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El ser humano desde siempre ha tenido múltiples necesidades que satisfacer, y escasos medios para
lograr dichas metas, lo que genera un problema, debido a que según el caso concreto, habrá que
determinar qué necesidad será la priorizada para su satisfacción, y esto es lo que conocemos como
un tipo de CONFLICTO DE INTERESES INTERNO.
El ser humano, a su vez, dado su carácter social y de las relaciones que va generando con distintas
personas, esas necesidades personales, ya no ven necesariamente un límite en el propio ser para su
satisfacción, sino que esa misma necesidad puede ser ahora necesidad de otra persona, por tanto se
generan ahora los CONFLICTOS DE INTERESES EXTERNOS, debido a que hay una exteriorización
de la voluntad de los sujetos, que en la práctica se manifiesta en posiciones antagónicas respecto a
un tema en particular.
Es por esto, que a modo de resumen, podemos clasificar los conflictos en:
Para recuperar la estabilidad social que se ha visto alterada debido a los conflictos externos que se
han suscitado, durante la historia han surgido diversos medios de solución de conflictos, que los
podemos clasificar en tres:
(1) AUTOTUTELA.
Es la forma más antigua y primitiva como medio de solución de conflictos y ha sido definida por
Eduardo Couture como “la reacción directa y personal de quién hace justicia con manos propias”. Se
pretende solucionar el conflicto sin recurrir a nadie, sino que es directamente e incluso por el uso de
la fuerza, que se llega a la “solución”, que se manifiesta en que se impone el más fuerte frente al sujeto
más débil.
Características
La autotutela está prohibida en nuestro ordenamiento jurídico, por regla general, pero igual existen
manifestaciones que el legislador en cierta medida ha reconocido la autotutela como un medio válido
en nuestro sistema, como es el caso, por ej. de la LEGÍTIMA DEFENSA, pero esta a su vez, para ser
reconocida y validada por nuestro legislador, debe cumplir con una serie de requisitos específicos para
eximir de responsabilidad criminal al sujeto que se está defendiendo.
(2) AUTOCOMPOSICIÓN.
Es una forma de solución de conflictos más evolucionada, en donde una o ambas partes manifiestan
su voluntad para a través de un acuerdo mutuo o tácito, sea sin ayuda de nadie, o con el apoyo de un
tercero, para ponerle término a la controversia o litigio pendiente de solución.
Características
(3) HETEROCOMPOSICIÓN.
Es una forma de solución de conflictos, a través de la cual, las partes acuden a un tercero, quien se
compromete o se obliga en razón de su oficio, y luego de la tramitación de un proceso, a determinar
la solución del conflicto a través de una decisión que emite, y cuyo cumplimiento deberán acatar las
partes sometidas a este proceso.
Características
El proceso, como principal medio heterocompositivo de solución de conflictos, se define como una
“secuencia o serie de actos que se desenvuelven progresivamente, con el objeto de resolver, mediante
un juicio de autoridad, el conflicto sometido a su decisión”.
Como primera aproximación, para entender que son los equivalentes jurisdiccionales, debemos
comprender que son “alguna institución” que de alguna manera equivale a la jurisdicción o al proceso,
y así efectivamente es, debido a que sustituyen legítimamente al proceso, como forma natural de
solución de conflicto, siempre que este se resuelva a través de medios lícitos. Por tanto, podríamos
decir que los equivalentes jurisdiccionales, son medios a través de los cuales se les pone término a
un conflicto o litigio, pero fuera de sede jurisdiccional, por regla general (hay excepciones, como ya
sabemos, como sería el caso por ej. de la conciliación).
Podemos definir a los equivalentes jurisdiccionales como “los actos procesales destinados a resolver
ciertos conflictos de intereses de relevancia jurídica con efecto de cosa juzgada, siempre que estos
medios estén autorizados por el sistema procesal”.
(1) Los equivalentes jurisdiccionales son actos jurídicos procesales. Es decir, son actuaciones
que producen efectos en el proceso, y que por tanto requieren de la manifestación de voluntad
en orden de poner término al conflicto.
(2) Según el equivalente de se trate, el acto procesal que lo contiene puede ser unilateral o
bilateral. Esto es debido a que como ya advertí previamente, no necesariamente debe ser
acuerdo mutuo para poner término al conflicto, sino que puede ser solo la manifestación de
voluntad de un sujeto y la aceptación tácita del otro, para ponerle término a la controversia.
(3) Para que exista o nazca un equivalente jurisdiccional a la vida del derecho, es un presupuesto
necesario, que exista un conflicto de intereses de relevancia jurídica que verse sobre
derechos disponibles. Si el derecho comprometido no es disponible, las partes
necesariamente deben recurrir al proceso.
(4) Los equivalentes jurisdiccionales producen como principal efecto, la acción y la excepción de
cosa juzgada. La cosa juzgada es el principal efecto que produce la dictación de una
resolución judicial, cuando esta se encuentra firme y ejecutoriada, y se puede hacer valer en
el proceso como acción y excepción. La acción la tendrá la parte vencedora, para poder
ejecutar lo fallado en la sentencia, y por otra parte la parte vencida tendrá la excepción de
cosa juzgada, para que una vez que cumpla lo dictado, podrá excusarse en el eventual caso
que se inicie una nueva causa respecto a la misma materia contra él.
(5) Los equivalentes jurisdiccionales pueden impugnarse solamente por los mecanismos
procesales que la ley señala para cada caso en particular. Los medios de impugnación son
los mecanismos autorizados y consagrados por la legislación como un derecho para las
partes, en el caso que alguna no vea satisfecha su pretensión hecha valer en juicio y por tanto
como le produce en perjuicio, eso lo legitima para poder atacar esa resolución judicial gravosa,
ej. a través del recurso de apelación.
(6) La regulación de estos mecanismos pertenece al derecho procesal, puesto que son actos
procesales que sirven para reemplazar a la jurisdicción generando el efecto de cosa juzgada
que es propio y privativo de las resoluciones judiciales cuando se encuentran firmes o
ejecutoriadas.
(7) Los equivalentes jurisdiccionales están compuestos por los mecanismos autocompositivos
de solución de conflictos y otros que no tienen tal carácter, entre los cuales se encuentra la
renuncia y el desistimiento. OJO: la opinión del autor del texto es que la renuncia y el
desistimiento no son métodos autocompositivos, pero para la cátedra el desistimiento si lo
es, al igual que el allanamiento (que no lo menciona), y son medios autocompositivos
unilaterales.
(8) Los efectos derivados del equivalente jurisdiccional pueden hacerse valer en un proceso
a través de la excepción de cosa juzgada cuando se trate de renovar la solución de un conflicto
afinado, e igualmente son títulos ejecutivos que dan eficacia a la acción de cosa juzgada.
CLASIFICACIÓN DE LOS EQUIVALENTES JURISDICCIONALES
(1) Aquellos en que participan la o las partes, y aquellos en que, además tiene participación el
juez.
(2) Aquella que distingue entre equivalentes jurisdiccionales que se realizan en el proceso y
aquellos que son netamente extraprocesales.
(3) Aquellos que son unilaterales y aquellos que son bilaterales.
PROCESALES EXTRAPROCESALES
TRANSACCIÓN Siempre el contrato será
extraprocesal, pero si es para
resolver un litigio pendiente,
este se hace valer en el
proceso.
CONCILIACIÓN El juez durante el proceso, está
obligado a llamar a las partes a
conciliación.
AVENIMIENTO Este acto es procesal, pero son
las partes en el proceso las que
llegan a un acuerdo, y se lo
expresan así al tribunal que
está conociendo la causa, para
hacerlo valer.
En materia penal existen diversas formas de solucionar los conflictos, conocidas como salidas
alternativas para poner término o suspender los procesos penales durante su transcurso, y por tanto
operan como equivalentes jurisdiccionales. Estos medios son:
Respecto del Derecho Procesal pueden darse diversas definiciones, pudiendo distinguir las que ponen
énfasis en los conceptos de acción, jurisdicción y proceso, como aquellas que tienen el carácter de
meramente descriptivas.
Para Chiovenda es el “conjunto de las normas que regulan la acción de la ley en el proceso
y particularmente la relación procesal”.
Para Carnelutti es el “conjunto de reglas que establecen los requisitos y efectos del proceso”.
Para Rosemberg es el “conjunto de normas que tienen por objeto las instituciones de
jurisdicción, los presupuestos y forma de procedimiento que se realizan ante las mismas y los
presupuestos, formas y efectos de los actos de la jurisdicción”.
“El derecho procesal es la rama del derecho que estudia la organización y las atribuciones que los
tribunales y las reglas a que están sometidos en su tramitación los asuntos que se han entregado
a su conocimiento”.
El derecho procesal “es la rama del derecho que estudia la organización y las atribuciones de los
tribunales, los diversos medios para lograr la solución de los conflictos, y en particular, el debido
proceso y las reglas conforme a las cuales debe éste desarrollarse para la justa y racional solución
de los conflictos”.
El derecho procesal se ha solido clasificar para los efectos de su estudio en derecho procesal orgánico
y derecho procesal funcional:
1. Pertenece al Derecho Público, por cuanto regula el ejercicio de una función pública, una
función del Estado, como lo es la jurisdicción.
2. El Derecho Procesal en cuanto a las normas que lo rigen, por regla general, son de
orden público. Las normas de orden público son irrenunciables, es decir, los afectados no
pueden disponer de los derechos y obligaciones que ellas establecen. Para determinar si las
leyes de derecho procesal son de orden público o privado, se clasifican en:
Leyes de organización. Son de orden público, pertenecen al orden público y al
determinar la existencia de un poder del Estado son irrenunciables.
Leyes de competencia absoluta. Las leyes de competencia absoluta fijan la
organización jerárquica de los tribunales y miran a la distribución de los asuntos,
atendida esa organización jerárquica. Son, en el hecho, leyes de organización judicial
y por lo tanto de orden público e irrenunciables.
Leyes de competencia relativa. Las leyes de competencia relativa en los asuntos
contenciosos civiles, en primera o única instancia y entre tribunales ordinarios son de
orden privado y por ende, renunciables. Sin embargo, esta permisividad de renuncia
no es absoluta. En materia procesal penal no existe la prórroga de la competencia
relativa y el elemento territorio se equipara en su Irrenunciabilidad a la cuantía,
materia y fuero. Igual cosa ocurre en los asuntos no contenciosos civiles, es decir,
aquellos en que no se promueve conflicto entre partes.
Leyes de procedimiento. Para determinar si las leyes de procedimiento propiamente
tales son de orden público o de orden privado, es necesario determinar si la ley está
actuando o no en el juicio:
Si la ley de procedimiento no se está aplicando en el juicio, ella tiene carácter
de irrenunciable y de orden público. No puede admitirse la renuncia
anticipada a las normas de procedimiento, porque eso conduciría al proceso
convencional, lo que repugna a los fines generales del Estado, como
regulador de los conflictos.
Una vez que la ley comienza a actuar dentro del procedimiento, la mayor
parte de las normas son renunciables expresa o tácitamente. Por ej. podría
renunciarse expresamente el plazo para rendir prueba, y se entendería
renunciado tácitamente el derecho a entablar el recurso de apelación si se
deja transcurrir el término para interponerlo. Pero en la duda, las normas de
procedimiento deben considerarse, en principio, obligatorias, de orden
público. Una clara aplicación de orden público en las leyes de procedimiento
lo constituye la consulta que es un trámite procesal que el legislador hace
obligatorio en asuntos en que prima el interés social.
3. No se trata de un derecho adjetivo o formal. El derecho procesal no es un derecho adjetivo,
por oposición al derecho sustantivo. Se trata de un derecho propio, independiente, que
contiene normas e instituciones tan importantes como la jurisdicción, la competencia, la
acción, el proceso, la prueba, etc. A lo más puede decirse que dentro del derecho procesal en
general puede distinguirse un derecho procesal sustancial o material que se refiere
fundamentalmente al proceso como institución y a las otras nociones ya señaladas, y aun
derecho procesal formal, instrumental, regulador de los trámites mismos que es necesario
cumplir. Si se insiste en llegar a buscarla una clasificación, lo que no parece indispensable,
se trataría de un derecho instrumental.
4. Su objetivo. El objetivo del derecho procesal es traducir en una voluntad concreta, la voluntad
abstracta de la ley, consiguiendo así el mantenimiento del orden jurídico y la conservación de
la paz social, comprobando el derecho de las partes, asegurándolo y ejecutándolo.
5. El derecho procesal constituye un unidad. El derecho procesal, aunque su objetivo
inmediato sea civil, penal, laboral, tributario, etc., es una unidad. Existen principios y normas
básicas comunes, como la jurisdicción, la acción, el proceso, las partes, la instancia, prueba,
recursos, etc., que comprueban lo unitario del derecho procesal. Sin embargo, esta
característica no fue generalmente aceptada principalmente en el pasado, pues el problema
se centró en torno a establecer si el derecho procesal civil y el derecho procesal penal tienen
una misma esencia. Una doctrina separatista, sostiene que no hay una unidad en el derecho
procesal, y cree que las instituciones de ambos procesos son inconciliables tanto desde un
punto de vista funcional cuanto desde el punto de vista de sus propias estructuras. En cambio,
la doctrina unitaria sostiene que existe una evidente unidad conceptual entre ambos procesos,
en torno a diversas instituciones y estructuras, primordialmente a través de la jurisdicción.
Ambos procesos forman parte de lo que conocemos como derecho procesal.
Fuente directa o inmediata, es aquella que contiene el mandato general, abstracto y coactivo
de la norma jurídica procesal. La única fuente directa del derecho procesa es la ley,
comprendiendo dentro de ella como acepción genérica a la Constitución Política de la
República, la ley procesal y los tratados internacionales.
Fuente indirecta, es aquellos actos o hechos de carácter jurídico que constituyen fuente del
derecho procesal solo en la medida que determinan el contenido, la evolución, la
interpretación, la aplicación o la integración de la norma jurídica procesal. Fuentes indirectas
son la doctrina y la jurisprudencia.
JURISPRUDENCIA
Entendemos por jurisprudencia al conjunto de sentencias dictadas en forma constante por los
tribunales de justicia respecto de un mismo punto, a partir de las cuales se deprende una interpretación
que se mantiene más o menos invariable en el tiempo.
Su importancia es relativa pues en Chile los fallos de los tribunales sólo producen sus efectos para los
casos en que estos fueron dictados e incluso cuando la sentencia tiene efectos absolutos, ello no
implica un precedente vinculante.
Pero si bien es claro que no sea fuente directa, obviamente un fallo bien fundamentado de la CS en
un sentido determinado, va produciendo un cierto alineamiento de los tribunales inferiores en torno a
este fallo. Los tribunales inferiores, aunque deban interpretar para cada caso en forma libre,
difícilmente pueden evitar el considerar las decisiones de sus superiores, para evitar que el día de
mañana los fallos sean modificados por tribunales que deban revisar sus decisiones.
La jurisprudencia va recogiendo los nuevos usos y costumbres de la sociedad, que están en constante
cambio y transformación, lo que permite la renovación e integración del derecho. Esto se constata
cuando la ley escrita permanece intacta sin modificaciones, impidiendo con su rigidez, el
reconocimiento de los cambios sociales. La adaptación a los nuevos tiempos la logran los tribunales
que están “diciendo el derecho” todos los días, mientras el legislador sólo lo hace al momento de
aprobar una ley.
DOCTRINA
Es una fuente indirecta, porque a través de los diferentes estudiosos o autores se van sentando ciertos
principios generales, configurando las instituciones generales de la disciplina. Esta doctrina emana
fundamentalmente de la cátedra procesal y además de opiniones razonadas contenidas en libros,
revistas, estudios e incluso en sentencias judiciales (particularmente la parte considerativa de ellas),
sin embargo esto último se analiza en relación con la jurisprudencia.
Se considera fuente indirecta ya que sirve para la interpretación de la ley procesal. Además es
trascendente en aquellos casos que es necesario modificar o complementar la ley procesal, ya sea
debido a que ha quedado atrasada u obsoleta, no tiene efecto práctico, porque sus instituciones son
insuficientes para resolver conflictos y cumplir en general las funciones de los tribunales, etc.
La doctrina debe ser un complemento del estudio de la ley procesal positiva y de la jurisprudencia
formando una trilogía que conduzca al perfecto dominio de los principios general aplicables en toda
ocasión y desenvolvimiento de la doctrina procesal.
Los autos acordados son “resoluciones emitidas especialmente por los tribunales superiores de
justicia, que tienden a reglamentar en uso de sus facultades económicas, ciertos asuntos que no se
encuentran suficientemente determinados por la ley o materias cuya regulación es trascendente y
necesaria para un mejor servicio judicial”.
Los tribunales superiores de justicia (CS y CDA) tienen como facultades anexas a la jurisdicción, las
facultades conservadoras, disciplinarias y económicas. Esta última alcanza todas las disposiciones
que se dictan, generalmente, mediante oficios o circulares para el mejor funcionamiento del sistema
judicial y, de entre éstas, destacan los autos acordados, esto es, acuerdos adoptados en el pleno del
tribunal respectivo para el mejor cumplimiento de las normas procesales y del servicio judicial. Estos
autos acordados generalmente llenan vacíos no regulados en la ley, tienen carácter general y
obligatorio y, obviamente, no pueden exceder de los parámetros regulados en la ley.
Si partimos de la base que los autos acordados quedan comprendidos en el ámbito de la competencia
de la CS, podemos concluir que los reglamentos emitidos por dicho tribunal superior en virtud de las
facultades que con este objeto les conceden la CPR y la ley, son válidos y por lo tanto obligatorios.
Entonces, las normas jurídicas son válidas en cuanto son creadas en conformidad a la Constitución o
norma fundamental, según la tendencia kelsiana. Si aplicamos este principio, debemos concluir que
al ser dictados los autos acordados en virtud de facultades otorgadas al tribunal superior por la
Constitución, como ya hemos dicho, resulta que ellas son válidas y, por consiguiente, deben ser
eficaces y por lo mismo tienen fuerza obligatoria. Lo propio ocurriría si las Cortes de Apelaciones e,
incluso, los jueces letrados tienen facultades para emitir, según la ley, autos acordados cuya
trascendencia, obviamente, es mucho más limitada.
Por ello, los autos acordados que se dicten en el ejercicio de las atribuciones de la CS e incluso de las
CDA, son plenamente eficaces y obligatorios unos en todo el país y otros dentro del respectivo radio
de competencia. Contra este tipo de autos acordados inconstitucionales o ilegales, cabría solicitar
directamente al tribunal que le emitió su derogación o modificación y, eventualmente, si el caso es
gravísimo, una acusación constitucional por notable abandono de los deberes de los integrantes de
las Cortes de Apelaciones o de la Corte Suprema que hayan emitido tal auto acordado.
Por último, los autos acordados dictados por mandato de la ley sólo podrán ser modificados o
derogados por medio de una ley, ya que la Corte Suprema se ha visto investida de la competencia
para dictarlos en virtud de la correspondiente actuación legislativa y, una vez realizado su mandato,
pierde, agota dicha competencia y no puede volver a hacer uso de ella. Igual cosa ocurre si el mandato
es de rango constitucional, como el que se refiere al recurso de protección.
La costumbre como fuente de derecho es la repetición de actos uniformes por un tiempo más o menos
prolongado con la convicción de que su realización obedece a una necesidad jurídica.
Se compone de dos elementos, uno de carácter objetivo que es el uso, esto es, la expresión de actos
uniformes que se repiten por un tiempo más o menos prolongado y por un gran número de sujetos; y
otro de carácter subjetivo que es la convicción jurídica. Esto significa que los actos deben repetirse en
forma constante, porque los sujetos están convencidos de que es obligatorio obrar de esa manera.
En nuestro derecho la costumbre no es propiamente una fuente indirecta de derecho, porque en Chile
sólo tiene valor cuando le ley establece su aplicación (costumbre según ley); sin embargo, aún en este
supuesto la costumbre sólo tiene aplicación en el ámbito del derecho privado tal como lo dispone el
art. 2 CC (“la costumbre no constituye derecho sino en los casos en que la ley se remite expresamente
a ella”).
Tal como se ha dicho, el derecho procesal se encuentra inserto en el ámbito del derecho público, y en
éste, la costumbre no tiene cabida. Lo que sí tiene aplicación en el derecho procesal son los usos y
prácticas procesal. Los usos son las rutinas o destrezas forenses que se producen en la tramitación
de un proceso.. por ej. “sumar” o “resumir” en el encabezado de un escrito civil el contenido del mismo,
expresando: “a lo principal; al primer otrosí; al segundo otrosí”, etc. Las prácticas procesales, en
cambio, son de menor entidad, porque no tienen el elemento de convicción jurídica, esto es, no
obedecen a una necesidad jurídica. Por ej. si el tribunal civil accede a una petición de un oficio, éste
no será confeccionado mientras no sea “encargado” a algún funcionario público.
Finalmente, cabe señalar que la omisión de los usos y prácticas procesal no implican una infracción
de la ley en la medida que se cumpla claramente con el sentido de esta última.
Leyes procesal son aquellas que se encuentran contenidas en los códigos procesales, pero además
son leyes procesales todas aquellas normas de rango legal que sin necesidad de encontrarse en los
códigos procesales están llamadas a cumplir una finalidad indirecta o directa de tutela de los derechos
de las partes de acuerdo a los límites de extensión del derecho procesal.
La ley procesal es la fuente más importante del derecho procesal, y dentro del concepto de ley procesal
debemos comprender:
Una ley se aplica a los hechos y actos consumados durante el tiempo en que ha estado en vigor, es
decir, desde que se promulgó y se hizo obligatoria, hasta que es derogada. Pero no todos los hechos
y actos son instantáneos, esto es, surgen, se realizan, funcionan, se extinguen, se agotan en un breve
lapso. Hay actos sucesivos cuyo desenvolvimiento demora un tiempo largo. Es en este caso cuando
se presenta la cuestión de determinar si se aplican las leyes nuevas o las antiguas que se refieren a
esos actos.
Sin embargo, la remisión constitucional a la ley y el hecho de que el art. 9 CC no sea más que una ley
en sí mismo, hace que la dictación de disposiciones nuevas creen el conflicto de aplicación de ellas
con preeminencia sobre las antiguas o de éstas sobre las nuevas.
Para la adecuada solución de los problemas que pueden surgir, estudiaremos las diversas situaciones
desde dos puntos de vista:
1. Estado en que se encuentra el juicio al momento de dictarse la nueva ley. El juicio puede
encontrarse en tres estado o situaciones al momento de dictarse la nueva ley, siendo distinto
el efecto, según sea tal estado o situación:
a) El proceso se encuentra terminado al dictarse la nueva ley. Los procesos
terminados son inamovibles, no pueden verse afectados en caso alguno por la nueva
ley. La sentencia dictada en ellos ha producido el efecto de cosa juzgada inalterable.
En ningún caso las nuevas leyes afectan a las sentencias judiciales ejecutoriadas en
el tiempo intermedio y que ni el Presidente de la República ni el Congreso pueden en
caso alguno hacer revivir procesos fenecidos.
b) El proceso no se ha iniciado al dictarse la nueva ley. Si el proceso no se ha
iniciado, la nueva ley procesal rige “in actum”, es decir, todo se regula por la nueva
ley. La nueva ley tiene efecto inmediato, se aplica con preeminencia sobre la antigua,
salvo norma especial diversa.
c) El proceso se encuentra en tramitación y pendiente de resolución al dictarse la
nueva ley. Una de las características fundamentales del proceso y su consecuencia
el procedimiento, es la de constituir ambos un conjunto de actos sucesivos. Por ello,
cuando se encuentra pendiente y se dicta una ley que lo regula, surgen las mayores
dificultades para determinar si se aplica la antigua o la ley nueva. Como principio
fundamental, podemos decir que todo lo que se realizó durante la vigencia de la
antigua ley se mantiene firme y se reputa válidamente ejecutado. Los actos que con
posterioridad a la vigencia de la nueva ley deban realizarse en el proceso se ajustarán
a ésta, salvo que sean incompatibles absolutamente con lo que establecía la antigua
o con los efectos de los actos realizados bajo aquella. Normalmente, el legislador
soluciona los problemas que puedan producirse con la dictación de disposiciones
transitorias que determinan casuísticamente, la aplicación de la antigua o de la nueva
ley. En el sistema procesal penal se establece en el art. 11 CPP que “las leyes
procesales penales serán aplicables a los procedimientos ya iniciados, salvo cuando,
a juicio del tribunal, la ley anterior contuviere disposiciones más favorables al
imputado”.
2. Naturaleza jurídica de las leyes procesales. En el segundo punto de vista hay que
considerar la naturaleza de las leyes procesales y, aplicando una clasificación ya conocida,
podemos fijar los siguientes principios generales en materia de efectos de una nueva ley:
a) Las leyes de organización, por ser de derecho público y de orden público rigen “in
actum”, se aplican inmediatamente luego de su vigencia, con preeminencia sobre las
antiguas.
b) Las leyes de competencia absoluta, rigen también “in actum” por ser en el hecho
las leyes de organización al determinar la jerarquía de los tribunales.
c) Las leyes de competencia relativa, por ser renunciables por ser de orden privado
en materia civil contenciosa, es necesario respetar el acuerdo previo de las partes
para ser juzgados por un tribunal distinto territorialmente. Esto no es más que la
aplicación del principio que establece que la ley vigente a la época de la celebración
de un contrato, se incorpora a éste. En el caso que no exista acuerdo, las leyes de
competencia relativa, modificatorias de las antiguas, rigen, también “in actum”.
d) Las leyes de procedimiento, en lo que dice relación con un proceso pendiente, como
ya antes se dijo, las actuaciones realizadas bajo la antigua ley deben respetarse,
rigiéndose las posteriores por las disposiciones del nuevo cuerpo legal.
La ley sobre efecto retroactivo de la leyes contiene en sus arts. 22, 23 y 24 las disposiciones que
regulan el conflicto de aplicación de la ley antigua o de la nueva ley en materia procesal. Estos
preceptos, cuya claridad hace innecesaria casi siempre la dictación de disposiciones transitorias,
reconocen la mayor parte de los principios que hemos establecido anteriormente.
Así, luego que se sienta como regla que “en todo contrato se entenderán incorporadas las leyes
vigentes al tiempo de su celebración”, el art. 22 LER establece el efecto inmediato de las leyes
procesales en general, al exceptuar “las concernientes al modo de reclamar en juicio los derechos que
resultaren de ellos”. También el art. 24 LER ratifica que las leyes de procedimiento rigen, por regla
general, “in actum” al expresar que “las leyes concernientes a la substanciación y ritualidad de los
juicios prevalecen sobre las anteriores desde el momento en que deben empezar a regir”.
Los arts. 23 y 24 LER se refieren a situaciones especiales que pueden acaecer en área procesal. A
las expresamente contempladas y a otras que no lo están, nos referiremos a continuación.
1. Plazos. Si los plazos han comenzado a correr a la fecha de vigencia de la nueva, rige la ley
antigua. Si los términos no han comenzado su curso a la época de la nueva ley, rige ésta.
2. Recursos. Esta materia no está expresamente reglamentada en la ley de efecto retroactivo,
pero dándole a la expresión “actuaciones”, que utiliza la segunda parte del art. 24 LER, una
extensión comprensiva de la institución de los recursos, es necesario concluir que a su
respecto rige la ley bajo cuyo imperio se interpusieron.
3. Actuaciones y diligencias en general. Las actuaciones y diligencias que no se encontraren
iniciadas a las época de vigencia de la nueva ley, se rigen por la antigua. Las no iniciadas se
regirán por las disposiciones de la nueva ley.
4. Prueba. Para el efecto de determinar qué ley se aplica, es necesario distinguir si el medio de
prueba es sola y únicamente eso, un medio probatorio, o si es el fundamento mismo de la
pretensión. Será el fundamento mismo de la pretensión, si por ej., en el caso que el medio de
prueba constituya, a la vez, una solemnidad del acto o contrato, como ocurre con la escritura
pública, especie del medio probatorio instrumento público, en la compraventa de bienes
raíces. En este caso, rige la ley antigua, la vigente a la época de celebración del contrato. En
la primera situación, es decir, si se trata de un simple medio probatorio y la nueva ley crea
nuevos medios de prueba, sin afectar ni alterar los existentes en la ley antigua, la parte
interesada puede optar entre el nuevo medio o el antiguo.
5. Problema respecto de las normas de competencia absoluta. Se ha discutido acerca de si
las leyes de competencia absoluta deben o no regir de inmediato en nuestro derecho.
Los argumentos para estimar que no puede alterarse la competencia fijada por una
ley a través de la dictación de otra, son los siguientes:
El texto del art. 109 COT que establece: “Radicado con arreglo a la ley el
conocimiento de un negocio ante tribunal competente, no se alterará esta
competencia por causa sobreviniente”. Se afirma que la ley que radica un
asunto ante un tribunal es la que se encuentra vigente a la época de tal
radicación y que la competencia así otorgada no puede alterarse por causa
sobreviniente, como sería la nueva ley.
El texto de la segunda parte del art. 24 LER que al expresar: “las actuaciones
y diligencias que ya estuvieren iniciadas se regirán por la ley vigente al tiempo
de su iniciación”, no hace sino confirmar que la competencia se fija al
momento de la iniciación del juicio, por la ley vigente a esa época, sin que
sea posible establecer tal competencia por una ley posterior.
El inc. 4 del art. 19 Nº 3 CPR al establecer que “nadie puede ser juzgado por
comisiones especiales, sino por el Tribunal que le señale la ley y que se halle
establecido con anterioridad por ésta”, garantiza constitucionalmente la
existencia previa del tribunal que va a conocer de un asunto sin que pueda
alterarse posteriormente por causa ni ley alguna ese tribunal previamente
establecido.
Se dan, sin embargo, buenas razones para sostener la posibilidad de dictar normas
que alteren la competencia de los tribunales de manera que asuntos de los que
conocía alguno de determinada jerarquía pasan a otro de jerarquía inferior o distinta.
En nuestro país ello se ha hecho habitualmente, disponiéndose por la ley que
determinados asuntos pasarán al conocimiento de otros tribunales. Generalmente,
esto ha ocurrido históricamente con los cambios que se han introducido en las reglas
de la cuantía. Al aumentarse la competencia pecuniaria de determinados tribunales
han pasado a su conocimiento asuntos pendientes ante jueces de mayor jerarquía a
quienes, según la ley antigua, correspondía resolverlos. Las razones que se invocan
para sostener esta tesis, reconocida por nuestros legisladores y tribunales son las
siguientes:
El art. 109 COT se refiere a la radicación ante el tribunal que es legalmente
competente. Como ese art. 109 COT no es más que una ley, susceptible de
ser modificada por otra ley, perfectamente puede alterarse la competencia
adquirida bajo la vigencia de disposiciones anteriores.
Las leyes de la competencia absoluta son de Derecho Público y de orden
público, por lo tanto rigen “in actum”.
La LER, en su art. 24, se refiere a las leyes concernientes a la substanciación
y ritualidad de los juicios y no a las leyes de la competencia.
Por último, la garantía constitucional se refiere a la prohibición de ser juzgado
por comisiones especiales, creadas al efecto y no por los tribunales
permanentes, que pertenecen a la organización normal de un poder del
Estado.
Como sabemos, la ley constituye una manifestación de la soberanía de cada Estado, por tanto rige
únicamente dentro del territorio que ocupa dicho Estado, afectando a todas las personas que allí se
encuentren.
La nacionalidad de los habitantes no es un factor que modifique o altere esta norma, la ley procesal
rige tanto para chilenos como extranjeros.
Una ley es territorial cuando se aplica dentro de los límites geográficos de una nación a todos los que
allí habitan. Sin embargo, por la interdependencia de los Estados, por las múltiples relaciones de todo
tipo que se producen entre los habitantes de las diferentes naciones, el principio de la territorialidad
de la ley tiene que atenuarse. Los Estados deben aceptar la limitación a su soberanía que significa la
aplicación, dentro de su territorio, de leyes de otros Estados.
La ley procesal es eminentemente territorial, pero por las mismas razones que la ley general, debe
admitir que se apliquen otras leyes procesales dentro del territorio de un Estado.
Los principios doctrinarios fundamentales que rigen en materia de territorialidad de la ley procesal son:
1. La ley procesal sólo se aplica dentro del territorio del Estado que la expide.
2. La competencia, las formas de procedimiento, los deberes y derechos de las partes, la carga
de la prueba, se rigen por la ley del lugar en que se sigue el proceso.
3. Los medios de prueba de las obligaciones se determinan por la ley del lugar en que el acto se
realizó, siempre que esa ley no sea procesal. Si lo es, rige la del lugar en que se sigue el
juicio.
4. La validez de los actos procesales realizados en el extranjero se determina por la ley del lugar
donde se verificaron, pero sí deben producir efecto ante un tribunal nacional, dichos efectos
se regulan por la ley nacional.
5. Tanto los nacionales como extranjeros están potencialmente sometidos a la jurisdicción de
los tribunales del Estado donde viven.
6. Son nulos los pactos que pretenden someter a las partes a una jurisdicción extranjera o a un
tribunal extranjero.
7. Los tribunales nacionales, mediante una resolución (denominada “exequatur”) reconocen la
eficacia de otras resoluciones extranjeras, para que puedan ser ejecutadas dentro del territorio
nacional.
8. En ciertos casos, en protección de los intereses superiores del Estado y de la propia soberanía
nacional, la ley procesal se aplica fuera del territorio de la República, transformándose así de
territorial a extra territorial. Esto ocurre especialmente en materia penal.
Como puede apreciarse en esta materia rige el principio de la territorialidad de la ley procesal: la ley
se aplica en todo el territorio de la República y para todos sus habitantes, sean chilenos o extranjeros.
Art. 6 COT.
Inmunidad diplomática.
Resoluciones judiciales dictadas por tribunales extranjeros.
En primer lugar, debemos referirnos al art. 6 COT que atribuye competencia a tribunales chilenos
para conocer hechos (específicamente crímenes y simples delitos) acaecidos fuera del territorio de la
República.
Este artículo enumera diez casos de crímenes y simples delitos que quedan sometidos a la jurisdicción
chilena, no obstante haberse perpetrado fuera de la República, siempre que concurran los requisitos
establecidos en este precepto.
Por ej., deben ser conocidos por tribunales chilenos los delitos cometidos por agente diplomático o
consular en el ejercicio de sus funciones (art. 6 Nº 1 COT). Conocerá un tribunal nacional, por ej., si
un cónsul chileno que presta servicios en el extranjero falsifica la firma del embajador para autorizar
el otorgamiento de visa para un ciudadano chileno en otro país.
También conocerán tribunales chilenos los delitos cometidos por chilenos o extranjeros, a bordo de
un buque chileno en alta mar o a bordo de un buque chileno de guerra surto en aguas de otra potencia
(art. 6 Nº 4 COT). Es importante tener presente que el hecho debe perpetrarse a bordo del buque, ya
sea que se encuentre en altamar o en algún puerto. Si los crímenes o simples delitos son cometidos
en tierra será competente el tribunal del lugar donde éstos se produjeron.
Por último, una tercera excepción la constituyen las resoluciones judiciales pronunciadas por
tribunales extranjeros. Nuestra legislación reconoce validez y fuerza ejecutiva a los fallos dictados
por tribunales extranjeros, pero da un tratamiento distinto según se trate de casos penales o civiles.
Por regla general, las sentencias penales siempre tienen valor en Chile, sean condenatorias o
absolutorias (art. 13 CPP). Así, si una persona fue juzgada en el extranjero, haya sido condenada o
absuelta, no podrá ser juzgada ni sancionada por el mismo delito en nuestro país.
Por su parte, las sentencias civiles tendrán el valor que les conceda los tratados internacionales
respectivos. Si no existen tratados, se les dará la misma fuerza que si el fallo hubiese sido dictado en
Chile, siempre y cuando cumpla con los requisitos que establece la ley, esto es, presentar la sentencia
que se persigue ejecutar ante la Corte Suprema para que ésta autorice su cumplimiento mediante el
denominado trámite del exequatur (arts. 242 y siguientes CPC).
INTERPRETRACIÓN DE LA LEY
Respecto de la interpretación de la ley procesal hay que tener presente todas las normas que nuestro
Código Civil da para los efectos de la interpretación de la ley en los arts. 19 y siguientes CC.
Sin perjuicio que no puede hablarse de normas especiales de interpretación de la ley procesal y deben
aplicarse las disposiciones generales a que recién nos referimos, es necesario tener en cuenta que
las normas de Derecho Procesal están influidas por sus características peculiares y que múltiples
principios que informan el debido proceso y el Derecho Procesal mismo, deben tenerse en cuenta al
fijar el alcance de las reglas de nuestro estudio.
Veamos cuáles son los elementos de juicio o los principios que al aplicar las normas generales de
interpretación, deben considerarse respecto de una ley procesal.
1. Las normas de Derecho Procesal son normas de conveniencia y deben interpretarse por
ello tan libremente como sea posible. No han de ser un obstáculo por el que se frustre el
derecho material. La inobservancia de normas procesales puede no ser perjudicial, si su
obediencia en el caso concreto sólo se manifiesta en una consecuencia de mero trámite
procedimental sin ninguna significación. Lo que interesa es una resolución imparcial que
determine, de acuerdo al mérito de autos, si debe o no prosperar la pretensión.
2. Como reguladoras de una actividad del Estado, las normas procesales son más sensibles a
las corrientes sociales y políticas de la época en que aparecen, por lo que el elemento
histórico de interpretación tiene decisiva importancia.
3. Como consecuencia de ser el Derecho Procesal una unidad, la interpretación de las normas
que lo constituyen debe hacerse siempre respetando este principio unitario, recordando
que existen instituciones generales que orientan el desenvolvimiento de la ley procesal hacia
el fin que ella persigue.
4. La interpretación por analogía debe aplicarse, en materia de ley procesal, en forma más
amplia. En la interpretación analógica de la ley procesal debe estarse a su fin, adecuando la
interpretación a lo que ella regula. Se establece como obligatoria la interpretación restrictiva
de todas las disposiciones del CPP que autorizan la restricción de la libertad o de otros
derechos del imputado o del ejercicio de alguna de sus facultades.
5. Para Chiovenda, existen numerosos principios que, si bien son informadores del Derecho
Procesal y sobretodo del debido proceso, o más bien procedimiento, están, a la vez,
directamente vinculados a la interpretación de la ley procesal. Esos principios son:
a) El principio lógico que se enuncia como “la selección de los medios más seguros y
expeditos para buscar y descubrir la verdad, evitando el error”. Este principio persigue
establecer los procedimientos idóneos para obtener una mejor y expedita justicia, y
ha sido reconocido, al buscar los Códigos trámites más adecuados, atendida la
naturaleza del asunto, ej. procedimientos rápidos y concentrados para asuntos de
arrendamiento, juicios de poca cuantía, etc.
b) El principio jurídico que persigue “igualdad en la contienda y justicia en la decisión”.
c) El principio político que persigue la máxima garantía de debida jurisdicción prestada
por el Estado. Se encuentra reconocido este principio a través de las disposiciones
procesales de la CPR y, especialmente, de la estructuración de los procedimientos
penales.
d) El principio económico que es aquel que tiende a evitar que la justicia se recargue
con gastos excesivos o con una extensión demasiado grande, lo que la pondría sólo
al alcance de unos pocos privilegiados. Se reconoce al establecerse como base del
ejercicio de la jurisdicción, su gratuidad y al favorecerse a las personas de pocos
recursos con el privilegio de pobreza y la asistencia judicial gratuita.
e) El principio de la economía procesal que persigue el “máximo resultado en la
aplicación de la ley con el menor desgaste posible de la actividad jurisdiccional”. Está
reconocida en la fijación de procedimientos breves y concentrados, en la no
suspensión del cumplimiento de las resoluciones judiciales por la interposición de
recursos en su contra y por el planteamiento de todas las cuestiones inherentes a la
posición jurídica del demandante o del demandado en una sola oportunidad, como
ocurre, por ej. respecto del demandado en el juicio ejecutivo, el que debe defenderse
oponiendo todas las excepciones, cualquiera que sea su naturaleza, en un solo
escrito y dentro de un plazo fatal.
6. Por su parte, Couture señala cuatro principios, básicos también para la interpretación de la
ley procesal:
a) Según el principio de la probidad, el proceso es una institución de buena fe que no
debe ser utilizado por las partes con fines fraudulentos o abusivos. Se protege en
numerosas disposiciones legales este principio, por ej. al exigir a la parte que ha
perdido dos o más incidentes en un juicio que consigne previamente una suma de
dinero para poder promover una nueva cuestión dilatoria, o a través de la condena en
costas, esto es, el pago de los gastos del juicio, por la parte que pierde totalmente el
pleito, etc.
b) Por la concentración se persigue reunir las cuestiones que se promuevan en el juicio,
cualquiera que sea su naturaleza, para ser resueltas todas ellas o el mayor número
posible en la sentencia definitiva, evitándose que el curso del asunto principal se
suspenda. Es una consecuencia de la economía procesal. Está reconocida al tratarse,
por ej. del juicio sumario y la mayor parte de los procedimientos especiales.
c) Por la consumación o preclusión se consideran en su aspecto principal extinguidos
los derechos y facultades procesales por su ejercicio, sin que, por regla general, se
permita modificar la forma en que se ejercitaron ni ejercitarlos una vez más. Así, por
ejemplo, la facultad de contestar la demanda se extingue por la presentación del
escrito correspondiente, sin que pueda presentarse después otro escrito de
contestación con el pretexto de que se cometió un error o se incurrió en un olvido la
primera vez, o por ej. cuando en el juicio ordinario se establece que todas las
excepciones dilatorias deberán oponerse en un mismo escrito, sin que pueda
después complementarse tal escrito y oponerse nuevas excepciones. En todos estos
casos, como puede verse, la facultad procesal se extingue, se consolida, por su
ejercicio.
d) La protección establece que la nulidad de los actos procesales sólo puede hacerse
valer y declararse cuando existe un perjuicio, cuando se ha lesionado un interés
patrimonial o moral. Sólo puede admitirse la alegación de nulidad cuando la omisión
de los requisitos de validez del acto procesal deja sin posibilidad de defensa a una de
las partes, pudiendo alegarla sólo el afectado por el vicio, el perjudicado.
7. Tiene extraordinaria relevancia dentro de las normas de interpretación de la ley procesal una
que podríamos llamar supletoriedad. De acuerdo a lo que dispone el art. 3 CPC “se aplicará
el procedimiento ordinario en todas las gestiones, trámites y actuaciones que no están
sometidos a una regla especial diversa, cualquiera que sea su naturaleza”. Igual cosa, en
cuanto a su aplicación general y supletoria, ocurre con las disposiciones comunes a todo
procedimiento, contenidas en el Libro I CPC.
8. Por último, tenemos que referirnos a otra norma de interpretación que constantemente
aparece en el derecho procesal chileno: la remisión. Habitualmente, las disposiciones legales
aluden a otras remitiéndose a su contenido. Esto ocurre, incluso del procedimiento penal al
procedimiento civil. Esto significa la conformación del principio de la unidad del Derecho
Procesal y, también, de la importancia que la interpretación por analogía tiene en materia de
ley procesal.
LA JURISDICCIÓN
Jurisdicción viene de “IURIS DICTIO”, que significa “acción de decir o aplicar el derecho”.
Algunas definiciones de jurisdicción son:
“La jurisdicción es la actividad que se realiza por el juez, como un tercero imparcial, para los
efectos de dirimir a través del proceso, el conflicto que las partes han sometido a su
conocimiento, mediante el ejercicio de la acción”.
“La jurisdicción es el poder-deber que tienen los tribunales para conocer y resolver por medio
del proceso y con efecto de cosa juzgada los conflictos de intereses de relevancia jurídica que
se promueven en el orden temporal, dentro del territorio de la República y en cuya solución
les corresponde intervenir”.
“La jurisdicción es la función pública, realizada por órganos competentes del Estado, con las
formas requeridas en la ley, en virtud de la cual, por acto de juicio, se determina el derecho
de las partes, con el objeto de dirimir sus conflictos y controversias de relevancia jurídica,
mediante decisiones con autoridad de cosa juzgada, eventualmente factibles de ejecución”
Elementos de la jurisdicción
Momentos jurisdiccionales
Los momentos de la jurisdicción dicen relación con las diversas fases o etapas que se contemplan
para el desarrollo de dicha función, los que en definitiva corresponden a las etapas que se deben
contemplar dentro de un debido proceso, al ser éste el único medio a través del cual la jurisdicción
puede válidamente ejercerse.
El ejercicio de la jurisdicción está concebido sobre la base de tres tareas específicas, a saber, la de
conocer, la de resolver y la de hacer ejecutar lo juzgado, conocidas en doctrina como “momentos”
jurisdiccionales, integradas en una misma función, de manera que el conocimiento se encamina
naturalmente al juzgamiento y éste exige a su vez el cumplimiento de lo resuelto.
Límites a la jurisdicción
Se entiende por límites de la jurisdicción los diversos factores que delimitan el ejercicio de la función
jurisdiccional.
1. En cuanto al tiempo. La jurisdicción es perpetua, la excepción son los jueces árbitros y los
tribunales unipersonales de excepción.
2. En cuanto al espacio. Hay límites internos, respecto a la competencia, y límites externos, en
relación al criterio de la territorialidad.
3. En cuanto a la materia. Conflictos de relevancia jurídica y orden temporal.
4. En cuanto a las personas. La jurisdicción es indelegable, solo la ejercen los tribunales.
5. En cuanto a las atribuciones de otros poderes. Es prohibido al Poder Judicial mezclarse
en las atribuciones de otros poderes públicos y en general otras funciones que las
determinadas en los artículos precedentes.
6. En cuanto a otros estados. Inmunidades de jurisdicción.
1. Resolver conflictos.
2. Protección de los derechos subjetivos.
3. Control judicial y normativo.
4. Complementación ordenamiento jurídico.
Conflictos de jurisdicción
Son aquellas atribuciones vinculadas con el ejercicio de la función jurisdiccional que se radican en los
tribunales, por mandato de la constitución o de la ley.
Art. 3 COT: “Los tribunales tienen, además, las facultades conservadoras, disciplinarias y económicas
que a cada uno de ellos se asignan en los respectivos títulos de este Código”.
1. Facultades conservadoras. Las facultades anexas son aquellas conferidas a los tribunales
para velar por el respeto de la Constitución Política en el ejercicio de la función legislativa y
por la protección y amparo de las garantías y derechos que se contemplan en la Constitución.
2. Facultades disciplinarias. Son aquellas conferidas a los tribunales para velar por la
mantención y resguardo del correcto y normal funcionamiento de la actividad jurisdiccional,
pudiendo al efecto reprimir las faltas o abusos en que incurrieren los diversos funcionarios
como los particulares que intervienen o asisten a los tribunales. Las facultades disciplinarias
pueden ser ejercidas de oficio como a petición de parte. La aplicación de facultades
disciplinarias de oficio, aplica para jueces de letras, jueces de garantía, tribunal oral en lo
penal, CDA y CS. Ej. de aplicación de medidas disciplinarias a petición de parte.
a) Queja disciplinaria. La queja se deduce pidiendo la aplicación de medidas disciplinarias
por haber incurrido el funcionario en falta o abuso, sin relación a determinada resolución.
Puede presentarse verbalmente o por escrito sin mayores formalidades. El plazo para
deducirla es dentro de los 60 días de ocurridos los hechos que la motivan. La queja puede
ser conocida por un juez letrado, cuando afecte la conducta de alguno de sus subalternos.
La queja cuando su conocimiento corresponda a un tribunal colegiado, siempre será de
competencia del tribunal pleno. No es requisitos para su presentación el patrocinio de un
abogado.
b) Recurso de queja. El recurso de queja sólo tendrá lugar cuando la falta o abuso se cometa
en una resolución, de las determinadas expresamente por la ley. Siempre debe deducirse
por escrito, debiendo cumplir con las formalidades legales. Debe deducirse dentro de los
5 días, contados desde la notificación de la resolución en cuestión. El recurso de queja
siempre será de competencia de los tribunales superiores de justicia. El recurso de queja
es de competencia de cada sala, pero si es acogido, pueden pasar los antecedentes al
tribunal en pleno, para que éste resuelva la medida disciplinaria que corresponda aplicar.
Es necesario el patrocinio de un abogado.
c) Sanciones a abogados.
d) Visitas ordinarias y extraordinarias a los tribunales.
3. Facultades económicas. Son aquellas conferidas a los tribunales para velar por el mejor
ejercicio de la función jurisdiccional y para dictar las normas o instrucciones destinadas a
cumplir con la obligación de otorgar una pronta y cumplida administración de justicia en todo
el territorio de la República. Ejemplos:
a) Discurso del Presidente de la Corte Suprema al iniciarse el año judicial.
b) Intervención en nombramientos de funcionarios judiciales.
c) Escalafones.
d) Confecciones de listas de méritos.
e) Instalación de jueces, traslados y permutas.
f) Autos acordados.
Tipos de asuntos
CONTENCIOSOS NO CONTENCIOSOS
En este caso el tribunal, debe intervenir por El tribunal que interviene, sólo lo hace en virtud
mandato jurisdiccional y aún a falta de ley que de una norma legal expresa y en virtud de una
resuelva el conflicto. opción discrecional del legislador. No se ejerce
una función jurisdiccional.
LA COMPETENCIA
Cuando se produce un conflicto, queremos una solución, y requerimos para su resolución del ejercicio
de la función jurisdiccional a través del debido proceso, y debemos preguntarnos a ¿dónde acudo y
cómo acudo?.
¿Dónde acudo? Sin que haya operado auto tutela o auto composición, debemos recurrir a los
tribunales establecidos por ley.
¿Cómo sabemos que tribunal es competente? A través de las reglas de descarte, utilizando el
siguiente orden:
1. Arbitraje.
2. Tribunales especiales.
3. Tribunales ordinarios.
1. Debo determinar la jerarquía del tribunal (en base a materia, fuero y cuantía).
2. Debo determinar el tribunal específico, dentro de la jerarquía, con el elemento territorio y las
reglas de competencia relativa (distribución de causas y regla del turno).
Definiciones:
1. Art. 108 COT: “La competencia es la facultad que tiene cada juez o tribunal para conocer de
los negocios que la ley ha colocado dentro de la esfera de sus atribuciones”.
2. Doctrinaria: “La esfera de atribuciones fijadas por la ley para que cada juez o tribunal ejerza
la facultad de conocer, juzgar y hacer ejecutar lo juzgado en las causas civiles o criminales”.
La jurisdicción es la facultad de conocer, juzgar y hacer ejecutar lo juzgado en las causas civiles y
criminales; y la competencia es la esfera fijada por el legislador para que la jurisdicción se ejerza.
JURISDICCIÓN COMPETENCIA
La jurisdicción es el todo. Todo tribunal La competencia es una parte de la jurisdicción.
establecido por ley tiene jurisdicción. Sus reglas sirvan para atribuir el conocimiento
de un proceso a un juez específico.
La jurisdicción es una potestad genérica. La competencia es una medida de la
jurisdicción.
La sentencia de un órgano sin jurisdicción es La falta de competencia conlleva la nulidad
inexistente. procesal.
Se alega como excepción de fondo en cualquier Se alega como excepción dilatoria.
momento.
Una vez determinada la jerarquía del tribunal por las reglas de la competencia absoluta que es
competente para conocer de un asunto específico, es menester establecer cual tribunal dentro de esa
jerarquía es el competente para su conocimiento.
La competencia relativa es aquella que determina cual tribunal dentro de una jerarquía es el
competente para conocer de un asunto específico.
Clasificación de la competencia
REGLAS DE COMPETENCIA
Las reglas de la competencia se clasifican en especiales y generales. Las reglas generales lo son en
el sentido que se aplican a cualquier clase de materias y tribunales. Las reglas especiales son
aquellas que se encuentran destinadas a determinar la jerarquía del tribunal que debe conocer del
asunto (competencia absoluta) y cual tribunal específico dentro de esa jerarquía debe conocer del
asunto (competencia relativa).
Son los principios básicos que establece el legislador respecto de la competencia y que deben
aplicarse sin importar la naturaleza del asunto y la clase o jerarquía del tribunal que debe conocer de
él.
Estas reglas generales de competencia, son reglas complementarias, en cuanto no integran las
normas de la competencia absoluta o relativa, pero sirven para determinar las facultades de un tribunal
una vez que aquellas han recibido aplicación; y son consecuenciales, en cuanto reciben aplicación
una vez que se encuentre determinado el tribunal competente de acuerdo a las reglas de la
competencia absoluta y relativa. Su infracción no tiene establecida una sanción única, sino que ella
debe determinarse respecto de la violación de cada regla general atendiendo a los diversos principios
doctrinarios que motivan su consagración.
Las reglas generales de la competencia se encuentran establecidas en los arts. 109 a 114 COT y son
las siguientes:
Esta regla está consagrada en el art. 109 COT que señala que “radicado con arreglo a la ley el
conocimiento de un negocio ante tribunal competente, no se alterará esta competencia por causa
sobreviviente”.
La radicación consiste en fijar en forma irrevocable la competencia del tribunal que ha de conocer de
un asunto, cualquiera fueren los hechos que acontezcan con posterioridad modificando los elementos
que se tuvieron en cuenta para determinar la competencia absoluta o relativa.
La regla de la radicación o fijeza importa la consagración del principio de la seguridad jurídica en
materia de competencia.
Elementos que deben concurrir para que se produzca la radicación del asunto ante un tribunal
1. Actividad del tribunal. Es menester para que se produzca la radicación de un asunto ante
un tribunal competente que este haya intervenido en el conocimiento del asunto, sea actuando
de oficio o a petición de parte.
2. Competencia del tribunal interviniente. Para que se produzca la radicación no basta con la
intervención de un tribunal en el conocimiento de un asunto, sino que se requiere que esa
actividad se hubiere realizado por un tribunal que sea competente de acuerdo con las reglas
de la competencia absoluta y relativa.
3. Intervención del tribunal con arreglo a derecho. La intervención del tribunal competente
debe haberse efectuado con arreglo a derecho, puesto que si las actuaciones realizadas por
el tribunal y las partes adolecen de irregularidades o se efectuaron ante un tribunal
incompetente, éstas podrán ser declaradas nulas y en consecuencia no producirán efecto
alguno.
Momento a partir del cual se entiende radicado un asunto ante el tribunal competente
La radicación es una regla general de la competencia de carácter general y de rango legal. Como toda
norma de carácter general y de rango legal es posible que que se contemple la existencia de
excepciones a su respecto, las que requieren de un texto legal expreso.
Las excepciones a la regla de la radicación consisten en que, no obstante encontrarse fijado el tribunal
competente para el conocimiento y resolución del asunto, por un hecho posterior el proceso debe
pasar al conocimiento de otro tribunal para su tramitación y fallo.
Es menester que para que exista realmente la excepción a la regla de la radicación, el cambio que
debe producirse con posterioridad debe decir relación con el tribunal u órgano jurisdiccional y no
con la persona del juez.
Tradicionalmente se ha señalado que constituyen una excepción a la regla de la radicación o fijeza las
siguientes:
1. El compromiso. Por la suscripción de una convención de compromiso, pueden las partes del
juicio sustraer el conocimiento del asunto radicado ante el juez ordinario y entregárselo a la
decisión de un juez árbitro, siempre y cuando no se trate de materias de arbitraje prohibido.
2. La acumulación de autos. En materia civil, la acumulación de autos es un incidente especial
que tiene como finalidad evitar el pronunciamiento de sentencias contradictoras, manteniendo
la continencia o unidad de la causa. En materia criminal, la acumulación de autos tiene un
doble aspecto. Por una parte, es una excepción clarísima a la regla de la radicación, ya que
todo lo pendiente ante otro tribunal se acumula ante el que establece la ley. Por otro lado, si
se continúan cometiendo delitos, el conocimiento de ellos se acumula ante el tribunal que ya
estaba conociendo de los demás hechos imputados al inculpado.
3. Las visitas. En este caso, no nos encontramos frente a una excepción a la regla de la
radicación, puesto que no existe una sustitución de un tribunal por otro, sino que la de persona
física de un juez por la de otro.
Con esta regla se persigue la determinación, desde el inicio del procedimiento, de un tribunal de
segunda instancia que conozca del asunto en caso de impetrarse algún recurso de apelación o el
trámite de la consulta, cuando ella sea procedente. Una vez determinado el tribunal de alzada, esta
designación nunca podrá ser alterada.
Esta regla se encuentra establecida en el art. 110 COT en los siguientes términos: “Una vez fijada con
arreglo a la ley la competencia de un juez inferior para conocer en primera instancia de un determinado
asunto, queda igualmente fijada la del tribunal superior que debe conocer del mismo asunto en
segunda instancia”.
La instancia está constituida por cada uno de los grados de conocimiento y fallo que tiene un tribunal
para la decisión de un asunto, comprendiéndose el análisis tanto de los hechos como del derecho
involucrado en él.
La regla del grado o jerarquía es de orden público e irrenunciable, y en consecuencia, nunca podrá
haber prórroga de la competencia en segunda instancia.
En el sistema procesal penal, la regla del grado o jerarquía para determinar el tribunal competente
solo recibe aplicación respecto de los jueces de garantía respecto de las resoluciones que ellos
pronuncian y que son apelables.
Regla de la extensión
Esta regla general de competencia es de una gran importancia, porque determina cuales asuntos
vinculados al asunto principal pueden llegar a ser de conocimiento del tribunal ante el cual se tramita
la causa.
De acuerdo al art. 111 COT “el tribunal que es competente para conocer de un asunto lo es igualmente
para conocer de todas las incidencias que en él se promuevan. Lo es también para conocer de la
cuestiones que se susciten por vía de reconvención o de compensación, aunque el conocimiento de
estas cuestiones, atendida su cuantía, hubiere de corresponder a un juez inferior si se entablaran por
separado”.
1. El asunto principal, que se encuentra configurado en materia civil básicamente por las
pretensiones que el demandante formula durante el proceso, la que debe hacer valer en la
parte petitoria de la demanda, y por las alegaciones, defensas y excepciones que el
demandado formula respecto de la pretensión hecha valer en su contra, las que debe señalar
en la contestación de la demanda.
2. Los incidentes, que son toda cuestión accesoria de un juicio que requiere pronunciamiento
especial del tribunal. El legislador contempla la existencia de los incidentes ordinarios, esto
es, todas las cuestiones accesorias que no tienen establecida una tramitación especial, a los
cuales se les aplican las reglas generales contempladas en los arts. 82 a 91 CPC, por ej. la
impugnación de un instrumento público presentado al proceso, de la solicitud de una actuación
que debe concederse con audiencia, de la oposición a la práctica de una actuación judicial
decretada con citación, etc. Además se contempla la existencia de incidentes especiales, esto
es, cuestiones accesorias respecto de las cuales se han establecido reglas especiales para
su tramitación en el CPC dentro de los cuales se encuentran la acumulación de autos, las
cuestiones de competencia, las implicancias y recusaciones, privilegio de pobreza, las costas,
el desistimiento de la demanda y el abandono del procedimiento.
3. La reconvención, que es la demanda formulada por el demandado en su escrito de
contestación a la demanda y que se inserta en el primitivo procedimiento o juicio en tramitación
iniciado por el demandante.
4. La compensación, que desde el punto de vista del derecho procesal, es una excepción que
afecta el fondo de la pretensión del actor por el cual el demandado persigue obtener la
declaración de la extinción del crédito invocado por el demandante hasta la concurrencia de
su monto, fundado en su calidad de acreedor recíproco. No se trata de una demanda, como
en la reconvención, sino que es una excepción que, al oponerse, pasa a formar parte del
conflicto al cual el tribunal debe avocar su conocimiento y que, por tanto, debe ser resuelta en
el fallo.
5. La ejecución de la sentencia.
La regla de extensión en materia penal, implica que los jueces podrán conocer de las incidencias, y
además de ciertas acciones civiles emanadas o vinculadas con el delito cometido; tales como la acción
civil restitutoria (destinada a obtener la restitución de la cosa que ha sido objeto material del delito o
su valor), de la acción civil indemnizatoria (que pretende la indemnización de los perjuicios generales
o especiales) y de la acción civil reparatoria (esto es, la que persigue la reparación de los efectos
patrimoniales que las conductas de los procesados por sí mismas hayan causado o que puedan
atribuírseles como las consecuencias próximas o directas, de modo que el fundamento de la respectiva
acción civil obligue a juzgar las mismas conductas que constituyen el hecho punible objeto del proceso
penal. En este caso, lo que se persigue es la reparación mediante la declaración de ineficacia de un
acto civil en el cual se cometió el delito).
Según el art. 112 COT “siempre que según la ley fueren competentes para conocer de un mismo
asunto dos o más tribunales, ninguno de ellos podrá excusarse del conocimiento bajo el pretexto de
haber otros tribunales que puedan conocer del mismo asunto; pero el que haya prevenido en el
conocimiento excluye a los demás, los cuales cesan desde entonces de ser competentes”.
1. Que de acuerdo con las reglas de la competencia existieren dos o más tribunales
potencialmente competentes para el conocimiento del asunto. Esta situación es la que
se presenta en todos los casos en que existe competencia acumulativa o preventiva para el
conocimiento de un asunto, por ej. con las acciones inmuebles, la acción civil indemnizatoria
de un delito, etc.
2. Que el demandante presente su demanda ante uno de ellos. El demandante puede, en
caso que existan dos o más tribunales potencialmente competentes para conocer de un
asunto, requerir la intervención de cualquiera de ellos para conocer del asunto, sin que
ninguno pueda excusarse de conocer del asunto bajo pretexto de existir otros tribunales
competentes para ello. Este es el aspecto de la regla que le otorga la denominación
inexcusabilidad.
3. Que uno de los tribunales prevenga en el conocimiento del asunto, instante a partir del
cual cesa la competencia de los otros tribunales que hubieren sido potencialmente
competentes. En este aspecto, se contempla la denominación de esta regla como “de la
prevención”, puesto que apenas comience a conocer uno de los tribunales competentes
(prevenga en el conocimiento), se produce automáticamente la extinción de la potencial
competencia del o de los otros tribunales.
Regla de la ejecución
Señala el art. 113 inc.1 COT que “la ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales que
las hubieren pronunciado en primera o en única instancia”.
Esta regla hace radicar el cumplimiento de las resoluciones en los tribunales que las pronuncian en
primera o en única instancia.
Si bien la regla del art. 113 COT, es plenamente aplicable en lo relativo al cumplimiento de los autos
y decretos, no lo es respecto de otras resoluciones.
Pero si para perseguir el cumplimiento o ejecución de la sentencia definitiva se quiere iniciar un nuevo
juicio para obtener su cumplimiento, el procedimiento que deberá aplicarse será el juicio ejecutivo
contemplado en los arts. 434 y siguientes CPC. En tal caso nos encontramos ante una competencia
acumulativa o preventiva, puesto que se podrá requerir su cumplimiento a través de este
procedimiento ante el tribunal que dictó la resolución en única o primera instancia o ante el tribunal
que fuere competente conforme a las reglas generales. Esta situación es la que se contempla en el
art.114 del COT al señalarnos que "siempre que la ejecución de una sentencia definitiva hiciere
necesaria la iniciación de un nuevo juicio, podrá éste deducirse ante el tribunal que menciona el inciso
primero del artículo precedente o ante el que sea competente en conformidad a los principios
generales establecidos por la ley, a elección de la parte que hubiere obtenido en el pleito".
Este art. 114 COT es otro ej., quizás uno de los más claros y manifiestos, de competencia acumulativa
o preventiva que consagran nuestros textos positivos cuando se inicia un nuevo juicio para solicitar la
ejecución de la sentencia. En cambio, cuando se solicita el cumplimiento de la sentencia a través del
procedimiento incidental, es un caso de competencia privativa o exclusiva, puesto que su conocimiento
sólo corresponde al tribunal que la pronunció en única o primera instancia.
Debemos recordar que, de acuerdo a lo previsto en los dos últimos incisos del art. 76 CPR "para hacer
ejecutar sus resoluciones y practicar o hacer practicar los actos de instrucción que determine la ley,
los tribunales ordinarios y los especiales que integran el Poder Judicial, podrán impartir órdenes
directas a la fuerza pública o ejercer los medios de acción conducentes de que dispusieran. Los demás
tribunales lo harán en la forma que determine la ley. La autoridad requerida deberá cumplir sin más
trámite el mandato judicial y no podrá calificar su fundamento u oportunidad, ni la justicia o legalidad
de la decisión que se trata de ejecutar".
Esta facultad de imperio que poseen los tribunales para hacer efectivo el cumplimiento por la fuerza
de sus resoluciones aparece reiterado con rango legal en el art. 11 COT.
Finalmente, el art. 240 CPC establece que " cumplida una resolución, el tribunal tendrá facultad para
decretar las medidas tendientes a dejar sin efecto todo lo que se haga en contravención a lo ejecutado.
"El que quebrante lo ordenado cumplir será sancionado con reclusión menor en su grado medio a
máximo".
COMPETENCIA ABSOLUTA
Son aquellas reglas que determinan la jerarquía del tribunal que es competente para conocer de un
asunto determinado.
Son normas de orden público, por ende son irrenunciables y no procede nunca la prórroga de la
competencia absoluta.
La cuantía, propiamente tal, sirve para determinar el procedimiento aplicable y para determinar la
procedencia de ciertos recursos (la instancia en que se conocerá una causa).
El art. 115 COT señala lo que se entiende por cuantía: “En los asuntos civiles la cuantía se determina
por el valor de la cosa disputada. En los penales se determina por la pena que el delito lleva consigo”.
Para determinar la cuantía en materia civil, es importante distinguir en primer lugar si el asunto es o
no susceptible de apreciación o avaluación pecuniaria:
Los arts. 130 y 131 COT señalan, por vía ejemplar que los asuntos no susceptibles de apreciación
pecuniaria, se reputarán siempre de mayor cuantía:
Art. 131 COT: “Se reputarán también, en todo caso, como materias de mayor cuantía, para el efecto
de determinar la competencia del juez, las que en seguida se indican:
Puede decirse que por regla general se trata de materias de Derecho de Familia, y en cuestiones que
las sumas de dinero no pueden cuantificarse con facilidad.
1. Si el demandante acompaña esos documentos se aplica el art. 116 COT, precepto que
señala que si “en ellos apareciere determinado el valor de la cosa disputada, se estará para
determinar la competencia a lo que conste de dichos documentos”.
2. Si el demandante no acompaña documentos que sirvan de apoyo a su pretensión es
menester efectuar una nueva distinción según si la acción o pretensión emana de un derecho
real o de un derecho personal:
a) Acción personal. Si el demandante no acompañare documentos o si de ellos no
apareciere esclarecido el valor de la cosa, y la acción entablada fuere personal, se
determinará la cuantía de la materia por la apreciación que el demandante hiciere en
su demanda verbal o escrita.
b) Acción real. Si la acción es real, entran a jugar una serie de reglas para determinar
la cuantía:
Si la acción entablada fuere real y el valor de la cosa no apareciere
determinado, se estará a la apreciación que las partes hicieren de común
acuerdo.
Si no existe acuerdo entre las partes, el juez debe determinar la cuantía por
medio de la evaluación efectuada por peritos. Esta evaluación será
obligatoria en cuanto a sus conclusiones, tanto para el juez como para las
partes.
OJO: existen reglas especiales para la determinación de la cuantía entre los arts. 121 a 127 COT.
De lo señalado en el art. 116 y siguientes COT, la cuantía deberá tomarse, por regla general, en
consideración al tiempo de presentarse la demanda.
Una vez que la cuantía queda determinada ella no puede alterarse por causa sobreviniente.
Procedimiento:
Juicio ordinario de mayor cuantía (+500 UTM y todo aquello de valor inapreciable).
Juicio ordinario de menor cuantía (+10 y -500 UTM).
Juicio ordinario de mínima cuantía (-10 UTM).
Instancia:
Primera instancia (+10 UTM).
Única instancia (-10 UTM).
MATERIA
Si bien ha perdido importancia, en la legislación chilena ella juega doblemente.
Por una parte, es
utilizada para el establecimiento de los tribunales especiales. En segundo lugar, la materia juega a
través de lo que se denomina “elemento de la competencia absoluta” (fuero real) para la determinación
de la jerarquía de un tribunal. En este carácter, arrastra los asuntos de una cuantía inferior a otra
superior.
FUERO (o elemento “persona”)
El fuero “es aquel elemento de la competencia absoluta que modifica la determinación previa de la
jerarquía de un tribunal en razón de la cuantía y materia para conocer de un asunto por existir la
intervención de la persona constituida en dignidad”.
El fuero no es un beneficio para la persona que lo goza, sino que es una garantía para la parte que
litiga contra él, que no cuenta con este fuero, bajo la lógica de que un tribunal superior es “más
independiente” en sus decisiones. Existe este elemento, para dar garantías de imparcialidad.
Art. 133 COT señala dichas materias, las que son relativas a:
COMPETENCIA RELATIVA
Estas reglas son las que persiguen establecer, dentro de la jerarquía ya determinada por las reglas de
la competencia absoluta, el tribunal específico dentro de esa jerarquía que va a conocer del asunto.
Estas reglas son de orden privado, y por tanto renunciables para las partes por medio de la prórroga
de la competencia.
Para poder determinar, con precisión, qué tribunal del territorio, será competente para conocer del
asunto, será menester tomar en consideración las siguientes reglas de descarte:
El art. 181 COT, señala que “un tribunal que no es naturalmente competencia para conocer de un
determinado asunto, puede llegar a serlo si para ello las partes, expresa o tácitamente, convienen en
prorrogarle la competencia para este negocio”.
“Es el acuerdo expreso o tácito de las partes en virtud del cual, en la primera instancia, de los asuntos
civiles contenciosos, que se tramitan ante tribunales ordinarios de igual jerarquía, otorgan competencia
a un tribunal que no es el naturalmente competente para conocer de él, en razón del elemento
territorio”.
GENERALIDADES
El tribunal es el “órgano público establecido en la ley, para los efectos de ejercer la función
jurisdiccional, a través del debido proceso”.
Para los efectos de determinar el carácter de tribunal de un órgano público debe atenderse a la función
que desempeña según las facultades conferidas por la ley, puesto que la función es la que caracteriza
al órgano, y no el órgano el que caracteriza la función.
De acuerdo con ello, es posible que nos encontremos en presencia de un órgano legislativo que ejerza
funciones jurisdiccionales como ocurre con el Sentado cuando conoce del juicio político, o de un
órgano administrativo que ejerza funciones jurisdiccionales, como ocurre cuando el Subcontralor
General de la República conoce en primera instancia del juicio de cuentas.
Los tribunales se encuentran compuestos por uno o más jueces, quienes son los sujetos encargados
de dictar las resoluciones destinadas a dar curso progresivo al proceso y resolver el conflicto sometido
a su decisión, y por funcionarios auxiliares de la administración de justicia, esto es, como su nombre
lo indica, las personas que asisten y colaboran con los jueces para el ejercicio de la función
jurisdiccional.
En este sentido, juez sería el “sujeto individual o plural, idóneo y eminentemente imparcial que integra
un órgano público, para ejercer la función jurisdiccional a través del debido proceso”.
Clasificaciones
Los tribunales han sido objeto de numerosas clasificaciones, siendo las principales las siguientes:
El ejercicio de la función jurisdiccional se encuentra entregado a los tribunales establecidos por la ley,
de acuerdo a lo previsto en el art. 76 CPR.
Para el adecuado ejercicio de la función jurisdiccional por parte de los tribunales, se han establecido
diversos principios fundamentales en la CPR, en el COT y en otros cuerpos legales.
Estos principios para el ejercicio de la función jurisdiccional son esenciales y han permanecido casi
inalterables durante la historia constitucional.
Varias de las bases que se establecen para el ejercicio de la función jurisdiccional se encuentran
estrechamente vinculadas con los principios formativos del procedimiento. Ello resulta lógico puesto
que los principios en los cuales se sustenta el establecimiento y funcionamiento de los órganos
jurisdiccionales deben necesariamente guardar la correspondiente armonía con los que regulan el
desarrollo de un procedimiento para arribar a la resolución de un conflicto.
De acuerdo con lo expuesto, las bases para el ejercicio de la jurisdicción son todos aquellos principios
establecidos por la ley para el adecuado y eficiente funcionamiento de los órganos jurisdiccionales.
1. Legalidad.
2. Independencia.
3. Inamovilidad.
4. Responsabilidad.
5. Territorialidad.
6. Jerarquía o grado.
7. Publicidad.
8. Sedentariedad.
9. Pasividad.
10. Competencia común.
11. Inavocabilidad.
12. Inexcusabilidad.
13. Gratuidad.
14. Autogeneración incompleta.
15. Estatuto de los jueces.
16. Continuatividad.
Subrogación: es el reemplazo automático y que opera por el solo ministerio de la ley
respecto de un juez o de un tribunal colegiado, que están impedido para el
desempeño de sus funciones. La subrogación opera tanto respecto de tribunales
unipersonales como de los tribunales colegiados. En este último caso, la subrogación
sólo opera cuando el impedimento o inhabilidad afecta a todo el tribunal y no solo a
algunos miembros de éste, puesto que en tal caso se deben aplicar las normas de
integración.
Integración: es el reemplazo por el sólo ministerio de la ley de alguno o algunos de
los ministros de los tribunales colegiados que estén impedidos o inhabilitados para el
desempeño de sus funciones. La integración sólo opera tratándose de los tribunales
colegiados y ella tiene por objeto completar el quórum necesario para que pueda
funcionar el tribunal colegiado.
Las CDA están reguladas en el título V del COT. En dicho título se reglamentan sucesivamente la
organización y atribuciones de las CDA, los acuerdos de las CDA y las atribuciones de los Presidentes
de éstas.
Las CDA son tribunales ordinarios, colegiados, letras, de derecho y permanentes, que ejercen sus
funciones dentro de un territorio que es normalmente una región o parte de una región y son
depositarias de la casi totalidad de la competencia de segunda instancia, conociendo además en única
instancia o primera instancia de los demás asuntos que las leyes les encomienden. Están compuestas
por un número variable de jueces llamados ministros, uno de los cuales es su Presidente y hay 17
CDA en todo el país. Son superiores jerárquicos de los jueces de garantía, de los tribunales orales en
lo penal y de los jueces de letras, y dependen de la CS.
1. Ser chileno.
2. Tener el título de abogado.
3. Haber aprobado el programa de perfeccionamiento profesional para ser Ministro de CDA.
4. Poseer determinada experiencia funcionaria.
En ningún caso podrá ser ministro de CDA quien no haya desempeñado efectiva y continuamente la
función de juez letrado por un año a lo menos, sin perjuicio de cumplir, además, con la antigüedad en
la categoría contemplada en el art. 280 COT.
Ello es sin perjuicio de regir la regla general de promoción, consistente en que no se podrá promover
a una categoría superior al funcionario que tenga menos de 3 años de servicios en su categoría, salvo
que en la inmediatamente inferior hubiere servido más de 5 años, en cuyo caso necesitará de sólo
uno. Podrá, no obstante, ser ascendido si no se interesare por el cargo ningún funcionario que
desempeñe un cargo de la misma categoría del que se trata de proveer o que tenga 3 años o más de
servicios en la categoría inmediatamente inferior (art. 280 COT).
Nombramiento
Los ministros de las CDA son designados por el Presidente de la República de una terna
confeccionada para tal efecto por la CS.
Las ternas para proveer los cargos de los Ministros de las CDA deben formarse con el juez de tribunal
de juicio oral en lo penal, el juez de letras o el juez de juzgado de garantía más antiguo de asiento de
Corte calificado en lista de méritos y que exprese interesarse en el cargo y con ministros de CDA o
integrantes de la segunda y tercera categoría que se hubieren opuesto al concurso elegidos de
conformidad a lo establecido en el art. 281 CC.
Organización
Las CDA tienen una organización administrativa más completa que los jueces de letras, poseyendo
un personal compuesto de ministros, fiscales, relatores, secretarios y oficiales de secretaría.
Los ministros tienen el rango y precedencia correspondiente a su antigüedad en la categoría
correspondiente del escalafón.
Las CDA son regidas por un Presidente. Sus funciones duran un año contado desde el 1ero de Marzo
y son desempeñadas por los miembros del tribunal turnándose cada uno por orden de antigüedad en
la categoría del correspondiente escalafón.
Los fiscales judiciales son los funcionarios judiciales que ejercen el Ministerio Público ante los
tribunales colegiados.
Los relatores son los funcionarios encargados de efectuar al tribunal una exposición metódica y
sistemática del contenido del expediente, llamada “relación”, que permite a éste resolver
adecuadamente las causas sometidas a su conocimiento.
Los secretarios son funcionarios encargados de dar fe de las resoluciones expedidas por el tribunal
y velar por el buen funcionamiento de la secretaría, sin perjuicio de otras funciones que la ley les
señale en asuntos específico como los del trabajo.
El número de funcionarios de cada CDA es variable. Actualmente las CDA tienen, como resultado de
la aplicación de los arts. 56, 58, 59 y 60 COT, el siguiente personal:
En funcionamiento ordinario, las CDA trabajan en pleno. Aun cuando esta regla se enuncia como
general, ella en la práctica constituye la excepción.
En el funcionamiento extraordinario, las CDA sesionan dividiéndose en salas de tres miembros cada
una. Para los efectos de completar el número de tres miembros, las salas se integran con sus fiscales
judiciales y con los abogados integrantes. Las salas en las CDA no pueden funcionar con mayoría de
abogados integrantes.
El quórum necesario para el funcionamiento del pleno es de la mayoría absoluta de los miembros que
se componga la CDA. Las salas no podrán funcionar sin la concurrencia de tres jueces como mínimo.
Hay que tener presente que ciertas materias son de conocimiento de las salas y otras del pleno:
Competencia
Las CDA conocen en salas y en pleno, y además, en única, primera y segunda instancia, otras
materias aparte del recurso de apelaciones que es, si se puede así decir, su misión fundamental:
e) De la extradición activa.
g) Recursos de hecho.
SEGUNDA a) Apelación de causas civiles, de familia, del a) Calificaciones 275 inc.3 COT.
trabajo y de actos no contenciosos de que
hayan conocido en primera los jueces de letras
b) Apelación, casación en la forma y consulta en
de su territorio jurisdiccional o uno de sus
Competencia Especial Pleno de la Corte de
ministros; de las apelaciones interpuestas en
contra de las resoluciones dictadas por un juez Apelaciones de Santiago.
de garantía; y de las consultas de las
sentencias civiles dictadas por los jueces de c) Juicios de amovilidad, acusaciones y demandas
letras. civiles contra Ministros y Fiscal de la Corte
Suprema, conocidas por su Presidente en primera
Apelaciones contra sentencia de árbitros de instancia.
derecho en asuntos de competencia de los
jueces de letras; En el nuevo proceso penal,
sólo se conoce de las apelaciones interpuestas
en contra de ciertas y determinadas
resoluciones dictadas por un juez de garantía,
no contemplándose nunca la consulta. Por otra
parte, la consulta y la apelación no se
contemplan en contra de la sentencia dictada
por un tribunal de juicio oral en lo penal, las que
si son procedentes en el antiguo proceso penal.
La manera como las CDA conocen y resuelven los asuntos sometidos a su decisión
Dentro del funcionamiento de las CDA, debemos preocuparnos especialmente de la manera como
ellas conocen y resuelven los asuntos sometidos a su decisión, teniendo presente que las CDA son
tribunales colegiados y que pueden funcionar en salas o en pleno.
Para estos efectos, es menester distinguir si el asunto sometido a la decisión de la CDA requiere o no
de tramitación antes de ser resuelto.
La resolución en cuenta significa que procederá a fallarlos con la cuenta que les dé el secretario o
relator, sin que exista fijación de la causa en tabla y alegato de los abogados.
La resolución en previa vista de la causa significa que procederá a fallarlos luego que se cumplan
ciertos actos que en su conjunto reciben la denominación de “vista de la causa” (como la relación que
debe hacer el relator y los alegatos que pueden hacer los abogados).
El problema consiste en saber cuándo la CDA debe resolver los asuntos en cuenta o cuándo debe
resolver previa vista de ellos, pues el art. 68 COT se limita a expresar que “las CDA resolverán los
asuntos en cuenta o previa vista de ellas, según corresponda”, sin señalar cuando debe procederse
de una u otra manera.
Una interpretación sistemática de nuestro ordenamiento procesal permite concluir que los asuntos
jurisdiccionales se resuelven en previa vista de la causa, y que los asuntos relativos a las
atribuciones disciplinarias, económicas y conservadoras de los tribunales se resuelven en
cuenta. Ello, sin perjuicio de algunas excepciones tales como las cuestiones relativas a la deserción
del recurso de apelación, órdenes de no innovar en recurso de apelación, sobreseimientos temporales
y sentencias definitivas consultadas sin informe desfavorable del fiscal (que, siendo asuntos
jurisdiccionales, se resuelven en cuenta por expresa disposición de la ley), y, por otra parte; los
recursos de queja, que siendo de carácter disciplinario, deben fallarse previa vista de la causa por
mandato de la ley o como los recursos de amparo y protección que emana de facultades
conservadoras y tienen señaladas tramitaciones especiales. Sin embargo, las principales
modificaciones respecto a asuntos jurisdiccionales que se ven en cuenta son los siguientes:
1. La apelación de toda resolución que no sea sentencia definitiva se verá en cuenta, a menos
que cualquiera de las partes, dentro del plazo para comparecer en segunda instancia, solicite
alegatos. Vencido este plazo, el tribunal de alzada ordenará traer los autos en relación, si se
hubieren solicitado oportunamente alegatos. De lo contrario, el Presidente de la Corte
ordenará dar cuenta y procederá a distribuir, mediante sorteo, la causa entre las distintas salas
en que funcione el tribunal. Las Cortes deberán establecer horas de funcionamiento adicional
para el conocimiento y fallo de las apelaciones que se vean en cuenta.
2. La consulta de la sentencia definitiva en el juicio de Hacienda se ve en cuenta para el sólo
efecto de ponderar si esta se encuentra ajustada a derecho.
En el proceso penal se han contemplado normas especiales respecto de la vista de la causa en los
recursos (apelación y nulidad), dado que en ellos se establece expresamente que “la audiencia se
iniciará con el anuncio, tras el cual, sin mediar relación, se otorgará la palabra a él o los recurrentes
para que expongan los fundamentos del recurso, así como las peticiones concretas que formularen.
Luego se permitirá intervenir a los recurridos y finalmente se volverá a ofrecer la palabra a todas las
partes con el fin de que formulen aclaraciones respecto de los hechos o de los argumentos vertidos
en el debate. En cualquier momento del debate, cualquier miembro del tribunal podrá formular
preguntas a los representantes de las partes o pedirlas que profundicen su argumentación o la refieran
a algún aspecto específico de la cuestión debatida”.
La vista de la causa
La vista de la causa es un trámite complejo, pues está compuesto de varios actos. Los actos que
componen la vista de la causa son, según el orden que se realizan, los siguientes:
Como se ha dicho, la resolución que concluye la tramitación de un asunto ante una CDA puede ser
aquella que ordena traer los autos en relación, si corresponde en la especie el trámite de la vista de la
causa. Esta resolución debe ser notificada a las partes para que produzca los efectos legales
pertinentes. A partir de ese momento, el asunto queda “en estado de tabla”, toda vez que se ha
puesto término a su tramitación.
Los asuntos que queden en “estado de tabla” deben ser incluidos en ellas para los efectos de su vista,
según el orden de la conclusión de su tramitación y no según el orden de su ingreso a la CDA. Se
consideran expedientes en estado de relación aquellos que hayan sido previamente revisados y
certificados al efecto por el relator que corresponda.
Sin embargo, el art. 162 CPC establece una serie de excepciones que configuran las denominadas
“causas que gozan de preferencia”, esto es, que se incorporan con antelación a otras causas para
su vista sin respetar el orden de conclusión de su tramitación.
En efecto, en el inc.2 del art. 162 CPC se dispone que gozarán de preferencia para su vista:
a) Deserción de recursos.
b) Depósito de personas.
c) Alimentos provisionales.
d) Cuestiones de competencia.
e) Acumulaciones.
f) Recusaciones.
g) Desahucio.
h) Juicios sumarios y ejecutivos.
i) Las que el tribunal, fundado en circunstancias calificadas, decida darles preferencia.
j) Los recursos de apelación en los cuales se hubiere concedido orden de no innovar de acuerdo
a lo previsto en el art. 192 CPC.
k) El recurso de queja de acuerdo a lo establecido en la letra c) del art. 549 COT.
El que una causa goce de preferencia significa que se debe anteponer a los otros asuntos desde que
estén en estado para su vista y fallo.
Corresponde al Presidente de la CDA formar la tabla para la semana siguiente, obligación que debe
cumplir en el último día hábil de cada semana, con las exigencias establecidas en el art. 163 CPC,
esto es, debe individualizar las causas con el nombre de las partes en la forma como aparece en la
carátula del expediente y debe señalar el día en que debe verse y el número de orden que le
corresponde (en la práctica se suele agregar en la tabla el número de la sala ante la cual se hará la
vista de la causa, el nombre del relator que tendrá a su cargo la relación, e incluso mediante
abreviaturas la materia de la vista de la causa). Además, los relatores, en cada tabla, deberán dejar
constancia de las suspensiones solicitadas por alguna de las partes o de común acuerdo y de la
circunstancia de haberse agotado o no el ejercicio de tal derecho. Naturalmente, se podrá incurrir en
errores al fijarse la causa en tabla, y al respecto el art. 165 CPC establece que los errores, cambios
de letras, alteraciones no sustanciales de los nombres o apellidos de las partes no impiden la vista de
la causa. Pero si estamos ante errores substanciales, esto es, los errores que se traducen en la pérdida
de la individualidad de la causa y que pueden producir la consiguiente indefensión, vician de nulidad
el acto de fijar la causa en tabla.
En todo caso, el Presidente al confeccionar la tabla debe tener presente que en ella deberán figurar
todos los recursos de carácter jurisdiccional que inciden en una misma causa, cualquiera sea su
naturaleza, pues se acumularán y deberán resolverse conjuntamente.
La tabla debe fijarse en un lugar visible, requisito que se cumple en la práctica fijando un ejemplar de
la tabla en un fichero general y otro ejemplar en la puerta de la sala que corresponda.
En las tablas deberá designarse un día de la semana para conocer las causas criminales y otro día
distinto para conocer de las causas de familia, sin perjuicio de la preferencia que la ley o el tribunal les
acuerden.
Las consultas o apelaciones en juicios de nulidad de matrimonio se ven en audiencia especial después
de la hora de audiencia.
Las CDA deberán establecer horas de funcionamiento adicional para el conocimiento y fallo de las
apelaciones que se vean en cuenta.
Si la CDA funciona en varias salas, el Presidente debe formar tantas tablas como salas haya, y debe
distribuir las causas entre ellas por sorteo. Excepcionalmente, no se sortean las causas radicadas
como los recursos de amparo, las apelaciones que se deduzcan en un mismo proceso respecto de la
resolución del auto de procesamiento de cualquiera de los inculpados, de la resolución que no da lugar
a pronunciarlo, o que acoge o rechaza la petición de modificarlo o dejarlo sin efecto, y las apelaciones
o consultas relativas a la libertad provisional de los inculpados o procesados, cuando una sala haya
conocido por primera vez de estos recursos, apelaciones o consultas, pues en tales casos estos
asuntos deben verse precisamente por dicha sala. La radicación operará incluso si no se procediere
a la vista de la causa por desistimiento del recurrente o por cualquier otro motivo.
En el nuevo proceso penal se contempla la radicación respecto de los recursos de amparo y las
apelaciones relativas a la libertad de los imputados u otras medidas cautelares personales en su contra
serán de competencia de la sala que haya conocido por primera vez del recurso o de la apelación, o
que hubiere sido designada para tal efecto, aunque no hubiere entrado a conocerlo.
Serán agregados extraordinariamente a la tabla del día siguiente hábil al de su ingreso al tribunal, o el
mismo día, en casos urgentes:
a) Las apelaciones relativas a la prisión preventiva de los imputados u otras medidas cautelares
personales en su contra.
b) Los recursos de amparo.
c) Las demás que determinen las leyes.
La vista de la causa debe hacerse en el día y en el orden establecido en la tabla, para cuyo efecto es
menester que previamente se instale el tribunal. La instalación del tribunal debe hacerla el Presidente
de la Corte, quien debe llamar, si fuere necesario, a los funcionarios que deben integrar cada sala. El
Presidente debe levantar un acta de instalación en la que señalará el nombre de los ministros
asistentes y de los inasistentes, expresando la causa de inasistencia.
Instalado el tribunal, debe iniciarse la audiencia, procediéndose a la vista de las causas en el orden
en que aparecen en la tabla. Sin embargo, dicho orden puede verse alterado por la existencia de
causas que tengan preferencia para verse o cuando alguno de los abogados tienen otra vista o
comparecencia. En estos casos, se dice que la vista de la causa “se retarda”. Las causas que tienen
preferencia para verse antes son aquellas cuya vista quedó interrumpida en el día anterior y que en
consecuencia debe continuarse el día siguiente, y las llamadas “causas agregadas”, esto es, las
causas que gozan de una preferencia especial que permite que sean agregadas para su vista con
antelación a la tabla ordinaria y en los primeros lugares (como es el caso de la libertad provisional,
recurso de amparo y de protección).
La vista de la causa puede suspenderse, es decir, es posible que la causa no se vea el día fijado para
ese efecto. Ello ocurrirá en los casos que señala el mismo art. 165 CPC (por impedirlo el examen de
causas que la antecedan, por solicitarlo de común acuerdo las partes, por muerte del abogado
patrocinante, del procurador o litigante que gestione por sí en el pleito, por petición de alguna de las
partes, etc. ).
Entre los casos que permiten la suspensión de la vista de la causa tiene especial importancia el caso
de suspensión a petición de alguna de las partes, las que podrán hacer uso de este derecho por una
sola vez. Esta última limitación plantea el problema de saber si debe entenderse ejercido este derecho
cuando la causa no hubiere podido verse por otra razón como por ej., por haberlo impedido el examen
de otras causas. El legislador estableció una regla legal que modificó el criterio sentado por nuestros
tribunales, quienes entenderían que la facultad sólo se entiende agotada si la vista sobrepasa el
número que corresponde en la tabla a la causa suspendida. En la actualidad, se establece
perentoriamente que “la sola presentación del escrito de suspensión extingue ese derecho aún si la
causa no se ve por cualquier otro motivo”. El derecho a suspender no procederá respecto del amparo.
El escrito en que se solicita la suspensión debe ser presentado hasta las doce horas del día hábil
anterior a la audiencia correspondiente. La solicitud presentada fuera de plazo será rechazada de
plano.
Las causas que se ordene tramitar, las suspendidas y, las que por cualquier motivo, no hayan de
verse, serán anunciadas en la tabla antes de comenzar la relación de las demás. Asimismo, en esa
oportunidad deberán señalarse aquellas causas que no se verán durante la audiencia, por falta de
tiempo. La audiencia se prorrogará si fuere necesario, hasta la última de las causas que resten en en
la tabla.
Por otra parte, el art. 357 CPP nos señala que la vista de los recursos penales no podrá suspenderse
por las causales 1, 5, 6 y 7 del art. 165 CPC.
Si en la causa hubiere personas privadas de libertad, sólo se suspenderá la vista de la causa por
muerte del abogado del recurrente, del cónyuge o de alguno de sus ascendientes o descendientes,
ocurrida dentro de los ocho días anteriores al designado para la vista del recurso.
En los demás casos la vista sólo podrá suspenderse si lo solicitare el recurrente o todos los
intervinientes facultados para concurrir a ella, de común acuerdo. Este derecho podrá ejercerse una
sola vez por el recurrente o por todos los intervinientes, por medio de un escrito que deberá
presentarse hasta las doce horas del día hábil anterior a la audiencia correspondiente, a menos que
la agregación de la causa se hubiere efectuado con menos de setenta y dos horas antes de la vista,
caso en el cual la suspensión podrá solicitarse hasta antes de que comenzare la audiencia.
Art. 165 CPC. “Sólo podrá suspenderse en el día designado al efecto la vista de una causa,
o retardarse dentro del mismo día:
1° Por impedirlo el examen de las causas colocadas en lugar preferente, o la continuación de
la vista de otro pleito pendiente del día anterior;
2° Por falta de miembros del tribunal en número suficiente para pronunciar sentencia;
3° Por muerte del abogado patrocinante, del procurador o del litigante que gestione por sí en
el pleito.
En estos casos, la vista de la causa se suspenderá por quince días contados desde la
notificación al patrocinado o mandante de la muerte del abogado o del procurador, o desde la muerte
del litigante que obraba por sí mismo, en su caso.
4° Por muerte del cónyuge o de alguno de los descendientes o ascendientes del abogado
defensor, ocurrida dentro de los ocho días anteriores al designado para la vista;
5° Por solicitarlo alguna de las partes o pedirlo de común acuerdo los procuradores o los
abogados de ellas.
Cada parte podrá hacer uso de este derecho por una sola vez. En todo caso, sólo podrá
ejercitarse este derecho hasta por dos veces, cualquiera que sea el número de partes litigantes, obren
o no por una sola cuerda. La suspensión de común acuerdo procederá por una sola vez.
El escrito en que se solicite la suspensión deberá ser presentado hasta las doce horas del día
hábil anterior a la audiencia correspondiente. La solicitud presentada fuera de plazo será rechazada
de plano. La sola presentación del escrito extingue el derecho a la suspensión aun si la causa no se
ve por cualquier otro motivo. Este escrito pagará en la Corte Suprema un impuesto especial de media
unidad tributaria mensual y en las Cortes de Apelaciones de un cuarto de unidad tributaria mensual y
se pagará en estampillas de impuesto fiscal que se pegarán en el escrito respectivo.
El derecho a suspender no procederá respecto del amparo;
6° Por tener alguno de los abogados otra vista o comparecencia a que asistir en el mismo día
ante otro tribunal.
El presidente respectivo podrá conceder la suspensión por una sola vez o simplemente
retardar la vista, atendidas las circunstancias. En caso que un abogado tenga dos o más vistas en el
mismo día y ante el mismo tribunal, en salas distintas, preferirá el amparo, luego la protección y en
seguida la causa que se anuncie primero, retardándose o suspendiéndose las demás, según las
circunstancias; y
7° Por ordenarlo así el tribunal, por resolución fundada, al disponer la práctica de algún trámite
que sea estrictamente indispensable cumplir en forma previa a la vista de la causa. La orden de traer
algún expediente o documento a la vista, no suspenderá la vista de la causa y la resolución se cumplirá
terminada ésta.
Las causas que salgan de tabla por cualquier motivo volverán a ella al lugar que tenían.
Los errores, cambios de letras o alteraciones no substanciales de los nombres o apellidos de
las partes no impiden la vista de la causa.
Los relatores, en cada tabla, deberán dejar constancia de las suspensiones ejercidas de
conformidad a la causal del N° 5° y de la circunstancia de haberse agotado o no el ejercicio de tal
derecho”.
El anuncio.
Las causas que se ordenen tramitar, las suspendidas y las que por cualquier motivo no hayan de
verse, serán anunciadas antes de comenzar la relación de las demás. Asimismo, en esa oportunidad
deberán señalarse aquellas causas que no se verán durante la audiencia por falta de tiempo. La
audiencia se prorrogará si fuere necesario, hasta ver la última de las causas que resten en la tabla.
Los abogados que quisieren hacer uso de su derecho de alegar deberán anunciarse personalmente
con el respectivo relator, antes del inicio de la audiencia en que deba verse la causa, indicando el
tiempo aproximado que emplearán en su alegato, circunstancia que se hará constar en el expediente.
La relación.
Una vez anunciada la causa, debe procederse a su relación. Con todo, el relator debe cumplir
previamente con ciertas obligaciones que le impone la ley, a saber:
a) Si el tribunal está integrado por personas que no figuran en el acta de instalación, el relator
hará saber sus nombres a las partes o a sus abogados para que puedan hacer valer las
implicancias y recusaciones que correspondan. En estos casos, el reclamado que se deduzca
debe formalizarse dentro de tercer día, suspendiéndose en el intertanto la vista de la causa.
b) El relator debe dar cuenta al tribunal de todo vicio u omisión sustancial que notare en el
proceso. En este caso, es posible que el tribunal orden que se complete la tramitación de la
causa, de modo que la causa “saldrá en trámite” y se suspenderá su vista, aunque
conservándose en número de orden. Al respecto, hay que tener presente que, de acuerdo al
Nº7 del art. 165 CPC, cuando se trata de traer algún expediente o documento a la vista, no se
suspenderá la vista de la causa y la resolución se cumplirá terminada ésta.
c) El relator debe dar cuenta al tribunal de las faltas o abusos que pudieran dar lugar al ejercicio
de las facultades disciplinarias del tribunal.
A continuación, el relator debe hacer la relación de la causa al tribunal, esto es, debe hacer una
exposición oral y sistemática para informar suficientemente al tribunal del asunto que debe resolverse.
La relación debiera ser pública, al igual que todos los actos procesales, pero en la práctica es un acto
de secreto relativo. No se permitirá el ingreso a la sala de los abogados una vez comenzada la relación.
Los ministros podrán durante la relación, formular las preguntas o hacer observaciones al relator, las
que, en caso alguno, podrán ser consideradas como causales de inhabilidad.
En caso que en un proceso penal uno o más de los abogados no tengan derecho a conocer del proceso
o de un cuaderno de éste, estos no podrán presenciar la relación.
En el nuevo proceso penal, debemos recordar que no se contempla el trámite de la relación para la
vista de los recursos.
Los alegatos.
Los alegatos son defensas orales que pueden hacer los abogados habilitados para el ejercicio de la
profesión. No obstante, los postulantes que estén realizando su práctica profesional en las CAJ,
podrán hacer tales defensas ante las CDA y CM a favor de las personas patrocinadas por esas
entidades. Para estos fines, el representante de ellas deberá otorgar al postulante un certificado que
lo acredite como tal. Concluida la relación, se procederá a escuchar, en audiencia pública los alegatos
de los abogados que se hubieren anunciado.
Durante los alegatos, el Presidente de la sala podrá invitar a los abogados a que extiendan sus
consideraciones a cualquier punto de hecho o de derecho comprendido en el proceso, pero esta
invitación no obstará a la libertad del defensor para el desarrollo de su exposición. Una vez finalizados
los alegatos, y antes de levantar la audiencia, podrá también pedirles que precisen determinados
puntos de hecho o de derecho que considere importantes.
Está prohibido presentar, en la vista de la causa, defensas escritas o leer en dicho acto tales defensas,
sin embargo, al término de la audiencia, los abogados podrán dejar a disposición del tribunal una
minuta de sus alegatos.
Sólo puede alegar un abogado por cada parte. Debe alegar, en primer término, el abogado del
recurrente y, a continuación, el del recurrido sin perjuicio de que ambos, posteriormente, puedan hacer
uso de la palabra para rectificar solamente errores de hecho, sin poder replicar en lo concerniente a
puntos de derecho. Sin son varios los apelantes, alegarán los abogados en el orden que hayan
interpuesto las apelaciones. Si son varios los apelados, los abogados intervendrán por el orden
alfabético de aquéllos.
La duración de los alegatos de cada abogado se limitará a media hora. El tribunal, a petición del
interesado, podrá prorrogar el plazo por el tiempo que estime conveniente. La duración de las
alegaciones se limitará a una hora en los recursos de casación en la forma y ante la CS a dos en el
caso de la casación en el fondo. En los demás asuntos que conozca la CS, las alegaciones sólo,
podrán durar media hora. El tribunal podrá, sin embargo, por unanimidad, prorrogar por igual tiempo
la duración de las alegaciones. Con todo, si se tratare de una materia distinta de la casación, el tribunal
podrá prorrogar el plazo por simple mayoría.
En materia penal, el tribunal resolverá las apelaciones y consultas relativas a la libertad provisional sin
oír el alegato del abogado del inculpado o reo, si después de escuchada la relación no lo estima
necesario para concederla.
Concluidos los alegatos, debe entenderse terminada la vista de la causa. Como se podrá advertir, la
vista de la causa es un trámite de suma importancia y de allí que la ley la considera un "trámite o
diligencia esencial", cuya omisión puede acarrear la nulidad del fallo por vicio de casación en la forma.
La vista de la causa suele asimilarse a la citación para oír sentencia en primera instancia, y se dice
que ella constituye la citación para oír sentencia en la segunda instancia.
Terminada la vista de la causa, ésta puede ser fallada de inmediato o puede quedar en acuerdo. Las
causas pueden quedar en acuerdo en los siguientes casos:
a) Cuando se decrete una medida para mejor resolver (art. 227 CPC);
b) Cuando el tribunal manda, a petición de parte, informar en derecho. El término para informar
en derecho será fijado por el tribunal y no podrá exceder de 60 días, salvo acuerdo de las
partes.
c) Cuando el tribunal resuelve dejarla en acuerdo para hacer un mejor estudio de ella.
En estos casos, las causas civiles deben fallarse en un plazo no superior a 30 o 15 días, según si la
causa ha quedado en acuerdo a petición de varios o un Ministro (art. 82 COT) y tratándose de causas
penales deben ser falladas en una plazo de 6 días que se prorrogará hasta 20 días si uno o más de
los jueces lo pidiere para estudiar mejor el asunto (art. 526 inc. 2 CPP).
En el nuevo proceso penal, se establece como regla general respecto del fallo de los recursos en el
art. 358 CPP, que el tribunal pronunciará sentencia de inmediato o, si no fuere posible, en un día y
hora que dará a conocer a los intervinientes en la misma audiencia. La sentencia será redactada por
el miembro del tribunal colegiado que éste designare y el voto disidente o la prevención, por su autor.
Toda sentencia que se pronuncia para el fallo de un asunto constituye un juicio lógico, que es
establecido luego de un examen preliminar sobre la trascendencia de los hechos, la interpretación de
los resultados de la prueba, la valorización de estos resultados, la construcción del hecho específico
concreto a base de los juicios singulares de hecho y la calificación jurídica de aquél, comparación de
hecho específico cuya certeza se ha establecido con el hecho específico legal y la determinación del
efecto jurídico.
A fin de precaver los inconvenientes que pueden suscitarse ante un tribunal colegiado respecto del
estudio de los antecedentes del proceso y dar una solución a las diversas discrepancias que pudieran
plantearse en la determinación de las premisas previas que servirán de base para el pronunciamiento
de la sentencia por esta clase de tribunales, nuestro COT ha establecido las normas sobre los
acuerdos.
2. Forma de alcanzar el acuerdo. Los acuerdos son secretos y se adoptan por mayoría
absoluta de votos conforme. Excepcionalmente la ley establece otros quórum de votación:
a) Si en materia criminal se produce un empate, la opinión más favorable al reo hará
mayoría.
b) La declaración de carecer un juez de la buena conducta exigida por la CPR y las leyes
debe ser acordada por la CS por la mayoría del total de sus miembros.
Art. 90 COT. “A los Presidentes de las Cortes de Apelaciones, fuera de las atribuciones que
otras disposiciones les otorgan, les corresponden especialmente las que en seguida se indican:
1° Presidir el respectivo tribunal en todas sus reuniones públicas;
2° Instalar diariamente la sala o salas, según el caso, para su funcionamiento, haciendo
llamar, si fuere necesario, a los funcionarios que deben integrarlas. Se levantará acta de la instalación,
autorizada por el secretario, indicándose en ella los nombres de los ministros asistentes, y de los que
no hubieren concurrido, con expresión de la causa que motivare su inasistencia. Una copia de esta
acta se fijará en la tabla de la sala correspondiente;
3° Formar el último día hábil de cada semana, en conformidad a la ley, las tablas de que deba
ocuparse el tribunal o sus salas en la semana siguiente. Se destinará un día, por lo menos, fuera de
las horas ordinarias de audiencia, para el conocimiento y fallo de los recursos de queja y de las causas
que hayan quedado en acuerdo, en el caso del artículo 82;
4° Abrir y cerrar las sesiones del tribunal, anticipar o prorrogar las horas del despacho en caso
que así lo requiera algún asunto urgente y grave y convocar extraordinariamente al tribunal cuando
fuere necesario;
5° Mantener el orden dentro de la sala del tribunal, amonestando a cualquiera persona que lo
perturbe y aun haciéndole salir de la sala en caso necesario;
6° Dirigir los debates del tribunal, concediendo la palabra a los miembros que la pidieren;
7° Fijar las cuestiones que hayan de debatirse y las proposiciones sobre las cuales haya de
recaer la votación;
8° Poner a votación las materias discutidas cuando el tribunal haya declarado concluido el
debate;
9° Enviar al Presidente de la Corte Suprema, antes del quince de febrero de cada año, la
estadística a que se refiere el artículo 589, y
10. Dar cuenta al Presidente de la Corte Suprema de las causas en que no se haya dictado
sentencia en el plazo de treinta días, contados desde el término de la vista, y de los motivos del retardo.
Las resoluciones que el Presidente dictare en uso de las atribuciones que se le confieren en
este artículo, exceptuadas las de los números 1, 2, 9 y 10, no podrán en caso alguno prevalecer contra
el voto del tribunal”.
LA CORTE SUPREMA
La competencia que le asignan a la CPR y las leyes a nuestra CS permite afirmar que ésta es un
órgano que cumple funciones preferentemente jurisdiccionales, entre las que destaca el conocimiento
del recurso de casación en el fondo, sin perjuicio de desempeñar también algunas funciones políticas.
En la actualidad, una de las materias a las cuales la CS dedica gran parte de su tiempo es el
conocimiento en segunda instancia del recurso de protección.
Requisitos
Para ser ministro de la CS se requiere reunir los siguientes requisitos generales de:
1. Ser chileno.
2. Tener el título de abogado.
3. Cumplir, tratándose de proveer un cargo que corresponda a un miembro proveniente del
Poder Judicial, con los requisitos que establece el art. 283 COT.
4. Cumplir, tratándose de abogados extraños a la administración de justicia, con quince años de
título, haberse destacado en la actividad profesional o universitaria y cumplir con los demás
requisitos que señale la LOC respectiva.
Debe reunirse además el resto de los requisitos que se establecen para der designado Ministro de
CDA y no encontrarse afecto a algunas de las inhabilidades o incompatibilidades que se establecen
respecto de éstos.
Nombramiento
Los ministros de la CS son nombrados por el Presidente de la República, eligiéndolos de una nómina
de cinco personas que en cada caso, debe proponer la CS, y con acuerdo del Senado.
La CS debe formar la quina en un pleno especialmente convocado al efecto, en una misma y única
votación, donde cada uno de sus integrantes tendrá derecho a votar por tres personas. Resultarán
elegidos para integrar la cinquena quienes obtengan las cinco primeras mayorías. El empate se
resolverá mediante sorteo.
El Presidente de la República debe elegir una persona de entre las cinco propuestas y solicitar al
Senado su acuerdo respecto de esa designación.
El Senado debe aprobar la proposición por los dos tercios de los miembros en ejercicio, en sesión
especialmente convocada al efecto. Si el Senado no aprobare la proposición del Presidente de la
República, la CS deberá completar la quina proponiendo un nuevo nombre en sustitución del
rechazado, repitiéndose el procedimiento hasta que se apruebe un nombramiento.
Sin embargo, es menester destacar que la incorporación del Senado en el sistema de designación de
los Ministros de la Corte Suprema ha sido cuestionado por cuanto se ha señalado que "es de temer
que, con la participación del Senado y con el quórum requerido, las designaciones de integrantes de
la Corte Suprema radiquen, sin duda de manera significativa e inconveniente, en el perfil político de
los postulantes”, y que "aventurado es estimar que en los nombramientos se considerarán sólo
aptitudes y calidades funcionarias y se prescinda de las ideologías. Al considerarse éstas, se conducirá
la dependencia de los jueces al poder político, con la consiguiente debilitación de las garantías de
independencia e imparcialidad en el desenvolvimiento jurisdiccional, y difícil será no dudar de
influencias o compromisos indebidos. La sola sombra de un riesgo amaga la independencia, que es
condición de la esencia de la administración de justicia”.
El procedimiento para efectuar el primer nombramiento correspondiente a las cuatro nuevas plazas
de ministros que se crearon en virtud de la modificación del art. 75 de la Constitución y las que se
produzcan en dicho tribunal al aplicarse el límite de edad de los 75 años se proveyeron de conformidad
al procedimiento establecido en el art. 8° transitorio CPR, modificado por la mencionada Ley 19.541.
Organización de la CS
El Presidente de la CS es elegido por la misma Corte de entre sus miembros y dura dos años en sus
funciones, no pudiendo ser reelegido.
Los demás miembros se llaman Ministros y gozan de procedencia los unos respecto de los otros por
el orden de antigüedad. Si en el caso que dos miembros de la CS que sean abogados extraños a la
administración de justicia, resultaren en iguales condiciones de antigüedad por fecha de nombramiento
y de juramento, se preferirá:
Sede y funcionamiento de la CS
Competencia de la CS
La CS conoce de los asuntos que la ley ha colocado dentro de la esfera de sus atribuciones en Salas
especializadas o en Pleno. Por regla general conoce de los asuntos de su competencia en Sala, pues
como lo expresa el Nº8 del art. 98 COT corresponde a las Salas conocer de los "negocios judiciales
de que corresponda conocer a la Corte Suprema y que no estén expresamente entregados al
conocimiento del Pleno", mientras que con arreglo al Nº7 del art. 96 COT corresponde a la CS conocer
en Pleno, sin perjuicio de las materias que señala el mismo precepto legal, "todos los asuntos que
leyes especiales le encomienden expresamente".
Es importante tener presente que en la CS hay salas especializadas, esto es, salas que deben
avocarse al conocimiento de ciertos asuntos. En efecto, de conformidad a lo prescrito en los art.99 del
COT, los asuntos cuyo conocimiento corresponda a las salas especializadas se distribuyen entre ellas
de acuerdo a un Auto Acordado de la Corte Suprema, el cual establecerá cada dos años las materias
de que conocerá cada una de las salas en que ésta se divida, tanto en funcionamiento ordinario como
extraordinario.
Asimismo, señalará la forma y periodicidad en que las salas especializadas decidirán acerca de las
materias indicadas en el inc.1 del art. 781 y en los inc. 1 y 2 del art. 782 del CPC, respecto de los
recursos de casación que hayan ingresado hasta quince días antes de la fecha en que se deba
resolver sobre la materia. En todo caso, la mencionada periodicidad no podrá ser superior a tres
meses.
Corresponderá al Presidente de la CS, sin ulterior recurso, asignar los asuntos a cada una de las
salas, según la materia en que incidan, en conformidad a lo dispuesto en el inciso anterior.
No obstante lo dispuesto en el inc. 1, la CS, siempre mediante auto acordado, podrá modificar la
distribución de las materias de que conoce cada una de las salas, cuando una repartición más
equitativa de las mismas así lo requiera.
En caso que ante la CS se encuentren pendientes distintos recursos de carácter jurisdiccional que
incidan en una misma causa, cualesquiera sea su naturaleza, éstos deberán acumularse y verse
conjunta y simultáneamente en una misma sala. La acumulación deberá hacerse de oficio, sin perjuicio
del derecho de las partes a requerir el cumplimiento de esta norma.
Auto acordado que distribuye las materias que conocen de las salas de la CS durante el
funcionamiento ordinario y extraordinario
Funcionamiento ordinario
Para tal efecto, dicho auto acordado estableció en su Nº1 que “durante el funcionamiento ordinario de
la CS, en el que se dividirá en tres salas, éstas conocerán”:
SALAS COMPETENCIA
Primera sala o sala 1. De los recursos ordinarios y extraordinarios de conocimiento de la
civil CS en materia civil, comercial, laboral y previsional.
2. De los demás asuntos que incidan en procesos civiles que
corresponda conocer a la CS y que no estén entregados
expresamente al tribunal pleno o a otra sala.
Funcionamiento extraordinario
SALAS COMPETENCIA
Primera sala o sala 1. De los recursos ordinarios y extraordinarios de conocimiento de la
civil CS en materia civil y comercial, incluidos los asuntos conocidos
por jueces árbitros y los juicios de quiebra, con excepción de
aquellos cuyo conocimiento corresponda a la tercera o cuarta sala.
2. De los demás asuntos que incidan en procesos civiles y
comerciales que corresponda conocer a la CS y que no estén
entregados expresamente al tribunal pleno o a otra sala.
3. De los exhortos internacionales y solicitudes de exequátur que
incidan en materias antes indicadas.
Finalmente, debemos tener presente que las sentencias que dicte la CS al fallar recursos de casación
en el fondo, de forma, de queja, de protección, de amparo y de revisión no son susceptibles de recurso
alguno, salvo el de aclaración rectificación y enmienda que establece el art. 182 CPC. Toda reposición
o reconsideración a las resoluciones a que se refiere este artículo es inadmisible y será rechazada de
plano por el Presidente de la Corte, salvo la reposición que se establece en los art. 778, 781 y 782 del
CPC. (Art. 97 COT)
De la narración que se ha hecho respecto de los asuntos de que conoce la CS en pleno o sala, resulta
que existen ciertos asuntos que son de la competencia privativa o exclusiva de la CS. En efecto,
corresponde privativamente a ella:
Este recurso tiene por objeto invalidar las sentencias que se han dictado con infracción de ley que
influye sustancialmente en lo dispositivo del fallo. Cabe advertir que, sin perjuicio de los otros
requisitos, el recurso de casación en el fondo solo procede respecto de las sentencias definitivas o
interlocutorias que hubieren puesto término al juicio o hicieran imposible su continuación, inapelables
y que hubieren sido pronunciadas por las Cortes de Apelaciones o un tribunal arbitral de segunda
instancia constituido por árbitros de derecho en los casos en que estos árbitros hayan conocido de
negocios de la competencia de dichas Cortes.
En el nuevo proceso penal se derogan los recursos de casación en el fondo y en la forma, los que
fueron reemplazados por el recurso de nulidad, el que sólo procede contra la sentencia definitiva.
Este recurso, que más bien es una acción, tiene por objeto que la CS anule una sentencia firme o
ejecutoriada cuando ésta ha sido obtenida injustamente en un proceso fraudulento o viciado y por las
causas que la ley permite imponerlo.
Sobre el particular, sólo cabe decir que se aplican las mismas normas que rigen para las CDA,
pudiendo los asuntos ser vistos en cuenta o previa vista de la causa por la CS según el criterio
sustentado al respecto al tratar ésta materia respecto de las Cortes de Apelaciones.
Así la CS ve algunos asuntos en cuenta, (por regla general, la apelación del recurso de protección) y
otros previa vista de la causa (por ej. recursos de casación en el fondo y en la forma y recurso de
queja).
Las modificaciones que existen para la tramitación de los asuntos que debe resolver la Corte Suprema,
con relación a las normas señaladas sobre la materia respecto de las Cortes de Apelaciones son las
siguientes:
Sin perjuicio de la función que el art. 102 COT le encomienda al Presidente de la CS en el sentido de
dar cuenta anual sobre el trabajo judicial y otras materias, el art. 105 COT le entrega las siguientes
funciones:
1. Ejercer respecto a la CS las funciones que los Nº. 1, 2, 4, 5, 6, 7 y 8 del art. 90 del COT
confieren a los Presidentes de las CDA.
2. Forma la tabla para cada Sala, según el orden de preferencia asignado a las causas y hacer
la distribución del trabajo entre los Relatores y demás empleados del tribunal. Previo estudio
de los asuntos que deberán ocupar la atención del Tribunal en cada semana, su Presidente
formará la tabla con las siguientes indicaciones: día en que la Corte funcionará en un solo
cuerpo como Tribunal Pleno; días en que se dividirá en tres o cuatro salas, días que se
destinarán a los Acuerdos y horas precisas en que se dará comienzo a la vista de las causas.
Si en alguna ocasión y por motivos graves y urgentes, acordare el tribunal retardar estas
horas, dará de ello inmediata noticia, que se fijará en la tabla.
3. Atender el despacho de la causa diaria y dictar los decretos o providencias de mera
sustanciación de los asuntos que correspondan conocer al tribunal o a cualquiera de sus
Salas.
4. Vigilar la formación del rol general de las causas que ingresan al tribunal y de los roles
especiales para las causas que califique de despacho urgente u ordinario.
5. Disponer la formación de estadísticas del movimiento judicial de la propia CS y de las CDA,
en conformidad a los estados bimestrales que éstos últimos deben entregar.
6. Adoptar las medidas convenientes para que las causas de que conocen la CS y las CDA se
fallen dentro del plazo que establece la ley y velar porque las CDA cumplan igual obligación
respecto de las causas de que conocen los jueces de sus respectivos territorios.
7. Oír y resolver las reclamaciones que se interpongan contra subalternos de la CS.
8. Designar a uno de los miembros del tribunal para que quede de turno durante el feriado de
vacaciones.
El Ministro que ejerciere este cargo tendrá la facultad de convocar extraordinariamente al tribunal
siempre que algún asunto urgente y grave así lo exija.
En caso de licencia, imposibilidad u otra causa accidental, será reemplazado por el Ministro más
antiguo del mismo tribunal que se halle presente.
Los Presidentes de las Salas de la CS tienen las mismas atribuciones que el art. 92 del COT confiere
a los Presidentes de las Salas de las CDA.