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Psicoterapia psicoanalítica de grupos y vínculos

Comentario de libros

Psicoterapia psicoanalítica
de grupos y vínculos
Editores: Germán Morales, Bárbara Ortúzar y Edgardo Thumala

(Rev GPU 2012; 8; 1: 20-22)

Patricio Olivos

C uando me solicitaron comentar este libro publicado


por la Asociación Chilena de Psicoterapia Analítica
de Grupos (ACHPAG) acepté gustoso, recordando mi ex-
formó un grupo de estudios que, dado el interés que
despertó en otros profesionales, devino en la Asocia-
ción (ACHPAG).
periencia como terapeuta en la modalidad, primero con Cecilia Acle hace una revisión de los aspectos bá-
pacientes psicóticos en el Hospital Diurno del Instituto sicos y las funciones del encuadre en la psicoterapia
Psiquiátrico, y luego durante 8 años con pacientes de analítica de grupos (PAG), desde lo establecido por
la consulta privada, la mayoría del tiempo en coterapia Freud como arreglos espacio-temporales y de dinero,
con Susan Mailer. reglas de abstinencia, atención libre y flotante, neu-
La Asociación ya había publicado cuatro capítulos tralidad y asociación libre para el paciente, hasta la
sobre Perspectiva Grupal Psicoanalítica y el Cambio mirada relacional (Mitchell, Benjamin) y la teoría vin-
Psíquico en el libro Avances en psicoterapia y cambio cular. Esto le sirve para plantear los aspectos técnicos
psíquico (2005. Sociedad Chilena de Salud Mental), y la asociados al encuadre, en lo que constituye casi un
aparición de este libro revela crecimiento y madurez, manual, muy práctico, derivado de su experiencia, con
y una vocación de seguir aportando al desarrollo de la ejemplos clínicos.
psicoterapia grupal y vincular. En otro capítulo Cecilia Acle y Rosa Martínez pre-
Hernán Davanzo, pionero y sostenedor de la psico- sentan conceptos básicos de dos teorías psicoanalíticas,
terapia analítica de grupo en Chile, nos da primeramen- de las que se derivan herramientas técnicas para traba-
te una perspectiva histórica. En la cátedra de Ignacio jar en psicoterapia de grupos. Aquellos de Bion, con los
Matte Blanco fue el Dr. Ramón Ganzaraín quien se en- Supuestos Básicos y su elaboración de los desarrollos
cargó de estudiar los aportes de la psicoterapia analí- de Melanie Klein sobre posición esquizo-paranoide y
tica de grupo (PAG), para la atención ambulatoria del posición depresiva para entender ciertos fenómenos
policlínico. Ganzaraín y Davanzo fundaron en 1961 la grupales, y que adquirieron un lugar central en su teo-
primera Sociedad Chilena de Psicoterapia de Grupo. La ría grupal. También sus ideas de la actitud del terapeu-
renuncia de Matte Blanco a la cátedra, la reforma uni- ta “sin memoria y sin deseo”, y del terapeuta en estado
versitaria y las vicisitudes del psicoanálisis en los Servi- de “rêverie” que va poniendo en palabras el cúmulo de
cios de Psiquiatría, así como la ida de Ganzaraín como emociones del grupo.
didacta al Instituto Psicoanalítico de Topeka, EE.UU., Presentan también el desarrollo del psicoanálisis
desmantelaron la Sociedad en 1968. Sin embargo Da- de las Configuraciones Vinculares, con los conceptos de
vanzo y también Ganzaraín mantuvieron actividad Pichón Rivière, Marcos Bernard, Puget y Berenstein, en
como supervisores y formadores, hasta que en 1993 se que lo específico del psicoanálisis vincular es el análisis

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de la producción del conjunto como tal, sea una pare- Pilar Cubillos describe vívidamente la participa-
ja, un grupo u otra configuración vincular. Se dirige a ción en un grupo terapéutico para adolescentes de un
la relación de cada uno con el conjunto, en presencia muchacho aislado, odioso y paranoide, con déficit de
del conjunto. Y lo vincular es entendido principalmente las funciones parentales de contención y que inten-
como el trabajo sobre las diferencias y la ajenidad, de- taba defenderse en un retiro narcisístico de frialdad y
bido a que el funcionamiento psíquico habitual, que a superioridad, renegando de sus necesidades afectivas.
veces puede ser considerado defensivo, intenta encon- El grupo terapéutico, a diferencia de un grupo de pares
trar semejanzas ante cada emergencia del otro como en donde se idealiza la confusión, gracias al encuadre
diferente al sí mismo. y la presencia del terapeuta adulto como líder de un
Nevio del Longo escribe sobre Contratransferencia grupo de trabajo, pudo constituirse en una experiencia
y rêverie en la terapia de grupo psicoanalítica, mostran- transicional, y ayudarle a comprender sus confusiones
do cómo la función de rêverie de grupo –la acogedora en un contexto afectivo, impactando positivamente en
y disponible función materna que contiene y restituye su desarrollo.
en forma confortante las partes escindidas y percibidas Silvia González hace una revisión del concepto de
como “peligrosas”, tanto individuales como del grupo–, trauma en la obra de Freud y las principales corrientes
es fundamental tanto para despertar la capacidad de posteriores en la historia del psicoanálisis. Y tomando
soñar como para acceder al insight y a las transforma- a Ferenczi como guía, plantea la posibilidad de la re-
ciones significativas de los individuos y del grupo. traumatización en todo proceso psicoanalítico a partir
Edgardo Thumala hace una historia de los oríge- de la posición que el terapeuta toma (consciente o in-
nes y desarrollo de la terapia grupal psicoanalítica mos- conscientemente) en relación con el trauma. Ferenczi
trando cómo, desde muy temprano, ésta ha utilizado enumera “los pecados del psicoanálisis”, uno de los
conceptos relacionales, intersubjetivos. Y luego mues- cuales puede ser el no reconocer fallas en el actuar del
tra cómo estos conceptos han influido en su práctica terapeuta, no mostrar ante ello una real “contricción”,
como terapeuta, en un relato muy personal del cambio sino reaccionar con desagrado, silencio, enojo al sen-
de actitud básica; cambio del foco de las intervencio- timiento de haber querido lo mejor y recibir a cambio
nes; el énfasis en lo experiencial; el compartir el análisis sólo reprensiones. Para Ferenczi, la desmentida de lo
y el uso de la autodevelación, el juego, los cuentos y ocurrido por parte de la madre (analista) es el factor
el humor. que hace patógeno el trauma.
Tomás Charlín describe su primera terapia de gru- Silvia González plantea que la Psicoterapia Analí-
po como terapeuta usando como referente teórico a Di- tica de Grupo presenta ventajas en relación a los tra-
dier Anzieu con sus conceptos de “fantasías de rotura” y tamientos bipersonales al proveer una relación más
su antagonista “ilusión grupal” como el resorte dialéc- horizontal y democrática donde los efectos retrauma-
tico fundamental de la vida inconsciente de los grupos. tizadores que pueden tener las fallas del terapeuta
Los muestra con su material, así como la formación de son contrarrestados por la participación del resto de
la Piel Psíquica Grupal que logra contener y mantener el los integrantes. La multiplicidad de subjetividades en
grupo, hasta que cambios en el encuadre rompen esta la PAG amplía la posibilidad de identificaciones y la in-
piel, originando la terminación del grupo. ternalización de nuevos modelos de funcionamiento.
Macarena López reflexiona en torno a su experien- Al mismo tiempo, facilita el desarrollo de la capacidad
cia con grupos terapéuticos y en el trabajo en grupo para reconocer la diferencia y subjetividad del otro, in-
de terapeutas en un programa de adicciones. El gru- dispensable para el establecimiento de vínculos sanos
po como elemento terapéutico parece especialmente y reparar los efectos traumáticos provocados por las
relevante en la generación de pensamiento, reflexión, figuras primarias.
sostén y apoyo mutuo. La experimentación y análi- Lo ejemplifica con una sesión grupal en que un
sis de alternativas novedosas y la detección activa de paciente repite su descalificación del proceso terapéu-
trampas y mentiras favorecen progresos y la emergen- tico y la participación de sus compañeros, hasta que
cia de la subjetividad e individualidad en pacientes finalmente la terapeuta no puede mantener su trabajo
muy alejados de su sentir. El trabajo en grupo de los contenedor e interpretador y reacciona con rabia direc-
terapeutas resulta indispensable para lidiar con una ta, quedando luego con culpas y preocupación por el
patología donde abundan la desesperanza y la descon- paciente. En la siguiente sesión grupal sale indirecta-
fianza. A pesar de múltiples dificultades, decepciones, mente el tema, que es recogido por la terapeuta, el pro-
desilusiones y recaídas, se puede lograr algo creativo y pio paciente y el grupo, que adquieren gran vitalidad y
constructivo. trabajan sobre ello con beneficio para todos.

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María Isabel Castillo y Germán Morales escriben cuando se va reconociendo al otro como persona total.
sobre Psicoterapia Grupal y Tortura, mostrando pri- Que no siempre lleva a la separación. Ambos miembros
mero los hitos sociales en el proceso reparatorio en las de la pareja pueden seguir sosteniendo el pacto dene-
personas que sobrevivieron a la tortura ejercida du- gativo o empezar a hacer conscientes algunos elemen-
rante la dictadura militar, y luego dando cuenta de su tos de él, por diversos motivos. Los más frecuentes: la
labor terapéutica efectuada en el ILAS, señalando que presencia del otro, con aspectos semejantes, diferen-
en las traumatizaciones extremas el reconocimiento tes y ajenos; problemas para concienciar conflictos
tanto en el espacio público como en el espacio tera- intersubjetivos; la dinámica del poder en la pareja; el
péutico es indispensable para que ocurra una transfor- malentendido; las familias de origen; asincronía y dis-
mación del contexto socio-político e intersubjetivo de continuidad; la llegada de los hijos; la incertidumbre. Y
los pacientes. Con viñetas de su trabajo en grupos tera- ejemplifica estos motivos con breves viñetas.
péuticos muestran cómo ésta es una modalidad privi- Finalmente Bárbara Ortúzar nos presenta el cam-
legiada en el tratamiento de pacientes traumatizados bio de paradigma desde el psicoanálisis clásico hacia
extremos, al constituirse el espacio terapéutico grupal el Modelo Relacional, y las consecuencias de este cam-
en un espacio potencial que permite la experiencia de bio en la psicoterapia con pacientes adolescentes, y en
mutualidad y reconstruye la confiabilidad del espacio aquellas intervenciones terapéuticas (vinculares) que
“entre”, entre el sujeto y el ambiente, entre el sujeto y incluyen a sus padres. Para ello examina los aportes
el otro. En un proceso que articula la historia fragmen- de Emilce Dio Bleichmar, Heinz Kohut, Daniel Stern,
tada y pone palabras a los vacíos y a las angustias sin Stephen Mitchell, Robert Stolorow, George Atwood. Se
nombre, se va reconstruyendo la subjetividad dañada, pregunta entonces “¿cuáles serían las características
con el grupo como “el lugar que permite la experiencia deseables del terapeuta de adolescentes, inserto en
de estar vivo”. este nuevo paradigma?”. Para responder, y para ilustrar
Patricia Bustos nos habla del desamor en la pareja. algunos de los conceptos de este nuevo paradigma que
Precisa primero el vínculo de pareja: un acontecimien- nos ha presentado, nos presenta un caso clínico de un
to, un encuentro amoroso: hay dos unos que tienen paciente adolescente y de las sesiones vinculares que
un vacío en común, y pueden generar un “dos” en su realizó con su padre.
encuentro, la pareja, que antes no existía, y ambas En suma, éste es un libro sin desperdicio, del que
subjetividades no volverán a ser iguales. Y hacen un aprendemos mucho, no sólo por sus contenidos sino
pacto, nunca enunciado, un acuerdo inconsciente para por la actitud comprometida de sus autores con su tra-
reprimir, desmentir o rechazar las mociones insosteni- bajo clínico, por sus reflexiones, y sobre todo porque en
bles dentro de un vínculo. Patricia piensa en el desamor los ejemplos y a través de todo el libro vemos y senti-
como un proceso inherente a la pareja. Un proceso de mos encarnado lo que nos invitan a conocer: la Psicote-
desidealización progresiva que ocurre en toda pareja rapia Psicoanalítica de Grupos y Vínculos.

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