad adicional
del factor variable el producto total aumentó a 14 unidades. Es decir, el empleo de una unidad adicional del factor variable trajo como resultado un
aumento en el producto total de 8 unidades. Este aumento en el producto total se le imputa a la unidad adicional utilizada, del factor variable. En
vez de hablar de la unidad adicional, es más conveniente hablar de la unidad marginal, por lo que es mejor referirse al aumento en producción que
resulta del uso de una unidad adicional del factor variable como el producto marginal. Así pues, el producto marginal se define como el incremento
ocurrido en el producto total como resultado del empleo de una unidad adicional del factor variable. Los valores del producto marginal que aparecen
en la columna 5, se obtuvieron dividiendo el incremento del producto total entre el incremento en las unidades del factor variable, tomando como
referencia dos niveles de producción contiguos. Esta operación se puede expresar de la .siguiente forma:
PT
PM 
X
en donde PM representa el producto marginal, ∆PT el incremento en producto total y ∆X el incremento en las unidades del factor variable.
El incremento en producto tota! (∆ PT) es la diferencia entre los dos niveles de producción bajo consideración, y puede expresarse así: ∆ PT = PT1
-- PTo, en donde PT1 significa el nuevo producto total y PTo el producto total inicial.
Para tomar en consideración el hecho de que la adición o la substracción de una unidad del factor variable produce un cambio similar en el
producto total, ha sido corriente definir el producto marginal como el cambio ocurrido en el producto total como consecuencia de añadir o substraer
una unidad adicional del factor variable. Esta definición presupone que el cambio en el producto total es totalmente imputable a la unidad adicional
del factor variable.
Producto Promedio. El concepto producto promedio que aparece en la columna 6 se refiere al producto de una unidad promedio del factor variable.
El producto promedio se obtiene dividiendo el producto total entre el número de unidades del factor variable que se emplearon para obtener ese
nivel de producción. Esta operación puede expresarse en los siguientes términos:
PT
PP 
X
en donde PP significa producto promedio, PT producto total y X el número de unidades del factor variable. El concepto producto promedio se
refiere, no a la producción de una unidad en particular del factor variable, sino a una unidad promedio. Es, por decirlo así, un concepto estadístico,
y en ese sentido, tiene el mismo significado que le adjudicamos al concepto "promedio" en el lenguaje común.
Analizados estos conceptos fundamentales, regresemos al análisis del, principio de los rendimientos decrecientes teniendo como referencia el
cuadro 1.
En la columna 1, mostramos las diez combinaciones distintas que pueden lograrse con una unidad del factor fijo y diez unidades del factor variable.
En la columna 2, aparecen las unidades del factor fijo utilizado en cada combinación. Como puede observarse, se ha mantenido constante el
número de unidades del factor fijo en cada combinación, atendiendo a una de las condiciones establecidas por la ley de rendimientos decrecientes.
En la columna 3, aparecen las unidades del factor variable utilizadas en cada combinación. Obsérvese que las unidades del factor variable han ido
aumentando en una proporción constante. En la columna 4, aparecen los productos totales alcanzados con cada combinación. Las columnas 5 y 6
muestran los valores del producto marginal y del producto promedio.
Cuadro I
LEY DE RENDIMIENTOS DECRECIENTES
Combinaciones Unidades del factor Unidad del Factor Producto Marginal Producto Promedio
Fijo Variable Producto Total PT PT
(Y) (X) (PT) PM  PP 
X X
(1) (2) (3) (4) (5) (6)
--- 1 --- 0 0 0
A 1 1 6 6 6 Fase I
B 1 2 ∆X=1 14 ∆PT=8 8 7
C 1 3 24 10 8

D 1 4 32 8 8
E 1 5 38 6 7.6
F 1 6 42 4 7.0 Fase II
G 1 7 44 2 6.3

H 1 8 44 0 5.5
I 1 9 42 -2 4.6 Fase III
J 1 10 30 -12 3.0

Fase I Rendimientos Crecientes:* Con la aplicación de cada unidad adicional del factor variable, la producción aumenta a un ritmo acelerado
puesto que el producto de cada unidad adicional va en aumento: 6, 8, 10 (columna 5).
Fase II Rendimientos Decrecientes:* La producción sigue aumentando pero a un ritmo más lento, hasta llegar a un punto máximo con la
aplicación de la unidad 7 del factor variable. Esta es la etapa de los rendimientos decrecientes, pues en esta fase el producto de cada
unidad adicional que empleamos se va reduciendo.
Fase III Reducción Absoluta de la Producción. El producto total ha llegado al máximo y empieza a reducirse, el producto
Ya estamos en condiciones de analizar el principio de los rendimientos decrecientes* a la luz de los resultados expresados en la tabla. Estudiemos
cuidadosamente ahora las columnas 3 y 4. Obsérvese que a medida que aumentamos las unidades del factor variable (columna 3), el producto
total también aumenta (columna 4). Ahora bien, ¿aumenta el producto total indefinidamente con cada unidad adicional que empleamos del factor
variable? No. Obsérvese (columna 4), que el producto total sigue un ritmo ascendente hasta alcanzar el nivel máximo de producción con la
aplicación de la unidad número 7. ¿Qué ocurre si llegado el punto de producción máxima seguimos añadiendo unidades del factor variable?
Obsérvese lo que ha ocurrido al emplear las unidades 8, 9 Y 10. La unidad número 8 no alteró el nivel de producción, por .10 que su contribución a
la producción fue cero. La aplicación de las unidades 9 y 10, lejos de contribuir a la producción, provocaron una reducción en el producto total. En
la columna 5 presentamos los aumentos en el producto total que resultan del empleo de unidades adicionales del factor variable, es decir, el
producto marginal. Obsérvese cómo de la unidad 1 a la 3 el producto marginal va en aumento, y con las unidades 4, 5, 6, Y 7 el producto marginal
comienza a reducirse hasta llegar a cero con la unidad 8.

*
Decrecientes o Crecientes se refieren al PP, pues el PM comienza a declinar aun en la Fase 1, entre las unidades 3 y 4 del factor variable.
Si leemos cuidadosamente la ley de rendimientos decrecientes, tal y como ha sido formulada, notaremos que describe tres fases en el
comportamiento del producto total: una primera fase de rendimientos crecientes, en la que el producto total aumenta a un ritmo acelerado; una
segunda etapa de rendimientos decrecientes, en la que el producto total aumenta, pero a un ritmo más lento; y una tercera etapa en la que se
produce una reducción absoluta en el producto total. Analicemos cuidadosamente cada una de estas fases de la producción.
Primera fase: rendimientos crecientes. En la primera fase de la producción, el producto total tiende a aumentar a un ritmo acelerado. Esta fase se
inicia con el empleo de la unidad número 1 del factor variable y termina con el empleo de la unidad número 3. Si examinamos la columna
5"notaremos que, en la primera fase, cada unidad adicional del factor variable-que se emplea añade al producto total una porción mayor que la
unidad anterior. Esta es la razón para el aumento acelerado en el producto total. En esta primera etapa, el producto marginal tiende a ser mayor
que el producto promedio. Esto indica que la unidad marginal es más eficaz que la unidad promedio. Mientras la unidad marginal sea más eficaz
que la unidad promedio, el producto marginal será mayor que el producto promedio y el producto total aumentara en forma acelerada, y estaremos
en la fase de rendimientos crecientes. La primera fase -rendimientos crecientes-, tiene las siguientes características: el producto marginal está
aumentando, porque cada unidad adicional del factor variable que empleamos añade una porción progresivamente mayor al producto total, el
producto marginal es mayor que el producto promedio; aunque el PM ya muestra rendimientos decrecientes antes del punto máximo de PP.
Segunda fase: rendimientos decrecientes. Esta fase se inicia con el empleo de la unidad número 4. En la segunda fase de la producción el
.producto total ha continuado aumentando, pero el aumento se produce a un ritmo decreciente. Nótese en la columna 5 que la unidad número 4 del
factor variable contribuyó con 8 unidades del producto, la unidad número 5 con 6, la, unidad número 6 con 4, y la unidad número 7 con 2 unidades.
·Es decir, en esta segunda fase, cada unidad adicional del factor variable que empleamos añade al producto total una porción menor que la unidad
anterior. Esta es la razón para el aumento de tipo decreciente que tiene lugar en el producto total. Observamos que la relación entre el producto
marginal y el producto promedio se ha invertido con referencia la primera fase. Esta segunda fase se inicia con la aplicación de la unidad número 4
y en el punto en que el producto marginal y el producto promedio son iguales. Pasado este punto, en que el producto promedio es igual al producto
marginal, obsérvese que se invierte la relación entre estas dos magnitudes. De ahí en adelante, el producto marginal es menor que el producto
promedio. Esto indica que cada unidad adicional que empleamos es menos eficaz que la unidad promedio. La segunda fase tiene la siguiente
característica: cada unidad adicional del factor variable que empleamos añade una porción progresivamente menor al producto total, y el producto
promedio es mayor que el producto marginal.
Tercera fase: reducción absoluta del Producto Total. La tercera fase se inicia con el empleo de la unidad número 8 del factor variable. En esta fase
el producto total ha llegado al punto de máxima producción, y si seguimos empleando unidades adicionales del factor variable, el producto marginal
resulta negativo, y habrá una reducción absoluta del producto total. En la tercera fase, el producto total ha llegado al máximo, el producto promedio
está decreciendo, y el producto marginal es cero, o inclusive negativo.
Determinación del Punto de Rendimiento Decreciente Promedio
El análisis de las fases de la producción nos permite resolver el importante problema de cuándo es que realmente aparece el fenómeno de los
rendimientos decrecientes promedios. En la primera fase de la producción aparece el fenómeno de los rendimientos decrecientes del PM pero no
aún del PP; cada unidad adicional del factor variable que empleamos añade una porción progresivamente mayor al producto total, excepto ya al
final, cuando el PM comienza a declinar. En esta fase el producto marginal es mayor que el producto promedio. El producto marginal es mayor que
el producto promedio hasta" el empleo de la unidad número 3. Ahora bien, al emplear la unidad número 4, el producto marginal sufre una
reducción, igualándose con el producto promedio, y de ahí en adelante el producto marginal es menor que el producto promedio. La reducción en el
producto marginal indica una pérdida de eficacia de cada unidad adicional del factor variable que empleamos. En esta fase II aparece el fenómeno
de los rendimientos decrecientes del producto promedio (y, desde luego, del PM que ya venía disminuyendo desde la fase 1).
Ahora bien, ¿en qué punto específico comienzan los rendimientos decrecientes? Hemos dicho que mientras el producto marginal sea mayor que el
producto promedio, tenemos una situación de rendimientos crecientes promedios. Hay, por lo tanto, que buscar aquel punto después del cual el
empleo de una unidad adicional del factor variable resulte en un producto marginal menor que el producto promedio. El punto de los rendimientos
decrecientes promedios tiene, necesariamente, que ser aquél en donde el producto marginal y el producto promedio son iguales; pues obsérvese
que, llegado el punto en que el producto marginal es igual al producto promedio, el empleo de una unidad adicional del factor variable resultará en
una reducción en el producto marginal. Después de este punto, el producto marginal es menor que el producto promedio. De modo que, de acuerdo
con la información que aparece en el cuadro de producción, la ley de rendimientos decrecientes promedios comienza a dejar sentir sus efectos con
el empleo de la unidad número 4 del factor variable.
Ilustración Geométrica
El principio de los rendimientos decrecientes puede ilustrarse geométricamente mediante la construcción de una gráfica como la que aparece a
continuación. La construcción de esta gráfica resulta muy sencilla. Primero construimos los ejes Y e X formando un ángulo de 90 grados. En el eje
vertical Y tenemos la escala que mide los diferentes niveles de producción. En el eje horizontal tenemos la escala que mide las unidades del factor
variable que se emplean en cada combinación de los factores de producción. Luego procedemos a la construcción de las' curvas de producción
teniendo como base la información que aparece en el cuadro l.
La curva identificada con las iníciales PT representa los diferentes niveles de producción total obtenidos con cada combinación de los factores. La
curva de producto promedio está identificada con las iníciales PP, y la curva de producto marginal con las iníciales PM.
UNIDADES DEL FACTOR VARIABLE
Gráfica 1. Curvas de Producción. La gráfica presenta las curvas del producto total (PT),
producto promedio (PP) y producto marginal (PM). La intersección de las curvas de PP y
PM en el punto lid" marca el inicio de la fase de rendimientos decrecientes del PP.
Observemos la relación de las diferentes curvas de producción teniendo como referencia las tres fases de la producción que hemos discutido y que
se señalan en la gráfica. En la primera fase de la producción la curva de producto total asciende. rápidamente formando una pendiente bien
acentuada en el sector ab. En el sector bc la pendiente es menos acentuada, debido a que el crecimiento en el producto total se produce a un ritmo
más lento. Este es el sector de los rendimientos decrecientes, correspondientes a la segunda fase de la producción. Finalmente, observamos que
la curva de producto total ha llegado al punto máximo y comienza a declinar. Esto ocurre en la fase tercera.
En la primera fase de la producción la curva de producto marginal asciende rápidamente y queda por encima de la curva de producto promedio.
Esto indica que en esta fase el producto marginal es mayor que el producto promedio. Obsérvese que la curva de producto marginal alcanza su
punto máximo mucho antes de que la curva de producto promedio alcance el suyo, y que luego empieza a bajar hasta cortar la curva de producto
promedio en su punto máximo. Este punto de intersección entre las curvas de producto marginal y producto promedio indica el punto en donde
comienzan los rendimientos decrecientes. Al llegar a este punto el producto marginal es igual al producto promedio; y de ahí en adelante, el
producto marginal es menor que el producto promedio (la curva de producto marginal pasa por debajo de la curva de producto promedio). El
producto sigue aumentando pero a un ritmo decreciente.
La curva de producto marginal sigue descendiendo hasta cortar el eje horizontal, indicando así que el producto de cada unidad adicional del factor
variable que empleemos será cero o negativo. Cuando el producto marginal llega a cero se ha iniciado la tercera fase de la producción. Obsérvense
las relaciones entre la curva de producto marginal, producto promedio y producto total en esta tercera fase de la producción. La curva de producto
total ha llegado al máximo y ha comenzado a declinar, la curva de producto promedio está descendiendo pero todavía se mantiene por encima de
la curva de producto marginal.
El producto marginal ha llegado a cero.
Significación Económica de la Ley de Rendimientos Decrecientes
Ya hemos explicado el principio de los rendimientos decrecientes en cuanto a sus aspectos técnicos. Ahora bien, ¿por qué ocurre este fenómeno al
combinar los factores de producción en la forma expresada? La explicación es muy sencilla. Si a un acre de tierra aplicamos progresivamente un
número mayor de obreros, podemos extraer de la tierra una producción progresivamente mayor, pero hasta cierto punto. A medida que empleamos
más obreros, cada uno tiene una cantidad de tierra menor para trabajar y poco a poco la cantidad de tierra por obrero será tan pequeña que no
podremos usar su capacidad de trabajo al máximo. Cuando esta situación ocurre nos encontramos con el problema de los rendimientos
decrecientes. Si llegado el punto de los rendimientos decrecientes seguimos empleando obreros, llegará el momento en que cada obrero adicional
no sólo produzca menos por razón de tener una porción muy pequeña de tierra, sino que estorbe a los demás obreros de tal suerte que la
productividad de éstos también se reduzca. Por esta razón, después del punto de los rendimientos decrecientes, el empleo de obreros adicionales
resultará en una reducción absoluta de la producción.
La ley de rendimientos decrecientes le permite al empresario anticipar los resultados del empleo de cada unidad adicional del factor variable.
Observando la conducta del producto marginal puede determinar la eficacia productiva de cada unidad adicional del factor variable que emplea. Por
ejemplo, mientras el empresario se encuentre trabajando en la fase 1, le conviene seguir aumentando el empleo de unidades adicionales del factor
variable, puesto que cada unidad adicional empleada aporta una porción mayor al producto total que la unidad anterior. En esta fase cada unidad
adicional es más eficaz que 4 la unidad promedio (el producto marginal es mayor que el producto promedio). Igualmente, el empresario se dará
cuenta que sería antieconómico trabajar en la fase 3, puesto que, en este sector, cada unidad adicional empleada del factor variable, lejos de
contribuir al producto total, provoca una reducción. Llegamos pues, por eliminación, a la conclusión de que la segunda fase resulta la de mayor
significación económica. La combinación más eficaz de los factores de producción se logrará en algún punto de la fase 2. Pero la determinación de
en qué punto específico de la fase 2 se logra el máximo rendimiento depende de, otras consideraciones importantes como, por ejemplo, el costo de
producción por unidad y la renta producida por cada unidad adicional del producto. Estas consideraciones se analizarán más adelante cuando
estudiemos cuidadosamente el problema de producción y renta para la empresa.
El PRINCIPIO DE EFICACIA ECONÓMICA
Un empresario tratará siempre de combinar los factores de producción en aquella forma que le permita producir con el máximo de eficacia e
económica. La combinación más eficaz de' los factores de producción será siempre aquella que le permita producir al más bajo costo posible por
unidad. Hay dos situaciones bajo las cuales el empresario tiene necesariamente que desenvolverse teniendo en mente este concepto de eficacia
económica: cuando el empresario varía uno de los factores de producción (mientras mantiene fijos los demás) para lograr el nivel de producción
que más le convenga; y cuando, estando obligado a un monto fijo en la producción varía todos los factores para lograr ese determinado nivel de
producción. En el primer caso el nivel de producción de máxima eficacia se conoce como el nivel de producción óptima. En el segundo caso la
combinación más eficaz de los factores se conoce como la combinación de costo mínimo. Analicemos estas situaciones en mayor detalle.
Nivel óptimo de Producción
Un empresario ha logrado el nivel óptimo de producción cuando combina los factores de producción en tal forma que el costo de producir una
unidad del producto resulta ser el más bajo posible. Para !lustrar este principio vamos a ampliar la información que aparece en el cuadro 1,
añadiendo el costo de los factores de producción. Vamos a suponer que cada unidad del factor fijo Y puede obtenerse al costo de $10.00, y que
cada unidad del factor variable X se obtiene al costo de $5.00. Para hallar el costo total para cada nivel de producción todo lo que hay que hacer es
sumar el costo de las unidades de los factores de producción utilizados. Por ejemplo, para producir 6 unidades del producto se emplearon 1 unidad
del factor X, y 1 unidad de Y para un costo total de $15.00.
Cuadro II
DETERMINACIÓN ARITMÉTICA DEL NIVEL ÓPTIMO DE PRODUCCIÓN
Precio por unidad de' Y = $10.00
Precio por unidad de X =5.00
(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7)
Unidades del Unidades del Producto Costo Costo Costo Costo
Factor Fijo Factor Variable Total Total Total Total Promedio
(Y) (X) (PT) De Y De X (CT) (CP)
1 -- -- -- -- -- --
1 1 6 $10 $5 $15 $2.50
1 2 14 10 10 20 1.50
1 3 24 10 15 25 1.04
1 4 23 10 20 30 .93
(1) (5) (38) 10 25 35 (.92)
1 6 42 10 30 40 .95
1 7 44 10 35 45 1.02
1 8 44 10 40 50 1.13
1 9 42 10 45 55 1.31
1 10 30 10 50 60 2.00
Nivel óptimo de Producción. Cuando un empresario varía las unidades de uno de los factores de producción, mientras mantiene fijas las unidades
de los demás factores, alcanzará el nivel de producción óptima en aquel punto en donde el costo de ,producir una unidad del producto sea el más
bajo posible. El empresario alcanzó en este caso el nivel de producción óptima al emplear 5 unidades de X y 1 de Y para un producto total de 38
unidades.
El cuadro II presenta en la columna 6 los costos totales correspondientes a cada nivel de producción. Obsérvese que a medida que el empresario
ha ido aumentando las unidades del factor variable X, el producto total ha ido aumentando, y también el costo total. Para poder determinar cuándo
se 'ha alcanzado el nivel de producción más eficaz (producción óptima), es necesario computar el costo de producir una unidad (costo por unidad o
costo promedio). El costo por unidad se consigue dividiendo el costo total correspondiente a cada nivel de producción entre el número de unidades
producidas. El resultado de esta operación se presenta en la columna 7. Obsérvese que a medida que aumenta la producción (columna 2), el costo
por unidad se va reduciendo hasta llegar al nivel mínimo de $0.92, y luego comienza a aumentar al emplear 'la unidad número 6 del factor variable.
Por definición, el nivel óptimo de producción es de 38 unidades, ya que a este nivel el costo de producir una unidad del producto resulta ser el más
bajo posible.
Cuando un empresario varía las unidades de uno de los factores de producción, mientras mantiene constantes las unidades de los demás factores,
logrará el nivel de producción más eficaz (nivel óptimo de producción) cuando el costo de producir una unidad sea lo más bajo posible.
Combinación de Costo Mínimo
Otra situación que puede confrontar un empresario -es aquella en la que sólo está interesado en producir una cantidad fija del producto, y desea
conocer cuál es la combinación más eficaz que puede lograr con los factores de producción a su disposición. Hay siempre una determinada
combinación de factores que resulta la más productiva o eficaz. Aquella combinación que permita la producción de una determinada cantidad del
producto al más bajo costo posible es la combinación más eficaz. Esta es la combinación de costo mínimo.
Cuando un empresario combina los factores de producción en varias proporciones para lograr un nivel de producción fijo se confrontará con el
problema de la sustitución de los factores. Es decir, por cada unidad adicional. del factor X que emplee, el empresario tendrá que abandonar el
empleo de algunas unidades del factor Y; o para utilizar unidades adicionales de V, tendrá que dejar de emplear algunas unidades 'de X. Las
unidades de un factor que nos vemos obligados a abandonar para emplear unidades adicionales del otro, es lo que se conoce como el costo
marginal de sustitución de los factores. Por ejemplo, si para poder emplear una unidad adicional del factor X nos vemos obligados a abandonar el
empleo de 100 unidades del factor Y, el costo marginal de sustitución de los factores es 100 a 1.
El cuadro III de la -página que sigue, muestra en la columna 1 las 10 combinaciones posibles que puede lograr un empresario con 100 unidades del
factor Y e 10 unidades del factor X. Cada una de estas combinaciones le permite producir 100 unidades del producto. El objetivo. es conseguir
aquella combinación que permita producir las 100 unidades. del producto al costo total (o costo promedio) más bajo. Vamos a suponer que el
precio por unidad de los factores es de $5.00 para e! factor X y de $1.00 para el factor V.
En la columna (2) aparecen las unidades del factor X empleadas en cada una de las combinaciones, y en la columna (3) las unidades del factor Y.
En la columna (4) aparece el costo marginal de sustitución 'de los factores de producción. El costo marginal de sustitución de los factores expresa
el número de unidades de un factor que damos a cambio de una unidad del otro factor. El costo marginal de sustitución para la combinación B es
de 100:1. Esto quiere decir que para adquirir la unidad número 2 del factor X ha sido necesario abandonar el empleo de 100 unidades del factor Y.
En la columna (5) se presentan los costos de producir las 100 unidades del producto con cada una de las 10 diferentes combinaciones. El costo
total es igual al costo de las unidades empleadas del factor X más el costo de las unidades del factor Y.
Cuadro 111
DETERMINACIÓN DE LA COMBINACIÓN DE COSTO MÍNIMO
PARA PRODUCIR 100 UNIDADES DEL PRODUCTO
Precio de X = $5.00
Precio de Y $1.00
(1) (2) (3) (4)
Costo
Combinaciones de las unidades de los factores: marginal de
sustitución
Combinaciones X Y de Y por X Costo Total
A 1 300 -- $305
∆X=1 ∆Y=100
B 2 200 100-1 210
C 3 125 75-1 140
D 4 100 25-1 120
E 5 80 20-1 105
F 6 65 15-1 95
G 7 55 10-1 90
(H) (8) (50) (5-1) (90) = Combinación
De
I 9 47 3-1 92 Costo Mínimo
J 10 45 2-1 95
Combinación de Costo Mínimo. Un empresario logra la combinación de costo mínimo para producir una cantidad fija del producto en aquel punto en
donde el costo marginal de sustitución de los factores guarda la misma relación que guardan los precios de los factores entre sí. Para la
cornbinación H el costo marginal de sustitución es de cinco unidades de Y por una de X. Esta es la combinación de costo mínimo.
Si examinamos los costos totales correspondientes a cada combinación de los factores de producción que aparecen en la columna (5), es
sumamente fácil determinar la combinación de costo mínimo. Hay dos combinaciones de costo mínimo, G. Y H.
Hay otro modo de determinar la combinación de costo mínimo sin que para ello sea necesario computar los costos de producción. El precio de los
factores hemos dicho es de $5.00 para X y de $1.00 para Y. Esto quiere decir, o presupone, que una unidad de X es 5 veces más eficaz que una
unidad de Y; y que, por lo tanto, X e Y deben intercambiarse en una relación de 5 unidades de Y por 1 de X. Cuando logramos aquella combinación
en la que el costo marginal de sustitución de los factores guarda la misma relación que guardan los precios de los factores, tenemos la combinación
más eficaz, a la cual llamamos la combinación de costo mínimo. Esto tiene necesariamente que ser así, ya que para la combinación de costo
mínimo los factores de producción deben intercambiarse en proporción a su eficacia productiva.
Mientras demos más de 5 unidades de Y por 1 unidad de X, no estamos combinando los factores en la forma más eficaz, ya que no los estamos
intercambiando en proporción a su eficacia según ésta se refleja en los precios de los factores. Sólo allí, en donde el costo marginal de sustitución
es de 5 unidades de Y por 1 de X, es que se logra la combinación de costo mínimo, puesto que en este punto los factores se intercambian en
proporción a su eficacia.
Tasa de Rendimiento y la Combinación Óptima
Hasta aquí hemos limitado el análisis del problema del uso más eficaz de los recursos a la relación existente entre el costo de producción y el
empleo de cantidades determinadas de los factores de producción para lograr diferentes niveles de producción. Hemos definido la cornbinación
más eficaz como aquélla que permite producir una unidad del producto al más bajo costo posible. otra forma de plantearse el problema es
analizando el rendimiento obtenido de los factores de producción. Es decir, examinando la tasa de rendimiento físico de los factores de producción.
La tasa de rendimiento de los factores se refiere al número de unidades del producto que puede lograrse por cada dólar que se invierta en un
factor. La tasa de rendimiento se computa dividiendo el producto marginal del factor, a un nivel determinado de producción, entre el precio por
unidad del factor. Esta relación puede expresarse en la siguiente forma:
PM
R
P
en donde R significa tasa de rendimiento, PM significa el producto marginal y P el precio por unidad del factor.
Si al emplear una unidad del factor X cuyo precio suponemos es de $4, obtenemos un. producto marginal de 20 unidades del producto, la tasa de
productividad de este factor es de 5 unidades por cada dólar invertido:

PM
R  x  20  5
x P $4
x
Si a ese mismo nivel de producción el producto marginal de una unidad del factor Y es de12 unidades y el precio por unidad del factor es de $2.00,
la tasa de rendimiento de dicho factor es de 6 unidades.
La tasa de rendimiento de los factores de producción es un factor importante en la determinación de cómo disponer de los recursos económicos en
la forma más eficaz; puesto que en todo momento tratamos de lograr la máxima productividad con el más bajo costo posible y esto se logra cuando
invertimos cada dólar en aquel factor que nos provea el máximo rendimiento. Vamos a suponer que deseamos invertir un total de $10.00 en los
factores de producción X e Y; y que la tasa de rendimiento de dichos factores para cada nivel de producción es como se ilustra en el cuadro IV.
Supóngase que sólo invertimos un dólar en 'cada instante. ¿Cómo distribuiremos los $10.00 para lograr la máxima productividad o rendimiento?
¿Todos en X o todos en Y? ¿O convendría distribuirlos en X y en Y? Veamos:
Cuadro IV
TASA DE RENDIMIENTO DE X e Y
$ Rx $ Ry
1 80 1 60
2 72 2 58
3 64 3 56
4 56 4 54
5 48 5 52
6 40 6 50
7 24 7 48
8 8 8 20
9 2 9 10
10 1 10 5
395 413
Si invertimos todos los dólares en X obtendremos un rendimiento total de 395 unidades. Si los invertimos todos en Y obtendremos 413 unidades de
Y. Pero todavía podemos obtener un mayor rendimiento total si los distribuimos en X e Y seleccionando los mayores rendimientos.
Obviamente el primer, segundo y tercer. dólar, se emplearán en el factor X; ya que aquí conseguimos el máximo rendimiento. El cuarto y quinto
dólar se emplearán en Y; el sexto y séptimo uno en cada factor; el octavo, noveno y décimo en Y. Es decir, bajo las condiciones de rendimiento
expresadas, la distribución más eficaz la obtenemos cuando invertimos $6.00 en Y y $4.00 en X. Esta resulta ser la combinación de costo mínimo,
puesto que hemos alcanzado el máximo rendimiento obtenible con $10.00. Cualquiera otra combinación producirá un rendimiento menor, por lo
que resultará más costosa.
Del análisis anterior podemos llegar a la conclusión de que si deseamos-alcanzar el mayor rendimiento por cada dólar que invertimos será
conveniente transferir dólares del factor cuya tasa de rendimiento sea menor al factor cuya tasa de rendimiento sea mayor. Debemos recordar, no
obstante, que tarde o temprano la ley de rendimientos decrecientes empezará a surtir sus efectos. A medida que aumentamos el empleo del factor
de máximo rendimiento llegará un punto en que los rendimientos comenzarán a reducirse. Progresivamente llegará un punto en que no habrá
incentivo para seguir sustituyendo los factores de producción; puesto que un dólar invertido en un factor daría el mismo rendimiento si se invirtiera
en el otro factor. Es decir, llegará el momento en que la tasa de rendimiento de los factores sea exactamente igual. Aquel punto en donde la tasa de
rendimiento es exactamente igual para ambos factores nos da la combinación óptima o más eficaz de los factores de producción, o el nivel de
M x PM y
producción de costo mínimo, 
Px Py
La determinación de la combinación óptima o de costo mínimo, basándonos en la tasa de rendimiento de los factores, se ilustra en el cuadro V.

M x PM y
de rendimiento deI factor Y es decir cuando  La combinación más eficaz se logró en este caso con el empleo de 8 unidades de X
Px Py
y 10 de Y.
El empresario logrará la combinación más eficaz de los factores cuando emplea 8 unidades de X y 10 unidades de Y. En este punto la tasa de
productividad es igual para ambos factores. ¿Cómo podemos probar que esta es la combinación más eficaz? Esta no sería la combinación más
eficaz si al transferir un dólar de X a Y; o de Y a X, logramos un aumento en el rendimiento de ese dólar. ¿Qué ocurre cuando, llegado el punto en
que la tasa de rendimiento de X es igual a la de Y transferimos un dólar de X a Y? Como la tasa de rendimiento es de 3 unidades por dólar para
ambos factores en ese punto, al transferir un dólar de X a Y o de Y a X habrá una pérdida de 3 unidades. Tenemos que averiguar cuál es la tasa de
productividad de ese dólar transferido en su nueva ocupación. Las columnas 5 y 6 nos indican que al sacar un dólar de X perdemos 3 unidades; y
al invertirlo en Y obtenemos 1 unidad del producto.
Cuadro V
COMBINACIÓN ÓPTIMA DE LOS FACTORES DE PRODUCCIÓN X E Y
Precio por unidad de X = $4.00
Precio por unidad, de Y=$2.00
(1) (2) (3) (4) (5) (6)

Unidad Unidad
de X PMx de Y PMy

5 20 7 12 5.0 6.0
6 18 8 10 4.5 5.0
7 16 9 8 4.0 4.0
(8) (12) (10) (6) (3.0) (3.0)
9 6 11 2 1.5 1.0
10 0 12 0 0.0 0.0

Combinación óptima de los factores. La combinación óptima de los recursos se logra cuando la tasa de rendimiento del factor X es igual a la tasa
Esto es, la transferencia nos costó una pérdida neta de 2 unidades del producto. Por otro lado, al sacar un dólar de Y perderemos 3 unidades del
producto, y al invertirlo en X obtenemos 1.5 unidades, produciéndose una pérdida neta de 1.5 unidades del producto. Hemos pues llegado a un
punto en la combinación de los factores en que cualquier cambio que hagamos resultará en una reducción en el rendimiento de los factores de
producción. Ese punto, en que el empresario no siente incentivo alguno para variar la combinación de los factores resulta ser la combinación de
costo mínimo, o de máxima eficacia productiva. La combinación de costo mínimo o de máxima eficacia es siempre aquélla en donde el rendimiento
M x PM y
de un dólar es igual en cualquier ocupación. Es decir, en donde  Llegado este punto cualquier movimiento o cambio que se haga
Px Py
resultará en una reducción en el rendimiento de los factores.
Nivel de Producción y Capacidad Productiva
Hemos visto que una empresa puede ensayar varias combinaciones de los factores de producción para lograr varios niveles de producción, y aun
para un mismo nivel de producción. Pero una vez alcanzada la combinación más eficaz, su capacidad productiva estará limitada por el estado de
las técnicas de producción, el tamaño físico de la planta y la capacidad productiva del equipo o maquinaria. Es decir, la capacidad productiva de
una empresa será fija mientras se mantengan constantes las técnicas de producción, el espacio físico y el tipo y tamaño del equipo de producción.
Corrientemente se habla sin distinción, de capacidad productiva y nivel de producción; cuando en realidad se trata de dos conceptos diferentes. El
concepto capacidad productiva se refiere al potencial máximo de producción de una empresa cuando utiliza las técnicas de producción más
avanzadas, y utiliza al máximo su espacio físico y equipo. El concepto nivel de producción se refiere a la magnitud de la producción cuando ésta ha
sido reducida a menos de su (máxima) "capacidad productiva." Este nivel de producción puede variarlo la empresa dentro de los límites impuestos
por los factores arriba mencionados. Supongamos que con determinada técnica de producción, espacio físico y equipo, una empresa puede lograr
una producción máxima de 10,000 unidades del producto. Esta es su capacidad productiva. Pero es posible que las condiciones del mercado
aconsejan una producción más limitada. En este caso la empresa puede usar menos espacio, menos materia prima, reducir el tiempo de
operaciones, reducir el número de unidades de trabajo para funcionar a un nivel de producción más bajo del que le permite su capacidad
productiva. Es decir, dentro de los límites de su capacidad productiva, una empresa puede variar el nivel de producción para ajustarse a las
condiciones del mercado. Producirá a toda capacidad o a menos de su capacidad dependiendo de las expectativas generales del mercado.
1.B ASHWORTH, William
Breve historia de la economía internacional, desde 1850
Edit. Fondo de Cultura Económica, España, 1979
Págs. 44-63

Subtema 1.1 Definición e importancia de la economía agrícola

AGRICULTURA
Pero aunque el aumento y la creciente eficiencia de la manufactura eran factores básicos para la elevación de los niveles de vida, esta conquista
dependía también de cambios económicos complementarios de un tipo casi igualmente importante. Cambios en la extensión, en la técnica y en la
organización de la agricultura eran fundamentales. Un incremento en la manufactura necesitaba un incremento en la cantidad y en la variedad de la
producción agrícola para alimentar a aquellos trabajadores que en las circunstancias precedentes hubieran cosechado la mayor parte de sus
propios alimentos, y que habían dejado de hacerlo; para facilitar materias primas a la manufactura; y para contribuir, mediante un proceso de
intercambio, a un aumento del consumo que los nuevos métodos productivos hacían posible.
Una gran parte del incremento requerido en la productividad agrícola tuvo lugar en los propios países industrializados. Así ocurrió, principalmente,
en las primeras fases de la industrialización, y, de nuevo, a mediados del siglo XX. En el tercer cuarto del siglo XIX, fue Inglaterra, el primer país
manufacturero, el que sirvió también al resto del mundo de modelo en la producción de artículos agrícolas. Algunos de los tributos pagados a su
agricultura fueron, indudablemente, más pesados de lo que su éxito justificaba, pero las mejoras en la agricultura de aquel período contribuyeron a
la elevación del nivel de vida de una proporción considerable de la población. El avance de la agricultura británica de aquel tiempo dependió de la
concentración de la propiedad de la tierra en manos de una pequeña clase rica, cuyos miembros estaban dispuestos a hacer grandes inversiones
en sus fincas; de la extendida adopción de nuevos métodos técnicos, y de la abundancia de mano de obra barata. La concentración de la
propiedad de la tierra había ido aumentando, intermitente, desde el siglo XVII, como resultado de alianzas matrimoniales de conveniencia, de la
existencia de la ley y de la costumbre de la primogenitura, de la práctica extendida entre la aristocracia de vincular sus fincas y de establecer
rigurosos acuerdos de familia, renovados en cada generación, y de la inversión de fortunas comerciales en la tierra. El gran movimiento de
vallados, a partir de 1760, llevó la concentración a su punto máximo, al colocar a muchos pequeños propietarios en una posición en la que tenían
que elegir entre retener una hacienda antieconómica o venderla a un vecino más rico. En 1873, la concentración había llegado a tal punto, que
1.688 personas poseían 14.200.000 acres en Inglatera y Gales; 40.400.000 acres, de la totalidad de 77 millones de acres del Reino Unido,
pertenecían a 2.500 personas solamente. Una pequeña parte de aquellas vastas haciendas era trabajada por sus propietarios, pero la mayor parte
de la extensión estaba ocupada por arrendatarios, con importantes fincas en la Gran Bretaña, por lo general. La calidad de la agricultura, sin
embargo, dependía, en gran parte, de los señores de la tierra, porque facilitaban todo el capital fijo de sus haciendas, y, en su mayoría, ejercían un
control muy estrecho de las prácticas agrícolas de sus arrendatarios.
Determinadas mejoras agrícolas, mediante la adopción de nuevas rotaciones de cosechas, el mayor empleo de producción de tubérculos
(especialmente patatas y nabos), la práctica de cavar y plantar, intentos de cría científica del ganado y el cultivo de tierras yermas, se habían
llevado a cabo en el siglo XVIII, cuando su adopción se debía, principalmente, a algunos de los grandes señores. Pero parece evidente que la
mayor parte de estas mejoras no era, en modo alguno, general. El vallado no iba acompañado de un cambio grande y universal en la eficiencia de
la agricultura inglesa. Pero el vallado, y más especialmente la extinción del control comunal sobre la práctica agrícola que lo acompañaba donde no
lo había precedido, facilitó la adopción de nuevos métodos después. El conocimiento y la aceptación de nuevos métodos se difundieron sólo
gradualmente, pero, a medida que la experiencia separaba lo auténticamente beneficioso de lo simplemente extraño, y a medida que la magnitud
del mercado aumentaba, se produjeron cambios generales, especialmente entre 1840 y 1880. En aquella época se efectuaron avances técnicos de
nuevos tipos y se adoptaron extensivamente con mucha más rapidez que los descubrimientos anteriores. Además de muchas mejoras en
máquinas y en utensilios agrícolas, se idearon nuevos métodos de drenaje y se llevaron a cabo grandes avances en la aplicación de la química a la
agricultura. Los terratenientes británicos gastaron grandes sumas en drenaje. En esto fueron ayudados, tras la derogación de las Leyes de
Cereales, por la asistencia del estado mediante préstamos a bajas tasas de interés; en treinta años, aquellos préstamos superaban los 12 millones
de libras esterlinas. Pero una buena parte salió también de los propios recursos financieros de los terratenientes. La aplicación de fertilizantes
artificiales aumentó rápidamente, y se produjo una constante extensión del uso de la maquinaria agrícola, la mayor parte de ella movida por
caballos, y sólo alguna por vapor. Pero sólo unas pocas actividades se mecanizaron. La numerosa fuerza de trabajo, que fue aumentando de
volumen hasta los años cincuenta, y decayó rápidamente sólo con posterioridad a 1880, hizo posible la obtención de grandes rendimientos de la
tierra, sin un alto grado de mecanización. Pero el insumo total en la agricultura había alcanzado una magnitud sin precedentes, y esto fue lo que
permitió una alta producción media respecto a la extensión.
Sin embargo, por grande que fuese la mejora de la agricultura no podía hacer frente a todas las exigencias de una sociedad industrial en la misma
área. Inglaterra estaba haciéndose cada vez más dependiente de los artículos alimenticios extranjeros, a la vez que su agricultura nacional estaba
realizando sus mayores avances. Además, pronto se alcanzó un punto en el que los artículos extranjeros podían ya no sólo complementar, sino
sustituir provechosamente una gran parte de la producción nacional de determinados alimentos, especialmente cereales. En tales circunstancias, la
agricultura británica tuvo que adaptarse a un papel más limitado, mientras intentaba, de todos modos, continuar siendo beneficiosa. El desarrollo de
la economía manufacturera del país le ayudaba a conseguirlo, contribuyendo, mediante una expansión general de ingresos, al gran crecimiento de
la demanda de aquellos artículos alimenticios en los que los agricultores nacionales se encontraban en una desventaja competitiva mucho menor:
productos lácteos, frutas y hortalizas. Dedicando a estos artículos una mayor atención, reduciendo la inversión y la fuerza de trabajo, pero
empleando los recursos disminuidos más cuidadosamente, a fin de mantener los altos rendimientos anteriores por acre, y rebajando drásticamente
las rentas a los terratenientes (cuya posibilidad de colocar nuevo capital en sus haciendas y cuyo control de la práctica agrícola se vieron
notablemente mermados), la agricultura británica se mantuvo prósperamente, no sin dificultades.
Aunque muchos granjeros individuales sufrieron grandes pérdidas, la agricultura como conjunto disfrutó de una moderada prosperidad en los
primeros años del siglo XX. Todavía era posible, en caso necesario, obtener un mayor rendimiento de la tierra, dedicándole más esfuerzo y más
capital, aunque la ayuda del gobierno era necesaria para garantizar estas adiciones, a causa de la debilitada posición económica de los
terratenientes. Así se consiguió un apreciable aumento en la producción durante la Primera Guerra Mundial. Pero, unos años después, la
agricultura había regresado a su situación de anteguerra, de tal modo que, por ejemplo, la producción de grano volvió a ser inferior a una quinta
parte del consumo, en lugar de una tercera parte como al final de la guerra. El deterioro de la situación comercial internacional británica en los años
treinta facilitó un cierto impulso a la expansión de la agricultura nacional, mediante la seguridad de unos precios mínimos y la garantía de subsidios
para determinadas mercancías, y la parcial reserva de mercados por medio de tarifas y cuotas. Pero solamente las necesidades que surgieron, una
vez más, de la guerra mundial, y, después, un cambio en las condiciones competitivas internacionales, pues el costo de la compra de alimentos en
el exterior subía rápidamente, dieron origen a una importante expansión. Una vez más, con la ayuda de mucha asistencia financiera del gobierno,
se produjo un marcado incremento en el insumo, no sólo de la fuerza de trabajo, sino también, más especialmente, del capital, de modo que la
agricultura británica se convirtió en una de las más altamente mecanizadas del mundo; y la producción aumentó en gran medida, aunque Inglaterra
continuaba dependiendo profundamente de la producción de muchos países del mundo para el abastecimiento de la mayor parte de sus artículos
alimenticios.
En ningún otro país hubo una transición tan brusca desde una rápida expansión de la agricultura nacional hasta una abrumadora dependencia de
una expansión más barata en otra parte. Pero problemas fundamentales del abastecimiento alimenticio similares a los experimentados por la Gran
Bretaña surgieron en muchos otros sitios, y las nuevas oportunidades de producción y venta que se derivaban de la industrialización afectaron a la
agricultura en casi todos los países del mundo.
La necesidad de incrementar la productividad agrícola en algunos países europeos, a medida que la población y la manufactura aumentaban en el
siglo XIX, pudo ser y fue satisfecha, en parte, copiando y adaptando los perfeccionamientos técnicos ingleses, aunque no el sistema agrario inglés.
El cultivo de la tierra (especialmente importante en Francia durante la segunda mitad del siglo), la introducción de fertilizantes químicos, el uso de
instrumentos y máquinas de labranza más numerosos y mejor diseñados, una mejor cría del ganado, nuevos métodos de atajar las enfermedades
de plantas y animales, todos estos factores contribuyeron en gran medida a la expansión de la producción agrícola. El vallado y la reunión de
haciendas diseminadas, que suelen considerarse, erróneamente, como la base del perfeccionamiento agrícola inglés, fueron, sin duda, menos
importantes. Tanto en Francia como en Alemania, el vallado físico se desarrolló muy lentamente, la reunión de haciendas fue sólo un poco menos
lenta, pero el declinar del uso comunal de la tierra y del control comunal de la rotación de las cosechas fue más rápido, y los obstáculos
institucionales a la innovación técnica disminuyeron considerablemente a finales del siglo XIX. La agricultura nacional de la mayoría de los países
industriales europeos se vio protegida por tarifas contra la durísima competencia que se desarrolló a partir de 1870, y logró satisfacer una gran
proporción de la creciente demanda nacional de alimentos. En realidad, donde, como en Francia, el país no distraía la mayor parte de sus recursos
en actividades secundarias y terciarias, era posible permanecer casi autosuficiente en artículos alimenticios. Pero donde la industrialización se llevó
un poco más allá, la producción de la agricultura nacional y la demanda de artículos alimenticios importados aumentaron simultáneamente.
Muchos de estos artículos importados procedían de lugares relativamente cercanos, en parte por ahorrar en los costos de transporte, y en parte
porque varias regiones adaptaron deliberadamente su agricultura a la satisfacción de las nuevas necesidades que surgían en sus vecinos, más
altamente industrializados. Como la industrialización condujo a una reducción en la autosuficiencia, transformó por completo las condiciones de
mercado para la agricultura en una área muy extensa. Aunque el rápido crecimiento de la manufactura se limitó, en la Europa Occidental, a muy
pocas regiones en la segunda mitad del siglo XIX, estimuló un gran crecimiento en la comercialización de la agricultura en casi toda la Europa
Central y Occidental y también en partes de la Europa Oriental.
La producción en esta área de un gran excedente de artículos alimenticios para la venta se alcanzó en un marco institucional que había surgido con
una total independencia y que no estaba especialmente adaptado a esta finalidad. Las formas de la organización agraria estaban determinadas,
principalmente, por los arreglos que habían existido cuando la servidumbre estaba vigente y por la relativa fuerza política de las distintas clases
rurales en el tiempo de la emancipación, que estaba teniendo lugar en diversas partes de Europa desde el siglo XVIII hasta finales del XIX. En la
Europa postfeudal, avanzado ya el siglo XIX, aunque hubo innumerables variaciones de detalle, habían surgido dos sistemas agrarios principales:
la propiedad campesina de fincas pequeñas y las grandes haciendas cultivadas por sus dueños con trabajo asalariado. Las fincas campesinas, en
su mayor parte, eran las sucesoras de lo que se había poseído como pertenencia de siervos en el sistema feudal; las grandes haciendas eran las
sucesoras de las heredades feudales. Pero, en el curso de la emancipación, en algunos países ―Francia, por ejemplo―, los campesinos pudieron
acrecentar sus fincas con tierras de la heredad; en otros, incluso en Prusia y en Rusia, las haciendas de los señores se extendieron mediante
cesiones obligatorias de tierra por parte de los siervos liberados. Después de la emancipación, la mayor parte de la tierra de la Europa Occidental
pertenecía a los campesinos y la mayor parte de las grandes haciendas estaba en la Europa Central y en la Oriental, aunque había zonas de
España, de la Italia meridional y de Sicilia donde éstas predominaban y había grandes partes de la Europa Central y de la Oriental en las que
predominaba la propiedad campesina. Tras el derrumbamiento de los grandes imperios continentales durante la Primera Guerra Mundial, y tras el
cambio del equilibrio en el poder político dentro de sus antiguos territorios, la propiedad campesina se extendió aún más mediante la roturación de
las grandes haciendas, de modo que, en 1930, Hungría y Polonia occidental eran las únicas partes de la Europa Central y de la Oriental donde
éstas predominaban todavía.
Algunas grandes haciendas, mientras eran todavía heredades feudales, habían sido organizadas para abastecer un mercado nacional o
internacional; las de Prusia oriental eran de considerable importancia para el comercio internacional mucho antes del siglo XIX. Pero las fincas
campesinas, en la mayoría de los sitios, no solían destinar más que un pequeño excedente a un mercado local. Sin embargo, a finales del siglo XIX
y en el XX, la agricultura campesina estaba contribuyendo notablemente a la alimentación de la Europa industrializada. Esto era posible porque la
agricultura de las regiones más próximas a los crecientes mercados industriales estaba, sobre todo, en manos de campesinos. La propia familia del
agricultor facilitaba suficiente fuerza de trabajo, la emancipación había proporcionado la tierra, y el crecimiento del empleo industrial y de la
emigración evitaban la necesidad de subdividir las fincas. Los problemas reales consistían en saber si el gasto de la introducción de métodos de
labranza perfeccionados podía recuperarse en una finca pequeña, si el conocimiento de tales métodos perfeccionados podían difundirse
enteramente y si la financiación que su protección implicaba podía obtenerse en términos razonables. Todos estos problemas se resolvieron en la
Europa Occidental.
La relación de técnica a escala no implicó, durante mucho tiempo, dificultades muy grandes. La mayor parte de los mejores perfeccionamientos en
la productividad agrícola no exigía grandes adiciones de equipamiento capital indivisible que impusieran unos gastos generales que necesitasen la
distribución de los mismos sobre una producción muy extensa. Las innovaciones de este tipo fueron más importantes, sin embargo, en la
elaboración, y ahí el problema del gasto fue superado mediante la cooperación. Ésta tuvo su máximo desarrollo en Dinamarca, que, desde 1880
aproximadamente, transformó su vida económica a fin de obtener ventajas de la demanda de las áreas industriales, necesitadas de productos
lácteos. Entre 1880 y 1909 se fundaron en Dinamarca 3.600 sociedades cooperativas agrícolas. Atendían no sólo a la producción de manteca y
tocino y al embalaje de huevos, sino también a la compra de artículos y al embarque y venta de víveres, efectuando así un gran ahorro en gastos
generales para el agricultor individual. El éxito danés en la cooperación sirvió como modelo para una gran parte del resto de Europa, y en los
primeros años del siglo XIX el número de sociedades cooperativas fue creciendo muy rápidamente en casi todas las comunidades campesinas que
estaban en fácil contacto con los mercados industriales.
La experiencia de la cooperación fue un factor que contribuyó a difundir el conocimiento de los mejores métodos productivos. Otras sociedades de
organización privada colaboraron al mismo fin, y lo mismo sucedió con las actividades de los gobiernos, al facilitar, no sólo escuelas de educación
agrícola, sino también los medios de una educación más general sobre la que debe descansar el éxito de toda enseñanza técnica. La cooperación
desempeñó también un gran papel, al permitir la financiación del perfeccionamiento agrícola. En Alemania se desarrollaron varios tipos de banca
cooperativa en el siglo XIX, siendo las más poderosas las cajas rurales Raiffeisen, formadas por primera vez en 1894, y copiadas después, con
adaptaciones locales, en muchas partes de Europa, Asia y África. El rasgo esencial de estas cajas era el de que todos sus miembros
comprometían todas sus posesiones como garantía de la solvencia de las cajas. Las cajas podían reunir un cierto volumen de capital mediante
préstamo y esto, unido a los depósitos recibidos y a algún capital por acciones (los primeros ejemplos alemanes no tenían ninguno), proporcionaba
un fondo del que podían hacerse préstamos, a unas tasas razonables de interés, a miembros solventes para planes correctos de mejora. Las cajas
cooperativas de este tipo, administradas a muy bajo costo por empleados honorarios, resultaron sumamente prósperas e hicieron posible que
muchos granjeros diesen los primeros pasos hacia una producción más intensiva. Una vez alcanzada cierta intensificación y puesta en el mercado
una producción mayor, el incremento en los ingresos resultante hacía más fácil la acumulación de capital para una mejora ulterior.
Todos estos cambios contribuyeron a hacer posible en el siglo XX que un trabajo agrícola intensivo en haciendas familiares no superiores a unos
cincuenta acres, con una capitalización muy alta en proporción con la extensión y con un bajo volumen de trabajo asalariado, se estableciese
sólidamente en muchas partes de la Europa Occidental, incluyendo las áreas rurales de los países más industrializados. El cultivo de este tipo
cubría una amplia y creciente parte de las exigencias de artículos alimenticios, principalmente de productos lácteos y de ganadería, de las regiones
industriales. Dinamarca, los Países Bajos y Suiza, en especial, establecieron prósperas agriculturas de este tipo, fundamentalmente dependientes
de los mercados de exportación, y que proporcionaban niveles de vida relativamente altos a la población rural.
El cultivo campesino en Europa contribuyó mucho menos a satisfacer la creciente demanda de grano de las regiones industriales. La mayor parte
de los cereales cosechados en pequeñas granjas se consumía localmente. Pero, durante el siglo XIX, las grandes haciendas de la Europa Oriental,
especialmente en Hungría, Rumanía y Rusia, contribuyeron cada vez en mayor medida al comercio internacional del grano. Desde 1880,
aproximadamente, la expansión de las exportaciones fue especialmente rápida, y, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, Rusia y los países
danubianos suministraban más de 6.500.000 toneladas de trigo anuales al resto del mundo, es decir, más del 40% del volumen total del comercio
internacional de trigo. El aumento de producción puede atribuirse, probablemente, no tanto a los mejores métodos y equipamientos, aunque éstos
tuvieran su parte, como a la más intensiva aplicación de fuerza de trabajo que el aumento de población hacía posible, al no existir un aumento
correspondiente en las posibilidades de empleo.
La dispersión de las grandes haciendas después de la Primera Guerra Mundial dio origen a un gran aumento en la proporción de productos
consumidos localmente y a una correspondiente disminución de los artículos que aquella región colocaba en el mercado internacional. En una gran
parte de la zona predominaba el labrantío y la tasa de acumulación de capital era muy baja. A causa de esto y de que el desarrollo de una
maquinaria más costosa ofrecía una mayor eficiencia, surgieron dudas acerca de si las nuevas demandas que aparecerían después como
resultado de la industrialización más próxima al país podrían ser satisfechas por los granjeros campesinos.
En la U.R.S.S., donde la uniformidad de las condiciones del suelo en grandes extensiones hacía especialmente grandes las ventajas de la
mecanización, se llegó a la conclusión de que no podrían. El problema que se planteó con la adopción del primer plan quinquenal, en 1928, fue el
de aumentar la producción por hombre en la agricultura, a fin de poder dedicar más fuerza de trabajo a la manufactura y de disponer de más
artículos alimenticios. Esto era necesario, no sólo para el consumo en las nacientes regiones industriales, sino también para la exportación como
medio de pago de aquellos equipamientos de industrialización esenciales que era preciso importar. La solución se buscó en la colectivización, que
se extendió mucho más rápidamente de lo que en principio se había proyectado. Entre 1929 y 1934 se organizaron 18 millones de granjas
campesinas en 250.000 granjas colectivas que utilizaban maquinaria moderna.
Al comienzo, el experimento fue un fracaso, tanto en el aspecto económico como en el humano. Los campesinos opusieron resistencia a la
colectivización, pasiva y activamente, en especial dando muerte a grandes cantidades de animales de sus granjas, antes que entregarlos a las
nuevas granjas colectivas. El excedente necesario para el mercado no podía obtenerse del incremento de la producción, y se intentó, en cambio,
mediante el empleo de una organización más rigurosa para rebajar el volumen del consumo de los propios campesinos, que, a veces, llegaba cerca
del nivel del hambre. Gradualmente, las cosas mejoraron, aunque mucho menos de lo que, aseguraban las estadísticas oficiales contemporáneas.
Una gran cantidad de fuerza de trabajo se liberó para dedicarse a la industria, y, en parte porque la población agrícola había sido tan enorme que
había inducido a que se la emplease ruinosamente, esta pérdida se vio equilibrada por una mayor producción por hombre entre los que se
quedaron. Pero un progreso ulterior se vio entorpecido porque la inversión en la agricultura estaba subordinada a la inversión en la industria. Las
pérdidas en la ganadería, causadas en los primeros días de la colectivización, no fueron totalmente reemplazadas durante los años treinta. Un
reciente índice oficial de producción, que no parece estar influido por las inhibiciones políticas que determinaban la forma en que se presentaban
las estadísticas de la época, refleja (con 1913 como año base) un descenso en la cría de ganado, de 129 en 1929, a 119 en 1939. El
correspondiente índice de producción cosechada se elevó, de 116 en 1929, a 125 en 1939, pero, incluso en las cosechas, el rendimiento físico por
hectárea, a pesar de que se había reanimado apreciablemente en los años treinta, seguía siendo un poco inferior al nivel de 1913. Para garantizar
la satisfacción de las necesidades urbanas, el gobierno continuó, pues, manteniendo a muy bajo nivel el consumo de la población agrícola. Esto, a
su vez, reducía al mínimo los incentivos dados a los que se dedicaban a la agricultura, y contribuía a mantener baja la eficiencia agrícola. Veinte
años de tal política, juntamente con las pérdidas causadas por la guerra, dejaron a la agricultura en una situación en la que era cada vez más difícil
atender a las necesidades de la industria y de las ciudades, aun cuando la producción y la productividad se habían elevado en términos absolutos.
A partir de 1953, la población agrícola se vio estimulada por las reducciones en las requisas obligatorias por los aumentos salariales y por las
elevadísimas subidas en los precios pagados por los productos agrícolas, a la vez que la inversión y la extensión cultivada se acrecentaban más
rápidamente que antes. Como resultado de ello, a pesar de algunos serios fracasos (por ejemplo, en la producción de las nuevas tierras), la
producción agrícola parece haber aumentado mucho más de prisa durante unos pocos años, pues las cifras de la producción de grano, de leche y
de carne, en 1960, son superiores, en más de un 50 %, a las de 1953. Pero el aumento de la producción se vio nuevamente frenado, y otra vez se
retrasó en relación con las necesidades industriales. Así, las conquistas económicas de la colectivización no fueron muy notables. Sin embargo,
cuando, después de la Segunda Guerra Mundial, se presentó el mismo problema de aumentar la producción de artículos alimenticios en otras
partes de Europa Oriental, a fin de ayudar a la industrialización, se buscó una solución recurriendo a medidas bastante similares. Los motivos eran,
indudablemente, políticos e ideológicos. Los resultados económicos fueron diversos, pero, en muchos sitios, parecieron tener bastante en común
con los de las primeras etapas de la colectivización rusa.
La colonización interna y la intensificación de la agricultura permitieron a los viejos países de Europa satisfacer muchas de las crecientes
necesidades de industrialización, pero no todas, desde luego. Por primera vez, se presentó la necesidad y se dispuso de los medios para utilizar los
grandes espacios fértiles hasta entonces casi inocupados de los Estados Unidos, Canadá, Brasil, Uruguay, Argentina, Australia, Nueva Zelanda y
Siberia. En estos países los problemas eran muy distintos. No había necesidad de buscar los medios de arrancar el máximo rendimiento a una
tierra limitada y superpoblada. Durante la mayor parte del siglo XIX la tierra fue tan abundante en estos países (excepto cuando su donación se
veía restringida por orden del gobierno, que, normalmente, no alcanzaba a grandes extensiones), que ni su costo ni la necesidad de mantener su
fertilidad constituían una consideración agrícola importante. Lo que se buscaba era algún medio, además de una gran dedicación de fuerza de
trabajo, que permitiese asegurar lo que la tierra daría con un mínimo adecuado de dirección humana.
Los métodos adoptados variaron notablemente, según las condiciones naturales, la accesibilidad de los mercados y la amplitud de los recursos de
los colonos. Incluso en estas nuevas áreas, los primeros colonizadores, en cada frontera, no podían hacer nada, generalmente, más que proveer a
su propia subsistencia. Pero donde había buenas condiciones naturales y a medida que se extendían las comunicaciones artificiales, iba siendo
posible la especialización. En zonas de tierra muy abierta y de pocos colonos, que se hallasen en contacto con regiones más populosas, una
posibilidad que resultaba cada vez más atractiva, a medida que se ampliaba la demanda de lana, de piel y de carne, por parte de las áreas
industriales, era la de intensificar la cría de ganado. En Australia, por ejemplo, a principios del siglo XIX, las áreas de colonización estaban cerca de
la costa y se caracterizaban por la cría de ovejas a muy grande escala, que gradualmente fue siendo empujada hacia el interior por el ganado
mayor. A medida que la colonización aumentaba, éste, a su vez, era sustituido, en algunas regiones, por el labrantío, y los cuidadores del ganado
se desplazaban hacia el norte, a otros distritos costeros y a partes del interior. Había una gran abundancia de tierra, y podían arrendarse grandes
extensiones por una suma insignificante: la renta nominal era, solamente, de alrededor de una libra por milla cuadrada y por afo, y, a falta de una
cuidadosa vigilancia, podía, en realidad, ser mucho menor aún. En tales condiciones, grandes rebaños y manadas podían conservarse en un
sistema seminómada. Una vez que se establecieron unas pocas colonias permanentes, con comunicaciones regulares, este sistema pudo
aplicarse, y se aplicó, a una área muy extensa, porque los ganaderos mantenían sus propias comunicaciones a caballo, y los animales podían ser
conducidos a pie a través de largas distancias.
Condiciones similares condujeron a una amplia organización en ranchos en otras partes. En América del Norte, esta organización había existido en
las proximidades de muchos asentamientos en tiempos coloniales, y, en la primera mitad del siglo XIX, aumentó de un modo considerable,
especialmente en Tejas. Su máximo desarrollo tuvo lugar en los veinte años siguientes a la guerra civil americana. Las tierras del otro lado del
Mississippi iban siendo entonces mejor conocidas, pero la colonización permanente del Oeste no había hecho más que empezar; el mercado
americano estaba extendiéndose rápidamente, y el desplazamiento hacia el Oeste de las estaciones ferroviarias y la industria de la carne envasada
contribuyeron a que los ganaderos del Oeste se mantuviesen a la altura de aquel mercado. Desde el oeste de Tejas hasta la frontera de Manitoba
podía disponerse de una gran extensión abierta de tierra para el ganado, sin pagar ninguna renta, y un rebaño podía vagar por vastísimas
comarcas. En Tejas, en los años setenta, un solo ranchero tenía una extensión de cuatro millones de acres en la que mantenía 225.000 cabezas
de ganado. Más al oeste, en tierras más áridas, había una considerable cría de ovejas por parte de colonos intrusos con grandes rebaños
trashumantes, que se desplazaban por zonas muy extensas. El fin de este sistema sobrevino con el aumento de la colonia permanente, cuando las
tierras de los colonos usurpadores fueron ocupadas por otros y gradualmente cultivadas, y la invención del alambre de espinos barato permitió
confinar el ganado en una extensión cada vez más pequeña. Pero, en condiciones más estables y definidas, en los Estados Unidos continuó
todavía la cría de ganado a muy grande escala. En otras varias partes del mundo, sobre todo en la Argentina, Uruguay y Brasil, fue extendiéndose
rápidamente a finales del siglo XIX, y la Europa industrial pasó a depender de ellos para una considerable proporción de su abastecimiento de
carne.
Las nuevas tierras contribuyeron también mucho a satisfacer las demandas de grano de las regiones industriales desde 1870, aproximadamente,
en adelante. Entre las nuevas fuentes de abastecimiento, las primeras y más importantes fueron las praderas del Canadá y las tierras del otro lado
del Mississippi, en los Estados Unidos. La colonización del Oeste americano, en el último tercio del siglo XIX, prosiguió en unas condiciones que
permitieron la producción especializada desde el principio. Los ferrocarriles estaban ya iniciados, y los granjeros se hallaban en contacto con los
mercados rápidamente crecientes de los estados del Este, y, más allá, con los de la Europa Occidental, que fueron tan importantes como el
mercado interior hasta finales del siglo XIX. En los estados norteños del Oeste americano, y en las provincias canadienses fronterizas, existió la
especialización en la producción de trigo desde los comienzos de la verdadera colonización. Inmediatamente al sur, la especialización se dirigió al
cultivo de maíz para la ganadería.
Donde había extensas superficies de cultivo, con limitadas posibilidades de fuerza de trabajo y fácil acceso a mercados importantes, fue donde la
mecanización contribuyó más notablemente al impulso de la agricultura en la segunda mitad del siglo XIX. Se prestó una especial atención a la
economía en el empleo de la fuerza de trabajo, y las máquinas más útiles de todas fueron las que reducían la necesidad de fuerza de trabajo
humana en momentos de máxima demanda, como el de la cosecha. Aunque, en la primera mitad del siglo XIX, se habían introducido eficaces
segadoras y trilladoras, en ninguna parte se utilizaban, de modo general, en 1850. En el medio siglo siguiente se extendió notablemente la
mecanización de la agricultura. Las segadoras se complementaron con agavilladoras, y, antes del final del siglo, segadoras, agavilladoras y
trilladoras fueron reuniéndose y combinándose en eficaces cosechadoras. Se inventaron nuevas máquinas para sembrar y gradar, y para todas las
operaciones de secado y apilamiento del heno. En los Estados Unidos, sobre todo, se utilizaron muchísimo estas invenciones. El valor de los
instrumentos y de la maquinaria de granja se elevó desde 246 millones de dólares en 1860, a 761 millones en 1900, ya 1.265 millones en 1910. En
el siglo XX, pronto se hizo posible la introducción de la energía mecánica en la agricultura. Las máquinas tiradas por caballos fueron sustituidas por
otras impulsadas por motores de petróleo, y el uso de la electricidad permitió que la maquinaria realizase más tareas, especialmente dentro de los
edificios de las granjas. El incremento de la mecanización continuó. En los Estados Unidos, el valor de la maquinaria agrícola llegó a los 3.600
millones de dólares en 1930, y hubo un rápido crecimiento en el siglo XX en cuanto al empleo de maquinaria en todos los países agrícolas
importantes. La mecanización contribuyó notablemente a un gran incremento en la productividad de la fuerza de trabajo agrícola, que en los
Estados Unidos se calculó que se había cuadruplicado (en términos de producto neto por hombre-hora) entre 1869 y 1955.
La introducción de la agricultura extensiva en áreas de tierra enormes y no acostumbradas fue, tal vez, el más importante de todos los factores que
permitieron que el mundo sostuviese una población que se duplicó en un siglo, mientras se dedicaba a la producción de alimentos, directamente,
una menor proporción del total. Pero si bien el balance arrojó una enorme ganancia en la producción, hubo algunas pérdidas que deben anotarse
en contra. Algunas tierras que habrían podido ser fuentes permanentes de producción se trabajaron para que diesen un rendimiento durante un
período, dejándolas imposibilitadas para producir más, temporalmente al menos. La gran abundancia de tierras en los nuevos países con fronteras
móviles tentó a muchos hombres a utilizarlas despilfarradamente. Se les arrancaron cosechas sucesivas y agotadoras, sin el menor propósito de
una rotación científica, y sin la adecuada aplicación de estiércol o de otros fertilizantes. Otras actividades a las que se vieron sometidas las tierras,
tales como un rápido desboscamiento sin replantación, contribuyeron también a reducir la fertilidad en algunas regiones. La extensión de este
deterioro en el mundo, como conjunto, es objeto de muchas dudas y controversias. Sólo en los Estados Unidos, la investigación reveló, en 1930,
que, en una área de cosechas de 413 millones de acres, 35 millones de acres estaban inservibles para ulteriores cultivos y otros 125 millones de
acres habían sufrido algún descenso en la productividad a causa de la capa superior de tierra. Aunque no puede haber duda de que todo lo que se
hizo para cambiar el carácter y la extensión de la agricultura aumentó enormemente las posibilidades del mundo en orden a la satisfacción de sus
crecientes necesidades básicas, está claro que la forma en que se hizo impidió que la mejora fuese tan grande como podía haber sido.
Ni el más intenso uso de la tierra próxima a las nuevas regiones manufactureras ni la colonización agrícola de las tierras desocupadas y fértiles en
las latitudes templadas eran suficientes para satisfacer todas las demandas que una economía manufacturera planteaba a la producción primitiva.
Se exigió una contribución mayor que antes de las regiones tropicales y subtropicales. Las pocas mercancías, como el azúcar, el té y el tabaco,
que aquellas regiones habían facilitado anteriormente a Europa en cantidades importantes eran objeto de una demanda mucho mayor, a medida
que la población y el nivel medio de ingresos se elevaban. El ensanchamiento de la gama de manufacturas dependía, necesariamente, de una
oferta de materias primas que fuesen enteramente nuevas o que anteriormente hubieran sido poco empleadas. A comienzos del siglo XIX, el
algodón en rama estaba convirtiéndose en una de las principales mercancías del comercio internacional. Unos cien años después, el caucho iba
adquiriendo una importancia comparable, a pesar de que, en aquel tiempo, no era usual que la industria emplease nuevas materias primas
agrícolas, y a mediados del siglo XX el caucho empezó a ser parcialmente reemplazado por sustitutos sintéticos. La elevación de los ingresos
condujo también a una demanda de artículos alimenticios más variados que se satisfacía, en parte, mediante la producción tropical. Mercancías
que antes habían sido de lujo, como el café y el cacao, se convirtieron en artículos de consumo masivo. Frutos exóticos, como el plátano y la piña,
que hasta bien entrado el siglo XIX pocas personas habían visto siquiera en la Europa Occidental, pasaron a embarcarse por millones durante el
siglo XX.
Muchos de los problemas económicos que habían de resolverse asegurando una producción adecuada por parte de las regiones tropicales eran
fundamentalmente los mismos que existían en otras partes para la agricultura, pero se manifestaban de diferentes formas. Una dificultad consistía
en que, como en muchas regiones templadas, una gran cantidad de tierra buena estaba infrautilizada o abandonada enteramente a la naturaleza
por falta de fuerza de trabajo. Pero esto no podía remediarse simplemente atrayendo de otras zonas superpobladas a colonizadores libres con
suficientes posesiones y conocimiento para hacer un uso eficaz de la tierra. La solución, dentro del volumen limitado de la agricultura colonial
tropical de los siglos XVII y XVIII, había sido la de importar y criar esclavos para emplearlos bajo supervisión blanca. Pero en el cultivo de algunas
cosechas tropicales, por lo menos, la esclavitud era un sistema costoso e ineficaz; a finales del siglo XVIII, la experiencia de los plantadores de
tabaco de Virginia y de los plantadores de azúcar de las Antillas iba descubriendo la dificultad de mantener la productividad de la fuerza de trabajo
esclava a un nivel económico. La solución ideada fue un empleo mayor de las máquinas, y donde, para una operación clave, pudo proyectarse algo
muy simple, se obtuvieron grandes mejoras. La máquina demostadora de algodón de Whitney, inventada en 1793, era el ejemplo más destacado
de tal contribución, especialmente valiosa porque podía moverse mediante energía mecánica. Pero una maquinaria conveniente, ahorradora de
fuerza de trabajo, que pudiera utilizarse en el cultivo de muchos tipos de cosechas tropicales era difícil de proyectar y exigía de quienes habían de
utilizarla una destreza de la que eran incapaces la mayoría de los esclavos. El mayor empleo de la maquinaria acabó constituyendo una importante
contribución a la producción de agricultura tropical, pero el resultado habitual de las experiencias de una mayor mecanización a comienzos del siglo
XIX fue el de que las máquinas sufrían más de lo que beneficiaban las cosechas. Durante casi todo el siglo XIX, las regiones tropicales de empresa
europea, antiguamente establecidas, tenían que confiar, principalmente, en el empleo de una fuerza de trabajo más eficaz y más abundante. La
esclavitud fue cediendo, poco a poco, ante las presiones combinadas de su propia ineficacia económica en algunas de sus tareas tradicionales y de
unos sentimientos humanitarios más sólidos. La fuerza de trabajo esclava era complementada o sustituida, en gran parte, por otra fuerza de trabajo
traída del exterior (sobre todo de China) con un contrato para un período determinado, y sometida a una rigurosa supervisión y a responsabilidad
criminal por incumplimiento de contrato. El grado de éxito que las áreas antiguas alcanzaban en el mantenimiento o en el aumento de la
producción, a medida que cambiaban las condiciones del mercado y la oferta de fuerza de trabajo, variaba notablemente. Entre las colonias
azucareras británicas del Caribe, en la segunda mitad del siglo XIX, Trinidad y la Guayana Británica ampliaron su producción considerablemente,
pero no así Jamaica, que permaneció en un estado de estancamiento económico y de miseria.
En conjunto, la mayor cantidad de materias primas que tenían que conseguirse en los trópicos sólo en una pequeña medida se obtenían de las
antiguas colonias. Una contribución más importante procedía de la incorporación de extensas y nuevas áreas a la producción. La escasez de
fuerza de trabajo y el deseo de economizar en la inversión de capital dieron origen a intentos de hacer un uso más amplio de lo que la naturaleza
proporcionaba. A finales del siglo XIX, varias compañías europeas de comercio obtenían concesiones muy amplias, especialmente en el África
tropical, tanto de sus propios gobiernos como de los jefes nativos, y, dentro de las áreas así concedidas, se hacían dueños de todo lo que estaba
naturalmente disponible y era rápidamente comerciable, induciendo u obligando a los nativos a recogerlo. Pero este sistema no contribuyó, en
modo alguno, a una expansión productiva, sino más bien lo contrario. Era económicamente ineficaz, y no pudo hacer frente a la creciente demanda
de productos tropicales, porque no hizo nada por modificar las bases de subsistencia de la vida económica local y por ampliar la gama de
mercancías disponibles. También creó fricciones políticas y sociales que fueron colocándolo en una desventaja cada vez mayor, a medida que la
experiencia introducía nuevos puntos de vista acerca de la función de la administración colonial. Por estas diversas razones, su empleo disminuyó
rápidamente en la primera mitad del siglo XX.
Mucho más importante económicamente fue la expansión de la empresa agrícola europea. Ésta se llevó a efecto, principalmente, mediante el
establecimiento de plantaciones en áreas hasta entonces no cultivadas, a través del empleo de capital y supervisión occidentales, así como de
grandes cantidades de fuerza de trabajo local o negra importada. En muchos aspectos, tales como su dependencia de una gran oferta de fuerza de
trabajo y de las fuentes de donde procedía y de los términos en que se reclutaba, las plantaciones en las nuevas áreas se asemejaban a las de las
antiguas colonias. Pero la plantación moderna no se hallaba entorpecida por las tradiciones y las obligaciones del sistema anterior, y aunque
individualmente muchas empresas fracasaron, la extensión de la agricultura de plantación a nuevas regiones condujo a un gran aumento en la
producción. Las contribuciones que las plantaciones prestaron al perfeccionamiento agrícola fueron de muchos tipos. Una de ellas fue el difícil y
costoso trabajo de limpiar grandes áreas para uso agrícola por primera vez; era un trabajo que necesitaba más capital del que se hallaba disponible
localmente. Otra fue la introducción de cosechas por completo desconocidas localmente, pero que se encontraban en creciente demanda y cuyo
cultivo podía ser conveniente. La creación de la gran producción asiática de caucho en el siglo XX, por ejemplo, fue debida al trabajo pionero de las
plantaciones, aun cuando pequeños productores nativos pronto lograron suministrar una parte apreciable de la producción, una vez que las
plantaciones hubieron demostrado el valor de la cosecha. El árbol del caucho no fue introducido en Malaya hasta el año 1877, y hasta después de
1900 no empezó a ser plantado en gran escala. Pero muy pronto comenzó a reemplazar las cosechas locales de artículos alimenticios, por lo que
fueron sustituidas las importaciones, y, en 1938, casi dos tercios de la extensión total de la zona de cosechas se encontraba bajo árboles del
caucho. El árbol del caucho fue introducido, de un modo similar, por plantaciones en las Indias Orientales Holandesas y en la Indochina francesa, y
los tres países se erigieron en las principales fuentes de abastecimiento de caucho del mundo.
Ciertas plantaciones desempeñaron un importante papel en la introducción de una producción más intensiva mediante el uso de mejores métodos
agrícolas, tipos de instalaciones de más alto rendimiento, y más maquinaria, no sólo en el cultivo, sino más especialmente en las operaciones
preliminares de elaboración de materias primas, llevadas a cabo en determinadas cosechas, sobre todo de azúcar, de té y de sisal, inmediatamente
después de la recolección. Había incentivos crecientes para aquella intensificación. Durante el segundo cuarto del siglo XX, las brutalidades, unidas
al reclutamiento de fuerza de trabajo contratada, habían conducido a la imposición de restricciones respecto a la intensificación en las principales
fuentes de abastecimiento, y un buen número de áreas de plantación encontraban la fuerza de trabajo barata menos abundante que anteriormente.
Otras, de las que Java era el ejemplo más destacado, se hallaban en una situación en la que la población local había aumentado de tal modo que
limitaba gravemente la extensión de tierra disponible para las plantaciones. En ambos casos era necesario buscar mejoras técnicas para mantener
los rendimientos, aunque uno de los principales factores de producción tuviera que ser usado en menor medida. En conjunto, los problemas
técnicos así planteados fueron eficazmente resueltos: a veces tal vez demasiado eficazmente, como en el caso. Del azúcar de Java, cuya
producción, en los años veinte, experimentó tales mejoras técnicas que contribuyeron enormemente a la temporal inundación del mercado mundial.
Los productores nativos de muchos países comenzaban también a sentirse estimulados a conseguir la intensificación del cultivo en el siglo XX,
aunque sus métodos anteriores de cultivo no habían corrido a cargo de nadie, sino de sí mismos. En muchas áreas tropicales, especialmente en el
Asia sur-oriental, el volumen de la población creció rápidamente bajo la dominación colonial, y sólo a fin de mantener los niveles corrientes de
consumo local iba haciéndose imposible, a medida que disminuía la disponibilidad de tierra sin utilizar, continuar confiando en los métodos
extensivos tradicionales de cambiar los cultivos, con los cuales, la tierra, una vez abandonada, estaba frecuentemente expuesta más a las
influencias destructivas que a las restauradoras de la naturaleza. Además, como las economías de las áreas coloniales iban comercializándose
cada vez en mayor medida, los agricultores nativos se hallaban sometidos, también en mayor medida cada vez, a la necesidad de producir un
excedente sobre sus propias necesidades de subsistencia, o directamente para la exportación o, en otro caso, para la venta a aquellos que se
dedicaban enteramente a producir para la exportación. Pasó a formar parte de la política de muchos gobiernos coloniales la de mostrar nuevas
técnicas a los agricultores nativos, estimulándoles a utilizarlas, para ayudarles a obtener mejores tipos de semillas y para colaborar con ellos en la
consecución de nuevas cosechas comerciales. En varios casos, los productores nativos adoptaban espontáneamente el cultivo de cosechas
introducidas en su vecindad por las plantaciones, Esto resultaba especialmente fácil donde sólo implicaba la plantación de unos pocos árboles, que
requerían poca atención y que no constituían un grave abuso de la tierra utilizada para obtener cosechas de subsistencia. La producción
campesina para el mercado, en realidad, experimentó una gran expansión en los trópicos durante la primera mitad del siglo XX. En los años treinta,
las únicas cosechas tropicales importantes en cuya oferta no tenía una parte apreciable la agricultura campesina eran las de té, café, azúcar,
plátanos y sisal, que resultaban difíciles de producir y de vender sin un volumen de capital que no estaba al alcance de los campesinos. Había
algunos productos, como el cacao, de los que una predominante proporción era facilitada por pequeños productores nativos. El resto del mundo
había pasado a depender más que antes de los artículos tropicales. La empresa y la mejora técnica que se necesitaban para crearlos procedían del
exterior, de las regiones industriales y comerciales en las que se concentraba la demanda. Una buena parte de la fuerza de trabajo necesaria se
importaba también. Pero una aportación creciente procedía también de la aplicación más eficaz de los recursos humanos de las propias áreas
productivas.
1.C BRUCE, Jonhnson y Jhon W. Meller
El papel de la agricultura en el
desarrollo económico
1ª Edición, Edit. Fondo de Cultura
Económica, 1972,
Págs. 23-51.

Subtema 1.1 Definición e importancia de la economía agrícola

El PAPEL DE LA AGRICULTURA EN EL DESARROLLO ECONÓMICO*


Bruce F. Johnston y John W. Mellor
El presente artículo se ocupa de cuestiones que se han tratado con suma frecuencia, en relación con la falsa dicotomía entre el desarrollo agrícola
y desarrollo industrial. El enfoque adoptado aquí es el examen de las relaciones entre desarrollo agrícola e industrial, y análisis de la naturaleza del
papel de la agricultura en el proceso de crecimiento económico.
La diversidad de los recursos físicos, herencia cultural y condiciones históricas entre las naciones, excluye cualquier definición de validez
universal del papel que la agricultura debe desempeñar en el proceso del crecimiento económico. No obstante, ciertos aspectos de la función de
aquella parecen tener un alto grado de generalidad debido a las características especiales del sector agrícola durante el curso del desarrollo. Por
supuesto, la naturaleza del papel de la agricultura es muy importante para determinar el “equilibrio” apropiado entre ella y otros sectores, con

*Losautores son, respectivamente, economistas del Food Research Institute y profesor de la Universidad de Stanford; y profesor asociado de economía agrícola de la Universidad de
Cornell. Varias personas emitieron valiosas críticas a borradores sucesivos del presente trabajo. En particular expresamos nuestro reconocimiento por las sugestiones recibidas de W.
O. Jones, Kazushi Ohkawa, David BelI, W. Arthur Lewis, Richard Easterlin, Roger Gray, Arthur T. Mosher y Philip M. Raup. Originalmente, este trabajo apareció en The American
Economic Review, vol. LI, núm. 4, septiembre de 1961, pp. 566-593, y en El Trimestre Económico, núm. 114, vol. XXII, de abril-junio de 1962, pp. 279-307. Versión al castellano de
Héctor Rodríguez Licea.
respecto a: 1) inversión pública directa o estímulos a la inversión, 2) dotación presupuestales para la investigación gubernamental y programas de
extensión educativa, y 3) la carga del impuesto aplicado a diferentes sectores.
I. CARACTERÍSTICAS ESPECIALES DEL SECTOR AGRÍCOLA EN EL PROCESO DE DESARROLLO ECONÓMICO
Dos elementos importantes relacionados entre sí distinguen el sector agrícola en un país subdesarrollado, y su papel en el proceso del crecimiento
económico. Primero, en todas las economías subdesarrolladas la agricultura es una actividad de grandes proporciones; con frecuencia la única
existente. En general, entre el 40 y 60% del ingreso nacional se genera en la agricultura y de un 50 a un 80% de la fuerza trabajo se ocupa en la
producción agrícola. Aun cuando se dedican a la agricultura grandes cantidades de recursos principalmente tierra y trabajo se les utiliza a niveles
muy bajos de productividad.
El otro elemento importante es el descenso secular que se presenta en la dimensión relativa del sector agrícola [6] [39] [45] [27] [26]. La
importancia de este proceso de transformación estructural y el volumen de las demandas relativas de capital representa una gran carga en la
agricultura a fin de proporcionar capital para la expansión de otros sectores. La transformación económica tiene también implicaciones importantes
con respecto al papel cambiante de la fuerza de trabajo y del capital y la selección de métodos para desarrollar la agricultura.
Declinación secular del sector agrícola: el "modelo de transformación general". Los dos factores básicos que se reconocen, generalmente, como
responsables de la transformación estructural de una economía son: 1) una elasticidad-ingreso de la demanda de alimentos declinante y menor que
uno, y 2) la posibilidad de una expansión sustancial de la producción agrícola con una fuerza de trabajo constante o en descenso.
Probablemente tiene importancia considerable un tercer factor que ha recibido menor atención: en términos generales, la tecnología moderna
permite la reducción más drástica de costos en la industria manufacturera, en la generación de energía y en el transporte a larga distancia. Es
dentro de esos campos donde las inversiones en maquinaria moderna de fuerza motriz y la aplicación de -tecnología avanzada conducen a las
primeras reducciones revolucionarias de los costos, de tal manera que la elasticidad-precio y los efectos de sustitución refuerzan las elasticidades-
ingreso diferenciales al modificarse la pauta de producción y consumo.
La declinación relativa del sector agrícola no será tan rápida ni irá tan lejos en los países que tienen una notable ventaja comparativa en la
exportación de productos agrícolas Con todo, aun los países particularmente adecuados por su dotación de recursos para emerger como
Importantes exportadores agrícolas pueden esperar una reducción sustancial en la participación de la agricultura si llegan a alcanzar un incremento
apreciable entre los ingresos por habitante. Dinamarca y Nueva Zelandia se destacan como países que han obtenido grandes beneficios de su
posición como exportadores agrícolas de primera magnitud; aun así, menos del 20 % de su fuerza de trabajo se halla ocupada actualmente en la
agricultura.1
No se han aclarado por completo las razones de la declinación secular de la agricultura y de la expansión sustancial de las manufacturas y otros
componentes del sector no agrícola; pero esta clase de transformación estructural de una economía parece ser una condición necesaria para su
crecimiento acumulativo y autosostenido. Un simple cambio en la parte del producto disponible al consumo, que se obtiene hasta cierto punto por
completo mediante el comercio internacional, en apariencia una condición suficiente.2
El modelo de crecimiento clásico, de dos sectores. Las implicaciones de la naturaleza dinámica el proceso de crecimiento han sido explicadas
muy claramente en el modelo de dos sectores de W. Arthur Lewis, que representa un caso especial del "modelo de transformación general"
descrito antes. Puesto que, en los países densamente poblados una proporción considerable de la fuerza de trabajo rural puede proporcionar a la
producción un incremento menor que lo requerido para su propia subsistencia, Lewis presupone en su modelo que existe un excedente de fuerza
de trabajo en la agricultura (sector de subsistencia);3 y que el sector no agrícola (capitalista) es el elemento dinámico que absorbe este excedente
de fuerza de trabajo.4
Puesto que se presupone que la fuerza de trabajo disponible en el sector tradicional es en efecto ilimitada, la transferencia de fuerza de trabajo al
sector capitalista está determinada por la demanda de mano de obra en ese sector, la cual, a su vez, está limitada por a tasa dé acumulación de –
capital. En el sector capitalista normalmente será necesario pagar un salario determinado por el producto medio por trabajador en el sector
tradicional, más un cierto margen dictado por las fricciones de transferencia, punto de vista social de la subsistencia mínima, presiones de los
sindicatos y otras fuerzas institucionales.
Ésta es, por supuesto, una fase de transición. "Cuando el capital se nivela a la oferta de trabajo", según las palabras de Lewis, el modelo de los
dos sectores deja de ser importante. Sin embargo, a corto plazo, las oportunidades de trabajo no agrícola no pueden crearse con suficiente rapidez
para que sobrepasen al crecimiento de población rural. Dovring ha señalado el hecho de que con frecuencia la fuerza de trabajo agrícola no declina
en numerosa absoluto sino tardíamente en el proceso de desarrollo; la absorción del excedente fuerza de trabajo agrícola depende no sólo de la-
tasa de incremento del empleo no agrícola en la economía [8].

1 El ejemplo danés es en particular notable. El país carece visiblemente de recursos, como. no sea su excelente potencial agrícola. Más del 65 % del producto agrícola total se vende.
en el extranjero, y a pesar de la considerable expansión de las exportaciones no agrícolas desde la segunda Guerra Mundial, la agricultura representa todavía alrededor del 60 % de los
ingresos totales del comercio exterior [l8, p. 7] [22, p. 114].
2 Aun Viner, quien critica la aplicación de ingreso del sector agrícola para "subsidiar la industria urbana no económica", no está realmente en desacuerdo con esta proposición [48, p.

124]. Su renuente concesión se frasea en una negativa doble: "Yo no sostengo que el camino del progreso económico no es, para muchos países y aun para la mayoría de ellos, a
través de la industrialización y la urbanización." "El problema real -añade- no es la agricultura como tal o la ausencia en si misma de las manufacturas, sino la pobreza y él atraso, la
agricultura pobre, o la agricultura pobre, o la agricultura pobre y la manufactura pobre. El remedio es eliminar las causas básicas de la pobreza y el atraso [48, p. 71]. Posteriormente,
Viner sugiere que si las masas de población de los países subdesarrollados estuviesen alfabetizadas, saludable y suficientemente bien alimentadas... "todo lo demás necesario, para un
rápido desarrollo económico, vendría por sí mismo con prontitud y facilidad" [48, p. 131]. Obviamente, esos factores son importantes, pero es muy dudoso que los defectos en saber leer
o escribir, salubridad y nutrición sean los únicos obstáculos, o aun los principales, para alcanzar un rápido crecimiento económico. Además, un punto de vista estático de ventaja
comparativa es una base inadecuada para determinar lo que es o lo que no es una "industria urbana no económica".
3 Para un examen sobre las condiciones físicas en que surgirá o no dicho excedente de fuerza de trabajo y para una comprobación empírica, véase [33]. Georges Roegen [12] señala

que son necesarias disposiciones especiales institucionales para hacer posible que ciertos trabajadores "reciban más de lo que ganan". La más común de esas disposiciones
institucionales es la granja familiar, en donde la unidad de producción es también la unidad de consumo.
4 En un sentido estricto, los sectores de subsistencia y capitalista del modelo de Lewis no corresponden exactamente a la agricultura y a la no agricultura. El rasgo distintivo del sector

capitalista·es que la fuerza de trabajo se emplea a cambio de salarios con propósitos de beneficio y que se utilizan cantidades sustanciales de capital reproducible [30, p. 8] [29, p. 146].
El enfoque de Lewis acentúa las implicaciones del modelo de dos sectores, en el desarrollo industrial, pero también tiene importantes
implicaciones para la política del desarrollo agrícola. En tanto que las condiciones del modelo de crecimiento clásico son importantes, las
proporciones de los factores y las productividades serán y deberán ser diferentes en los dos sectores, y un cálculo diferente se aplica a las
decisiones de asignación.
Asignación de recursos en la agricultura. Ya que puede haber discrepancias entre el beneficio privado y social o entre el costo privado y social, el
concepto pertinente en la agricultura, como en otros casos, es la productividad marginal social de proyectos alternativos de inversión [4, pp. 76-
96][9, p. 56-85]. Este concepto, o la técnica menos compleja pero con frecuencia más práctica, de estimar la relación beneficio- costo, son bastante
útiles en la evaluación de proyectos de inversión en gran escala en el sector agrícola.
Existen consideraciones importantes, sin embargo, que sugieren que la forma más práctica y económica para obtener incrementos apreciables
en la productividad y en el producto agrícola es el aumento de la eficacia de la economía agrícola existente, a través de la introducción de la
tecnología moderna en un amplio frente. Son de particular importancia los gastos para “servicios de desarrollo” o “insumos no convencionales”,
tales como la investigación agrícola, la educación y extensión, que implica el orden de posibilidades de producción alternativa disponible a los
agricultores y refuerzan su capacidad para hacer y ejecutar decisiones sobre la base de un conocimiento más adecuado de la tecnología agrícola.
Tres consideración acentúan la necesidad de un enfoque especial para determinar el nivel de asignación de recursos a la agricultura y para
establecer prioridad dentro de un programa de desarrollo agrícola en primer lugar es por completo imposible cuantificar el incremento de la
producción o las reducciones en los costos que pueden esperarse como resultado de los gastos en servicios de desarrollo tales, como la
investigación y la extensión agrícola [1]. Aun la estimación ex post es difícil; éste es un hecho mostrado claramente por Griliches en su interesante
ensayo de estimar los rendimientos que pueden atribuirse a la inversión de recursos en el desarrollo de maíz híbrido [14].
El segundo factor es la importancia de insumos agrícolas complementarios. Al elaborar un programa racional de desarrollo agrícola es necesario
definir el “conjunto” de insumos convencionales y no convencionales que serán más eficientes para incrementar la producción agrícola.
La tercera utilidad se refiere a la necesidad de distinguir entre la utilización de recursos escasos y relativamente abundantes. Fondos de
inversión, divisas y ciertas formas de capacitación administrativa, escasean de un modo particular y son críticos en el desarrollo industrial. En
contraste, muchos de los insumos del desarrollo agrícola son relativamente abundantes. En particular, la fuerza de trabajo agrícola continuará por
algún tiempo con un bajo costo de oportunidad debido al lento crecimiento de la demanda de mano de obra industrial. La utilización de precios de
contabilidad o "precios-sombra" es una técnica que toma en consideración la abundancia de estos recursos. Sin embargo, es esencial un
reconocimiento explícito de las características especiales del proceso de desarrollo agrícola para la elaboración de una estrategia para el
incremento de la producción y la productividad agrícola que minimice los requisitos de los recursos escasos indispensables para la expansión del
sector capitalista.
Experiencia histórica. La proposición de que puede alcanzarse una tasa sustancial de incremento de la producción agrícola principalmente a
través del uso más efectivo de los recursos ya aplicados en el sector agrícola y con sólo modestos requisitos para los recursos escasos con un alto
costo de oportunidad es esencialmente una generalización empírica. La experiencia de los países de América del Norte y de Europa Occidental
que han incrementado con éxito la productividad agrícola5 presta un apoyo considerable a la proposición. Más pertinente es, sin embargo, la
experiencia histórica del Japón y Taiwan.
La productividad del trabajo en la agricultura japonesa se duplicó aproximadamente a través de un periodo de 30 años, comparándose la
producción agrícola y los insumos de trabajo durante los años 1881-90 con la década 1911-20. El incremento comparable en Taiwan parece haber
sido todavía mayor alrededor de 130 a 160 % entre 1901-10 y 1931-40 [23, pp. 499-500] [22, pp. 23,41, 78, 91]-. La triple expansión de la
producción de azúcar y el aumento de casi doce veces de la producción de fueron un elemento conspicuo del incremento registrado en Taiwan.
Este progreso particularmente rápido en el azúcar se vio favorecido por el espectacular progreso mundial para lograr variedades de caña más
productivas durante las primeras tres décadas del siglo presente y el hecho de que la exportación al Japón proporcionó una salida para la
producción en rápida expansión. En forma similar, el quíntuple aumento de la producción de capullos de seda y el incremento de siete veces de la
producción de seda en rama en el Japón fue mucho más veloz que el crecimiento total de la producción agrícola. El progreso tecnológico resultante
de la investigación dirigida a la obtención de mayores cosechas de hojas de morera, la selección y la cruza de razas superiores de gusanos de
seda y las mejoras en prácticas que variaban desde los métodos para alimentar gusanos de seda hasta el devane de la seda de los capullos fue el
factor decisivo en el rápido crecimiento de la industria de la sericicultura. Sin embargo, una vez más, la disponibilidad de un creciente mercado de
exportación fue una condición necesaria para el rápido crecimiento de producción que se logró.
Es también claro que el progreso tecnológico fue el factor decisivo del aumento de la productividad y de la producción de arroz y otros productos
alimenticios básicos que comprendían la mayor parte de la producción agrícola en el Japón y Taiwan. Los tres elementos clave fueron: 1) la
investigación agrícola conducente al desarrollo y selección de variedades más productivas; 2) aplicación creciente de fertilizantes; y 3) las
actividades que facilitaron la amplia utilización de las variedades de plantas más productivas y de prácticas agrícolas mejoradas. Es evidente el alto
grado de complementariedad entre los diferentes insumos agrícolas en el progreso de la agricultura observado en esos dos países. La tarea de las
personas ocupadas en los injertos de plantas fue en gran parte dirigida al desarrollo de variedades caracterizadas por su respuesta positiva a la
aplicación creciente de fertilizantes; los beneficios obtenidos fueron un resultado del progreso conjunto en la mejoría de las variedades de las
plantas y en la elevación del nivel de fertilidad del suelo mediante la aplicación más intensa de fertilizantes químicos. Los cambios en las prácticas
de cultivo desempeñaron también una parte necesaria en la realización de todo el potencial de las nuevas variedades con fertilización intensiva.

5 Los estudios del crecimiento de la productividad agrícola en los Estados Unidos han subrayado la importancia de los insumos no convencionales y sugieren que el cambio tecnológico
ha sido tan importante como el incremento cuantitativo en los insumos convencionales para obtener una producción creciente [43]. Probablemente, las innovaciones técnicas fueron
más importantes en el impresionante crecimiento de la productividad agrícola de Dinamarca; la tasa anual (compuesta) promedio de incremento entre la década de 1880 y la de 1930
fue alrededor del 2 % [22, pp. 102-4].
El incremento del área de cultivo, principalmente a través de la extensión del área de doble cosecha y la expansión de la irrigación fueron más
importantes en Taiwan que en el Japón durante los periodos de referencia; hacia la década de 1880 se hallaba ya bastante avanzado en el Japón
el desarrollo en ese sentido. En esa forma parece que la inversión agrícola fue un factor en cierto modo más importante en Taiwan que en el Japón,
aunque en gran medida fue una inversión directa no monetaria [22, pp. 77-81].
Los gastos realizados en el Japón y Taiwan para fines de investigación agrícola, actividades de tipo extensivo y otros servicios de desarrollo
fueron muy modestos en relación con los fuertes incrementos obtenidos en la producción.
Il. LAS CONTRIBUCIONES DE LA AGRICULTURA AL DESARROLLO ECONÓMICO
Las formas más importantes en que el incremento de la producción y la productividad agrícola contribuyen al crecimiento económico global pueden
resumirse en cinco proposiciones: 1 El desarrollo económico se caracteriza por un incremento sustancial en la demanda de productos agrícolas; el
fracaso para expandir la oferta de alimentos al ritmo de crecimiento de la demanda puede obstaculizar seriamente el crecimiento económico. 2 La
expansión de las exportaciones de productos agrícolas puede ser uno de los medios más prometedores de aumento del ingreso y de divisas,
particularmente en las primeras etapas del desarrollo. 3 La fuerza de trabajo para la industria de transformación y otros sectores en expansión de la
economía debe tomarse principalmente de la agricultura. 4 La agricultura, como sector dominante de una economía subdesarollada, puede y debe
hacer una contribución neta al capital necesario para la inversión fija y para el crecimiento de la industria secundaria. 5 La elevación de los ingresos
netos en efectivo de la población agrícola puede ser importante como estimulo de la expansión industrial.
1) Suministro de una mayor oferta de alimentos. Aparte de los cambios autónomos en la demanda, supuestamente de importancia limitada, la tasa
anual de incremento de la demanda de alimentos está dada por D = p + ng, en donde p y g son la tasa de crecimiento de la población y del ingreso
per cápita y n ti es la elasticidad-ingreso de la demanda de productos agrícolas [37]
El crecimiento de la demanda de alimentos es de gran importancia económica en un país subdesarrollado, por varias razones. En primer lugar,
tasas elevadas de crecimiento de la población del 1 1/2 al 3 % caracterizan ahora a la mayoría de los países subdesarrollados del mundo, por lo
cual es sustancial el crecimiento de la demanda proveniente de este sólo factor. Como resultado del intercambio internacional de conocimientos y
técnicas en el campo de la salud pública y la disponibilidad de armas tan poderosas como el DDT, las sulfas y la penicilina, el descenso de las
tasas de mortalidad es con frecuencia muy grande. Estos elementos, en combinación con el lento descenso de las tasas de natalidad, ha originado
tasas de crecimiento natural bastante más altas que aquellas que caracterizaron a los actuales países desarrollados durante su "explosión
demográfica"6. Además, ahora sólo existe una ligera relación entre los factores principales que dan lugar al incremento de la tasa de crecimiento
natural y los factores determinantes del crecimiento del ingreso de una nación.
En segundo lugar, la elasticidad-ingreso de la demanda de alimentos en los países subdesarrollados es mucho mayor que en los países de alto
ingreso probablemente del orden de .6 o más en los países de bajo ingreso, contra .2 o .3 en la Europa Occidental, los Estados Unidos y el
Canadá.7 En consecuencia, una tasa dada de incremento del ingreso por habitante tiene un efecto considerablemente mayor en la demanda de
productos agrícolas que en los países adelantados.
El incremento de la producción agrícola del Japón entre la década de 1880 y 1911-20, que parece haber sido aproximadamente de la misma
magnitud que el crecimiento de la demanda durante ese periodo, correspondió a una tasa anual de crecimiento de la demanda de alrededor del 2
%. Con las tasas corrientes de crecimiento de la población y una -modesta elevación de los ingresos por habitante, la tasa anual de incremento de
la demanda de alimentos en una economía en desarrollo puede exceder fácilmente el 3 %, lo cual constituye un reto formidable para la agricultura
de un país subdesarrollado. Además, como resultado del incremento de la población en las ciudades y en los centros mineros e industriales que
dependen de compras de alimentos, el crecimiento de la demanda de bienes de mercado es bastante más rápido que la tasa total de incremento.
En esa forma se presentan problemas adicionales para desarrollar los eslabones del transporte y los servicios de mercado, tendientes a satisfacer
las necesidades de la población no agrícola.
Si la oferta de alimentos no se expande al ritmo de crecimiento de la demanda, probablemente se presentará un aumento importante de precios
de los alimentos; conducirá al descontento político; y presionará sobre la tasa de salarios con los consecuentes efectos desfavorables en las
utilidades de las empresas, en la inversión y el crecimiento económico. Hay escasa evidencia en relación con la elasticidad-precio de la de
demanda de los alimentos en los países subdesarrollados. Al menos en el caso de un incremento en los precios, como resultado de una demanda
mayor que la oferta, existe una fuerte presunción en el sentido de que la elasticidad-precio de "todos los alimentos" es extremadamente baja,
quizás menor que en los países económicamente adelantados. Los alimentos básicos feculosos de precio reducido cereales y tubérculos
proporcionan alrededor del 60 al 85 % del total de calorías en los países de bajo ingreso, por lo cual hay un margen relativamente limitado para
compensar una elevación de precios de los alimentos mediante una transferencia del consumo de alimentos caros a los menos costosos; y es
fuerte la presión para resistir una reducción del insumo de calorías.
El efecto inflacionario del incremento en un porcentaje dado de los precios de los alimentos es mucho más severo en un país subdesarrollado
que en una economía de ingresos altos. Esto es una simple consecuencia de la posición dominante de la alimentación como un "bien salario" en
los países de más bajo ingreso, en donde se destina a la comida entre un 50 y un 60 % del gasto total, comparado con el 20 a 30 % en las
economías desarrolladas.

6 El rápido crecimiento de población característico de los países subdesarrollados refuerza el punto de vista expresado antes en el sentido de que la transformación estructural de una
economía es una condición necesaria para el crecimiento económico acumulativo y para el incremento sustancial de los ingresos por habitante. Dicha transformación, con la
urbanización consecuente, incremento de ingresos, difusión educativa y cambios en las actitudes e incentivos, es una condición previa para reducir las tasas de natalidad a niveles
compatibles con una tasa de mortalidad sustancialmente baja. En algunos países puede ser deseable reformar la influencia indirecta de las transformaciones económicas y sociales a
través de medidas directas para estimular la reducción de las tasas de natalidad; pero no hay evidencia que sugiera que las solas medidas directas sean suficientes.
7 Estas aproximaciones se refieren a la elasticidad-ingreso con respecto al gasto en alimentos medido al nivel de la granja, el concepto más importante para evaluar el crecimiento de la

demanda de productos agrícolas. Hemos revisado parte de la evidencia que concierne a las elasticidades-ingreso en países desarrollados y subdesarrollados [21, p. 339].
Debido a las severas repercusiones económicas y políticas que tiene un aumento considerable del precio de la alimentación, la escasez
internamente probablemente será compensada por una .creciente expansión de importaciones de alimentos en el supuesto de que se disponga de
crédito o divisas.8 Pero por lo general las divisas escasean y se requieren urgentemente para importar maquinaria y otros renglones del desarrollo
industrial que no pueden producirse en el interior. No existe una respuesta sencilla ni general a la cuestión de la situación de importaciones, que
Chenery ha calificado como “el aspecto más importante y difícil de la programación del desarrollo... " [5, p. 67]. En vista del potencial que existe
para aumentar la productividad agrícola es probable que sea ventajoso obtener los abastos adicionales de bienes alimenticios mediante el
incremento de la producción interna, más bien que a través de la expansión de las exportaciones para financiar mayores volúmenes de importación
de alimentos.9 En cualquier caso, el punto de vista estático de los costos comparativos puede conducir a error. Es posible esperar el aumento de
las importaciones de maquinaria y otros artículos en el curso del desarrollo, de manera que el tipo de cambio probablemente no reflejará la oferta y
demanda futura de divisas [5, p. 67].
El examen anterior ha acentuado las severas dificultades consecuentes al fracaso de obtener el incremento "necesario" de la producción.
Esta noción de un incremento "necesario" en la producción no debe llevarse demasiado lejos; la elasticidad-precio de la demanda de alimentos es
baja, pero no igual a cero, y normalmente existe la posibilidad de ajustar la oferta vía importaciones.· No obstante, es notable que la demanda de
alimentos es una demanda derivada que está determinada esencialmente por el crecimiento de la población y los ingresos por habitante; y esta
característica de la demanda de productos alimenticios sigue ambas direcciones. No sólo significa severas dificultades cuando no se logra el
aumento de la oferta de alimentos a un ritmo igual al crecimiento de la demanda; también implica que los rendimientos de la inversión para el
incremento de las cosechas de consumo interno descienden drásticamente si la oferta de alimentos aumenta con mayor rapidez que la demanda.
Existe así una importante diferencia entre la demanda interna de productos alimenticios y la demanda de exportaciones agrícolas (de un país
específico) -susceptible de crecer con mayor rapidez- y de la miscelánea de bienes y servicios producidos por el sector "no agrícola".
2) Aumento de las importaciones agrícolas. El crecimiento de las exportaciones agrícolas es quizá uno de los medios más prometedores para
incrementar los ingresos y aumentar las entradas de divisas en un país en proceso de desarrollo. Con frecuencia puede agregarse una cosecha
ventajosa de exportación a un sistema existente de cultivos; los requisitos de capital para tales innovaciones son a menudo· moderados y
dependen en gran medida de inversiones directas no monetarias de parte del agricultor.
El desarrollo de la producción de cultivos de exportaciones tiene una ventaja más al abastecer el mercado existente; y un país que sólo cuenta
con una pequeña fracción de las exportaciones mundiales se enfrenta a una demanda bastante elástica. En vista de la urgente necesidad de
incrementar los ingresos de divisas y de la falta de oportunidades alternativas, la expansión sustancial de la producción agrícola de exportación es
con frecuencia una política racional aun cuando sea desfavorable la situación oferta-demanda mundial para una mercancía.
Por supuesto, no debe tenerse una confianza excesiva en las exportaciones agrícolas. Y los esfuerzos simultáneos para incrementar las
exportaciones de ciertas mercaderías agrícolas en varios países subdesarrollados implican el riesgo de fuertes descensos de precios,
especialmente si el precio aplicable y las elasticidades son bajas.
Una meta a más largo plazo es la diversificación; ésta disminuirá la vulnerabilidad de la economía que depende fuertemente de las exportaciones
de uno o pocos cultivos. Una de las recompensa de la transformación estructural asociada con el crecimiento económico es la mayor flexibilidad de
una economía diversificada. De importancia inmediata mucho mayor, sin embrago, es el hecho de que para la mayoría de los países
subdesarrollados la introducción o el aumento de la producción de cultivos agrícolas de exportación puede y debe desempeñar un papel estratégico
como fuente de mayores ingresos de divisas.10
3) Transferencia de la fuerza de trabajo de la agricultura a los sectores no agrícolas. En la medida en que es aplicable al modelo de los dos
sectores de Lewis, basado en el supuesto de una oferta perfectamente elástica de trabajo, se infiere que la fuerza de trabajo para la industria y
otros sectores en rápido crecimiento, puede tomarse fácilmente de la agricultura. Por otra parte, si la población rural es escasa y existe un buen
potencial para ensanchar la producción de cultivos rentables, pudiera ser difícil obtener mano de obra para un sector capitalista en rápida
expansión. En cualquier caso la mayor parte de-la fuerza de trabajo para los sectores en crecimiento debe retirarse de la agricultura en las primeras
etapas del desarrollo debido a que casi no existe otra fuente. La experiencia del Japón, donde las condiciones del modelo de los sectores era muy
semejante, parece indicar que la tasa de inversión fue el factor limitativo y que la transferencia de fuerza de trabajo a la industria no fue problema

8 Algunos países subdesarrollados han reaccionado a los problemas económicos y sociales que resultan de la escasez de alimentos y de sus consecuencias inflacionistas,
estableciendo una distribución compulsoria de alimentos, controles de precios y racionamiento. Es fácil comprender que consideraciones de equidad social conduzcan a tales medidas
en un país de bajos ingresos; pero desde el punto de vista del desarrollo económico, los efectos de un intento de mantener dichos controles de distribución de bienes de primera
necesidad sobre una base permanente, son casi por completo desfavorables. Tales medidas bloquean el escaso talento administrativo en un programa de valor incierto que por lo
regular es también ineficaz, e impiden el crecimiento de una agricultura orientada hacia el mercado. Pueden obtenerse rendimientos mucho más' elevados de un programa bien
concebido de desarrollo agrícola para el aumento de la producción total más bien que para el control de su distribución. Un interesante examen de la experiencia en Pakistán puede
verse en [46, pp. 121-26]. Si la inestabilidad a corto plazo de los precios de alimentos que resulta de las fluctuaciones en la producción agrícola es un problema real, puede justificarse
el establecimiento de una reserva de productos alimenticios, especialmente si pueden utilizarse los excedentes norteamericanos para proveer el acerco inicial.
9 Por supuesto, eso es sólo una presunción y no altera el hecho de que es importante mantener la competencia de precios entre las importaciones y los productos domésticos, ni

tampoco el hecho de que es ventajoso importar productos alimenticios que no pueden producirse eficientemente en el país; las importaciones de trigo en las regiones tropicales son un
ejemplo importante. La disponibilidad de grandes cantidades de excedentes agrícolas norteamericanos en términos favorables tiene el efecto de reducir en cierto grado la importancia
de las medidas para aumentar la productividad y la producción agrícola en un país en desarrollo; pero persiste la cuestión de si ese maná estará disponible continuamente en
cantidades suficientes para satisfacer una demanda en rápido crecimiento.
10 Como en el caso de muchas de las cuestiones de política a las que se enfrenta un país en desarrollo no existe una respuesta sencilla, debido a que las decisiones inteligentes

requieren el análisis de consideraciones contradictorias. Las exportaciones agrícolas son vulnerables a fluctuaciones apreciables en los precios, y hay la posibilidad de deterioro en las
relaciones de intercambio de un país si éste depende de cultivos que experimentan un descenso secular en los precios. Se ha demostrado en forma elegante que bajo ciertos
supuestos la expansión de las exportaciones puede conducir a un "incremento empobrecedor"; pero compartimos el escepticismo de Nurkse respecto al concepto de "elasticidad-
producto de la oferta" sobre el que residen las demostraciones y concuerdan con su conclusión de que las evaluaciones pesimistas de los efectos del comercio realmente equivalen a
demostrar que una economía incapaz de adaptarse a las circunstancias modificadas está en una posición desventajosa [36, pp. 58-59]. Mucho más importante que la posibilidad teórica
de crecimiento empobrecedor es el hecho de que para la economía predominantemente agrícola de un país subdesarrollado, el aumento de las exportaciones de cultivos quizá ofrece
un medio económico y práctico a través del cual pueden incrementarse los ingresos y las divisas. Es probable que los ingresos sean especialmente importantes. en relación al
desarrollo en aquellos casos en que el aumento de productos agrícolas exportables depende en primer lugar del uso de recursos relativamente abundantes con bajo costo de
oportunidad.
importante [22, pp. 51-73]. En vista del potencial que existe para incrementar el producto agrícola por hombre, es de esperarse que no serán serios
los problemas de fuerza de trabajo en las manufacturas y otras industrias en desarrollo, con tal de que se realicen esfuerzos inteligentes y
vigorosos para ampliar la productividad agrícola.11
4) Las contribuciones de la agricultura a la formación de capital. La declinación secular del sector agrícola y la transformación estructural de una
economía, que caracterizan la dinámica del crecimiento, subrayan la importancia y dificultad del problema de la acumulación de capital en un país
subdesarrollado. Ésta es probablemente la implicación más importante del modelo de dos sectores de Lewis, en el que la tasa de formación de
capital determina la tasa a la que puede incrementarse el empleo en el sector capitalista de altos salarios, y la tasa de expansión del empleo en el
sector capitalista, con· relación al crecimiento de la fuerza de trabajo determina la prontitud con que el excedente de mano de obra rural será
reducida al punto en donde los niveles de salarios dejarán de estar deprimidos por el bajo nivel de productividad y ganancias del sector de
subsistencia.12
El país subdesarrollado que efectúa esfuerzos decididos para lograr su desarrollo económico se enfrenta a requisitos formidables de capital para
financiar la creación y expansión de empresas mineras y manufactureras, la inversión fija en servicios y transportes, y el ingreso necesario que
permita cubrir los gastos corrientes de fomento de la educación y servicios de desarrollo. Es seguro que esos requisitos serán mayores que la
oferta de fondos disponibles, excepto en aquellos países que obtienen grandes beneficios del petróleo o de las exportaciones de minerales o que
tienen un acceso particularmente favorable al capital extranjero. La considerable dimensión del sector agrícola, como único sector relevante, señala
su- importancia como fuente de capital para el crecimiento económico. Esta presunción es particularmente fuerte durante las primeras etapas del
crecimiento económico, en tanto que la reinversión de utilidades, históricamente la principal fuente de acumulación de capital, no sea importante
por cuanto que el sector capitalista continúa siendo pequeño.
Puesto que existe un margen para elevar la productividad de la agricultura a través de sólo desembolsos moderados de capital, es posible que el
sector agrícola efectúe una contribución neta a las necesidades de capital de infraestructura y a la expansión industrial, sin reducir los bajos niveles
de consumo característicos de la población agrícola en un país subdesarrollado. El incremento en la productividad agrícola implica alguna
combinación de insumos reducidos, precios agrícolas reducidos o incrementos en el ingreso agrícola. La mano de obra, al ser el insumo abundante
en la agricultura, es el principal insumo que deberá reducirse; y ya se ha prestado atención al papel de la agricultura como fuente de fuerza de
trabajo. En el examen anterior sobre la necesidad de aumentar la producción: agrícola al mismo ritmo de crecimiento de la demanda de alimentos,
se hallaba implícita la importante proposición de que los precios agrícolas estables o reducidos pueden facilitar la acumulación de capital,
previniendo el deterioro o aun mejorando la relación de intercambio con la cual el sector industrial obtiene alimentos y otros productos agrícolas.
Antes de considerar las posibilidades de contar con un flujo de capital proveniente de la agricultura, deben mencionarse las formas en que
pueden minimizarse las necesidades de recursos del sector agrícola. El enfoque del desarrollo agrícola presentado en la Sección III minimiza las
necesidades de recursos escasos de elevado costo de oportunidad y acentúa la posibilidad de ampliar la productividad de los recursos ya aplicados
a la agricultura. Es también deseable que los requisitos de capital para la expansión agrícola incluyendo los desembolsos crecientes en
fertilizantes, que son tan importantes en esta fase del desarrollo agrícola sean financiados tanto como sea posible, con los mayores ingresos
agrícolas que resultan del aumento de la producción y de la productividad. También existen posibilidades de cobrar cuotas escolares, cargos por
registros de tierras y otras cuotas que cubren el costo parcial o total de los servicios que se proporcionan' a la población agrícola. Pero no es
deseable afectar muchos de los servicios de desarrollo importantes para la agricultura con cargos destinados a sufragar el costo. Esto se debe en
parte a que los agricultores en lo particular pueden no estar en condiciones o no desear pagar tales servicios; pero es más importante el hecho de
que los rendimientos sociales de los gastos de investigación y extensión para elevar la productividad agrícola pueden ser mucho mayores que los
beneficios privados que pueden obtener los productores individuales.
El Japón es probablemente el ejemplo más claro de un país donde la agricultura contribuyó de un modo importante al financiamiento del
desarrollo. Antes se señaló que el aumento impresionante de la producción y de la productividad agrícola en el Japón entre 1881-90 y 1911-1920
sólo requirió pequeños desembolsos de capital y moderados incrementos de otros insumos. Los niveles de consumo de la población rural
aumentaron mucho menos que el incremento de la productividad agrícola, de tal manera que una porción sustancial del aumento del producto
agrícola pudo utilizarse para financiar la formación de capital en el sector capitalista de la economía.
Puesto que los fuertes impuestos a la agricultura fueron el instrumento principal para trasladar parte de este incremento en la productividad, es
posible tener una noción de la magnitud de esta contribución en relación a la inversión total. Las estimaciones efectuadas por Seiji Tsunematsu
sobre la división de la carga impositiva entre la agricultura y los otros sectores no agrícolas indican que la proporción de la primera fue alrededor del
80 % en el periodo ya adelantado de 1893-97 y todavía cerca del 50 % durante los años 1913-17 [22, páginas 53-57] [40, pp. 446-48].
Los ingresos del impuesto a la agricultura proporcionaron así una gran parte de los fondos que el gobierno japonés utilizó en la promoción del
desarrollo mediante la construcción de "fábricas modelo", subsidiando la creación de una marina mercante y de una industria naviera, y en
inversiones de infraestructura para los ferrocarriles, la educación y la investigación.
Las estimaciones de Rosovsky sobre la inversión en el Japón aclaran la importancia del papel del gobierno en este aspecto. Aun concediendo
que estas cifras subestiman la inversión privada, los datos indican que la inversión gubernamental, excluyendo la militar, excedía el 50 % de la
inversión total en el periodo 1895-1910 [42, pp. 354-57].
Esta pesada carga sobre la agricultura parece haber sido una política consciente. El eminente historiador Takao Tsuchiya interpreta esa política
en los términos siguientes: "La urgente necesidad de proteger y promover otras industrias obligó al gobierno a gravar con un fuerte impuesto predial
a la población agrícola para obtener los fondos que permitieran llevar a cabo los programas de desarrollo industrial" [35, p.4].

11 Fleming afirma que la facilidad con que puede transferirse la mano de obra de la agricultura a los sectores no agrícolas, ha sido "con frecuencia exagerada" [10, p. 254]; pero ignora el
importante potencial que existe para elevar la productividad del trabajo en la agricultura.
12 La diferencia entre la tasa de crecimiento del empleo no agrícola y de la ocupación total, que Dovring ha llamado "coeficiente de crecimiento diferencial", es una medida útil para

comparar la velocidad de los cambios sectoriales [8].


Frecuentemente, los problemas políticos e institucionales hacen difícil convertir el potencial creciente de ahorro y acumulación de capital que
propicia el aumento de la productividad agrícola, en un incremento real de la inversión. La reciente experiencia de la India y Pakistán, en relación
con la acumulación de capital y el crecimiento económico, introducen dudas respecto a si éstas se han llevado a cabo a un ritmo "satisfactorio". A
pesar del énfasis que se les ha conferido para promover el desarrollo económico, parece que ha disminuido la contribución de la agricultura a la
inversión y las necesidades de ingreso con fines de gasto gubernamental en servicios corrientes; cuando menos, es evidente que ha declinado en
forma apreciable la contribución relativa de la agricultura como fuente' de ingresos. Wald indica que en tanto que los impuestos prediales en la India
representaron más del 20 % de los impuestos totales en 1939, sólo ascendieron al 9.% del impuesto total del gobierno central, estatal y provincial
de ese, país en 1954, y únicamente al 5 % del impuesto total recaudado por Pakistán en 1952 [49, pp. 44n., 61-63].
Las dificultades políticas para gravar al sector agrícola son a menudo formidables; pero parece probable que el reconocimiento insuficiente del
papel estratégico que puede y debe desempeñar la agricultura a las necesidades dé capital para el desarrollo económico ha sido un factor que ha
impedido apreciar su capacidad como medio de alcanzar una mayor tasa de formación de capital. Frecuentemente, la simple inercia y la debilidad
del sistema impositivo han sido factores principales: los ingresos provenientes de impuestos a la agricultura en la India sólo aumentaron 50 % entre
1938-39 y 1951-52, en tanto que el Índice de precios al mayoreo de los principales productos agrícolas subió 550 %. Por otra parte, la inercia ha
contribuido a elevar la carga impositiva cuando los ingresos públicos se han atado a precios mundiales ascendentes.
El producto del impuesto proveniente de la agricultura declinó en Birmania del 40 % de los ingresos públicos de preguerra, al 5 % en 1952; pero
esta baja fue compensada por las utilidades obtenidas por la junta estatal de mercado agrícola, que aportó alrededor del 40 % de los ingresos
públicos [49, pp. 54, 63]. La influencia del aumento de posguerra en los precios de las mercancías fue un elemento muy importante que determinó
un gran ingreso por concepto de impuestos a las exportaciones y excedentes de la junta de mercado en Ghana, Uganda y otros países africanos.13
La experiencia histórica y consideraciones teóricas sugieren vivamente la conclusión de que en los países subdesarrollados, donde la agricultura
representa entre 40 y 60 % del ingreso nacional, la transición de un nivel de ahorro e inversión que significa estancamiento a otro que permite
obtener una tasa tolerable de crecimiento económico no podrá realizarse a menos que la agricultura contribuya considerablemente a la formación
de capital en los sectores en expansión. Si los países comunistas poseen una ventaja para promover rápidamente el crecimiento económico, esto
se debe a la capacidad que tienen para tratar sin miramientos a la oposición y canalizar un volumen máximo de la producción corriente a la
acumulación de capital. La agricultura ha sido el objetivo primordial para sustraer el volumen máximo y destinarlo a la inversión. En la Unión
Soviética la recolección compulsoria de granos a precios artificialmente bajos se utilizó para absorber el incremento de la producción agrícola y
facilitar el desarrollo acelerado de la industria.14 Las comunas rurales de la China comunista parecen ser un medio dirigido no sólo a extraer del
campo el máximo posible de excedente de capital, sino también el máximo esfuerzo de trabajo. 15
Las sociedades que atribuyen valor a la libertad individual y que limitan el poder arbitrario del gobierno, no tienen ni el deseo ni la capacidad para
aplicar el tipo de coerción y de reorganización drástica de las comunidades rurales que se observa en el esfuerzo de colectivización de la Unión
Soviética y en la creación de las comunas chinas. Pero esto no debe ocultamos el crudo hecho de que el elemento esencial del crecimiento
económico es, de acuerdo con Lewis, "el proceso mediante el cual una comunidad, de ahorrar un 5 %, pasa a ahorrar un 12... " [31, p. 246].
Durante las primeras fases del desarrollo es casi una verdad que la agricultura debe desempeñar un papel principal en el proceso.
5) El incremento del ingreso neto rural de efectivo, como un estímulo de la industrialización. Uno de los supuestos simplificadores del modelo de
dos sectores es que la expansión del sector capitalista se halla limitado sólo por la escasez de capital. Dado este supuesto, un incremento en el
ingreso rural neto de efectivo, no es un estímulo a la industrialización, sino un obstáculo a la expansión del sector capitalista.16
Por supuesto, es cierto que las decisiones de inversión pueden recibir una influencia no sólo de la disponibilidad de capital, sino también de las
condiciones de la demanda y de las estimaciones de la rentabilidad futura de las adiciones a la capacidad. Nurkse ha subrayado la importancia de
las oportunidades de inversión rentable, como factor estratégico que influye sobre la tasa de formación de capital, y Lewis mismo señaló en su
informe sobre la industrialización en la Costa de Oro que el incremento del poder de compra rural es un valioso estímulo del desarrollo industrial
[32]. Nurkse expresa el problema en forma concisa:
El problema es éste: no hay mercado suficiente de bienes manufacturados en un país en donde el campesino, los trabajadores agrícolas y sus
familias, que representan de dos tercios a cuatro quintos de la población, son demasiado pobres para comprar cualquier producto fabril o
cualquier otra cosa además de lo poco que compran ya. Hay una ausencia de poder adquisitivo real, que refleja la baja productividad de la
agricultura [36, pp. 41-42].
Existe claramente un conflicto entre la importancia que se da a la contribución esencial de la agricultura a las necesidades de capital para el
desarrollo global y la importancia que se atribuye al incremento del poder adquisitivo agrícola como un estímulo a la industrialización. No existe
tampoco una fácil reconciliación entre las partes en conflicto. La dimensión del mercado es en particular pertinente a las decisiones de inversión en
las industrias que se caracterizan por las economías de escala, en tal forma que se requiere un volumen de demanda bastante alto para justificar la
construcción de una fábrica moderna. Pero la sustitución de bienes manufacturados importados por producción doméstica con frecuencia
proporciona una adición importante a la demanda que no depende de un incremento del poder adquisitivo del consumidor. Además, si las
necesidades de capital para el desarrollo de la infraestructura, los bienes de capital o las industrias de exportación, son grandes en relación al

13 Esto no pretende ser una aprobación general de los impuestos a la exportación y de los excedentes de juntas de mercado como medios para movilizar fondos de desarrollo. Nurkse y
otros han señalado correctamente que un gravamen excesivo puede "matar la gallina de los huevos de oro", lo cual parece ser una descripción exacta de la política argentina durante la
década que siguió a la segunda Guerra Mundial. También es cierto que los argumentos para movilizar fondos, gravando al sector agrícola, son engañosos si se estimulan una política
gubernamental de derroche y gastos en "bienes de consumo", lo que parece que aconteció en Uganda, de acuerdo con Walker y Ehrlich [50].
14 Una breve descripción de la experiencia soviética y referencias más completas se encontrarán en [23, pp. 508-10].
15 Informes recientes indican que las comunas rurales han tropezado con dificultades considerables para mantener la eficacia productiva a causa de algunos de los problemas

especiales de la administración agrícola en gran escala que se señalan en la Sección III. Véase el sumario del reciente examen de política agrícola del People's Daily y Red Flag, por
Jacques Jacquet-Francillon en Le Figaro,marzo 15, 1961, p.-S.
16 Lewis afirma que: "Cualquier cosa que eleve la productividad del sector de subsistencia [producto medio por persona] aumentará los salarios reales del sector capitalista y reducirá,

en consecuencia, el excedente capitalista y la tasa de acumulación de capital, a menos que al mismo tiempo altere en forma más que proporcional la relación de intercambio en contra
del sector de subsistencia [29, p. 172].
volumen de capital que puede movilizarse, es probable que la demanda insuficiente de los consumidores limite la tasa de inversión.17 Las
consideraciones políticas, por supuesto, juegan también un papel importante en esta determinación. Aunque ésta es otra dejas cuestiones de
política a la que no es posible dar una respuesta común, por lo general será adecuado acentuar la contribución del capital de la agricultura en las
primeras etapas de la transformación estructural.
III. NECESIDADES DE RECURSOS Y PRIORIDADES PARA EL DESARROLLO AGRÍCOLA
Se ha argumentado que puede lograrse una tasa sustancial de incremento de la producción agrícola, principalmente a través del uso más efectivo
de los recursos ya existentes en el sector agrícola y mediante modestas demandas de recursos escasos de alto costo de oportunidad,
indispensable para el desarrollo industrial.
Sin embargo, la elaboración y ejecución de un programa racional de desarrollo agrícola no es de ninguna manera una tarea sencilla. Aunque la
experiencia del Japón, Taiwan, Dinamarca y otros países que han realizado progresos notables en la agricultura ilumina el tipo de enfoque que
puede dar lugar a altos rendimientos, su experiencia sólo es sugestiva. Las variedades de suelo, clima y de recursos humanos son de tal
importancia que muchos aspectos del desarrollo agrícola son característicos de un país, región o distrito específico y, en última instancia, de una
granja individual. Los cambios, a través del tiempo, en la disponibilidad y precios relativos de los factores productivos son también de tal
importancia que influyen sobre las decisiones que conciernen a la selección de técnicas de producción y la combinación de empresas agrícolas.
Políticas de desarrollo agrícola. Aquí se acentúa un tipo particular de estrategia para elevar la productividad de una economía agrícola. La baja
productividad de la fuerza de trabajo agrícola, tierra y otros recursos del sector agrícola se debe en gran parte a la falta de ciertos insumos
complementarios de naturaleza técnica, educativa e institucional. En esas circunstancias, un requisito decisivo para elaborar un programa
adecuado de desarrollo agrícola es la identificación de esos insumos complementarios, determinar en qué proporciones deben combinarse, y
establecer prioridades entre los programas encaminados a incrementar su disponibilidad.
Dicha política de desarrollo agrícola, que acentúa las medidas para aumentar la eficacia de una agricultura con alta densidad de mano de obra y
sustentada principalmente en innovaciones tecnológicas, más bien que en grandes inversiones de capital, obviamente no es aplicable en todas las
condiciones. Por lo tanto, es conveniente aun corriendo el riesgo de excesiva simplificación, subrayar la posición cambiante a través de la definición
de tres fases específicas del desarrollo agrícola: Fase I: Desarrollo de los prerrequisitos institucionales de la agricultura. Fase II: Expansión de la
producción agrícola con base en técnicas de alta densidad de mano de obra y ahorro de capital, sustentada en innovaciones agrícolas. Fase III:
Expansión de la producción con base en técnicas de alta densidad de capital y de ahorro de fuerza de trabajo.
El enfoque al desarrollo agrícola con base en la alta densidad de mano de obra y ahorro de capital adecuado a la Fase II, requiere un ambiente
en donde se reconozca y acepte la posibilidad del cambio, y en donde los agricultores individuales vean la posibilidad de obtener una ganancia
personal a través del mejoramiento técnico. La Fase I se define como el periodo en el cual se satisfacen esas condiciones previas.
Es probable que el requisito esencial de la Fase I sea el mejoramiento de la tenencia de la tierra, puesto que una situación desfavorable en este
aspecto puede sofocar el incentivo de cambio aun cuando exista el potencial para lograr grandes incrementos de producción. 18 Las actitudes
rurales hacia el cambio reciben también influencia de la atracción y disponibilidad de bienes de consumo, de la posibilidad de introducir mejoras
técnicas, de la disponibilidad de mercados y de muchos otros factores. Si las restricciones del grupo tradicional y las actitudes individuales hostiles
al cambio impiden seriamente el progreso agrícola, deberá conferirse entonces una importancia considerable a los programas de desarrollo de la
comunidad, poniendo interés en la alfabetización de los adultos, en programas .de ayuda propia encaminados a satisfacer "necesidades sentidas",
y actividades similares que promueven una mayor, receptividad al cambio. Probablemente, existen pocas zonas subdesarrolladas en donde la
política agrícola deba apoyarse en el supuesto de que prevalece la fase de condiciones previas. 19 Pero ciertamente, existen situaciones en donde
las deficiencias del ambiente institucional o las actitudes desfavorables al cambio son factores limitativos sumamente críticos; y en cualquier caso,
las mejoras continuas en las instituciones e incentivos facilitarán el progreso agrícola.
En el otro extremo, la técnica de la densidad de capital y ahorro de fuerza de trabajo de la Fase III representa una etapa de desarrollo bastante
avanzada, especialmente en los países con elevada densidad de población. El Japón, por ejemplo, se halla, aparentemente, entrando en esta
etapa. En esta fase, a juzgar por normas del pasado, los costos de oportunidad de la mayoría de los insumos, incluyendo el trabajo, son caros y
están en aumento. No sólo se incrementa la utilización de maquinaria agrícola que ahorra mano de obra, sino también crece el empleo de muchos
otros insumos de origen urbano. En consecuencia, se agudiza la necesidad de servicios crediticios. Por lo general, la Fase II se distingue por el
hecho de haber alcanzado un grado importante en la transformación estructural, de tal manera que la agricultura no gravita ya con todo su peso
sobre la economía.
Políticas del desarrollo agrícola en la Fase II. El hincapié hecho en la Fase II sobre el incremento de la eficacia de la agricultura, a través de un
fuerte apoyo en las innovaciones técnicas, en asociación con las técnicas intensivas de trabajo y de ahorro de capital, se relaciona a ciertos rasgos
característicos de esta etapa de desarrollo: 1) la agricultura representa una gran proporción de la economía; 2) la de manda de productos agrícolas"
aumenta en forma importante, pero el incremento "necesario" de la producción de alimentos para el consumo interno es fijo dentro de límites

17 Parece que ésta fue la situación que prevaleció en el Japón durante las décadas anteriores a 1920. Una interpretación provisional de los sucesos en ese país entre 1920-32 sugiere
que el bajo nivel del poder adquisitivo del consumidor pudo haber sido más importante que la carencia de fondos de inversión, como límite a la tasa de expansión del sector capitalista.
Aun así, las políticas deflacionistas y el tipo de cambio sobrevaluado parecen haber sido los principales factores del retardo en la expansión del sector' capitalista en el Japón durante
ese periodo [22, pp. 60-74]. Es evidente que la notable tasa de crecimiento económico, desde la segunda Guerra Mundial, ha sido estimulada por cambios sociales que condujeron al
aumento del poder de compra de la población agrícola y los trabajadores industriales; pero también es cierto que en esa época la existencia de una base industrial apreciable y una tasa
elevada de utilidades proporcionaron los fondos que permitieron una tasa de inversión extremadamente alta.
18 Sólo puede llamarse la atención sobre esta compleja e importante cuestión de la reforma agraria, en este tratamiento general del desarrollo agrícola y su relación con el crecimiento

económico. Philip Raup ha presentado un persuasivo trabajo de la importancia económica de la reforma agraria [41]. Véase también Doreen Warriner [51].
19 Con respecto a las limitaciones del desarrollo, atribuidas a la pretendida conducta irracional de los productos campesinos rústicos parece haber un mayor acuerdo en el sentido de

que este punto de vista, particularmente suscrito por J. H. Boeke, no esté apoyado por la experiencia. Joosten, cuyo análisis de las exportaciones de hule en Indonesia refuta la noción
de Boeke sobre malas condiciones de la oferta, concluye que: "…un escrutinio .de los hechos muestra que el campesino cultiva la tierra tan racionalmente cómo es posible, dadas las
condiciones sociales y económicas que lo afectan, y dentro del límite de sus oportunidades en relación al trabajo, tierra, mercados, capital, conocimientos y capacidad administrativa"
[25, p. 99]. La mayoría de las personas que han estudiado cuidadosamente los problemas de la agricultura rústica suscribirían esta opinión (véase por ejemplo [24].)
bastante estrechos determinados por la tasa de crecimiento de la población y de los ingresos por habitante; 3) el capital para el sector industrial en
expansión es particularmente escaso; y 4) es muy importante la distinción entre los recursos con un elevado costo de oportunidad y los que son
abundantes en la agricultura y qué se caracterizan por un bajo costo de oportunidad.
La elaboración de la estrategia para incrementar la productividad agrícola requiere de un alto grado de juicio y del conocimiento íntimo de los
recursos físicos y características agrícolas de una región particular. La determinación precisa de un sistema óptimo de producción, incluyendo las
relaciones del factor-óptimo y del factor-producto y la operación de los varios servicios de desarrollo a niveles óptimos, es imposible. Existe un
margen amplio e inevitable de incertidumbre para anticipar los rendimientos probables de los programas de investigación y para predecir la
efectividad con la que el conocimiento de técnicas mejoradas será difundido y aplicado por los operadores de la granja individual, Por lo demás, es
aún más difícil de anticipar la importancia de las innovaciones efectuadas por los agricultores privados; éstas son una característica importante de
la agricultura que se encuentra en su fase de progreso.
La esencia del problema es identificar aquellos factores que limitan generalmente el crecimiento de la producción y definir la combinación de
insumos que ofrecerá grandes rendimientos en condiciones de producción y productividad agrícola crecientes. Aunque los supuestos generales
pueden ser de algún valor como guía para la investigación y análisis, no hay sustituto de los estudios al nivel de la granja efectuados en zonas
representativas de diferentes tipos de situaciones agrarias que existen en una región o país. Tales estudios son necesarios para determinar la
naturaleza de las combinaciones presentes de insumos y rendimientos, así como de las formas en que las decisiones y prácticas eficaces al nivel
de la granja se hallan obstaculizados por falta de insumos esenciales.
Se han hecho varios intentos para enumerar los "insumos no convencionales" importantes, tendientes a incrementar la productividad agrícola. 20
Pueden mencionarse cuatro grupos de insumos complementarios o servicios de desarrollo: 1) investigación encaminada a mejorar las posibilidades
de producción; 2) programas de extensión y educación; 3) servicios para el abastecimiento de formas nuevas y mejoradas de insumos, en
particular semillas y fertilizantes mejorados; 4) servicios institucionales para el fomento de la producción agrícola, como las agencias de crédito y de
análisis de mercado, y organismos gubernamentales rurales para estimular la acción colectiva en la construcción de carreteras vecinales. Esos
insumos complementarios poseen una serie de características importantes para el proceso del desarrollo agrícola:
En primer lugar, provienen de afuera de la agricultura tradicional. El agricultor individual decide entre el uso de fertilizantes o de semillas
mejoradas si esos insumos están disponibles. Pero la cuestión misma de la disponibilidad de fertilizantes o semillas mejoradas en el tiempo, lugar y
forma conducentes al incremento de la producción, depende en gran medida de influencias que están más allá del control del agricultor privado.
En segundo lugar, todos esos insumos no convencionales o servicios de desarrollo incluyen un gran componente institucional. Puesto que la
investigación agrícola y los programas de extensión y educación se traducen en enormes economías externas, esas funciones se realizan
generalmente por las agencias del gobierno. Bajo las condiciones existentes en los países de bajo ingreso, también es deseable que el gobierno
estimule la creación o proporcione cuando menos los servicios institucionales necesarios para abastecer ciertos insumos y créditos a la producción,
para procesar y comercializar los productos agrícolas.
De mayor importancia, en tercer lugar, es la complementariedad entre los diferentes insumos convencionales y no convencionales. Esto es de
importancia porque esos insumos complementarios de la investigación y los programas de extensión, que hacen posible la utilización de
fertilizantes y otros insumos, producen grandes rendimientos al incrementar la productividad de los recursos ya dedicados a la agricultura. También
es importante mantener una proporción adecuada de los insumos. Ya se ha señalado la relación entre el desarrollo de la semilla mejorada y el uso
creciente de fertilizantes al revisar la experiencia del Japón y Taiwan.
Además de reconocer lo deseable de economizar los recursos que tienen un alto costo de oportunidad, es necesario prestar atención especial a
la concentración de recursos en programas de la más alta prioridad. El establecimiento de un gran número de objetivos implica un riesgo doble. El
enfoque de renglones que carecen de importancia estratégica obviamente aumenta el gasto y disminuye los rendimientos de la inversión. Quizá
aún más seria es la indebida dispersión de esfuerzos, lo cual disminuye la efectividad de los programas importantes debido a que la escasez de
personal administrativo competente impone una severa limitación a la efectividad de los programas de desarrollo agrícola.
Esta última consideración se inclina contra el sostenimiento de precios y los programas de crédito que requieren un caudal apreciable de talento
administrativo de alto nivel.21 La necesidad de concentrar recursos limitados en programas de prioridad requiere identificar las regiones geográficas
dentro de un país, que tienen un potencial elevado para obtener grandes incrementos de la producción. La capacidad para satisfacer las
necesidades de alimentación de los centros urbanos en crecimiento o la capacidad para producir a bajo costo cultivos de exportación con buenas
perspectivas de mercado pueden ser consideraciones a las que debe concederse particular importancia.22
Para muchos países los componentes más importantes de un programa de desarrollo agrícola en la Fase II son: 1) investigación, 2) programas
para difundir a los agricultores el conocimiento de la tecnología mejorada, 3) disposiciones para proporcionar ciertos nuevos tipos de insumos, y 4)
mayores oportunidades educativas. La introducción de nuevos cultivos puede ofrecer un potencial para grandes incrementos en el valor de la
producción agrícola, así como mayores ingresos de divisas. Pero esto depende, al menos en parte, de la investigación para establecer la
adaptabilidad de posibles cultivos a las condiciones locales, proporcionar material de plantación y determinar la práctica de cultivos apropiados.
1) Investigación agrícola. Los progresos del conocimiento científico, particularmente durante el siglo pasado, representan una posible ganancia
inesperada para el país que pone en ejecución un programa de desarrollo agrícola. En gran parte, los conocimientos acumulados en campos tales

20 Véase, por ejemplo [13] [34].


21 A veces se argumenta (v. gr. [13, pp. 25-28]) que es necesario trasladar el riesgo y la incertidumbre del agricultor innovador a otras personas. Pero los miembros de la, población
agrícola en un país subdesarrollado no se encuentran en un nivel común de pobreza y, generalmente, existe un grupo que detenta una proporción importante de la tierra, con activos y
niveles de ingresos muy superiores al promedio, capaces de soportar el riesgo y la incertidumbre de la innovación y la inversión.; El mejoramiento de las instituciones de crédito se
convierte en una necesidad de alta prioridad al hacerse más importante el empleo de bienes de capital.
22 El Plan Swynnerton para el desarrollo acelerado de la agricultura africana en Kenya es un ejemplo importante de un plan y programa que han prestado particular importancia a las

"tierras de alto potencial" [7, pp. 9-15]. El bosquejo del plan de B. van de Walle, para el desarrollo agrícola del Congo propone la concentración de recursos en áreas de gran potencial
para la producción de cultivos de exportación o que poseen ventajas de localización para el abasto de centros urbanos; las inversiones limitadas en otras áreas se justificaría por
consideraciones sociales más que económicas [47, p. 48].
como la ciencia de los suelos, la nutrición de plantas y la genética, que permiten incrementos potenciales de la productividad, ofrecen la ocasión de
eliminar la inactividad de una economía en desarrollo. Aunque un país subdesarrollado puede disponer de la investigación fundamental y de
conocimientos acumulados, es indispensable la identificación de los caminos prometedores de progreso, así como la comprobación y adaptación
de semillas mejoradas y prácticas de cultivos a las condiciones locales, si es que se desea obtener beneficios en la realidad.
El establecimiento de un programa efectivo de investigación agrícola es un proyecto a largo plazo que depende en gran medida de la continuidad
del personal. La escasez de técnicos agrícolas calificados es un problema crítico que sólo puede resolverse parcialmente mediante la utilización de
investigadores extranjeros.23 Es tan necesario el programa efectivo de investigación para los otros elementos del programa de desarrollo agrícola,
que ello representa uno de los pocos casos en que los planes y las asignaciones presupuestales pudieran pecar de audacia, con tal de que esta
liberalidad se aplique sólo dentro de los límites de prioridades de investigación cuidadosamente determinadas.
2) Programas de extensión educativa. La efectividad de la investigación agrícola depende de un programa de divulgación educativa que lleve los
resultados de la investigación a los agricultores y que ponga, a su vez, en manos del personal de investigación los problemas de los agricultores.
Las técnicas de divulgación que han sido efectivas en los Estados Unidos no son necesariamente adecuadas en otros países. El Japón logró
resultados notables sin disponer realmente de un servicio de divulgación; las actividades de divulgación fueron realizadas por las estaciones
experimentales locales, por las asociaciones agrícolas aldeanas y otras formas. En Jamaica y Dinamarca la red de sociedades agrícolas
proporcionó Un mecanismo efectivo. Cuando la resistencia de los agricultores al cambio es de cierta magnitud puede haber necesidad de introducir
programas de supervisión de créditos o de subsidios a nuevos insumos; y en ciertas circunstancias el servicio gubernamental de alquiler de
tractores puede justificarse en parte como una técnica para; asegurar la aceptación de prácticas mejoradas o sistemas agrícolas más productivos.
Pero el buen éxito final de un programa de desarrollo agrícola depende del adiestramiento de agricultores ligados a la tradición, para que las
decisiones sobre nuevas alternativas obtengan un éxito económico.24
Una alternativa que se recomienda con frecuencia para contrarrestar el lento proceso de adiestramiento de la masa de agricultores, para que
tomen sus propias decisiones, es la creación de alguna forma de agricultura en gran escala que ocupe personal administrativo especializado, como
las granjas colectivas y diferentes tipos de agricultura cooperativa. Pero las economías de escala en la agricultura no van tan lejos como en otras
formas de producción. El alto grado de variabilidad de la agricultura plantea problemas de dirección y decisión que no pueden centralizarse sin una
duplicación considerable de esfuerzos. Brewster ha señalado en particular el gran número de "decisiones de supervisión sobre la marcha" que
deben hacerse en la agricultura [3]. Hay una diferencia básica entre la agricultura y la industria en este aspecto, ya que la naturaleza biológica del
proceso de producción agrícola significa que las operaciones que han de ejecutarse están separadas en tiempo y lugar. Esto aumenta la
importancia de esas decisiones de supervisión sobre la marcha y disminuye algunas de las ventajas de la mecanización. 25 Otra ventaja económica
importante de la administración y ejecución descentralizadas se desprende del interés individual más directo en el resultado de la empresa agrícola,
con efectos consecuentes favorables en los incentivos, la iniciativa y lo que Raup ha llamado "proceso de acrecentamiento de la formación de
capital", que son tan importantes en la agricultura.26
A juzgar por la experiencia de las granjas colectivas y de las cooperativas de producción, esas consideraciones resultan muy importantes; pero
no eliminan la posibilidad de excepciones.: Se ha observado, por ejemplo, que las plantaciones pueden favorecer la introducción de nuevos cultivos
de exportación que las necesidades técnicas y de capital demandan, particularmente si es importante la integración de la producción e
industrialización para el control de calidad [21, p. 342]. Esas ventajas de la producción en gran escala dependen de un alto nivel de destreza
administrativa; y tienden a ser temporales.27 De modo similar, ciertas formas de servicio de alquiler de tractores o de contratos para el arado,
proporcionados ya .sea por el departamento agrícola, la cooperativa o los empresarios privados, puede ser una solución económica,
particularmente si tienen importancia consideraciones técnicas como la profundidad del surco o la prolongación del trabajo de arado.28
3) Oferta de nuevas clases de insumos estratégicos. Algunos de los insumos complementarios de gran importancia para aumentar la producción
agrícola en la Fase II, son los nuevos fertilizantes químicos que deben obtenerse afuera de la economía tradicional aldeana. Los fertilizantes y
parasiticidas vegetales dependen del establecimiento de la nueva capacidad productiva o de divisas para importar; así, compiten directamente por
recursos escasos de alto costo de oportunidad. Los rendimientos de las inversiones en esos insumos, sin embargo, pueden ser muy elevados, con
tal de que estén disponibles todos los insumos complementarios en particular, las semillas mejoradas, el conocimiento de la acción del fertilizante
en diferentes suelos y cultivos, y una organización de divulgación capaz de difundir la información a los agricultores.
Los nuevos insumos también requieren de nuevos servicios institucionales para su distribución en el nivel de la granja. En algunos países los
productores de fertilizantes han realizado este trabajo; pero con frecuencia en las primeras etapas del desarrollo, es necesario que el servicio
agrícola gubernamental o las cooperativas lleven a cabo esta función. La disponibilidad de la oferta de semilla mejorada requiere complicadas
disposiciones institucionales para la multiplicación y distribución de la semilla de manera de asegurar una oferta pura; de nuevo, aquí, la iniciativa
del gobierno puede ser esencial.

23 El programa de cooperación de la Fundación Rockefeller y de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, de México, debe una gran parte de su éxito a la continuidad de servicio de los
técnicos clave y a la importancia que se ha dado a la enseñanza de jóvenes técnicos agrícolas mexicanos [15].
24 Para el estudio de los problemas y posibilidades de un programa de asistencia, administrativa a los agricultores de los países de ingresos bajos, véase [20].
25 Un interesante estudio de G. K. Boon sobre las condiciones en las que es económica la mecanización en la construcción de zanjas en el campo señala que "los métodos de mano de

obra intensiva en la construcción se caracterizan por la ausencia de algunas de las desventajas que implican los procesos industriales"; por ejemplo, "la sustitución de mano de obra por
maquinaria en los procesos de construcción no supone mayores edificios fabriles y otros gastos de capital" [2, pp. 11-12]. Este tipo de contraste es, por supuesto, aún más evidente en
las diferencias que existen entre los procesos agrícolas e industriales.
26 Raup subraya la influencia de una conveniente estructura de tenencia de la tierra y del tiempo consumido por los procesos de producción sobre la acumulación de capital. Ambos

elementos son importantes, por ejemplo, en el crecimiento del número y calidad del ganado, como un resultado de lentas mejorías en la alimentación, mejor administración y protección
contra las enfermedades [41, p. 14]. De modo semejante, destaca la importancia del "desempleo periódico" en la agricultura cuando el costo de oportunidad de la fuerza de trabajo sólo
se mide por el precio de reserva del tiempo de ocio. "Un sistema de incentivo que maximice la inversión de esta mano de obra en la empresa es uno de los requisitos básicos del
crecimiento agrícola. En términos de formación de capital, la mejor estructura es aquella que permite la probabilidad máxima de que una familia agricultora 'prefiera' explotar su propio
trabajo" [41, p. 22].
27 Se decía en los últimos años que los pequeños agricultores africanos no podían producir café arábico de alta calidad en Kenya; pero en los últimos diez años los productores

africanos han logrado una expansión espectacular de la producción. Los problemas del control de la calidad han sido difíciles, pero de ninguna manera insolubles. Por supuesto, el
desarrollo ha sido apoyado por la investigación gubernamental, y por programas de divulgación y préstamos para facilitar el establecimiento de estaciones cooperativas.
28 El proyecto Gezira, del Sudán, que tuvo mucho éxito, ejemplifica la interesante combinación de técnicas de alta densidad de mano de obra y capital [11, pp. 230-34].
El mejoramiento de los servicios de transporte puede también ser básico para que el agricultor utilice los insumos comprados. Un mejor
transporte también aumenta los incentivos de producción mediante mayores precios agrícolas y acelera la difusión de la innovación a través de
mejores comunicaciones.
4) La educación y el desarrollo agrícola. Prácticamente todos los aspectos del desarrollo agrícola dependen del desarrollo de una amplia gama de
instituciones educativas. Los problemas críticos conciernen al uso del pequeño núcleo de personal adiestrado para apoyar los programas de
adiestramiento y la carga financiera que surge de los mayores gastos en educación.
A pesar de las dificultades financieras y de la escasez de profesores calificados, muchos países subdesarrollados se hallan dedicados en la
actualidad de la expansión en gran escala de los servicios educativos. Esta, oferta creciente de personas adiestradas puede colocarse
favorablemente en la agricultura, puesto que la mano de obra calificada es necesaria para superar el estrangulamiento en la utilización eficiente de
la fuerza de trabajo y recursos de tierra que son abundantes en este sector. Esto constituye un marcado contraste con respecto a la situación de la
industria, en donde las grandes necesidades de bienes de capital, en combinación con la mano de obra, constituyen una limitación al aumento
rápido del empleo de trabajo calificado.
Los esfuerzos encauzados para desarrollar las instituciones gubernamentales locales, el mayor grado de alfabetización y la promoción de
cambios sociales rurales a través del desarrollo de la comunidad u otras técnicas puede iniciarse con personal de ligera preparación inicial,
complementada con un adiestramiento continuo en el servicio. Aun en caso de la divulgación agrícola, los programas en las primeras etapas
pueden poner interés en innovaciones productivas relativamente sencillas como las combinaciones de semillas y fertilizantes, la introducción de
herramientas mejoradas y de esfuerzos para acercar el estándar general de la granja al de los mejores agricultores. La difusión de la educación en
la población agrícola amplía los horizontes, proporciona la capacidad necesaria para mantener registros y cuentas y refuerza la capacidad de los
agricultores para tomar decisiones racionales.
El desarrollo agrícola en la Fase II es potencialmente un proceso dinámico caracterizado por un continuo incremento de la productividad
agrícola.29 Esto se debe en parte a las diferentes tasas de adopción de la nueva tecnología; pero también es una consecuencia del continuo flujo de
innovaciones generadas por un programa efectivo de investigación. Este crecimiento continuo de la productividad agrícola depende de un gran
número de cambios que en lo individual significan relativamente poco, pero que en su conjunto ejercen una gran influencia. Esto requiere la
continua mejoría de los incentivos y de las instituciones que sirven a la agricultura, incluyendo el perfeccionamiento ulterior de los procesos de
investigación, organizaciones de divulgación y el establecimiento o refuerzo de las instituciones de educación superior para proporcionar el
personal profesional y administrativo necesario.
IV. CONCLUSIONES
En este examen del papel de ·la agricultura en el proceso de desarrollo económico, se ha intentado destacar las características que tienen un alto
grado de generalidad. Pero la diversidad entre las naciones y la variedad característica de la agricultura limita inevitablemente la validez de un
tratamiento condensado general. La densidad de la población rural y la etapa de desarrollo económico alcanzada en la actualidad se destacan por
su relación particular a la importancia de algunos de los factores examinados en este trabajo.
A pesar de estas justificaciones, se considera que la tesis general presentada es de amplia importancia: el bienestar rural así como el
crecimiento económico, demandan la transformación de la estructura económica de un país, lo cual incluye la declinación relativa del sector
agrícola y una corriente neta de capital y otros recursos del sector agrícola al sector industrial. La contribución de la agricultura a los requisitos de
desarrollo de capital es especialmente importante en las primeras etapas del proceso de crecimiento; no será tan importante en los países que
tienen la posibilidad de contar con una porción apreciable de sus necesidades de capital a través de la exportación de productos minerales o en
forma de préstamos o donaciones del extranjero.
Las políticas que toman en consideración este proceso de transformación secular y sus implicaciones son de interés a .largo plazo para la
población agrícola, así como del país en su conjunto. La reducción de la fuerza de trabajo agrícola es una condición necesaria para establecer una
proporción de factores que den lugar a rendimientos al trabajo agrícola, más o menos de acuerdo con los rendimientos de la fuerza de trabajo en
otros sectores. En forma más concreta, el desplazamiento insuficiente hacia afuera de la agricultura perpetuará o conducirá a propiedades agrarias
excesivamente pequeñas y a la vez a un notable subempleo de la fuerza de trabajo como causas próximas de los ingresos agrícolas por abajo de
los estándar.
Aunque en este artículo se ha señalado la importancia del papel de la agricultura en el desarrollo, no estamos de acuerdo con quienes infieren
que el desarrollo agrícola debe preceder o tener prioridad sobre la expansión industrial. Sayigh, quien puede ser considerado como representante
de esa tendencia, afirma que "el progreso profundo no puede lograrse en ambos frentes simultáneamente" [44, p. 448]. En nuestra opinión el
"crecimiento equilibrado" es necesario, en el sentido de que deben realizarse esfuerzos simultáneos para promover el desarrollo agrícola e
industrial. Reconocemos que existen severas limitaciones en la capacidad de un país subdesarrollado para hacer todo a la vez. Pero es
precisamente esta consideración la que subraya la importancia de desarrollar la agricultura en tal forma que se reduzcan al mínimo sus demandas
sobre los recursos más indispensables para el desenvolvimiento industrial, en tanto que se maximiza su contribución neta de capital necesario para
el crecimiento económico general.

29 Higgins sostiene incorrectamente que "con las. técnicas de alta densidad de mano de obra de la agricultura rústica en pequeña escala son muy limitadas las oportunidades de
mejoramiento tecnológico" [16, p. 422]. Su afirmación parece basarse en el punto de vista erróneo de que el desarrollo agrícola en esta etapa es una proposición lineal un cambio de
técnicas y semillas "malas" a semillas y prácticas "buenas", y que es imposible un proceso dinámico de desarrollo agrícola hasta que pueda efectuarse "el salto discontinuo a una
agricultura más extensiva y más mecanizada" [16, p. 422].
1.D FLORES, Edmundo
Tratado de economía agrícola
Edit. FCE, México, 1961
Págs. 17-25.

Subtema 1.1 Definición e importancia de la economía agrícola

1. SIGNIFICACIÓN, NATURALEZA Y ÁMBITO DE LA


ECONOMÍA AGRÍCOLA
Campesinos pobres, reino pobre:
reino pobre, rey pobre.
QUESNAY, Tableau Économique, 1758
Significación de la economía agrícola
LA ECONOMÍA agrícola es la parte de la economía general que estudia los problemas económicos de la agricultura y actividades afines. En rigor,
es sólo una rama de la economía aplicada, cuya existencia se debe a la especialización profesional impuesta por el progreso y a la complejidad
creciente de la ciencia y de la tecnología contemporánea. La economía agrícola no es una disciplina autónoma, pues depende de la economía
general para fundamentar sus interrelaciones causales y para probar la validez de sus conclusiones. Tampoco es, una disciplina mixta, pese a que
la yuxtaposición de lo económico con lo agrícola sugiere un híbrido grotesco semejante a lo que resultaría de la cruza de un escritorio con un
tractor. La generalizada confusión a este respecto obliga a recalcar que en la relación de la economía con la agricultura, la primera desempeña un
papel fundamental, pues proporciona las bases teóricas, el método, y la razón de ser del análisis; segunda tiene un papel accesorio y sólo da el
escenario y la materia bruta. Por consiguiente, el economista agrícola debe ser, ante todo, economista, y usar como marco de referencia e
instrumental analítico la teoría y el método que han sido elaboradas en el campo general de la ciencia económica.
La economía es el estudio de los principios que determinan la asignación de medios escasos entre fines competitivos cuando el objetivo
de la asignación es elevar al máximo el logro de los fines2 Esta definición debe descomponerse para dar realce a cada una de sus facetas.
En primer lugar, implica el problema obvio de la eficiencia, o sea; el objetivo inmediato de obtener lo más con lo menos.
En segundo, distribución del ingreso que más convenga al logro dé los fines que la comunidad persigue.
En tercero, la necesidad de producir precisamente los bienes que la comunidad desea en las cantidades necesarias.
En cuarto, la necesidad de emplear razonablemente, a niveles altos de ocupación, la fuerza de trabajo.
En quinto, el logro de una asignación de los recursos más o menos satisfactoria entre la producción para el presente y para el futuro
(formación de capital): entre lo que se produce para el consumo y
lo que se invierte en nuevas instalaciones y en los procesos necesarios para asegurar y aumentar el consumo futuro.
En sexto, el mantenimiento de condiciones que faciliten .la investigación y el desarrollo tecnológico y permitan la invención o la adopción
y adaptación de nuevos métodos, de nuevos productos y de formas de organización social más avanzadas.
La economía agrícola estudia los mismos principios y persigue finalidades idénticas a las de la economía general, excepto que lo hace
dentro del marco específico de la agricultura.
Para deslindar el campo de la economía agrícola es preciso, en primer término, analizar los diversos elementos que intervienen en su
definición y, en segundo, aclarar cuáles son las relaciones que la ligan a otras ciencias y técnicas afines, tales como la antropología económica, la'
sociología rural, la administración agrícola y la agronomía que, con enfoques distintos y finalidades diferentes, manejan también muchos de los
elementos que forman la materia prima con que trabaja el economista agrícola.
En la definición de Economía intervienen tres premisas fundamentales:
1. Distintas finalidades simultáneas que en grados variables tienden a excluirse o a complementarse;
2. Medios escasos, y
3. El objetivo de la elevación al máximo.
A corto plazo, la consecución de un fin cualquiera, en la medida en que implique escasez de medios, es problema que incumbe al
economista,3 En estas condiciones, en que para simplificar el análisis, todo se supone estático, los fines se consideran elementos exógenos dados
por el individuo, la comunidad, la empresa o el Estado.
A largo plazo, en agudo contraste, lo fines sí incumben al economista y a la economía. En el preciso momento en que el análisis se
proyecta hacia una dimensión temporal y espacial, la secuencia formal fines-medios se convierte en un complejo proceso de interrelación causal

2 George F. Stigler, The Theory of Competitive Price, The Macmillan Company, Nueva York, 1942, p. 12.
3 Lionel Robbins, Naturaleza y su de la ciencia económica, Fondo de Cultura Económica. México, p. 48.
que, una vez iniciado, genera un impulso de carácter circular y acumulativo: medios-fines-medios-fines-medios, ad infinitum que tiende a
perpetuarse en su mismo sentido inicial4, Los medios, entonces, se supeditan a los fines a que sirven, y viceversa.
A. medida que cambian los fines, los medios se transforman. A esta altura resultaría imposible, a más de inútil, distinguir entre unos y
otros.
Los medios (recursos) comprenden todo lo que es escaso, transformable (capaz de satisfacer fines distintos) e indispensable. La escasez
se refiere a la relación fines-medios y constituye la esencia de cualquier problema económico, puesto que en caso de que los medios abundaran;
todos los fines podrían ser satisfechos y no surgiría el problema de la elección entre varias alternativas. El requisito de la transformabilidad o
sustituibilidad de los medios es elemental, puesto que si determinado medio pudiera servir tan sólo para un propósito en un momento dado,
resultaría imposible darle otro uso, independientemente de la escasez de los otros medios 5. La escasez puede deberse a causas naturales,
determinadas por las limitaciones del hábitat, o a causas políticas, sociales e institucionales.
La tercera premisa predica el logro máximo de las finalidades. En rigor, también surgiría un problema económico si se intentara reducir "al
mínimo las resistencias; sin embargo, por una convención, la economía sólo se refiere al aspecto positivo, o sea a aquel que persigue la elevación
de los fines al máximo y el aprovechamiento pleno de los factores.
En el nivel macroeconómico, la economía agrícola estudia las interrelaciones causales entre lo que ocurre en la agricultura y lo que
acaece fuera de ella. Dentro de su propia jurisdicción, que incluye la agricultura, propiamente dicha, la ganadería y la silvicultura, estudia las
reacciones que surgen de combinar los factores de la producción en las proporciones posibles, igual que las peculiaridades de la oferta y de la
demanda de los factores y de los productos. En ambos casos, su finalidad última estriba en llegar a generalizaciones que, ajustándose a las
características y limitaciones propias de un país, de una región y de una etapa de desarrollo histórico, puedan servir de guía para iniciar y llevar a
cabo una política concreta y congruente de desarrollo agrícola y de desarrollo general. Naturalmente, el estudio de los cambios sociales que
acompañan al desarrollo económico y que forman parte de éste constituye una parte esencial del ámbito de esta disciplina.
Las grandes generalizaciones a las que esta rama de la economía debe dar respuesta son, en sustancia, las siguientes:
1) Dado que la mayoría de los países atrasados dependen en forma predominante de su agricultura ¿cuál será la estrategia general para
iniciar simultáneamente el desarrollo agrícola y el desarrollo industrial, partiendo únicamente de los recursos de que se dispone en la
agricultura? ¿En qué forma y hasta qué grado podrá un país subdesarrollado generar y sustraer ahorros del sector agrícola para financiar
la diversificación de su economía?
2) Las formas prevalecientes de propiedad de la tierra y las relaciones sociales que surgen de éstas son favorables para el desarrollo o,
por .el contrario, constituyen un obstáculo que mantiene a la economía en estado de atraso.
3) Qué relación existe entre la concentración de la propiedad de la tierra, la organización .de la producción y la distribución del ingreso
agrícola. Cómo afecta esta relación las propensiones a .invertir, a consumir ya importar y, en un plano más general, pero no menos
importante, qué efectos tiene la distribución de la propiedad de la tierra sobre la organización política, social y cultural de un país.
4) Qué medidas de política agraria, de política fiscal, de crédito, de subsidios, de educación, etcétera, redundarán en el uso más eficaz de
la tierra y en una distribución del ingreso, más favorable al desarrollo.
5) Cuáles serán los resultados y los efectos acumulativos, a corto y a largo plazo, de invertir el ahorro agrícola en obras públicas y en la
creación de nuevas industrias. Cómo afectará tal política el nivel de ocupación; los desplazamientos de la mano de obra; la disponibilidad
inmediata de productos agrícolas para el consumo interno; la balanza de pagos; la distribución del ingreso y, por último, la tasa general de
formación de capital.
Además de los problemas relativos a la estrategia de la asignación de recursos en nivel nacional, y dentro de sus propios linderos, la economía
agrícola debe dar respuesta a problemas como los siguientes:
1) ¿Conviene a un país fomentar la producción y exportación de materias primas?
O, por el contrario:
2) ¿Debería ese país destinar sus recursos agrícolas al aumento de la producción de alimentos destinados al consumo interno, aun
acosta de reducir aquellas exportaciones?
3) ¿Qué proporción de sus recursos debería destinar a cada una de tales finalidades con vistas a acelerar el desarrollo, económico
general?
Las cuestiones anteriores cubren sólo una fracción de los temas de que se ocupa la economía agrícola. Restan muchos otros, relativos a
la conservación de recursos, a la fijación de precios, al crédito, al control de excedentes, a la extensión agrícola, etcétera, que se tratan en el 'curso
de esta obra.
Relaciones entre la economía agrícola y la antropología
La economía agrícola tiene relaciones muy estrechas con la antropología económica. No obstante, existen entre ellas notorias diferencias. La
principal estriba en que mientras el economista agrícola se ha dedicado particularmente a estudiar las economías de cambio el antropólogo ha
dirigido su atención, sobre todo en un principio, al estudio de la matriz cultural y de los cánones de propiedad y de conducta de las sociedades
primitivas.

4 Véase: Gunnar Myrdal, Teoría' económica regiones subdesarrolladas, Fondo de " Cultura Económica, México, 1959.
5 Stigler, op, cit., p. 13.
Inevitablemente, sin embargo, los antropólogos sintieron la necesidad de abordar el estudio de la, economía y han llegado a cierto grado
de sistematización. A este respecto dice Melville J. Herskovits: "No se registra ya, hoy, el olvido de los aspectos económicos en que incurrían los
antropólogos anteriores, cuando estudiaban estas culturas. En las estipulaciones actuales del trabajo de campo, ningún antropólogo competente
considera la tecnología de un pueblo como sinónima de su economía" ni reputa suficiente limitarse a estudiar los cánones de la' propiedad, cuando
aborda los problemas de las diferencias en punto a riqueza y a posición. 6
El trabajo de los economistas agrícolas en las economías de cambio, y ocasionalmente en algunas áreas de contacto entre las
economías de cambio y las de subsistencia y por un lado, y las investigaciones de los antropólogos, por el otro, ha arrojado cierta luz sobre la
dinámica del desarrollo económico en las sociedades agrarias de subsistencia.
De acuerdo con Gonzalo Aguirre Beltrán, este esfuerzo ha sido iniciado en México por los antropólogos y ha comprendido la formulación de una
hipótesis de trabajo a Jaque se ha llamado "Teoría de los centros coordinadores". Esta teoría fue precedida por la experiencia de campo necesaria
para probar su validez, y actualmente sirve como marco conceptual para el trabajo desarrollado por el Instituto Indigenista de México:
La aplicación de las ciencias sociales en el ámbito de la acción gubernamental-reformas en la tenencia de la tierra, regulación de las
relaciones entre los factores de la producción, nuevos sistemas en la educación de las masas y conceptos de bienestar en la salubridad
realizada en los inicios de la Revolución de I910 a muy bajo nivel técnico y, luego, ajustándose cada vez más a las normas de las disciplinas
científicas, ha venido creando en México, paso a paso, una teoría social extraída de la experiencia directa del trabajo de campo aplicado.
Esta afirmación es particularmente justa en cuanto se refiere a la antropología social, disciplina que está siendo utilizada como instrumento
para resolver los problemas que derivan de la heterogeneidad cultural del país y, consecuentemente, de la existencia de grupos de población
subdesarrollado que no participan plenamente de la vida cultural y económica de la . Nación.
Estudiosos extranjeros y nacionales se dieron a medir el desarrollo de las comunidades investigando los escalones que conducían ·de una
comunidad primitiva, o folk, a una sociedad urbana u occidentalizada. Implícito estaba el descubrimiento de las leyes del cambio cultural para
que, conocidas éstas, se pudiera prever la respuesta de una comunidad primitiva o folk a las acciones progresistas directa o indirectamente
implementadas. Lo importante era la comunidad y la inducción en ella de los elementos urbanizantes o modernizantes que elevaran sus
niveles de aculturación.
Por vez primera enfáticamente se había tomado en consideración la existencia de lo urbano como factor capaz de realizar modificaciones
trascendentes en la cultura de una comunidad india. Por otra parte, la teoría social, al sufrir la adición que antecede, actuaba no ya bajo el
supuesto de la incorporación de elementos nuevos en una cultura pasivamente receptora, sino de una interacción entre lo urbano y lo folk, es
decir, actuaba teniendo en mente un proceso de aculturación.7
Implícita en las afirmaciones anteriores se encuentra una tesis sobre la dinámica del desarrollo económico en las sociedades indígenas y
sobre la forma de acelerarlo. Sin caer en una teoría simplista del determinismo económico, las investigaciones de los antropólogos destacan la
interrelación entre los factores económicos y culturales, sin asignar un papel prominente a ninguno, sino poniendo énfasis en su
complementariedad.
En muchos países las economías de autoconsumo constituyen la raíz que sustentará el progreso económico y la única fuente de recursos
internos para costear sus etapas iníciales. 8 A este nivel, los linderos entre la antropología económica y la economía agrícola desaparecen tan
pronto como se trata de investigar la forma en que las comunidades se ajustarán psicológica, social, cultural y políticamente a los cambios
económicos y viceversa. Por consiguiente, lo más sensato es integrar ambas disciplinas en un campo teórico único, y estudiar como parte de un
todo dinámico las fuerzas que rigen a las economías de .Subsistencia y los nexos entre éstas y los sectores' ya incorporados a la economía de
cambio.
Relaciones entre la economía agrícola y la agronomía
La agronomía es la ciencia que estudia las leyes que presiden las funciones de los vegetales, la influencia del medio externo en que viven y la
manera de modificar esta influencia en sentido favorable para el agricultor. 9La diferencia fundamental entre la agronomía y la economía agrícola
consiste en que la primera estudia las relaciones entre insumos físicos y productos físicos para llegar al "cómo", mientras que la segunda debe dar
respuesta a las cuestiones: ¿Qué producir? ¿Dónde? ¿Cuánto?,
Determinar cuál es la forma más eficaz de sembrar maíz en cierta región qué variedad de semillas es los más aconsejables y qué abonos
e insecticidas deben usarse, compete al agrónomo. Decidir si conviene fomentar la siembra de maíz hasta lograr la autosuficiencia, o si es
preferible importar los faltantes y señalar acuciosamente cuál sería el pro y' el contra de cada una de estas medidas, es tarea que corresponde al
economista agrícola. A menos que se opte por el empirismo o, peor aún, por el nacionalismo maicero.
La selección de las razas, de los sistemas de cría y de los métodos de alimentación más eficaces para satisfacer la demanda de
alimentos de origen animal de una gran metrópoli, son problemas cuyo estudio y solución caen dentro del dominio de la zootecnia y de las ciencias
afines.
Decidir si tal actividad resultaría conveniente o si sería preferible importar tales productos, corresponde al economista agrícola, de la
misma manera que, en caso afirmativo, señalar en dónde debe localizarse tal actividad y qué recursos deberán asignársele.
La agronomía y la zootecnia sólo pueden proporcionar los datos necesarios para elevar la productividad física al máximo, haciendo caso
omiso de los costos, de las posibilidades de sustitución económica y de la combinación de factores de que resulten los rendimientos marginales
más elevados.
Relaciones entre la economía agrícola y la administración agrícola

6 Melville J. Herskovits, Antropología económica, Fondo de Cultura Económica, México, 1954.p. 8.


7 Gonzálo Aguirre Beltrán, "Teoría de los centros coordinadores", América indígena. vol. XV no 1. enero de 1955.
8 Véase Ragnar Nurkse, Problemas de formación de capital en los países insuficientemente desarrollados, Fondo de Cultura Económica, México, 1955.
9 Rémulo Escobar, Enciclopedia agrícola y de conocimientos afines Escuela Particular de Agricultura, Ciudad Juárez, Chih., México, s. f.
Entre la economía agrícola y la administración agrícola existen nexos estrechos, toda vez que ambas disciplinas se ocupan de los mismos
problemas, aunque a distintos niveles y en ámbitos de magnitud diferente.
La administración agrícola toma como campo de estudio la empresa agrícola, y se propone, como finalidad última, elevar al máximo el
ingreso neto del agricultor o empresario, partiendo de la cantidad limitada de recursos existentes en la empresa o unidad agrícola. Estudia la forma
y los medios de organizar la tierra y el trabajo, el capital, la aplicación de los conocimientos técnicos y la capacitación del agricultor, para que la
empresa agrícola rinda los ingresos netos máximos. En esta disciplina se toma en consideración cada factor, ya sea agronómico, social o
económico. Toda información obtenida proporciona mayores elementos de juicio, y cada dato debe considerarse en la medida en que pueda ser útil
para la organización y administración de la empresa, con la finalidad de que todos los factores de la producción sean utilizados en la mejor forma,
es decir, que rindan los ingresos netos máximos tomando la empresa agrícola en .su totalidad.10.
En los capítulos siguientes se expondrán en detalle los conceptos sólo esbozados en .esta parte introductoria, Teniendo siempre en
mente las variadas oportunidades que ofrece la técnica moderna para eliminar el hambre y para hacer posible que los agricultores gocen de un alto
nivel de ingreso, cultura y. bienestar, se estudiará el mecanismo de las leyes económicas que rigen el progreso agrícola. De la misma manera, se
estudiará su comportamiento en distintas etapas de desarrollo y bajo diferentes formas de organización política e institucional. Por último, se
estudiará también la naturaleza y las características de los obstáculos principales que impiden aprovechar la potencialidad productiva de que hoy
se dispone. En suma, se trata la estrategia del desarrollo agrícola.
1.E Modernizarse ¿Para qué?
Arturo Warman
http://www.catedrawarman.org/articulos/1982_modernizarse%20_para_que.pdf
(Disponible en red)
Fecha de revisión 10 Agosto 2011.
Págs. 1-10

Subtema 1.2 Funcionamiento del sistema.

1.F Andamos arando. El problema agrario campesino (1978)


Arturo Warman
http://www.catedrawarman.org/articulos/1979_andamos_arando.pdf (Disponible
en red)
Fecha de revisión 24 Julio 2011

Subtema 1.3 Concepción de la economía de la producción

1.G LANGE Oskar


Economía política I. Problemas generales
1ª. Ed. En español, Edit. Fondo de Cultura
Económica, 1966, México
Págs. 134-158, 236-246.

Subtema 1.3 Concepción de la economía de la producción

EL PRINCIPIO DE LA RACIONALIDAD ECONÓMICA.


ECONOMÍA Y PRAXEOLOGÍA
La actividad económica de los hombres es una: actividad consciente e intencional. En las condiciones económicas generales, determinadas por las
relaciones de producción y las relaciones de distribución, surgen determinados estímulos económicos que guían la actividad de los hombres, como
asimismo determinadas formas de reaccionar ante dichos estímulos. Todo esto se refleja y concreta en las leyes económicas del comportamiento
de los hombres, estudiadas anteriormente. Los estímulos económicos determinan los fines de la actividad económica; o sea, los incentivos
económicos. La reacción ante estos estímulos consiste en la adopción de los medios adecuados a la realización de aquellos fines. La actividad
económica consiste, por lo tanto, en realizar determinados fines con ayuda de ciertos medios.
El conjunto de los medios que sirven para la realización del fin junto con el modo de aplicarlos constituye la técnica de la actividad económica
considerada. Hablamos, pues, de la técnica de la producción y de la técnica de la distribución, y, si entramos en más detalles, distinguimos también
la técnica agrícola (agrotecnia, zootecnia), la técnica minera, la técnica de la producción del acero, la técnica de la producción química, la técnica
de los transportes (terrestres; fluviales, marítimos, aéreos), la técnica comercial, la técnica financiera y otras muchas. En sentido amplio, los

10G. W. Forster, EarmDrganíeation ·and Management, Prentice Hall, Nueva York, 19.40, p. 27., V~ªse también: John A.Hopkins,Administración rural, Instituto Interamericano de
Ciencias Agrícólas, Turrialba, Costa Rica, 1952.
términos "técnica" y "método" son sinónimos, y este último, como sabemos, designa un modo de comportamiento sistemático encaminado a la
obtención de un fin determinado.11
Sin embargo, la técnica de la actividad económica posee un rasgo peculiar que la caracteriza: los medios a los que recurre son objetos materiales y
los fines que realiza están ligados a objetos materiales. La producción consiste en la fabricación, de objetos materiales -es decir, de bienes- con
ayuda de los medios de producción (medios de trabajo y objetos de trabajo) que son también objetos materiales. La distribución es la repartición de
los bienes entre los hombres, y por consecuencia, la repartición de objetos materiales; su ejecución exige la existencia de ciertos objetos
materiales, que designamos con el nombre de medios de distribución (por ejemplo, las factorías, los almacenes de venta, diversas instalaciones
como estanterías, mostradores, balanzas, etc.). Hasta los servicios que satisfacen directamente las necesidades humanas exigen generalmente
medios materiales, por ejemplo, los utensilios del peluquero, del médico, del músico, del profesor, los locales en los cuales se prestan estos
servicios, así como el mobiliario de estos locales; también, la mayoría de las veces, de la prestación de los servicios resultan ciertos efectos
materiales, por ejemplo, el corte de pelo, el tratamiento médico, la proyección de una película, etc. La técnica de la actividad económica es, pues,
una técnica material, que consiste en servirse de medios materiales con el propósito de lograr fines materiales. 12
La forma en que la técnica realiza el fin de su acción consiste en introducir dentro de la realidad causas que produzcan como efecto la realización
de, este fin. Dicho de otro modo, los medios de los que se sirve la técnica son causas que tienen corno efecto el fin que se trata de conseguir. La
obtención de este fin, es decir, la eficiencia de la técnica, depende, pues, de la aplicación de medios tales que utilizados como causas, provoquen
el efecto deseado, de acuerdo con las leyes causales operantes en el campo de actividad considerado. El conocimiento de estas leyes y la aptitud
para utilizadas constituyen la condición necesaria para la eficiencia de la técnica; el grado de eficiencia de la técnica depende del grado de
conocimiento de las leyes causales adecuadas y de la capacidad para utilizarlas. En el dominio de la técnica material aplicada a la actividad
económica, el conocimiento y habilidad para utilizar las leyes físicas, químicas, biológicas y también psicológicas (en el proceso del trabajo) es lo
que determina su eficiencia. Se llama tecnología el saber basado en este conocimiento y en esta aptitud aplicados a la técnica de la actividad
económica. Tenemos, pues, por ejemplo, la tecnología de las construcciones navales, la tecnología de los transportes por tierra y agua, la
tecnología de la proyección cinematográfica, etc. La tecnología es, pues, el estudio de los medios que sirven para la realización de los diversos
fines que se propone la actividad económica, la disciplina que trata de las diversas técnicas materiales. Los fines que son verdaderamente
realizados en el curso de la actividad económica y los medios que son aplicados para ello, dependen de las condiciones económicas en las que
esta actividad se desarrolla, y dependen también de ciertas propiedades de la actividad económica ligadas a dichas condiciones.
Carácter consuetudinario y tradicional de la actividad económica en las condiciones de la economía natural
Antes del desarrollo de la producción mercantil y de los intercambios mercantiles y monetarios, o cuando la producción y los intercambios no se
han desarrollado aún plenamente, la producción y la distribución se orientan hacia la satisfacción directa de las necesidades. Esto es lo que se
llama economía natural. En esta economía, los estímulos que determinan los fines de la actividad económica son las necesidades concretas; a la
gran diversidad de necesidades responde la variedad de fines de la actividad económica, interviniendo, por tanto, fines diversos, tales como la
obtención de diversas especies de alimentos o vestidos, de vivienda, de armas, de objetos artísticos, de distracciones, etc. Las necesidades, como
sabemos, son producto de un conjunto de condiciones de la vida social, que designamos con el nombre de cultura de una sociedad dada. En una
cultura determinada, aparecen, pues, igualmente fines determinados de la actividad económica de los hombres. Estos fines son establecidos por la
costumbre y la moral, aprobados por la religión y, a veces también, sancionados por la legislación. Los medios aplicados para la realización de
estos fines, y que componen la técnica de la actividad económica, son descubiertos y establecidos por la experiencia colectiva formada en el curso
del proceso social del trabajo, a través de, por así decido, "pruebas y errores". * La experiencia colectiva, que va formándose en el curso del proceso
del trabajo, descubre los medios, aprecia en la práctica su eficiencia, conserva los medios eficientes y rechaza como inútiles los que no lo son. De
esta manera, se realiza una espontánea "selección natural" de los medios y la técnica de la actividad económica se va desarrollando.
Los fines de la actividad económica así establecidos, junto con su correspondiente técnica, son trasmitidos por la tradición. Cada generación nueva
que se integra en la vida de la sociedad adopta los fines y la técnica de la actividad económica aparecidos en determinadas condiciones de cultura.
La actividad económica realiza los fines establecidos por la tradición con ayuda de medios también establecidos por la tradición, sin proceder a un
análisis razonado ni de los unos ni de los otros. Llamamos a tal actividad económica actividad consuetudinaria y también tradicional. Es verdad que
aparecen lentas modificaciones en los fines y en los-medíos de la actividad económica, puesto que en toda .sociedad actúa, en un grado más o
menos marcado, la ley del desarrollo progresivo de ·las fuerzas productivas13. Esta ley es como sabemos, resultado de la acción dialéctica y
recíproca que.se produce en el proceso social de la producción entre el hombre y el ambiente artificial que él crea. Estos cambios maduran
espontáneamente y de forma tan lenta por regla general que ello no afecta en nada al carácter tradicional de la actividad económica; durante la
vida de un individuo, estos cambios son demasiado insignificantes para poder transformar el carácter consuetudinario de los fines y de los medios

11 Cf. el capítulo anterior, nota 15, en cuanto al. significado del término "método". El término "técnica" se emplea frecuentemente en una acepción análoga. Por ejemplo, Max WEBER
dice que toda actividad humana intencional posee su técnica y, a título de ejemplo, enumera las siguientes: "la técnica de la oración, la técnica de la ascética, la técnica del
pensamiento, la técnica de la investigación científica, la técnica mnemónica, la técnica de la educación, la técnica del poder político o hipocrático; la técnica administrativa, la técnica
erótica, la técnica militar, la técnica musical (de un virtuoso, por ejemplo), la técnica escultórica o pictórica, la técnica jurídica, etc.", '(Wirtschaft und Gesellschaft, p. 32, tr. al castellano
por J. Medina Echevarría, con el título Economía y sociedad, Fondo de Cultura Económica, México, 1944, tomo I, p. 60.) El término "técnica" proviene del griego techne, que significa
"arte". Con frecuencia hablamos también del arte médica, del arte del ingeniero, del arte de la navegación, etcétera.
12 WERNER SOMBART llama la: atención sobre el hecho de que la técnica de la actividad económica es una técnica material. Cf. Dei moderne Kapitalismus, 3a ed., Munich y Leipzig,

1919, tomo 1, primera parte, p. 5. Emplea también el término "técnica instrumental" para designar la técnica de la actividad económica, y la define de la forma siguiente: "Entiendo por
ello un comportamiento por el cual, con el' fin de obtener un objetivo técnico, se recurre a objetos reales, o sea, a instrumentos." F. von GOTTL-OTTILIENFELD, en un libro que trata
sobre todo de la técnica y de la economía, emplea el término "Realtechník" (técnica real), para designar la técnica "de la intervención en el mundo sensible exterior", Además, distingue
la técnica individual (por ejemplo, la mnemotecnia, la técnica de los ejercicios corporales), la técnica social (como la técnica del combate, la técnica de la administración}, y la técnica
intelectual (por ejemplo, la técnica del cálculo, la técnica del ajedrez). Gottl-Ottilíenfeld llega a la conclusión de que la técnica verdadera de la actividad económica es una "técnica real".
Cf. Wirtschaft und Technik, Grundriss der Sozialoekonomík, 2ª parte, Tubínga, 1923, p. 9. Parece que el término "técnica material" es el que mejor caracteriza' la técnica de la actividad
económica.
* “trial and error”, en inglés; “tentativi ed errori”, en italiano.
13 Véase el capítulo II.
de la actividad económica14. Sólo en el periodo de agudas contradicciones entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas
productivas se llegan a realizar cambios bruscos y considerables en los fines y en los medios de la actividad económica. Entonces, la vieja
estructura tradicional de los medios y de los fines se desploma. Después de restablecer la correspondencia entre las relaciones de producción y el
carácter de las fuerzas productivas, un nuevo sistema de fines y de medios de la actividad económica se establece a sí mismo, el cual llega a ser
un sistema consuetudinario trasmitido por la tradición a las generaciones siguientes. La actividad económica reviste de nuevo el carácter de una
actividad consuetudinaria y tradicional.
Así pues, en el marco de las formaciones sociales en que domina la economía natural, la actividad económica tiene carácter consuetudinario y
tradicional. Este hecho es bien conocido por los antropólogos, los etnólogos y los especialistas de historia económica. El etnólogo americano
Herskovits hace constar: "En consecuencia, el elemento tradicional representa, para determinar las formas tecnológicas y los aspectos económicos
de la cultura, una importancia no menor que la que implica para la determinación de cualquier otro aspecto." 15 Sombart, el historiador del
capitalismo, caracteriza de la forma siguiente el aspecto tradicional de la actividad económica en las formaciones sociales precapitalistas: "La
actividad económica es empírica, tradicional; es decir, es tal como ha sido trasmitida" enseñada, tal como a ella se han habituado. Cuando se
decide emprender cualquier cosa, cuando se decide un comportamiento, no se empieza a mirar hacia adelante, hacia el objetivo a realizar; no se
pregunta exclusivamente si la decisión a tomar es razonable, sino que se mira hacia atrás, a la búsqueda de ejemplos, de modelos y de
experiencias."16 Y, más lejos, precisa: "A partir del nacimiento, y quizá, incluso antes; las personas que nos rodean, que nos imponen su autoridad,
nos integran en una orientación determinada del saber y de la voluntad; todos los datos, enseñanzas, actividades, sentimientos y opiniones de .los
padres y de los educadores son adoptados pura y simplemente. (...) A este poder de tradición se añade, a lo largo de la, vida entera del hombre, un
segundo poder no menos fuerte: el poder de la costumbre -de los hábitos- que hace que el hombre haga siempre con la mayor predisposición lo
que ha hecho ya antes, lo que ya "conoce"; este poder tiende también a mantenerlo, igualmente; en el engranaje en que ya había entrado. (...)
Además, otro factor actúa en el mismo sentido: el deseo de demostrar que, se es un miembro digno hace que cada elemento del grupo venere muy
particularmente los bienes culturales que caracterizan a dicho grupo. (...), De tal suerte, el hombre primitivo se ve colocado por diversas fuerzas en
el carril de la cultura existente. (...) La unidad interna de todos estos rasgos particulares de la economía precapitalísta, así como de toda la vida
cultural precapitalista, encuentra su expresión en la idea de conservación como concepto básico de la vida..." 17
Max Weber caracteriza de forma análoga la actividad económica en las sociedades precapítalístas, sin embargo, en la explicación de este
problema, destacan otros dos elementos: el interés de ciertas clases o ciertos grupos sociales en mantener las, formas tradicionales de actividad, y
la existencia de sanciones mágicas y religiosas. Weber escribe: "Al principio, por todas partes se manifiesta el tradicionalismo y la santidad de la
tradición; sólo se presta atención a la actividad y acción económica tal como ellas son heredadas de los antepasados. (...) La ineptitud, y la
repugnancia general a salirse de los caminos trillados a los que se está habituado, constituyen la razón general del mantenimiento de las
tradiciones. Sin embargo, este tradicionalismo primitivo puede revestir una forma mucho más acentuada debido a dos motivos. En primer lugar, los
intereses materiales pueden cooperar al mantenimiento de la tradición. (...) Todavía más intensa es la influencia que ejerce la. Mágica
estereotipación de la técnica. y la actividad económica, por temor a alterar el modo de vida tradicional, temor que se desprende del miedo a
nefastas, consecuencias mágicas. Por lo regular en ello va encubierto el interés de los sacerdotes, pero en el fondo se encuentra, no obstante, una
general creencia en la existencia de peligros sobrenaturales." 18
Marx había observado ya la importancia del interés de clase como factor que contribuye a que la actividad económica conserve un carácter
tradicional en las formaciones precapitalistas. He aquí lo que escribe refiriéndose al modo de producción feudal: "Es evidente, sin embargo, que en
las situaciones elementales y rudimentarias sobre las que descansa esta relación social de producción y el modo de producción correspondiente, la
tradición tiene que desempeñar necesariamente un papel predominante. Y, asimismo, es evidente que, como siempre, la parte dominante de la
sociedad se halla interesada en santificar lo existente como ley y en dar una sanción legal a sus límites, establecidos por el uso de la tradición." 19
Separación entre la actividad lucrativa y la actividad doméstica en la economía mercantil y. monetaria.
Cambio de la estructura de los fines de la actividad económica
Puesto que la economía natural domina en las formaciones sociales precapitalistas, también domina en ellas el carácter tradicional y
consuetudinario de la actividad económica. Este carácter subsiste incluso en nuestros días en todos los lugares en que se conservan elementos
considerables de economía campesina. Sin embargo, el desarrollo de la producción mercantil y de los cambios mercantiles monetarios, que había
comenzado ya en el marco de las formaciones sociales precapitalistas, hace estallar el tradicionalismo de la actividad económica. Esto se produce
con fuerza particular durante el desarrollo del modo de producción capitalista, en el cual toda la producción llega a ser una producción mercantil y
donde no sólo los productos, sino también la fuerza de trabajo constituyen el objeto de· los cambios mercantiles y monetarios. Entonces, todo el
proceso de la producción y de la distribución tiene lugar en las condiciones de las relaciones económicas basadas en la mercancía y en la moneda.
La producción mercantil y los cambios -monetario-mercantiles- conducen a la ruptura de la relación directa entre la actividad económica y el
proceso de satisfacción de las necesidades. La actividad económica de los hombres viene a descomponerse en dos aspectos diferentes: la

14 KRZYWICKI llama a tales cambios mínimos, apenas perceptibles, "pequeñas diferenciales sociales",' y describe de la forma siguiente la acumulación progresiva de estas
diferenciales: "En el seno de la sociedad, siempre que se trate de una sociedad civilizada, se acumulan pequeñas diferenciales en la base material, las cuales, en definitiva, terminan
por provocar un cambio en todos los dominios de la vida social. ( ... ) Estos pequeños cambios en la forma de las fuerzas productivas, estas diferenciales sociales se han acumulado
lentamente y, lo mismo que un débil hundimiento anual de un terreno le da, al cabo de vanos siglos, una estructura completamente diferente, al cabo de cierto tiempo, estos pequeños
cambios sociales darán nacimiento a una integral, es decir, a. una estructura de relaciones enteramente nueva." Rozwój spolleczny wsród zwierzat i u rodzaju ludzkiego. Studia
socjologiczne, ed. cít., pp. 207-208 y 210.
15 HERSKOVITS, Economic Anthropology (1952), traducida al español por Carlos Silva, con el título de Antropología económica, Fondo de Cultura Económica, México, 1954,

p. 81.
16 W. SOMBART, Der moderne Kapitalismus, ed. cit., tomo 1Q, parte 1, pp. 37 Y 38.
17 Ibid., pp: 38-39.
18 M.WEBER, Wirtschaftsgeschichte (1924), tr. al castellano por M. Sánchez Sarto, con el título de Historia. economía general, Fondo de Cultura Económica, México, 1961, 311- ed., p.

298. Como ejemplo de estereotipación mágica, Weber refiere que cuando, en su tiempo, se inició en China la construcción de. los ferrocarriles, se negaban a tocar ciertas montañas,
bosques y ríos, debido a que esto habría inquietado los espíritus. de los antepasados.
19 C. Marx, El Capital, libro III, tomo .3°, ed. esp. cít., pp. 734 Y 735.
actividad para el lucro, y la actividad de la economía doméstica. La actividad lucrativa (en el lenguaje corriente se habla de ganarse la vida)
consiste en producir mercancías, así como en venderlas y en revenderlas (entre ellas figura también la fuerza de trabajo), con el fin de obtener
cierta cantidad de dinero, dicho de otro modo, un ingreso en dinero.* El ingreso en dinero se gasta para la compra de bienes los cuales en la
economía doméstica (generalmente en la familia, aunque también, por ejemplo, en un pensionado, en un hospital, en los cuarteles, etc.), son
adaptados y utilizados para la satisfacción de las necesidades. Todas estas actividades son actividades de la economía doméstica.
La división de la actividad económica en dos géneros distintos de actividad conduce a una nueva ordenación de los fines de dicha actividad
económica. En la economía doméstica, los fines de la actividad continúan estando directamente determinados por las necesidades. Estos fines son
extraordinariamente diversos, en función de la diversidad de las necesidades que son, por ejemplo, alimentación, vestido, habitación, diversiones,
etc. La actividad para el lucro, al contrario, no tiene sino un solo y único fin: la obtención de un ingreso en dinero, Este fin es siempre y en todas
partes el mismo, independientemente de la forma concreta que revista la actividad para el lucro. Ya se trate de la producción agrícola o de los
diversos aspectos de la producción industrial, O bien del transporte marítimo o del comercio de madera o tejidos, de operaciones financieras o de la
ejecución de cualquier trabajo asalariado, ya sea la prestación de servicios médicos o artísticos, o de otras formas concretas de la actividad para el
lucro, su fin es siempre el mismo: obtener un ingreso en dinero. También este fin es independiente de las necesidades concretas para cuya
satisfacción el hombre actúa económicamente (se gana la vida). Ya se trate de sostener a su familia (de asegurar la manutención, alojamiento y
vestido), de cuidarse, viajar como turista, de distraerse, de poder entregarse a una actividad filantrópica, o de no importar qué otra necesidad
concreta, la actividad para el lucro, que debe asegurar la posibilidad de satisfacer estas necesidades, tiene siempre un mismo y único fin: obtener
un ingreso en dinero.
El hecho de que la actividad económica: esté dividida en actividad lucrativa y en actividad doméstica tiene pues por efecto poner de relieve cuál es
el fin general cuya realización es necesaria para poder realizar todos los demás fines de la actividad económica, Los fines ligados a la actividad
doméstica y determinados por las diversas necesidades, sólo pueden realizarse si se realiza el fin de la actividad para el lucro, es decir, la
obtención de un ingreso en dinero. En tales condiciones, el fin de la actividad lucrativa se transforma en el fin clave de la actividad económica; ya
que de su realización depende la posibilidad de realizar todos los demás fines. Surge entonces una estructura específica de.los fines: un
determinado fin, la obtención de un ingreso en dinero llega a ser el medio de realizar todos los demás fines. Los fines de la actividad económica
quedan ligados los unos a los otros por el hecho de que existe un medio común de lograrlos, que es, a su vez, el fin de la actividad para el lucro. En
vez de fines paralelos y yuxtapuestos de la actividad económica, como había en la economía natural, aparece un, sistema de fines que tienen una
estructura definida. El fin clave de este sistema, la obtención de un ingreso en dinero, llega a ser el centro de toda la actividad económica de los
hombres; la actividad para el lucro viene a ser la base de toda actividad económica.
El desarrollo de una estructura de los fines de la actividad económica hace imposible el mantenimiento integral del carácter tradicional de esta
actividad. El carácter consuetudinario y tradicional puede mantenerse y se mantiene por regla general, en lo que se refiere a los fines, dentro de la
actividad doméstica, porque en ella dichos fines están determinados por las condiciones tradicionales de cultura, status social y su "estilo de vida"
correspondiente. Por el contrario, el fin de la actividad lucrativa se impone de forma inevitable por las relaciones económicas de la relación
mercantil y de los cambios monetario-mercantiles. La obtención de un ingreso en dinero constituye en la economía monetario-mercantil una
necesidad económica, independientemente de las tradiciones culturales de una sociedad. Se trata de una necesidad que adquiere naturaleza de
ley económica de las relaciones económicas monetario-mercantiles. En efecto, sin la obtención de un ingreso en dinero, cualquier otra actividad
económica es imposible. Esto socava y arruina al sistema tradicional y consuetudinario de fines de la actividad económica, cualesquiera que estos
sean, introduce la actividad lucrativa como fin clave, y transforma a dicho sistema, que asume la estructura -anteriormente descrita- de fines ligados
unos a otros y agrupados alrededor del fin clave como centro de los mismos. El fin de la actividad lucrativa es, pues, independiente del conjunto de
la cultura de la sociedad y de los fines tradicionales de la actividad económica y demás actividades con él relacionadas.
Debido a que en la actividad lucrativa no se manifiesta sino un solo fin y no una gran diversidad de fines como ocurre en la economía natural, todos
los medios y. todos los aspectos de esta actividad, la totalidad de su técnica, están subordinados a este fin único y común. Esto lo expresamos
diciendo que se produce la integración de los medios por un fin común. Una integración de esta naturaleza combina los medios en un sistema
intencional encaminado a la aplicación de dichos medios. Esto crea, comparado con la economía natural, condiciones totalmente nuevas para la
actividad económica. En la economía natural existen gran diversidad de fines paralelos, así como gran diversidad de medios; ciertos medíos están
adaptados de forma específica a fines definidos (por ejemplo, el pan a la alimentación), otros pueden servir para fines diversos (por ejemplo, la
madera para la construcción de casas, la fabricación de vehículos, la construcción de puentes O para calefacción). Esta estructura complicada de
fines y de medios se establece por la tradición y llega a ser el objeto de una actividad económica tradicional y consuetudinaria. Por otro lado, el
hecho de que en la actividad para el lucro el fin sea único y además absolutamente necesario, y que todos los medios estén subordinados a este fin
único, simplifica la actividad al hacerla fácil de analizar. La integración de los medios por el fin de la actividad lucrativa los arranca del engranaje de
la tradición y de la costumbre, pues esta integración exige que la utilidad de un medio dado sea valorada cada vez desde el punto de vista del fin de
la actividad para el lucro, es decir, de la obtención de un ingreso en dinero. Los medíos ineficaces son abandonados independientemente de las
tradiciones que a ellos estén ligados, a la vez que la elección de los medios se hace sobre la base de un cálculo en relación con el ingreso en
dinero que es posible obtener.
La racionalidad, característica de la actividad lucrativa
Vemos, pues, que en la economía monetario-mercantil tanto el fin como, los medios de la actividad lucrativa rompen con la tradición. La actividad
lucrativa deviene una actividad basada en el razonamiento, se transforma en una actividad racional.20 El fin de la actividad lucrativa surge en el

* En francés: "revena en. argent" y' en italiano "reddito monetario". La palabra revenu, lo mismo que su equivalente inglesa income, se suele traducir por algunos economistas -sobre
todo en España- por "renta" (revenus publiques: rentas públicas; money income: renta en dinero). Otros economistas, principalmente en Hispanoamérica, la traducen por “Ingreso”
(revenu en argent: ingreso national income: ingreso nacional). Esta versión ha sido aceptada por la CEPAL, y es la: que seguimos nosotros.
20 El concepto de racionalidad de la acción se aplica a cualquier actividad, y no sólo a la actividad económica. Max WEBER, cuya clasificación de los tipos de acción ha sido

ampliamente difundida, emplea la expresión "actividad racional finalista" –“con arreglo a fines"- (zweckratíonales Handeln), distinguiéndo1a de otro tipo de acción racional, el de la
acción "racional valorativa" -"con arreglo a valores"- (wertrationales Handeln) Cf. Wirtschaft und Gesellschaft, tr. por J. Medina Echavarría, con el título de Economía y sociedad, Fondo
de C.u1turaEconómica, México, 1944, tomo 1, pp. 22-23. Sin embargo, parece que este segundo tipo puede ser reducido al primero, siendo suficiente una sola categoría de acción
racional. Así KOTARBINSKI distingue una sola categoría (Traktat o dobrej robocie, ed, cit., p. 137). Más adelante Weber distingue entre las acciones tradicionales y las acciones
curso del razonamiento en virtud de una necesidad lógica, corno condición indispensable para la realización de todos los demás fines de la,
actividad económica, mientras que los medios son apreciados en virtud de la aplicación de la inferencia lógica a las leyes conocidas de la
naturaleza, a las relaciones económicas y a los hechos concretos.
Por ello, distinguimos dos especies de acciones racionales: la racionalidad objetiva y la racionalidad metodológica. 21 La primera se manifiesta
cuando la elección de los medios corresponde a la situación verdadera, a la que existe objetivamente, es decir, cuando corresponde a los hechos,
a las leyes y a las relaciones que existen verdaderamente. La racionalidad objetiva de la actividad es, pues, sinónima de su eficiencia. La segunda,
es decir, la racionalidad metodológica, significa que la acción es racional desde el punto de vista de los conocimientos poseídos por el sujeto que
actúa; dicho de otro modo, que la inferencia lógica que decide de la elección de los medios es correcta, en el marco de los conocimientos del
sujeto, bien entendido que se deja al margen la cuestión de saber si estos acontecimientos corresponden o no con la situación objetiva. Está claro
que la racionalidad de la actividad lucrativa es una racionalidad metodológica, puesto que el razonamiento efectuado con ocasión de dicha
actividad está basado en los conocimientos poseídos por el sujeto agente. De todas maneras, sólo la racionalidad metodológica constituye una
propiedad de la acción considerada como modo de comportamiento; la racionalidad objetiva, por el contrarío, se refiere a la adecuación del
conocimiento en el que se basa dicha actividad.
El tránsito de la actividad económica tradicional y consuetudinaria a la actividad económica lucrativa racional, o sea, la racionalización de la
actividad económica, se efectúa progresivamente, a medida que se van desarrollando las relaciones mercantiles y monetarias. Al principio, este
tránsito se ve frenado por la persistencia, al lado de la actividad lucrativa, de otros métodos de obtener los medios de satisfacer las necesidades, en
la forma de producción y distribución directas. El señor -feudal y el campesino, incluso el artesano que todavía no ha abandonado totalmente el
cultivo de la tierra, la cría de animales y otras formas de trabajo que le permiten satisfacer sus propias necesidades, continúan teniendo la
posibilidad de satisfacer dichas necesidades sin recurrir a la actividad lucrativa. La obtención de un ingreso en dinero no reviste aún el carácter de
necesidad económica. Sólo con el desarrollo del modo de producción capitalista se universalizan las relaciones mercantiles y monetarias, se
transforma en mercancía incluso la propia fuerza de trabajo, y la actividad Iucrativa se hace una necesidad económica universal. Todo el proceso
de la producción y de la distribución llega a transformarse en una actividad económica racional, y. el carácter tradicional de la actividad económica
queda confinado al dominio de la economía doméstica, aunque más tarde comenzarán también a irrumpir en este campo la publicidad y otros
métodos del espíritu de empresa capitalista. En el dominio de la producción y de la distribución, la actividad tradicional perdura sólo en la economía
campesina, en la que hasta bajo el régimen capitalista se mantienen elementos de economía natural en una amplia medida.
La aparición y la actividad de la empresa capitalista es el factor decisivo en la transición de la actividad tradicional y consuetudinaria en el campo de
la producción y de la distribución, a la actividad lucrativa racional.
Una empresa es un grupo de hombres entregados sistemáticamente a una actividad lucrativa. La empresa capitalista se distingue en que los
medios materiales que permiten la actividad para el lucro (los medios de producción, los medios de distribución y los medios de prestación de
servicios) son propiedad privada de una persona o de un grupo de personas (los capitalistas), que contratan a trabajadores asalariados, que
obtienen una remuneración bajo la forma de salario.
En la empresa capitalista la actividad económica está por primera vez orientada hacia la obtención de un ingreso en dinero como fin único y
exclusivo. La actividad en gran escala de la clase de los propietarios de estas empresas -la burguesía- conduce a la universalidad de las relaciones
mercantiles y monetarias. El Manifiesto Comunista, escrito en 1847, es decir, en la época en que el modo de producción capitalista se estaba
generalizando en Europa occidental, resume en los términos siguientes el balance de los cambios aportados por el modo capitalista de producción:
"Donde quiera que ha conquistado el poder (la burguesía), ha destruido las relaciones feudales, patriarcales e idílicas. Las abigarradas ligaduras
feudales que ataban al hombre (...) las ha desgarrado sin piedad para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el cruel
pago al contado."22 Y más adelante leemos: "Todo lo estamental y estancado se esfuma; todo lo sagrado es profano, y los hombres, al fin, sé ven
forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas."23 La actividad económica racional se propaga
pasando de la empresa capitalista a todas las clases y capas de la sociedad. Todos Son cogidos en el engranaje de la necesidad económica de la
actividad lucrativa.
La cuantificación (mensurabilidad y conmensurabilidad) del fin y de los medios de la actividad lucrativa. La categoría del beneficio
El desarrollo de las relaciones mercantiles y monetarias, y sobre todo del modo de producción capitalista, al aislar y generalizar la actividad
lucrativa dándole el carácter de una actividad racional basada en el razonamiento, introduce también la mensurabilidad y. la conmensurabilidad del
fin y de los medios de esta actividad. Se empieza entonces a considerar el fin y los medios bajo el aspecto cuantitativo -cuantificación- y
expresarlos en unidades homogéneas de medida: en unidades monetarias.

emocionales (p. 23). El carácter emocional de la acción se refiere, sin embargo, a otro principio de clasificación: tanto la acción racional como la tradicional pueden ser emotivamente
matizadas de forma positiva o negativa, pueden ir acompañadas de placer o pena. Por tanto, basta con distinguir entre comportamiento racional y tradicional. Además, es significativo
que Weber no utilice sino estas dos categorías en sus trabajos de historia económica (cf. por ejemplo, Historia económica general, ed. esp. cit., pp. 15, 302 y 303). Resulta totalmente
errónea la afirmación de Ludwig van MISES de que toda acción consciente e intencional del hombre es una acción racional y que, por esta razón, la expresión "acción racional" (rational
action) es un pleonasmo (MISES, Human Action, A Treatise on Econornícs, tr. esp. de Joaquín Reig Albiol, con el título, La acción humana, Tratado de economía, Fundación Ignacio
Víllalonga, Valencia, 1960, tomo 1, p., 94). Von Mises afirma que la reacción instintiva ante los estimulas, no controlada por la voluntad, es la única que se impone a la acción racional
(Ibid., p. 97). Esto excluye la posibilidad de existencia de una actividad tradicional, puesto que ésta es igualmente una acción consciente e intencional, pero que se distingue en que el
fin y los, medios de la acción son establecidos por la tradición y no son resultado de la aplicación de un razonamiento. Tanto en la actividad tradicional como en la acción racional, el
sujeto es consciente del fin y de los medios; la diferencia entre estos dos géneros de actividad consiste en que, en un caso, el fin y los medios son admitidos de acuerdo con la tradición
existente y, en el segundo caso, son extraídos del razonamiento aplicado la acción considerada. Gerd ALSCHNER hace una crítica muy oportuna de la concepción de von Míses, en un
trabajo titulado Rationalitat und Irrationalitat in den wirtschaftlichen HandIungen und ihre Erfassung durch die Wirtschaftstheorie, en "Schmolers Jahrbuch für Gesetzgebung, Verwaltung
und VoIkswirtschaff”, 1957, pp. 5 a 12.
21 KOTARBlNSKI establece esta distinción en su obra Traktat o dobrej robocíe, ed. cit., pp. 137-139. Encontramos en esta obra el siguiente ejemplo de una acción metodológicamente

racional pero objetivamente no racional: "Cierta persona ha razado su itinerario de viaje de acuerdo con la guía oficial de ferrocarriles, pero no ha llegado a; su destino a pesar de las
informaciones de ésta; el tren no se ha detenido en la estaci6n en la que pensaba descender."
22 C. MARX y F. ENGELS, El manifiesto comunista, en Obras escogidas, Ed. Cartago, Buenos Aires, 1957. p. 16.
23 Ibid., p. 16.
El fin de la actividad para el lucro es desde su aparición una categoría cuantitativa expresada en unidades monetarias. El gasto de medios forma
también categorías cuantitativas, pero al principio eran expresadas en diversas unidades físicas, por ejemplo, en libras, anas (varas), pintas o
piezas. Los cambios mercantiles y monetarios hicieron que se llegase a expresar este gasto en unidades monetarias uniformes, de tal forma que
los diferentes gastos llegaron a ser conmensurables entre sí como partes constitutivas de un precio de costo expresado en unidades monetarias.
Simultáneamente, estos gastos llegaron a ser también conmensurables con el fin de la actividad lucrativa: con el ingreso monetario.
Se obtiene, pues, la posibilidad de comparar cuantitativamente el fin obtenido y los medios usados, así como la posibilidad de expresar el resultado
de esta comparación en unidades monetarias. En las formas precapitalistas de producción y de cambio mercantil, esta conmensurabilidad no es
aún total, pues no abarca el gasto de trabajo. El modo de producción capitalista, al transformar la fuerza de trabajo en mercancía y, por ello, en
elemento del costo expresado en unidades monetarias, logra la total conmensurabilidad, en el seno de la empresa capitalista, de los medios y del
fin de la actividad económica. La comparación cuantitativa entre el ingreso monetario obtenido y el' costo sufrido encuentra su expresión en la
categoría económica del beneficio. El beneficio llega a ser el fin universal -único-, cuantitativarnente mensurable, de la actividad de la empresa
capitalista.
El cálculo monetario y la contabilidad en las empresas. capitalistas
La cuantificación del fin y de los medios en unidades de medida homogéneas y la aparición de la categoría económica del beneficio significa que la
racionalidad de la actividad de la empresa encuentra su expresión en el cálculo, cómputo monetario de todos los componentes del ingreso y del
costo. Esto implica la aparición y el desarrollo de la contabilidad o teneduría de libros -. Esta contabilidad aparece al principio en las empresas
capitalistas que se ocupan del comercio, donde la cuantificación del fin y de los medios surge antes que en las demás empresas; en seguida se
extiende progresivamente a todos los demás tipos de empresa. El cálculo monetario completo de todos los elementos y resultados de la actividad
de la empresa ha sido posible gracias a la invención de la contabilidad por partida doble, que consiste en vincular todas las cuentas referentes a
cada una de las diversas actividades individuales de la empresa con una cuenta general -principal-, que abarca de forma sintética el conjunto de la
actividad de esta empresa. El paso siguiente en el desarrollo de la contabilidad fue la introducción de una cuenta especial llamada cuenta de capital
(capital account, Kapitalrechnungí junto con la cuenta de ingresos y gastos monetarios, que permitió apreciar correctamente el valor mondaría del
haber de la empresa, en forma de balance del activo y del pasivo.24
La contabilidad es la expresi6n de la racionalidad totalmente desarrollada de la actividad de la empresa, puesto que consiste en la fijación y
comparación cuantitativa de todas las partes que constituyen el ingreso y el costo, junto con las variaciones del valor del haber (el Capital); recurre,
en consecuencia, a una inferencia lógica y matemática. La contabilidad es, al mismo tiempo el instrumento que permite hacer que dicha
racionalidad sea más precisa; y es, particularmente, el instrumento de la total integración, en el marco de la empresa, de los medios en el fin. Con
ayuda del cálculo monetario se logra apreciar el grado de utilidad para la empresa de los medios aplicados por la misma. La técnica material de la
producción y de la distribución, y todas las demás actividades; quedan, a través del cálculo monetario, subordinadas totalmente al fin único de la
empresa, que es obtener un beneficio.
El máximo beneficio, necesidad económica de la empresa capitalista
La cuantificación del fin de la actividad lucrativa provoca la tendencia a su maximización, es decir, a la realización del fin en el grado más elevado
que sea posible en las condiciones dadas. Se procede de esta manera debido a que este fin es el medio de realizar los demás fines de la actividad
económica; cuanto mayor sea el grado -o medida-o en que el primero es realizado, tanto mayor es el número de los demás fines que pueden
realizarse y tanto mayor es el número de necesidades que se pueden satisfacer. La tendencia de aumentar al máximo el ingreso en dinero se
desarrolla paralelamente al desarrollo de las relaciones mercantiles y monetarias. Aparece ya en las formaciones sociales precapitalistas,
frecuentemente amenazando socavar el modo de vida tradicional establecido, por lo que provoca diversas medidas para contrarrestarla, tomadas
principalmente por la clase dominante y las capas sociales ligadas a ellas, que viven en una economía natural.

24 Los inicios de una -contabilidad comercial sistemática remontan al siglo XIII. En las ciudades de Italia, especialmente en Florencia, los comerciantes empezaron a llevar cuentas
sistemáticas de las principales operaciones comerciales. En, el siglo XIV, las cuentas existen también en Francia. La contabilidad por partida doble aparece al fin del siglo XIV en las
ciudades del norte de Italia, probablemente en Génova por primera vez, extendiéndose enseguida, especialmente a Venccia (de donde viene la expresión "teneduría de libros al modo
venecíano"), De allí pasó a todos los grandes centros comerciales de Europa occidental y especialmente a Holanda. La primera exposición sistemática de la contabilidad por partida
doble se debe a Luca PACIOLI, en la obra publicada en Venecia, en 1494, Summa de aritmética, geometría, proportioni et proportionalita. También tuvo mucha importancia la
introducción del sistema decimal en la notación de los números, recibido de los árabes y originario de la India, así como los métodos de cálculo que tal sistema represente El Liber abací
de Leonardo PISANO, aparecido en Florencia en 1202, desempeñó en este campo un papel revolucionario. En efecto, la adopción del sistema decimal está en estrecha relación con el
desarrollo de la contabilidad y la teneduría de libros comerciales, En las ciudades del norte de Italia, y más tarde también en otros países, surgieron escuelas especiales que enseñaban
a la juventud el cálculo monetario y la teneduría de libros, con el fin de prepararlos para la profesión de comerciante. En Florencia, existían semejantes escuelas desde el siglo XIV. La
cuenta de capital apareció más tarde, en el siglo XVI. El autor holandés Simon STEVIN (quien contribuyó también a introducir el empleo de las fracciones decimales) recomendaba
desde 1608 la elaboración de un balance de la empresa todos los años y, además, en caso de muerte del comerciante o disolución de la sociedad. Debe tenerse presente que en la
lengua italiana se utilizó para designar la empresa el término ragíone, y en francés raison (ambos términos derivan del Iatín ratío), los cuales al principio significaban ambos, "razón" y
"cálculo". Así, pues, hasta en la etimología, se manifiesta la racionalidad de la empresa capitalista y los lazos de ésta con el cálculo monetario mercantil En cuanto al desarrollo de la
teneduría de libros en la empresa capitalista, y a la importancia que tuvo como factor de racionalización de la actividad económica, consultar la obra de SOMBART, Der moderne
Kapitalismus, ed. cit., tomo II, 1ª parte, pp. 110-138. Sombart llama la atención sobre la influencia indirecta que ejerce la racionalización de la actividad económica, a través del cálculo
monetario, sobre el desarrollo de las ciencias naturales; también hace constar la influencia directa de esta racionalización sobre la formación de las categorías económicas científicas:
"La contabilidad por partida doble se basa en una idea central coherentemente desarrollada que consiste en considerar todo fenómeno únicamente como cantidad; es decir, se basa en
la cuantificación, idea que ha descubierto todas las maravillas del conocimiento de la naturaleza y que aquí, por primera vez en la historia de la humanidad, deviene claramente la idea
directriz de un determinado sistema. No hace falta una gran agudeza de espíritu para descubrir en la contabilidad por partida doble los gérmenes del concepto de la gravitación, de la
circulación de la sangre, de la conservación de la energía y de otras ideas que tanto han enriquecido las ciencias naturales" (p. 119). Más adelante, hablando de los balances, Sombart
afirma: "Sólo semejante forma de abordar _los .problemas pudo permitir la constitución del concepto de- capital.
Se puede; pues, decir que antes de la contabilidad por partida doble, la categoría del capital no existía sobre la tierra" (p. 120). Sombart muestra también como la actividad de las
empresas capitalistas ha hecho surgir categorías tales como el capital fijo y circulante, la transformación de las formas del capital, la circulación comercial, la rotación del capital, el
costo de producción, y otras categorías de la economía política. Max WEBER, en su obra Wirtschaftsgeschichte (cf. tr. esp. cit., Historia económica general, F.C.E., pp. 196-197), hace
notar que, contrariamente a las empresas capitalistas, los comerciantes, los usureros y los banqueros en las-Sociedades no capitalistas no llevan, libros de contabilidad ni practican la
contabilidad monetaria. MARX llama la atenci6n sobre la importancia que tuvieron, para el desarrollo de la contabilidad, las empresas que se ocupaban del comercio del dinero,
particularmente las llamadas asociaciones y hermandades de cajeros en Venecia y Holanda. A consecuencia de esto, surgi6 cierta división del trabajo, en la que los cajeros asumieron
la obligación de llevar los libros de contabilidad (El Capital, libro III, tomo 3°, ed. esp. cit., pp. 309 Y 319, nota 3).
Ya Aristóteles llamó la atención sobre ello cuando hacía constar que el deseo de poseer riquezas de valores de uso es limitado "pues la cantidad
de bienes de esta naturaleza capaces de hacer la vida agradable no es ilimitada", mientras que el deseo del dinero no conoce límites, hasta tal
extremo, que para la adquisición de riquezas en forma de dinero "no parecen existir límites en punto a la riqueza y a la posesión, pues su fin es ella
misma, y puede ser calificada de infinita en su tendencia".25 En la Edad Media, el deseo de obtener el máximo ingreso en dinero es condenado por
la Iglesia, quien proclama que el hombre debería poseer "bienes exteriores" de tal forma que ello le permita vivir "conforme a su estado".26 Para
procurar que cada uno viva conforme a su estado, fueron promulgadas en la Edad Media numerosas leyes sobre lo superfluo (leges sumptuarias),
las cuales trataban de limitar los gastos ·de la burguesía que se enriquecía gracias a los cambios mercantiles y monetarios. 27
Sin embargo, el desarrollo de la producción mercantil y de los cambios mercantiles y monetarios, el desarrollo del capitalismo en el dominio del
comercio y de la navegación y, por último el desarrollo de la producción industrial capitalista quebraron progresivamente estas resistencias. Tal
proceso se reflejó en la revolución intelectual y moral de la época del Renacimiento, del Humanismo y de la Reforma. Al final de este proceso, tales
restricciones quedaron sin efecto y, más tarde, se término por aprobar el deseo de aumentar al máximo el ingreso en dinero. El resultado concreto
de la introducción de los cambios mercantiles en la producción agraria feudal fue el deseo de aumentar los ingresos monetarios que provenían de
la renta rústica y, paralelamente, la intensificación de la explotación de las masas campesinas. 28
La tendencia a aumentar al máximo el ingreso en dinero es la consecuencia inevitable de la división de la actividad económica en actividad para el
lucro y actividad de la economía doméstica. Lo mismo que el cálculo monetario es expresión obligada de la racionalidad de la actividad lucrativa.
Una actividad racional que tienda a un fin único y cuantificado tiene obligatoriamente que buscar la realización de este fin en el máximo grado
cuantitativo que le sea posible alcanzar en las condiciones consideradas. Renunciar a la realización de este fin al grado máximo significaría que al
lado de él existían además otros fines, o sea, que el primero no era el único.
El deseo de obtener el máximo ingreso en dinero puede no estar completamente desarrollado allí donde, al lado de una actividad lucrativa, existan
otras posibilidades de obtener los medios para satisfacer sus necesidades. Por ejemplo, un campesino puede renunciar a un beneficio máximo de
dinero, prefiriendo consumir una parte de los productos de su propia economía doméstica (consumir la manteca que produce en vez de venderla en
el mercado); el obrero asalariado puede renunciar al salario máximo, con el fin de cultivar su propio huerto (consagrando menos días por semana al
trabajo remunerado) o, con el fin de cuidar de su salud (trabajando menos intensamente si se le remunera por piezas). Por el contrario, en la
empresa capitalista no es posible otra salida que no sea la consecución del beneficio máximo: todo está cuantificado y calculado en unidades
monetarias, todo está vendido o comprado a cambio de dinero y el beneficio es el fin único de la actividad de la empresa. Así, pues, en la empresa
capitalista, el máximo beneficio constituye una necesidad económica.
El principio de la racionalidad económica y sus dos variantes:
el principio del máximo resultado y el principio de la economía de medios
La obtención del máximo beneficio en la empresa capitalista se realiza a través de la aplicación de cierto principio general de comportamiento que
se llama principio de la racionalidad económica o también simplemente principio económico.* Se trata del principio general del comportamiento
racional, en las condiciones en que el fin y los medios de la acción están cuantificados. Este principio enseña que el grado máximo de realización
del fin se obtiene actuando de forma tal que por un gasto dado de medios se obtenga el grado máximo de realización del fin, o que por un grado
dado de realización del fin, se gaste un mínimo de medíos.29 La primera variante de este comportamiento se llama principio del máximo resultado o,

25 K MARX Le Capital, Editíons Sociales, París, 1950, libro I, tomo 1°, p. 156. Cf. también la ed. esp. cit., p. 108, nota 6.
26Santo Tomás de Aquino, que ha sistematizado la filosofía y la teología de la Edad Media, escribe: ... "dum scilicet homo secundum aliquam mensuram quaerit habere exteriores
divitias, prout sunt necessariae ad vitam eius secundum suarn conditionem. Et ideo in excessu huíus mensurae consistit peccatum; dum scilicet aliquís supra debitum modum vult
acquirere vel retinere. Quod pertinet ad rationem avaritiae quae definite esse immoderatus amor habendí". Summa theoIogiae, 3ª ed., BAC, Editorial Católica, Madrid, 1961, quaestío
118, articulus 1. (... "Esto es, mientras el hombre se afana por poseer bienes exteriores en una cierta medida, en cuantos le son necesarios a su vida conforme a su propia condición. Y
precisamente en el hecho de exceder esa medida consiste el pecado: esto es, cuando ambicionamos adquirirlos o retenerlos rebasando la medida debida; lo cual entra ya en el terreno
de la avaricia, que se define como apetito inmoderado de poseer").
27 En Polonia, se promulgaron, en el siglo XIV, leyes semejantes, o sea, disposiciones contra el lujo. En el siglo XIV, se utilizaron con el fin de frenar el lujo de los burgueses; prohibían

usar abrigos de pieles, .adornos y cinturones de seda, zapatos de cuero repujado, etc. En el siglo XVIII se recurrió de nuevo, en gran escala, a este instrumento feudal, pero con una
intención muy diferente a la del pasado: estas leyes, en efecto, se proponían obstaculizar la importación, sobre todo, la de artículos de lujo, ayudando, al mismo tiempo, a la industria
nacional y favoreciendo la acumulación de capital. Las leges sumptuaríae iban dirigidas al principio contra la burguesía, pero, más tarde, se aplicaron también a la nobleza. Establecían
sanciones bajo la: forma de elevadas multas pecuniarias y de confiscación de los artículos de lujo a -que se referían dichas leyes. Cf. Z.
KACZMARCZYK y B. LESNODONRSKHY. historia Panstwa i prawa poskiego (Historia del Estado y del derecho polacos), PWN, Varsovia, 1957, 2ª parte, pp. 261, 365 y 483.
28 La consecuencia ha sido el fenómeno que Carlos Marx llama "el hambre insaciable de trabajo excedente" (Heisshunger nach Mehrarbeit). Este fenómeno surge en todas partes en

que el producto del trabajo excedente se transforma en mercancía: "En aquellas sociedades económicas -dice Marx- en que no predomina. el valor de cambio. Sino el valor de uso del
producto, el trabajo excedente se halla circunscrito a un sector más o menos amplio de necesidades, sin que del carácter mismo de la producción brote un hambre insaciable ( ... ) Pero,
tan pronto como los pueblos cuyo régimen de producción se venía desenvolviendo en las formas primitivas de la esclavitud, prestaciones de vasallaje, etc., se ven atraídos hacia el
mercado mundial, en, que impera el régimen capitalista de producción y donde se impone a todo el interés de dar salida a los productos para el extranjero, los tormentos bárbaros de la
esclavitud. de la servidumbre de la gleba, etc., se ven acrecentados por los tormentos civilizados del trabajo excedente" (El Capital, libro 1|°, tomo 1, ed. esp. cít., pp. 181 Y 182). En
Polonia, el aumento de la producción comercial de cereales y, sobre todo, la exportación de cereales que comenzó en el siglo XVI, condujeron al desarrollo del sistema económico de la
servidumbre y de la aparcería, y aumentaron la cantidad de trabajo no remunerado exigido a los campesinos.Cf. Historia Polski (Historia de Polonia), publicado bajo la dirección de
Tadeo
MANTEUFFEL. Ed. PWN, Varsovia, 1958, tomo l. 2ª parte, pp. 91 a 99y 429 a 432.
* En italiano, principio di economicitá.
29 Expresándonos en los términos más rigurosos, no es necesaria una total cuantificación del fin de la actividad económica para que el principio económico pueda aplicarse. Basta con

que diversos grados de realización del fin constituyan un conjunto ordenado, de tal forma que se pueda decir si el fin ha sido alcanzado en un grado mayor o menor. No es necesario
que el fin sea mensurable, es decir, que los grados de realización del fin constituyan un conjunto en Correspondencia bi-unívoca con el conjunto de los números reales o con uno
cualquiera de los subconjuntos de estos (por ejemplo, con el conjunto de los números racionales o con el de los números naturales). En este último caso, se puede decir que cierto
grado de realización del fin es cierto número de veces (por, ejemplo, 3 veces, o 5 veces) mayor que otro de los grados. Aquí estaríamos en presencia de una cuantificaci6n completa.
Sin embargo, para que la maximización del fin sea posible, basta con saber si el grado de realización del fin es mayor o menor; no es necesario que se pueda medir. Evidentemente, si
hay mensurabilidad, el conjunto de los grados de realización del fin será, por ello mismo, un conjunto ordenado; pero la recíproca no sería verdadera. El lector encontrará una
exposición más detallada de esta cuestión en el suplemento que figura al fin de este capítulo: los fundamentos matemáticos de la programación. Hay quien emplea el término
"magnitud" para definir un fenómeno que posea diversos grados de realización y que formen un conjunto ordenado, y el término·"cantidad", por el contrario, para designar un fenómeno
cuyos diversos grados de realización constituyan un conjunto en correspondencia bi-unívoca con el conjunto de los números reales o con cualquiera de sus sub-conjuntos. Toda
cantidad es una magnitud, puesto que el conjunto de los números reales es ordenado; pero no toda magnitud es una cantidad. Un caso de magnitud que no es una cantidad es, por
también, principio del máximo rendimiento. Y la segunda variante, principio del mínimo gasto de medios o, también, principio de la economía de
medios.30 En su aplicación a la empresa, en que todos los gastos de medios son partes de la categoría homogénea, precio de costo, esta segunda
variante puede ser llamada principio del mínimo costo.
Estas dos variantes conducen al mismo resultado. Al actuar según la primera variante, adoptamos como punto de partida el gasto de todos los
medios disponibles y obtenemos inmediatamente el máximo grado posible de realización del fin, de acuerdo con estos medios. Por el contrario, si
actuamos conforme a la segunda variante, partimos de cierto grado de realización del fin que obtenemos con el mínimo gasto posible de medios,
mientras que los medios economizados los utilizamos para elevar el grado de realización del fin; esto conduce a la máxima realización posible del
fin, teniendo en cuenta los medios disponibles. Vemos, pues, que las dos variantes del comportamiento son equivalentes y conformes con el
principio de la racionalidad económica.31
La forma de utilizar los medios, de acuerdo con el principio de la racionalidad- económica, se llama utilización óptima de medios. Si la utilización de
los medios se separa de este óptimo, se dice que hay despilfarro de medios. El despilfarro es un síntoma de actividad no racional; significa que el
fin de la actividad no se logra en el máximo grado posible, de acuerdo con los medios disponibles. Podemos, pues, decir que la aplicación del
principio de la racionalidad económica consiste en utilizar los medios de forma óptima, o sea, en excluir el despilfarro.
El principio de la racionalidad económica, producto histérico de la empresa capitalista,
El campo más importante para la aplicación del principio de la racionalidad económica es la empresa capitalista. Fue en ésta donde, por primera
vez en la historia del desarrollo de la actividad económica de los hombres, apareció este principio en toda en plenitud. Por otro lado, este principio
no pudo aparecer antes, o sea, en la economía natural; pues en esta última existe gran variedad de fines de la actividad económica, cuantificados a
grados diferentes e inconmensurables entre sí, y tampoco existe en ella la conmensurabilidad entre los medios aplicados. En estas condiciones, la
actividad está regida por la costumbre y la tradición, realizando los fines tradicionalmente establecidos con ayuda de medios tradicionales. El
desarrollo de la producción mercantil y de los cambios mercantiles y monetarios conduce al nacimiento de la actividad para el lucro, con su fin clave
cuantificado.
El desarrollo del comercio capitalista y el modo de producción capitalista dan lugar a la empresa capitalista, en la que todos los elementos de la
actividad están cuantificados y sometidos al cálculo monetario, y en la que aparece un solo y único fin de la actividad: la obtención del máximo
beneficio. En la actividad de la empresa es donde se desarrolla el principio de la racionalidad económica, o mejor dicho, las dos variantes de este
principio: el principio del máximo resultado (o de la máxima eficiencia) y el principio de la economía de medios. Esto se cumple progresivamente, a
medida que se desarrolla el modo de producción capitalista.
En un principio, en el periodo de los albores del capitalismo, la empresa estaba aún asociada a la economía doméstica o a otras formas de
economía natural. Al lado del beneficio en dinero, el propietario tiene aún otros fines, que puede realizar en el marco de la economía natural; esto
frena su tendencia a obtener el máximo beneficio. 32
Sin embargo, a medida que desaparecen los elementos de economía natural y se desliga totalmente de la economía doméstica de su propietario y
de todos los elementos de la economía natural,33 la maximización del beneficio y, simultáneamente, la aplicación del principio de la racionalidad
económica comienzan a regir la empresa con carácter exclusivo. Esto se manifiesta más netamente bajo el aspecto de la aplicación por la empresa

ejemplo, la escala de durezas de los minerales. Aunque los minerales. se clasifican según su dureza, no tendría ningún sentido decir que un mineral es tres veces más duro que otro.
De acuerdo con esta terminología, se puede decir que, para aplicar el principio económico, basta con que el fin de la actividad económica constituya una magnitud; ésta puede constituir
una cantidad, pero no tiene que constituida necesariamente. El beneficio de la empresa es una cantidad, y en la empresa capitalista, por tanto, la cuantificación del fin contiene
elementos más que suficientes para aplicar el principio de la racionalidad económica.
30 KOTARBINSKI distingue netamente estas dos variantes. Al hablar de la "cualidad económica" o "economicidad" de la acción, establece dos variantes de la misma, a saber: el

"rendimiento" (la ed. inglesa dice "productívíty") y la "economía" (la edición italiana dice: "rísparmío") definiéndolos en los términos siguientes: "El comportamiento tiene un rendimiento
tanto mayor cuanto mayor es el valor del producto que logra con el gasto dado, mientras que es tanto más económico cuanto menor es el gasto que se ha empleado en la obtención de
un producto. dado" (Traktat o dobrej robocie, ed. cít., p. 124). Kotarbíáskí subraya la confusa significación de los términos "valor del producto" y "cantidad de gasto" (Ibid., p. 126) Y
afirma: "En cuanto al rendimiento, se produce un caso particularmente claro si todos los valores del producto pueden ser referidos exactamente a su valor de intercambio comercial,
mensurable por medio de la moneda, y si lo mismo se puede hacer con todos los gastos" (Ibid. Cf. también Kurs logiki dla prawníków, ed. cit.; p. 159-160). Para designar la segunda
variante, se emplea también la expresión "principio del mínimo esfuerzo". Esta expresión es demasiado. estrecha, ya que, en efecto, el esfuerzo no es sino uno de los medios, paralelo
al gasto de medios materiales. Además, en la empresa capitalista, no cuenta el esfuerzo sino en tanto reviste la forma de gasto monetario y, por tanto, en la medida en que es
"reíficado", es decir, corporeizado en objetos materiales.
31 Estas dos variantes pueden encontrarse asociadas, como, por ejemplo, cuando se habla de la obtención del máximo resultado con el mínimo gasto de medios. Sin embargo,

semejante asociación implica una contradicción. Supongamos que se realiza la primera variante, es decir, que para un gasto dado de medios, se obtiene el grado máximo de realización
del fin. En este caso, no se puede disminuir el gasto de medios, puesto que ello conduciría a disminuir el grado de realización del fin, o sea, conduciría a que el grado de realización del
fin fuera inferior al que había alcanzado antes, que era el máximo. O a la inversa: supongamos que se realiza la segunda variante, o sea, que el grado de realización del fin se obtiene
con el menor gasto posible de medios. En este caso, no se puede aumentar el grado de realización del fin, ya que ello exigiría el aumento del gasto de medios, es decir, un gasto
superior al precedente, que era el gasto mínimo. Las variantes examinadas representan los dos términos de una alternativa; su asociación Conduce a un absurdo lógico. En este
razonamiento, como en todos los razonamientos relativos al principio de la racionalidad económica, se admite que la relación entre el gasto de medios y el grado de realización del fin
es positiva, es decir, que a mayor cantidad de medios empleados corresponde un grado mayor de f realización del fin y, recíprocamente, un grado más elevado de realización del fin
exige una cantidad mayor de medios. El lector encontrará explicaciones más detalladas sobre-esta cuestión en el suplemento Los fundamentos matemáticos de la programación.
32 SOMBART suministra ejemplos de este tipo de asociación de la empresa y dé la economía doméstica en el periodo inicial del capitalismo. Todavía al principio del siglo XIX, en

Silesiat las minas de hierro pertenecientes a los terratenientes se explotaban a la vez que la producción agrícola de la finca. No se producía hierro sino en la cantidad de mineral para
cuya producción bastaba la leña que existía en la explotación. Los grandes negociantes de la ciudad de Bolzano cerraban sus empresas durante el verano y se marchaban de
vacaciones. El propio Benjamín Franklin no consagraba a su negocio sino seis horas al día. En éstos casos; otros fines entraban en concurrencia con la tendencia de aumentar al
máximo el beneficio (cf, Der rnoderne Kapitalismus, ed. cit.; tomo II, parte 1ª, pp. 53-58).
33 Las compañías comerciales y, después, las sociedades por acciones han desempeñado un papel de vanguardia en el hecho de que la empresa se separase de la economía

doméstica del propietario. Las compañías comerciales se desarrollan en los países de la Europa occidental en los siglos XVI y XVII; en relación con el comercio de ultramar y la
explotación de las colonias. Las sociedades por acciones aparecen sobre este mismo fondo histórico -al principio esporádicamente- en el siglo XVI, desarrollándose seguidamente, en
el siglo XVII. Sin embargo, el desarrollo de la producción industrial capitalista se ha realizado bajo la forma de empresas familiares o de sociedades (que; por otra parte no eran
frecuentemente sino la forma jurídica de la empresa familiar). Tal era, por ejemplo, la empresa industrial típica de la Inglaterra victoriana, la misma a que se refiere Alfred MARSHALL
cuando cita con evidente satisfacción el caso frecuente del aprendiz que, corno premio a su buen trabajo en la "empresa", acaba por casarse Con la hija del propietario (cf. Principles of
Economics -1890-, tr. al esp. de Emilio Figueroa: Principios de economía, Aguilar, Madrid; 1957, p. 252, nota 1). Sin embargo, a pesar del carácter familiar de la empresa, sus
dimensiones y su carácter industrial contribuyeron a separada. de la economía doméstica de la familia del propietario. En la segunda mitad del siglo XIX; se inicia el desarrollo en gran
escala de las sociedades de responsabilidad limitada y de las sociedades por acciones, que constituyen la forma clásica de la sociedad capitalista moderna.
de la segunda variante de dicho principio, o sea, del principio de la economía de medios, que llega a constituir el rasgo característico fácilmente
perceptible de la actividad de la empresa capitalista. Marx llama la atención sobre este hecho cuando escribe: "Esta economía en el empleo de
medios de producción, este método para alcanzar un resultado concreto con los menores gastos posibles, se revela, en un grado todavía mayor
que en las otras fuerzas inmanentes al trabajo, como una fuerza inherente al capital y como un método peculiar y característico del régimen
capitalista de producción." 34
El principio de la racionalidad económica es una necesidad económica para la empresa capitalista, no sólo porque constituye el único medio de
realizar el fin de la empresa, sino también porque la concurrencia entre las empresas garantiza su aplicación, bajo amenaza de bancarrota para las
empresas que no lo hagan. La lucha competitiva entre las empresas para la disminución de los costos, lanza fuera del mercado a las empresas que
se quedan retrasadas, que no logran marchar adelante, y las precipita en la bancarrota, obligándolas a la liquidación. La selección natural
efectuada por la concurrencia no deja subsistir sino a las empresas que se han mostrado aptas para aplicar el principio de la racionalidad
económica. Es decir, para las empresas capitalistas, la racionalidad de la acción económica no se impone solamente como resultado de estímulos
económicos propios de las relaciones capitalistas de producción y de cambio, sino que constituye sencillamente una necesidad absolutamente vital.
En la actividad para el lucro no queda ningún lugar para los sentimientos, ni para los valores tradicionales no cuantificados en dinero, ni para la
apatía tradicional, Todo esto cede su lugar a la férrea necesidad de aumentar al máximo el beneficio.35
El comportamiento que se guía por el principio de la racionalidad económica es producto, por tanto, del desarrollo de las relaciones económicas. No
se trata, pues, como equivocadamente afirman algunos autores y como veremos más adelante al tratar de nuevo esta cuestión, de una propiedad
universal de la actividad económica de los hombres. Todo lo contrario, durante un largo periodo de la historia de la humanidad, como ya hemos
visto, la actividad económica se realiza según un modo consuetudinario y tradicional. Los fines y los medios de la actividad se modifican poco a
poco y, aunque en ciertos periodos históricos incluso se transformen brutalmente, el carácter de la actividad permanece tradicional. Es necesario
esperar el desarrollo de las relaciones mercantiles y monetarias y del modo de producción capitalista, para ver aparecer las condiciones en que una
parte de la actividad económica, la actividad lucrativa-es racionalizada y su fin unificado y cuantificado. En la empresa capitalista se realiza
definitivamente la completa conmensurabilidad de los fines y de los medios, el cálculo monetario de todos los elementos de la actividad y la
maximización del beneficio como único fin. Entonces, el principio de la racionalidad económica puede aplicarse completamente. La concurrencia, al
condenar a la bancarrota a todos los que no tengan en cuenta este principio, obliga a su aplicación. Vemos, pues, que de esta manera, en el curso
de un largo desarrollo histórico, ha ido tomando forma la costumbre de comportarse conforme al principio de la racionalidad económica y que, a
consecuencia de esta práctica, el espíritu humano ha adquirido conciencia de dicho principio. 36
El carácter limitado, económico-privado y el modo antagónico de acción del principio de la racionalidad económica en las
condiciones del modo de producción capitalista
En la empresa capitalista es, pues, donde se produce el primer triunfo histórico del principio de la racionalidad económica: pero se trata de un
.triunfo limitado y deformado a la vez. Es limitado, porque no se refiere sino a cada una de las empresas consideradas aisladamente y porque no
abarca al conjunto de la actividad económica de la sociedad, a todo el proceso social de la producción y de la distribución. La racionalidad de la
actividad de la empresa capitalista tiene carácter económico-privado y no económico-social. La racionalidad de la actividad de la empresa
capitalista consiste en la aplicación del principio de la racionalidad económica para la realización de un fin privado, que se propone lograr la
maximización del beneficio privado; dicha racionalidad no sirve para ningún fin que abarque la totalidad de la actividad económica de la sociedad.
Esto se deriva de la propiedad privada de los medios de producción y de su consecuencia: el carácter anárquico del modo de producción
capitalista.
La propiedad privada de los medios de producción no tolera sino los fines privados de las empresas particulares, cada una de las cuales prosigue
la obtención de su máximo beneficio. Por el contrario, no existe ningún fin común que abarque el conjunto del proceso social de la producción y de
la distribución, un fin al cual esté subordinada la actividad de todas las empresas. En el seno de la empresa capitalista existe una integración de
todos los medios por el fin que tal empresa se propone; pero no existe y, en las condiciones de la propiedad privada de los medios de producción,
no podría existir una integración de los fines de las empresas particulares en un fin común que presida la actividad económica de la sociedad. Por
esto precisamente, en el marco del modo de producción capitalista, el principio de la racionalidad económica no se aplica sino en el interior de las
diversas empresas, pero no encuentra ninguna aplicación en el conjunto de la economía de la sociedad; pues, para que esto ocurra, es
indispensable la propiedad social de los medios de producción.
Esta deformación del principio de racionalidad económica es consecuencia del carácter antagónico de las relaciones de producción capitalistas. En
el marco de las relaciones de producción capitalista, la maximización del beneficio de la empresa se hace por medio de la explotación de la clase
de los trabajadores asalariados; pues el beneficio es, en efecto, una parte de la plusvalía. La aplicación del principio de la racionalidad económica
por la empresa capitalista se traduce en una presión constante del propietario de la empresa para aumentar la tasa de plus valía, y esto se
consigue frecuentemente en detrimento de la salud, de la seguridad y, a veces, hasta de la vida de los obreros. Esta presión es más visible cuando
la empresa capitalista aplica la segunda variante del principio de racionalidad económica, o sea, el principio de economía de los medios. La
economía de los medios es para la empresa capitalista la que recae sobre el costo de la producción, es decir, la economía de los medios
materiales y de los gastos de mano de obra, o sea, la economía en los salarios obreros. La primera economía conduce a condiciones de trabajo
que no tienen en cuenta la salud y la seguridad de los obreros ni las necesidades de sus personas como trabajadores. La segunda conduce a una
presión constante sobre los salarios, a la reducción de la contratación, lo que termina frecuentemente en un paro masivo. Al explicar la aplicación
de este principio de economía a los medios de producción, Marx dice lo siguiente: "El régimen capitalista de producción, como corresponde a su

34 Carlos MARX, El Capital, libro 3°, tomo III, ed. esp. cít., p. 98.
35 La cuestión de las transformaciones de dicha necesidad económica en las condiciones del capitalismo monopolista requiere un examen por separado, el cual será realizado más
adelante en esta obra.
36 Ya QUESNAY, fundador de la escuela fisiocrática, formuló el principio de la racionalidad económica, aunque lo hiciera de forma imperfecta, al asociar el principio del máximo

resultado al principio del mínimo gasto de medios, lo que, como hemos visto anteriormente, es absurdo. Quesnay se expresa de la forma siguiente: "Obtener el mayor incremento
posible de goces con la mayor disminución posible de gastos, constituye la perfección de la conducta económica." Sur les Travaux des Artisans, second dialogue. Francoís Quesnay et
la Physiocratie, INED, París, 1958, tomo II, p. 894.
carácter contradictorio y antagónico, da un paso más y dilapida la vida y la salud del obrero, considerando la degradación de sus mismas
condiciones de vida como economía en el empleo del capital constante 37 y, por tanto, como medio de elevación de la cuota de ganancia. ( ... ) Esta
economía se traduce en el hacinamiento de los obreros en locales estrechos y malsanos, lo que en términos capitalistas se conoce con el nombre
de ahorro de edificios; en la concentración de maquinaria peligrosa en los mismos locales, sin preocuparse de instalar los necesarios medios de
seguridad contra los peligros; en la omisión de todas las medidas de precaución obligadas en los procesos .de producción que por su carácter son
atentatorios para la salud o que, como en las minas, llevan aparejados peligros, etc. Esto, sin hablar de la ausencia de toda medida encaminada a
humanizar, a hacer agradable o simplemente soportable para el obrero el proceso de producción. Desde el punto de vista capitalista, esto sería un
despilfarro absolutamente absurdo y carente de todo fin. La producción capitalista es siempre, pese a su tacañería, una dilapidadora en lo que se
refiere al material humano".38
Esta tendencia a mantener los salarios obreros al nivel mínimo es tan evidente que no tiene necesidad ni de ejemplos ni de comentarios. Si hoy, en
los países capitalistas más avanzados, ha disminuido el despilfarro de la salud, dé la seguridad y de la vida de los obreros, y, si también ha
disminuido parcialmente la tendencia a mantener los salarios a su más bajo nivel, esto no proviene del principio de la racionalidad económica
aplicado dentro de las empresas capitalistas; al contrario, esto resulta a pesar de este principio, como consecuencia de la fuerza de la clase obrera,
de su organización sindical y política, así como de su capacidad para aprovechar dicha fuerza. La prueba de ello la tenemos en que los fenómenos
descritos por Marx subsisten en los países en que la clase obrera es débil, inorganizada, privada de posibilidades de acción política, como, por
ejemplo, en los países bajo dominación extranjera o que tienen un sistema político no democrático.
En el marco del modo de producción capitalista, el principio de la racionalidad económica actúa, pues, de forma antagónica.
El carácter limitado -económico-privado- y el modo de acción antagónico del principio de la racionalidad económica en el marco del modo de
producción capitalista, hacen que su aplicación por la empresa capitalista no garantice la utilización óptima de los medios desde el punto de vista
del conjunto de la sociedad, o sea, no garantice la utilización óptima de las fuerzas productivas sociales. La economía máxima de los medios en la
empresa se asocia a un despilfarro de los medios en la escala del conjunto de la sociedad. Esto se manifiesta bajo la forma de un derroche de las
fuerzas productivas humanas, como ya hemos visto anteriormente, y, al mismo tiempo, bajo la forma de un despilfarro de las fuerzas productivas
materiales. Esto es aplicable sobre todo en cuanto se refiere a las riquezas naturales, a las que .las empresas capitalistas someten con frecuencia
a una economía de pillaje; por ejemplo, la explotación de las riquezas forestales, de la pesca marítima, la explotación de la tierra, etc. La tendencia
a una economía de pillaje con respecto a la fuerza de trabajo y a las riquezas naturales se desprende del hecho de que la empresa capitalista no
tiene en cuenta la necesidad social de reproducción de la fuerza de trabajo y de las fuerzas naturales, lo que es consecuencia del carácter
específico de las relaciones de producción capitalistas.
Otro síntoma de despilfarro de las fuerzas productivas son las crisis económicas, las cuales resultan de que el principio de la racionalidad
económica aplicado a. la empresa capitalista tiene sólo un ámbito de aplicación limitado -privado- y de que su acción es antagónica. Además
conviene recordar, por un lado, el despilfarro de las fuerzas productivas realizado por la actividad de los monopolios y de los oligopolios,39 los
cuales reducen la producción con el fin de mantener la estructura monopolista de los precios y el valor de los capitales, y, por otro lado, el
despilfarro que representa el hecho de que el capitalismo monopolista sea económicamente incapaz de desarrollar las fuerzas productivas en los
países atrasados. Por lo tanto, el principio de la racionalidad económica, aplicado en el marco del modo de producción capitalista, da un resultado
deforme y contrario -desde el punto de vista del conjunto de la sociedad- a su propio principio de utilización óptima de los medios. De todo esto
resulta, corno dice Marx, que "la producción capitalista ( ... ) pierde .de un lado para la sociedad lo que por otro lado gana para el capitalista
individual”.40
A pesar de estas deformaciones, la racionalidad de la actividad económica en el seno de la empresa capitalista, la práctica de un comportamiento
acorde con el principio de la racionalidad económica y, sobre todo, la toma de conciencia de este principio por el pensamiento humano constituyen
una conquista de importancia histórica. Se trata de una conquista .tan importante como los enormes progresos realizados por la técnica material en
el marco del modo de producción-capitalista; progresos que, por otra parte, están en estrecha conexión con la aplicación en la actividad de la
empresa del principio de la racionalidad económica. Gracias a la racionalización de la actividad económica; a la aplicación del principio de la
racionalidad económica con el fin de alcanzar el máximo beneficio de la empresa, han surgido estímulos y posibilidades para obtener un rápido
desarrollo de las fuerzas productivas. Actualmente, cuando es posible, e incluso necesario, a causa de la madurez de las fuerzas productivas,
pasar a nuevas relaciones de producción basadas en la propiedad social de los medios de producción, aparece también la posibilidad -e
igualmente la necesidad- de pasar de la racionalidad económica limitada a la empresa privada, a Una racionalidad económica aplicada a escala
social. Esto abre una nueva etapa en la historia de la aplicación del principio de la racionalidad económica.
[…]

Subtema 1.3.2 Etapas económicas de la producción.

La corriente histórica

37 Carlos Marx entiende por capital constante el valor de los medios de producción empleados; es decir, el valor de las materias primas, de las materias auxiliares y de los instrumentos
de trabajo (El Capital, ed. esp. cit., tomo I, p. 158).
38 C. MARX, El Capital, libro 3°, tomo III, ed. esp. cit., p. 99. KAUTSKY expone muy claramente la acción antagónica del principio de la racionalidad económica en el marco de la

producción capitalista: ... "economizar es, sin duda, una virtud, no solo técnica sino económica. Sin embargo, existen relaciones económicas en las cuales los poderosos consideran que
economizar es dilapidar la fuerza de trabajo de otros hombres que dependen de ellos, sean estos esclavos o trabajadores asalariados. Tal despilfarro caracteriza a ciertas relaciones
económicas. ( ... ) En el mundo de los intereses de clase contrapuestos, es imposible considerar toda la economía como economía de todos los grupos que en ella participan. El
capitalista economiza en los salarios, pero no en los tiempos de trabajo de sus obreros. Donde no encuentra resistencia, realiza a este respecto el despilfarro más insensato, en
nombre, como es natural, del principio económico. Solo en la técnica, y no en el campo de -la economía, el "principio económico" tiene siempre un significado unívoco, ya que, en la
técnica, no existen ni intereses opuestos ni clases". (Die materialistische Geschichtsauffassung, ed. cit., tomo 1, pp., 726-727.)
39 Para la significación del término "oligopolio", véase más adelante el capítulo VII, nota 28.
40 C. MARX, El Capital, libro 3°, tomo III, ed. esp. cit., p. 99.
Nuestro análisis de la corriente histórica en economía política será mucho más breve. La corriente histórica surgió de la crítica de la economía
política clásica. Nació y se desarrolló esencialmente en Alemania, donde su aparición está en relación con la gran influencia que ejerció la filosofía
hegeliana en los años 1840. Este lazo primitivo con la filosofía de Hegel, así como ciertos aspectos de la crítica de la economía clásica, acercan
esta corriente al marxismo, cuya iniciación se remonta a la misma época. La filosofía de Hegel ha ejercido una gran influencia sobre las ciencias
sociales, debido a que concibe la historia humana como un proceso de desarrollo autógeno, movido por la fuerza interna de su dialéctica. Esto ha
generado un punto de vista historicista en las ciencias jurídicas, en los problemas de la religión, de la cultura, del arte, etc.
En semejante clima filosófico, surgieron la corriente marxista y la corriente histórica en economía política, con la diferencia, sin embargo, que cada
uno de ellos se apoyaba en un aspecto diferente de la filosofía de Hegel, por lo que extrajeron de ella conclusiones también diferentes. Marx y
Engels partieron de la concepción del proceso dialéctico del, desarrollo autógeno e introdujeron una nueva interpretación materialista de la
dialéctica como un proceso en el que las fuerzas antagónicas en el mundo material objetivo actúan unas sobre otras. Tal fue el punto de partida de
la concepción materialista de la historia, la base para demostrar el carácter histórico de las categorías y de las leyes económicas, y la base de la
nueva economía política que concibe el desarrollo de las relaciones económicas como un proceso histórico de desarrollo dialéctico. Por el
contrario, la corriente histórica en economía política se apoya en el idealismo objetivo de Hegel, el cual, en las ciencias sociales, reviste el aspecto
de una ciencia de las diferentes formas de "el espíritu colectivo" (como "el espíritu de la nación", "el espíritu de cierta época", etc.) concebido como
motor del desarrollo histórico. Este idealismo histórico-objetivo, heredado de Hegel, planea sobre todo el desarrollo de la corriente histórica en
economía política.
Abandono del carácter teórico de la economía política
La corriente histórica, primero con timidez, después cada vez con más fuerza; emprendió la crítica de la concepción ahistórica en la economía
clásica. Los primeros representantes de esta corriente, la llamada antigua escuela histórica,53 al desechar las leyes formuladas por la economía
clásica, llegaron a la conclusión de que en la sociedad humana, al contrario de lo que ocurre en la naturaleza, no hay regularidades, por lo que la
economía política no debía ser considerada como una ciencia teórica, sino únicamente como una ciencia histórica. Al principio, Roscher reconocía
todavía en principio las leyes de la economía clásica, e intentaba únicamente completadas con material histórico. Hildebrandt desechó las leyes de
la economía clásica y quiso remplazarlas por las leyes económicas del desarrollo de los pueblos, afirmando que el desarrollo histórico pasa por
estadios sucesivos: la economía natural, la economía monetaria y la economía crediticia. Lo primero que resalta aquí es la ausencia de una
reflexión teórica sobre los criterios para la clasificación de los estadios del desarrollo económico. En efecto, las relaciones de producción no figuran
entre dichos criterios. Por otro lado, se observa una mezcolanza de las diversas categorías económicas: la economía crediticia es meramente una
forma de la economía monetaria, mientras que lo opuesto a la economía natural es la producción de mercancías, de la que la economía monetaria
es una de sus manifestaciones. Por último, Knies ha desechado la tesis de la existencia de cualquier regularidad en la vida social, al afirmar que en
el desarrollo de las sociedades humanas no hay hechos susceptibles de repetición, y que la tarea de la economía se reduce sencillamente a
exponer el desarrollo histórico de la vida económica de las naciones. Concebida de esta manera, la economía política se transforma en historia
económica.
Los representantes posteriores de la escuela histórica, que constituyen lo que se llama la joven escuela histórica, se han ocupado más de
historia económica que de economía política. Su contribución en el campo de la la historia económica —considerable acumulación de material y
elaboración de numerosas monografías—es muy importante. Sin embargo, a todos estos trabajos les falta un pensamiento teórico directivo. El jefe
de la joven escuela histórica, Gustavo SchmoIler, intentó sistematizar los trabajos de su escuelas54 El resultado de ello ha sido una obra en dos
volúmenes que incluye numerosos hechos histórico-económicos interesantes, pero que no están relacionados por un pensamiento teórico, de tal
modo, que, no sin razón, se ha podido decir de esta obra que lo mismo se puede leer desde el principio al fin, que del final principio. 55 Algunos
representantes de la joven escuela histórica, como Hildebrandt, han intentado clasificar este material histórico en estadios de desarrollo. Siguiendo
este camino, Karl Buecher distingue la economía doméstica, la economía urbana (la ciudad y sus ambientes circundantes) y la economía nacional.
Schmoller distinguió la economía rural, la economía urbana, la economía territorial y la economía nacional. Más tarde, se introdujo un estadio
suplementario, la economía mundial.56 Como vemos, estas clasificaciones están basadas en el criterio del alcance territorial de las relaciones
económicas, a la vez que se confunden las relaciones de producción y las relaciones de distribución.
Basta comparar esta clasificación con la clasificación marxista de las formaciones sociales de acuerdo con el modo de producción, para
convencerse de que en la clasificación ofrecida por la escuela histórica falta una base teórica científicamente elaborada del desarrollo social como
la concepción materialista de la historia que sirve de fundamento a la economía política marxista.
Las concepciones de Werner Sombart y de Max Weber sobre la naturaleza y el origen del capitalismo

53Pertenecen a esta escuela Wílhelm Roscher (1817-1894), Bruno Hildebrandt (1812-1878), así como Karl Knies (1821-1898). Para más detalles consultar la obra de D. ROZENBERG,
Historia ekonomii politycznej (Historia de la economía política), ed. cít., pp. 269·278

54 Gustave SCHMOLLER (1838-1917), Grundriss der allgemeinen Volkswirtschaftslehre,2 volúmenes, Leípzíg, 1901-1904.
55 Cf. E. TAYLOR, Hístoría rozwoju ekonomii (Historia del desarrollo de la economía}, PWN, Varsovia, 1958, tomo II, p. 23.
56 Por lo que se refiere a la clasificación de las etapas del desarrollo económico según los representantes de la escuela histórica, consú1tese J. A. SCHUMPETER, History of Economic

Analysis, ed. cit., p. 442, así como L. J. ZIMMERMAN, Geschichte der theoretischen Volkswirtschaftslehre, Colonia, 1954, pp. 113-1l4.
Sin embargo, de los medios científicos de la joven escuela histórica han surgido dos economistas que se han esforzado por superar las lagunas
mencionadas anteriormente, al intentar constituir una teoría del desarrollo económico, en particular del desarrollo económico del capitalismo. Se
trata de Werner Sombart y de Max Weber. Con este objeto, ambos se han inspirado en la obra científica de Carlos Marx y han adoptado su
categoría histórico-social del capitalismo, al que han definido, en principio, de la misma manera que Marx, como modo de producción basado en la
producción de mercancías y en el trabajo asalariado. Aunque empleen una terminología algo diferente, sin embargo, su definición del capitalismo
coincide en términos generales con la de Marx.57 Sombart subraya claramente sus lazos con Marx, cuya aportación científica valora cómo sigue:
“Cuando Marx concibió sus doctrinas (en las años 1840-1850), el capitalismo era un continente nuevo que Marx descubrió y en el que penetró
antes que nadie, tropezándose con un verdadero caos de impresiones que se abatió sobre él. Dicho sin fantasía: de cualquier lugar a donde dirigía
su mirada surgían nuevos e inauditos problemas. Se planteó muchas cuestiones. Y, gracias a su inmenso talento, Marx supo plantearse las
cuestiones magistralmente. De sus interrogaciones vivimos todavía hoy. Todos los economistas que no supieron hacer suyos estos planteamientos,
estas interrogaciones, quedaron condenados a la esterilidad, como hoy podemos comprobar con certidumbre.”58 También es visible en las obras de
Weber que se esfuerza por responder a las cuestiones planteadas por Marx.
Las cuestiones a las cuales Sombart y Max Weber querían responder se referían al origen y desarrollo del capitalismo. La respuesta que ellos dan
reposa —al contrario del punto de vista del materialismo histórico de Marx— en una concepción del desarrollo económico basado en el idealismo
objetivo de Hegel. Según Sombart y Weber, cada época de la historia económica se distingue por “el espíritu” que le es peculiar y que está formado
por el conjunto de actitudes psicológicas de los hombres que confieren a la época considerada su carácter específico. Así, pues, no son los modos
de producción, o sea las fuerzas productivas y las relaciones de producción sino las actitudes psicológicas, creadoras de “el espíritu” de las
diferentes épocas históricas, las que constituyen la clave para comprender el desarrollo económico.
Sombart utiliza los conceptos de época y de sistema económico. Los diversos sistemas económicos se diferencian entre sí por la naturaleza de tres
componentes: la mentalidad económica (Wirtschaftsgesinnung), que se manifiesta en forma de principios económicos, (Wirtschaftsprinzipien), la
técnica material y la organización del trabajo social. El carácter de cada época económica está definido por el sistema económico que en ella
predomina. La mentalidad económica específica del sistema dominante en cada época decide el carácter de dicha época. Esta mentalidad,
formada por el conjunto de las actitudes psicológicas peculiares de las personas que llevan a cabo la actividad económica —o sea, el conjunto de
valores que éstas reconocen, los fines que se proponen, sus modos de actuar, etc.— constituye "el espíritu" de cada época económica.59 Este
espíritu constituye el principal resorte del desarrollo económico. “Me he esforzado, escribe Sombart, por investigar el espíritu que domina cada una
de las diferentes épocas económicas, a partir del cual se modela la vida económica de dicha época, y en observar su forma de actuar. La idea
fundamental de mi obra es que en cada época reina una mentalidad económica diferente y que este espíritu adquiere una forma especial apropiada
que, de acuerdo con la misma modela la organización económica correspondiente.”60
Max Weber comprende la cuestión de la misma manera, aunque no la formule tan sistemáticamente. Su concepción se deduce del contenido de su
obra. Weber afirma que el factor decisivo para el desarrollo económico no es la recíproca influencia dialéctica entre las fuerzas productivas y las
relaciones de producción con la base y la, superestructura de una formación social dada, como proclama el materialismo histórico, sino el
desarrollo interno del espíritu de cada sistema económico y de cada época.
Sombart y Max Weber se han interesado, principalmente, en analizar el problema del origen del capitalismo. De acuerdo con su teoría del
desarrollo económico, no debe buscarse la respuesta en la agudización de las contradicciones entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el
carácter feudal y corporativo de las relaciones de producción, sino en un cambio de las actitudes psicológicas que constituyen la mentalidad
económica del sistema feudal y corporativo. Tanto Sombart como Weber subrayan con mucha fuerza que el cambio en la mentalidad económica
precedió a la aparición del modo de producción capitalista.61 Este cambio consistiría en la sustitución de los valores tradicionales del modo de vida
feudal en el campo, y de la organización gremial consuetudinaria y artesana en las ciudades, por una libre aspiración al beneficio monetario, el
espíritu de empresa, el gusto al ahorro y al trabajo duro y disciplinado. “Este nuevo espíritu, afirma Sombart, se extiende a toda la vida económica.
Rompe las barreras estáticas que se mantenían en equilibrio dentro de la economía feudal y artesana, basada en la satisfacción de necesidades
limitadas, y lanza al hombre en la corriente de la economía por el lucro ilimitado.”62 En cuanto Max Weber, afirma que el capitalismo ha surgido de
una nueva ética económica que se apodera de los hombres y modifica su modo de vida. Se trata de una ética que ha roto los obstáculos
tradicionales que limitaban la libertad de ganancia y el deseo de beneficio monetario, de una ética que ha creado simultáneamente las virtudes del
ahorro y de la laboriosidad, necesarias al desarrollo de la producción capitalista.63

57 SOMBART escribió que el capitalismo "es una organización que consiste en una economía de intercambio, en la que por regla general colaboran dos grupos humanos diferentes,
relacionados entre sí en el mercado: los propietarios de los medios de producción, que son al mismo tiempo los dirigentes, los sujetos de la economía; y los obreros, privados de esta
propiedad (los objetos de la economía). En esta organización prevalecen los principios de la actividad lucrativa y de la racionalidad económica" (Der moderne Kapitalismus, Munich y
Leipzig, 1919, tomo I, 1ª Parte, p. 319). Max Weber definió el capitalismo en seis puntos, entre los cuales figuran la producción para el mercado y el trabajo asalariado
(Wirtschaftsgeschichte, Munich y Leipzig, 1924, pp. 293-400; tr. y prólogo por M. Sánchez Sarto, Historia económica general, 2ª ed., F.C.E., México, 1956, pp. 236 ss.
58 W. SOMBART, Das Wirtschaftsleben im Zeitalter des Hochkapitalismus (Leipzig, 1928); tr. por José Urbano Guerrero, El apogeo del capitalismo, F.C.E., México, 1946, tomo I, pp. 14-

15.
59 W. SOMRART. Der moderne Kapitalismus, ed. cít., tomo I, 1ª parte, pp. 13 21-22, 24-25
60 Ibid., pp. 24-25.
61 Ibid., p. 328.
62 Cf. W. SOMBART, Der Burgeois; ed. castellana: El burgués, tr, por Víctor Bernardo, Editorial Oresme, Buenos Aires, 1953, pp. 317-339.
63 Max WEBER, Historia económica general, ed. esp. cit., pp. 298 ss.
Max Weber descubre la fuente de esta nueva ética en la Reforma.La Reforma, afirma Weber, transplantó el ideal católico de la vida ascética, desde
las celdas de los conventos, a la vida cotidiana de todo cristiano. Creó una nueva ética que Weber llama ascetismo laico. Las enseñanzas de apita
sobre la vida secular como vocación divina, las predicaciones de Calvino recomendando un trabajo económico activo paralelo al modo de vida
personal ascético, crearon las bases para una nueva vida. Esta nueva actitud, que encontró su expresión más consecuente en el puritanismo
inglés, ha formado hombres activos y llenos de espíritu emprendedor en el campo económico que, a la vez, llevan una vida laboriosa y ahorrativa.
El resultado económico de todo esto ha sido el incremento de la producción y del comercio y, además, que una parte considerable del ingreso
monetario se transforme en acumulación de capital. De esta manera, el protestantismo y, principalmente, el puritanismo han hecho surgir el espíritu
del capitalismo. El capitalismo es hijo de la radical transformación de la mentalidad económica producida por la Reforma. A consecuencia de esto,
surgió y se desarrolló, en primer lugar, en los países protestantes y, sobre todo, en aquellos en que la influencia calvinista era más fuerte, como
Holanda e Inglaterra. Tal es, en pocas palabras, la célebre teoría de Max Weber sobre la ligazón histórica causal entre el protestantismo y él
apitalismo.64
Sombart siguió un camina algo diferente. Primeramente, vio la fuente del espíritu del capitalismo en la actividad económica de los judíos que, al no
estar ligados por la ética de la Iglesia de la Edad Media contraria al lucro monetario, se dedicaron libremente al comercio y al crédito; de esta
manera, llegaron a ser el germen de la nueva actitud mental que condujo a la aparición del apitalismo.65 Sin embargo, más adelante, Sombart
repudió. Esta teoría, considerándola unilateral, y buscó las fuentes originarias del capitalismo en la acción compleja de una serie de factores que
despertaron el espíritu de empresa y el espíritu del estilo de vida burgués: “Del espíritu de empresa y del espíritu burgués ha surgido, como un todo
homogéneo, un estado de espíritu al que llamamos espíritu del capitalismo, que a su vez creó al capitalismo.”66
La obra de Max Weber a la luz de la concepción materialista de la historia
Como vemos, las teorías de Max Weber y de W. Sombart se oponen claramente a la concepción histórico-materialista sobre la causa motriz del
desarrollo social y, en particular, a la interpretación del origen y desarrollo del capitalismo. No entramos aquí en una discusión de estos puntos de
vista sobre el origen del capitalismo, ya que volveremos sobre esta cuestión en las partes siguientes de esta obra. Nos limitaremos a ciertas
consideraciones metodológicas. Los trabajos de Sombart y de Weber han aportado mucho material histórico nuevo al problema del nacimiento del
capitalismo, pero este material puede perfectamente ser interpretado también partiendo de la concepción materialista de la historia. Engels, mucho
antes que Max Weber, había observado la ligazón entre capitalismo y Reforma del modo siguiente: “Pero el gran centro internacional del
feudalismo era la Iglesia católica romana. (...) Antes de poder dar a cada país y en diversos terrenos la batalla al feudalismo secular, había que
destruir esta organización central santificada.”67 Más adelante, Engels precisa su pensamiento: “La primera [batalla] fue la que llamamos la
Reforma protestante alemana. (...) Pero donde Lutero falló, triunfó Calvino. El dogma calvinista cuadraba a los más intrépidos burgueses de la
época. Su doctrina de la predestinación era la expresión religiosa del hecho de que en el mundo comercial, en el mundo de la competencia, el éxito
o la bancarrota no dependen de la actividad o de la aptitud del individuo, sino de circunstancias independientes de·él. (...) El régimen de la Iglesia
calvinista era absolutamente democrático y republicano; ¿cómo podían los reinos de este mundo seguir siendo súbditos de los reyes, los obispos y
los señores feudales donde el reino de Dios se había republicanizado? (...) En el calvinismo encontró acabada su teoría de lucha la segunda gran
insurrección, de la burguesía. Esta insurrección se produjo en Inglaterra.”68 Así, pues, Engels, de forma mucho más amplia que Max Weber,
concibió el calvinismo como ideología de la primera burguesía revolucionaria.
El problema más concreto de los lazos que se establecieron entre la ética económica calvinista-puritana y el origen del capitalismo, fueron
conocidos también por los fundadores de la concepción materialista de la historia. Por ejemplo, Marx observa: “El protestantismo desempeña un
papel importante en la génesis del capital, aunque sólo sea por el hecho de haber transformado en días de labor la mayor parte de las fiestas
tradicionales.”69 Marx llamó también la atención sobre los rasgos característicos de la ética calvinista-puritana, rasgos que Max Weber destacaría
más, tarde: “El atesorador, por poco que su ascetismo se refuerce con una enérgica aplicación al trabajo, ha de ser de religión eminentemente
protestante o mejor aún puritana.”70 En otro lugar Marx dice: El culto al dinero posee un ascetismo peculiar, un renunciamiento particular, una
dedicación que le es propia —el atesorar desdeña los goces terrestres, temporales y transitorios, para correr en pos del tesoro eterno— de aquí la
ligazón entre el puritanismo inglés o el protestantismo holandés y la tesaurización.”71
Carlos Kautsky se ha dedicado a confrontar minuciosamente la teoría de Max Weber sobre el nacimiento del capitalismo y la concepción
materialista de la historia. Kautsky estudió también la tesis a la que Max Weber atribuía tanta importancia, según la cual, la aparición de una nueva
mentalidad económica precedió al nacimiento del modo de producción capitalista. Kautsky llegó a la conclusión de que la mentalidad económica
que Max Weber consideraba como característica del calvinismo era la actitud socio-económica de las capas plebeyas del artesanado de las

64 Esta teoría ha sido expuesta por Max WEBER en su obra Die protestantische Ethik und der Geist des Kapitalismus. Gesammelte Aufsätze zur Religionssoziologie (Tubinga, 1922,
tomo I), tr. por Luis Legaz Lacambra, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Ed. Revista de Derecho Privado, Madrid, 1955. Este trabajo apareció primeramente. de 1904 a
1905, en Archiv für Sozialwissenschaft und Sozialpolitik, suscitando una viva discusión que dio nacimiento a una considerable literatura sobre este tema. La nota bibliográfica de las
principales obras figura en Religion and the Rise of Capitalism de R. H. TAWNEY, Londres, 1944, p. 282. Cf. también M. WEBER, Historia económica general, ed. esp. cit., pp. 296 ss.,
y R. W. GREEN, Protestantism and Capitalism.The Weber Theses and its Critics, Boston, 1959.
65 W. SOMBART, Die Juden und das WirtschaftsIeben, Munich y Leipzig, 1911.
66 W. SOMBART, Des moderne Kapitalismus, ed. cit., tomo I, 1ª parte. p. 329.
67 F. ENGELS, “Prólogo a la edición inglesa Del socialismo utópico al socialismo científico", en C. MARX y F. ENGELS, Obras escogidas, Ed. Cartago, Buenos Aires, 1957, pp. 515-516.
68 Ibid., p. 516.
69 C. MARX, El Capital, ed. esp. cit., libro 1°, tomo I, p. 217, nota 92.
70 C. MARX, Aportación a la crítica de la economía política, ed. esp. cit., p. 133.
71 C. MARX, Grundrisse der Kritik der politischen Oekonomie, Berlín, 1953, p. 143; véase también Historia crítica de la teoría de la plusvalía, ed. esp. cit., pp. 131-132
ciudades, en el periodo que precede inmediatamente al desarrollo del capitalismo en la industria. Esta mentalidad es incluso anterior al calvinismo.
“El modo de pensar que suponíamos apareció antes del capital industrial para hacer posible el desarrollo de éste, qué creíamos era producto del
calvinismo, lo encontramos, exactamente igual que en los puritanos, en el comunismo de los anabaptistas y en sus predecesores, que no se
esforzaron ciertamente por implantar el capitalismo. Se trata del espíritu de rebelión del artesano, contra la explotación el despilfarro que realizaban
los señores feudales, la Iglesia, los príncipes y los usureros; un espíritu de sobriedad, de asidua laboriosidad, de ahorro y de acumulación
productiva.”72. Estas actitudes mentales no surgieron espontáneamente; nacieron, sin duda, de las relaciones económicas y sociales
contemporáneas: “este espíritu ético-religioso, se explica no por el desarrollo espontáneo de la religión y de la ética, sino por las condiciones de
vida del artesano en plena ascensión, que poseía la fuerza y la voluntad de sacudirse la dominación de la nobleza feudal con todas sus secuelas
económicas, políticas y éticas”.73
Las actitudes mentales de la pequeña burguesía plebeya fueron después utilizadas, observa Kautsky, por el capital industrial, con el fin de inculcar
en los obreros la disciplina al trabajo. Entre los capitalistas surgidos de las filas de la pequeña burguesía, estas actitudes constituyeron el factor
estimulante de la acumulación del capital y de su inversión en la industria. A esto ayudó el puritanismo calvinista al dar a dicha mentalidad
económica la sanción oficial de la religión: “Se trataba de que los puritanos que se habían enriquecido, dice Kautsky, no debían colocar sus
riquezas en las grandes empresas comerciales o en los negocios financieros, ni en préstamos al Estado o a los señores feudales, que, los
derrochaban. Por el contrario, debían dar a su dinero un empleo que agradase a Dios. Pero lo que más agradaba al Dios de los artesanosera la
industria, la producción de mercancías… El periodo del puritanismo fue de rápido crecimiento del proletariado. La forma de pensar puritana de la
pequeña burguesía ascendente rechazaba todas las distracciones y, en su lugar, apreciaba altamente el trabajo, fuente de su fuerza, de su orgullo
y de su honor. Esta forma de pensar debía estimular el gusto al trabajo de todos los obreros, independientemente que estuvieran empleados en su
propio taller o en el de otros.”74
La mentalidad económica de que habla Max Weber es, pues producto de determinadas condiciones sociales y económicas. Constituye una parte
del transfondo histórico que ha facilitado el desarrollo del capitalismo; durante el desarrollo inicial del capitalismo, estas actitudes ético-económicas,
reforzadas y popularizadas por la religión, llegaron a formar parte de la superestructura de la naciente formación social. Así, pues, los materiales
históricos reunidos por Max Weber se insertan íntegramente en el marco del origen del desarrollo del capitalismo basado en la interpretación
materialista de la historia. Terminamos con la correcta conclusión de Kautsky sobre la ligazón del puritanismo con el nacimiento del capitalismo:
“Weber ha dicho a este respecto muchas cosas profundas e importantes. Pero, por esto, no ha refutado ni la concepción materialista de la historia,
ni el esquema que Marx ha trazado en El Capital sobre el origen del capitalismo industrial.”75
Carácter histórico de las bases metodológicas de la teoría de Sombart y Max Weber
Cuando se estudia la teoría del desarrollo económico de Sombart y Max Weber, es conveniente observar también ciertos parentescos
metodológicos entre esta teoría y la concepción del homo oeconomicus que aparece en algunos representantes de la economía política clásica y
especialmente en sus epígonos. Según esta concepción, las leyes económicas no son consecuencia de relaciones económicas históricamente
determinadas, sino de la “naturaleza humana” que tiende perpetuamente a lograr el máximo beneficio económico personal (ingreso monetario o
riqueza). Ya sabemos que esta idea fue generalizada en la psicología del utilitarismo y que desempeñó un papel considerable en la aparición de la
concepción subjetivista sobre economía política. “El espíritu” de las diversas épocas históricas o “la mentalidad” de los diversos sistemas
económicos, no son otra cosa que la idea del homo oeconomicus, adecuadamente adaptada. Goma ha observado acertadamente Schumpeter,
Max Weber se ha construido un “hombre feudal” ideal y un hombre “capitalista” ideal, pero “si… colocamos el hombre feudal ideal enfrente del
hombre capitalista ideal, nos encontramos ante un problema artificial, la transición del uno al otro, que no. tiene correspondencia con el desarrollo
real de la historia”.76 Otro tanto se podría decir de las construcciones teórico-históricas de Sombart. Lo mismo que el horno oeconomicus extrae los
principios de su comportamiento de la “naturaleza humana” inmutable en el curso de la historia, así el homo feudalis o el homo capitalisticus extrae
los principios de su comportamiento del espíritu de su época económica. En uno y otro caso, las leyes económicas están basadas en un concepto
abstracto de la mentalidad de un hombre que ejerce actividades económicas y no sobre las relaciones económicas entre los hombres que surgen
en la formación histórica concreta, como lo concibe la concepción marxista. En consecuencia, en los trabajos de Sombart y Max Weber el
desarrollo de la corriente histórica conduce a una concepción de la economía política basada en construcciones ahistóricas, abstractas,
semejantes, desde el punto de vista metodológico, al homo oeconomicus de la escuela clásica y posclásica. Es decir, se renuncia a un método
verdaderamente histórico de interpretar las leyes económicas.
Resumen valorativo de la concepción histórica
Para resumir nuestro análisis de la concepción histórica en economía política, podemos decir que la mayoría de sus representantes carecen de una
teoría precisa sobre el desarrollo social, que sirva de idea directriz capaz, de organizar todo el material acumulado; y cuando tales teorías
aparecen, como en Sombart y Max Weber, resulta que están basadas en un concepto ahistórico, abstracto, del espíritu de la época económica. De
esta manera, la corriente histórica en economía política, a pesar de sus aportaciones innegablemente positivas en cuanto a la acumulación de

72 K. KAUTSKY, Die materialistische Ceschichtsauffassung., ed. cit., tomo II, p. 408.


73 Ibid., p. 415.
74 Ibid., p. 413.
75 Ibid., p. 416.
76 J. SCHUMPETER, History of Economic Analysis, ed. cit., p. 80.
hechos históricos, no contribuye a comprender el modo de acción de las diversas formaciones sociales, la dialéctica de su desarrollo y, el proceso
histórico del tránsito de una formación a otra.
Así, pues, vemos que ni la corriente histórica ni la corriente subjetivista satisfacen las condiciones para el conocimiento científico de las leyes
económicas que gobiernan el proceso social de la producción y de la distribución. Ambas corrientes conducen a la, liquidación de la economía
política: la corriente subjetivista la liquida como ciencia social, y la corriente histórica conduce a su liquidación como ciencia teórica. A la economía
política, como ciencia, le corresponde el estudio de las leyes sociales de la producción y de la distribución de los bienes materiales que sirven para
satisfacer las necesidades humanas; esta tarea, que fue planteada por primera vez por la economía clásica, se continúa y se desarrolla hoy
únicamente por la concepción marxista. La concepción marxista del objeto y del método de la economía política es tan amplia que, como hemos
visto, puede utilizar las aportaciones de la corriente histórica en lo que respecta a la acumulación de material histórico, lo mismo que puede utilizar
en calidad de ciencia auxiliar la praxeología, a cuyo desarrollo ha, contribuido indirectamente y hasta cierto punto la corriente subjetivista. Al utilizar,
de acuerdo con las posibilidades y las necesidades, algunos aspectos de otras corrientes, la concepción marxista desarrolla la economía política
como ciencia a la vez histórica y teórica, como ciencia cuya misión es investigar las leyes económicas objetivas y su condicionamiento
históricamente, con el fin de dirigir conscientemente el desarrollo económico de la sociedad.
1.H EROSSA, Martin
Proyectos de inversión en ingeniería y su
metodología
7ª impresión, Edit. Limusa Mex
Págs. 13 – 28.

Subtema 1.3 Concepción de la economía de la producción.

CAPÍTULO 1
El proyecto: un instrumento de desarrollo
1.1. Generalidades
1.2. Los estudios de inversión
1.3. Contenido del proyecto.
.OBJETIVOS:
. Al término de este capítulo el lector deberá:
 Ubicar al proyecto en: (contexto del desarrollo económico.
 Conocer los elementos' metodológicos que integran un proyecto.
1.1 GENERALIDADES
El sistema económico de un país constituye el marco dentro del cual se desarrollan las actividades públicas y privadas: en él se nutren,
vía información, abastecimiento y disponibilidad de mano de obra, recursos materiales y, desde luego recursos financieros, todas las actividades
primarias, industriales y de servicios las que al ser llevadas a la práctica generan efectos que impactan en mayor o menor medida, positiva o
negativamente, al sistema, económico en general.
El Estado orienta la función de planeación del desarrollo económico de un país por medio de planes que señalan las políticas que
deberán seguirse en los sectores económicos del país. Sin embargo, a fin de lograr efectividad en los planes, éstos se desglosan en programas, los
que a su vez, para tener flexibilidad y especificar los objetivos finales que han de lograrse, se integran en proyectos.
La preparación o desarrollo de proyectos constituye la fase final de la formulación de preguntas y el elemento de enlace con Ia etapa
práctica de las realizaciones que ellos suponen, por lo que deben ser congruentes con los objetivos del desarrollo del país.
 Plan - Metas.
 Programa - Objetivos.
 Provecto - Fines específicos
Así, en el caso de México se tiene:
 Plan Nacional de Desarrollo1980-1982.
 Programa Nacional de Empleo.
 Provecto Unidad Coordinadora del Empleo, Capacitación y Adiestramiento (UCECA)
Considerando a una empresa privada se tendría que:
 Plan quincenal de producción.
 Programa de abastecimiento de materia prima.
 Proyecto de ampliación de almacenes.
El proyecto, pues; no es un instrumento fenómeno aislado, su realización tanto a, nivel público corno, privado tiene repercusiones en un
universo mayor, sea éste un país, entidad o corporación. El impacto de los proyectos públicos y, privados que se realizar en un país es directo en el
desarrollo económico, medido éste en términos de crecimiento del ingreso nacional e ingreso per-cápita.
Selección de los proyectos por estudiar
Resulta evidente que existe una gran variedad de proyectos posibles, de ah que. Resulte conveniente agrupar las áreas en que éstos
pueden ser desarrollados. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas éstos pueden proceder de:
Proyectos que tienen su origen en la realización de estudios séctoriales:
• Sector primario: Agricultura; ganadería; silvicultura: caza y pesca.
• Sector secundario: Industria básica; Generación de energía eléctrica: exploración y explotación petrolera; industria siderúrgica; industria de
transformación.
• Sector terciario: Comunicaciones; transportes: servicios educativos; médicos: bancarios, etc.
Proyectos que se originan de un programa global de desarrollo
Conviene mencionar que en el caso de México, al existir un Plan Nacional de Desarrollo, las proyecciones y objetivos de-producción
señalados en él, darán la pauta para seleccionar los proyectos que habrán de realizarse.
Proyectos que derivan de estudios-de mercedo
El estudio de mercado puede proporcionar elementos de juicio para la selección-de proyectos posibles-siendo el caso de;
a) Mercado de-exportación de bienes para cuya producción el país está dotado de condiciones naturales abundantes; por ejemplo el
petróleo en México, el cobre en Chile o en Zaire el café en Colombia, etc.
b) Mercados de exportación de bienes cuya producción no depende de condiciones naturales excepcionales: por ejemplo el mercado de
películas mexicanas en Norteamérica.
c) Sustitución de importaciones. Los-provectos para -sustituir bienes y servicios de importación son una de las posibilidades más
importantes para el desarrollo de las actividades productoras, ya que: sus efectos impactan directamente la balanza de pagos y
contribuyen a lograr la independencia tecnológica.
d) Sustitución de la producción artesanal por producción fabril, logrando así notables cambios en la productividad, tal como sucede en
algunos casos con la cerámica y los textiles.
e) Crecimiento de la demanda-interna. 'Numerosos proyectos surgen de este fenómeno, cuyas causas principales son: el incremento de los
salarios o bien una virtual disminución de los precios, sin olvidar que la demanda interna crece también 'por los incrementos demográficos
y su localización, distribución y/o concentración geográfica.

Figura 1.1 Marco de referencia para el desarrollo de un proyecto


f) Demanda insatisfecha. Este caso se ilustra mencionando el proyecto del Sistema de transporte colectivo (METRO) de la ciudad de
México, cuya necesidad se hizo evidente al analizar la gran demanda insatisfecha de transporte urbano en el área metropolitana.
Proyectos para aprovechar otros recursos naturales
El proyecto del gasoducto Cactus-Reynosa, se' realizó para racionalizar la explotación del gas natural proveniente de los yacimientos
petroleros de la región del sureste mexicano.
Proyectos de origen político y estratégico
La industria maquiladora de las ciudades fronterizas del norte de México se ha desarrollado por su cercana con los .Estados Unidos de
Norteamérica.
En la figura 1.1 se aprecia el marco de referencia en el que se originan un proyecto, independientemente de su clasificación por
procedencia.
Importancia de la elaboración del proyecto
Las instituciones financieras dedicadas al desarrollo industrial; ya sean nacionales, regionales o internacionales, tienen corno objetivo destinar
recursos a la 'realización de' inversiones que contribuyen al desarrollo de un determinado país o región, lo que depende, entre otros factores, y en
'diversos grados de intensidad de su desarrollo industrial. La expansión adecuada del sector industrial es necesaria para el mejoramiento de sus
condiciones de vida, por lo que debe planearse, programarse y ejecutarse en forma tal que asegure un aprovechamiento conveniente para la
economía del país,
La industrialización debe orientarse para que los frutos del trabajo y de los, esfuerzos realizados no se consuman o desperdicien, por factores
improductivos o de poco rendimiento. Si un país posee abundantes recursos naturales que pueden ser utilizados económicamente como factores
de producción para la industria, debe procurarse aprovecharlos; en caso de existir problemas de desempleo pueden fomentar aquellas industrias
que demanden mano de obra en sus procesos. Tratándose de problemas en la balanza de pagos, la sustitución de importaciones y el aumento de
exportaciones será otra de las metas por alcanzar.
Uno de los instrumentos de fomento para el desarrollo industrial es el crédito selectivo otorgado por las instituciones financieras de desarrollo
con el propósito de beneficiar a las industrias que representen una actividad prioritaria para el país. La necesidad capitales para financiar nuevas
industrias para la ampliación y perfeccionamiento de las existentes, es uno de los principales puntos de atención en un programa.de desarrollo
.industrial.
Es fundamental asegurar que las instalaciones beneficiadas funcionen con un adecuado nivel de productividad y eficiencia.
La distribución' de recursos escasos o caros que permitan su máximo aprovechamiento, y mayores beneficios para la comunidad, constituye la
filosofía del desarrollo. Es por ello que, en términos generales, las instituciones de crédito analizan las solicitudes de crédito industrial tomando en
cuenta tres aspectos fundamentales:
a) Las condiciones puramente crediticias. Se examinan las condiciones reglamentarias y legales, las garantías, antecedentes, referencias y
por último se sigue la secuencia usual en las operaciones bancarias corrientes.
b) Operaciones factibles y rentables para el inversionista. En ellas se analiza la factibilidad técnico-económica. Se estudia si el proyecto
contiene información satisfactoria respecto al plan de inversiones, a la producción, las proyecciones financieras, al mercado, y finalmente,
se analizan otros datos que se requieran para asegurarse de la rentabilidad de la inversión. Se establece también la capacidad de realizar
el proyecto por el solicitante; si eventualmente éste incurre en un riesgo que, a juicio del banco, sea exagerado, la operación no se
realizará. En, tales casos, no sólo está en juego el patrimonio de la institución, que se supone está asegurada, de acuerdo con el análisis
hecho en el inciso "a", sino que se trata de que los recursos disponibles se concreticen en un proyecto.
c) Operaciones adecuadas para la economía del país. Hay operaciones que satisfacen a los incisos ‘’a" y "b", sin embargo, no representan
una rentabilidad social; .es decir, que, el proyecto no tiene ventajas socio económicas.
Es frecuente que exista una demanda en exceso para crédito industrial y elevado número de1solicitudes, cuya selección es necesario realizar
para aplicar los recursos disponibles por lo que el criterio de evaluación debe ser más estricto' y las exigencias más severas sobre el mérito de Ias
operaciones y su interés para la colectividad: en otras ocasiones la oferta es relativamente amplia y pequeña la capacidad de absorción por lo que
a pesar de que siempre debe efectuarse la evaluación, el grado de selectividad que se requiere no es tan riguroso.
Es muy conveniente que las instituciones encargadas de manejar los fondos de desarrollo realicen Una labor de divulgación respecto a las
condiciones especiales en que se conceden préstamos con esos fondos.
Es necesario que los interesados en estos créditos conozcan que la) esencia de estos fondos es fomentar el desarrollo y no deben esperar un
análisis semejante al de los bancos comerciales 'en cuanto a las operaciones de financiamiento.
Los aspectos a, b y c descritos anteriormente se estudian en los bancos de fomento, a través del análisis de la información suministrada por el
inversionista, por lo que citan elementos de juicio. Estas informaciones deben presentarse en forma lógica y sistemática a fin' de facilitar-el análisis
por parte de la institución financiera y formar .juicio sobre los objetivos propuestos. El conjunto sistemático y ordenado de estos datos constituye el
proyecto industrial, que representa un-conjunto de antecedentes, datos e información que permiten identificar y analizar las ventajas o desventajas
de destinar recursos a una inversión en lo general o a una industria en lo particular.
Tanto el sector público como el privado constantemente seleccionan de entre múltiples posibilidades de inversión a .aquellos proyectos que
más se apegan a los objetivos establecidos.
El sector público basa sus criterios de-selección, en el -nivel más amplio, en los siguientes factores:
 El incremento del Producto Interno Bruto per-cápita.
 La creación de empleos.
 La promoción, de un desarrollo social y regional equilibrado.
 La diversificación de la-actividad económica del país:
El sector privado enfatiza en los siguientes factores:
 Una tasa elevada de rentabilidad.
 La recuperación rápida y asegurada del capital' invertido.
Por lo general, existen variadas posibilidades de inversión-sin embargo, un número reducido de estos provectos promete incrementos reales
dé 'los factores señalados y sólo unos cuantos pueden superar un análisis profundo y crítico.
Es conveniente reducir el número de alternativas a aquellos provectos que más prometen el logro de los objetivos preestablecidos;
derivándose así:
Proyectos elaborados para uso propio
Se desarrollan en empresas bien organizadas, medianas y grandes, en las que los ejecutivos necesitan someter a consideración de los
directores la realización de un proyecto de inversión o industria. En teoría, también el pequeño empresario' debe prepararlos. En la práctica, eso no
sucede con frecuencia, ya que es común la concentración de funciones y responsabilidades en una persona o en un grupo de ellas, y existe mayor
propensión a tomar decisiones con base en impulsos y corazonadas.
Los proyectos de este tipo comúnmente, analizan la posibilidad de ampliación de instalaciones existentes, creación de nuevas líneas de
producción, modificación de procesos existentes, etc. Sin' embargo, pueden presentarse también casos de establecimiento de nuevas .empresas,
plantas o unidades productivas.
Los proyectos elaborados-para uso propio se orientan fundamentalmente hacia los interese de la empresa, por lo que los aspectos de
factibilidad y de rentabilidad adquieren una importancia primordial; tratando de demostrar que la aplicación-de .recursos representa la alternativa
más ventajosa para la empresa. En estos proyectos es importante la comparación del rendimiento de la nueva inversión con el mercado de capital
en otros sectores y en .otras oportunidades de inversión,
Los proyectos industriales de esta 'naturaleza pueden referirse a un sector de una empresa: hay casos en que' el responsable de una
división productiva está convencido de la necesidad de hacer determinados cambios y ampliaciones por lo que presenta .un proyecto a sus
superiores enfocando nada más los problemas específicos del asunto. Estos aspectos pueden ser de carácter tecnológico o relacionados con los
costos de producción u otros aspectos específicos.
En otros niveles administrativos de la empresa; debe juzgarse el proyecto con relación a otros, factores, como los de mercado/ya que se proyectará
un aumento de producción. Esta clase de proyectos' pueden ser preparados por una oficina del gobierno o institución pública de fomento con el fin
de suplir la falta de iniciativa empresarial en el sector considerado a identificar nuevas oportunidades de inversión.
Proyectos destinados a la consideración de posibles inversionistas
Corresponde generalmente a promotores de una determinada industria que necesita aportación adicional de otros socios, a fin de realizar
la instalación o ampliación de la empresa.
Estos estudios deben contener una información muy amplia sobre los aspectos referentes a factibilidad y rentabilidad del proyecto ya que
por lo regular van dirigidos a inversionistas extranjeros o a grupos no identificados con la industria, de ahí que se requiera una exposición más
amplia sobre condiciones financieras de la empresa y un análisis detallado de la actividad que se propone.
Proyectos destinados a solicitar beneficios fiscales
Muchos países conceden beneficios fiscales y ventajas diversas a las empresas industriales. Estas concesiones se estudian con base en el interés
en desarrollar industrias que ofrezcan determinadas ventajas solo económicas al país. Con este procedimiento se pretende que los inversionistas
industriales sean estimulados a encauzar sus actividades hacia los sectores de mayor interés nacional.
La concesión de los beneficios depende de la consideración de un número de factores de carácter socio económico, cuya determinación
se realiza con base en una evaluación del proyecto, y su posible localización, el cual debe contener elementos de juicio suficientes para permitir el
análisis de los aspectos mencionados. Con frecuencia, las oficinas encargadas de seleccionar los proyectos que suponen un tratamiento especial
se preocupan, principalmente, de su merito socioeconómico en base a una serie de criterios determinados. Por otra parte se pueden analizar las
alternativas d regiones que otorgan estos beneficios.
Proyectos determinados a instrucciones financieras de desarrollo
Por lo general, los proyectos destinados a las instituciones de desarrollo requieren una presentación más completa. Además de todos los
aspectos mencionados se incluye en las garantías y los aspectos puramente crediticios, además les interesa la facibilidad del proyecto, y sus
ventajas socioeconómicas, sin descuidar los aspectos relativas a las garantías ofrecidas. Por ello, la evaluación socioeconómica adquiere gran
importancia, en particular cuando la institución financia distintas tasas de interés o en diferentes condiciones de plazo, de acuerdo con la prioridad
del proyecto y las ventajas sociales que representa.
1.2. LOS ESTUDIOS DE INVERSION.
La meta del estudio de oportunidades de nuevas inversiones, tiene como objetivo la presentación de proyectos dentro del total de las
oportunidades de inversión existentes. En él se proporciona un análisis detallado de la situación general a un macro nivel, para establecer
prioridades que sirvan de base para los proyectos existentes. La segunda base del trabajo consiste en un análisis en general de las oportunidades
en general para inversiones, que llega a proponer las bases cuantitativas. La tabla 1.1 muestra los elementos por considerar en estos estudios.
El estudio de prefactibilidad es la segunda fase en el proceso de selección de proyectos basado en las prioridades establecidas en la
parte anterior, y consiste en un análisis más detallado de los proyectos de inversión detectados.
Sus elementos se presentan en la tabla 1.2
Un estudio de factibilidad abarca todos los datos e informaciones importantes para un proyecto de inversión; este material se procesa y
presenta en forma sistemática, suficiente detallada y de tal manera que facilite una decisión en cuanto a la implementación técnica y económica del
proyecto.
Su propósito es constituir un instrumento para la toma de decisiones en este caso, se refieren a proyectos de inversión. Por tanto, la
recolección y la investigación de datos tienen que realizarse de acuerdo con este propósito, lo que significa que todos los datos de antemano, solo
durante la investigación que puede detectarse si una información es excelente o no.
En este contexto, con referencia al mercado únicamente se requiere mencionas la información general sin que se considere a la
fabricación de un producto determinado o sustituto. Los datos y la información deben ordenase y presentarse en una forma que permita un
resultado claro; esto es muy importante para la toma de decisión.
Un estudio de factibilidad cubrirá tanto las características técnicas como las económicas de un proyecto para poder tomar una decisión
positiva. La evaluación técnica debe relacionarse estrechamente con la económica y la decisiones final es una combinación razonable de ambos
factores.
El objetivo de un estudio se limita a la investigación de la factibilidad técnica y económica, ya que todas las consideraciones y detalles del
seguimiento y detalles del seguimiento de un proyecto, después de elegir la decisión principal, no se tratan en un estudio de factibilidad. Entre estas
consideraciones, las d mayor importancia son las que se refieren al financiamiento del proyecto; de hecho, muchas veces el estudio es un
instrumento para las negociaciones con instituciones financieras y con inversionistas potenciales, razón por el cual no se incluyen propuestas o
recomendaciones acerca el financiamiento de un proyecto. Este no es el caso si el mismo interesado presenta el estudio y si posiblemente desea
ofrecer algunas condiciones atractivas a los inversionistas potenciales. Con frecuencia, en el estudio tampoco se incluyen acerca de la realización
técnica y comercial, tanto la selección de proveedores de maquinaria, detalles de ingeniería, contratos sobre la administración, etc. El propósito de
un estudio de factibilidad es enfocar y proporcionar la base para tomar una decisión sobre una inversión y por lo tanto, su contenido no debe
anticipar ninguna actividad que se realizaría posteriormente a esa decisión (figura 1.21)
por ejemplo, servicios telefónicos, carreteras y aeropuertos. La investigación del mercado se extiende hasta el pronóstico del volumen futuro.
El objetivo de la investigación es el mercado local, el mercado nacional o una región del país. Las posibilidades de exportar parte de la
producción se investigan cuando se trata de un proyecto orientado a la exportación o cuando los resultados de otras partes del estudio, requieren la
investigación del mercado de exportación además del nacional. Los estudios regionales pueden abarcar a varios países que formarán un mercado
mayor o a la región de un país.
La investigación de la demanda tiene como resultado un pronóstico cuantitativo del mercado. Esta información es la primera y muchas veces la
más determinante para juzgar la factibilidad de un proyecto, el uso de los resultados del análisis del mercado y del pronóstico es esencial para el
tamaño de la planta, igual que para un segundo propósito que es establecer un programa de ventas y diseñar un sistema de canales de
distribución. La existencia de una demanda no necesariamente garantiza la venta de producción prevista ya que sólo puede lograrse con una
eficiente organización de ventas.
Después del pronóstico del mercado, se investigan las posibilidades técnicas. Posiblemente existan varios métodos de producción cuyo empleo
depende de la naturaleza del producto. En tal caso, deben señalarse las ventajas y las desventajas de cada proceso para realizar una evaluación
comparativa. La parte técnica del estudio del provecto cubrirá todos los detalles respecto a terrenos, edificios, maquinaria, calidad y cantidad de las
materias primas y materiales: es decir, se investigan todos los factores e insumos técnicos necesarios para luego analizar el mercado de insumos,
que es la siguiente fase de la investigación para: determinar la disponibilidad y los precios. En este caso se hace referencia tanto al mercado de
abastecimiento local, como a importaciones, empleando el método de comparación de alternativas para encontrar la mejor solución posible.
La disponibilidad de mano de obra es tan importante como el abastecimiento de materiales para cualquier inversión nueva. Deben considerarse
la disponibilidad, la selección y el reclutamiento de personal administrativo y de mano de obra capacitada y no. capacitada. Las fallas y dificultades
de un nuevo proyecto pueden resultar debido a problemas de personal.
Un estudio de factibilidad se inicia con la investigación del mercado para el producto planeado y propuesto. El término ‘’producto’’ se refiere a la
producción de bienes de consumo o de capital o a la producción de servicios, como

INVESTIGACIÓN DEL MERCADO


PRONOSTICO DE VENTAS

VOLUMEN DE PRODUCCIÓN
CAPACIDAD DE PRODUCCION DISPONIBILIDAD DE MAQUINARIA ETC. PARA
PROCESO DE FABRICACIÓN INSTALAR LA CAPACIDAD MINIMA

REQUERIMIENTO DE INSUMOS
DIVERSOS (MATERIAL DE MANO DE
OBRA)

DIPONIBILIDAD DE LOS FACTORES DE


PRODUCCION

UBICACION ESTIMACIÓN DE LAS


INVERSIONES

ANALISIS SOCIO-ECONOMICO
RENTABILIDAD

Figura 1.2 Secuencia del estudio de factibilidad.

Para el análisis y selección de una localización adecuada, ésta presenta un problema técnico-económico. La investigación técnica del transporte,
la disponibilidad de energía y la infraestructura existente se combinan para una comparación de los costos importantes. Un análisis macro-
económico determina la región, y un análisis micro-económico fija el lugar específico donde habrá de localizarse el proyecto.
Las investigaciones de la tecnología, del abastecimiento de materiales y de la ubicación, proporcionan los datos básicos para calcular las
inversiones necesarias de un proyecto. El término "inversión" incluye tanto los activos fijos como los activos circulantes. La estimación cuidadosa
del activo circulante y su proyección en relación al programa de ventas y producción, es tan importante como los activos fijos.
Por lo general, la estimación y el cálculo de la rentabilidad, es el último paso y el fundamento de un estudio de factibilidad. Todos los resultados
anteriores se recopilan para determinar los resultados económicos que pueden esperarse de una inversión. Existen varios métodos para el cálculo
de la rentabilidad que también tiene que incluir consideraciones socio-económicas. Desde el punto de vista de una institución de crédito, la parte
socio-económica de un estudio de factibilidad es la más importante para la realización de un proyecto.
1.3 CONTENIDO DEL PROYECTO
Al iniciarse la elaboración de un proyecto es conveniente resumir los antecedentes, características, restricciones y problemas, del estudio por
realizar. Este resumen constituye el fundamento a partir del cual se llevarán a cabo las demás actividades. Se recomienda que incluya los
siguientes puntos:
 Persona o grupo interesado
 Exposición del objeto del proyecto
 Justificación del objetivo.
 Limitaciones y apoyos ya conocidos.
 Responsabilidades y puntos de reconsideración.
Metodológicamente el proyecto se integra fundamentalmente del análisis de tres grandes áreas:

 El estudio de mercado.
 El estudio técnico.
 El estudio financiero.
Es importante mencionar que en 'la elaboración de un proyecto influyen una serie de condiciones que difícilmente son modificadas por él: entre
ellas destacan las obligatorias, normativas o condicionales; de las que se distinguen tres grupos básicos:

 Factores naturales, legales y tecnológicos.


 Nivel de la demanda.
 Posibilidades generales de obtener los insumos.
La estructura metodológica, sintetizada en la figura 1.4, es la siguiente:
Estudio de mercado
Se enfoca hacia los siguientes aspectos:

 Determinar el volumen de ventas y precios.


 Especificar el bien o servicio.
 Problemas de comercialización
REALIZACION DE PROYECTO
OBRAS DE INGENIERIA
CCRONOGRAMA FINANCIERO
LICITACION
ADQUISICIONES
COORDINACION
SUPERVISION DE LA OBRA
INSTALACIONES
EL PROYECTO PRUEBAS
ES APROBADO PUESTAS DE MARCHA
OPERACION

PROYECTO
-SITUACION ECONOMICA
-ANALISIS DETALLADO DEL MERCADO DE MATERIAS
PRIMAS
-ANALISIS DETALLADO DEL MERCADO DEL BIEN O
SERVICIO
-PROYECTO DE INGENIERIA:
 INGENIERIA DE DETALLE
 PROYECTO DE OBRA CIVIL
 PROCESOS TECNOLOGICOS
-DETERMINACION DE COSTOS DE OPERACIÓN
-ORGANIZACIÓN Y RECURSOS HUMANOS
-INVERSIONES
-FINANCIAMIENTOS
-ANALISIS DE SENSIBILIDAD
-EVALUACION FINANCIERA

ESTUDIO DE FACTIBILIDAD
 SITUACION ECONOMICA
 SITUACION DETALLADA DEL MERCADO DE
MATERIAS PRIMAS
 MICROLOCALIZACION
 SITUACION DETALLADA DEL MERCADO DEL
PRODUCTO
 INGENIERIA BASICA
 RECURSOS HUMANOS Y ORGANIZACION
 COSTOS
 ANALISIS DE SENSIBILIDAD
 INVERSIONES

ESTUDIO DE PREFACTIBILIDAD

● SITUACION ECONOMICA GENERAL

● ANALISIS DE MERCADO

 PRODUCTO
 DEMANDA EL PROYECTO ES RECHAZADO
 OFERTA
 PRECIO
 MACROLOCALIZACION
● ASPECTOS TECNOLOGICOS
OBJETIVO
● COSTOS
METODOLOGIA
● FINANCIAMIENTO

● RENATABILIDAD O BENEFICIOS

Figura 1.3 Evaluación de un proyecto


Figura 1.4 Estructura metodológica del proyecto.

Estudio técnico
Abarca la descripción técnica del proyecto, como:

 Las investigaciones técnicas preliminares y los problemas especiales de ingeniería que plantea el proyecto.
 Selección de los procesos de elaboración.
 Especificación de los equipos y estructuras y la justificación del grado de mecanización adoptado.
 La cantidad y calidad de los insumos requeridos.
 Los problemas técnicos y diagramas de circulación relativos al montaje y realización del proyecto.
 La determinación de la capacidad de producción a instalar.
Determinar la localización de la nueva unidad productora.
Estudio financiero
 Cálculo de las inversiones. Se refiere al cálculo de las inversiones totales en monedas nacional y extranjera que el proyecto requiere,
considerando la inversión en activo fijo y el capital de trabajo o circulante, establecerá así, la estructura del capital del proyecto.
 Presupuesto de costos e ingresos y organización de los datos para la evaluación. Se refiere al cálculo estimativo de los costos e ingresos
que resultarían del funcionamiento del proyecto; en él incluyen todos aquellos antecedentes necesarios para evaluar el proyecto, tales
como presupuestos y disponibilidad de la mano de obra, análisis sobre costos fijos y variables, etc.
 Financiamiento. Se analizan problemas relacionados con la especificación de las fuentes financieras a que recurrirá, y la manera en que
se proyecta canalizar estos recursos para convertir en realidad la iniciativa.
Existen relaciones recíprocas entre los aspectos antes citados, por ejemplo: el tamaño de la demanda que ha de atenderse tendrá una influencia
muy importante en la decisión respecto a la capacidad o tamaño del proyecto, pero la magnitud del mercado dependerá, entre otras cosas, de la
localización de la empresa, resultando así una estrecha relación entre tamaño, localización y mercado.
La evaluación
El objetivo básico de todo estudio económico de un proyecto es evaluarlo, es decir, calificarlo y compararlo con otros proyectos de acuerdo con
una determinada escala de valores a fin de establecer un orden de prioridades para inicio. En cuanto a criterios de evaluación, se distinguen el
financiero o la rentabilidad y el llamado criterio social de evaluación. A partir de los dos marcos de referencia, atendiendo al objetivo del proyecto,
los criterios pueden ampliarse.
Aspectos por investigar según el caso
Tabla 1.1 Concepto Contenido específico

Regiones, áreas, topografía climatología


Datos geográficos
Población, distribución regional, pirámide
Datos demográficos de edades, educación, religión, empleo

Datos políticos Datos históricos, sistema político y


gubernamental
Características Datos del PIB
generales Nivel, desarrollo, datos relacionados con el
Situación económica Situación de divisas PIB: inversión, ahorros, consumo,
exportación, gasto público, ingreso de
en general Relación entre propiedad trabajo
pública y privada Situación de la balanza de pagos,
desarrollo, reservas de divisas,
Alcance, profundidad,
endeudamiento objetivos,
externo, condiciones de
Planeación económica
prioridades,
amortizaciones medidas tomadas para
e intereses
Evaluación económica Reglamentos respecto a influir en el desarrollo económico
general de los aranceles, tarifas políticas
proyectos de divisas, reglamentos
considerados sobre la inversión
extranjera. Incentivos,
restricciones arancelarias y
no arancelarias

Utilización histórica y
Anticontaminación
presente Rentabilidad, incremento del
PIB, creación de empleos,
ahorro o ganancias de
divisas, diversificación

Nombres, localización y
Fuentes cantidades
existentes
Cantidades estimadas
Balance entre la
disponibilidad y la
Análisis sectorial del utilización de materias
mercado de materias primas primas
ELEMENTOS
Demanda histórica de Ventas históricas en
DE LOS productos específicos cantidades y valor
ESTUDIOS DE
Oferta histórica de
OPORTUNIDA productos específicos Total de la producción
D DE NUEVAS nacional y de importación
Satisfacción histórica
INVERSIONES de la demanda, Cantidades, calidades y
pronósticos del precios aproximados
desarrollo futuro.

Diseño del proyecto Capacidades aproximadas


Mínimo…máximo
Procesos existentes y
conocidos
Análisis del proyecto de Diseño Lay-Out Requerimiento de mano de
ingeniería Total
obra
Producción aproximada Mínimo…máximo

Análisis del proyecto: Aspectos Empresas potenciales Solamente nombres de las


empresas promotoras del organizacionales y de posibles empresas
dirección
proyecto
Estimación del costo total
Costos de inversión
Análisis del proyecto: Financiamiento Posibles fuentes de financiamiento Nombre de las fuentes corto y
Costo de inversión y las posibles empresas
financiamiento Rentabilidad
Períodos de recuperación del capital Período de aproximación: ingresos
invertido, tasa interna de retorno aproximados, costos de producción
aproximado aproximados, ganancias
aproximadas. ( capital invertido)

Creación de nuevos empleos

Análisis del proyecto: Beneficios Diversificación


rentabilidad y beneficios socioeconómicos Capital invertido por
socioeconómicos Mejoramiento de la situación de empleado
divisas del país

Enumeración de los beneficios y


costos sociales
Concepto Contenido Aspectos por investigar
Tabla1.2
según el caso especifico
Situación Justificación Rentabilidad, incremento del PIB,
económica económica de creación de empleos ahorro o
en general los proyectos ganancias de divisas, diversificación

considerados
Datos detallados sobre la distribución
Fuentes de materias topográfica de materias primas, cantidades
primas seleccionadas análisis de las materias involucradas

Situación de la oferta, existencia de


Análisis detallado de la utilización empresas específicas, consumidoras
Situación de mercado de de los materiales que provienen de importantes y sus volúmenes de compra
materias primas las fuentes seleccionadoras tradicionales y pronosticados, precios de
los materiales en el lugar de origen

Balance detallado de las Balancear los factores cantidades,


materias primas disponibles calidades y precios

Análisis Ventas históricas y futuras, locales y al


sectorial exterior, demanda, mayores consumidores,
Análisis detallado sobre consumo per cápita, precios, fluctuaciones,
productos específicos distribución regional, requerimientos de
calidad, influencia de reglamentos
Situación de mercado de gubernamentales, en la situación del
los productos específicos mercado
Importadores y fabricantes nacionales, número
de fabricas existentes, capacidades, edad de
las compañías, calidades de sus productos,
Análisis detallado de la localización, ventas históricas, ventas
oferta de los proveedores pronosticadas, facilidades de transporte,
nuevas plantas en construcción y planeación,
disminución prevista de importaciones y
eliminación de fabricaciones tradicionales,
precios
Análisis detallado de la satisfacción Datos históricos y pronosticados sobre
de la demanda cantidades, precios, distribución regional
ELEMENTOS DE Capacidad seleccionada
UN ESRTUDIO DE
Determinación del programa Número de productos, sus
FACTIBILIDAD
de producción especificaciones, cantidades

Determinación del proceso Proceso A


de producción

Datos sobre los insumos, diagrama


Datos importantes sobre el proceso del proceso de producción y del
flujo de materias auxiliares
Diseño del Lay-Out
Especificaciones requeridas de las
Prerrequisitos del proceso de materias primas, consumo de agua y
fabricación calidad requerida, condiciones
climatológicas

Cantidades históricas y futuras, calidades,


Procesos alternativos precios, distribución regional

Lugar, población conexiones con la


infraestructura nacional, disponibilidad de
Selección de localización agua, energía y otros servicios, condiciones
climatológicas y mecánica de suelos

Planos generales de la fábrica y de la


Lay-Out general infraestructura

Tiempos para la obtención de ofertas y su


Análisis del evaluación, negociaciones sobre las obras
proyecto: Plan general de tiempos civiles, abastecimiento y construcción
Ingeniería
Requerimientos principales para Tecnología, normas de producción
la producción

Construcción Puerto de entrada, conexiones con la red


Situación general del transporte ferroviaria, marina, aérea y de carretera

Colaboración de compañías constructoras nacionales,


Condiciones generales para la disponibilidad de mano de obra y de asesoría auxiliar,
construcción necesidad de expertos extranjeros
Determinación del Número de productos, sus
programa de producción especificaciones, cantidades

Determinación del Proceso A


proceso de producción

ELEMENTOS DE Datos sobre los insumos, diagrama del


UN ESRTUDIO DE Datos importantes sobre el proceso de producción y del flujo de
proceso materias auxiliares
FACTIBILIDAD
Prerrequisitos del Especificaciones requeridas de las
Diseño de proceso de fabricación materias primas, consumo de agua y
Lay-Out calidad requerida, condiciones
climatológicas

Procesos alternativos Cantidades históricas y futuras,


Análisis del calidades, precios, distribución regional
proyecto:
Lugar, población conexiones con la
Ingeniería
Selección de localización infraestructura nacional, disponibilidad de
agua, energía y otros servicios,
condiciones climatológicas y mecánica de
suelos

Lay-Out general Planos generales de la fábrica y de la


infraestructura

Tiempos para la obtención de ofertas y su


Plan general de tiempos evaluación, negociaciones sobre las obras
civiles, abastecimiento y construcción

Requerimientos principales Tecnología, normas de producción


para la producción

Construcción Puerto de entrada, conexiones con la red


Situación general del transporte ferroviaria, marina, aérea y de carretera

Colaboración de compañías constructoras


Condiciones generales para la nacionales, disponibilidad de mano de obra
construcción y de asesoría auxiliar, necesidad de
expertos extranjeros

Requerimientos de personal Necesidades de experiencia en procesos


directivo administrativos y en el mercado

Número de personal requerido, entrenamiento,


Requerimientos de personal staff organización, requerimientos de alojamiento y
de instalaciones de tipo social

Abastecimiento de materias primas Proveedores, requerimientos para establecer


y materiales contratos de abastecimiento continuo,
facilidades de almacenaje

Fuentes locales, calidades, disponibilidad de


Equipos auxiliares y refacciones piezas de repuesto, aseguramiento de la
disponibilidad de refacciones, importaciones
necesarias.

Producción prevista Cantidades de los diferentes productos a


fabricarse, predeterminación de distribuidores
y de los consumidores más importantes
MCKENNA Joseph P.
Análisis Macroeconómico
1.I
5ª ed. Edit. Latinoamericana 1978 México.
Págs. 8-20

Subtema 1.3.2. Etapas económicas de la producción.

INGRESO Y PRODUCTO NACIONALES


La economía agregada se ocupa de la-actividad total de la economía. Cualquier modelo que se pueda construir se basa, por ende, en totales
estadísticos y no en datos básicos. Antes de proseguir con los modelos propiamente dichos, necesitamos pues, analizar las bases estadísticas de
los números. Las definiciones que se usan aquí son las establecidas por el Departamento de Comercio, que publica regularmente datos sobre el
ingreso y el producto nacionales de Estados Unidos. Incluso si en alguna ocasión, desearíamos que varios números se hayan calculado de un
modo diferente, las cifras publicadas son las que debemos utilizar.
El ingreso nacional es la suma de los ingresos percibidos por todos los individuos durante un periodo determinado. En Estados Unidos, el
ingreso nacional se mide sobre una base anual. La suma así determinada debe distinguirse del total de ingresos en efectivo percibidos por los
individuos. El dinero deducido de los salarios se ha ganado; pero no figura en los ingresos en efectivo. Lo mismo puede decirse de los ingresos
retenidos por corporaciones o de los salarios ganados, pero no pagados, como sería el caso si el fin del año cayera en medio de una semana de
trabajo. Las donaciones, tanto si son de individuos como del gobierno, son ingresos en efectivo, pero no se han ganado, y, por tanto, no se
consideran como tales. Las pensiones se excluyen porque no se han ganado en el periodo en que se pagan.
Los ingresos se ganan produciendo bienes o servicios. El valor de la producción se representa por los ingresos de los productores en forma de
salarios, sueldos, rentas, intereses o utilidades. Así, el total, de todos los ingresos es idéntico al valor de todos los bienes producidos, pues todo
ingreso es generado por la producción y toda la producción genera ingreso.
Nuestra economía consiste en un procedimiento de flujo circular como el que se ilustra en la figura 2-1. Los hogares o las familias les
proporcionan a las empresas servicios productivos mano de obra, administración, uso de la tierra que la empresa combina después para
proporcionarle a la familia todos los bienes y los servicios que caracterizan a la vida moderna. A su vez, éstos hacen posible que las familias sigan
abasteciendo servicios productivos. Se puede trazar un paralelo a este flujo circular o cíclico de artículos y servicios con el dinero; pero en sentido
contrario. Las familias les pagan a las empresas por los productos y los servicios que reciben, y éstas usan el dinero para efectuar pagos en
salarios, alquileres, intereses y beneficios. Puesto que los bienes y servicios son heterogéneos consisten en alimentos y vestidos, uniformes de
béisbol y paletas, destornilladores y hornos de fundición, y las variadas destrezas de millares de clasificaciones de trabajadores la corriente de
dinero se elige como medida. Al hacerlo así, la evaluación de todos los bienes por el mercado, se acepta en lugar de cualquier otro criterio. Un libro
de texto se incluye al precio de venta y no al valor más alto que su autor le atribuye, ni al más bajo que algunos estudiantes podrían fijarle. No se
realizan ajustes por la falta de valor esté tico de ciertas películas o discos, ni por el poder superlimpiador del detergente más reciente, a menos que
estos valores se reflejen en el precio de mercado.

Fig. 2-1. El flujo circular.

Puesto que el ingreso nacional y el producto nacional deben ser idénticos, puede medirse el lado del ingreso o el lado del producto y, en la
práctica, generalmente ambos. Sin embargo, al sumar la producción debe cuidarse mucho de no contar dos veces una producción. El producto
nacional no abarca el valor total del acero más el valor total de los automóviles porque parte del acero se dedicó a la producción de automóviles. En
consecuencia, debe pensarse en el producto nacional como el valor total de las adiciones al producto hechas por la industria automovilística, la
industria del acero y todas las demás. Esta adición -o valor agregado- comprende todos los pagos hechos a los factores de producción, pero
excluye las cantidades pagadas a otras empresas. El ingreso nacional es, por tanto, similar a ingreso consolidado de una corporación y sus
subsidiarias.
Otra forma de evitar la doble contabilidad es totalizar los bienes y servicios finales (los vendidos fuera del sistema comercial) y sumar aquella
parte de la producción de acero y otros bienes intermedios que no se incluyen en el valor de los productos finales. El global de los productos totales
comprende todos los bienes y servicios vendidos a los consumidores, al gobierno y a los compradores extranjeros. Los bienes intermedios que
deben agregarse son todos aquellos que figuran en los inventarios, la maquinaria, la construcción de empresas, etc. De este modo se excluyen las
ventas a los negocios que entrarán a formar parte de la producción; pero se incluyen las que se agregan al capital de la empresa. (Los lectores que
posean cierta preparación en contabilidad advertirán que se excluyen todas aquellas compras que aparecen como gastos. Las compras en la
cuenta de capital se convierten en partidas del balance general y no se cuentan como costos de producción.)
Naturalmente, nuestra economía es más compleja de lo que refleja el simple diagrama de la figura 2-1, en donde se indica que las empresas
pagan todas sus facturas a las familias que, a su vez, emplean todo su ingreso para comprar la producción completa para consumo. Así pues, en la
figura 2-2 se ilustra una versión un poco más elaborada del flujo circular. Se observará la adición del gobierno en la parte media del diagrama. Este
gobierno recibe tres tipos diferentes de impuestos: impuestos empresariales asignados a las empresas mismas, los impuestos sobre la renta de las
empresas y los impuestos del seguro social que se calculan según el ingreso; pero que se recaban de las empresas, y los impuestos asignados
directamente a los consumidores. Estos fondos se gastan entonces en la adquisición de artículos y servicios (que en este caso se supone que
siguen una trayectoria pasando por todas las empresas), así como para efectuar pagos de transferencia a las familias.
Las familias se representan también de una manera distinta. Observe que el ingreso personal consta tanto de ganancias como de transferencias.
Dicho ingreso se utiliza para impuestos y ahorros tanto como para el consumo, que es la única aplicación que se indicó en la figura 2-1.
También se efectuaron algunos cambios en las empresas. Ahora observamos que sus productos son bienes de inversión, gubernamentales y
productos de consumo. A un lado del diagrama se indica que las empresas no sólo pagan ingresos, sino que también cubren impuestos y ahorran
una porción de sus ingresos.
Aunque este diagrama es considerablemente más completo que el de la figura 2-1, sigue representando los mismos elementos del flujo circular,
en donde el aspecto del producto se señala en el lado derecho del diagrama y el de los ingresos a la izquierda. Se pueden introducir aún más
complicaciones, sobre todo incluyendo las relaciones del país con el resto del mundo. No obstante, en esa etapa, es más conveniente pasar a la
forma de cuadro.
EL INGRESO NACIONAL Y LA CUENTA DE PRODUCTOS
El cuadro 2-1 muestra el ingreso nacional y la cuenta de productos de un año reciente. En él se presentan las principales divisiones de las cuentas
y las necesidades que deben comprenderse perfectamente para efectuar un estudio de macroeconomía. Nótese que dicho cuadro se concentra en
el flujo circular a través del sector empresarial.

Fig. 2-2. Flujo gubernamental y circular.

En el lado derecho se incluye el producto nacional de Estados Unidos agrupado en cuatro categorías principales. Puesto que cada una de estas
categorías forma parte esencial de los modelos macroeconómicos, tienen una designación simbólica que se usará en exposiciones posteriores a lo
largo de este libro. La primera de ellas es la que representa las erogaciones .personales de consumo y que en general se cita simplemente como
consumo y se representa por medio de la letra C. Si nos interesáramos por el bienestar, desearíamos conocer el uso real de los bienes de
consumo; pero, para los fines que nos ocupan, su compra, que refleja la producción actual es más importante. Sin embargo, las existencias de
bienes de consumo son vitales para analizar las compras corrientes. Volveremos a este asunto en el capítulo 5 cuando estudiemos el consumo,
con mayor detalle.
Cuadro 2-1. Cuenta de ingreso nacional y producto nacional, 1975
Línea
1 Indemnización a empleados 928.8
2 Salarios y sueldos 806.7
3.Desembolsos (2-7)* 806.7
4 Acumulaciones de salarios menos desembolsos (5-4) 0.0
5 Suplementos a salarios y sueldos 122.1
6 Contribuciones de los patrones para seguridad social (3-14) 59.7
7 Otro ingreso de mano de obra (2-8) 62.5
8 Ingreso de los propietarios (2-9) 90.2
9 Ingreso de las personas por rentas (2-10) 22.4
10 Utilidades de las corporaciones y ajustes por valuación de inventarios 91.6
11 Utilidades antes de impuestos 114.5
12 Pasivo por impuestos sobre utilidades (3-11) 49.2
13 Utilidades después de los impuestos 65.3
14 Dividendos (2-11) 32.1
15 Utilidades no distribuidas (5-5) 33.2
16 Ajuste por valuación de inventarios (5-6) -22.9
17 Interés neto (2-13) 74.6
18 Ingreso nacional 1 207.6
19 Pagos por transferencias comerciales (2-17) 6.3
20 Pasivo comercial indirecto por impuestos y por otros conceptos (3-12) 138.7
21 Menos: Subsidios menos superávit corriente de empresas gubernamentales (3-6) 2.0
22 Discrepancia estadística (5-10) 4.4
23 Deducciones por consumo de capital (5-7) 161.4
24 Gastos por consumo personal (2-3) 973.2
25 Bienes duraderos 131.7
26 Bienes no duraderos 409.1
27 Servicios 432.4
28 Inversión nacional privada bruta (5-1) 183.7
29 Inversión fija 198.3
30 No residencial 147.1
31 Estructuras 52.0
32 Equipo duradero de los productos 95.1
33 Estructuras residenciales 51.2
34 Cambio en los inventarios comerciales -14.6
35 Compras de bienes y servicios por el Gobierno (3-1) 339.0
36Federal 124.4
37 Defensa nacional 84.3
38Otras 40.1
39Estatal y local 214.5
40 Exportaciones netas de bienes y servicios 20.5
41 Exportaciones (4-1) 148.1
42 Menos importaciones (4-3) 127.6
Cargos contra el producto nacional bruto 1 516.3
Producto nacional bruto 1 516.3
* Los números entre paréntesis muestran el cuadro y la línea del asiento compensador.
FUENTE: Survev of Current Business, July 1976, p. 22.

El segundo componente del producto nacional es la inversión nacional privada bruta. La inversión consiste en las compras de planta y equipo, de
nuevas viviendas residenciales .y en el cambio neto en los inventarios comerciales. En la medícióu.de la inversión se plantean dos cuestiones. La
primera es si las compras de fábrica y equipo debe medirse sobre una base neta o bruta.. Algunas de estas compras representan aumentos reales
de la capacidad productiva, pero muchas son simples substituciones de instalaciones que se han desgastado. Si se incluyen todas las compras, la
cifra resultante se llama inversión bruta; si se excluyen las substituciones, el total es la inversión neta. Idealmente, debe usarse la inversión neta
porque mide el aumento real de la capacidad productiva. Desafortunadamente, las únicas estimaciones disponibles de la cantidad de substitución
se basan en la depreciación manifestada en el impuesto sobre la renta. Esta cifra es, ciertamente, demasiado alta porque hay una tendencia
natural a sobreestimarla para reducir el impuesto que ha de pagarse. Como resultado de ello, la medición de la inversión bruta tiene un grado más
alto de precisión y se usa más comúnmente. [La cifra resultante del producto nacional se llama producto nacional bruto (PNB).] Las deducciones al
consumo de capital se anotan en el lado izquierdo de la cuenta como un cargo contra el PNB. Quienes lo deseen, pueden restar de la inversión
esta deducción y obtendrán la inversión neta y el producto nacional neto (PNN). El cambio en los inventarios de las empresas se muestra siempre
en neto, es decir, las disminuciones en los inventarios se restan de los aumentos.
La segunda cuestión acerca de la inversión se refiere al estudio de la vivienda residencial. Todas las compras de casas nuevas se tratan como
una inversión comercial, aunque muchas compras las hacen los consumidores. La razón de este examen es obtener un análisis comparable de las
viviendas ocupadas por sus propietarios y las ocupadas por inquilinos. De otro modo, los cambios en el ingreso nacional sólo podrían producirse
por el cambio del porcentaje de propietarios de viviendas. Por consiguiente, todo propietario de un bien inmobiliario se trata como una empresa de
inversión en bienes raíces y se supone que el propietario se paga a sí mismo la renta. Los pagos por rentas reales y las rentas imputadas se tratan
como gastos de consumo personales. Cualquiera "utilidad" sobre la vivienda propia (si las rentas imputadas exceden los gastos reales) se añaden
al ingreso total. Así, la venta de una casa realizada por una empresa de bienes raíces al individuo que la ocupa no cambiaría las cuentas del
ingreso nacional y el producto nacional. Este tratamiento es diferente del empleado para otros bienes de consumo duraderos, que se consideran
consumidos cuando se adquieren. Las razones son que otros bienes duraderos tienen vidas más cortas y que no existe un mercado importante de
rentas. Si en el futuro el arrendamiento de automóviles aumenta de importancia, es probable que se dé a los automóviles un tratamiento similar.
El tercer componente del producto nacional son las compras de bienes y servicios que hace el gobierno, representado por G: A diferencia de la
contabilidad privada, las cuentas del gobierno no establecen distinciones entre gastos corrientes y activos de capital, Todos los gastos se tratan de.
igual modo tanto si son los sueldos de un empleado público como si se trata del costo de un nuevo edificio. Periódicamente, se propone que las
cuentas gubernamentales deben hacer deducciones para el capital (y la depreciación), pero el cambio nunca se ha realizado.
La porción final del producto nacional son las exportaciones netas. Parte de nuestra producción total no se destina a uso interno por los
consumidores, los inversionistas o el gobierno. Por tanto, estas exportaciones deben sumarse al producto total. Sin embargo, cierta parte de la
demanda nacional de consumo, de la inversión y de las compras del gobierno se satisface con bienes importados. Por lo tanto, se suman las
exportaciones, representadas por X y se restan las importaciones, simbolizadas por Z, de modo que las exportaciones netas se representan por lo
común mediante el símbolo combinado (X - Z).
La suma de estas cuatro categorías de compras es el producto nacional bruto, o PNB. En vista de que el producto nacional y el ingreso nacional
son, en todo caso, dos formas de ver el mismo elemento, el símbolo usual es Y (esta letra se eligió debido a que ya se había seleccionado la I para
representar la inversión). En consecuencia partiendo de estas mediciones estadísticas se puede derivar la ecuación fundamental de cualquier
modelo macroeconómico:
Y  C  I  G  (X  Z) (2.1)

Esta ecuación será el punto de partida de los dos capítulos siguientes.


En el lado izquierdo de las cuentas se encuentra el ingreso nacional y otros cargos contra el PNB. El ingreso nacional comprende todos los
ingresos ganados, aun los que no se han pagado a los interesados. Comprende los sueldos, las rentas, los intereses y las utilidades; pero también
los pagos por seguro social, impuestos sobre las utilidades de corporaciones, y ganancias retenidas de corporaciones. (Una partida, el ajuste para
valuación de inventarios, necesita cierta explicación. Este es un ajuste a las utilidades para corregir los cambios en los precios a los que se lleva el
inventario.)
De los otros cargos contra el PNB hemos examinado ya las deducciones al consumo de capital. Los impuestos a los negocios y las
transferencias de negocios son partidas incluidas en el precio de venta de los bienes, pero no en las ganancias de factores. Así, el ingreso nacional
es. PNN medido al costo de los factores, y el PNN es el ingreso nacional medido en precios de los productos.
En principio, la actividad económica de un país debe medirse partiendo del lado del ingreso o del lado del producto. Desafortunadamente,
nuestros materiales estadísticos no tienen la suficiente precisión para hacer que estas dos mediciones coincidan. La discrepancia estadística es el
"factor ficticio" requerido para producir un equilibrio. (No es una medida de la precisión de las cuentas nacionales y es posible que ambos lados
puedan tener un error en la misma dirección.)
EXCLUSIONES DE LAS CUENTAS
Las cuentas nacionales, tal y como se miden en realidad no son un reflejo de toda la actividad económica, sino tan sólo de la actividad
mercadotécnica, ya que el departamento de Comercio incluye sólo las transacciones de mercado en las cuentas. Por supuesto, la razón de ello es
que las actividades no relacionadas con el mercado son muy difíciles de evaluar, mientras que el precio que se paga en realidad constituye tina
evaluación aceptable de mercados buenos. No obstante, la omisión de las actividades no asociadas con el mercado crea algunos problemas
reales.
Algunas de estas exclusiones son menores y triviales, como sucede cuando le ayuda a un vecino a desplazar o quizá él reparar su barda. Sin
embargo, hay tres por lo menos que son de una importancia preponderante. La omisión más notable es la de los servicios de las amas de casa.
Aunque cada día hay más mujeres que trabajan fuera de sus hogares, se cuentan más de 30 millones de amas de casa de tiempo completo.
Ninguna de sus actividades se incluyen en las cuentas nacionales; pero efectúan servicios como cocineras, dietistas, especialistas en el cuidado de
niños, desarrollan tareas paramédicas, actúan como decoradoras, encargadas de limpieza y costureras, para incluir apenas unos cuantos
aspectos. Incluso si sus servicios se evaluaran al salario mínimo (que evidentemente es demasiado bajo), el producto nacional bruto tendría una
subestimación de por lo menos el 10 por 100. Una medida apropiada seria incrementar los gastos de consumo por el valor de estos servicios y
aumentar el ingreso por salarios en una cantidad equivalente. En efecto, el ingreso hogareño incluiría entonces un ingreso al contado derivado de
la venta de servicios en el mercado y un ingreso no al contado debido a los servicios domésticos. Del mismo modo, el consumo de las familias
abarcaría sus compras de mercado de bienes y servicio, y sus servicios no adquiridos recibidos del ama de casa. Un indicio de que este
planteamiento sería razonable es el hecho evidente de que un hogar en el que un miembro gana $20 000 y el otro tiene un empleo de tiempo
completo dentro del hogar, se caracteriza por un consumo superior de bienes y servicios que otro cuyo ingreso combinado sea $20 000; pero en
donde ambas personas trabajan fuera del hogar para obtener este ingreso.
Otra omisión de esta índole es el descuido que se ha tenido respecto ajos .estudiantes dentro-de la educación. Las cuentas reflejan claramente
los salarios de profesores, directores y afanadores, al igual que el costo de edificios y libros; pero se hace caso omiso del elemento más importante
de todos, el esfuerzo realizado por los mismos estudiantes. Es preciso considerar que cada estudiante se autoemplea y que el ingreso que recibe lo
adquiere en la forma de conocimientos y comprensión, más que en efectivo. Una pregunta relacionada que no afecta al producto nacional bruto,
sino que se asocia con las clasificaciones, es saber si la educación se considerará como una inversión, un bien de consumo duradero, o un
consumo actual. El planteamiento actual o corriente, tanto en las cuentas nacionales como en las leyes de impuestos, implica un consumo; pero es
obvio que los estudiantes mismos reflexionen en numerosas ocasiones en términos de inversión.
Una tercera omisión se relaciona no con bienes sino con algunos aspectos "negativos". Cuando una empresa considera que la contaminación
del aire o el agua debe formar parte de sus productos deseables, lo que hace es restarlos del bienestar de los que sobrellevan la carga del aire y el
agua contaminados. Estos productos negativos deben restarse del producto nacional bruto.
Ninguna de estas omisiones tendría gran importancia si fueran más o menos constantes. Lo que nos interesa mayormente es el movimiento y las
variaciones dentro de la economía, y no los problemas graves que ocurren cuando se tiene una omisión constante en particular. Por desgracia,
este no es el caso. En años recientes hemos presenciado una mengua creciente en las amas de casa de tiempo completo, un incremento entre los
estudiantes y quizá un incremento en la contaminación. Cada una de estas desviaciones se ha reflejado en movimientos falsos del producto
nacional bruto. Por ejemplo, si una mujer dejó de actuar como ama de casa, el lado de los ingresos de las cuentas se incrementó en una cantidad
equivalente a sus ganancias, y el lado del producto debió indicar un aumento en las erogaciones de centros de cuidados diurnos, preparación de
alimentos y muchos otros substitutos de servicios que normalmente se originan en el hogar. El incremento adecuado sería tan sólo el mejoramiento
neto, si éste existe, que se logra en el bienestar familiar debido a las compras que no representan substitutos de actividades previas. De la misma
manera, cuando una persona abandona un trabajo para asistir a la universidad, el producto nacional bruto refleja una caída falsa. El hacer caso
omiso de la contaminación cada vez mayor se sobreestima el incremento del producto nacional bruto. Así pues, como binando todos estos
elementos es probable que el PNB medido indique un índice de crecimiento demasiado elevado en décadas recientes.
CUENTAS DE SECTORES
Para mostrar las relaciones internas de la economía, se usa un conjunto de cuentas de sectores para familias, gobierno y transacciones
exteriores. (Antes de 1954 se utilizaba otra cuenta comercial, pero se ha abandonado porque era más confusa que. útil.) Estas cuentas de sectores
se representan en los cuadros 2·2, 2·3 y 2-4. Cada una de ellas contiene las partidas compensadoras del ingreso nacional y la cuenta- de
productos más otras partidas que se tratan como ingreso por el sector, pero al cual no se asigna ningún producto. Estas, corrientes se denominan
pagos de transferencia. La mayor de ellas es la transferencia del gobierno a personas. Esta transferencia representa pagos (de subsidio,
pensiones, etc.) por: los cuales no se recibe una corriente igual de servicios. Otras comprenden transferencias del gobierno y personales a
extranjeros, así como de tipo comercial a particulares.
El ingreso personal y la distribución de cuenta aparecen ilustrados en el cuadro 2-2, y corresponde a los flujos que pasan por los hogares y que
se ilustran en la figura 2-2. El lado derecho contiene todos los conceptos de ingreso del ingreso nacional y la cuenta de productos, excepto por los
impuestos y las ganancias retenidas, comprendiendo, además, transferencias de negocios y gobierno. En una decisión algo dudosa, el
Departamento de Comercio de Estados Unidos decidió tratar el pago de intereses hecho por el gobierno y los consumidores como un pago de
transferencia, basándose en que no tenía anexo un servicio identificable. (El interés comercial se trata aún como ingreso ganado.)
CUADRO 2-2. Cuenta de ingresos y egresos personales, 1975
Línea
1 Pagos personales por impuestos y por otros conceptos (3-10)* 168.8
2 Egresos personales 996.9
3 Gastos personales por consumo (1-24) 973.2
4 Pago de intereses por consumidores (2-15) 22.8
5 Pagos personales por transferencia a extranjeros (netos) (4-5) 0.9
6 Ahorro personal (5-3) 84.0
7 Desembolsos por salarios y sueldos (1-3) 806.7
8 Otros ingresos de la mano de obra (1-7) 62.5
9 Ingreso de los propietarios (1-8) 90.2
10 Ingreso de las personas por rentas (1·9) 22.4
11 Dividendos (1·14) 32.1
12 Ingreso de las personas por intereses 110.7
13 Interés neto (1-17) 74.6
14 Interés neto pagado por el gobierno (3-5) 13.3
15Interés pagado por los consumidores (2-4) 22.8
16 Pagos de transferencia a personas 175.2
17 De empresas (1·19) 6.3
18 Del gobierno (3-3) 168.9
19 Menos: Contribuciones personales para seguridad social (3-15) 50.0
Impuestos personales, egresos y ahorro 1 249.7
Ingreso personal 1 249.7
* Los números entre paréntesis indican el cuadro y la línea del asiento compensador.
• FUENTE.: Survey of Current Business, July 1976 p. 23.

En el lado izquierdo están los usos del ingreso; entre ellos figuran los impuestos, los desembolsos personales y el ahorro. Puesto que los
consumidores ejercen poco control sobre los impuestos, pero un control substancial sobre los otros usos, es útil deducir del ingreso personal los
impuestos personales para obtener el ingreso disponible que los consumidores pueden asignar más tarde al consumo o al ahorro. Debido a su
importancia en relación a los consumidores, reciben una designación especial, YD . Este cuadro de sector nos indica una segunda ecuación básica
que se usará en capítulos posteriores.

YD  Y  Tr  Tx (2.2)

Esta ecuación indica que el ingreso disponible es igual al ingreso más los pagos de transferencia (Tr) menos los impuestos (Tx). Recuérdese, no
obstante, que los impuestos empresariales, los de seguro social y los de ingresos corporados se restan antes de llegar al ingreso personal y los
impuestos de ingresos personales vienen después, de modo que todos los tipos de impuestos se restan del PNB para calcular el ingreso
disponible.
Cuadro 2-3. Cuentas de ingresos y egresos del gobierno, 1975
Línea
1 Compras de bienes y servicios (1-85)* 339.0
2 Pagos por transferencia 176.5
3 A personas (2-18) 168.9
4 A extranjeros (netos) (4-4) 7.6
5 Interés neto pagado (2-14) 13.3
6 Subsidios menos superávit corriente de empresas gubernamentales (1-21) 2.0
7 Superávit (+) o déficit (-), (5-8) -64.4
8 Federal -71.2
9 Estatal y local 6.9
10 Pagos personales por impuestos y por otros conceptos (2-1)* 168.8
11 Pasivo de las corporaciones por impuestos sobre utilidades (1-12) 49.2
12 Pasivo indirecto de las empresas por impuestos y por otros conceptos (1-20) 138.7
13 Contribuciones para seguridad social 109.7
14 Del patrono (1-6) 59.7
15 Del personal (2-19) 50.0

Gastos y superávit del gobierno 466.4


Ingresos del gobierno 466.4
* Los números entre paréntesis indican el cuadro y la línea del asiento compensador.
FUENTE: Survey of Current Business, July 1976 p. 23.

Cuadro 2-4. Cuenta de transacciones extranjeras, 1975


1 Exportación de bienes y servicios (1-41)* 148.1
2 Donaciones de capital recibidas por Estados Unidos (5-9) 0.0
3 Importaciones de bienes y servicios (1-42) 127.6
4 Pagos de transferencia del Gobierno de Estados Unidos a extranjeros (netos) (3-4) 7.6
5 Pagos de transferencia personales a extranjeros (netos) (2-5) 0.9
6 Inversión extranjera neta (5-2) 11.9
Pagos a extranjeros 148.1
Ingresos procedentes de extranjeros 148.1
* Los números entre paréntesis indican el cuadro y la línea del asiento compensador.
FUENTE: Survey of Current Business, July 1976, p. 23.

Las recepciones y las erogaciones combinadas de todos los gobiernos (federal, estatal y local) aparecen en el cuadro 2-3, que corresponde a los
flujos del gobierno de la figura 2-2. Nótese que el término "compras gubernamentales (G)" se invierte para la compra de bienes y servicios, en
donde las transferencias (Tr) se manejan por separado. La mayoría de las cuentas de periódicos para los presupuestos gubernamentales utilizan el
término general "erogaciones" significando la suma de las dos.
Si las recepciones del gobierno sobrepasan el total de erogaciones, se obtiene como resultado un excedente que es el equivalente
gubernamental del ahorro personal que se indica en el cuadro 2-2. Asimismo, en el lado derecho se señalan como asignación de fondos. En el
caso más común en el que las erogaciones exceden a las recepciones, el resultado es un déficit. Sin embargo, se seguirá anotando en el lado
izquierdo; pero se utilizará un signo negativo. (Si los hogares gastaron más de lo que representa su ingreso disponible, el resultado se denomina
desahorro o ahorro negativo, y también aparecen en el lado izquierdo con un signo negativo.)
En el cuadro 2-4 se resumen las transacciones de Estados Unidos con el resto del mundo. Pospondremos hasta el capítulo doce cualquier
exposición detallada de este cuadro.
EL AHORRO Y LA CUENTA DE INVERSION
La mayoría de las partidas de las cuentas representan corrientes sencillas, es decir, son pagos efectuados por un sector y percepciones
acumuladas por otro, aunque algunas partidas no son de este tipo. Las ganancias retenidas por las empresas, el ahorro de los consumidores y los
superávit de los gobiernos representan usos de fondos por parte de un sector, pero no fuentes para otro. En un sentido similar, la inversión
representa un producto (un ingreso de dinero), pero el financiamiento no procede de ingresos corrientes de ningún sector. Para completar el
balance formal, se establece otra cuenta de ahorro e inversión, que se representa en el cuadro 2-5.
Esta cuenta no es realmente un sector, sino que representa un tipo particular de transacción. En el lado derecho todo son formas de ahorro de
tipo personal, utilidades retenidas, deducciones para depreciación y superávit gubernamental. (La discrepancia estadística aparece también aquí
porque no hay transacción compensadora.) A la izquierda se encuentran los usos del ahorro: inversión nacional y extranjera.
Esta cuenta, como las otras, debe balancear. Su saldo es una consecuencia del saldo de las otras cuentas. Si todas las otras cuentas se
sumaran y se eliminaran las duplicaciones en ambos lados de la cuenta, las partidas de ahorro e inversión seguirían existiendo y aún se
balancearían. Cada dólar de ingreso procede de un dólar de producto; cada dólar no gastado en consumo o gobierno (es decir, cada dólar
ahorrado) debe proceder de un producto distinto del consumo o el gobierno (es decir, de la inversión).
INGRESO REAL E INGRESO EN DINERO
Todas las corrientes de dinero que hemos estudiado se miden en términos monetarios. No hay un método alternativo de medición, pues cada
corriente representa una suma de pagos por un gran número de partidas heterogéneas. Sólo los pagos en dinero proporcionan una norma de
medición común para esas partidas discretas. Esta norma de medición tiene algunas desventajas, la mayor de las cuales es que cambia de valor
de un año a otro. Si se oye que el ingreso nacional ha aumentado desde el año pasado, no puede tenerse la seguridad de si se han producido más
bienes y servicios o si la norma de medición haya disminuido. En la mayor parte de los casos, hay una combinación de las dos: un cambio en la
producción y un cambio en los precios. Como instrumento para medir el cambio en la producción, el ingreso nacional en dinero se divide entre el
índice de precios. Por ejemplo, el producto nacional fue de $200 000 millones en 1946 y de cerca de $1 500 billones en 1975. Sin embargo, los
precios han aumentado en el doble durante el periodo, por lo que se dice que el producto nacional bruto en 1975 fue de $500 000 millones, medido
en dólares en 1946. Dicho cálculo indica que en 1975 se produjeron casi dos veces y media más bienes y servicios que en 1946. Este conjunto de
bienes y servicios se denomina ingreso real, mientras que el valor monetario se llama ingreso monetario o ingreso nominal.
Cuadro 2-5. Cuenta de ahorro e inversión brutos, 1975
Línea
1 Inversión nacional privada bruta (1-28)* 183.7
2 Inversión extranjera neta (4-6) 11.9
3 Ahorro personal (2-6) 84.0
4 Acumulaciones de salarios menos desembolsos (1-4) 0.0
5 Utilidades no distribuidas de corporaciones (1-15) 33.2
6 Ajuste para valuación de inventarios de corporaciones (1-16) -22.9
7 Deducciones de consumo de capital (1-23) 161.4
8 Superávit o déficit del gobierno (-) (3-7) -64.4
9 Donaciones de capital recibidas por Estados Unidos (4-2) 0.0
10 Discrepancia estadística (1 -22) 4.4
Inversión bruta 195.6
Ahorro bruto y discrepancia estadística 195.6
* Los números entre paréntesis indican el cuadro y la línea del asiento compensador.
FUENTE: Survey of Current Business, July 1976, p. 23.

La medición del ingreso real no es precisa aquí; la constante adición de nuevos productos y los cambios en la calidad de los antiguos hacen
imposible obtener comparaciones exactas. Pero aun las cifras aproximadas obtenidas son mejores que las cifras que no toman en cuenta la
diferencia entre el ingreso monetario y el ingreso real.
El Departamento de Comercio usa un método especial para ajustar sus cifras al cambio de los precios, mucho más preciso que el sugerido
anteriormente. Para cada componente de las fuentes nacionales se prepara un índice de precios. Cada uno de estos componentes se ajusta luego
para dar el valor de dicho componente en dólares constantes, y se suman para producir el PNB en dólares constantes. El departamento puede
obtener entonces una clase de índice de, precios dividiendo las cifras en dólares corrientes entre las cifras en dólares constantes. Este método es
mejor que dividir entre cualquier índice, porque la importancia de los diferentes componentes cambia con el tiempo; un índice total podría no reflejar
la importancia de este cambio; pero tendría que escoger un conjunto de pesos. La figura 2-3 muestra el PNB desde 1946 con las cifras
deflacionadas (ajustadas) y el deflacionador (el índice de precios). Puede verse fácilmente que los precios se han elevado generalmente, pero el
PNB lo ha hecho con mayor rapidez; en consecuencia, el PNB real se ha elevado casi cada año.
INVENTARIOS Y FLUJOS
Todas las cifras de ingreso y producto nacionales miden flujos: la cantidad de dinero que cambia de manos durante un periodo determinado.
Estos flujos son la forma apropiada para medir la, actividad de una sociedad; sin embargo, a veces podríamos interesarnos por el estado de una
economía, en cuyo caso necesitaríamos conocer los inventarios de activos en un momento dado. (Las empresas individuales publican
generalmente dos informes: un estado de pérdidas y ganancias, que refleja los flujos, y un balance general, que refleja los inventarios.) No existen
datos generales sobre los inventarios de nuestra sociedad; sin embargo, a veces nos ocupamos de estos inventarios y la forma con que afectan a
los flujos de los ingresos. Por ejemplo, la inversión neta de cada año (un flujo) aumenta el capital total (un inventario). Una distinción que casi
siempre resulta confusa es la existente entre ahorro (el flujo que representa el ingreso no consumido) y ahorros (el inventario de activos que
adquieren los consumidores como resultado del ahorro). A causa de dicha confusión, en este libro evitaremos el término ahorros y lo emplearemos
simplemente para los activos líquidos de los consumidores.
Necesitamos también distinguir entre ingresos (el flujo) y dinero (el inventario que tienen los consumidores y las empresas). Todo consumidor
debe tener un ingreso, pero la mayoría podría pasar con un inventario muy pequeño de dinero. Volveremos a esta cuestión en el capítulo siguiente.
Este libro se ocupa principalmente de los flujos. Sin embargo, en varios lugares nos referiremos a los inventarios como un factor que influye en la
conducta. Estas referencias son especialmente frecuentes en los capítulos 6, 7 Y 10. La distinción debe tenerse siempre en cuenta.
Riqueza, pobreza y desarrollo sostenible
David Barkin,
1.J http://www.eumed.net/libros/2005/db/db.pdf (Disponible en red)
Fecha de revisión 17 agosto 2011.
Págs. 1-43

Subtema 1.5 El diseño de una estrategia agrícola.

GUIAS DE AUTOEVALUACIÓN
Preguntas abiertas
Responda a los siguientes cuestionamientos
1. Diga cuales y cuantas son las funciones productivas de los campesinos

2. Cuál es el principal problema al que se enfrentan los campesinos y porque

3. Cuál es la función del control político sobre el campesinado y que derivaciones tiene.

4. Como esta dado el control del Estado sobre el proceso agrario

Opción múltiple
Elija la respuesta correcta
5. La multiplicación de las actividades productivas de los campesinos está constituida:
a) De manera uniforme en todo el territorio nacional
b) Se configura de forma macroeconómica en función de los recursos naturales
c) Sin tener en cuenta la densidad demográfica
d) Todas las anteriores
e) Ninguna de las anteriores

6. Qué país manufacturero fue el primero que sirvió al resto del mundo de modelo en la producción de artículos agrícolas
a) Francia
b) Inglaterra
c) Dinamarca
d) Prusia Oriental
e) Ninguna de las anteriores

7. La agricultura campesina estaba contribuyendo notablemente a la alimentación de la Europa industrializada a) A finales del siglo XVIII y
principios del XIX
b) A finales del siglo XVII y principios del XVIII
c) A finales del siglo XIX y principios del XX
d) A finales del siglo XVI y principios del XVII
e) Ninguna de las anteriores

Falso-Verdadero
Responda FALSO o VERDADERO según sea el caso
8. El avance de la agricultura británica dependió de la concentración de la propiedad de la tierra en manos de una pequeña clase rica entre
otras cosas: _________
9. Tras el derrumbe de los grandes imperios durante la 1ª Guerra Mundial, y tras el cambio de equilibrio en el poder político, la propiedad
campesina se contrajo: ___________
10. La familia del agricultor facilitaba fuerza de trabajo, la emancipación había proporcionado la tierra, el crecimiento del empleo industrial y la
emigración evitaban la necesidad de subdividir las fincas: __________

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
 Sin bibliografía complementaria para esta unidad.

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