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POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

TRABAJO APLICATIVO
ASIGNATURA
TEMA :
DOCENTE :
BATALLÓN :
SECCIÓN :
PROMOCIÓN :
INTEGRANTES :

N° DE APELLIDOS Y NOMBRES NOTA


ORDEN ELAB. SUST. PROMEDIO

1
DEDICATORIA

Dedicamos este trabajo a Dios, por la vida


que aún nos brinda, a nuestros padres, por el
esfuerzo que hicieron para nosotros poder
estar aquí, a nuestros superiores por sus
enseñanzas, que día a día comparten con
nosotros y por ello esperamos cumplir con las
expectativas. ¡Gracias!

2
INDICE

CARÁTULA 1

DEDICATORIA 2

ÍNDICE 3

INTRODUCCIÓN 4

MARCO TEORICO 5

CAPÍTULO I: JURISPRUDENCIA 5

CAPÍTULO II: LA JURISPRUDENCIA COMO FUENTE DE DERECHO 7

CAPÍTULO III: FUNCION CREADORA Y DECLARATIVA DE LA JURISPRUDENCIA 11

CAPÍTULO IV: JURISPRUDENCIA DEL PODER JUDICIAL 12

CAPÍTULO V: JURISPRUDENCIA EN EL PERU 13

CONCLUSIONES 19
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA 21

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INTRODUCCIÓN

Esta investigación trata sobre la jurisprudencia en el Perú, y se ha efectuado


siguiendo las orientaciones del método jurídico; además, se ha contado con la importante
asesoría de otras investigaciones universitarias de la cual ofrecen buenas
investigaciones.

La jurisprudencia es una fuente del derecho, compuesta por los actos pasados de
los que ha derivado la creación o modificación de las normas jurídicas. Por eso, en
ocasiones, se dice que un cierto caso “ha sentado jurisprudencia” para los tribunales de
un país.

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MARCO TEORICO

CAPÍTULO I:

JURISPRUDENCIA

1.1 ETIMOLOGIA DE LA JURISPRUDENCIA

La jurisprudencia fue identificada con la ciencia del Derecho (Iuris prudentia). ULPIANO
dio la definición siguiente: Jurisprudentia est divinorum atque humanorum rerum notitia
, iusti atque iniusti scientia (La jurisprudencia es el conocimiento de las cosas divinas y
humanas, y la ciencia de lo justo y de lo injusto). Esta acepción de la jurisprudencia se
mantiene hasta la actualidad; así, por ejemplo. Se habla de facultad de jurisprudencia,
revista de jurisprudencia , doctor en jurisprudencia. }

Etimológicamente, la palabra jurisprudencia deriva de los términos prudentia y Iuris ,


que para los romanos significó conocimiento del Derecho.

1.2 DEFINICIÓN DE LA JURISPRUDENCIA:

Jurisprudencia en sentido lato son las resoluciones que los magistrados judiciales
emiten en ejercicio de sus atribuciones jurisdiccionales para solucionar los conflictos a
ellos sometidos, que se suscitan entre los individuos o entre estos y la sociedad. En el
lenguaje jurídico puede hablarse de << una jurisprudencia >>, es decir, de una
resolución de los tribunales sobre un caso determinado o de la << jurisprudencia>> que
sería el conjunto de resoluciones de los tribunales.

Jurisprudencia en sentido estricto se refiere más propiamente a las resoluciones que


emite al máximo tribunal pero no a las resoluciones de los tribunales y juzgados
inferiores a él. Como en el concepto en sentido lato, aquí también puede hablarse de
una << una jurisprudencia >> o de << la Jurisprudencia>>.

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Como puede apreciarse, hasta aquí hemos dicho que la jurisprudencia proviene de los
tribunales de justicia. Así se debe entender que ocurre en el sentido clásico del
concepto. Sin embargo, en los tiempos actuales, también la administración pública, en
especial la que depende del poder ejecutivo, se ocupa de resolver muchas situaciones
particulares de conflicto emitiendo resoluciones. Esta injerencia de la administración en
la solución de conflictos es creciente y se explica por el aumento y complejidad de las
funciones que cumple el estado en la actualidad.

Así entonces, tenemos también la jurisprudencia administrativa, que es aquella que


producen diversos órganos de la administración pública para solucionar problemas
jurídicos que caen bajo su competencia. La jurisprudencia administrativa se asemeja a
la jurisprudencia de los tribunales en que las dos resuelven conflictos, la diferencia entre
ambas consiste en que la jurisprudencia administrativa es generada por la
administración pública, en tanto que la otra es por el Poder Judicial. Por lo demás, a la
jurisprudencia administrativa puede aplicarse también lo dicho sobre sentido lato
(producida por cualquier órgano administrativo competente) y sentido estricto (la
producida por el órgano administrativo de mayor jerarquía en el procedimiento de que
se trate), así como la distinción entre una jurisprudencia administrativa y la
jurisprudencia administrativa.

Hasta este punto el desarrollo, lo que nos interesa es que queden claros los conceptos
de jurisprudencia y jurisprudencia administrativa, así como sus variantes en sentido lato
y estricto. Como veremos posteriormente la jurisprudencia administrativa puede ser
impugnada ante el poder judicial bajo ciertas condiciones y requisitos. Sin embargo para
comprender adecuadamente todo ello, así como la relación entre jurisprudencia y otras
fuentes del Derecho, tenemos primero que hacer una breve descripción de la estructura
y funcionamiento procesal del Poder Judicial y de la administración pública. Así,
podremos comprender perfectamente todo lo referente a la jurisprudencia como fuente
del Derecho.

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CAPÍTULO II:

LA JURISPRUDENCIA COMO FUENTE DEL DERECHO

2.1 DEFINICIÓN:

La jurisprudencia, como fuente del Derecho, esta referida al conjunto de sentencias


pasadas en autoridad de cosa juzgada y a los actos administrativos firmes de la ultima
instancia.

En la actualidad predomina el criterio que identifica a la jurisprudencia con la doctrina


establecida de modo reiterado por los tribunales al interpretar y aplicar las leyes, las
costumbres y los principios generales del Derecho en el juzgamiento sobre una misma
cuestión de Derecho. En otras palabras , la jurisprudencia es el conjunto de sentencias
uniformes sobre un mismo asunto de Derecho.

Se distinguen dos acepciones de dicha palabra como conjunto de sentencias, según


sea entendida en sentido estricto o amplio. Sensu strictu , jurisprudencia es apenas la
doctrina sentada por el tribunal supremo de sentencias numerosas y contestes. En su
sentido amplio, por la jurisprudencia se entiende toda decisión emanada por la
autoridad judicial o gubernativa, independientemente de su rango y categoría , al
interpretar y aplicar el Derecho. Así , por ejemplo, se habla de jurisprudencia de la Corte
Suprema , jurisprudencia de la Corte Superior, jurisprudencia del Tribunal Fiscal, etc.

La jurisprudencia puede servir de fuente inspiradora (material) de la nueva legislación,


y, si se trata de jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, es También fuente,

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independiente, formal, de Derecho positivo, conforme al artículo 22 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial y artículo III del T.P., del Código Procesal Civil.

2.2 EN LA LEY ORGANICA DEL PODER JUDICIAL:

“Articulo 22 .- Jurisprudencia de obligatorio cumplimiento. Las salas especializadas de


la Corte Suprema de Justicia de la república ordenan la publicación trimestral en el
Diario Oficial “El Peruano” de las ejecutorias que fijan principios jurisprudenciales que
han de ser de obligatorio cumplimiento, en todas las instancias judiciales”.

“estos principios deben ser invocados por los magistrados de todas las instancias
judiciales, cualquiera que sea su especialidad, como precedente de obligatorio
cumplimiento. En caso de que por excepción decidan apartarse de dicho criterio, están
obligados a motivar adecuadamente su resolución dejando constancia del precedente
obligatorio que desestiman y de los fundamentos que invocan”.

“Los fallos de la Corte Suprema de la republica pueden excepcionalmente apartarse en


sus resoluciones jurisdiccionales, de su propio criterio jurisprudencial, motivando
debidamente su resolución, lo cual debe hacer conocer mediante nuevas publicaciones
también el Diario Oficial “ El Peruano”, en cuyo caso debe hacer mención expresa del
precedente que deja de ser obligatorio por el nuevo y de los fundamentos que invocan”.

2.2. EN EL CODIGO PROCESAL CIVIL.

El segundo párrafo del artículo III del T.P. del Código Procesal Civil prescribe: “ Artículo
III. Fines del proceso e integración de la norma procesal . …

“En este caso de vacío o defecto en las disposiciones de este Código, se deberá recurrir
a los principios generales del Derecho Procesal y a la Doctrina y jurisprudencia
correspondiente, en atención a las circunstancias del caso”.El articulo 400 del mismo

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cuerpo de leyes dispone: “Cuando una de las salas los solicite, en atención a la
naturaleza de la decisión a tomar un caso concreto, se reunirá los vocales en sala plena
para discutirlo y resolverlo. La decisión que se tome en mayoría absoluta de los
asistentes al pleno constituye doctrina jurisprudencial y vincula a los órganos
jurisdiccionales del Estado, hasta que sea modificada por otro pleno casatorio…”.

Si bien, de acuerdo con el citado articulo 400 del Codigo Procesal Civil, solo tienen
calidad de jurisprudencia, como fuente formal del Derecho, las decisiones tomadas por
mayoría del pleno casatorio de la Corte Suprema, sin embargo, tanto en el ambiente
común como en el forense, se comprende en el término jurisprudencia a las sentencias
expedidas por las diversas instancias del Poder Judicial, desde los jueces de paz hasta
las diversas salas de la Corte Suprema. Así, cuando un juez o un tribunal, sea de la
Corte Superior o de la Corte Suprema, expide una sentencia en que da una nueva
interpretación y una norma o conjuntos de normas, decimos que ha sentado
jurisprudencia. Y esto es correcto, porque los jueces, de cualquier categoría que sean,
están obligados a resolver todos los casos semejantes de la misma manera de que ya
lo resolvieron antes, como garantía de seguridad jurídica para los ciudadanos, quienes
tienen necesidad de saber como o que sentido están dando los jueces a las normas
que integran el Derecho positivo, para poder anticipar como van hacer resueltos sus
casos. De modo que los jueces están obligados por sus propias decisiones precedentes
que no pueden modificarlos en forma arbitraria, porque si asi lo hiciera, indicaría que
están administrando justicia no conforme al Derecho, sino de acuerdo con los litigantes
convertidos en sus clientes , lo cual es condenable. Los jueces pueden apartarse de los
términos en que fueron resueltos casos procedentes solo cuando existan razones
suficientes (nuevas valoraciones, evolución social, cambios ideológicos, etc.) que
exigen ser atendidas, y previa motivación en sus sentencias, a fin de conocer cual razón
le lleva a cambiar su criterio (ratiodecidendi), dejando constancia del precedente que
desestiman como dice Kelsen, la sentencia, por ser norma individualizada es creadora
del Derecho, porque el magistrado decide entre los extremos que la ley lo deja libre,
creando una situación obligatoria. A esto agregamos que la situación obligatoria creada
por la sentencia no solo es obligatoria para las partes del proceso en la cual se ha
dictado dicha sentencia, sino también para el propio juez y para todos los que serán
parte en proceso sucesivos sobre asuntos semejantes. Las decisiones judiciales o
administrativas definitivas dejaran de ser Derecho cuando han perdido su razón de ser
por cambio de las circunstancia en que su momento lo justificaron, caso en el cual se
decidirá con arreglo a otro criterio diferente.

La jurisprudencia tiene importancia relevante como medio de interpretación de las


normas jurídicas escritas. El juzgador, al aplicar la norma jurídica los casos concretos

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sometidos a su decisión, tiene que previamente fijar su sentido y alcance; por eso se
dice que la ley es lo que lo jueces quieren que sea o que “ La ley reina y la jurisprudencia
gobierna”. Pero la jurisprudencia ha de ser siempre según ley, porque esta “Se deroga
solo por otra ley”; la jurisprudencia puede ser modificada por el simple cambio motivado
de opinión del juzgador. Una jurisprudencia ágil para mantener actualizados los textos
legales y para corregir errores; pero esto no significa que los jueces modifiquen sus
criterios arbitrariamente a cada momento, sino que debe existir uniformidad de criterio
en todos los asuntos iguales o semejantes, criterio que solo serán modificados cuando
exista razones poderosas suficientes.

La jurisprudencia tiene algo de consuetudinario por referirse a la practica judicial e


interpretación de las leyes u otras fuentes de Derecho; pero cuando el ordenamiento
jurídico se refiere a la costumbre, es a la que se vive en un lugar y no a la elaborada
judicialmente.

La jurisprudencia es creadora del derecho, siempre que este ajustada a los preceptos
normativos escritos. Los jueces o tribunales, al adoptar por uno de los posibles
significado de las normas, van mas allá de la mera aplicación, crean Derecho (judicial).
En el sistema de Derecho del Commom law, toda sentencia judicial es creadora de
Derecho, tanto porque en relación con el caso particular fallado, su sentido jurídico
queda así específicamente estyablecido, cuanto porque dicho fallo o desición, de
acuerdo con el principio básico de que hay que stare decisis (acatar las desiciones) se
incorpora el commom law convirtiéndose en presedente obligatorio tanto para el tribunal
que lo dicta como para los demás, cuando tengan que resolver casos iguales los casos
deben subsumirse en el presedente, de tal modo que el juez no puede evadirlo.

Hay quienes sostienen que la actividad social no es creadora de Derecho sino que se
limita a declarar el Derecho establecido en la ley. Jimenez de Asua observa que todo
cuando se deriba de la contitucion es concretizador, pero que la ley obliga en cuanto
es ella norma generalizada, no como concreción de un precepto general; en cambio, la
sentencia obliga en cuanto existe un precepto generalizada que la hace ejecutar. La
sentencia obliga no porque los jueces manden a ejecutarla, sino porque una norma
general que se ordena que las sentencias pasadas en la autoridad de cosa juzgada son
obliogatoria. Si fuera cierto que el juez, al individualizar la norma, crea Derecho, también
lo crearía el alcalde de prisión al imponer una medida disciplinaria contra el reo y
sumiso, y esto nadie ha atrevido a afirmar. No compartimos este criterio del renombrado
penalista español, por cuanto la sentencia judicial (asi como cualquier otra orden
particual lleva a cabo, en el procedimiento previsto, conforme a la ordenación de las
competencias estatales) por su estructura es una norma jurídica individual en cuanto

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enlace de un supuesto hecho (abstraído de la realidad) y una consecuencia jurídica que
necesita ser ejecutada para llegar a la realidad.

CAPÍTULO III:

FUNCION CREADORA Y DECLARATIVA DE LA JURISPRUDENCIA

3.1 COMO CREADORA:

Los principios generales creativos señala las pautas que deben acatarse en la
elaboración, modificación y derogación de las normas. Los principios son los postulados
éticos que informan, inspiran y orientan la actividad del órgano constituyente, legislador,
ejecutivo, jurisdiccional y demás órganos menores de producción jurídica, así como el
Derecho consuetudinario.

En su función informadora del ordenamiento jurídico, los principios generales se


encuentran fuera de la clasificación jerarquica de la fuente formales del Derecho
positivo, y se consideran como tales a las ideas fundamentales en que se ha inspirado
el creador de las normas jurídicas y, por lo tanto, constituye la base de validez del
ordenamiento jurídico. Por ejemplo, cuando el Articulo 2° inciso 3° de la Constitucion
se establece que “toda persona tiene derecho: a la libertad… de religión”, el principio
general de la libertad generosa del ser humano constituye la materia o contenido de
dicho precepto constitucional.

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Tales principios se incorporan al ordenamiento jurídico por medio de la actividad
legislativa, ejecutiva y jurisdiccional, que origina la formación de las leyes, reglamentos
y sentencias. Esto es, que ellos van a formar parte de la materia o contenido de los
preceptos normativos. De este modo, quedan positivisados, es decir, convertidos en
Derecho positivo. Por ejemplo, la Constitución ha convertido en preceptos
constitucionales principios políticos como el de democracia, Estado de Derecho,
división de poderes, sufragio universal y secreto; principios relativos a los derechos
fundamentales de la persona: la libertad, la igualdad ante la ley, la libre contratación,
etc. El derecho prosesal a incorporado entre otros los principios de economía, celeridad,
eficacia, imparcialidad, publicidad, contradicción. El derecho penal ha positivisado los
principios de legalidad, tipicidad, antijuridicidad, culpabilidad exclusión de la analogía,
etc. El derecho internacional publico consagra los principios de amistad entre las
naciones, la cooperación internacional, la independencia política de los estados, los
principios relativos a los derechos fundamentales de la persona, etc.

CAPITULO IV:

JURISPRUDENCIA DEL PODER JUDICIAL

4.1- La potestad jurisdiccional


Las líneas generales de estructura y funcionamiento del poder judicial están señaladas
en la constitución, que establece que la potestad de administrar justicia emana del
pueblo y se ejerce por el poder judicial a travez de sus órganos jerárquicos con arreglo
a la constitución y a las leyes.

La administración de justicia o potestad jurisdiccional es una de las tres clásicas


potestades del Estado (las otras dos son la Legislativa y la Ejecutiva). Desde el siglo
XVIII, el estado contenporaneo ha sido organizado de tal manera que tres órganos (El
legislativo, el ejecutivo y el judicial) compartan estas potestades para que ninguno
pueda hegemonizar el poder tiránicamente.

Así, las leyes que dicta el órgano legislativo no pueden ser derogadas por ningún otro
órgano en ejercicio de sus funciones normales (a menos que, excepcionalmente, se
trate de la acción de inconstitucionalidad de las leyes, o que el congreso delegue su
potestad legislativa) y las desiciones de gobierno que adopta el ejecutivo tampoco

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pueden ser enervadas en ejercicio de funciones normales por órgano distinto (salvo el
caso extraordinario en que el poder judicial actua resolviendo las acciones de garantía
constitucional: Habeas corpus, amparo y acción popular, pero todo esto solo ocurre por
la supremasia que tienen la constitución o, en su caso la ley). En materia jurisdiccional,
teniendo en cuenta que la constitución encarga la potestad jurisdiccional al poder
judicial, sus desiciones son inmodificables y obligatorias.

En buena cuenta, la potestad jurisdiccional puede ser definida como aquella atribución
del poder del Estado que le permite resolver valida y definitoriamente los conflictos que
se presenta en la sociedad.

El hecho de que el Poder Judicial tenga la potestad jurisdiccional no implica, sin


embargo, que sea el único órgano del Estado que puede resolver conflictos. De hecho,
otros órganos también tienen esa atribución resolutiva (en especial el poder ejecutivo),
de forma tal que lo que mas propiamente quiere decir es que el poder judicial tiene la
ultima decisión en la resolución de conflictos (salvo, como veremos, en asuntos de
justicia militar y de tribunales arbitrales).

Esto significa que las resoluciones que emite el poder judicial no pueden ser revisadas
por ningún otro organismo y, al mismo tiempo, que las resoluciones que emiten otros
organismos con capacidad de resolver conflictos (especialmente el Poder Ejecutivo),
son revisadas y resueltas definitivamente por el Poder Judicial (esto último ocurre a
través de la acción Contencioso Administrativa). Solo las resoluciones que emite el
jurado nacional de elecciones en manera electoral escapan a esta regla.

CAPITULO V:

JURISPRUDENCIA EN EL PERÚ
El ordenamiento jurídico peruano incorpora al precedente judicial o stare decises como
fuente formal de Derecho.
La creación del Derecho debe ser la obra conjunta del legislador y el juez, puesto que
el legislador dicta la ley, pero ésta no opera por si sola, sino a través del juez, quien,
mediante la interpretación, establece su sentido con relación a un hecho concreto
sometido a su decisión, interpretación que servirá de fundamento para la solución de
otros casos futuros iguales, de tal modo que éstos no tengan respuestas jurídicas
contradictorias. Desde esta perspectiva, como no puede ser de otra forma, nuestro
ordenamiento jurídico establece los casos en que los tribunales encargados de

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administrar justicia crean precedentes o doctrina jurisprudencial vinculatoria, como lo
veremos a continuación.
El Código Procesal Constitucional (Ley 28237 de 31.5.04), art. VII, dispone: “Las
sentencias del Tribunal Constitucional que adquieren la autoridad de cosa juzgada
constituyen precedente vinculante cuando así lo exprese la sentencia, precisando el
extremo de su efecto normativo. Cuando el Tribunal Constitucional resuelva
apartándose del precedente, debe expresar los fundamentos de hecho y de derecho
que sustentan la sentencia y las razones por las cuales se aparta del precedente”.
De acuerdo con este texto, las sentencias del Tribunal Constitucional pueden o no ser
vinculantes para el propio Tribunal y demás órganos del Estado. Constituirán
precedente vinculante, o sea tendrán um efecto normativo general y abstracto, cuando
así lo exprese el propio texto de la sentencia, em cambio, cuando no contengan esta
declaración, no tendrán la calidad de precedente normativo obligatorio.
El Código Procesal Civil (CPC) de 1991, prescribe: “Art. 400. Doctrina jurisprudencial.
Cuando una de las salas lo solicite, en atención a la naturaleza de la decisión a tomar
en un caso concreto, se reunirán los Vocales en Sala Plena para discutirlo y resolverlo.
La decisión que se tome en mayoría absoluta de los asistentes al Pleno constituye
doctrina jurisprudencial y vincula a los órganos jurisdiccionales del Estado, hasta que
sea modificada por otro pleno casatorio.
Si los abogados hubieran informado oralmente a la vista de la causa, serán citados para
el pleno casatorio.
El pleno casatorio será obligatorio cuando se conozca que otra sala está interpretando
o aplicando una norma en un sentido determinado.
El texto íntegro de todas las sentencias casatorias y las resoluciones que declaran
improcedente el recurso, se publican obligatoriamente en el diario oficial, aunque no
establezcan doctrina jurisprudencial. La publicación se hace dentro de los sesenta días
de expedidas, bajo responsabilidad”.
Sorprende que no obstante el tiempo transcurrido desde la vigencia del CPC no se haya
realizado ningún Pleno Casatorio. No comprendemos por qué la Corte Suprema de
Justicia de la República no ha tomado la decisión de llevar a cabo la más importante,
innovadora, y menos costosa de las reformas que conduciría a que el Perú cuente con
una justicia predecible que legitimaría al Poder Judicial ante la ciudadanía. Nada
justifica, ni la falta de recursos, ni la falta de reglamentos, ni cualquier otra excusa para
que la Corte Suprema tome la decisión de crear la doctrina jurisprudencial, removiendo
cualquier pequeño obstáculo que se pueda presentar en el camino, erigiéndose de este
modo en un verdadero poder del Estado.
En plenos casatorios deben resolverse rápidamente casos sumamente sencillos que
vienen siendo resueltos en forma contradictoria, como por ejemplo: 1°. Cuando hay

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oposición entre el derecho de propiedad y el embargo, en unos casos se hace
prevalecer al de propiedad sobre el embargo, aunque aquél no haya sido inscrito y éste
sí (Casaciones: 2974-01, 2472-2001, 3662-01 y 2720-2002), y en otros, se dispone que
prevalece el embargo inscrito sobre el de propiedad no inscrito (Cas. 2683-2001); 2°.
En unos casos se dispone que el pago parcial es causal de contradicción al mandato
ejecutivo (Cas. 1123-2000) y en otros que no es causal de contradicción (Cas. 3147-
98); 3°. Tratándose de títulos valores en los que estén involucradas personas jurídicas,
en unos casos se sostiene que sólo es exigible que se consigne el nombre de los
representantes y no el número de su DNI (Cas. 1778-2005) y en otros se declara la
nulidad de las letras de cambio por no haberse consignado el DNI del representante de
la empresa (Cas. 1742-2003); 4°. En unos casos se establece que no procede el
recurso de casación respecto del pago de costas y costos del proceso, por tratarse de
un asunto accesorio (Cas. 3322-2000) y en otros se afirma que se ha incurrido en la
vulneración del debido proceso al haberse condenado indebidamente al pago de costas
y costas (Cas. 3742-2000. Lima); 5° cuando la resolución que es materia de la demanda
contencioso administrativa ha sido expedida por el Consejo directivo del OSINERG, en
unos casos se establece que el conocimiento de la causa compete al Juez
Especializado en lo Contencioso Administrativo (Cas. N° 794-2004-LIMA) y en otros,
que compete a la Sala Contencioso Administrativa de la Corte Superior respectiva (AP.
N° 3535-2006-LIMA, Sala Civil Permanente de la Corte Suprema); 6º. Cuando el
demandado por reivindicación alega que también es el propietario, en unos casos se
dice que en la vía reivindicatoria no se puede discutir el mejor derecho de propiedad
(Cas. 2550-98) y en otros, que si es posible (Cas. 1240-04. Tacna). En materia de
nulidades y en general de ineficacia de actos jurídicos, especialmente de contratos, la
cosa es espantosa.
El Código de Procedimientos Penales dispone: “Art. 301.A. 1. La sentencia de la Sala
Penal de la Corte Suprema, sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 12 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial, constituyen precedente vinculante cuando así lo expresen las
mismas, precisando el extremo de su efecto normativo. Cuando la Sala Penal de la
Corte Suprema resuelva apartándose del precedente, debe expresar los fundamentos
de hecho y de derecho que sustentan la sentencia y las razones por las cuales se aparta
del precedente. En ambos casos la sentencia debe publicarse en el Diario Oficial y, de
ser posible, a través del Portal o Pagina Web del Poder Judicial.
2. Si se advierte que otra Sala Penal Suprema u otros integrantes de la respectiva Sala
Penal en sus decisiones sostuvieran criterios discrepantes sobre la interpretación o la
aplicación de una determinada norma, a instancia de cualquiera de la Salas, de la
Fiscalía Suprema en lo Penal o de la Defensoría del Pueblo –en relación a los ámbitos
referidos a su atribución constitucional- se convocará inmediatamente al Pleno de los

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Vocales de lo Penal de la Corte Suprema para dictar una sentencia plenaria, la que se
adoptará por mayoría absoluta.
En este supuesto no se requiere la intervención de las partes, pero se anunciará el
asunto que la motiva, con conocimiento del Ministerio Público. La decisión del Pleno no
afectará la sentencia o sentencias adoptadas en los casos que determinaron la
convocatoria al Pleno de los Vocales de lo Penal. La sentencia plenaria se publicará en
el Diario Oficial y, de ser posible, a través del Portal o Página Web del Poder Judicial
” (7).
El no acatamiento de este mandato da lugar a que en materia penal se den casos
emblemáticos como el siguiente: El personal policial que efectuaba el patrullaje de
rutina por La Avenida Perú de la ciudad de Trujillo, intervino, el 17.3.2001, al ciudadano
Adolfo Pacheco Mejía, encontrando en su poder una pistola con un proyectil sin
percutar; con el atestado policial se formaliza la denuncia, instaurándose el proceso
penal por el delito de PELIGRO COMÚN – TENENCIA ILEGAL DE ARMAS DE FUEGO,
en agravio del Estado (Inst. Nº 489-2001, 2do. Juzgado Penal). El procesado, persona
de escasos recursos, es sobrino de un magistrado de la Corte Superior de la Libertad,
quien le pagó un Abogado para que lo defienda. Se tramitó la instrucción en la vía del
PROCESO ORDINARIO; efectuados los informes finales del Fiscal Provincial y el Juez,
se elevó el expediente a la Sala Penal Superior, quien, de conformidad con lo solicitado
por el Fiscal Superior, declaró insubsistente los informes finales y mandó que el
Juzgado de origen adecue el proceso a las normas del PROCESO SUMARIO
(3.9.2001). El Juez hace la adecuación al proceso sumario y dicta sentencia el
24.9.2002, absolviendo al procesado, por no haberse determinado que el arma sea
idónea para lesionar el bien jurídico tutelado. El expediente sube en apelación a la Sala
Penal Superior, quien, esta vez contrariamente a lo que antes resolvió en este mismo
caso, anula la sentencia y dispone que el juez de origen adecue la causa al trámite del
PROCESO ORDINARIO (primero dijo que se sumarice, y ahora que se ordinarice el
proceso). El Juez ordinariza el tramite y con los informes finales eleva el expediente a
la Sala Penal Superior, quien luego de efectuado el juicio oral dicta sentencia
absolviendo al procesado. El Procurador interpone recurso de nulidad; la Sala Penal
Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República mediante Resolución de
fecha 29.9.2005, anula la sentencia y dispone que el juez de la cusa SUMARICE EL
PROCESO, o sea después de haberse resuelto el caso en un juicio público,
contradictorio, de prueba plena, el Supremo Tribunal de la República, anula lo actuado
y dispone que el caso lo resuelva el juez en vía sumaria. El juez de la causa,
seguramente desconcertado por las decisiones de las instancias superiores y cansado
de ordinarizar y sumarizar el proceso, adecua el tramite al PROCESO SUMARIO y dicta
sentencia el 1.3.2007, colocando al procesado en el border line entre la libertad y la

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cárcel, es decir, condenándolo a CUATRO AÑOS DE PENA PRIVATIVA DE LA
LIBERTAD suspendida. El sentenciado cuenta lo sucedido su tío que pagó a su
abogado; el tío, anonadado por lo sucedido en un juicio que viene durando MÁS DE
SEIS AÑOS, le dice que apele; el sentenciado contesta que no, que mucho mejor
hubiera sido que desde un inicio lo envíen a la cárcel por tres o cuatro años, que a la
fecha ya habría salido y estaría trabajando tranquilo. Este hecho acredita que en el Perú
nadie puede estar seguro de ser víctima de las “injusticias de la justicia”, ni los propios
magistrados, como a sucedido en este caso con el magistrado que pagó un abogado
para que defienda a su sobrino, confiando, no diremos ingenuamente, que si puede
haber justicia por parte de sus colegas.
Con un mínimo de sentido común se deduce de estos ejemplos que nuestros
magistrados (no todos por supuesto, porque hay excepciones) en vez de solucionar
conflictos los complican más o los dilatan innecesariamente. Ellos se comportan de este
modo porque tienen asegurada su mensualidad, mientras que los litigantes, desde la
persona más modesta hasta el empresario más próspero, a quines obligan a transitar
por años por los pasillos del Poder Judicial, tienen que trabajar día y noche para
ganarse el sustento y pagar impuestos con los que se cubre también las
remuneraciones de los magistrados.
La Ley Orgánica del Poder Judicial, art. 22, establece: “Las Salas Especializadas de la
Corte Suprema de Justicia de la República ordenan la publicación trimestral en el Diario
Oficial El Peruano de las ejecutorias que han de ser de obligatorio cumplimiento, en
todas las instancias judiciales.
Estos principios deben ser invocados por los magistrados de todas las instancias
judiciales, cualquiera que sea su especialidad, como precedente de obligatorio
cumplimiento. En caso que por excepción decidan apartarse de dicho criterio, están
obligados a motivar adecuadamente su resolución dejando constancia del precedente
obligatorio que desestiman y de los fundamentos que invocan (8).
Los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la República pueden excepcionalmente
apartarse en sus resoluciones jurisdiccionales, de su propio criterio jurisprudencial,
motivando debidamente su resolución, lo que debe hacer conocer mediante nuevas
publicaciones, también en el Diario Oficial El Peruano, en cuyo caso debe hacer
mención expresa del precedente que deja de ser obligatorio por el nuevo y de los
fundamentos que invocan” (9).
Nos preguntamos ¿qué es lo que sucede al interior de la Corte Suprema? ¿cuáles son
las razones por las que no ha activado los mecanismos del art. 22 de su propio estatuto
para generar la predictibilidad de las decisiones judiciales? La credibilidad del Poder
Judicial depende de que imparta una justicia predecible. No es creíble cuando frente a
las críticas al sistema de justicia, los jueces contestan diciendo que eso se debe a que

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en todo proceso judicial hay un ganador y un perdedor, que la parte perdedora siempre
se queja. En verdad, el que pierde porque no tenía razón no protesta, salvo, por
supuesto, algunos litigantes o abogados carentes de ética que no faltan; se queja el
litigante a quien se le ha privado de su derecho haciendo prevalecer la falsedad sobre
la verdad; también se queja el litigante vencedor porque la justicia le ha llegado
demasiado tarde o porque le ha resultado muy costosa.
La justicia predecible es uno de los presupuestos, sino el más importante, de la
seguridad jurídica de un país. No ganamos nada penalizando nuestros problemas
sociales o incrementando penas con una justicia penal impredecible que puede someter
a proceso o condenar a inocentes, o no procesar o dejar libres a avezados delincuentes.
Todos los esfuerzos para promover las inversiones nacionales y extranjeras caen en
saco roto ante una justicia civil, comercial, laboral, tributaria, impredecible. Con
sentencias contradictorias sobre casos semejantes, nadie puede estar seguro si va a
resultar vencedor en un proceso judicial por más que le asista toda la razón del mundo,
ni nadie puede asegurar que no va a ganar la litis que ha promovido sin que le asista
ninguna razón.
Como lo señalan el Código procesal civil y la Ley Orgánica del Poder Judicial, la
publicidad de las sentencias que establecen precedentes vinculantes permite: que sean
conocidas y acatadas por los magistrados de todas las instancias; que su predictibilidad
genere seguridad jurídica; que la doctrina jurisprudencial no sea sustituida por
interpretaciones caprichosas de algunos jueces; que la ciudadanía confíe en el Poder
Judicial; que genere críticas, debates académicos, con el fin de enmendar errores; que
la administración de justicia sea transparente, de calidad, y esté sometida al escrutinio
popular.
Las sentencias contradictorias y ocultas, conocidas sólo por las partes litigantes o son
fuente de corrupción o esconden la inidoneidad de sus autores para administrar justicia.
En cambio, las sentencias dictadas en conformidad con el precedente vinculante y
conocible por todos son fuente de Derecho y legitiman al Poder Judicial.
La Corte Suprema de Justicia de la República viene publicando las sentencias dictadas
en casación, dos o tres cuadernillos cada cierto tiempo, pero lo hace sin ningún orden,
con letra chiquita que dificulta su lectura, muchas de ellas contradictorias por resolver
casos semejantes en forma diferente, sin que se pueda saber cuál o cuales de ellas
constituyen precedente vinculante. Se repite con frecuencia el mandato legal que dice
que la casación tiene como objetivo la unificación de la jurisprudencia nacional (art.
384), pero cuando los jueces de las instancias inferiores o los abogados invocan una
sentencia casatoria, la Corte Suprema contesta que “la ejecutoria suprema invocada no
constituye doctrina jurisprudencial, por no haber sido expedida con los requisitos
establecidos en el art. 400 del CPC”. Esto es como decir Yo administro justicia como

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me da la gana. Evidentemente esta actitud de nuestro tribunal supremo viola el principio
de igual de todos los litigantes ante la ley y hace tabla raza del ordenamiento jurídico,
lo que indudablemente genera responsabilidad política, administrativa, civil y penal que
se debe determinar en cada caso.

CONCLUSIONES

1. Los sistemas del Civil Law y Common Law han aportado e influenciado
mucho a nuestro sistema jurídico, por ende, la interpretación de la

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jurisprudencia vinculante y los acuerdos plenarios no debe ser realizada de
manera aislada, sino en concordancia de los rasgos compartidos de los
sistemas judiciales que han influido en ellos. El Civil Law mostró menor apego
a la casuística, por ende el empoderamiento del sistema judicial se vio
opacado por el poder legislativo a través de la fuerza vinculante de la norma,
lo cual dio lugar a que se establecieran directrices de actuación a los jueces
a fin de que se uniformice su actuación al momento de resolver los casos,
por ende, este sistema es el mayor influyente de los acuerdos plenarios ya
que a través de ellos se ordena la actividad jurisdiccional en cuestiones de
interpretación normativa. Por otro lado, el Common Law ha influenciado a
nuestro sistema desde la importancia otorga a la formación de criterios
interpretativos a través de la resolución de los casos, los cuales ameritan ser
resueltos de manera uniforme ante hechos similares a través del stare
decisis, lo cual nos muestra que el antecedente de la jurisprudencia
vinculante se ubica en el Common Law.
2. La actividad jurisdiccional en el Perú ha aumentado su actividad debido al
desarrollo social y diversas nuevas formas de ejercicio de derechos por parte
de los ciudadanos, lo que exige un mayor razonamiento judicial para
solucionar las controversias suscitadas , sin embargo, este razonamiento
exige un alto grado de responsabilidad que se oriente a asegurar el
fortalecimiento de un sistema jurídico ordenado, cuyas decisiones judiciales
puedan tener un alto grado de legitimidad basada en decisiones autónomas,
predecibles y con alto grado de interdicción de la arbitrariedad. Ante esta
necesidad se ha contemplado la existencia de la jurisprudencia vinculante así
como los acuerdos plenarios, los que constituyen herramientas destinadas a
cumplir los fines de la armonía sistémica judicial.
3. En el Perú, la jurisprudencia vinculante contempla al precedente
vinculante en materia constitucional, penal, civil, contencioso administrativo
y laboral, así como a la casación. En todos los casos la decisión va a ser
determinada por órganos de máxima instancia y dependiendo de la materia
podrá emitir pronunciamiento el Tribunal Constitucional en materia
constitucional y la Corte Suprema en las demás materias, asimismo, en cada
modalidad de jurisprudencia vinculante se resuelven problemas concretos y
un caso en particular. Por otro lado, los acuerdos plenarios podrán ser
celebrados a través de plenos jurisdiccionales entre Cortes Superiores de
Justicia así como a nivel de la Corte Suprema de Justicia, estos plenos
jurisdiccionales se realizan sobre cuestiones de interpretación normativa y

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por ende, no resuelven casos en concreto pese a que la razón para que sean
celebrados deriva de la existencia de resoluciones contradictorias.
4. La obligación de seguir los acuerdos plenarios así como a la jurisprudencia
vinculante se divide en una obligación horizontal y vertical. Es vinculante de
manera horizontal porque quienes emitieron la decisión o interpretación
vinculante tienen la obligatoriedad de seguir su decisión o criterio
interpretativo bajo un principio de consistencia y coherencia interna. La
vinculatoriedad vertical se ciñe por el principio de autoridad por parte de
quienes emitieron la decisión o interpretación vinculante hacia los jueces de
inferior instancias anteriores.
5. El grado de vinculatoriedad de los acuerdos plenarios es menor respecto
de la jurisprudencia vinculante, pues en el primer caso cabe la posibilidad de
que los jueces rechacen el argumento del pleno jurisdiccional, sin embargo,
deben fundamentar las razones de su decisión de manera expresa. Por otro
lado, la jurisprudencia vinculante no permite la desvinculación por parte de
los jueces de instancias inferiores.
6. La jurisprudencia vinculante y los acuerdos plenarios comparten un
principio de discurso que permite arribar a decisiones vinculantes a través de
consensos, lo cual exige un proceso expositivo y de argumentación de ideas
que logren unificar un criterio obligatorio a demás instancias. El proceso
discursivo juega un valor determinante pues a través del mismo se puede
obtener mayor legitimidad más allá de la que otorga la norma, lo cual puede
realizarse a través de mecanismos de colaboración doctrinaria como el
amicus curiae.
7. Para efectos de comprender a la jurisprudencia vinculante así como a los
acuerdos plenarios debe identificarse la diferenciación entre la ratio decidendi
y obiter dicta. En el primer se configurará como vinculante las razones
suficientes que sirvieron para arribar a la decisión final. De otro lado el obiter
dicta tendrá relevancia al momento de efectuar el overruling, pues solo así se
puede evidenciar las razones por las cuales se realizará el cambio de criterio
o revocación de los acuerdos plenarios así como la jurisprudencia vinculante.
8. Las decisiones judiciales, desde una perspectiva de origen, no gozan de
legitimidad democrática, pues la elección de magistrados no deriva de
manera directa de la democracia y muchas de sus decisiones son de carácter
contra mayoritario, lo cual exige que la legitimidad de los fallos sea defendido
desde un punto de vista argumentativo y pueda ser oponible a quienes se
encuentran afectos por la resolución final del juez. Asimismo la motivación de
las resoluciones judiciales no sólo constituye una herramienta de legitimidad

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de la decisión, sino que también constituye un derecho por parte los
justiciables que se encuentra contemplado en nuestra Constitución Política.
Toda motivación debe cumplir estándares mínimos de coherencia lógica,
justificación interna y justificación externa, los que deben asegurar una
decisión basada en fundamentos jurídicos y razones válidas.
9. Tanto la jurisprudencia vinculante como los acuerdos plenarios gozan de
una argumentación propia, en la se exponen la razones por la cuales se llegó
a la decisión o carácter interpretativo vinculante, sin embargo no debe
entenderse que esta motivación resulta suficiente con citarla, es necesario
que se efectúe un ejercicio lógico y de coherencia que justifique las razones
por las que el caso en concreto se enmarca dentro de la jurisprudencia
vinculante o acuerdo plenario a utilizar, esta motivación debe ser específica
respecto al caso concreto. Esto no impide poder recurrir a la motivación por
remisión en el caso de que la jurisprudencia vinculante o el acuerdo plenario
sea lo suficientemente específico y los hechos analizados puedan ser
subsumidos en el mismo de manera evidente.
10. La obligatoriedad de seguimiento a la jurisprudencia vinculante así como
a los acuerdos plenarios deriva de un principio de autoridad, sin embargo no
todo caso que cuente con hechos contemplados en un acuerdo plenario o
jurisprudencia vinculante obliga al juez a seguirlo, pues aun así puede
tratarse de un caso diferente al contemplado por la jurisprudencia vinculante
o a un supuesto de hecho contemplado por un acuerdo plenario. La figura del
distinguishing proveniente del Common Law contempla la posibilidad de
evidenciar a la luz de un caso en concreto que un precedente no cuenta con
la necesidad de ser aplicado, pues no corresponde a la situación análoga,
por ende, se resolverá el caso en base a los criterios interpretativos del juez.

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BIBLIOGRAFÍA

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Derecho. (3ª . ed). Lima: INDEMSA. (pp: 468-471).

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(10ª. ed.). Lima: Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del Perú.
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Jurídica de Chile. (p: 66).

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