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Departamento de Psicología
Escuela de Padres Mayo-2009
La comunicación es básica para establecer contacto con las personas, para dar o recibir
información, para expresar o comprender lo que pensamos, para transmitir nuestros sentimientos,
comunicar algún pensamiento, idea, experiencia, o información.
Si hay comunicación en la familia podríamos afirmar que existe un ambiente de unión y afecto;
sobre todo respeto mutuo y valores más asentados. Sin embargo, crear este clima, no es tarea
fácil, es un proceso que se lleva a cabo inclusive desde antes de que nazcan los hijos.
Hay dos palabras claves para los padres cuando educan a sus hijos: comprensión y firmeza. La
comprensión exige, además el vínculo natural del cariño, el seguimiento coherente y constante
de los problemas que enfrenta un niño y que suelen convertirse en malos comportamientos. La
reacción involuntaria e irreflexiva de un padre ante un comportamiento inadecuado de su hijo es
ineficaz en el mejor de los casos y puede llegar a ser perjudicial.
Los padres deben tratar de entender las conductas de sus hijos y ayudar a corregir si es necesario,
a través de la persuasión, la advertencia, vías no violentas de castigo y formas de premiar que
alienten al niño a perseverar en la buena senda.
Firmeza significa ejercer la autoridad paterna sin interrupción ni claudicaciones un padre que
cede por lástima o desaliento, fracasará en su responsabilidad educativa.
Su esfuerzo responsable por educar a sus hijos con cariño, constancia y firmeza día tras día es lo
que producirá hijos maduros y los ayudará a ser felices.
Lenguaje Asertivo.
Disco Rayado: Ocurre frecuentemente que cuando los padres quieren decirle algo a sus hijos
en relación a lo que deben hacer, el resultado es una discusión, para evitarla deberá mantenerse
en su objetivo.
El nombre refleja el hecho de que cuando usted usa esta técnica, suena como un disco rayado
que sigue repitiendo siempre lo mismo, una y otra vez hasta que logre la aceptación de su
mensaje, con esta técnica aprenderá a ignorar los esfuerzos de su hijo para desviarlo del tema y
envolverlo en una discusión que no podrá ganar.
Ejemplo:
Madre: “Ricardo, por favor recoge tus juguetes, están tirados por el cuarto”.
Ricardo: ¿Por qué tengo que tengo que juntarlos yo? Alberto nunca los junta”.
Madre (con voz tranquila): “Ese no es el tema. Yo quiero que tu levantes los juguetes” (disco
rayado).
Banco de Niebla: Busca conseguir que los hijos no lo saquen de sus casillas, haciendo oídos
sordos a sus actitudes y argumentos provocativos, cuya finalidad es hacer que los padres pierdan
el dominio de sí mismos y de la situación.
Ejemplo:
Ricardo: “¡Eres una mala!”
Madre (calmadamente): “Puede ser que te parezca que soy mala” (banco de niebla).
Madre: Pueda ser que tu creas que siempre te resondro (banco de niebla).
Interrogación negativa: Una respuesta hostil de un hijo esconde, a veces con agresividad,
la verdadera razón de su descontento. Esta técnica lo conduce gradualmente a través de
preguntas, hasta llegar al motivo real de la agresión.
Recuerde que cuando sus hijos le hacen críticas agresivas están buscando sacarlo de sus casillas,
usted debe dar respuestas que neutralicen la agresión y esta se esfumará, especialmente si ha
logrado llevar al niño a la verdadera razón de su hostilidad y presentarle una solución.
Extinción: Es útil para suprimir una determinada conducta inadecuada en su hijo. Recuerde
que toda conducta se mantiene gracias al refuerzo del entorno.
Ejemplo:
Caso de conducta inadecuada, que es reforzada positivamente, cada vez que el hijo de cinco
años se pone a llorar y su madre le da una golosina para consolarlo, lo estará reforzando
positivamente y la conducta de llorar a cada rato (cuando esto ocurre sin razones justificadas)
continuará.
Lo más eficaz será sacarlo de la mesa y llevarlo a comer solo a otro ambiente de la casa, donde
nadie le festeje sus malas conductas, y deje de ser el centro de atención. Al separarlo del entorno
o de las circunstancias que alentaban su comportamiento inadecuado, este tiende a desaparecer.
1. Acciones disciplinarias: Determine con tiempo cómo respaldará sus palabras con
acciones. Por ejemplo:Les quitará el privilegio de jugar al fútbol o con muñecas.
. Condicionar conductas agradables: Asegúrese de que cumplan lo que usted desea antes de
que ellos reciban la autorización de hacer lo que quieren.
Ejemplo: “No podrás salir a jugar con tus amigos hasta que no hayas ordenado todo en tu
cuarto”.
. Acción Física: Es dirigir físicamente a sus hijos pequeños para que hagan lo que usted
considera más conveniente.
Es favorable presentar las medidas disciplinarias como una elección de los niños,
dándoles la opción de terminar con su mala conducta o afrontar el castigo que esa
conducta inapropiada conlleva.
Cuando usted da a sus hijos posibilidades de elección, les brinda la oportunidad de
aprender las consecuencias de sus propias conductas.
Utilice la medida disciplinaria cada vez que su hijo elija comportarse
inadecuadamente. Hágalo lo antes posible.
Sea constante.
Si usted ha usado una medida disciplinaria de manera adecuada, pero percibe que el
comportamiento de su hijo no mejora, pruebe con otra, pero nunca deje sin efecto la
medida correctiva.
Perdonar y olvidar: Una vez que su hijo ha recibido la medida disciplinaria, el asunto ha
terminado. No acumule rencor o resentimiento recordándole, su mal comportamiento anterior en
ocasiones posteriores, de lo contrario, manifiéstele que confía en su capacidad de mejorar en
adelante.
2. Cuando los hijos ponen a prueba: Cuando esté educando a sus hijos con medidas
disciplinarias, sea prudente y vigilante, porque de modo frecuente lo pondrán a prueba para ver
si realmente usted habla en serio.
Recomendaciones:
- Frente al llanto: Hágales saber que usted está dispuesto a mantenerse firme, por ejemplo: “te
vas a tu cuarto ahora mismo”. Manténgase calmado, hable en forma enfática y decidida.
- “A mí que me importa”: Cuando los hijos utilizan el “a mi que me importa” es por que
están manipulando a sus padres, se han dado cuenta que con esta respuesta los descontrolan
fácilmente. A los que más les importa los castigos, los premios o los retiros de privilegios es a
los niños. No ofrezca ningún castigo impracticable, prevenga esta situación evitando anunciar
algo que no podrá imponerle, ya que de lo contrario usted queda en blanco y se debilita su
autoridad.
3. Reforzarlos positivamente: Es importante planificar a solas lo que hará cuando sus hijos
reaccionan favorablemente.
- Si quiere dejar que los hijos elijan los premios que recibirán por comportamientos
adecuados, establezca las cosas entre las que puede elegir.
- Tenga claro que usted es quien ejerce la autoridad y toma las decisiones.
- Para la mayoría de niños,” el tiempo especial” dedicado a algo les produce placer. Por
ejemplo: un paseo.
- Ternura y Firmeza con los Hijos. Alexander Lyford. Pike. Ediciones Universidad
Católica de Chile.
- Práctica Clínica de Terapia Cognitiva con niños y adolescentes. Robert D. Fricabero y
Jessica M. Mc Clouse. PAIDOS 2005