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PASTORAL AL SERVICIO DE LA MISIÓN DE DIOS

RESUMEN

1. Breve descripción de la realidad latinoamericana


Para que nuestra pastoral sea efectiva hay que reconocer el entorno, conocer la realidad
en la que se va a ministrar. El nivel socioeconómico de las naciones latinoamericanas enfrenta una
crisis que se observa en la pobreza, marginalidad, niños sin infancia, adolescentes embarazadas,
abortos, prostitución infantil, desempleo creciente. En definitiva una gran cantidad de gente que
no satisface sus necesidades básicas de la mejor manera. También la clase media enfrenta
problemas: una especie de pobreza oculta, esclavitud laboral, sobreendeudamiento, inestabilidad
familiar, violencia intrafamiliar, abandono infantil, alcoholismo, drogadicción y enfermedades de
transmisión sexual.
En este contexto una praxis pastoral positiva implica: consolar, dirigir, formar, sanar,
reconciliar, enseñar, afirmar vida, fe, personas; acompañar, discipular, apacentar, restaurar,
disciplinar, exhortar, proteger, construir. Estas se enmarcan en el genuino Evangelio de Jesucristo.
Por el contrario sería una praxis negativa si lo que se hace es: manipular, aparentar, competir,
descuidar, ofender, abusar, exagerar, controlar, negociar, defraudar, maltratar, estafar, robar,
ignorar. Estas entorpecen el cumplimiento de la misión y atentan contra las relaciones de la
comunidad.
2. Hacia una comprensión de la pastoral
Pastoral es la acción de la Iglesia en el mundo, modelada en Jesucristo para cumplir la
misión de Dios. Más que la acción de un pastor, es el conjunto de acciones de la comunidad
cristiana en su propia realidad, para servir a Dios en el mundo. Desde esta perspectiva en América
Latina la iglesia encarne las siguientes acciones pastorales, bajo la dirección del Espíritu Santo.
1° Acción: eje praxiológico
- La praxis del servicio: siguiendo el ejemplo del Señor, quien vino para servir y no a ser
servido, la iglesia debe desarrollar su vocación de servicio al mundo sin esperar recompensa más
que el bienestar de las personas. Para ello debe incorporar lo siguiente:
- Desarrollar interrelación entre quienes dan y quienes reciben.
- Practicar una acción desinteresada, basada solo en las necesidades de las personas.
- Enfatizar en la dignidad de la persona sin crear dependencia.
- Mantener una actitud abierta a compartir, sabiendo que el que da recibe.
- Aprender a relacionar la Palabra de Dios con el contexto en el que se sirve.
- Cultivar un servicio que no humille, sino que habilite y dignifique.
- Cultivar un servicio que vaya a las causas y a las necesidades mismas, tanto individuales como
colectivas.
- Desarrollar un servicio sin pretensiones proselitistas.
- Servir de acuerdo con nuestras capacidades y talentos.
- La praxis de la proclamación que anuncia, denuncia y testifica: la proclamación debe ser
reconciliadora, respecto a Dios, a uno mismo, al prójimo y al entorno. Debe anunciar el Reino de
Dios de diferentes formas y por diferentes medios, pero manteniendo como básico y primordial el
testimonio de cada creyente y de la comunidad cristiana.
- La praxis de la consolación: desarrollar una pastoral compasiva, considerando el dolor del
otro e identificándose con él, transmitiendo el poder de Dios y la consolación que viene de él.
- La praxis formadora: que capacite al pueblo de Dios para la obra del servicio, para edificar
el cuero de Cristo. Esta acción combina el conocimiento de la Palabra de Dios con la realidad en la
que se sirve, para una correcta aplicación a esta misma a la cotidianidad.
2° Iglesia: eje eclesiológico
La acción pastoral no constituye responsabilidad exclusiva de pastores y pastoras, sino de
toda la comunidad de creyentes. La doctrina del sacerdocio universal de los creyentes nos hace
responsables a todos. Todos debemos realizar conjuntamente la misión que Jesús nos encomendó,
bajo la dirección del Espíritu Santo.
3° Mundo: eje contextual
La comunidad debe ser un agente de proclamación, en respuesta al llamamiento del
señor. Es la acción de la iglesia para el mundo y hacia el mundo.
4° Modelo de Cristo Jesús: eje cristológico
El modelo de nuestra acción es Jesucristo, quien se humilló, renunció a su gloria y se
encarnó tomando forma de siervo y asumiendo en sí mismo el sufrimiento de la humanidad. Por
ello debemos servir con actitud de humildad, desinterés y espíritu de sacrificio. Además de no
excluir a nadie y reflejando el amor de Dios, que guía y dirige la misión.
5° Misión: eje misionológico
La acción pastoral responde a un fenómeno mayor: la misión de Dios, por lo tanto la
teología pastoral debe verse con una óptica misionológica. De lo contrario se corre el riesgo de
una acción eclesiocéntrica reducida a lo que se hace al interior de la iglesia. Por esto se reconoce
la acción pastoral con una doble función: hacia adentro de la iglesia, pero también hacia afuera de
ella.
3. Relación entre pastoral y misión
La acción pastoral que carece de una visión misionológica es sólo institucional y
eclesiocéntrica. Por otro lado la misión sin perspectiva pastoral es inconsecuente e irresponsable.
Por esto se afirma que debe haber una relación entre pastoral y misión. Aquí es necesario
entender que es Dios el impulsor y generador de la misión. Jesús es el buen pastor y el Espíritu
Santo es quien acompaña el desarrollo de la misión pastoral. En la relación trinitaria entre el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo está la motivación y capacidad para el cumplimiento de la tarea
pastoral-misional.
4. Desafíos para la pastoral actual
1. El desarrollo de una misión integral con prácticas concretas y coherentes a su propia
realidad.
2. Lograr que la misión se asumida por la iglesia en conjunto, no por grupo de personas
dentro de ella. Se necesita concebir una pastoral de Iglesia como pueblo de Dios
3. Convocar a la comunidad a que salga del templo, no despreciando la misión interna de la
iglesia, sino cumpliendo la misión mediante el estilo de vida de los creyentes y su
testimonio integral.
4. La Iglesia en A.L. ha copiado modelos que, muchas veces no son aplicables a su realidad. El
desafío es, entonces, desarrollar modelos pastorales a partir de la vida y ministerio de
Jesús, quien debe ser paradigma e inspiración de nuestra misión pastoral.
5. La acción pastoral solo cobra sentido cuando cumple una finalidad misionológica. Dios es
el agente primero de la misión pastoral, por lo tanto somos co-partícipes de la misión de
Dios.

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