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Crónica Retrospectiva

La Instalación del Congreso de Nuevo León


195º Aniversario
Abel Moreno López

Aquella mañana del domingo primero de agosto de 1824, era un día


diferente para los habitantes de Monterrey, en otra hora llamados
reineros y ahora también nuevoleoneses, pues tal patronímico
correspondía a los habitantes del naciente estado de Nuevo León.

Apenas el mes de mayo anterior, los poderes Legislativo y Ejecutivo de


la Unión habían expedido y sancionado el decreto 45, mediante el cual
se creaba Nuevo León como parte de la federación mexicana y ahora
se estaba ya en proceso de crear e iniciar el funcionamiento de las
nuevas instituciones del ahora Estado Libre y Soberano.

¡Buenos días! saludaron entre sí las primeras personas que se


acercaron al recinto.

Aquel espacio en que se reunían –que corresponde a las actuales calles


de Morelos y Escobedo en el centro de Monterrey- era el mismo que
había ocupado originalmente el Convento de San Javier y que desde
1817, había sido adoptado por el comandante Joaquín de Arredondo
como sede de la autoridad española. Al triunfo de la independencia y
conformarse las Provincias Internas de Oriente, ahí se instaló la jefatura
política y la diputación provincial, órganos de autoridad que ahora
dejarían su lugar a las nuevas instituciones del naciente Estado Libre y
Soberano de Nuevo León, el Congreso Constituyente la primera de
ellas.

Una voz dijo, creo que ya es la hora señalada, vamos a proceder- y casi
al instante los ya presentes fueron ingresando al recinto, mientras iban
llegando presurosos otros más que acudían a aquella convocatoria para
iniciar con toda formalidad la vida institucional de Nuevo León.

Se acercaba el momento cumbre. La coronación de los esfuerzos de


diversos personajes que en su ámbito de competencia habían luchado
para que se diera este gran momento.
Hay que recordar que el 31 de enero de ese año 1824, el Congreso
General Constituyente había aprobado el Acta Constitutiva de la Nación
Mexicana donde a nombre de nuestra población había firmado el
diputado Servando Teresa de Mier. En aquel documento ya se
reconocía a esta provincia como parte de la nación aunque estaba aún
pendiente la forma en que se integraría. Entre enero y febrero del mismo
año se habían expedido a nivel nacional sendos decretos sobre los
procedimientos eleccionarios y constitutivos de las nuevas legislaturas
estatales.

Fue por fin el día 7 de mayo de 1824, cuando el Congreso General


Constituyente aprobó el decreto número 45 que establecía en su
artículo primero que Nuevo León sería en lo sucesivo un nuevo estado.
Aquel documento fue firmado por los diputados José Cirilo Gómez
Anaya Presidente y Secretarios: José María Jiménez y Luis de Cortázar.

Dicho decreto entró en vigor al ser sancionado y publicado el día 16 de


mayo por los integrantes del Supremo Poder Ejecutivo Miguel
Domínguez y Vicente Guerrero, asistidos por el titular de la primera
secretaría, Lucas Alamán.

Para dar concreción al decreto y pasar a hacer realidad la nueva


entidad, el primero de junio la Diputación Provincial, que presidía
Bernardo Ussel y Guimbarda y Lic. Rafael de Llano como Secretario,
aprueba la convocatoria para elegir a los ciudadanos que integrarían el
Congreso Constituyente y se aprobó la proclama oficial que se dio a
conocer el Jefe Político...

En efecto la proclama fue signada por Francisco de Paula Mier y


Noriega, Jefe Político y entre otros conceptos decía: “Amados
compatriotas y conciudadanos: No puedo contener los sentimientos de
placer y júbilo que inundan mi corazón, al experimentar la excelencia de
las circunstancias que reunís, y que resplandecen en este dichoso y
fértil suelo en toda ocasión y tiempo, aun el más aciago y peligroso”.

“Ningún fatal prestigio os pudo jamás desviar del orden y de la razón,


que siempre ha sido el norte de vuestras operaciones. Me glorio con
vosotros por la felicidad que aseguráis con esa conducta inseparable de
las virtudes patrióticas que os animan”. (…)
“He aquí conciudadanos, cumplidos los deseos y votos que
consolidarán vuestra fortuna y os colocarán sin duda en el templo de la
felicidad a que vais a entrar ya con la formación de este Estado.”

“Pocos momentos pasarán para que lleguéis a ese deseado día”…

“A este intento, tengo hoy el honor de dirigir por conducto de los alcaldes
de cada partido, la convocatoria e instrucciones a que os debéis arreglar
para hacer vuestras juntas primarias y secundarias para la elección de
individuos, dignos representantes en la asamblea de este nuevo
Estado.”

Las elecciones se verificaron desde luego a partir del propio mes de


junio y fue el día 11 de julio de 1824 cuando se dan a conocer los
resultados definitivos de las elecciones de Diputados Constituyentes.

Por fin había llegado el momento… Aquel día, uno de agosto de 1824
era el indicado para instalar el Congreso Constituyente, una vez
celebradas las elecciones de los primeros diputados. Aquel día el
Congreso de Nuevo León surgiría como la simiente institucional del
nuevo estado.

Estaban ahí, en aquel recinto histórico, las autoridades expresamente


señaladas por el decreto 45 y la convocatoria respectiva, así como un
numeroso grupo de habitantes interesados en la cosa pública… ahí
estaba el Jefe Político, Don Francisco de Paula Mier y Noriega, los
integrantes de la Diputación Provincial que presidía Bernardo Ussel y
Guimbarda, los miembros del Ayuntamiento de Monterrey,
encabezados por el alcalde Francisco Bruno Barrera y desde luego los
Diputados Constituyentes que habían sido declarados electos el
domingo 11 de julio.

De éstos, asistieron diez de los once diputados propietarios electos, a


saber: Dr. José Francisco de Arroyo, José María Gutiérrez de Lara, Lic.
Pedro Agustín Ballesteros, Lic. Juan Bautista de Arizpe, Lic. Rafael del
Llano, José María Parás, Juan José de la Garza Treviño, Antonio
Crespo, José Manuel Pérez y Pedro de la Garza Valdez. No asistió, ni
tomaría posesión de su cargo, don Cosme Aramberri.
Ya en el interior del recinto se procedió a iniciar los trabajos, presididos
por la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Monterrey.

El señor Mier y Noriega, Jefe Político abrió la sesión informando los


motivos, importancia y alcances que tendría y pidiendo por razones de
protocolo, que uno por uno, los integrantes de la primera representación
popular nuevoleonesa presentes, pasaran ante él a rendir su juramento
de rigor.

Concluida esta parte del protocolo, relativa al juramento del cargo, se


declaró un receso, durante el cual las autoridades presentes, incluidos
desde luego los Diputados Constituyentes, y los ciudadanos que
quisieron hacerlo se trasladaron a la Catedral, entre aplausos y júbilo
del vecindario, custodiados por la milicia cívica.

En la Catedral se celebró una misa de acción de gracias concluyendo


la función religiosa y solemne con el canto de un tedeum.

Posteriormente volvieron al Recinto para continuar con aquella primera


sesión del Congreso nuevoleonés.

Inicialmente se procedió a nombrar la mesa directiva, quedando


integrada por los diputados, José Francisco de Arroyo, Presidente;
Pedro Agustín Ballesteros, Vicepresidente, Rafael del Llano y José
María Parás, Secretarios.

Luego de que la directiva tomase posesión de sus cargos y de la


declaratoria formal de instalación, el señor Francisco de Paula Mier y
Noriega, Jefe Político, pronunció un breve discurso felicitando al
Congreso por su instalación y dejando el mando a la nueva autoridad.
El Diputado Presidente, doctor José Francisco de Arroyo contestó el
mensaje en términos generales con lo que se retiraron del recinto, dicho
funcionario y la Diputación Provincial, quedando en sesión el Congreso.

En aquella histórica sesión se atendieron los siguientes asuntos:

Se declaró al Congreso legítimamente instalado y en aptitud de ejercer


sus funciones, estableciendo que la ley determinaría cuando y como
habrían de cesar cada una de las autoridades existentes, por la creación
de las que las reemplazarían en el nuevo sistema.
Se aprobó la fórmula de encabezamiento y conclusión para comunicar
los decretos.

El Gobernador de la Mitra y El Guardián del templo de San Francisco


pidieron permiso para pasar a felicitar al Congreso, siéndoles
concedido. La Milicia Cívica por su parte, hizo llegar su felicitación por
oficio.

A propuesta de los diputados Parás, Ballesteros y Arroyo se aprobó


pedir a la autoridad eclesiástica hacer “solemne acción de gracias a
Dios en todas las Iglesias del Estado por la instalación del Congreso, y
preces públicas por el acierto en sus deliberaciones”

Asimismo se acuerda comunicar la instalación del Congreso al Gobierno


General, al de los Estados y a los pueblos de Nuevo León. 


Se acordó que el tratamiento para el Congreso sea Honorable e


impersonal, así como Excelencia para el Presidente, Secretarios y los
Diputados en sus sesiones. 


Se acordó provisionalmente que las sesiones deben comenzar a las 8


de la mañana y concluir a las once.

Aquella histórica jornada terminó a la una y media de la tarde, en que


se clausuró la sesión. 


Así el Congreso del Estado inició su quehacer institucional, pronto


crearía los Poderes Ejecutivo y Judicial y expediría la primera
Constitución, sentando así las bases jurídicas para garantizar una
convivencia social que ha permitido que aquel incipiente pueblo que era
Nuevo León hace 195 años, pudiera transformarse en la entidad pujante
de nuestro tiempo.

Hoy, a cinco años del Bicentenario del Estado de Nuevo León y del suyo
propio, el Congreso tiene el deber de seguir siendo el garante de una
coexistencia social regida por el derecho y por ello, en este 195
aniversario, se evoca su origen y su trascendencia... 
Enhorabuena!!
Recapitulación

• El 31 de Enero de 1824, el Congreso General aprueba el Acta


Constitutiva de la Nación Mexicana.

• El 4 de febrero de 1824 es promulgado el decreto federal número


387, que contiene los procedimientos para establecer las
legislaturas constituyentes de los Estados Internos de Occidente,
Interno del Norte e Interno de Oriente al que pertenecía nuestro
territorio.

• El 7 de Mayo de 1824 el Congreso General Constituyente aprueba


el Decreto 45 mediante el cual se crea el Estado Libre y Soberano
de Nuevo León. Este decreto es sancionado y publicado el 16 de
mayo siguiente.

• En sesión del primero de junio de 1824 la Diputación Provincial,


aprueba la convocatoria para elegir a los integrantes del Congreso
Local y la proclama oficial.

• Se efectuaron las elecciones conforme la convocatoria y el 11 de


Julio de 1824 se dieron a conocer los nombres de los Diputados
Constituyentes.

• Finalmente el 1 de agosto de 1824, queda instalado


solemnemente el Congreso del Estado de nuevo León.

Fuente principal:
Acta de Instalación del Congreso Constituyente de Nuevo León. Archivo Histórico
del H. Congreso del Estado de Nuevo León. 1824 


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