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Es preciso que la filosofía sea un saber especial

LA FILOSOFÍA COMO SABER DE SEGUNDO GRADO


De las confrontaciones entre las distintas ciencias surgen las ideas. Para filosofar no basta con tener
presente la experiencia y los dictados de grandes pensadores. Pues si tratamos las ideas con dictados de otros,
caeremos en el formulismo y el dogmatismo.

Para filosofar hay que tener en cuenta el presente y el saber de primer grado, es decir, tener la noción de las
ciencias donde emanan las ideas.
Poco crédito debemos darle a aquel que especula sobre medicina si carece del título de médico
cirujano. Todos podemos filosofar sobre asuntos de medicina pero no todos tenemos ese saber de primer
grado que nos otorgue la facultad para emitir una opinión al respecto.
Sobre las ideas todos podemos especular, sobre la construcción científica de verdades racionales solo
aquellos que poseen un saber de primer grado pueden participar. Habrá muchas ideas que emanen de las
matemáticas pero quien no posee noción matemática alguna, no tendrá idea de las ideas que se proponen. El
saber de segundo grado, entonces, está limitado y ofuscado y no puede participar en la especulación de dicha
idea.
La filosofía no es una ciencia, si lo fuera, estaría limitada y las ideas no están enmarcadas por leyes.
Un saber de segundo grado, acertado o no, es un saber de ideas pero no de verdades racionales. Es un punto
fuera de la ciencia desde donde se puede revolucionar a esta. El saber de primer grado se nutre de las ideas
del saber de segundo grado donde las leyes no existen.

Filosofía como saber de «segundo grado»

El saber filosófico no es un saber doxográfico, un saber pretérito, un saber acerca de las obras de Platón,
de Aristóteles, de Hegel o de Husserl Es un saber acerca del presente y desde el presente La filosofía es un
saber de segundo grado, que presupone, por tanto, otros saberes previos, «de primer grado» (saberes técnicos,
políticos, matemáticos, biológicos...). La filosofía, en su sentido estricto, no es «la madre de las ciencias»; la
filosofía presupone un estado de las ciencias y de las técnicas suficientemente maduras para que pueda
comenzar a constituirse como disciplina definida. Por ello las Ideas de las que se ocupa la filosofía, ideas que
brotan precisamente de la confrontación de los más diversos conceptos técnicos, políticos o científicos, a
partir de un cierto grado de desarrollo, son más abundantes a medida que se produce ese desarrollo.

Como saber de segundo grado la filosofía no se asignará a un campo categorial cerrado, como el de las
Matemáticas o el de la Física. Pues el «campo de la filosofía» está dado en función de los otros, de sus
analogías o de sus contradicciones. Y las líneas identificables que las analogías o las contradicciones entre las
ciencias y otros contenidos de la cultura perfilan, las llamamos Ideas. En función de esta concepción de la
filosofía, la metáfora fundacional expuesta en el Teeteto platónico, en virtud de la cual la filosofía es
presentada como mayéutica, puede comenzar a interpretarse en un sentido objetivo y no sólo en el sentido
subjetivo (pragmático pedagógico) tradicional. «El oficio de comadrón, tal como yo lo ejerzo (dice Sócrates)
se parece al de las comadronas pero difiere de él... en que preside el momento de dar a luz, no los cuerpos,
sino las Ideas. Dios ha dispuesto que sea mi deber ayudar a dar a luz a los demás y al mismo tiempo me
prohíbe producir nada por mí mismo. Aplicaremos estas analogías no tanto a los individuos (necesitados de
«ayuda pedagógica» para «dar a luz» sus pensamientos) sino a las propias técnicas y ciencias que en sus
propios dominios (en sus categorías) tallan conceptos rigurosos de los cuales podrán desprenderse las Ideas.
La filosofía se nos muestra entonces no ya tanto como una actividad orientada a contemplar un mundo
distinto del mundo real conceptualizado (en nuestro presente, en todas sus partes, está conceptualizado por la
técnica o por la ciencia, porque no quedan propiamente «tierras vírgenes» de conceptos) sino a desprender las
Ideas de los conceptos pues ella no puede engendrar Ideas que no broten de conceptos categoriales o
tecnológicos. Y, sin embargo, los conceptos «preñados de Ideas» necesitan de la ayuda de un arte
característico para darlas a luz y este arte es la filosofía. Evitaremos, de este modo, esas fórmulas utópicas
que pretenden definir la filosofía a través de conceptos, en el fondo, psicológicos, tales como «filosofía es el
amor al saber», o la «investigación de las causas primeras», o el «planteamiento de los interrogantes de la
existencia». En su lugar, diremos: filosofía es «enfrentamiento con las Ideas y con las relaciones sistemáticas
entre las misma.

Pero sin necesidad de suponer que las Ideas constituyen un mundo organizado, compacto. Las ideas son
de muy diversos rangos, aparecen en tiempo y niveles diferentes; tampoco están desligadas enteramente, ni
entrelazadas todas con todas (la idea de Dios no es una idea eterna, sino que aparece en una fecha más o
menos determinada de la historia; la idea de Progreso o la idea de Cultura tampoco son ideas eternas: son
ideas modernas, con no más de un par de siglos de vida). Su ritmo de transformación suele ser más lento que
el ritmo de transformación de las realidades científicas, políticas o culturales de las que surgieron; pero no
cabe sustantivarlas.

«La filosofía», por tanto, no tiene un contenido susceptible de ser explotado o descubierto en sí mismo y
por sí mismo, ni siquiera de ser «creado», por analogía a lo que se conoce como «creación musical»: la
filosofía está sólo en función de las realidades del presente, es actividad «de segundo grado» y no tiene
mayor sentido, por tanto, buscar una «filosofía auténtica» como si pudiera ésta encontrarse en algún lugar
determinado. Lo que ocurre es que, por ejemplo, nos hemos encontrado con las contradicciones entre una ley
física y una ley matemática: «no busco 'la filosofía' -tendría que decir- sino que me encuentro ante
contradicciones entre ideas o situaciones; y, desde aquí, lo que busco son los mecanismos según los cuales se
ha producido esa contradicción, sus analogías con otras, y a este proceso llamamos filosofía.

Ahora bien, la respuesta a la pregunta ¿qué es la filosofía? sólo puede llevarse a efecto impugnando
otras respuestas que, junto con la propuesta, constituya un sistema de respuestas posibles; porque el saber
filosófico es siempre (y en esto se parece al saber político) un saber contra alguien, un saber dibujado frente
a otros pretendidos saberes.

1.1 La razón interrogativa: la filosofía es un saber racional, es decir, se basa en el ejercicio de la razón
humana, y procede según el modelo de un discurso construido mediante argumentos debidamente
fundamentados que pueden ser probados y que mantienen una coherencia entre sí. Pero la filosofía es una
actividad racional abierta. Nunca se considera realizada de una vez por todas, sino que siempre se encuentra
en la búsqueda de su propósito.

La filosofía es un saber coherente y fundamentado, pero no es nunca un saber completo.

Por esto, en filosofía son siempre más importantes las preguntas que las respuestas. La filosofía está siempre
atravesada por la tensión, a diferencia de otros saberes, que parecen más seguros y cerrados. En cierto modo,
a pesar de su rigor, la filosofía siempre se está haciendo a sí misma.

1. 2.Un saber de segundo grado: la filosofía no es una ciencia, es un saber racional de “segundo grado”, si bien
tiene en cuenta lo que pueden aportar las ciencias, o conocimientos de “primer grado”, que analizan con
detalle la realidad concreta y tienen objetos muy definidos. En cierto modo, la filosofía mantiene siempre una
perspectiva, una distancia sobre el conocimiento de primer grado.
Para realizarse, la filosofía necesita tener en cuenta los datos de las diferentes ciencias, pero va más allá de
ellas.

1. 3. La crítica constante: el saber filosófico es siempre un saber de carácter crítico. Ello lleva a la filosofía a
mantener siempre una distancia respecto a los resultados de las ciencias particulares, de las hipótesis que
estas sostiene, y respecto al poder mismo de la razón. Este componente crítico adquiere una importancia
fundamental y ha caracterizado la filosofía desde su origen.

La filosofía revisa los fundamentos y las hipótesis últimas, se encuentra más allá de lo que afirman las
ciencias particulares y pone en tela de juicio su propia existencia; por eso, su crítica es radical.

1. 4. Un saber integrador: la filosofía tiene un carácter integrador, no se limita a un conocimiento parcial. En


efecto, a diferencia de las ciencias particulares, que son altamente especializadas, la filosofía está siempre
interesada en plantear perspectivas generales, que permiten integrar los distintos saberes y ciencias
particulares.

La construcción de la totalidad puede ser peligrosa si no se encuentra adecuadamente fundamentada, pero es


una exigencia de la filosofía.
Esta perspectiva lleva a la filosofía a realizar una síntesis de diferentes ámbitos de conocimiento para
resolver los problemas que se plantea y construir su discurso fundamentado. Más aún, cuando las diferentes
ciencias particulares sobrepasan sus propios límites y se plantean cuestiones más generales, se asemejan a
la filosofía.

Este aspecto integrador de la filosofía se hace especialmente necesario cuando el conocimiento ha alcanzado
un carácter tan especializado como ocurre en nuestros días. Y es que los grandes problemas son siempre
problemas generales, que exigen generalidad y la integración. Desde estas puede ejercerse mejor la función
crítica propia de la filosofía.

Fundamentos filosóficos, sociológicos y psicopedagógicos que sustentan la comprensión lectora

La filosofía representa los conocimientos del hombre acerca del mundo en general e intenta señalar el camino
de obtención de nuevos conocimientos; proporciona una relación específica de este con el mundo, tanto en el
plano teórico como en el práctico a partir de la proyección de la actividad humana que se da en el plano
cognoscitivo, valorativo y en la comunicación. La filosofía es el sustento de la obra pedagógica cubana por
sus funciones y principios que proyectan el trabajo cotidiano de los educadores tanto en el plano teórico
como en el práctico.

Esta investigación concibe la utilización del materialismo dialéctico e histórico como precepto para abordar
la concepción científica del mundo, así como el empleo de métodos científicos, sus leyes y categorías que
sirven de base para la organización del proceso de enseñanza-aprendizaje en la clase de Inglés en
preuniversitario.

El surgimiento del lenguaje data desde los mismos comienzos del proceso de surgimiento de la humanidad.
Según la teoría marxista, el hombre desde su surgimiento, necesitó de la comunicación entre sí como
producto de necesidades no solo biológicas, sino también sociales, económicas, políticas, morales, estéticas,
religiosas y cognoscitivas, de la misma manera sintió la necesidad de subsistir, desarrollarse socialmente y
comunicarse.

Con el tiempo, el trabajo en común exigió una forma superior de comunicación, como resultado de lo cual
fue surgiendo, poco a poco, el lenguaje articulado. Se había dado el segundo paso decisivo. Primero el
trabajo, luego y con él la palabra articulada, fueron los dos estímulos principales bajo cuya influencia el
cerebro del mono se fue transformando gradualmente en cerebro humano.

El lenguaje constituye un sistema de símbolos o de signos de los objetos de la realidad, de sus propiedades y
nexos, que representa un instrumento imprescindible del pensamiento humano. Es, al decir de los fundadores
del marxismo, la realidad inmediata del pensamiento y la envoltura material de la conciencia humana.

Pero la necesidad de conservar información obligó al hombre a inventar la escritura, basándose en la


reproducción gráfica de los sonidos (fonética) o de las ideas y conceptos (ideográfica). Muchos siglos
después, con la invención de la imprenta, se ampliaron las posibilidades comunicativas y la perdurabilidad de
la información la impresión. El lenguaje, de una u otra forma y casi sin excepción, está presente siempre en
la actividad pensante humana, por supuesto, no siempre en su forma externa y sonora, sino a través del
lenguaje interno inaudible.

Con respecto al lenguaje el destacado lingüista Max Figueroa expresa: el lenguaje aparece como un factor
sumamente importante tanto en relación con el comportamiento como en relación con la vida práctica de los
hombres, es decir, aparece como bifuncional: por un lado el lenguaje es instrumento de la noesis, del
pensamiento abstracto verbal en general; por otro, es instrumento de la comunicación interpersonal, de la
semiosis o producción de signos.

Esta teoría revela la esencia del conocimiento y el proceso de adquisición, lo que sirve de punto de partida a
la metodología de la enseñanza de la comprensión lectora, para determinar el contenido de la enseñanza de
lenguas extranjeras que se refiere a la comunicación social y de otra parte en la búsqueda de los métodos y
medios más eficaces. La metodología de la comprensión lectora se apoya en el dominio del proceso de
adquisición del conocimiento, porque la formación de conceptos y criterios científicos está sujeta a leyes del
conocimiento aplicables, por lo tanto, a la enseñanza.

Si se parte de que el conocimiento es el reflejo en el cerebro humano, de los objetos y fenómenos del mundo
material, de sus propiedades, nexos y relaciones, y que se produce sobre la base de la práctica social, se
comprende el valor de la utilización de medios auditivos y visuales para estimular el conocimiento sensorial
en esta etapa inicial en el proceso de cognición, estos medios constituyen un vínculo entre la palabra y su
significado. Asimismo, el dominio por parte del profesor de las formas del conocimiento racional le permite
llevar a cabo la importante tarea de desarrollar el pensamiento lógico de los alumnos en el proceso de
aprendizaje de la lengua extranjera.

Lo anterior se produce porque los conceptos pueden formarse, tanto a partir de la observación de los objetos
o de sus representaciones como por medio de asociaciones verbales, después que las nociones básicas se han
establecido en la mente mediante una percepción sensorial previa.

Otro aspecto fundamental inherente a la teoría del conocimiento marxista-leninista es el papel y lugar que le
concede a la práctica. La práctica constituye la fuente del conocimiento, el conocimiento es el objetivo de la
práctica y, al mismo tiempo la práctica es la esfera de aplicación de los conocimientos.

La enseñanza comunicativa se basa en la actividad práctica del estudiante dentro y fuera del aula. No es
posible desarrollar hábitos ni habilidades sin brindar al estudiante la oportunidad de poner en práctica lo
aprendido; es decir, se parte de la práctica para llegar nuevamente a la práctica, pero con un desarrollo
superior, enriquecido por el descubrimiento y sistematización de elementos teóricos que integran lo micro y
macro lingüístico con lo socio-cultural. “El aprendizaje de la lengua debe convertirse también en un camino
hacia el intelecto” y “debe experimentar la influencia transformadora del intelecto a través de la actividad
práctica”
En correspondencia con lo planteado por Vigostky, es necesario entonces puntualizar que en las clases de
lengua inglesa, con respecto al desarrollo de las habilidades de comprensión lectora, se necesita comenzar
por prácticas guiadas por el profesor para adquirir hábitos de percepción y de reconocimiento adecuado
además de desarrollar los mecanismos de anticipación y la memoria para permitir gradualmente su
participación activa en el proceso, facilitando la utilización práctica del idioma inglés.

El proceso docente -educativo tiene entre sus tareas la preparación de los docentes para incidir en el
desarrollo de la personalidad de los estudiantes con la influencia de la escuela, la familia y el resto de los
agentes socializadores; en este proceso es inevitable el conocimiento dialéctico de las leyes de la naturaleza,
la sociedad y el pensamiento, objeto de estudio del marxismo leninismo como método del conocimiento, tal
interpretación se basa en la teoría del conocimiento de Lenin, la que expresa: “de la percepción viva, al
pensamiento abstracto, y de este a la práctica, tal es el camino lógico del conocimiento” .

Por consiguiente, el conocimiento, de acuerdo con la fórmula leninista, comienza con las sensaciones y las
percepciones, sobre cuya base se forman las representaciones y los conceptos; por tanto la teoría marxista
leninista del conocimiento es la base para la organización del proceso de enseñanza aprendizaje en la clase.

El logro de un aprendizaje efectivo presupone tomar en consideración los aportes que las diferentes ciencias
afines a la pedagogía le brindan y que en conjunto permiten formular las bases para un proceso de enseñanza-
aprendizaje desarrollador que se centre en el estudiante como sujeto transformador de la sociedad. Esto
contribuye a lograr una personalidad integral en los estudiantes, favoreciendo el desarrollo de recursos
personológicos hacia una actuación autorregulada, consciente y en armonía con las exigencias sociales que
nuestra sociedad socialista les plantea; donde la influencia de la sociedad es esencial en la formación y
reforzamiento de la personalidad del estudiante, el hombre en crecimiento, como futuro gestor de las
transformaciones sociales que demandan estos tiempos.

El enfoque histórico cultural que tiene como figura relevante a L. S Vigotsky constituye el marco teórico-
referencial de la educación y de ese aprendizaje al que se hace referencia pues es la base filosófica general de
la educación en Cuba; se nutre de la filosofía materialista y constituye un aspecto relevante en la
educabilidad del alumno; es decir el desarrollo de sus potencialidades lo que está en consonancia con el
sistema educacional cubano y con el desarrollo del aprendizaje en Cuba.

Vigotsky, considera el desarrollo integral de la personalidad del educando como producto de su actividad y
comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje en una interacción dialéctica de lo biológico y lo
social.

El centro de análisis de esta escuela psicológica lo constituye el origen y el desarrollo de las funciones
psíquicas superiores. Vigotsky enuncia la Ley Genética del Desarrollo de la manera siguiente: cualquier
función en el desarrollo cultural del niño aparece dos veces o en dos planos diferentes, en primer lugar
aparece en el plano social y después en el plano psicológico. De aquí que cualquier función psíquica superior
transite por un proceso de interiorización de lo social externo a lo psíquico interno a partir de la actividad
comunicativa estructurada.

Con esta ley el autor establece que solo a partir de la interrelación del sujeto con las demás personas, “el
otro”, interioriza las funciones psicológicas y mediatiza sus relaciones con el resto de los miembros de la
sociedad. Además reafirma una vez más la importancia de ver el desarrollo psíquico como un proceso que va
de lo social a lo individual.

Ella se sintetiza en el concepto que constituye la esencia de toda teoría vigotskiana: la zona de desarrollo
próximo; aporte valioso para el diagnóstico y pronóstico del desarrollo psíquico del niño y que se define
como” la distancia entre el nivel de desarrollo real determinada por la capacidad de resolver
independientemente un problema y el nivel de desarrollo potencial, determinada a través de la resolución de
un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz”.( Vigotsky 1995:
94).

En la enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras, enseñar en la zona de desarrollo próximo se ha


interpretado en términos de brindar ayuda guiada (andamiaje) e interacción significativa (Huong citado por
Sergio Font, 2006). En otras palabras el proceso de ayuda sobre la base del otro se percibe como un proceso
en que el otro promueve, facilita que el sujeto alcance un nivel de realización, una apropiación y un
aprendizaje que permite un nivel de desarrollo superior de las estructuras que están cristalizadas en el
conocimiento aprendido y mayor independencia.

Con esta teoría Vigotsky demostró que el aprendizaje, la enseñanza y el desarrollo están interrelacionadas
desde los primeros días de vida del niño. Educación, aprendizaje y desarrollo son procesos que poseen una
relativa independencia y singularidad propia, pero que se integran en la vida humana conformando una
unidad dialéctica. La educación constituye el proceso social complejo e histórico concreto en el que tiene
lugar la trasformación y asimilación de la herencia cultural acumulada por el ser humano. Desde esta
perspectiva, el aprendizaje representa el mecanismo a través del cual el sujeto se apropia de los contenidos y
las formas de la cultura que son transmitidas en la interacción con otras personas.

El papel de la educación ha de ser el de crear desarrollo a partir de la adquisición de aprendizajes específicos


y relevantes por parte de los educandos. Pero la educación se convierte en promotora del desarrollo
solamente cuando es capaz de conducir a las personas más allá de los niveles alcanzados en un momento
determinado de su vida, y cuando propicia la realización de aprendizajes que superen las metas ya logradas.

Es importante puntualizar además que Vigotsky resalta el papel de la actividad y la comunicación en la


socialización del individuo; de ahí que desde el punto de vista sociológico el objetivo general de la educación
se resume en este proceso que es la apropiación por parte del sujeto de los contenidos sociales válidos y su
objetivación, expresada en forma de conducta aceptable por la sociedad. La socialización es inseparable del
proceso de individualización, de su articulación dialéctica se logra tanto la inserción del hombre en el
contexto histórico-social concreto como su identificación como ser individualizado dotado de características
personales que lo hacen diferente a sus coetáneos.

Algunos autores como Vigotski y Rubinstein consideran la comunicación como un intercambio de


pensamientos, sentimientos y emociones; otros como Andreieva la interpretan como un modo de realización
de las relaciones sociales que tiene el lugar a través de los contactos directos e indirectos de las
personalidades y los grupos en el proceso de su vida y la actividad.

TRATADO DE FUNDAMENTOS DE FILOSOFÍA SOCIAL

TEMA 1: NATURALEZA DE LA FILOSOFÍA SOCIAL.

1.1 Concepto de filosofía social.

1.1.1 Por su etimología, desde la antigüedad, se entiende por filosofía el amor a la sabiduría, y podemos
interrogarnos sobre el contenido de esa expresión inmaterial. La extensión semántica de amor contiene
significados como: entregarse a, compartir con, contemplar con especial pasión, ser para, unirse a, etc. Amar
es un acto que supone un movimiento hacia la propia satisfacción satisfaciendo al objeto deseado. Amar la
sabiduría será, por tanto, querer enriquecerse intelectualmente y comunicar la propia experiencia de saber.
Desde una perspectiva lógica filosofar es un acto que puede expresar dos movimientos en relación al
saber:
a) Desvelar los contenidos que la naturaleza encierra.

b) Ordenar el saber en un espacio lógico.

1.1.2 Siendo la filosofía una pasión por saber, su ámbito será la universalidad del conocimiento, lo que
implica dos características:

1ª La ordenación del saber particular al general.

2ª La verificación de todo saber según criterios de universalidad.

Aunque el objeto de la filosofía sea todo el saber construye su modo operativo desde las últimas causas o
sabiduría más universal hacia las aplicaciones más particulares. La filosofía contempla la unidad del saber
lógico, que implica la no contradicción de dos contenidos del saber contemplados bajo una identidad causal.
Por esta razón de economía la filosofía estudia el saber universal desde las últimas causas que generan los
principios de saber más universales.

El fin propio de la filosofía no corresponde al saber empírico o inmediato de cada demostración, sino al
que se sigue de la contemplación rigurosa de las verdades que se dan en las esencias. Por ello, su método
habitual será el análisis de las realidades propias y comunes de los entes. No obstante, observa el
conocimiento empírico en lo que puede predicarse de la esencia.

1.1.3 El binomio filosofía social expresa la realización del concepto de filosofía en el ámbito de la sociedad.
Se identificará como el compromiso en saber lo que concierne a la naturaleza, objeto y fin de las relaciones
humanas. Su ámbito abarcará la universalidad de estas relaciones desde su aspecto de número, género o
cualidad. La filosofía social parte del hombre como ser relacionable y contempla la naturaleza de sus
relaciones de grupo desde las más simples a las más universales; desde el género de las mismas: afectivas,
laborales, políticas, culturales... hasta la cualidad o efecto de bien que las mismas derivan para el hombre.

1.2 Objeto de filosofía social.

1.2.1 Teniendo por objeto la filosofía como ciencia el desentrañar la adecuación a la verdad más radical que
encierra cada proposición que pueda ser pensada, la filosofía social estudiará el objetivar las condiciones de
verdad en que se desarrollan las relaciones humanas.

1.2.2 La referencia última para la evaluación de las relaciones humanas es única y consiste en la naturaleza u
orden global existencial del cosmos.

Dado que la filosofía social atiende el estudio de relaciones humanas, su último referente de la naturaleza
presentará dos aspectos diferenciados:

1º El hombre como sujeto de toda relación social.

2º La naturaleza material como marco de la relación.

1.2.3 La referencia específica al ser de la persona humana se constituye como fundamento de la filosofía
social por ser cada persona como individualidad la que actúa como sujeto de las relaciones sociales. De la
naturaleza específica y forma de ser del hombre dependerá la sustancialidad de sus relaciones y la adecuación
a los criterios de verdad según se ajusten a su genuina esencia.
Por eso, la referencia a su ontología forma parte íntegra del auxilio al objeto de la filosofía social
distinguiendo los aspectos ontológicos y existenciales que influyen en su comportamiento relacional. Si bien
el ser humano en su unidad es único agente en cada uno de sus actos, habrá determinados espacios
intelectivos y decisorios que estarán más directamente vinculados a la relación, siendo éstos los que cooperan
de modo especial al objeto de la filosofía social.

1.2.4 La naturaleza o mundo material a la que el hombre pertenece, y en cuya realidad el hombre es, se
constituye como objeto esencial de la filosofía social porque en él se producen las relaciones humanas.

La materia determina en parte los comportamientos del hombre de dos modos: uno directo, tal y como lo
determina en su sustancia material; y otro indirecto, según se relaciona con las demás sustancias materiales
con las que comparte la vida.

1.2.5 El hombre además de como sujeto también se constituye como objeto de la filosofía social en cuanto
fin de las relaciones sociales.

Toda relación es direccional o bidireccional, requiriendo un sujeto y un objeto. Cuando la relación se da


entre personas, cada una de ellas puede ser considerada como sujeto, pero también como fin u objeto de la
relación. La filosofía social, por tanto, habrá de estudiar diferenciando que los contenidos de verdad que
afectan a la entidad del ser humano se adecuan en cada relación no sólo considerando a la persona como
sujeto, sino también como término o causa final. La relación sólo se ajustará a la naturaleza cuando no
vulnere las esencias de naturaleza de los dos extremos de la relación.

1.3 Espacio dentro de la filosofía.

1.3.1 La filosofía social dentro de la filosofía se sitúa entre las ciencias axiológicas que contemplan el valor
ético de los actos humanos. La sociedad es el conjunto de relaciones que establecen los seres humanos, en la
medida que las mismas sean conforme a su naturaleza y fin podrán ser evaluadas como bien o valor
intrínseco para la persona configurando el marco del bien general o común.

1.3.2 La filosofía social requerirá también el apoyo de la ontología y la metafísica en el análisis de la esencia
del ser humano, de la lógica en la ordenación de los actos relacionales, de la psicología sobre la percepción
intelectual de la sociedad por la persona, de la cosmología sobre la determinación del ámbito material en el
modo de ser y muy especialmente de la ética como rectora del bien común.

1.3.3 La filosofía social tendrá su método propio de naturaleza especulativa que parte desde el ser en sus
relaciones más simples a las más complejas; tanto en unas como en otras es necesario que la persona no
renuncie a su valor esencial: ser individual de naturaleza intelectual libre. Por eso, la filosofía social no puede
perder la perspectiva de la unidad de pensamiento que se conjuga entre las distintas ramas de la filosofía que
contemplan un mismo ser verdadero.

1.3.4 Las conclusiones de la filosofía social sólo serán ciertas si además de que no presenten contradicción
interna que desdiga sus contenidos de verdad tampoco son contrarias a la crítica que cualquier otra rama de la
filosofía pueda realizar sobre una determinada proposición conclusiva. Si se halla controversia en este
sentido habrá que replantear el análisis que cada una de estas ramas efectúa hasta alcanzar las auténticas
condiciones de verdad que satisfacen a todas las formas de la ciencia filosófica.

1.4 Relación con otras disciplinas.

1.4.1 La filosofía social está emparentada directamente con la sociología en cuanto ambas tienen por objeto
la sociedad. La diferencia esencial entre ambas es que mientras la sociología estudia cómo son los
comportamientos sociales, la filosofía analiza cómo deben ser los mismos a la luz primaria del modo de ser
de su sujeto: la persona humana.

1.4.2 Por su condición de ser intelectual y libre, el ser humano no está abocado al determinismo cósmico,
pudiendo construir la sociedad estructurada sobre relaciones acertadas o erróneas, que además de influir
sobre él como un bien o una limitación inciden sobre el sistema universal perfeccionándolo o degradándolo.

1.4.3 La sociología se constituye como una ciencia experimental de las relaciones habidas y su influjo sobre
el comportamiento del ser humano. La filosofía, en cambio, parte del análisis de cómo deberían ser las
relaciones, y por tanto muchas de sus conclusiones no pueden ser verificadas empíricamente porque aunque
deberían haber sido de una determinada manera la realidad social aún no las ha realizado, lo que imposibilita
su verificación experimental.

1.4.4 La ciencia de la filosofía social sigue un método radicalmente distinto a la sociología, por lo que sus
conclusiones no son evaluables por aquella disciplina salvo en muy reducidos aspectos.

1.4.5 La filosofía social guarda también relación con otras ciencias, como la antropología, la psicología
experimental, las ciencias políticas, la geografía, la lingüística, las ciencias de la comunicación y cualquiera
otra ciencia que tenga por objeto el comportamiento del hombre en la esfera social.

La cuestión o el problema fundamental de la filosofía

Cada uno de nosotros se ha preguntado: ¿en qué nos transformamos después de la muerte? ¿De
dónde procede el mundo? ¿Cómo se ha formado la tierra? Y nos es difícil admitir que siempre ha habido
algo. Se tiene la tendencia a pensar que, en cierto momento, no había nada. Por eso es más fácil creer lo
que enseña la religión: "El espíritu planeaba por encima de las tinieblas... después fue la materia". Del
mismo modo uno se pregunta dónde están nuestros pensamientos, y he aquí planteado el problema de las
relaciones que existen entre el espíritu y la materia, entre el cerebro y el pensamiento. Por otra parte, hay
muchas otras maneras de plantear las cuestiones. Por ejemplo: ¿cuáles son las relaciones entre la
voluntad el poder? La voluntad aquí es el espíritu, el pensamiento; y el poder es lo posible, el ser, la
materia. También tenemos la cuestión de las relaciones entre la "existencia social" y la "conciencia
social.
Vemos, pues, que la cuestión fundamental de la filosofía se presenta con diferentes aspectos y se ve
qué importante es reconocer siempre la manera como se plantea ese problema de las relaciones entre la
materia y el espíritu, porque sabemos que sólo puede haber dos respuestas para esta cuestión:
1. Una respuesta científica.
2. Una respuesta no-científica.

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