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Aminoácidos

Glicina
Alanina
Valina
Leucina
Isoleucina
Serina
Treonina
Fenilalanina 48
Triptófano
Metionina
Prolina
Asparagina
Glutamina
Tirosina
Lisina
Histidina
Arginina
Ácido aspártico
Ácido glutámico
Cisteína

Muchas hormonas son polipéptidos, por ejemplo el glucagón,


constituido por 29 aminoácidos (Fig. 5.1), cuya función es propiciar
la movilización de los almacenes de glucógeno hepático y de
triacilgliceroles del tejido adiposo en los períodos interalimentarios,
o de ayuno fisiológico, lo que nos permite disponer de energía para
realizar todas las funciones inherentes a la vida.
Otro ejemplo es el tripéptido glutatión (Fig. 5.2), que interviene en la
formación de los puentes disulfuro que requieren la estructura de numerosas
hormonas proteínicas y polipeptídicas; también participa en los
mecanismos de defensa contra el estrés oxidativo.

Como ejemplo de proteína fibrosa se tiene la proteína colágena

En los mamíferos, alrededor de 25 % del total de sus proteínas es colágena.


Ésta
en los tendones forma estructuras muy asimétricas de fuerza tensil elevada;
la cutá-
nea forma fibras flexibles entretejidas en forma laxa; los dientes y los huesos
en sus
regiones duras poseen colágena que contiene un polímero de fosfato de
calcio
(hidroxiapatita) y la de la córnea ocular es transparente.

Debido a su gran tamaño forman sistemas coloidales cuando se encuentran


dispersas
en medios acuosos. No dializan, o sea, no pueden difundir a través de las
membranas.
Fisiológicamente, las proteínas al no difundir a través de las membranas
biológicas crean
una presión osmótica, que en este caso particular se denomina oncótica, la
que contribuye
a la distribución del agua y los electrolitos entre las células y el medio
extracelular.

Fuentes de energía
En el organismo la energía se obtiene a partir de los procesos de degradación
de los
glúcidos, lípidos y proteínas. La oxidación total de 1 g de glúcidos o de
proteínas proporciona
4,1 kcal, en tanto que 1 g de lípidos aporta 9,3 kcal.

En el siguiente esquema hemos dividido la obtención de energía por la célula


en
diferentes etapas:
I. La hidrólisis de las macromoléculas
II. La formación de los metabolitos comunes
III. La vía degradativa final común: la respiración celular.
La hidrólisis de las macromoléculas
Las biomoléculas que son fuentes de energía pueden ser exógenas o
endógenas. Las
primeras son los nutrientes e ingresan al organismo con la dieta, son
hidrolizadas en el
tubo digestivo por las enzimas digestivas y dan como productos sus unidades
constituyentes:
monosacáridos, aminoácidos y ácidos grasos, entre otros. Estos se absorben
por la
mucosa intestinal, son transportados por la sangre y así llegan a las
diferentes células del
organismo, donde al degradarse aportan energía. Las endógenas, forman
parte de las células,
son hidrolizadas intracelularmente por las enzimas que allí se encuentran e
igualmente
se transforman en las unidades que las forman.
Formación de los metabolitos comunes
Mediante procesos catabólicos particulares, estas unidades se van a seguir
degradando
en compuestos cada vez más pequeños hasta que todas llegan a formar
compuestos
muy simples. Uno de ellos que puede provenir de aminoácidos, ácidos grasos
o
monosacáridos es el acetil-CoA.
Vía degradativa final común: la
respiración celular
Esta ocurre en las mitocondrias: parte en la membrana interna y parte en la
matriz
mitocondrial. La respiración celular comprende tres procesos: el ciclo de
Krebs, la cadena
transportadora de electrones y la fosforilación oxidativa. Al conjunto de los
dos últimos
procesos se les denomina la cadena respiratoria. La fosforilación oxidativa es
el proceso
formador de ATP que ocurre en la cadena respiratoria.
Antes de abordar el estudio de cada uno de ellos y sus relaciones se deben
revisar
algunos aspectos necesarios para su cabal comprensión.
Introducción al metabolismo celular
Las células de nuestro organismo durante su corta o larga vida deben realizar
una
serie de funciones:
1. Incorporar nutrientes.
2. Obtener energía a partir de la degradación de algunos de estos nutrientes.
3. Utilizar esta energía en procesos que la requieran como por ejemplo la
síntesis de
compuestos.
4. Eliminar sustancias de desecho.
Todas estas funciones están comprendidas en lo que se denomina .el
metabolismo.
que incluye todas las reacciones que ocurren en el organismo: el continuo
intercambio de
materia con el medio, las reacciones que transforman sustancias
provenientes del entorno
o de nuestras propias células en otros compuestos, algunas reacciones que
dan energía
química utilizada por las células y al mismo tiempo las reacciones que
posibilitan la
eliminación de sustancias no aprovechables y la liberación de energía en
forma de calor.
Cuando dejan de producirse estos procesos, cesa la vida.
Vertientes del metabolismo
Al hacer un análisis de las diferentes reacciones, procesos y funciones que
integran
el metabolismo, se observa que entre ellas existen dos tipos diferentes, que
son contrarios
pero que se complementan íntimamente y que no pudieran existir unos sin
los otros; son
anabolismo y catabolismo. Los procesos de síntesis se encuentran en el
primer grupo y
los de degradación en el segundo.

Anabolismo

El anabolismo comprende las reacciones que transforman a los compuestos


menos
complejos en otros de mayor complejidad. Estos procesos requieren energía,

Las reacciones
anabólicas se relacionan con las funciones de reparación, crecimiento y
reproducción.
Catabolismo

Comprende las reacciones que transforman los compuestos más complejos


en otros
de menor complejidad. Estos procesos son exergónicos y se libera energía. La
energía
liberada no se pierde por completo, pues mediante acoplamientos
energéticos se conserva
en enlaces químicos en forma de ATP, o queda conservada en cofactores
reducidos como
el NADH y FADH2 y una parte se pierde como calor liberado al medio. La
función
esencial del catabolismo es la de obtener energía utilizable por la célula.

Un buen balance entre anabolismo y catabolismo se logra si en una célula


existen cantidades adecuadas de todos los compuestos que se requieren, sin
que
se encuentre en demasía o se carezca de alguno de ellos. Ello se logra
durante la
evolución con la aparición de mecanismos que mantienen una estrecha
regulaci
ón de todos los procesos metabólicos celulares.
La mitocondria
La respiración celular está localizada en la mitocondria.

Localización del ciclo de Krebs


Este proceso se lleva a cabo en la matriz mitocondrial. Allí es donde se
encuentran la
mayoría de las enzimas que participan en él. Además en la propia
mitocondria es donde se
encuentran localizados los otros 2 procesos de la respiración celular que
forman la cadena
respiratoria.

Por ello, el ciclo no se produce en los hematíes, que carecen de


mitocondrias.
Origen del acetil-CoA
El acetil-CoA proviene del catabolismo de lípidos, aminoácidos y glúcidos;
estos
últimos constituyen su fuente principal en el cerebro, pero en otros tejidos
como el hígado
y músculo, son los ácidos grasos su fuente principal.

Metabolismo de los glúcidos


El mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre (glucemia) resulta
esencial
para el organismo humano. Hay tejidos que dependen esencialmente de
la glucosa para la obtención de energía como el cerebro. El mantenimiento
de la glucemia es por tanto un aspecto esencial en el metabolismo de los
glúcidos.
Varios procesos contribuyen a este propósito, algunos aportando glucosa
a la sangre y otros sustrayéndola.

Homeostasis de la glucemia
Los procesos que aportan glucosa a la sangre son: absorción intestinal,
glucogenólisis y gluconeogénesis. El primero consiste en el paso de
glucosa a la sangre por absorción intestinal después de una comida con
contenido glucídico; el segundo se refiere al proceso mediante el cual se
degrada el polisacárido glucógeno del hígado y la glucosa liberada pasa a
la sangre; por último la gluconeogénesis, es un proceso fundamentalmente
hepático, mediante el cual se sintetiza glucosa a partir de compuestos no
glucídicos.
Los procesos que sustraen glucosa de la sangre son: síntesis de
glucógeno (glucogénesis), degradación de la glucosa (glucólisis). También
se consume glucosa en otro proceso que resulta importante en algunos
tejidos, el ciclo de las pentosas. La figura 8.1 resume estos procesos.
Las enzimas que degradan al almidón son las α amilasas salival y
pancreática, esta
última formada en el páncreas ejerce su acción en el intestino delgado. La
salival tiene
acción limitada por el poco tiempo que permanecen los alimentos en la boca,
por tanto
la enzima principal de la degradación del almidón es la amilasa pancreática.
Ambas
enzimas presentan actividad similar, es decir, escinden hidrolíticamente los
enlaces
glicosídicos α 1-4 y dan como productos maltosa, maltotriosa, glucosa libre y
dextrinas
límites

La degradación ulterior de los productos de la acción de las amilasas y de los


disacáridos
ingeridos como tal: sacarosa y lactosa se degradan por la acción de un
conjunto de enzimas
denominadas disacaridasas localizadas en las microvellosidades de la
mucosa intestinal.
Las disacaridasas y su acción son:
- Lactasa, degrada la lactosa y rinde α galactosa y α glucosa.
- Maltasa, degrada la maltosa y da como productos 2 moléculas de α glucosa.
- Complejo sacrasa-isomaltasa , actuando sobre la sacarosa produce glucosa
y
fructosa y actuando conjuntamente con la maltasa sobre las dextrinas límites
da
como productos tantas moléculas de glucosas como residuos estuvieran
presentes
en las dextrinas límites.

De modo que el producto principal de los glúcidos de la dieta es


mayoritariamente
glucosa y otros monosacáridos en menor cuantía.
Entrada de la glucosa a los tejidos y su
fosforilación
inicial
La entrada de la glucosa a los diferentes tejidos se produce mediado por
proteínas
transmembranales de transporte pasivo denominadas GLUT, de las cuales
existen varios tipos
y presentan especificidad hística. De modo que la entrada de glucosa a los
diferentes tejidos no
es igual y depende, en gran medida, del transportador GLUT expresado en
dichos tejidos. Por
ejemplo los GLUT 1 y 3, presentes en el tejido nervioso y las neuronas
presentan alta afinidad
para la glucosa, por ello ésta ingresa en dicho tejido aún en condiciones de
bajas concentraciones
relativas de glucosa sanguínea; sin embargo los GLUT expresados en el
hepatocito (GLUT
2) tienen baja afinidad para este monosacárido y por ello la glucosa solo
ingresa a dicho tejido
en la condición de hiperglucemia. A su vez los GLUT presentes en el músculo
y tejido adiposo
dependen de la liberación de la hormona insulina para que se trasladen,
desde vesículas
membranosas en el interior de las células y se localicen en la membrana
plasmática permitiendo
entonces el ingreso de la glucosa a dichos tejidos (Fig. 8.5).

Gluconeogénesis
La gluconeogénesis es el proceso mediante el cual se sintetiza glucosa a
partir de
compuestos no glucídicos. Sus precursores son el ácido láctico, el glicerol y
varios
aminoácidos denominados aminoácidos glucogenéticos. Este proceso ocurre
principalmente
en el hígado y con menor intensidad en el riñón y se localiza
intracelularmente en la
mitocondria y el citosol.

Relaciones interorgánicas entre hígado, músculo y tejido adiposo


El glicerol, precursor de la gluconeogénesis, proviene fundamentalmente de
la degradaci
ón de los triacilgliceroles del tejido adiposo; el ácido láctico de la glucólisis
anaerobia
del eritrocito y del músculo en ejercicio anaerobio. Entre el hígado y el
músculo se establece
un ciclo ya que la glucosa formada en la gluconeogénesis pasa a la sangre y
puede
alcanzar de nuevo el músculo, este ciclo se conoce como ciclo de Cori y es
característico
del ejercicio físico (Fig. 8.15).

Entre el músculo y el hígado se establece otra relación interorgánica


mediante el ciclo
de Cahill (Fig 8.16), la degradación de las proteínas hísticas musculares, que
ocurre durante
el ayuno, libera aminoácidos que al transaminarse con el ácido pirúvico
proveniente
de la glucólisis se convierten en alanina, este aminoácido pasa a la sangre,
alcanza el
hígado y allí constituye un precursor para la síntesis de glucosa, la cual pasa
a la sangre
y puede de nuevo ingresar al músculo.

Especificidades hísticas en el metabolismo de los


glúcidos
La significación biológica de los diferentes procesos del metabolismo
glucídico
está estrechamente relacionado con la especialización hística. Así el
metabolismo
del glucógenos es relevante en el hígado y el músculo; sin embargo existen
diferencias
entre ambos tejidos, el hepático contribuye de forma marcada en el
mantenimiento
de la glucemia en períodos interalimentarios, en tanto que el muscular aporta
glucosa-6-fosfato utilizable por el propio tejido como fuente de energía
durante
el ejercicio físico.
La glucólisis es un proceso que ocurre en la inmensa mayoría de los tejidos,
pero
también presenta especificidades hísticas. Para el cerebro es el metabolito
principal para
la obtención de energía y ocurre siempre en condiciones aerobias. Por el tipo
de GLUT (1
y 3) y la isoenzima hexoquinasa presentes en este tejido la entrada de
glucosa se facilita
aún en condiciones de bajas concentraciones relativas de glucosa sanguínea.
En el eritrocito
la glucólisis ocurre siempre en condiciones anaerobias dado que esta célula
carece de
mitocondrias y por tanto de los procesos de la respiración celular.
El músculo, en condiciones de reposo, utiliza con preferencia la degradación
de ácidos
grasos y no de glucosa y en esta condición la glucosa que entra a este tejido
principalmente
se almacena en forma de glucógeno. Para la obtención de la energía que
precisa en el ejercicio
físico, utiliza la glucosa como fuente de energía, y la glucólisis puede ocurrir
en condiciones
aerobias o anaerobias dependiendo del tipo de ejercicio físico que se
desarrolle.
En el tejido adiposo, la glucólisis ocurre fundamentalmente en condiciones de
hiperglucemia y esencialmente su función es el aporte de precursores para la
síntesis de
triacilgliceroles (TAG).
El hígado, es el órgano esencial en el mantenimiento de la glucemia en el
organismo.
Sus GLUT con alta KM para la glucosa permiten su entrada solo en condiciones
de elevada
concentración de glucosa en sangre.

Metabolismo de los lípidos

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