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Conceptos de Juego.

Etimológicamente proviene de la voz latina “iocus” (acción o efecto de jugar, broma,


chanza, diversión). Ludus-ludere (lúdico) nos indica el juego infantil, recreo,
competición, juegos públicos, juegos de azar, representación teatral.
Según el D.R.A.E., además de la acción o efecto de jugar, por juego tenemos 13
significados, entre los que destacamos al ejercicio recreativo sometido a reglas, y en el
cual se gana o se pierde// En plural, fiestas y espectáculos públicos que se usaban en
lo antiguo// Acción o cosa que no ofrece ninguna dificultad//...
Por jugar podemos encontrar hacer algo con alegría y con el solo fin de entretenerse o
divertirse// Travesear, retozar// Tomar parte en uno de los juegos sometidos a reglas,
medie o no en él interés// Llevar a cabo el jugador un acto propio del juego cada vez
que le toca intervenir en él//...
Existen múltiples significados y frases hechas que dan un matiz u otro a la palabra juego
y jugar: jugar fuerte, sucio, jugársela, jugar a la baja o al alza, juego de manos, a lo largo
del juego, juego de hombres, cerrar el juego, fuera de juego, hacer juego, etc.
Algunas definiciones significativas: La disparidad de definiciones del juego atienden
principalmente a la corriente de pensamiento a la que pertenezca el autor, pero hay que
comentar que pocas de ellas abarcan a todo el campo lúdico.
1) “Actividad generadora de placer que no se realiza con una finalidad exterior a ella,
sino por sí misma” (Rüssel, 1985).
2) “Actividad espontánea y desinteresada que exige unas reglas que cumplir u obstáculo
deliberadamente puesto que vencer. El juego tiene por función esencial procurar al niño
el placer moral del triunfo que al aumentar su personalidad les sitúa a sus propios ojos
y a los de los demás”.
3) “Ejercicio serio de acciones con el objeto de divertirse o entretenerse”.
4) “Actividad natural espontánea por la cual todo individuo es impelido cuando le agrada
la necesidad instintiva de movimiento”.
5) “Acción o actividad voluntaria, realizada dentro de ciertos límites fijados en el tiempo
y el espacio, que siguen una regla libremente aceptada, pero completamente imperiosa,
provista de un fin en sí misma, acompañada de un sentimiento de tensión y alegría y de
una conciencia de ser algo diferente de lo que se es en la vida corriente”. El juego es
una actividad natural del niño que le proporciona placer y satisfacción (si se juega a
disgusto o no se divierte, no juega, sino que sigue las indicaciones del adulto o el grupo).
Teoría sobre el origen del juego
Hay teorías que nos dicen que el origen del juego es la educación, es decir, conseguir
desarrollar un aprendizaje. Los animales juegan como forma de relacionarse con el resto
del grupo y con el medio que les rodea. Además, tienden a realizar juegos que
desarrollan habilidades que posteriormente en la vida adulta les van a ser útiles para su
desarrollo y supervivencia.
En el hombre inicialmente existía esta misma función, constituyendo un modo natural
de aprendizaje para la vida adulta. Hasta no hace mucho tiempo las actividades lúdicas
versaban sobre comidas en familia, la caza, la guerra, la ganadería, la confección de
ropa o el cuidado de hijos.
La sociedad desarrollada actual se ha vuelto urbana y el juego se ha centrado en 2
objetivos: el entretenimiento y la competición (quizás para sobrellevar la vida agobiante
en las ciudades). Otras teorías sobre el origen del juego son las que abogan que surgen
como culto a los dioses (rituales, danzas, cánticos...). Otros postulados abogan que el
origen del juego es el de identificación con un rol social y estructuración social.
Juego y desarrollo infantil
El desarrollo infantil está vinculado con el juego, ya que además de ser una actividad
natural y espontánea a la que el niño le dedica todo el tiempo posible, a través de él, el
niño desarrolla su personalidad y habilidades sociales, sus capacidades intelectuales y
psicomotoras y, en general le proporciona las experiencias que tendrán trascendencia
en su vida futura.
El juego contribuye a consolidar todos los dominios del desarrollo. Por medio del juego
los niños estimulan los sentidos, ejercitan sus músculos, coordinan la visión con el
movimiento, obtienen dominio sobre su cuerpo, toman decisiones y adquieren nuevas
habilidades. Es el cimiento de los conceptos matemáticos a medida que clasifican
bloques de formas diferentes, cuentan cuantos pueden apilar uno sobre otro, o anuncian
que “mi torre es más grande que la tuya”. Cuando cooperan para construir castillos de
arena o túneles en la playa, los niños aprenden habilidades de negociación y solución
de conflictos.
El juego es tan importante para el desarrollo que el Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos (1989) ha reconocido que este constituye un
derecho de todos los niños. Por desgracia, la tendencia al jardín de niños de tiempo
completo redujo considerablemente el tiempo disponible para el juego libre.
Importancia del juego en la maduración de la personalidad.
El juego tiende a la unificación y a la integración general de la personalidad. El juego
establece una vinculación entre la relación del individuo con la realidad personal interna
y su relación con la realidad externa. Cuando hay una división de estas realidades el
niño no puede jugar, o no lo puede hacer en formas reconocibles para los otros.
Al jugar individualmente se fortalece su creatividad, imaginación e independencia; y al
hacerlo de manera grupal se fortalece la empatía la responsabilidad, la cooperación, el
intercambio, el respetar turnos y el control de impulsos.
El juego y el desarrollo afectivo y social.
El hecho de relacionarnos con los demás de una forma positiva hace que formemos
parte de un grupo, con lo que se crean lazos afectivos y sociales dentro de esa
estructura. Este juego va a fomentar que se asimilen estructuras, roles y funciones
posteriores del mundo de los adultos. De igual forma el funcionamiento en grupo hace
que muchas veces surjan conflictos y también debemos enfrentarnos a estos
acontecimientos para resolverlos de una forma positiva (sin violencia y sin imposición).
El que tengas que tocar, hablar, sentir a un compañero nos hace más afectuosos, más
abiertos y más cordiales con los demás, potenciando una serie de valores y conductas
sociales a través de los juegos en los que interactuamos con otros sujetos.
El juego como actividad estructurante del psiquismo infantil.
El juego adquiere valor en sí mismo, en tanto posee una función estructurante en la
constitución psíquica, y tiene un sentido a develar en el trabajo terapéutico con niños;
se podría decir que el juego da paso del ser al hacer y de esta manera “…al hacer se
modifica la relación con la realidad, pero también, es un hacerse en cuanto se modifica
a uno mismo. El juego es producto y productor del mundo infantil” (Di Gregorio &
Vitureira, 2012). El juego es la principal actividad del niño, al menos en lo que al período
de la primera infancia respecta, la que más lo atrae y absorbe su interés.
Teorías explicativas sobre el juego.
Los grupos de teorías se pueden agrupar entre las de la causalidad (análisis y búsqueda
de razones que mueven al juego) y las de la finalidad (buscan el fin perseguido por el
participante al jugar).
Teorías de la causalidad (¿por qué jugamos?)
Teoría del sobrante de energía- Spencer (1855) nos habla del “juego como descarga
agradable y sin finalidad de un exceso de energía, acumulada durante las prácticas
utilitarias”.
Teoría del descanso- Lazarus (1883) y Steinthal definieron al “juego como descanso,
basándose en que durante el tiempo de recreación se equilibra la parte fatigada del
Sistema Nervioso, causado por el trabajo”.
Teoría del atavismo o la recapitulación- Stanley Hall (1904) piensa que “el niño, desde
el periodo fetal hasta ser adulto pasa por diferentes etapas evolutivas, concebidas como
una recapitulación abreviada de la Historia de la Humanidad”. Este autor ve mantenidas
en el juego las primitivas formas de supervivencia (lucha, persecución, búsqueda,
empleo de instrumentos...)
Teoría catártica o de liberación- Carr (1925) piensa que “el juego sirve como salida
inocente y purificadora de tendencias antisociales”. Bajo esta perspectiva el juego es un
medio terapéutico de liberación de tensiones psíquicas y retorno al equilibrio.
Teoría de la ficción- Clapérede (1932) sostiene que “el juego persigue fines ficticios, los
cuáles vienen a dar satisfacción a las tendencias profundas cuando las circunstancias
naturales dificultan las aspiraciones de nuestra intimidad”. El juego puede suponer el
refugio donde poder realizar lo prohibido cuando son los adultos los que no permiten
realizar algo. Lo que verdaderamente caracteriza al juego es su función simbólica.
Teorías de la finalidad (¿para qué jugamos?)
Teoría del placer funcional- Bühler (1924) dice que “el juego proporciona un placer
funcional motivado por la oportunidad de un trabajo creador del pensamiento puesto en
el juego”.
Teoría del ejercicio preparatorio o de anticipación funcional- Groos (1889) considera al
juego un “ejercicio de preparación para la vida y cada especie desarrolla, mediante él,
algunas virtudes específicas que luego le ayudarán a subsistir”.
Teoría de la derivación por ficción- El juego es como una actividad ocupacional
constante en el niño, que va evolucionando y adaptándose a los cambios de conducta
que se suceden a lo largo de la vida infantil.
Teoría psicoanalítica- Freud (1898) concibe el juego como una “manifestación de
tendencias y deseos ocultos”.
Otras teorías
Teoría metafísica- Platón (s. IV-III a.C.) relaciona el arte con el juego. “Manifestaciones
del espíritu como el arte, la pintura y la poesía, al imitar la realidad, son concebidas a
modo de juego”.
Teoría del recreo o estética- Schiller (1793) concibe al “juego con el fin de la recreación,
la expansión y el esparcimiento”.
Teoría del trabajo- Wundt (1887) considera que “el juego surge del trabajo”. El niño
aprende en el juego a emplear sus fuerzas para que en su etapa de adulto sepa
aplicarlas al trabajo.
Teoría de la dinámica infantil- Koffka piensa que el juego es la actividad específica del
niño, siendo el mundo infantil el mundo de la irresponsabilidad, de la impulsividad, de la
incoherencia, sensorio-motora o mental, de la fantasía, etc.
Antecedentes históricos de la Terapia de juego.
A partir de su trabajo con el pequeño Hans, Sigmund Freud llevó a la práctica de la
psicoterapia la idea del juego terapéutico. Escribió que el juego cumple tres funciones
principales: fomentar una autoexpresión más libre (en especial de los instintos
considerados tabúes), satisfacción del deseo y dominio de los sucesos traumáticos.
Melanie Klein continuó con la idea de usar el juego para la terapia infantil en un marco
psicoanalítico. En particular, creía que el juego permite aflorar el material inconsciente,
y que el terapeuta podría entonces interpretar los deseos y conflictos reprimidos del niño
para ayudarlo a entender sus problemas y necesidades. Klein fue pionera en el uso de
una técnica en la que se utilizan miniaturas.
Cuando los niños se entretienen con juguetes en miniatura suelen experimentar una
sensación de control sobre ellos, siendo éstos una representación de objetos o personas
reales. Margaret Lowenfeld llevó esta idea más lejos y desarrolló la Técnica del Mundo,
donde los niños reciben la oportunidad de crear un mundo imaginario en el que pueden
expresar lo que desean y donde pueden desarrollar mundos reales o fantásticos,
pacíficos o agresivos, ordenados o caóticos. Las cajas de arena se consideran
expresiones del material predominantemente inconsciente y se utilizan como tales en la
terapia.
Otra psicoanalista que usó el juego de manera terapéutica fue Anna Freud, ella
contribuyó a llevar la terapia infantil en particular el análisis infantil a un escenario usado
de manera más amplia. Creía que el juego es importante porque permite al terapeuta
establecer una alianza terapéutica con el niño.
A mediados del siglo XX, Virginia Axline dio un enfoque más humanista y centrado en
la persona a la terapia infantil y de juego. En particular, Axline defendió la creencia de
que las condiciones necesarias para el cambio terapéutico son la consideración positiva
incondicional, la comprensión empática y la autenticidad. También afirmó que los niños
pueden expresar sus pensamientos, sentimientos y deseos por medio del juego mejor
que con palabras.
Definición de terapia de juego.
La Asociación para la Terapia de Juego (Association for Play Therapy) la definió como
“el uso sistemático de un modelo teórico para establecer un proceso interpersonal en
que terapeutas capacitados utilizan los poderes terapéuticos del juego para ayudar a los
clientes a prevenir o resolver dificultades psicosociales y a alcanzar un crecimiento y
desarrollo óptimos”. Lo anterior indica que la terapia de juego es una modalidad
terapéutica con bases firmes en modelos teóricos. La definición de la terapia de juego
también sugiere que los terapeutas se esfuerzan por reconocer, admitir y utilizar los
poderes curativos del juego. Esos poderes terapéuticos, conocidos también como
mecanismos de cambio, son las fuerzas activas del juego que ayudan a los clientes a
superar sus problemas psicosociales y a alcanzar un desarrollo positivo.
Importancia de la Terapia de Juego
Los poderes terapéuticos del juego pueden clasificarse en ocho categorías generales:
comunicación, regulación emocional, mejora de la relación, juicio moral, manejo del
estrés, fortalecimiento del yo, preparación para la vida y autorrealización.
Sin importar la edad, el juego tiene muchos beneficios en la vida. Es divertido, educativo,
creativo, alivia el estrés y fomenta las interacciones y la comunicación social positiva.
Cuando los niños juegan, aprenden a tolerar la frustración, a regular sus emociones y a
destacar en una tarea que es innata. Pueden practicar nuevas habilidades de una forma
que tiene sentido para ellos, sin los límites estructurados del “mundo real” o la necesidad
de usar un lenguaje verbal. No existen errores demasiado grandes que no puedan
resolverse ni desafíos muy difíciles que no puedan enfrentarse mediante el juego. Esta
actividad da a los niños la oportunidad de dominar su mundo a medida que crean,
desarrollan y mantienen su sentido de sí mismos. Utilizan el juego para comunicarse
cuando no tienen las palabras para expresar sus necesidades y esperan que los adultos
entiendan su lenguaje. Como señalara atinadamente Landreth el juego es el lenguaje
del niño y los juguetes son las palabras.
Aplicaciones de la Terapia de Juego
Los clientes de la terapia de juego pueden ser bebés y niños pequeños, preescolares,
o estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria. Sus antecedentes
socioeconómicos pueden ser muy diversos e incluir a personas sin hogar. La terapia de
juego también puede emplearse con clientes adultos y ancianos. Aunque sigue en
aumento la popularidad de la terapia de juego con adolescentes y adultos, son más
comunes las interacciones terapéuticas con niños de 3 a 12 años.
La terapia de juego es una modalidad que puede ser verdaderamente flexible en su
ubicación. El espacio puede ser un consultorio o una clínica para pacientes
ambulatorios, una escuela, el hogar, la escena de un, una cama de hospital o el patio
de recreo. La terapia de juego puede tener lugar en un cuarto perfectamente abastecido
de juguetes o con materiales sacados de una maleta; sólo está limitada por el grado de
flexibilidad y creatividad del terapeuta.
Formas de Llevar a la Práctica la Terapia de Juego
Al igual que la terapia tradicional mediante el habla, la terapia de juego puede ponerse
en práctica en diversos formatos. Por ejemplo, los terapeutas de juego centrados en el
niño suelen utilizar sesiones individuales con el pequeño y le dan la libertad de
expresarse con poca dirección del terapeuta. El papel del terapeuta es alentar en el niño
la expresión apropiada de las emociones y proporcionarle un sentido de control sobre la
relación terapéutica. Los terapeutas que utilizan otras modalidades, como la terapia de
juego cognitivo-conductual, suelen dar más estructura al proceso terapéutico,
dependiendo de las necesidades evaluadas del niño.
Los terapeutas filiales entrenan a los padres para ser coterapeutas y llevan a la práctica
el proceso terapéutico por medio de las interacciones entre los padres y el niño. Las
sesiones de terapia filial son similares a las de la terapia de juego centrada en el niño,
pero en éstas los padres fomentan interacciones positivas que continuarán más allá de
los confines del consultorio. También se ha demostrado la eficacia de la terapia de juego
familiar que utilizan otras modalidades (como los enfoques cognitivo-conductual o de
grupo) para fomentar la participación de los cuidadores.
La terapia de juego grupal ha sido aplicada a diversos problemas. Los grupos de terapia
pueden ser de naturaleza directiva o no directiva. En los grupos directivos, las sesiones
son por lo general de naturaleza psicosocial y se enfocan en la presentación de un
problema que los niños tienen en común, como deficiencias en las habilidades sociales,
mal comportamiento o traumas del pasado.
Fase de la Terapia de Juego.
Existen tres etapas principales en el proceso de terapia. El primero, construcción del
rapport, involucra a las sesiones iniciales en que el niño y el terapeuta empiezan a
establecer una relación de trabajo. El terapeuta sigue recabando información acerca del
niño y sus experiencias, mientras que éste conoce el espacio de juego y el proceso de
la terapia. De acuerdo con la orientación terapéutica, la naturaleza de esas sesiones de
juego por lo general es de apoyo y brinda al niño el tiempo para sentirse seguro y
cómodo.
La segunda etapa, de trabajo, es la más prolongada de las tres y es donde ocurre buena
parte del cambio terapéutico. En esta etapa el terapeuta selecciona y aplica el agente,
o agentes, más apropiados inherentes al juego (por ejemplo, abreacción, narración de
cuentos, o una relación terapéutica).
Durante la etapa de trabajo los temas del juego suelen hacerse evidentes y ofrecen una
ventana al mundo interno del niño. Los temas del juego son aquellos que reaparecen a
lo largo de las sesiones. Pueden surgir deseos o necesidades no satisfechas, conflictos
no resueltos o dificultades que el niño trata de dominar o entender. Algunos ejemplos
de temas comunes de juego son agresión, apego, competencia, control, cooperación,
eventos traumáticos, muerte y duelo, temores, reparación de algo roto o dañado,
género, el bien contra el mal, identidad, prueba de límites, dominio de las tareas del
desarrollo, necesidad de aprobación o afecto, poder, solución de problemas, regresión,
repetición de situaciones reales, escuela, sexualidad, reglas sociales, transiciones,
vulnerabilidad y situaciones de ganar o perder. El uso terapéutico de esos temas
dependerá de la orientación teórica del terapeuta.
La etapa final de la terapia de juego es la terminación. El terapeuta y el niño han
empleado el proceso terapéutico para mejorar o resolver los problemas presentados.
Se pretende que la etapa de terminación permita al niño y a la familia apropiarse de los
cambios ocurridos y preparar el terreno para continuar las mejoras.

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