Você está na página 1de 3

Cuestionario: Los pobres en los salmos

Damián Tracanelli y José Ignacio Heredia

Leer, resumir y contestar por escrito

1. ¿Cuándo decimos que un texto es poesía?


2. Estructura de un texto poético
a. Elementos que unen
b. Elementos que separan
c. Articulación de los salmos. Género literario
3. Exégesis y hermenéutica de la poesía bíblica
4. El lugar de los pobres en los salmos.

1. ¿Cuándo decimos que un texto es poesía?

Muchas veces al hablar de poesía tenemos en cuenta características como la rima o la métrica. En la Biblia hebrea el
uso de la rima es muy limitado y para nada necesario (uso sonoro). De todos modos, cuando trabajamos en una
traducción, normalmente se pierde la percepción de este tipo de recursos. La métrica, por su lado, es utilizada en la
poética hebra de distintas formas con distintas terminologías. Otro elemento que caracteriza a la poesía hebrea es el
abundante recurso a las imágenes, metáforas y comparaciones. El poeta, por medio de ellas, intenta trasmitir
sentimientos: otro de los aspectos típicos de la lírica. Finalmente, encontramos en la poesía hebrea, al igual que en la
poesía semítica antigua, un elemento importante: el paralelismo. Consiste en expresar una idea a través de dos o
tres frases consecutivas complementarias.

2. Estructura de un texto poético

La estructura de un texto es lo que le da su “personalidad” propia, lo que lo distingue e identifica. Pero es también
criterio último de su interpretación. Esto es muy importante en un salmo, porque de otro modo se puede caer en
una interpretación de frases sueltas, con sentido más o menos piadoso, pero sin percibir la idea general que el autor
del poema quiso trasmitir con su composición.

Para determinar la estructura de un texto se debe tener en cuenta dos aspectos o “momentos”: el de la
segmentación, que identifica las partes en que se divide el texto; y el de la articulación, que presta atención a la
relación que hay entre las mismas. En este último se percibe la estructura.

En los discursos de la antigua cultura oral, se iban introduciendo una serie de esquemas que le daban una estructura
capaz de comprenderla sus oyentes. Para identificarlas hay que prestar atención a los elementos que unifican una
sección y lo que la diferencia de otras.

a. Elementos que unen

Forman una unidad de sentido. Algunos son:

- Paralelismo: elementos que no se deben separar porque juntos dan la idea completa.
- Quiasmo: se trata de una estructura en forma de x. Esta forma es muy común en la poesía hebrea. Genera
un efecto de unión que hay que respetar.
- Estructura concéntrica: igual al quiasmo, pero con más de dos elementos. En el centro se encuentra
normalmente alguna idea importante sobre la cual el autor quiere atraer la atención del lector.
- Inclusión: Se trata de la repetición de una misma idea, término o frase, al inicio y al final de una sección.
- Figuras de lenguaje complejas: se componen con más de un miembro y exige que se mantengan los
componentes juntos.
- Repeticiones: Toda repetición unifica una sección.
- Homogeneidad: Se ubica en el nivel del contenido, y no solo de la forma. Indicio de la que sección vaya unida
es que pertenecen a ella términos de un mismo campo semántico.
- Listas: En general, cuando hay una enumeración de elementos suele ir unida, salvo que sea muy larga y
tenga secciones dentro de ella.

b. Elementos que separan

En realidad, los mismos elementos que unen una sección también producen una separación de las secciones
anteriores y posteriores. Podemos agregar algunos otros:

- Cambios: Cualquier cambio de sujeto, lugar, objeto, destinatario, tema, campo semántico, forma del
discurso, tiempo de la acción, etc., suele marcar un corte en el discurso.
- Partículas enfáticas: Llaman la atención sobre lo que va a decir a continuación, producen un corte con lo
anterior (Ej. “y ahora”, “ahora bien” …)
- Refranes: pueden marcar el inicio o el final de una sección. (Sal 49)

c. Articulación de los salmos. Género literario.

Anteriormente hablamos de la división de secciones. Ahora vemos la articulación entre ellas, que consiste en ver
cómo están relacionadas entre sí. Cada salmo tiene su propia articulación, y el trabajo de reconocerla es un arte.

En los salmos se pueden reconocer ciertos géneros literarios. Un género literario se identifica cuando una cantidad
de textos comparten varios elementos comunes, como tipo de contenido, formas lingüística y estructura. Los
principales géneros que se han identificado en el salterio son:

- Súplica (lamentación)
- Acción de gracias
- Himno o salmo de alabanza
- Temático

Difícilmente un salmo pueda considerarse como un género “puro”, pero es importante determinar cuál es la forma
dominante, porque esta tiene que ver con la finalidad del poema.

3. Exégesis y hermenéutica de la poesía bíblica

Al explicar un salmo es importante distinguir entre exégesis y hermenéutica.

Exégesis. Es básicamente, la explicación del texto. Apunta a descubrir las riquezas del significado que el texto
encierra, explotando todas sus potencialidades. Responde a la pregunta “qué dice el texto”.
No toda explicación de un texto es correcta. Hay criterios más o menos objetivos que permiten evaluar la mayor o
menor pertinencia de una determinada explicación. En general, se puede decir que una explicación es más
“correcta” o adecuada cuando logra dar cuenta de mayor cantidad de elementos textuales y extratextuales. Por otra
parte, el hecho de que queden elementos sin explicar o discordantes no siempre significa que la explicación sea
errónea, ya que el proceso de producción de sentido es altamente complejo.

Hermenéutica. Es la interpretación del texto, y tiene en cuenta sobre toda al receptor del mismo. Se pregunta por el
sentido que el texto tiene para el lector actual. Esta pregunta es esencial en la lectura de la Biblia, porque ella fue
escrita con la intención de trasmitir un mensaje que implique la vida de quienes lo reciben. No se trata de “mera
literatura”, si es que existe tal cosa, sino de un lenguaje religioso que, como tal, apunta a “decir” algo significativo
para el lector.
Este momento hermenéutico no solo cumple la función de “actualización” del texto, de “bajada pastoral”, o de
apropiación espiritual, sino que también es necesaria para la apropiación del texto en una reflexión teológica que
tenga en cuenta el dato bíblico como “lugar teológico” privilegiado del que se alimenta.

4. El lugar de los “pobres” en los Salmos

En el Salterio, hay una importante presencia de los pobres que ha motivado diversos intentos de explicación.
Presentamos un breve reseña:

a. Los pobres como un “partido”: Algunos autores postulan la idea de que, al centro del Salterio, habría una
comunidad de piadosos que se identificaron a sí mismos como “pobres”. Otros dicen que serían los levitas
empobrecidos y medio esclavos del templo, llamados “anawitas”. E. Renan los llama el “partido de los pobres” o de
los anawin. El surgimiento del concepto de “partido”, que muchos autores asumen, tendría que ver con la situación
histórica de fines del siglo XIX y el movimiento socialista naciente, que se iba conformando en partido político.

b. Los pobres como un movimiento: M. Weber entiende que el movimiento de los anawin representaría las vísperas
del levantamiento macabeo. Dice que serían los campesinos, obreros y comerciantes, radicalmente opuestos a los
terratenientes. A. Causse, se acerca a la idea de una “espiritualidad de los pobres” que se basaría en los orígenes
nómades de Israel. Afirma que el salterio es obra del pueblo, escrito “por los pobres y para los pobres”, se
caracterizan por soportar el sufrimiento, cultivan la humildad, se gozan en el culto, son fieles a la ley, y tienen
esperanza en la intervención escatológica de Dios. R. Kittel dice que la piedad de los pobres habría comenzado en el
exilio en Babilonia, donde todo el pueblo se considera “pobre”, en cuanto oprimido.

c. La “espiritualidad de los pobres”: A. Gelín plantea que el movimiento de los pobres empieza con Sofonías, en la
época del rey Josías, poco antes del exilio. El concepto de “pobres de Yahvé” sería totalmente espiritual: significaría
un amor a la existencia humilde y pequeña en silencio, la disponibilidad de sufrir por Dios y el gozo en el templo y el
culto, teñido de esperanza escatológica.

d. Cuestionamiento: Algunos dudando de lo anterior, postularon que los pobres de los salmos son en realidad las
víctimas de los encantamientos de los hechiceros, sus enemigos. Otros aducen que en el salterio se habla de pobreza
real, aunque puntual, sin que pueda imaginarse un partido o una espiritualidad. Otros defienden que muchas veces
se tratan de pobres sufrientes como situación permanente de vida, por lo cual se puede hablar de una designación
de clase. Por último, J. Vander Ploeg, muestra que, si bien siempre hubo pobres en Israel, nada indica que hayan sido
las más piadosos. No hay en el A.T. una pobreza considerada ideal religioso.

e. Situación actual: En general, siguen vigentes tres problemas fundamentales: 1. El primero tiene que ver con dos
términos hebreos que designan al pobre: ani y anawin. Algunos postulan que ani es el pobre material y anaw es el
humilde o el pobre espiritual ¿Es así realmente o son variantes de la misma palabra? 2. ¿Hay un desarrollo semántico
en el uso de estos términos, sobre todo, de anaw, de modo que primero designaría una pobreza material y luego del
exilio se van “espiritualizando”? 3. ¿Qué rol tienen los “pobres” en el Israel pos-exílico? ¿Forman un grupo especial,
un partido, un movimiento?

Você também pode gostar