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Alejandro Guzmán Carrillo Prof.

Miguel Ángel
Rolón Lógica y Filosofía de la Ciencia

Los Hábitos del Pensamiento Riguroso


De Roberto J. Brie
Síntesis de lectura

En este texto se dará a conocer una breve y concisa explicación sobre uno de los
libros más conocidos y reconocidos en cuanto a introducción a la filosofía cabe,
especialmente en cuanto a la adquisición del pensamiento intelectual, el cual es
clave en una persona humana y objetiva que busca desempeñarse en el área de las
ciencias, sin importar cual disciplina escogiese: Los Hábitos del Pensamiento
Riguroso de Roberto J. Brie.

Desde su primer capítulo, Brie nos habla de la actitud del Hombre de Ciencia (que
consideramos no es solo el investigador formal, pero cualquiera que se adentre a la
ciencia de manera estable), específicamente sus hábitos, los cuales él considera
son una competencia principal dentro de las ciencias subjetivas más que nada. El
hábito o costumbre del entendimiento que Brie gusta destacar se refiere más que
nada al del pensamiento riguroso, mediante el cual se tiene como fin llegar a la
resolución de problemas de cualquier índole al encarar a estos problemas con un
punto de vista abierto, pero a la vez definido a ciertos procedimientos exactos que
se inclinan a la exactitud y la sistematización del escepticismo del hombre.

Durante su desarrollo, Brie también plantea como la sociedad moderna lleva al


hombre a desarrollar comportamientos y actitudes poco racionales, a pesar de la
organización racional de la misma sociedad; a esto le llamo una “Crisis del
Pensamiento.” El autor justificó este planteo entablando que la sociedad actual es
estructurada de una forma racional-funcional, pero aun así dirige a los hombres a
comportamientos cada vez menos racionales (paradójicamente) y esto conlleva a la
proliferación de problemas y conflictos, además de su propagación; en cierre, una
crisis.
Además, son mencionadas tres tendencias, síntomas de esta crisis: la pérdida del
sentido de los saberes estrictos, pérdida de la necesaria subalternación de las
ciencias, y pérdida del fin propio de las universidades y centros de estudio.

Retomando el tema de los hábitos, Brie propone a estos como una solución
progresiva de la crisis previamente mencionada. Según Santo Tomás de Aquino, el
hábito es una forma o cualidad de una potencia permanente, que funciona como
productor de actos; o dicho en palabras más simples, una cualidad que adquiere el
hombre y lo induce a hacer un acto. Como se puede apreciar, los hábitos son en su
definición neutros, pero se pueden usar tanto para bien como para mal. Para el
autor, se consideran buenos hábitos aquellos que facilitan de una manera
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considerable el desenvolvimiento de la existencia humana. Los hábitos, que se
asignan regularmente su creación a la educación, se consideran totalmente
necesarios para alcanzar tres cualidades codiciadas: la firmeza, la prontitud y la
deleitación, esto también definido por Santo Tomás de Aquino. Y finalmente, estos
consideraban que la mente podía ser perfeccionada por dos métodos: el
conocimiento del objeto y el conocimiento del método para el estudio del mismo,
este último pudiendo considerarse un hábito alcanzable.

El pensamiento riguroso es un hábito que se debe de aprender apropiadamente


para asegurar su desarrollo más adecuado y propio (pues este es considerado la
manera “correcta” de pensar), por lo que existen ciertos procedimientos u
operaciones que afianzan el hábito del nombrado pensamiento riguroso, de acuerdo
con la lógica clásica del concepto pensar:
o El Hábito de la Definición.- Definir es exponer lo que el objeto es en realidad,
con una concepción clara de su significado y, dependiendo del contexto, el
sentido del uso del término, para ampliar la comprensión total posible en un
dialogo abierto. En este hábito se busca evitar una considerable ambigüedad
que pueda causar errores en la expresión.
o El Hábito de la Distinción.- Por medio de este hábito se separa el significado
de un objeto de otro, incluso cuando en el mundo físico son partes del mismo
ente o ser; un estilo de desagregación analítica. Es gracias a este hábito que
nos es posible avanzar en la búsqueda humana del conocimiento exterior y
teórico.
o El Hábito de la Relación y de la Causa.- Este hábito consiste en la unión de
dos temas o ideas, dando paso a la causalidad como el principio explicativo
de los objetos, y al juicio, cual crea dentro de la percepción del hombre un
estado de verdad o falsedad frente a la relación. Entre más relaciones se
encuentren y “descubran” entre mas y mejores objetos de estudio, más cerca
se estará de la verdad.
o El Hábito de la Sistematización.- Aunque todo conocimiento tiende a ser
sistémico de forma natural, este hábito sigue siendo importante. Consiste en
conjuntar distintos elementos entre cuales se han encontrado ya relaciones
para formar una dependencia, o sea, una hipótesis. Aunque existen distintas
maneras de sistematizar los conocimientos, el principio organizador de ellos
que fue utilizado siempre tiene que ser explícitamente definido, para evitar el
error de la ambigüedad.
o El Hábito de la Crítica.- Se entiende a este hábito como un tipo de evaluación
o examen sobre la validez de un juicio, que dará como resultado una
respuesta positiva o negativa. Se utilizan, dependiendo del juicio en prueba,
distintos instrumentos metodológicos, considerados ciertamente críticos para
el área en prueba. Nos permite separar de una manera completa lo verídico
de lo falso y lo esencial de lo no esencial.
o El Hábito de la Síntesis.- Considerada como el hábito más difícil y laborioso
de todos los antes mencionados, la síntesis es la tendencia al esfuerzo por
alcanzar una visión que sea lo más inclusiva posible de todos los
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conocimientos y puntos de vista recaudados, incluso alejándose del
conocimiento objetivo por esto mismo. Es un proceso largo pero satisfactorio,
que muestra la madurez intelectual alcanzada por el empeño y aplicación de
estos hábitos.
La combinación de todos estos métodos le da al pensamiento personal del hombre
la capacidad propia de juicio y a su trabajo intelectual un propósito y significado.

Referencia
Brie, R. J. (Julio de 2001). Pontificia Universidad Católica Argentina. Recuperado en Septiembre de
2017, de Los Hábitos del Pensamiento Riguroso:
http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo20/files/Los_habitos_del_pensamiento_riguros
o_2017.pdf

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