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DIAGNÓSTICO Y

EVALUACIÓN DEL
TRASTORNO DEL
ESPECTRO
AUTISTA
PABLO TOMÁS GARCÍA MOLINA
ÍNDICE

1-Introducción..........................................................................................................................2
2-Objetivos................................................................................................................................2
3-Trastorno del Espectro Autista.........................................................................................2
3.1 Cambios diagnósticos en el DSM-V.........................................................................2
3.2-Criterios diagnósticos.................................................................................................3
3.3-Diagnóstico diferencial...............................................................................................5
3.4- Evaluación.....................................................................................................................6
4- Conclusión y discusión...................................................................................................11
5- Bibliografía.........................................................................................................................11
1-Introducción
El trastorno del espectro autista (TEA), hace referencia a un conjunto de trastornos en
el neurodesarrollo que se caracteriza por un déficit en las interacciones sociales y en
el lenguaje no verbal como la reducción en el contacto ocular, expresión facial y
lenguaje corporal, que se manifiesta durante los 3 primeros años de vida. El TEA no es
un trastorno con un origen único, sino que está considerado como un trastorno
complejo resultante de la interacción de múltiples factores tanto genéticos como
ambientales. En este trabajo se expondrán detalladamente, el criterio diagnóstico del
TEA, el diagnóstico diferencial, cómo se lleva a cabo la evaluación y algunos ejemplos
de intervención que se emplean actualmente.

2-Objetivos
Los objetivos del presente trabajo son:

 Mostrar los cambios en el diagnóstico que se han llevado a cabo en el TEA en


el DSM-V.
 Mostrar los criterios diagnósticos para el TEA
 Establecer un diagnóstico diferencial respecto a otros trastornos
 Exponer cómo se lleva a cabo la evaluación de este trastorno

3-Trastorno del Espectro Autista

3.1 Cambios diagnósticos en el DSM-V


El TEA aparece en el DSM-V y abarca 3 trastornos distintos que anteriormente se
consideraban independientes, estos son el trastorno autista, el síndrome de Asperger,
el trastorno generalizado del desarrollo no especificado. Estos trastornos muestran
síntomas similares, pero lo hacen en distinto grado de severidad, por tanto, en lugar de
considerarlos entidades clínicas independientes, han pasado a considerarse un
trastorno único.

La pérdida del síndrome de Asperger como categoría diagnóstica, ha suscitado


múltiples controversias. Los expertos que elaboran el DSM-V, han justificado la
eliminación de este trastorno, alegando que la evidencia científica muestra que no
existen diferencias biológicas consistentes entre el síndrome de Asperger y el autismo.

Anteriormente al DSM-V, se distinguían 3 dominios distintos a la hora de realizar la


evaluación; problemas en las relaciones sociales, problemas en el lenguaje y la
existencia de comportamientos restrictivos y repetitivos. En el DSM-V se consideran 2
áreas a la hora de realizar la evaluación, los déficits en las relaciones sociales y en el
lenguaje (que pasan a considerarse como un área única, en lugar de dos distintas) y
los comportamientos repetitivos.

3.2-Criterios diagnósticos
A continuación, se exponen los criterios diagnósticos del DSM-V para el trastorno del
espectro autista:

A- Déficits persistentes en comunicación social e interacción social a lo largo de


múltiples contextos, según se manifiestan en los siguientes síntomas, actuales o
pasados (los ejemplos son ilustrativos, no exhaustivos, ver texto):

1. Déficits en reciprocidad socio-emocional; rango de comportamientos que, por


ejemplo, van desde mostrar acercamientos sociales inusuales y problemas
para mantener el flujo de ida y vuelta normal de las conversaciones; a una
disposición reducida por compartir intereses, emociones y afecto; a un fallo
para iniciar la interacción social o responder a ella.
2. Déficits en conductas comunicativas no verbales usadas en la interacción
social; rango de comportamientos que, por ejemplo, van desde mostrar
dificultad para integrar conductas comunicativas verbales y no verbales; a
anomalías en el contacto visual y el lenguaje corporal o déficits en la
comprensión y uso de gestos; a una falta total de expresividad emocional o de
comunicación no verbal.
3. Déficits para desarrollar, mantener y comprender relaciones; rango de
comportamientos que van, por ejemplo, desde dificultades para ajustar el
comportamiento para encajar en diferentes contextos sociales; a dificultades
para compartir juegos de ficción o hacer amigos; hasta una ausencia aparente
de interés en la gente.

Especificar la severidad actual:

La severidad se basa en la alteración social y comunicativa y en la presencia de


patrones de comportamientos repetitivos y restringidos (ver Tabla).

B- Patrones repetitivos y restringidos de conductas, actividades e intereses, que se


manifiestan en, al menos dos de los siguientes síntomas, actuales o pasados (los
ejemplos son ilustrativos, no exhaustivos, ver texto):
1. Movimientos motores, uso de objetos o habla estereotipados o repetitivos (ejs.,
movimientos motores estereotipados simples, alinear objetos, dar vueltas a
objetos, ecolalia, frases idiosincrásicas).
2. Insistencia en la igualdad, adherencia inflexible a rutinas o patrones de
comportamiento verbal y no verbal ritualizado (ejs., malestar extremo ante
pequeños cambios, dificultades con las transiciones, patrones de pensamiento
rígidos, rituales para saludar, necesidad de seguir siempre el mismo camino o
comer siempre lo mismo).
3. Intereses altamente restringidos, obsesivos, que son anormales por su
intensidad o su foco (ejs., apego excesivo o preocupación excesiva con objetos
inusuales, intereses excesivamente circunscritos o perseverantes).
4. Hiper- o hipo-reactividad sensorial o interés inusual en aspectos sensoriales del
entorno (ejs., indiferencia aparente al dolor/temperatura, respuesta adversa a
sonidos o texturas específicas, oler o tocar objetos en exceso, fascinación por
las luces u objetos que giran).

Especificar la severidad actual:

La severidad se basa en la alteración social y comunicativa y en la presencia de


patrones de comportamientos repetitivos y restringidos.

a) Los síntomas deben estar presentes en el período de desarrollo temprano


(aunque pueden no manifestarse plenamente hasta que las demandas del
entorno excedan las capacidades del niño, o pueden verse enmascaradas en
momentos posteriores de la vida por habilidades aprendidas).
b) Los síntomas causan alteraciones clínicamente significativas a nivel social,
ocupacional o en otras áreas importantes del funcionamiento actual.
c) Estas alteraciones no se explican mejor por la presencia de una discapacidad
intelectual (trastorno del desarrollo intelectual) o un retraso global del
desarrollo. La discapacidad intelectual y el trastorno del espectro de autismo
con frecuencia coocurren; para hacer un diagnóstico de comorbilidad de
trastorno del espectro de autismo y discapacidad intelectual, la comunicación
social debe estar por debajo de lo esperado en función del nivel general de
desarrollo.

Nota: Los individuos con un diagnóstico DSM-IV bien establecido de trastorno autista,
síndrome de Asperger o trastorno generalizado del desarrollo no especificado, deben
recibir el diagnóstico de trastorno del espectro de autismo. Los individuos que tienen
marcados déficits en comunicación social, pero cuyos síntomas no cumplen los
criterios para el trastorno de espectro de autismo, deberán ser evaluados para el
trastorno de comunicación social (pragmática).
Especificar si:

Se acompaña o no de discapacidad intelectual.

Se acompaña o no de un trastorno del lenguaje.

Se asocia con una condición médica o genética o con un factor ambiental conocido
(Nota de codificación: use un código adicional para identificar la condición médica o
genética).

Se asocia con otro trastorno del neurodesarrollo, mental o del comportamiento (Nota
de codificación: use otro(s) código(s) adicional(es) para identificar el trastorno del
neurodesarrollo, mental o del comportamiento asociado).

Con catatonia (hacer referencia a los criterios de catatonia asociada con otro trastorno
mental) (Nota de codificación: use el código adicional 293.89 [F06.1] catatonia
asociada con trastorno del espectro de autismo para indicar la presencia de catatonia
comórbida).

3.3-Diagnóstico diferencial
Como ocurre en la mayoría de trastornos, estos no son entidades completamente
independientes, sino que en ocasiones comparten síntomas, lo que dificulta la
realización de un diagnóstico, por lo tanto, es necesario conocer las diferencias entre
los distintos trastornos, para poder llevar a cabo un diagnóstico correcto.

El TEA y la discapacidad intelectual están estrechamente vinculados, aunque pueden


aparecer independientemente. Para poder establecer un diagnóstico diferencial entre
ambos, es necesario evaluar la capacidad de comunicación social del individuo, qué
en el caso del TEA, estará por debajo de lo esperado para el nivel de desarrollo.

En ocasiones podemos encontrarnos con individuos que muestran déficits en la


comunicación social y que en apariencia puede sugerirnos la existencia de un TEA,
pero no presentan todos los criterios necesarios para el diagnóstico de este, ya que no
cumplen con el criterio B y por lo tanto no muestran conductas repetitivas y restrictivas
en el comportamiento, intereses o actividades. Para estos casos, el DSM-V ha
diferenciado lo que considera “trastorno de la comunicación social”.

Además de los criterios A y B, los síntomas deben aparecer en los primeros años de
vida, esto nos permite diferenciar el TEA del trastorno desintegrativo de la infancia, un
trastorno que muestra síntomas similares, pero qué, sin embargo, aparece en un
tiempo superior a los 2 años, tras una etapa de aparente normalidad.
Es necesario, el diagnóstico diferencial para descartar otros posibles problemas que
puedan explicar los problemas conductuales que presenta el niño:

- Problemas auditivos, que puedan suponer un obstáculo en la interacción social


- Problemas visuales, que puedan explicar ciertos síntomas de TEA como la falta
de contacto visual
- Trastornos específicos del lenguaje
- Mutismo selectivo
- Ansiedad
- Trastorno obsesivo compulsivo
- Síndrome de Rett

3.4- Evaluación
A pesar de que el TEA ha pasado a considerarse como una entidad diagnóstica única,
la heterogeneidad de los síntomas entre los distintos pacientes, dificultan la evaluación
del TEA, sumando esto a la comorbilidad con otros trastornos, que hace aún más
difícil el diagnóstico diferencial.

En la mayoría de los casos, el diagnóstico de TEA puede llevarse a cabo durante los
dos primeros años de vida. Un diagnóstico precoz permite también una intervención
precoz,

Todo diagnóstico de TEA debe ser revisado constantemente, en especial en niños


pequeños, ya que el diagnóstico puede cambiar a medida que el niño se desarrolla.

A continuación, vamos a exponer dos artículos en los que se utilizan métodos de


evaluación del TEA distintos a los que se usan normalmente.

Chen, Wang, Zhang, Wang y Liu (2019) desarrollaron un programa para ordenador
con el objetivo de que pudiera ser utilizado en el diagnóstico y tratamiento de niños
con TEA. Los juegos que componían dicho programa son los siguientes:

Señalar la comida
El objetivo de este juego es la evaluación de la atención conjunta, el seguimiento de la
mirada y la atención selectiva (habilidades que suelen mostrar déficits en niños con
TEA). El niño debe prestar atención a los ojos del personaje que aparece en la
pantalla y seleccionar aquellos objetos en los que dicho personaje tiene fijada la
atención

Ayudar a la chica a encontrar lo que necesita

Mediante este juego, se evalúa la capacidad de hacer inferencias del niño, su


habilidad para comprender peticiones y la capacidad para reconocer expresiones
faciales. El personaje realiza una serie de peticiones del tipo “Tengo hambre ¿Me
puedes ayudar? El niño deberá elegir aquel objeto que corresponda a las necesidades
del personaje. Si el objeto que se escoge es correcto, el personaje sonreirá, si es
incorrecto, llorará.

Encontrar el bebé animal

Con este juego se pretende evaluar capacidad de búsqueda visual y de clasificación.


En la pantalla aparece un animal de mayor tamaño (un gato, un perro o un conejo) y
varios de menor tamaño (bebés), el niño tiene que emparejar los animales pequeños
con su madre.
Coger la fruta que cae

Este juego evalúa las habilidades motoras finas y la coordinación ojo-mano. Consiste
en arrastrar la cesta debajo de la fruta antes de que esta caiga al suelo.

Emparejamiento de objeto y forma

El objetivo de este juego es evaluar el razonamiento abstracto, el reconocimiento de


formas y la percepción visual. Sobre la cabeza del personaje aparece una nube con
una figura geométrica en su interior (cuadrado, círculo, triángulo, etc). El niño tiene que
seleccionar aquel objeto que se corresponda con la figura geométrica que está
pensando el personaje.

Ayúdame a encontrar el lavabo

Este juego evalúa la capacidad de hacer distinciones conceptuales de género,


habilidades motrices finas y coordinación ojo-mano. El niño debe arrastrar cada una de
las personas al símbolo del lavabo que le corresponda, teniendo que distinguir entre
hombre y mujer.

Resultados

Se comparó la ejecución en los distintos juegos que componían el programa


informático, entre el grupo de niños con diagnóstico de TEA (N=91) y el de niños que
no mostraban problemas en el desarrollo (N=51).

Se evaluó el número de participantes que completaron todas las tareas. El grupo de


niños con diagnóstico con TEA, mostraban una peor ejecución a la hora de completar
las tareas que los niños que no presentaban ningún problema en el desarrollo. El
grupo de niños con TEA mostraron una peor ejecución, especialmente en la tarea de
encontrar la comida, en la que el niño tiene que prestar atención a la mirada del
personaje que aparece en la pantalla, ya que las personas con TEA tienen problemas
a la hora de prestar atención a los ojos de los demás.

Se midió la eficacia en la ejecución de la tarea, medida mediante la puntuación


obtenida en la tarea (mayor puntuación significa mejor ejecución) y el tiempo
empleado en completar esta. Cuanto mayor es la puntuación obtenida en la tarea y
menor el tiempo empleado en completar esta, mayor es la eficacia.

Los resultados mostraron una menor eficacia en el grupo de niños con TEA, en
particular en la tarea de encontrar la comida, en la que mostraban un tiempo de
ejecución mayor que los niños sin problemas en el desarrollo.

4- Conclusión y discusión

La complejidad del TEA y las diferencias entre las distintas personas que lo padecen,
hacen muy difícil la evaluación y el diagnóstico, lo que afecta al desarrollo de
programas de intervención adecuados a las necesidades de los pacientes. Es
necesario, por lo tanto, el desarrollo de instrumentos, procedimientos y entrenamientos
para profesionales, que permitan un diagnóstico temprano del TEA con el objetivo de
poder intervenir de manera adecuada sobre los distintos problemas conductuales que
se presentan en este trastorno con el fin de mejorar la calidad de vida tanto de la
persona que sufre TEA como la de las personas que rodean al paciente.

5- Bibliografía

Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014). Manual diagnóstico y estadístico de


los trastornos mentales (DSM-5) (Quinta edición). Madrid: Editorial Médica
Panamericana.
Chen, J., Wang, G., Zhang, K., Wang, G. y Liu, L. (2019). A pilot study on evaluating
children with autism spectrum disorder using computer games. Computers in human
behaviour,90, 204-214.

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