agricultura va a ser totalmente distinta” El Director de la Maestría de Agronegocios de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) destaca el rol de las nuevas generaciones y el potencial transformador de la robotización y eficientización de procesos.
La agricultura es una actividad generadora de nuevas tecnologías y, a su vez, una aspiradora
de innovaciones. Los últimos diez años, la biotecnología pero también tecnologías de procesos y en maquinaria propusieron un cambio importante en la actividad pero ¿Qué pasará la próxima década? En diálogo con Clarín Rural el Director de la Maestría de Agronegocios de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba), Sebastián Senesi, explica por qué imagina un cambio disruptivo en el modelo de agronegocios a partir de una “socialización tecnológica”. -¿Cómo imaginás el futuro de la agricultura? -La manera en la que hoy hacemos el proceso agrícola va a ser totalmente distinto de acá a diez años. Me refiero a la producción de cultivos extensivos. Van a tener un cambio disruptivo. Una de las grandes variables que van a motorizar el cambio es la tecnología, que va modificar modelos y cambiar posiciones de liderazgo. Hoy, en Argentina, producto de las condiciones macroeconómicas: inflación del 47%, tasas de interés a del 60%, alto costo laboral y presión fiscal, retenciones… el nivel de adopción de tecnologías masivo, en escala es bajo. Pero esto va a cambiar. -¿Y cómo imaginás ese proceso de cambio en la adopción? -Dos etapas. Primero, en los próximos cinco años, donde no va a cambiar tanto la forma en la que se hace agricultura pero ya se verán cambios tendientes a hacer más eficiente el proceso y el uso de insumos. Imaginamos una mayor adopción de tecnologías de procesos: utilización de imágenes satelitales, más TICs (Tecnologías de Información y Comunicación) y agricultura digital. El segundo lustro, a ese nivel de adopción se le sumarán nuevos eventos biotecnológicos y una mayor utilización de bioinsumos. Y lo que creemos (N de la R: desde la maestría de Agronegocios) que va a ser tremendamente disruptivo es la automatización y la robotización de muchas prácticas que hoy se hacen en forma manual. -¿Por ejemplo? -Ejemplo de esto son las tecnologías hoy ya disponibles aunque poco difundidas en pulverizaciones y siembras. Hoy ya se puede sembrar casi en forma automática, sin superposiciones, cambiando dosis, etc. A futuro imagino más prácticas automatizadas, robotizadas. Por ejemplo, en la pulverización, que es hoy uno de los grandes cuestionamientos hacia la producción de granos. -¿Y cómo creés que va a poder implementarse ese cambio para alcanzar una adopción más extendida de estos paquetes tecnológicos? -Hay varias cosas, pero uno de los drivers es el cambio generacional. El desembarco en puestos importantes de las empresas de nativos digitales, de los que nacieron con la tecnología bajo el brazo. Los que hoy tienen 25-30 años son los emprendedores de la próxima década. -¿Qué va a pasar con las empresas medianas y chicas? -Todas van a tener que rediseñar la forma de pensar la agricultura Por eso digo que no sólo es un cambio para algunos. Lo que va a cambiar el negocio. La manera en la que hoy hacemos agricultura se va a modificar en diez años. En cinco años vamos a hacer lo mismo pero con más tecnología. Pero de acá a diez vamos a tener un agro totalmente distinto. Es un cambio profundo en cómo se piensan y desarrollan los agronegocios. -¿En qué va a cambiar el modelo de negocios? -La posibilidad de contar con más información le va a dar una dinámica distinta en varios aspectos. Mirá, uno por ejemplo. Hoy casi el 70% de la agricultura se hace en campos arrendados. La información de cómo viene siendo trabajado ese campo es un plus para el dueño que lo pone en alquiler, y lo puede valorizar de otra manera, pero también para el que lo alquila, que puede conocer cómo viene siendo manejado, por ejemplo, en fertilidad, rotaciones, uso de fitosanitarios o mapas de índice verde por malezas. Va a permitir entender claramente cómo es el campo, cómo estuvo y cómo está. -¿Tener más datos, ¿permitirá repensar la escala? -Es interesante el tema de la escala porque una de las limitantes que tuvo en su momento era que no se podía controlar la administración de tantas hectáreas en lugares tan distantes. Y se fallaba en momentos de siembra, aplicación de fitosanitarios, etc. Hoy, con la tecnología que hay y la que vendrá este sería un problema resuelto porque se puede saber qué está pasando en tu campo a 1000 kilómetros y qué están haciendo tus máquinas. Minimizar este costo de control permitiría aumentar superficie. Pero también se puede pensar en producir más kilos sin tener que crecer en superficie… Los últimos 15 años el crecimiento de la producción, sobre todo los primeros 10 de esos 15, se dio más que nada por un aumento de la superficie. Hoy no hay una incorporación tan agresiva de nuevas áreas. Todos estos datos pueden permitir es hacer una estrategia de diferenciación. Por ejemplo, haciendo pulverizaciones selectivas de herbicidas luego se puede certificar una estrategia de manejo diferenciada con baja residualidad de agroquímicos. Entonces, la baja escala, sostenida en una estrategia de diferenciación y una especialidad o con algún atributo que el mercado demanda permitiría mantenerse bien en el negocio Es un tema que todavía no está claro. Es importante ir acompañando este proceso detectando oportunidades y amenazas. -¿Y qué rol creés que tendrán todas estas tecnologías y datos para comunicar, contar y certificar cómo se trabaja en el campo? -Los cambios masivos habitualmente se dan por una imposición legal o por un beneficio económico. En la adopción de estas tecnologías, hay un tercer factor que es la presión social. Lo que la sociedad y las comunidades exigen de, en este caso, una actividad como el agro. La presión social, entonces, es parte del por qué nosotros pensamos que la tecnologías de este tipo se van a ir adoptando. El hecho de poder conocer y socializar datos de cómo se hacen las cosas representa también una situación en donde las comunidades se sientan escuchadas y reconocidas dentro del proceso agrícola. Fuente Clarín Inovação Disruptiva no AGRONEGÓCIO e Startups Agrícolas no Brasil - Professor Me. Wederson Vianna 890 visualizaciones
151COMPARTIRGUARDAR
Grupo Destra
Publicado el 29 dic. 2016
SUSCRIBIRSE 371
O século XXI é o século das inovações transformacionais, em contraponto ao século XX,
das inovações incrementais. O que isso significa? Que as inovações disruptivas serão constantes. A transformação contínua dos processos e modelos de negócio serão nosso dia a dia. Mas, o que é inovação disruptiva? São inovações que introduzem novos benefícios ao mercado, como maior simplicidade e conveniência no uso, muitas vezes também ao menor custo. Estas inovações batem de frente com os produtos e serviços existentes, pois a maioria das empresas não está preparada para enfrentar modelos de negócio diferentes dos que consolidou ao longo de décadas de sucesso. Além disso, por estarem engessadas em seus modelos mentais e presas a processos que a levaram a posições sólidas, custam a perceber as mudanças no mercado, subestimando as inovações disruptivas. A maior fazenda digital de pecuária do mundo pertence a um brasileiro de 36 anos, mas tal como aquela "casa tão engraçada, que não tinha teto, não tinha nada", Danilo Leão não tem um hectare de terra, nenhuma cabeça de boi. Todo o seu patrimônio cabe no celular - e com ele Leão vem atraindo investimentos dentro e fora do país, como o do grupo Telefônica e de Hein Brand, ex-CEO da sul- africana Naspers, dona do site Buscapé. Mariana Vasconcelos, 24 anos, só tem "a ponta da bota suja de barro" e já chamou a atenção do Google, da Nasa e da Coca-Cola pelos algoritmos de alta complexidade que desenvolveu para ajudar a tomada de decisão do produtor rural brasileiro. Já Alexandre Veiga se considera um "serial". Depois de meia dúzia de negócios criados e vendidos, lançou, aos 28 anos, uma plataforma digital que tem a pretensão de ser a "Amazon" do agronegócio. Fã do Uber e do AirBnB, ele acredita que o futuro do campo também passará pela economia compartilhada. Em comum, os três enxergam no agronegócio oportunidades potenciais de negócio, sobretudo no Brasil. Ao contrário do senso comum, porém, seus ativos não são commodities. A tecnologia detrás da produção é que lhes interessa. Esses jovens representam uma faceta nova do empreendedorismo brasileiro: o "Agtech", termo em inglês para designar tecnologias que digitalizam, conectam e automatizam a produção agropecuária, no sentido estrito da "internet das coisas". Mais que isso: é preciso ser disruptivo, ou seja, desenvolver produtos e serviços capazes de criar um novo mercado (e desestabilizar os concorrentes). Assista esse vídeo e fique por dentro da Inovação Disruptiva no Agronegócio! Se gostar, dê um like e Inscreva-se no Canal.