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El 67% de la población de este distrito presenta un estrato económico medio bajo y bajo, su
población juvenil (de 10 a 29 años) representa el 44.4% de los habitantes del distrito. El 6 % de su
población son analfabetas, destacando la zona de El Ermitaño que presenta niveles de
analfabetismo del orden del 22%.
Este distrito presenta una organización de base bien posesionada y fuerte, registrando 88 clubes de
madre en los cuales 2,200 socias desarrollan actividades de preparación de alimentos y experiencias
productivas en beneficio de la comunidad.
En el campo de la salud, este distrito presenta un promedio del 14.6% de desnutrición crónica,
debido principalmente a la situación de pobreza que asciende al 18.2% del total de la población y a
que solo el 53.1% de su población económicamente activa se encuentra formalizada, el 21 % está
autoempleada y el 36.5% es informal.
La muestra seleccionada aleatoriamente (15 personas), nos muestra que un 60% son trabajadores
informales (9 personas): 1 chofer de transporte público, un prestamista y 7 vendedores ambulantes;
2 amas de casa, una meretriz formal, una trabajador formal, 1 universitario y 1 profesor
universitario.
Esta muestra de población (15 personas) tiene un ingreso per cápita que fluctúa entre los S/. 600 y
S/. 800 soles, con un 60% de entrevistados que realiza el oficio de vendedores ambulantes, con un
grado de instrucción predominantemente de secundaria (67%). Un 27% de los entrevistados
aseguran vivir más de 50 años en el sector y un 27% tiene un tiempo de residencia de 1 a 9 años. Un
54% de los entrevistados tienen entre 2 y 3 hijos en promedio, con un estado civil mayoritariamente
soltero (47%).
Esta población en su día a día se desplaza básicamente a buscar su sustento económico en mercados
y paraditas, desarrollan el comercio informal, en espacios urbanos inadecuados, pero
convenientemente ubicados al lado de comercios formales, orientando hacia la venta de productos
de primera necesidad y productos de segunda mano, sobre todo vestimenta.
Apreciamos que este poblador ha desarrollado ciertas destrezas y habilidades que le permiten
acceder a zonas de comercio formal, tales como: el conocimiento en su totalidad de la II zona de
Tahuantinsuyo, los sectores que revisten ciertos niveles de inseguridad, las horas de mayor
afluencia de público, el comportamiento del usuario o comprador habitual y la conformación de su
canasta básica.
Además ha desarrollado destrezas en relación con las tecnologías de información y comunicaciones,
tales como: el manejo del celular, tanto como para efectuar llamadas y enviar mensajes como la
utilización de ciertas aplicaciones para el ocio y entretenimiento y la información en tiempo real.
Las destrezas y habilidades incluyen las competencias que desarrollan los individuos para efectuar
desplazamientos, estás consideran competencias físicas y de buena salud, conocimientos de
informática, aplicaciones, internet y, de organización para el desplazamiento, aquellas que podemos
construir de mano de nuestros vecinos, colegas de trabajo y familiares.
Los pobladores de la II zona de Tahuantinsuyo presentan habilidades varias, tales como: el estar en
buenas condiciones física y de salud, dado que el 80% reconoce que se encuentra en buenas
condiciones físicas para realizar sus desplazamientos, más de la mitad (60%) de la población
entrevistada no sufre de alguna dolencia y tampoco tiene algún tipo de discapacidad. Además el
80% conoce su barrio a plenitud y se siente en libertad, comodidad para realizar sus trayectos
cotidianos. Además el 80% de la muestra conoce la ruta de la mayoría de líneas de transporte
público y emplea varios modos de transporte.
Por otro lado, la accesibilidad representa las facilidades, confort y/o limitaciones y obstáculos que
afectan los desplazamientos de los individuos en un medio urbano específico.
Al respecto, la mayoría de las personas entrevistadas (60%) tienen las condiciones para realizar
cotidianamente desplazamientos a la “paradita”, sus veredas y calzada facilitan desplazamientos
confortables diariamente. El entorno urbano y su accesibilidad permiten trayectos que en promedio
son cortos, entre 5-10 minutos (40%). Además, gastando en promedio entre 2 y 3 soles (46%) y
usando predominantemente el transporte público (87%).
Estas personas usualmente no cambian de ruta (67%), realizan 4 trayectos diarios en promedio
(93%) y sin realizar trasbordos en su mayoría (80%). Además el 73% de los encuestados maneja
dispositivos, tales como tarjetas del Metropolitano o el Tren, pero hacia su lugar de trabajo o hacia
el paradero, utilizan en su mayoría los viajes a pie (73%).
Estos pobladores han desarrollado un “habitus” en relación con la practica social del comercio de
tipo informal, conoce sus rutas de desplazamientos, la forma de acceder diariamente a su
mercadería, de guardarla o extenderla sobre el piso, ponerla a la vista de los posibles compradores,
sacar la cuenta rápido y segura, de conversación con sus clientes, de desarrollar poder de
convencimiento, del “regateo”, de ganarse su confianza, de vender en “cuotas” o “fiar” si fuera el
caso.
Aunque sus desplazamientos son en general muy cortos, son más constantes. Regresan a sus casas
a cuidar a sus familiares, a preparar sus comidas, mientras tanto dejan al cuidado de sus puestos a
otros comerciantes vecinos o algún miembro de su familia, que también vive en la zona y tiene la
posibilidad de desplazarse a pie o en mototaxi.
Todo lo anteriormente descrito, evidencia la “agencia” que desarrolla dicho actor, el poblador de
la II zona de Tahuantinsuyo, que es la capacidad del individuo de interpretar su grado de movilidad
en relación con la accesibilidad que le otorga el medio urbano y de acuerdo a sus competencias y
habilidades. Dicha agencia es otorgada por la “apropiación”, que es la capacidad del individuo de
interpretar su grado de movilidad a partir del acceso y sus competencias.
La apropiación es uno de los componentes y el elemento clave del capital de la motilidad o del
movimiento. Este es el engranaje que articula las habilidades y destrezas y la accesibilidad al medio
urbano para efectuar los desplazamientos.
Al respecto podemos señalar, que al desarrollar una comparación por parejas de actores o agentes
que juegan en el “campo de la movilidad urbana cotidiana” que constituye la II zona de
Tahuantinsuyo, tomando en cuenta: el grado de accesibilidad con que cuenta debido a las
condiciones de su entorno físico-espacial, sus condiciones económicas; sus habilidades y destrezas
desarrolladas para la organización de sus desplazamientos, conocimientos de aplicaciones web,
manejo de celulares o “smartphones ”, conocimiento del barrio, etc., para determinar en un primer
momento el mayor o menor grado de “apropiación” y por ende el capital de motilidad con que
cuenta cada actor involucrado que le permita una agencia más efectiva, podemos inferir lo
siguiente:
“Los pobladores de la II zona del sector de Tahuantinsuyo, del distrito de Independencia desarrollan
en su día a día prácticas sociales, ejercen su capacidad “agencia” a partir de la “apropiación” , como
interpretación de sus condiciones de movilidad, en base a su capital de motilidad, aprovechando las
diversas formas y condiciones de desplazamiento, haciendo uso de sus habilidades físicas,
conocimientos y destrezas desarrolladas por sus experiencias y socialización, e interpretando su
capacidad de movimiento y apropiándose de ella, tratando de reconstruir su territorio fragmentado
social y espacialmente con respecto a la metrópoli, que se materializa en una pérdida de la
funcionalidad e integración, que a pesar de su contigüidad y pertenencia a la estructura urbana de
la metrópoli de Lima, reduce sus expectativas de desarrollo humano”.
En relación con la hipótesis planteada, debemos plantear algunas consideraciones previas derivadas
de la hipótesis general antes mencionada, acerca del problema de investigación y en correlación con
la descripción realizada en cuanto a la comparación por parejas de actores o agentes del campo de
la movilidad urbana cotidiana.
El capital de motilidad que ostentan estos pobladores, aumenta, disminuye y a veces se pierde, en
función a la posición en relación a su estrato socio-económico y a la competencia con otros agentes,
sean estos proveedores del servicio de transporte, intermediarios o consumidores de este servicio,
dentro del “campo” de la movilidad urbana cotidiana que se constituye en la II zona del sector de
Tahuantinsuyo, del distrito de Independencia, y por lo tanto, pueden ver disminuida su capacidad
de “agencia”.
Los pobladores de esa zona en mención, constantemente tratan de conservar o transformar su
capital de motilidad, a partir del desarrollo de diversas estrategias de desplazamientos, de los
valores inculcados en la familia y la escuela, de las destrezas para conducir o para efectuar
trasbordos, del conocimiento de su vecindario y de las conexiones con otros espacios urbanos
dentro de la metrópoli, de las habilidades organizacionales adquiridas por sus experiencias, o
basadas en informaciones, el internet y sus aplicaciones, todas estas les permiten desarrollar
hábitos para la elección modal y frente al servicio de transporte, se apropian día a día
cognitivamente de la movilidad urbana, es decir ejercen su capacidad de “agencia”, dentro de su
“campo” de la movilidad urbana cotidiana, para recomponer diariamente, la fractura socio-espacial
que acusa su territorio producto del urbanismo fragmentador, con la finalidad de alcanzar la
geografía de oportunidades que ofrece la metrópoli de Lima.
Dicha población desarrolla diversas estrategias para efectuar sus desplazamientos combinando
desplazamientos a pie, en bicicleta, en moto-taxi o en combi para llegar a su destino, “regateando”
el precio para pagar menos, aprovechando las relaciones amicales con los operadores del transporte
público, etc.
Al respecto, las diversas estrategias que desarrolla el poblador de dicha zona, se constituye en su
“habitus”, prácticas sociales encaminadas a efectuar desplazamientos en medio de condiciones
sociales, económicas y culturales la mayoría de las veces adversas. La experiencia del poblador en
sus desplazamientos por el sector en cuestión, las relaciones con sus vecinos e instituciones públicas
y privadas imprimen un sello indisoluble en su habitus.
Estas prácticas sociales los llevan muchas veces a actuar con coherencia frente a sus
desplazamientos cotidianos y algunas veces a responder de manera no consciente ante peligros o
situaciones inesperadas. Este habitus lo transfieren a su familia, hijos y en su trabajo.
La transferencia del habitus incrementa el capital de motilidad del poblador de dicha zona, la
puntualidad, valor inculcado en la familia y la escuela, le permite ampliar sus posibilidades de
encontrar espacio en el transporte público para efectuar sus desplazamientos en forma rápida,
efectiva y confortable. De este modo su capital de motilidad se acrecienta.
Este habitus perdura, incluso si las condiciones sociales se modifican, como por ejemplo, si hay
nuevos vecinos, si se condiciona o se altera la estructura urbana de su entorno, si aumenta su
ingreso per cápita o sí se modifica el sistema de movilidad, etc.
El capital de motilidad aumenta si el poblador de dicha zona sabe conducir bicicleta, moto y auto,
estos últimos si además tiene licencia de conducir les permite diferenciarse de otros agentes que
no cuentan con esa destreza. Además, el conocimiento de las diversas rutas de los operadores de
transporte público para beneficiarse con las posibilidades de trasbordo, abona sustancialmente en
el incremento de su capital de motilidad.
El conocimiento de las calles, colegios, mercados, áreas comerciales y comunales dentro del
vecindario y su articulación con otros barrios, sectores o con la metrópoli, determina mayores
posibilidades de desplazamientos y mejor ubicación en el campo de la movilidad urbana cotidiana,
frente a personas o grupos que desconocen su entorno por falta de tiempo, de sociabilidad o de
reciente estadía en el barrio, razón por la cual su capital de motilidad se ve reducida.
La habilidad de utilizar la información en tiempo real que otorga el internet y las redes sociales con
rapidez y efectividad, juega a favor de un incremento sustancial del capital de motilidad del poblador
de dicha zona, sobre todo los más jóvenes, tanto en el aspecto físico y mental como en la agilidad y
disposición de aprendizaje de la tecnología, en desmedro de las personas adulto mayores que ven
disminuidas sus posibilidades de desplazamientos, pues su adaptación a las nuevas tecnologías de
comunicación e información es bastante lenta, lo que disminuye su capital de motilidad.
La investigación sobre el capital de motilidad en el sector en mención nos plantean las siguientes
interrogantes: ¿Cuál la capacidad de “agencia” de los sujetos frente a sus posibilidades de
desplazamientos en un entorno urbano fragmentado?, ¿De qué manera el entorno urbano
fragmentado reduce su capacidad de agencia y por ende su capital de motilidad?, ¿De qué forma
influye las posibilidades de accesibilidad en su entorno urbano en el incremento o detrimento de su
capital de motilidad?, ¿Son las destrezas humanas relacionadas con las formas de desplazamiento
en el campo de la movilidad urbana cotidiana factores que afectan el capital de la motilidad?, ¿Es la
apropiación cognitiva, relacionada con el grado de accesibilidad sobre el entorno urbano y sus
destreza humanas, una capacidad de interpretar su grado de movilidad urbana cotidiana?
Además se tendrá en cuenta herramientas para el recojo de información, tales como: libreta de
campo, diario de campo, fichas de trabajo bibliográfico, fichas de trabajo de campo para la
observación, fichas de trabajo para los informantes, mapeo espacio-temporal, fotografías,
grabaciones de video y voz e historia de viajes.