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Hipótesis
Son muchos los factores que intervienen en los adultos mayores como causas
principales del suicidio, entre las que se encuentra la depresión, problemas de
pareja, problemas económicos, abuso físico o emocional, trastornos mentales,
acoso, problemas faniliares etc.
Los ancianos que enfrentan este tipo de problema, a menudo atraviesan crisis
de diversa índole a las que no encuentran soluciones o simplemente no saben
manejar (problemas sentimentales, familiares, económicos, abusos, entre
otros). El sentimiento de impotencia es solo el inicio de una serie de acciones
que continúan con el aislamiento de la sociedad y represión de emociones las
cuales se acumulan y se manifiestan en conductas o comportamientos a
sociales, baja autoestima y poca valoración propia.
Marco teórico
d. Variables:
Se estudian las variables: grupos de edades, estado civil,
escolaridad y tipos de suicidios según sexo. Predomina el suicidio
en el sexo masculino, entre 60 y 69 años, solteros, de escolaridad
primaria y como método más usado el ahorcamiento. Se
recomienda realizar una intervención profiláctico-educativa con
ancianos y familiares, acorde con los datos obtenidos, para trabajar
sobre las causas evitables de muertes violentas con vistas a poder
prevenirlas.
e. Taza de aumentos en los suicidios
Las tasas de mortalidad por suicidio consumado en el mundo
muestran un patrón regional según la OMS. Se encuentran las más
altas tasas en Europa del Este y el Pacífico Oriental.7,8 Aunque
generalmente los países de América Latina han presentado niveles
bajos o medios de suicidio, existe amplia diferencia entre los 1,4
fallecidos por cada 100 000 habitantes en Perú y los 26,4 por cada
100 000 hallados en Guyana; lo mismo ocurre en Europa, donde en
países como Lituania, Rusia y Hungría puede figurar entre las
primeras causas de muerte, pero no resulta tan frecuente en el sur
de Europa (9,31). En Brasil, por ejemplo, aunque la tasa promedio
es de 5,7 fallecidos por cada 100 000 habitantes, dentro del mismo
país se encontraron amplísimas fluctuaciones entre las diferentes
ciudades o comunidades, desde apenas 3,61 en las muy pequeñas
poblaciones del norte de Brasil hasta 109,6 por cada 100 000 en la
micro-comunidad de Japurá.
Hasta el año 2009, según la OMS, la más alta tasa de mortalidad
por suicidio la presentó Lituania, con un promedio de 34,1
fallecidos por 100 000 habitantes. Para las seis décadas anteriores
fueron Japón, Hungría y la propia Lituania quienes encabezaron la
lista de las más altas tasas por suicidio en el mundo, pero de
mantenerse la tendencia hasta ese momento Surcorea en pocos
años las rebasaría. Los países que aportaron el mayor número de
suicidios fueron en este orden: China, India, Rusia, Estados
Unidos, Japón y Surcorea; más de la mitad de los suicidios ocurren
en China y la India (aproximadamente 54 %) (7,31). En el año 2014
se registraron, en la Unión Europea 11 muertes por suicidio por
cada 100 000 habitantes.
Pese a que la mortalidad por suicidio ha experimentado un
crecimiento vertiginoso en las edades jóvenes de la vida, tanto en
Cuba como en el resto del mundo todavía las mayores tasas se
evidencian en la vejez. Si se considera que Cuba presenta
actualmente el 19,4 % de su población por encima de los 60 años y
se pronostica que este sea el único grupo de edades que
experimente crecimiento alguno en los próximos decenios, Cuba se
enfrenta a un problema francamente en ascenso. Al cierre del 2015
se reportaron un total de 1 492 suicidios consumados, para una
tasa de mortalidad general de 13,3 fallecidos por cada 100 000
habitantes (12,1 en Pinar del Río), y genera un promedio 2,7 años
de vida potencialmente perdidos (AVPP) por cada 1 000 habitantes
de 1-74 años.
f. Estadísticas en casos de suicidio
El mayor número de suicidas se obtuvo entre los 60-69 años, con el 35,3 %
de la muestra, con un promedio de 73,8 ±8,9 años. La tasa de incidencia
ajustada por edad se mostró creciente en la medida que se ganó en años; así,
entre los 60-69, dicha tasa fue de por cada 100 000 ancianos de ese grupo,
progresó entre los 70-79 y por encima de los 80. En relación al sexo la mayor
incidencia fue de los hombres, con una proporción de 3,7 hombres por cada
fémina. (Tabla 1). (Gráfico 1).
Al analizar el nivel de escolaridad de los occisos, se comprobó que la mayoría no
había rebasado el nivel primario, vencido o no, alcanzó un total de 38 casos que
representó el 44,7 % de la muestra. (Tabla 2).
Según el tipo de conflicto presente en cada occiso, se muestra que los problemas
de corte familiar fueron los más frecuentes, presentes en el 41,2 % de los casos.
(Tabla 3).
g. Métodos utilizados
La Tabla 4 muestra la distribución según tipo de suicidio y sexo. El
suicidio más frecuente es por ahorcamiento ocurrido en 18
hombres (90 %) y una mujer (25 %) para un 79.16 % del total; le
siguió el uso de instrumentos cortantes (cuchillos), utilizado solo
por los hombres con un total de 2 casos (10 %). Las mujeres que
se suicidaron utilizaron diversos métodos, una acudió al
ahorcamiento, otra a las quemaduras, otra a la ingestión de
psicofármacos y en otro de los casos ingirió otras substancias
(salfuman). Métodos más cruentos como el ahorcamiento, mientas
que las mujeres hacen menos intentos suicidas, y los métodos más
frecuentes son la ingestión de psicofármacos, quemaduras y
sección venosa.
Utilizan métodos mortales (el 85% de los suicidios en los hombres
ancianos es por ahorcamiento, armas de fuego y precipitación de
lugares elevados)
h. Tratamiento
Los medicamentos:
Se pueden recetar para prevenir los cambios de humor o disminuir
la ansiedad o la depresión. La persona deberá tomar todos los
medicamentos como se lo indicaron. Suspender el medicamento de
repente puede ser perjudicial. Es posible que deban transcurrir
entre 4 y 6 semanas hasta que el medicamento lo ayude a sentirse
mejor.
Un terapeuta:
Puede ayudar a la persona a identificar y cambiar los sentimientos
o creencias negativos acerca de sí mismo. Esto también puede
ayudar a cambiar la forma en la que se siente y actúa. Un
terapeuta también puede ayudar a la persona a encontrar formas
de afrontar las cosas que no se pueden cambiar.
i. Ayuda
Animarlo a buscar ayuda para tratar el consumo de drogas o
alcohol. Las drogas y el alcohol pueden aumentar los
pensamientos suicidas y hacer que la persona tenga más
posibilidades de ponerlos en acción.
Ayudarle a la persona a vincularse con otras personas. Animarla a
participar en la comunidad. Algunos ejemplos son ayudar como
mentor de un estudiante joven, servir de voluntario en una
organización local o unirse a un programa de ejercicio grupal
Realice actividad física. El ejercicio puede levantar su estado de
ánimo, aumentar su energía y hacer que dormir sea más fácil.
j. Prevención.
Aseo personal
Ayuda al vestirse o desvestirse
Ayuda a bañarse
Alimentación en el adulto mayor
Nutrición en el adulto mayor
Recomendaciones para una
buena nutrición
Porciones necesarias para el adulto mayor
Dificultades a la hora de comer.
Monitoreo de salud
Trastornos del sueño
Incontinencia urinaria y fecal
Inmovilidad
Trastornos del equilibrio y mareos
Caídas
Depresión
Higiene y cuidados generales
Bibliografía
https://www.drugs.com/cg_esp/ayudar-a-prevenir-el-suicidio-en-los-adultos-
mayores.html