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Política de Estado en ciencia y tecnología en la era global

Introducción

La política de estado referente a la ciencia y tecnología anterior a la era de la globalización en


México fue asincrónica por llamarla de laguna manera. A pesar de que tuvo un fuerte apoyo a
principios de los años 40s con la creación de la Comisión Impulsora y Coordinadora de la
Investigación Científica (CICIC) y la Dirección General de la Educación Superior y la Investigación
Científica (DIC) perteneciente a la SEP, no existía una documentación rigurosa referente a los
estudios o avances científicos que en el momento se estuvieran dando (Dutrénit & Zúñiga, 2010).
Fue entre los años comprendidos entre 1950 y 1970 cuando la política de estado decide tomar en
consideración al desarrollo industrial del país y se funda el Instituto Nacional de la Investigación
Científica (INIC) que sustituye a la CICIC. Hacia finales de los años 60s, durante el gobierno de Díaz
Ordaz, la perspectiva de la relevancia en cuanto a la ciencia y tecnología comienza a tomarse en
consideración, “El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, por ejemplo, pusieron
como condición para otorgar préstamos, la presentación de planes sectoriales, incluyendo los de
desarrollo científico y tecnológico” (Dutrénit & Zúñiga, 2010). En 1970, con la creación del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), México se alista para una época de impulso e ciencia
y tecnología. La globalización llega a México a mediados de los años 80s, con la apertura comercial
y eliminación del proteccionismo, el cual limitaba y restringía significativamente la inversión
extranjera. El primer paso significativo de México hacia la globalización fue en el año de 1986 con
el ingreso al GATT (Organización Mundial de Comercio), posteriormente, en 1994, se integraría un
acuerdo comercial con los Estados Unidos y Canadá, el cual se conocería como TLCAN (Tratado de
Libre Comercio de América del Norte). La política de estado referente a la ciencia y tecnología en
la era de la globalización toma un rumbo diferente, del cual hablaremos a continuación más
ampliamente.

Política de estado en los ochentas.

Durante el periodo de 1980-1990 el CONACYT formuló el Programa Nacional de

Desarrollo Tecnológico y Científico (PRONDETYC), el cual se centró en las ideas

de planeación como un medio para revertir la grave crisis económica que afectó al

país en 1982.

Para 1984, el entonces presidente de la República Miguel de la Madrid, acuerda la

creación del SIN (Sistema Nacional de Investigadores). “Este sistema inició sus

actividades en tres áreas de conocimiento: las ciencias físico-matemáticas e

ingeniería; las ciencias biológicas, biomédicas, agropecuarias y químicas y las

humanidades y ciencias sociales” (Dutrénit & Zúñiga, 2010). Para 1986, se crea una
cuarta área: la de ingeniería y tecnología.

Como el país buscaba abrir sus fronteras y entrar a la competencia tecnológica con

otros países, en 1985 se promulga la Ley para Coordinar y Promover el Desarrollo

Científico y Tecnológico, se crea la Comisión para la Planeación y el Desarrollo

Tecnológico y Científico y se elabora un registro nacional de instituciones y

empresas dedicadas a actividades de investigación científica y tecnológica en el

país, todo esto, con el afán de reorganizar las actividades que se encontraban

dispersas en varias dependencias administrativas y tener un control regulado de

ellas.

En 1987, por decreto presidencial se establecen diversos estímulos fiscales para

fomentar la investigación científica y tecnológica, así como el fomento de su

comercio de manera nacional. Habremos de recordar que durante la época del

proteccionismo, esto no hubiera sido posible, ya que el estado no proveía de ningún

tipo de ayuda y con el tiempo, la tecnología adquirida en el extranjero terminaba

volviéndose obsoleta, pues existían muchas trabas e impuestos a pagar si se

deseaba adquirir un remplazo en el extranjero.

Política de estado en los noventas.

Para 1990, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari presenta el Programa

Nacional de Ciencia y Modernización Tecnológica (PNCYMT), en el cual, se

reconocía los recursos financieros insuficientes para ciencia y tecnología, pero

también sostenía que las instituciones encargadas de ella, necesitaba modernizarse

para estar a la par de la era globalizada. En dicho programa se establecía como de

vital importancia la asignación de recursos para ciencia y tecnología.

Entre 1990 y 1999 las becas otorgadas por el CONACYT se duplica y se le da

prioridad a las Maestrías y Doctorados, todo esto, con la idea de la formación de


recursos humanos.

En los años 90s “se emprendieron diversas acciones tendentes a fortalecer el

sistema científico tecnológico nacional. Entre ellas destaca el establecimiento en

1989 del Consejo Consultivo de Ciencias (CCC)” (Dutrénit & Zúñiga, 2010). Se

expide la Ley de Fomento y Protección de la Propiedad Industrial, y de Metrología

y Normalización, además se creó la Comisión Intersecretarial para la Protección,

Vigilancia y Salvaguarda de los Derechos de la Propiedad Industrial. Estos cambios

se dan, al entrar México al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, como

una manera de proteger su menguante economía y tecnología.

Política de estado en la primera década del siglo XXI.

Al iniciar la presidencia de Vicente Fox en el año 2000, muchos sectores de la

población ligados a la ciencia y tecnología se vieron entusiasmados, ya que durante

la gestión de Fox como gobernador de Guanajuato, este había subrayado su interés

por fortalecer el sistema de ciencia y tecnología y visualizarlo como herramienta de

desarrollo económico (Dutrénit & Zúñiga, 2010).

La Ley de la Ciencia y Tecnología es promulgada en 2002. Es en ese momento

cuando el sector privado comienza a involucrarse en el campo de la ciencia y

tecnología al darse cuenta de que podía resultar beneficiado de los programas de

fomento tecnológico.

Entre otras organizaciones creadas a raíz de dicha ley se encuentra:

• Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e

Innovación (CGICDTI).

• Junta de Gobierno del CONACYT.

• Conferencia Nacional de Ciencia y Tecnología.

• Foro Consultivo Científico y Tecnológico, AC (FCCyT).


También es importante mencionar las 4 grandes obras científicas y tecnológicas

que se han llevado acabo:

• Gran Telescopio Milimétrico “Alfonso Serrano” (1997-2008).

• Instituto Nacional de Medicina Genómica (2004).

• Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (2004-2009).

• Parque de Investigación e Innovación Tecnológica (2004-2009).

Política de estado actual.

A pesar de que en la actualidad el CONACYT tiene centros de investigación por

todo el país, el presupuesto en ciencia y tecnología no ha logrado aumentar con el

paso de los años. El plan sexenal trajo consigo un programa especializado (el

PECITI), en el que, incluso, se detallaba un incremento anual del 0,11% del gasto

en investigación y desarrollo (GIDE) para llegar al 1% del PIB en 2018. La inversión

creció un 40%, pero después de 3 años vino el estancamiento. Para el pasado 2017,

el presupuesto para ciencia y tecnología había perdido una cuarta parte de su

presupuesto original.

Conclusión

Desafortunadamente, la ciencia y tecnología no ha logrado ser una verdadera

prioridad como política de estado. Ha habido grandes intentos por crear una

verdadera revolución científica y tecnológica apoyando al sector de la

investigación, brindando incentivos económicos y apoyando a las nuevas

generaciones de investigadores, sin embargo, al no tener un verdadero apoyo

económico, el nivel tecnológico no puede igualarse al de los países que destinan

gran parte de su presupuesto a la ciencia. Por mencionar solo uno, Estados


Unidos, el cual es líder en ciencia y tecnología y es el más importante socio

comercial.

En lo personal me gustó haber investigado sobre este tema, ya que no conocía

todo el trabajo de investigadores y científicos para poder crear conciencia en el

gobierno acerca de la importancia de la ciencia y tecnología.

Reflexión

Ventajas:

• Comunicación rápida y sin fronteras, gracias a tecnologías como el

whatsapp, Skype o video llamadas.

• Apoyo a la medicina con aparatos y diagnósticos de enfermedades.

• Innovación en industria y comercio. Optimización de procesos productivos y

reducción de costos.

Desventajas

• A pesar de que la comunicación se ha hecho más fácil, también nos aleja

de nuestros seres cercanos, ya que la tecnología nos consume. La

ciberadicción es uno de los grandes males del siglo XXI.

• Para las empresas, las personas no tienen tanto valor como una

computadora, pues estas son fácilmente reemplazables.

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