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novela petrolera
Romero P. Ana María*
Resumen:
luego sería el petróleo, como el mineral primeras décadas del siglo XX algunas
más prometedor para el impulso del de- novelas que desarrollaban el tema en su
sarrollo industrial a nivel mundial. vertiente de denuncia social. En Colom-
bia se publicaron Tras el nuevo Dorado
El inicio de la actividad petrolera como (1928) de Ramón Martínez Zaldúa, Ba-
actividad económica la segunda década rrancabermeja (1934) de Rafael Jarami-
del siglo XX fue un reimpulso del pro- llo Arango y Mancha de aceite (1935)
yecto de modernización de Venezuela de César Uribe Piedrahita. (Escobar,
y promovió cambios profundos en toda 2002:33)1
la estructura social, económica y, por ex-
tensión, cultural de las regiones interio- En Venezuela, desde 1909, se publica-
res. ron novelas que mencionaban el voca-
blo ‘petróleo’ sin ser el tema axial a la
Pero, estos cambios socio-económicos, obra; es el caso de Lilia, de Ramón Ayala
políticos e ideológicos fueron recogidos A. (Carrera, 1972:31). A mediados de la
por la literatura, después de la muerte década de los treinta, dos novelas esta-
del autócrata General J.V. Gómez (1857- ban centradas en la actividad petrolera,
1935). Una tímida apertura política hizo El señor Rasvel (1934) de Miguel Toro
posible la publicación de obras que mos- Ramírez y Mene (1936) de Ramón Díaz
traban al público venezolano la nueva vi- Sánchez. Esta última, ubicada espacial-
sión de país que se gestaba. La narrativa mente en el occidente del país; la zona
antes que la lírica expuso estos cambios del mayor auge petrolero en Venezuela.
y la denuncia social del atraso general se
extendió hacia las muestras de ilegalidad La primera novela que expuso los cam-
y abusos en las zonas de explotación bios económicos y sociales ocurridos
trasnacional. Los letrados de inicios del en la Costa Oriental del Lago en el esta-
siglo XX ampliaban su radio de denuncia do Zulia, en los inicios de la explotación
social hablando no solo del atraso rural petrolera fue Mancha de aceite (1935),
endémico, sino también de las exacer- del ya mencionado escritor colombiano
badas formas de opresión implantadas César Uribe Piedrahita y publicada en
por las trasnacionales en el suelo patrio. su país natal, Colombia. El autor no era
co-nocido como escritor en Venezuela,
Alrededor de la explotación petrolera sino como médico sanitarista, y en los
en Latinoamérica se publicaron en las predios corporativos norteamericanos
1 Otra novela con la misma temática fue: La Rosa Blanca (1929) del mejicano Bruno Traven.
Los Estudios Culturales actuales plantean riodística fue ejercida por la élite que
que los productos de la cultura, entre controlaba lo económico, lo político y
ellos la Literatura, son una práctica verbo- era ilustrada. Había que consolidar, al
simbólica encargada de construir ciertas menos ideológicamente, un modelo de
y particulares realidades. La literatura país para interiorizarlo e imponerlo entre
como hecho del lenguaje y acto comuni- la población tanto letrada, semiletrada
cativo ritual entre los seres humanos, es como analfabeta. El proceso se repro-
igualmente una práctica cultural utilizada dujo en todo el continente y Venezuela
para construir y reproducir el universo no fue la excepción. Entre la vasta gama
físico y el universo conceptual (Barrera, de discursos escritos, la Literatura y el
2003). Los Estudios Culturales plantean artículo breve en prensa fueron uno de
que la realidad se constituye sobre la los géneros discursivos privilegiado para
base del discurso escrito para ser inte- alcanzar dichos objetivos.
riorado y vivenciado por el conjunto de
la sociedad. Sus modalidades en género A finales del siglo XIX se dio nuevo im-
y subgéneros pueden variar y expresarse pulso a la premisa de pedagogizar a tra-
simultáneamente; pero serán siempre vés del discurso literario con la llegada
vehículos de expresión de ideología; vi- al país de las ideas positivistas de Au-
siones del mundo para ser difundidas y gusto Comte, como ya se ha señalado.
con propósitos persuasivos en los recep- De allí que los escritores reasumieran
tores. el ejercicio literario como la misión de
estudiar profundamente las falencias
Uno de los vehículos privilegiados para sociales para mostrarlas a través de la
proyectar ideas o visiones del mundo en literatura y propiciar reflexiones que
la sociedad ha sido desde sus inicios el animaran a su peración por todo el
periodismo. El periodismo está asociado cuerpo social. Todo lo anterior sintetiza-
al Ensayo de Ideas y es igualmente, un do en la oposición civilización/barbarie.
instrumento de ideologización para la Esta visión polarizada de la sociedad se
difusión de ciertos conceptos que sean vertía en los innumerables artículos de
representación de una realidad determi- revistas y obras narrativas, pues se man-
nada. tenía la percepción entre los intelectua-
les de que se vivía en un estadio primitivo
En los primeros años de las repúblicas que debía superarse, so pena de no ac-
hispanoamericanas, la actividad pe- ceder al círculo de civilización occidental.
De allí que en la gran mayoría de las país vivió durante veintisiete años y los
obras escritas durante ese período, ha- críticos literarios las validaban como la
brá un personaje –de preferencia mas- mejor expresión de lo social. Se ignoró,
culino- quien instruye en la disciplina del por falta de difusión editorial, la novela
cuerpo, en la higiene, la obediencia a las Mancha de Aceite del escritor César Uri-
leyes, la moral, etc., a los otros persona- be Piedrahita, en 1935.
jes de la obra, para pregonar al final de
los relatos el logro de la condición de ‘ci- César Uribe Piedrahita fue un médico
vilizado’ de estos caracteres. O la voz del colombiano que formó parte del grupo
narrador interviniendo dentro del relato gerencial de las trasnacionales petrole-
para exponer los principios pedagógicos, ras en Venezuela por un tiempo. Él no
que no son más que la transferencia de era escritor de oficio; la escritura era una
la ideología del escritor, vertida sobre el actividad complementaria con su activi-
discurso literario. dad médica. Esta práctica estaba en co-
rrespondencia con la actitud de los inte-
En los inicios del siglo veinte, el petróleo lectuales nacionales y era compartida a
como tema literario no resultaba atra- lo largo del continente latinoamericano:
yente para los narradores venezolanos junto al ejercicio de profesiones liberales
consagrados. Se le aludía en algunas no- se escribían ficciones para transformar la
velas de manera indirecta, sin vincularlo, realidad.
explícitamente, con proyectos neocolo-
nizadores o inversiones trasnacionales A través de su discurso literario, el autor
norteamericanas. La novelística y la pren- exponía la ineludible lucha de los nuevos
sa seguían insistiendo en la necesidad de sectores sociales por sus reivindicaciones
civilizar y modernizar el ancho espacio laborales, para defenderse de los opre-
rural de una manera abstracta, hablando sores, tanto nacionales como extranje-
de educar en la moral y enseñar a leer y ros. Era una clara alusión a un elemento
escribir. sumamente modernizador como era la
actividad sindical y la velada alusión a las
A mediados de los años treinta, todavía teorías socialistas y marxistas desarrolla-
el país vivía la resaca de la recién pasa- das en Europa y Estados Unidos desde
da dictadura gomecista y muchas de las mediados del siglo XIX. Estas nociones
novelas que se publicaron tenían alguna sociales si bien trascendían las tesis del
relación con el régimen opresivo que el positivismo comtiano, coexistían con
acortaban las distancias entre los anhelos las casas matrices, estructuraron al tra-
de modernización largamente acaricia- bajador venezolano como un ciudadano
dos por los intelectuales venezolanos y modernizado; dócil para cumplir las ta-
la concreción en la realidad del progreso reas de la industria extractiva.
en las zonas rurales. Lo que debió ser una
misión asumida y dirigida por las élites Por otra parte, ese contingente de ve-
ilustradas venezolanas, lo fue por parte nezolanos disciplinados conformó la
de las trasnacionales petroleras. Estas, más auténtica clase obrera en el sentido
con su accionar, moldearían no sólo el contemporáneo como se define en los
espacio físico, sino la mentalidad de los manuales de Sociología. En Venezuela
habitantes de la zona para adecuarlos a este sector social se había desarrollado
sus intereses económicos. muy lentamente y con rasgos más de
gremios artesanales que otra cosa, tanto
Todos los elementos de la modernización en los principales núcleos urbanos como
implantados en la futura zona petrolera en algunas áreas rurales del país. Pero,
fueron para su exclusivo beneficio. Sería la actividad petrolera lo hizo posible al
parte de la inversión económica para ga- reunir una gran cantidad de personas
rantizarse la mano de obra saludable y en en una misma actividad productiva, con
condiciones de vida aceptables según las complejas herramientas y sofisticados
normas sajonas. Y lo más importante se- procesos extractivos.
ría la modificación de la conducta pública
y privada de los venezolanos de esa zona Esta clase obrera gestada en la Costa
y el resto del país. Oriental del Lago sin estar vinculada a
otras actividades industriales, en la mis-
Las trasnacionales petroleras establecie- ma región o en el país, inició un lento
ron mecanismos de control social como proceso de aglutinamiento y conciencia
“la Lista Negra”, lista de personas a las de su explotación física en beneficio de
que se les excluía de trabajar en cualquier unos patrones, que en este caso tampo-
compañía de las asentadas en la región, co eran visibles, pues estaban en la me-
por considerarlas subversivas o transgre- trópolis europea y norteamericana. Los
soras de las normas. Estos elementos jefes superiores, nominados gerentes y
coercitivos impuestos por las compañías superintendentes, eran intermediarios
como una política de entrenamiento la- entre aquellos reales dueños y los traba-
boral y de acatamiento a las normas de jadores.
seguridad industrial establecidas desde
Las empresas petroleras, en sus prime- El tema da cuenta del médico colombia-
ros años de actividad exploratoria y ex- no Gustavo Echegorri, especializado en
tractiva en la región, negaron derechos Medicina Tropical por una universidad
de asociación a los obreros y les pagaba norteamericana y contratado por las
salarios muy bajos en comparación con compañías petroleras para su departa-
los sueldos del nivel gerencial. mento médico. Llega a un poblado de
ficticio nombre, Veredas, en la Costa
El proceso intenso de formar la mano de oriental del Lago, e inicia su labor médica.
obra capacitada para operar con eficien- Se involucra en las vivencias de los nacio-
cia la industria petrolera trajo consigo la nales y cuestiona agriamente las condi-
inexorable reflexión de los trabajadores ciones de trabajo y el concepto racista
acerca del papel que jugaban dentro la que los norteamericanos tienen de los
estructura empresarial. Esta misma ca- venezolanos. El enfrentamiento del mé-
pacidad les llevaría a adquirir la necesa- dico contra el sistema de trabajo de las
ria conciencia para demandar beneficios compañías es permanente y decide or-
salariales y derechos civiles, puesto que ganizar secretamente a los obreros para
hasta ese momento sólo había recibido hacer una huelga que signifique mejoras
educación informal en deberes. salariales y derechos a la sindicalización.
2 Todas las citas referidas en adelante pertenecen a la edición publicada por Ediciones del Rectorado
UNICA/LUZ, Maracaibo, 2006.
La inclusión de estos aspectos con pers- lugar extramuros del campamento. Es-
pectiva moralista obedece a las premi- tos episodios descritos aquí y repetidos
sas ideológicas del modelo de estado en muchas otras novelas fueron un ele-
Liberal; y el uso de la literatura como un mento social muy común, vivido en toda
dispositivo ideológico escriturario, equi- la zona petrolera de Venezuela y el resto
valente a los manuales de urbanidad, del continente donde había áreas de ex-
las ordenanzas y cualquier otro ensayo plotación minera.
moral. La sociedad europea organizó el González Stephan explica este ejercicio
espacio de cada nación de esa manera de cartografía social y moral de las socie-
desde el siglo XVIII, como parte del equi- dades occidentales: “La civilización es un
paje ideológico del liberalismo, y así fue acto de intramuros, de espacios cerrados
trasplantado en toda Latinoamérica a que la escritura ha cuidado en delimitar.
partir de 1840 con la apertura a los capi- …La vida que transcurre extramuros, fue-
tales europeos. Todos los esfuerzos reali- ra de la polis, es el espacio de la ‘barbarie’,
zados por los gobernantes de cada país la superficie lisa aún no estigmatizada
latinoamericano en las décadas siguien- por los signos de la escritura disciplina-
tes hasta el siglo XX estuvieron signados ria.” (1999:17).
por la rígida sectorización de los espacios Volviendo sobre la obra, el conflicto
públicos para segregar las actividades interior del personaje principal se va
propiciatorias del trabajo y la riqueza acentuando a lo largo de la ficción, y al
material, de las que propiciaban el des- perderel puesto de trabajo dentro de la
orden, el derroche de dinero, energías, compañía por insubordinación comienza
vicios, etc. a conspirar para modificar el status quo
establecido por las concesionarias, aun-
La perspectiva del narrador destaca tam- que percibe que no hay mayor concien-
bién cómo la rígida moral protestante de cia de clase entre los obreros, sino miedo
los anglo-norteamericanos tenía su vál- y actitud sumisa y acomodaticia.
vula de escape en los bares con ruleta,
alcohol, música estridente y prostitutas. Ni el personaje principal ni el narrador
Estos bares fueron espacio para el des- como otra voz dentro del texto, cree a
ahogo de las pasiones que, en momen- las trasnacionales depositarias de cultura
tánea camaradería, acercaban a extran- alguna, ni difusoras de progreso o civiliza-
jeros y nacionales. Y, como corresponde ción, sino explotadoras, intrusivas, y de-
a toda sociedad disciplinaria, ello tenía gradantes moralmente.
Bibliografía
CARRERA, Gustavo Luís (1972). La novela del petróleo. Seix Barral, Barcelona
QUINTERO,Rodolfo(1985)Laculturadelpetróleo.EdicionesBUCV,SegundaEdición,Caracas.