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Universidad Politécnica de Chiapas

Ingeniería petrolera
9 Cuatrimestre
Grupo “A”

Historia del petróleo en México

Profesora: Dra. Patricia Guadalupe Ruiz Gómez

Integrantes:
 Antonio Escobar Geovanni de Jesús
 Gómez Santis Rey David
 Gutiérrez Rueda Wenceslao
 Guzmán Tovilla Franco
 López Culebro Pedro Luis
 Panana Arreola Fernando Lerín

Suchiapa, Chiapas a 24 de julio del 2019

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Contenido
1.- Introducción ............................................................................................................................... 3

2.- La industria del petróleo en México, 1911-1938: del auge exportador al


abastecimiento del mercado interno. Una aproximación a su estudio. .......................... 4

3.- De la colonia al porfiriato ....................................................................................................... 5

4.- De la Revolución al maximato............................................................................................... 6

5.- La expropiación ........................................................................................................................ 7

6.- La sublevación de la OPEP .................................................................................................... 8

7.- paulatina transferencia de negocios a extranjeros ...................................................... 10

8.- La Reforma Energética de 2013-2014................................................................................ 11

9.- El petróleo y la construcción de carreteras .................................................................... 12

10.- Conclusión ............................................................................................................................. 13

11.- Bibliografía ............................................................................................................................. 14

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1.- Introducción
México ha sido un país que históricamente ha entregado sus principales recursos
naturales a gobiernos y compañías extranjeras. De los 496 años del periodo que
van de la caída de Tenochtitlán hasta el día de hoy, sólo durante 76 años México
había gozado de una libertad relativa para disponer de sus propios recursos; me
refiero a los 76 años del periodo que va desde la nacionalización de la industria
petrolera el 18 de marzo de 1938 hasta la aprobación del último dictamen de la
legislación secundaria de la reforma energética en 2014.

A partir de la aprobación de esta reforma energética, México ha retornado al grupo


de países considerado por las teorías del desarrollo económico como una economía
periférica en vías de desarrollo –grupo del que con tanto trabajo se había luchado
por salir y por mantenerse en la ruta hacia convertirnos en una economía central.
Ese retorno al subdesarrollo periférico es en esta ocasión, a diferencia de en el
pasado, un acto voluntario. La voluntad de ese acto proviene de quienes encabezan
el actual gobierno mexicano.

El grado de dominio de los países desarrollados sobre los recursos naturales de los
países en vías de desarrollo es lo que define el despegue económico de estos
últimos. La historia de México está marcada por ese dominio. Durante la colonia
hubo una extracción de 300 años de nuestros recursos mineros; durante el México
independiente nos quitaron la mitad del territorio, el cual contenía vastos
yacimientos de metales preciosos en California e hidrocarburos en Texas; el México
del porfiriato y de los primeros gobiernos posrevolucionarios fue un México de
creciente despojo de petróleo y gas natural por parte de empresas extranjeras con
la respectiva injerencia de sus gobiernos. Sin embargo, el 18 de marzo de 1938,
México logró arrebatarle a empresas y gobiernos extranjeros la propiedad y dominio
de nuestro sector energético. No obstante, a partir de 1980 se comenzó a perder
nuevamente el control nacional del sector hasta desembocar en la actual pérdida
total de la soberanía energética.

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2.- La industria del petróleo en México, 1911-1938: del auge exportador al
abastecimiento del mercado interno. Una aproximación a su estudio.

Por lo general, la historiografía surgida a raíz de la expropiación petrolera, en 1938,


muestra que esta industria estaba al servicio de los intereses extranjeros (léase de
las grandes compañías petroleras anglosajonas), cuyo principal interés era exportar
el petróleo de México en aras del mayor margen de ganancia posible. Esta
historiografía considera que solo después de la expropiación se incrementó la
demanda interna de petróleo, y que es a partir de entonces que este energético
empezó a contribuir al desarrollo económico del país.

Si bien es cierto que a partir de la década de 1940 se acelera el proceso de


sustituci6n de importaciones y se presenta un importante repunte de la industria
nacional con el consecuente aumento en la demanda interna de petróleo, no debe
soslayarse que esta demanda empezó a incrementarse antes de la expropiación.
Desde los últimos años de la década de 1920 y plenamente en la década de 1930
se registró un notorio aumento del mercado interno del petróleo.

El declive de la producción petrolera, la caída de los precios del petróleo, y el


descubrimiento de nuevos yacimientos en otros países, entre otros factores,
provocaron que las compañías petroleras extranjeras asentadas en el país
buscaran colocar su producción en el mercado mexicano. A lo anterior se agrega
una serie de cambios institucionales y la transformación de la economía interna, lo
que condujo a que el petróleo fuera un bien de consumo interne altamente
demandado.

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3.- De la colonia al porfiriato
El principio de propiedad y dominio del Estado sobre los recursos del subsuelo
proviene del propio orden colonial. Las Bulas de 1493 del papa Alejandro VI y
después el Tratado de Tordesillas entre España y Portugal proporcionan el
fundamento legal de la propiedad del Estado sobre las riquezas descubiertas en las
colonias, incluyendo los recursos del subsuelo. Las Siete Partidas de Alfonso el
Sabio, las Ordenanzas Mineras de 1563 de Felipe II y las Ordenanzas de Aranjuez
de 1873 definían que la Corona no podía ceder la propiedad sobre estos recursos,
que los propietarios del suelo no lo eran del subsuelo y que sólo la Corona podía
autorizar la explotación de los recursos del subsuelo. Hasta acá, esta propiedad es
estatal pero de una metrópoli extranjera.

La independencia de México, consumada en 1821, traslada la propiedad de esa


riqueza al naciente gobierno mexicano. El Tratado de Córdova, firmado entre
Agustín de Iturbide y Juan O´Donojú unos meses antes de consumarse la
independencia, transmitió del estado español a México todos los derechos de la
corona sobre el hasta entonces Virreinato de la Nueva España, incluyendo los
recursos del subsuelo.

Esta propiedad y dominio de la Nación sobre los recursos del subsuelo prevaleció
a lo largo del siglo XIX, hasta que en 1884 el gobierno de Porfirio Díaz promulgó
el Código de Minas de los Estados Unidos Mexicanos, lo cual inicia el traslado a
particulares de los derechos sobre el subsuelo. En 1892 se profundiza la
privatización del sector energético del país cuando el gobierno de Díaz promulga
el Código de Minero de la República Mexicana, que establece que sólo el dueño del
suelo explotará libremente los combustibles minerales –siempre y cuando cubra el
impuesto sobre propiedades federales. En 1901 se expide la primera Ley del
Petróleo, que permite otorgar permisos a empresas y particulares para explotar
terrenos que son propiedad de la nación.

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4.- De la Revolución al maximato
En 1911, las compañías extranjeras aprovechan esa Ley del Petróleo e inician una
fuerte expansión en México. Aún con la salida de Porfirio Díaz del poder, ni los
gobiernos de Francisco I. Madero ni de Victoriano Huerta lograron imponerles
exitosamente impuestos a estas compañías. Madero intenta imponerle a las
compañías petroleras un gravamen de veinte centavos por tonelada de petróleo y
les ordena que se registren y declaren el valor y la composición de sus propiedades.
Pero las compañías petroleras reaccionan solicitando la intervención del gobierno
de los EUA.

El gobierno cede ante las presiones de los EUA y aplaza la aplicación de estas
disposiciones. Este impasse se sumó a la lesión de los intereses de los EUA en
otras áreas, por lo que se propicia el golpe de Estado de Victoriano Huerta bajo el
apoyo del embajador de los EUA en México Henry Lane Wilson. El nuevo gobierno
de Huerta se ve obligado a enfrentar la falta de recursos de la hacienda pública con
un aumento de 65 centavos de dólar por tonelada de petróleo. Esto provoca la
enemistad de las empresas petroleras y del gobierno de los EUA; lo cual, combinado
con el intento huertista de apoyarse en Alemania (potencia enemiga de EUA en la
Primera Guerra Mundial), provoca que el gobierno del Presidente Woodrow Wilson
le pida la salida pacífica del poder a Huerta.

Aunque la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, en su


artículo 27, restituyó a la Nación la propiedad de las riquezas del subsuelo, los
primeros gobiernos mexicanos postconstitucionales no pudieron hacer efectivo este
artículo a las empresas extranjeras. Las compañías petroleras extranjeras formaron
la Asociación de Productores de Petróleo en México, que usó todas sus
capacidades de cabildeo con el gobierno de los EUA para lograr que en la práctica
el artículo 27 constitucional no se les aplicara. La soberanía sobre nuestras riquezas
del subsuelo, estipulada en nuestra constitución de 1917, primero fue puesta a
prueba en 1918 cuando, siendo presidente de la república Venustiano Carranza, se
les imponen nuevos impuestos a los empresarios petroleros. Estos impuestos
consistían en una renta anual y 5% de regalías sobre todas la tierras petroleras
explotadas por los propietarios de la superficie o sus arrendadores. En respuesta,

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la Standard Oil, que en reiteradas ocasiones había recurrido a la petición de
intervención militar de los EUA alegando lesión a sus intereses en México, financió
la rebelión de Manuel Peláez en la Huasteca. Lo anterior tenía el objetivo de
mantener fuera al gobierno mexicano de la región donde se concentraban las
explotaciones de las filiales de la Standard Oil.

Los gobiernos subsecuentes de Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón, Plutarco Elías


Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortíz Rubio y Abelardo Rodríguez también
intentaron sin mucho éxito obtener tributación de las compañías petroleras
extranjeras. Este último si acaso logró crear la Compañía Petróleos de México, S.A.
(PETROMEX), una empresa con participación del gobierno y de inversionistas
privados, con el fin de abastecer la demanda nacional a precios más accesibles
para los mexicanos.

5.- La expropiación
Los grandes avances inician con el gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas del Río,
quien en 1935 formó el Sindicato de Trabajadores Petroleros en la República
Mexicana (STPRM) y en 1937 crea la Administración General del Petróleo
Nacional (AGPN). El STPRM exigió pronto un contrato colectivo del trabajo a fin de
homologar salarios, prestaciones y condiciones laborales entre todas las compañías
petroleras. Luego de una negociación fallida en que las petroleras alegaban no tener
capacidad financiera para cubrir esas demandas, el sindicato inició una huelga.
La Junta de Conciliación y Arbitraje (JCA) intervino por medio de un peritaje para
determinar si las petroleras tenían la capacidad financiera para responder a esas
demandas laborales, desembocando en un laudo que determinaba que sí tenían la
capacidad.

Las petroleras no aceptaron el laudo y se ampararon, pero la Suprema Corte de


Justicia confirmó el laudo. El gobierno de Cárdenas intentó mediar, pero el rechazo
de las petroleras continuó. Ante ello, los trabajadores pidieron ante la JCA, de
acuerdo a la Ley Federal del Trabajo, que se cancelaran los contratos entre las
petroleras y el sindicato, lo cual se realizó el 18 de marzo de 1938. El Presidente
Cárdenas, ese mismo día, decretó la expropiación de la industria petrolera. Si bien

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es cierto que el mérito de Lázaro Cárdenas es extraordinario, el contexto
internacional nos jugó a favor. Alemania llevaba dos años de haber empezado a
violar sus compromisos del Tratado de Versalles. Ello, en la práctica, era una
provocación abierta de guerra contra los países aliados. Justo en marzo de 1938
Alemania eleva el tono de sus amenazas al llevar a la práctica
su Anschlusspolitik (política de anexión, en alemán), por medio de la cual Alemania
se anexa Austria y de ahí continúa anexándose territorios de Checoslovaquia y
Polonia. Esta tensión en Europa hace que el gobierno de los EUA calcule
inapropiado invadir México ante la expropiación de la industria petrolera; abrir otro
frente de batalla habría sido demasiado, incluso para ellos. Esta es la coyuntura
global que aprovechó perfectamente el gobierno mexicano de aquel entonces.

El gobierno mexicano crea el 7 de junio de 1938 la empresa Petróleos


Mexicanos (Pemex) y su distribuidora, inaugurándose en 1940 la primera refinería
nacional: la refinería de Poza Rica. Seis años después se inaugura la refinería de
Azcapotzalco y cuatro años después las refinerías de Salamanca y Reynosa. Esto
es, se construyeron cuatro refinerías en dos sexenios. En 1965 se crea el Instituto
Mexicano del Petróleo y en 1976 comienza la explotación de depósitos submarinos
en la Sonda de Campeche y la constante exploración submarina da pie a la
conformación del complejo Cantarell.

Las altas tasas de crecimiento económico observadas en México entre 1960 y 1972
hubieran sido imposibles de alcanzar sin el dominio del Estado mexicano sobre las
industrias petrolera y eléctrica.

6.- La sublevación de la OPEP


Sin embargo, ¿dónde comenzó a desacelerarse este tren del desarrollo económico
mexicano, que tanta velocidad había alcanzado? Para responder a esta interrogante
ahora iniciaré explicando el contexto internacional.

En 1973 estalla la crisis internacional del petróleo. Como represalia al apoyo de EUA
y de varios países europeos a Israel en su guerra contra la Liga Árabe, los países
miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) –de
mayoría árabe- impusieron un embargo de ventas de petróleo a EUA y Europa. Esa

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reducción en la oferta mundial de petróleo elevó dramáticamente los precios
internacionales del petróleo. Ante ello, las economías desarrolladas entraron en una
seria crisis energética que comenzó a colapsar sus sistemas productivos, lo cual
llevó a estos países a una dura crisis.

La trampa crediticia

EUA tenía que encontrar una fuente alternativa de abastecimiento de petróleo, y


pues pensaron en México nuevamente como parte importante de su solución. La
primera jugada que hace EUA al respecto es prohibirle a México que se adhiriera a
la OPEP. La segunda jugada consistió en presionar a que México se adhiera a
la Agencia Internacional de Energía (AIE), liderada por los EUA y por varios países
europeos. El compromiso adquirido por México ante la AIE consistió básicamente
en incrementar las exportaciones mexicanas de crudo a cambio de empréstitos
(¡vaya trampa para un subdesarrollado!). Así pues, México tuvo que renunciar a su
estrategia de las décadas previas de aprovechar sus hidrocarburos como palanca
para su desarrollo. Por eso, el sexenio de Luis Echeverría se caracterizó por fuertes
inversiones petroleras (financiadas con créditos del extranjero) orientadas a la
producción de crudo para la exportación a, principalmente, los EUA. Para finales del
sexenio de Echeverría el gobierno mexicano ya se había endeudado a niveles
históricamente irresponsables. De pronto, con el súbito incremento de las tasas
mundiales de interés, el valor de la deuda externa mexicana se disparó a niveles
inmanejables, por lo que finalmente el gobierno de Echeverría, saltando de la sartén
al fuego, recurrió a refinanciamientos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Lo anterior sólo agravó más la situación, pues el gobierno mexicano del sexenio
siguiente (José López Portillo) fue entrando cada vez más en apuros para amortizar
y pagar el servicio de la deuda externa, por lo que la presión sobre nuestros
hidrocarburos aumentó: ahora había que sobreexplotar cada vez más los
yacimientos petroleros mexicanos para obtener divisas por exportar ese crudo,
creando un círculo vicioso de agotamiento de yacimientos, exportaciones, pagos de
una deuda externa sin fin, abandono de la estrategia de industrialización del país y
necesidad de explotar nuevos yacimientos.

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7.- paulatina transferencia de negocios a extranjeros
Desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y hasta la reforma energética de
2013, la política petrolera nacional se fue reorientando, cuyas principales
características podríamos resumir en los siguientes puntos:

1. El secuestro del sindicato petrolero, por el cual, hasta hoy, este sindicato
opera en un estado de corrupción y sometimiento permanente. En 1989, al
poco tiempo de llegar a la Presidencia, Carlos Salinas de Gortari metió a la
cárcel al líder del sindicato petrolero Joaquín Hernández Galicia, alias “La
Quina”. Con ello elimina la principal oposición que había ante él para
modificar el contrato colectivo de trabajo, de forma tal que lo flexibilizara y
permitiera la contratación de empresas particulares nacionales y extranjeras
para realizar actividades que desde 1938 se reservaban a Pemex y sus
trabajadores. Con ello dio inicio una nueva época de contratismo de
empresas extranjeras sin precedentes desde la expropiación.

2. El control de la producción y comercialización de petroquímicos pasó


de PEMEX a una amalgama de empresas extranjeras (sexenio de Carlos
Salinas de Gortari). Una vez eliminados los obstáculos que eventualmente
habría representado el sindicato petrolero, dio inicio
un contratismo desmedido que abrió las puertas e niveles insospechados de
corrupción entre funcionarios y empresas extranjeras hasta el día de hoy.
Esto se basó en la reclasificación de la lista de los 16 productos
petroquímicos producidos por PEMEX, reclasificando ocho de ellos de
petroquímicos básicos (reservados para producción exclusiva de PEMEX) a
secundarios (lo cual autorizó que empresas extranjeras los produzcan desde
entonces).

3. Los ingresos de PEMEX se convirtieron en el principal financiador del


gobierno pero no del desarrollo. Una vez renegociada la deuda externa
mexicana y reestructurada por medio de los llamados Bonos Brady, la
presión de la deuda externa fue disminuyendo año con año desde finales de

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los ochentas. Sin embargo, los hidrocarburos del país no volvieron a ser
usados nunca más como palanca del desarrollo económico nacional. En su
lugar, los hidrocarburos fueron vistos como “fuentes de divisas” para financiar
el presupuesto federal. Esto abrió la puerta a la desgravación impositiva de
las grandes empresas de los amigos de los dos partidos que desde entonces
han estado en el poder: PRI y PAN. Este Estado se fue desentendiendo de
su misión de desarrollador y se dedicó a obtener dinero fácil de las
exportaciones de crudo, dinero que a la postre sabemos que no se tradujo
en inversiones productivas, sino que se destinó predominantemente a gasto
corriente, a despilfarros electorales y a corrupción.

8.- La Reforma Energética de 2013-2014


Finalmente, la Reforma Energética de 2013-2014 consiste en un conjunto de
modificaciones efectuadas a la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos en sus artículos relacionados con el sector energético. Esas
modificaciones, en esencia, consisten en:

1. Se elimina la facultad exclusiva del Estado mexicano en la propiedad,


dominio directo y derecho de explotación integral de los hidrocarburos y de
la generación de electricidad.

2. Estímulos a la participación de empresas privadas nacionales y extranjeras


en el sector energético.

3. Estableció un sistema que estimula el contratismo en materia energética que


desplaza a PEMEX y a CFE, por el cual empresas privadas realizarán las
actividades sustantivas de extracción y explotación integral de los
hidrocarburos, así como la generación, conducción, transformación,
distribución y abastecimiento eléctrico.

4. Aparece la figura de la ocupación temporal y las servidumbres legales, lo que


en esencia legaliza la expulsión por la fuerza de habitantes para la
exploración y producción por parte de empresas particulares nacionales y
extranjeras.

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9.- El petróleo y la construcción de carreteras

Después de la producción de combustóleo siguió en orden de importancia la


gasolina, que tuvo un gran crecimiento al pasar de 179000000 de litros en 1926 a
504 000 000 en 1937.49. Preferentemente fue la naciente industria automotriz la
que hizo un mayor uso de este combustible y, en una menor proporción, la industria
aeronáutica. Así, de forma paralela al consumo de la gasolina, durante estos años
creció la planta vehicular, automóviles, camiones de pasajeros y de carga (véase
cuadro 3). Asimismo, en el alto consumo de la gasolina de esos años influye la
política económica del presidente Elias Calles. Una de sus medidas relevantes al
respecto fue la creaci6n de la Comisi6n Nacional de Caminos.

Esta comisión quedó integrada por tres miembros que representaban,


respectivamente, al ejecutivo y a los secretarios de Hacienda y al de Obras Públicas,
y que tenía como principal objetivo desarrollar una política constructora de caminos,
así como la de crear un sistema nacional de carreteras troncales. Para poner en
marcha este programa de carreteras se estableció un impuesto a la gasolina, y su
producto se destin6 tanto a la construcción como al mejoramiento de los caminos
nacionales. Junto con la recaudación del impuesto a la gasolina aumentó la
producción de este combustible (véase cuadro 4). Y, cabe señalar, para el gobierno
federal este impuesto terminó por convertirse en un recurso significativo en sus
ingresos, pues mientras que a finales de la década de 1920 y principios de la de
1930 los impuestos a la producción y exportación del petróleo descendían, los
ingresos por el impuesto a la gasolina aumentaban y compensaban de alguna forma
este descenso.

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10.- Conclusión

En conclusión resaltamos que:

1. Cambiar radicalmente de gobierno. No podemos volver a elegir gobiernos


del PRI ni del PAN, pues son los que han entregado nuestros recursos
naturales a extranjeros.

2. Abrogar la reforma energética. Para esto se requiere que en el Congreso


de la Unión no puedan formar mayoría PRI y PAN.

3. Reorientar nuestra estrategia de desarrollo para volver a hacer del


petróleo la palanca de nuestro desarrollo (como lo fue entre 1938 y 1973).

4. Retornar a un sano nacionalismo: el exceso de nacionalismo lleva al


fascismo, pero la ausencia de nacionalismo te convierte en colonia de otro.

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11.- Bibliografía

www.pemex.com/acerca/historia/Paginas/petroleo-mexico.aspx

www.sinembargo.mx/21-03-2017/3177595

http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lri/oliver_h_ri/capitulo1.pdf

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