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Los eritrocitos (del griego ἐρυθρός ‘rojo’, y κύτος ‘bolsa’) también llamados

glóbulos rojos o hematíes, son las células más numerosas de la sangre. La


hemoglobina es uno de sus principales componentes, y su función es transportar el
oxígeno hacia los diferentes tipos de tejidos del cuerpo. Los eritrocitos humanos,
así como los del resto de mamíferos, carecen de núcleo y de mitocondrias, por lo
que deben obtener su energía metabólica a través de la fermentación láctica. La
cantidad considerada normal en la especie humana fluctúa entre 4 500 000 (en la
mujer) y 5 400 000 (en el hombre) por milímetro cúbico (o microlitro) de sangre, es
decir, aproximadamente 1000 veces más que los leucocitos. El exceso de glóbulos
rojos se denomina policitemia y su deficiencia se llama anemia.12Los eritrocitos se
utilizan comúnmente en transfusiones en la práctica clínica y se han sugerido como
transportadores de fármacos y nanopartículas.3

Índice
1 Descripción
2 Los eritrocitos en los mamíferos
2.1 Eritrocitos humanos
2.1.1 Valores considerados normales de eritrocitos en adultos
2.1.2 Maduración de los eritrocitos
2.2 Etapas de desarrollo morfológico
2.3 Composición de la membrana
2.3.1 Lípidos de membrana
2.4 Metabolismo energético del eritrocito
2.4.1 Vía Embden–Meyerhof o glucólisis anaeróbica
2.4.2 Ciclo de las pentosas
2.4.3 Vía de la hemoglobina reductasa
2.4.4 Ciclo de Rapoport–Luebering
3 Hemoglobina
4 Véase también
5 Referencias
6 Enlaces externos
Descripción
El eritrocito es un disco bicóncavo de entre 5 y 7,5 μm de diámetro, de 1 μm de
grosor y de 80 a 100 femtolitros de volumen. La célula ha perdido su ARN residual y
sus mitocondrias, así como algunas enzimas importantes; por tanto, es incapaz de
sintetizar nuevas proteínas o lípidos. Su citoplasma contiene en mayor parte el
pigmento hemoglobina, que les concede su característico color rojo (que puede ser
más oscuro dependiendo de su oxigenación) y es el responsable del transporte de
oxígeno.45

Ahora bien, esta descripción se aplica a los eritrocitos de mamíferos, pues en el


resto de vertebrados, salvo algunas excepciones, los eritrocitos carecen de la
forma bicóncava y acostumbran ser más grandes que los descritos anteriormente. Esto
se debe a que los glóbulos rojos del resto de vertebrados todavía poseen núcleo.

Los eritrocitos derivan de las células madre comprometidas denominadas


hemocitoblasto. La eritropoyetina, una hormona de crecimiento producida en los
tejidos renales, estimula la eritropoyesis (es decir, la formación de eritrocitos)
y es responsable de mantener una masa eritrocitaria en un estado constante. Los
eritrocitos, al igual que los leucocitos, tienen su origen en la médula ósea.

La concentración eritrocitaria varia según el sexo, la edad y la ubicación


geográfica. Se encuentran concentraciones más altas de eritrocitos en zonas de gran
altitud, en varones y en recién nacidos. Las disminuciones por debajo del rango de
referencia generan un estado patológico denominado anemia. Esta alteración provoca
hipoxia tisular. El aumento de la concentración de eritrocitos (policitemia) es
menos común.
La hemólisis es la destrucción de los eritrocitos envejecidos y sucede en los
macrófagos del bazo e hígado. Los elementos esenciales, globina y hierro, se
conservan y vuelven a usarse. La fracción hemo de la molécula se cataboliza a
bilirrubina y a biliverdina, y finalmente se excreta a través del tracto
intestinal. La rotura del eritrocito a nivel intravascular libera hemoglobina
directamente a la sangre, donde la molécula se disocia en dímeros α y β, los cuales
se unen a la proteína de transporte, haptoglobina. Esta transporta los dímeros al
hígado, donde posteriormente son catabolizados a bilirrubina y se excretan.

Los eritrocitos en los mamíferos

Eritrocitos nucleados en la sangre de la rana.

Eritrocitos de mamíferos típico: (a) visto desde la superficie; (b) en el perfil,


formando rouleaux; (c) dictada esférica por el agua; (d) rindió crenate por la sal.
(c) y (d) normalmente no se producen en el cuerpo.
Los eritrocitos de los mamíferos no poseen núcleo cuando llegan a la madurez, es
decir, pierden su núcleo celular y por lo tanto su ADN; los anfibios, reptiles y
aves tienen eritrocitos con núcleo. Los eritrocitos también pierden sus
mitocondrias y utilizan la glucosa para producir energía mediante el proceso de
glucólisis seguido por la fermentación láctica.

Los eritrocitos son producidos continuamente en la médula ósea de los huesos


largos, aunque en el embrión, el hígado es el principal productor de eritrocitos.
El bazo actúa como reservorio de eritrocitos, pero su función es algo limitada en
los humanos. Sin embargo, en otros mamíferos, como los perros y los caballos, el
bazo libera grandes cantidades de eritrocitos en momentos de estrés. Algunos
atletas han tratado de explotar esta función del bazo tratando de liberar sus
reservas de eritrocitos mediante fármacos, pero esta práctica pone en riesgo al
sistema cardiovascular, dado que éste no está preparado para soportar sangre cuya
viscosidad sea superior a la considerada normal.

Eritrocitos humanos
Los eritrocitos tienen una forma oval, bicóncava, aplanada, con una depresión en el
centro. Este diseño es el óptimo para el intercambio de oxígeno con el medio que lo
rodea, pues les otorga flexibilidad para poder atravesar los capilares, donde
liberan la carga de oxígeno. El diámetro de un eritrocito típico es de 6-8 µm. Los
glóbulos rojos contienen hemoglobina, que se encarga del transporte de oxígeno y
del dióxido de carbono. Asimismo, es el pigmento que le da el color rojo a la
sangre.

Valores considerados normales de eritrocitos en adultos


Mujeres: 4,7+-0,7 x 106/μL (microlitro) de sangre
Hombres: 5,3+-0,8 x 106/μL (microlitro) de sangre
Maduración de los eritrocitos
Dada la necesidad constante de reponer los eritrocitos, las células eritropoyeticas
de la médula ósea se cuentan entre las de crecimiento y reproducción más rápidas de
todo el cuerpo. Por tanto, como cabria esperar, su maduración y producción resultan
muy afectadas en casos de deficiencias nutricionales importantes.

Para la maduración final de los eritrocitos se necesitan en particular dos


vitaminas: la vitamina B12 y el ácido fólico. Ambas son esenciales para la síntesis
del ADN porque las dos, de forma diferente, resultan necesarias para la formación
de trifosfato de timidina, uno de los componentes esenciales del ADN. Por lo tanto,
la carencia de vitamina B12 o de ácido fólico originan una disminución de la
producción de ADN y, en consecuencia, determina un fracaso de la maduración y
división nuclear.

Asimismo, las células eritroblásticas de la médula ósea, además de no proliferar


con rapidez, originan sobre todo eritrocitos de mayor tamaño que el normal
denominados macrocitos, con una membrana muy delgada, irregular y oval, en lugar
del disco bicóncavo habitual. Estas células mal formadas, tras entrar en la sangre
circulante, transportan oxígeno con normalidad, pero debido a su fragilidad, su
vida se acorta de la mitad a una tercera parte. Por eso, se dice que el déficit de
vitamina B12 o de ácido fólico produce un fracaso de la maduración eritropoyetica.

Existen otras causas que alteran la maduración de los eritrocitos, como la


deficiencia de hierro y otras anomalías genéticas que conducen a la producción de
hemoglobinas anormales. Todos estos problemas conducirán a alteraciones de los
eritrocitos, por alteración de la membrana, el citoesqueleto u otros.

Etapas de desarrollo morfológico


Las etapas de desarrollo morfológico de la célula eritroide incluyen (en orden de
madurez creciente) las siguientes etapas:

Célula madre pluripotencial.


Célula madre multipotencial.
Célula progenitora o CFU-S (unidad formadora de colonias del bazo).
BFU-E (unidad formadora de brotes de eritrocitos).
CFU-E (unidad formadora de colonias de eritrocitos), que luego formará los
proeritroblastos.
Proeritroblasto: Célula grande de citoplasma abundante, núcleo grande con cromatina
gruesa, nucléolos no muy bien definidos (20-25 micras).
Eritroblasto basófilo: Más pequeño que el anterior (16-18 micras), citoplasma
basófilo, cromatina gruesa y grumosa, aquí se inicia la formación de la
hemoglobina.
Eritroblasto policromatófilo: Mide 10-12 micras, el citoplasma empieza a adquirir
un color rosa por la presencia de hemoglobina, aquí se presenta la última fase
mitótica para la formación de hematíes, no posee nucléolos y la relación
núcleo/citoplasma es de 4:1.
Eritroblasto ortocromático: Mide 8-10 micras, tiene cromatina compacta y el núcleo
empieza a desaparecer.
Reticulocito: Casi diferenciado en eritrocitos maduros. La presencia de
reticulocitos en sangre periférica) indica el buen funcionamiento de la médula
ósea.
Eritrocito, finalmente, cuando ya carece de núcleo y mitocondrias. Tiene capacidad
de transporte (gases, hormonas, medicamento, etc.).
A medida que la célula madura, la producción de hemoglobina aumenta, lo que genera
un cambio en el color del citoplasma en las muestras de sangre teñidas con la
tinción de Wright, de azul oscuro a gris rojo y rosáceo. El núcleo paulatinamente
se vuelve picnótico, y es expulsado fuera de la célula en la etapa ortocromática.

La membrana del eritrocito en un complejo bilipídico–proteínico, el cual es


importante para mantener la deformabilidad celular y la permeabilidad selectiva. Al
envejecer la célula, la membrana se hace rígida, permeable y el eritrocito es
destruido en el bazo. La vida media promedio del eritrocito normal es de 100 a 120
días.

Composición de la membrana
La membrana del eritrocito tiene varios roles que ayudan en la regulación
superficial de la deformación, flexibilidad, adhesión a otras células y
reconocimiento inmunológico. Estas funciones son altamente dependientes de su
composición, lo cual define sus propiedades. La membrana del eritrocito está
compuesta de tres capas: el glicocálix al exterior, que es rico en carbohidratos;
la bicapa lipídica que contiene varias proteínas transmembranales además de sus
constituyentes lipídicos principales; y el citoesqueleto membranal, una red
estructural de proteínas localizado en la superficie interna de la bicapa lipídica.
La mitad de la masa de la membrana del eritrocito en humanos y la mayoría de los
mamíferos son proteínas, la otra mitad son lípidos, principalmente fosfolípidos y
colesterol.

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