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COMENTARIO A “DEL USO LÓGICO DEL SINTHOME”

CLASE # 1 DEL SEMINARIO XXIII

PRESENTACIÓN:

1. Tema del seminario y Preguntas orientadoras

Hemos de suponer que la primera clase del seminario XXIII, como todas las primeras clases de los
seminarios de Lacan, es una presentación de lo que se desarrollara durante todo el año académico
en el que está inscrito.

Su estilo incierto, críptico y móvil no nos permite estar muy seguros de esto, ni aun estando seguros
de la intención de presentación, no nos dado con claridad los problemas, tópicos o conceptos de los
que se propone dar cuenta. Por esta razón, lo que supongo que se presenta en la primera clase
como panorama o como índice del seminario, no es más que una apuesta, un movimiento entregado
al riesgo, uno de tantos esfuerzos de desciframiento de lo que Lacan nos presenta.

Comencemos por lo enunciado expresamente. Lacan dice de qué se ocupara durante el semestre y
cuál es la pregunta que guiará su trabajo:

Dice finalizando el párrafo que precede el numeral 1 de la clase:

“Es por esto (por la lectura de Finnegans Wake, por lo que ella le hizo escribir a propósito de un
simposio internacional sobre Joyce organizado por el traductor al francés del mismo, Jacques
Aubert) que me dejé desviar del proyecto que les había anunciado el año anterior, que era titular el
seminario de este año 4, 5, 6. Yo me contenté con el CUATRO, y lo celebro, pues con el 4, 5, 6,
seguramente hubiera sucumbido. Eso no quiere decir que el CUATRO del que se trata me sea por
eso mismo menos pesado”

El asunto que ocupará a Lacan durante todo el seminario es pues el CUARTO REDONDEL, el
REDONDEL CUATRO. Ya lo habíamos introducido en la primera clase como recordarán. En la tercera
clase del seminario XXII, Lacan había hablado del CUARTO de Freud, la realidad psíquica, el complejo
de Edipo y en últimas, el Nombre-del-Padre. Esta vez se trata de su propio CUATRO, y retengamos
de lo dicho hace 15 días solamente lo siguiente:
a. Lo importante del CUATRO no es su naturaleza específica, su “contenido” por decirlo de
algún modo, lo importante es su función, su participación lógica: mantener juntos al UNO,
al DOS y al TRES, es decir a lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario. Entonces, nos anuncia Lacan,
que este seminario se ocupará de aquello que mantiene ANUDADOS los tres registros de lo
psíquico. Una de las especificidades de esta condición lógica del CUARTO, para este
seminario, es que ahora, no se restringe a producir un anudamiento necesariamente
borromeo, sino que ese CUATRO redondel, lo importante es que sea un cuarto y que su
ubicación, sea cual sea ella proporcione el anudamiento de los otros tres, que no permita
que quede uno solo desanudado. De este modo veremos, que el cuarto, en determinada
circunstancia puede REPARAR los puntos de soltura del anudamiento de tres en
determinados puntos. Esta versatilidad de ubicación del cuarto, lo único que hace es
producir una versatilidad clínica, en la que ya no veremos los sustitutos del complejo de
Edipo como simples versiones del padre que se pueden acercar a su función de metáfora
(como sucede por ejemplo en la concepción de lo que puede estabilizar una psicosis
desencadenada) sino que plantea una variedad insospechada de modos de estabilización,
de maneras de arreglárselas para que los registros estén anudados, a tal punto que esos
“arreglos” (es uno de los puntos de partida para pensar ese redondel CUATRO, como el
arreglo que singularmente cada uno, en el uno por uno pues, puede llegar a conquistar, o
de hecho, ya ha conquistado) nos plantean el reto de pensar si clínica que divide el campo
en neurosis y psicosis es aún vigente, o mejor aún, es útil (personalmente, y en este
momento donde la pregunta permanece abierta, me inclino a pensar que el diagnóstico
neurosis y psicosis –y perversión- es necesario para orientar la cura, de hecho divide el
cálculo de riesgos y de políticas de la cura en dos grandes campos; tal vez el tránsito por
este seminario conmocione esta posición).
b. Por otro lado, es importante retener, que el nudo de los registros real, simbólico e
imaginario, así como el grafo del deseo o el esquema L, son escrituras del acto de hablar, es
decir, de la situación fenomenológica que se produce en el análisis: alguien simplemente va
y habla, y se supone que eso cura, genera efectos, cambios de posiciones, elaboraciones,
historizaciones o simbolizaciones. No va de suyo, que el acto de hablar produzca todo esto,
supone una necesaria pregunta por el cómo. El redondel CUATRO tendría que venir a dar
cuenta de la respuesta a esta pregunta, sobre todo si tenemos en cuenta que, al menos en
el nudo borromeo de cuatro, el cuarto redondel está en el lugar de los agujeros formados
por los tres registros: incluso, el cuarto redondel representa el único agujero que seccionado
en tramos representaría cada una de las modalidades de goce de ser hablante: goce fálico,
goce del sentido, plus de goza (objeto a), goce fálico y goce del Otro, todos ellos dando
cuenta de diferentes manifestaciones de lo pulsional implicado en el acto de hablar. No hay
que olvidar que ese cuarto redondel también pasa por los agujeros constitutivos de cada
registro: el yo (agujero de lo imaginario), la vida (agujero de lo real) y la muerte (agujero de
lo simbólico). De este modo podemos esperar que cuando Lacan dice que se ocupará del
CUATRO, nos está diciendo que se ocupa de (1) los agujeros del nudo, tal vez del único
agujero, de (2) los entre líneas (siempre el énfasis del psicoanálisis como pensamiento de la
sospecha), de (3) los goces (entonces este seminario es un tratado del goce) y finalmente
de cómo se articula para el ser hablante su condición de (4) ser viviente, su (5) mortalidad y
la necesidad de estar vestido de un (6) Yo.

Por otro lado, ya al final del apartado 3 Lacan enuncia las preguntas que guiarán su trabajo.
Enunciémoslas directamente y vamos a intentar hacer algunas consideraciones de cada una:

“¿En qué el artificio puede dirigirse expresamente a lo que se presenta al principio como
síntoma?”

Esta pregunta presenta una serie de términos reunidos por la letra arte: artificio, artesanía,
artesano, artista, arte. Digamos que todas ellas apuntan a una misma cosa: dan cuenta de un
“obrar”, de un “hacer” si se quiere, de la puesta en acto de algo, de un trabajo. No estamos
restringimos con ello solamente a la dimensión estética, es decir al objeto dado a los sentidos
para producir impacto; de todas maneras es necesario retener que en el seminario andaremos
conducidos de la mano de un escritor, de alguien que ha producido “obras literarias”. De este
modo, el obrar, el hacer del que se trata no está separado de la emergencia de lo bello. Por un
lado, y por otro lado, de la idea de que lo creado en ese hacer es “inédito”, inexistente hasta el
momento de su creación, no tratándose entonces de una reproducción, de una producción en
serie industrial como la que se da en el discurso capitalista, ni siquiera como la producción del
artesano de la antigüedad que construye para su Amo objetos, tal cual éste los requiere. La obra
del artista funda algo nuevo, que no es útil para nadie más y que no responde al encargo del
Otro.

La pregunta entonces plantea un hacer sobre el síntoma, una actividad que se ejerce sobre lo
que inicialmente se presenta como síntoma. Habíamos dicho que en psicoanálisis freudiano se
proponía una acción sobre el síntoma, un trabajo que no era otro que el decifraje, es decir, la
restitución de un sentido que lo haría diáfano a quien lo padece y revelaría una verdad negada
hasta entonces de la que habría qué hacerse cargo. También decíamos que con ese síntoma se
encontraba un límite a la operación de desciframiento: siempre había una dimensión
irreductible al sentido, insistente en la repetición, una dimensión pulsional que ya no quería
decir nada. Propongo que en esta pregunta, Lacan retoma este límite freudiano y plantea la
cuestión sobre aquello que podría hacerse con lo real del síntoma, pues en la última enseñanza
de Lacan se hace un énfasis en la parte real de síntoma. ¿Cuál será entonces el artificio que se
aplique sobre ello? La apuesta consiste en considerar que el trabajo de Joyce responde a ello.

“¿En qué el arte, la artesanía puede desbaratar lo que se impone del síntoma (lo que se impone
del síntoma es la verdad)?”

Esta segunda parte de la frase aporta nuevos elementos a lo dicho anteriormente: por un lado
plante un ejercicio desmantelador del arte; el arte que nos convoca más que crear, desbarata,
se aplica a reducir lo que se impone del síntoma, lo cual está claramente definido, lo que se
impone en el síntoma es la verdad del sujeto. Curiosa apuesta la de Lacan: una vez hallada, tal
vez construida la verdad, habrá que aplicarse a desbaratarla. Nuevamente aquí hay un cambio
de énfasis en la concepción del análisis, el cual no tendrá como centro “la verdad del sujeto”,
sino alcanzar lo real. Podríamos ubicar estos dos términos, uno frente al otro y tratar de ver sus
diferencias y sus semejanzas:

VERDAD REAL
De la verdad sabemos varias cosas por esta 1. Lo Real es lo imposible: de decir,
misma clase: como ya habíamos adelantado, de
1. Que solo puede ser medio-dicha: que representar, lo imaginarizar, de
se accede a ella, siempre de un modo pensar, es lo que sucede por fuera de
aproximativo, incompleto a través todo cálculo y de toda expectativa,
del dicho. Esto tiene consecuencias do le existe por fuera del campo de
importantes a la hora de pensar en el posibilidades del acontecer.
análisis: primero que no hay Una 2. Poco o nada se obtiene
Verdad, sino que la mitad de ella es construyendo un discurso sobre lo
un dicho proferido, hallado o real, solo semblantes, ficciones que
construido por un sujeto; segundo, nos alejan de sus posibilidades de
que la otra mitad escapa al dicho y no incidencia. Lo real es precisamente lo
puede ser articulada en el discurso, que está por fuera del discurso y algo
por más que asocie libremente, es más que está más allá de la máquina
decir, que un final de análisis no de producción que es el discurso se
puede ser establecido por considerar requiere (efectivamente, no sin
que alguien alcanzó el enunciado contar con ella)
último de la verdad de su deseo, ya
que esto simplemente no existe. Algo otro se requiere para hacer con lo real y
2. Que la verdad es un lugar en el Lacan, de la mano de Joyce va a plantearlo,
discurso, al cual puede caer, incluso desde esta primera clase
dependiendo del discurso que se
despliegue, la división del sujeto,
como sucede en el sujeto que
responde al Amo inconsciente, al
discurso imperante, al Ideal de
felicidad y ante el cual, lo único que
resta como verdad es su constante
contrariedad, sus manifestaciones
inevitables de protesta y obstáculo al
mismo; que en ese lugar verdad en
el discurso, puede caer el Saber,
como propone el psicoanálisis
freudiano, construir un saber sobre
lo que se padece, pero es
precisamente esta apuesta a la que
Lacan le encuentra un límite

A este respecto, durante la clase Lacan plantea de un modo diferente el asunto de la verdad:

“¿Hay imposibilidad de que la verdad devenga un producto del saber-hacer?”

Es una pregunta que tiene en sus entrañas los términos de las estructuras de los cuatro
discursos. En este planteamiento se dice lo siguiente:
a) Tanto verdad como producto son lugares fijos de cualquier discurso. Lo interesante es que
ellos están separados por la barra de la imposibilidad. En la teoría de los cuatro discursos es
imposible que el producto de un discurso coincida con la verdad del mismo. En el discurso
del análisis, es decir, en el que se despliega un hacer específico, lo que coincide con la verdad
es el hacer, y el producto que queda allí son los significantes Amo. En otras palabras, de
acuerdo con los términos del discurso, la verdad no puede ser producto del saber-hacer
b) A no ser que la verdad comience a ser definida de otro modo en esta última enseñanza, ya
no como sentido, es decir como un lugar específico de la articulación de los significantes,
sino como la encarnación de un significante aislado, lo que tendría estatuto de verdad ahora,
sin más vacilaciones serían los significantes aislados que se encuentran encarnados en el
cuerpo, la resonancia del significante en el cuerpo es el resto de la verdad, y de este modo,
el discurso del psicoanálisis, al dejar como producto S1, logra entonces como resultado la
verdad en este sentido.

De este modo podríamos dividir los dos elementos del discurso así:

Agente → Significante aislado que resuena en el cuerpo. Otro → Saber-hacer

Verdad Producto

De este modo termina Lacan planteando los términos del discurso analítico de la siguiente
manera:

Significante aislado que resuena en el cuerpo Artesano

Medio-decir de la verdad Artesanía

Artesano= otro…….El artesano sustituye al sujeto

Artesanía= producto….La artesanía, aquello de lo que nos servimos sustituye a la caída de los
ideales

Agente=Significante aislado que resuena en el cuerpo

Verdad= Saber-hacer….El saber-hacer, el llevar al acto sustituye al simple saber de qué se goza,
al saber del deseo inconsciente.

Conclusión: lo que sustituye en el discurso analítico de acuerdo con la última enseñanza, lo que
sustituye la Verdad medio dicha a partir de la interpretación y del desciframiento del
inconsciente, es decir, a partir del saber recogido en el análisis, es la preponderancia del saber-
hacer (sobre el saber construido, enunciado, dicho), donde además, el sujeto es sustituido por
un artesano, un artesano de sus propias circunstancias significantes, artesano de su real sobre
todo. Finalmente, donde el producto de este trabajo, de este saber hacer, no se reduce
simplemente a la caída de los ideales, de los imperativos que comandan la existencia, sino que
se propone que lo que cae del análisis sea algo con lo que se haga, es decir que tenga estatuto
de artesanía: prescindir a condición de servirse.

2. ¿Qué es el Sinthome?

Estilo de Lacan en el Seminario: Lacan toma el estilo de Joyce. Hablar del estilo de Joyce sería uno
de esos trabajos titánicos a los que el escritor irlandés encomendó las tres siguiente generaciones
de universitarios lectores. Vamos a extraer una sola, formulada por Philippe Solers, crítico literario,
creador de la famosa publicación de los años 60, Tel Quel, donde se hizo conocido Foucault y
Derrida. En fin, Solers plantea que un procedimiento grandioso de la escritura joyceana, desde
Ulises, pero sobre todo en Finnegans, consiste en crear palabras-tratado, palabras que son “un
relámpago de tratado”. Solers ejemplifica este procedimiento Joyceano tomando algunas palabras
tratado del Finnegans:

SINSE: se lee since (desde), sens (sentido) y sin (pecado). Pues bien, en todo este grupo de palabras
que componen SINSE se plantean una serie de silogismos: desde que hay sentido hay pecado, desde
que hay pecado hay sentido. Desde que hay “desde” (tiempo) hay sentido y pecado.

Pues bien, el término SINTHOME es una palabra relámpago y así hay que tomarla. Vamos entonces
a enumerar y dejar indicado una dirección en relación a este término de acuerdo a los avances que
hace Lacan en esta clase:

I. El Sinthome es un algo de lo que se hace un uso: Sinthome suena igual que síntoma pero se escribe
diferente. Esto nos muestra entonces que por un lado comparten algo, es decir, que en alguna
medida síntoma y sinthome son lo mismo, o al menos coinciden, pero, por otro lado, son diferentes,
pues se escriben diferente: identidad sonora, diferencia escritural, esta podría ser una pregunta
fundamental con la cual transitar el seminario: ¿Cuál es la diferencia y la coincidencia de los
términos síntoma y sinthome?
II. Lacan identifica un fenómeno clínico bien preciso, (la elación, la euforia logorreica de lo que dice un
maniaco, a la que se parece el Finnegans, y es el Finnegans Wake el paradigma del CUATRO) con el
sinthome. Nos crea un gran cuestionamiento esta nominación de la manía como sinthome pues
siempre pensamos en este como la solución estabilizadora de una psicosis, y la elación maniaca se
encuentra, al menos psiquiátricamente, en el momento de brote desencadenado. Pues tal vez no,
ese tratamiento de la lengua que se da en la manía es nombrado sinthome. ¿Qué resuelve la manía?
¿Ella es un trabajo psíquico, o más bien el resultado de haber perdido las posibilidades de trabajar
sobre lo real? Solo por indicar alguna vía de trabajo de esta pregunta, digamos que Freud en Duelo
y Melancolía, propone a la Manía como la euforia festiva de haber triunfado sobre el padre, el
carnaval de victoria, mientras que la Melancolía sería el duelo perpetuado, imposible de resolver, la
condena eterna por la culpa de haberlo matado. Retengas manía-triunfo-sobre- el-padre.
III. Sin-thome: Sin haciendo alusión al pecado, al paso en falso, en el sinthome está ya indicada la
presencia de la función que le adjudicábamos a la significación fálica con los nuevos términos con
los que es renovada la noción de falta. El sinthome plantea entonces una invención singular un
atravesamiento transgresivo, que nos pone más allá del padre, que sustituye la herencia del falo
que el padre ofrece. Sinthome significa pecar en tanto plantea un hacer diferente al padre, a como
el padre lo ordena, un hacer hereje. Es el paso hacia el más allá de lo posible.
IV. El Sinthome es lo singular de cada cual, no es lo particular, es decir la manera de estar en un
conjunto, tampoco son los atributos universales. Es lo inclasificable por excelencia, lo que queda por
fuera de toda categoría, que Lacan extrae, al mejor estilo joyceano del ta pantes aristotélico, tout
mais pas ca, todo pero no eso. De este modo el sinthome sería el despeje de lo singular, de lo que
no tiene lugar en el todo
V. Existe una relación entre el sinthome y la letra. Desde Instancia de la Letra en el inconsciente la letra
se refería a la dimensión material del significante, es decir, el mismo significante extrayéndole lo
que lo define en términos formales: la remisión, la definición de cada uno por su oposición a los
otros. La letra es entonces la literalidad del material con el que se hace el significante. De este modo
hablamos de la letra del síntoma, cuando en el proceso de interpretación, ese material literal, al
vincularse a la cadena de significantes engendra efectos de sentido, desplazándose y
multiplicándose. El sinthome por su parte, parece ejercer el movimiento contrario, fija la letra,
elimina su proliferación de sentido, precisamente para alcanzar su real. Aquí señalamos algo que
nos genera una gran pregunta por el tratamiento que le da Lacan a la noción de sinthome: “el
equívoco es el arma que tenemos contra el sinthome”, indicando con eso que el sinthome es algo
de lo que debemos librarnos, algo para lo cual hay que emprender “armas”, precisamente, el arma
de siempre, el arma freudiana, el equívoco. ¿El sinthome es algo sobre lo cual se trabaja, para
librarse de él, o es él el trabajo que sustituirá la interpretación, la elaboración de un discurso sobre
el padre?
VI. Sinthome Madaquin, la expresión encripta Saint Tomas d’Aquin, Santo Tomás de Aquino, referencia
fundamental de Joyce, en tanto tomó sus palabras para fundamentar su estética: Claritas, es
esplendor del ser, es aquello que permite el arte, la iluminación del ser. ¿Qué relación tiene esta
dimensión estética tomista con el arte de Joyce?
VII. Por otro lado tenemos el Sinthome Rules donde se encuentra encriptado también Saint Home,
hombre santo, la virtud del santo y Rules, rodar, andar, pero también, y sobre todo Rules, Reglas,
normas: sinthome rules, las reglas del hombre santo o las reglas del santo hogar.

3. Hacer, acto o trabajo

La pregunta fundamental sería: ¿en qué consiste ese arte, ese obrar artístico del que Joyce es
paradigma? No creemos que la clase nos responda con claridad aún, tendremos algunas pistas que
aprés coup tomarán sentido, pero tal vez es momento de enunciarlas:

A) El trabajo-hacer de Joyce, según los críticos literarios a los que Lacan da relevancia consiste
en “escribir de tal manera que la lengua inglesa –materna- no exista más”. Entonces se trata
de ANONADAR la lengua, no solamente sus efectos de sentido en la producción del absurdo
(procedimiento más propio de Atonin Artaud) sino en su particularidad sonora y escritural.
¿Para qué hacer esto? ¿Qué finalidad tiene anonadar el sentido y el sonido? Solamente
tenemos una pista que llegará en la clase VI, intervenir sobre la imposición de la palabra,
sobre el cáncer, la enfermedad, el parásito que es la palabra para todo ser humano.
Por el momento digamos que conocemos una técnica de este proceso de anonadamiento:
“inyectar” un algo a una lengua, añadir a ella un elemento que le es absolutamente
xenopático, ex - sistente.
B) En la clase atravesamos un complicado párrafo referido a la creación: la creación natural,
digamos, producto del acto sexual existente en los seres de la naturaleza; la creación no-
natural, propia del ser-humano que ahora es definido como el único ser para el cual la
relación sexual no existe. La creación no-natural o divina es otro hacer, otro trabajo referido
en la clase: Nominar, dar nombre. Dar nombre es un procedimiento en el que se hace un
uso diferente del lenguaje al del Nombre-del-Padre: con este, éramos nombrado con un
significante que nos vinculaba al linaje, que nos daba un lugar en la familia, que nos hacía
miembros de una clase, de una categoría, que nos definía en relación a otros elementos del
mundo simbolizado: “soy el tercero de mis hermanos”; “soy el heredero de la familia tal”.
Esa nominación del Nombre del Padre es sucedánea del lenguaje entendido como
asociación de elementos significantes, de red.
La nominación de la creación divina o no-natural, consiste en poner un nombre a las bestias,
asociar un sonido a un objeto real, real porque antes de ser nominado no existe en el
universo simbólico y por lo tanto, no pertenece a la realidad. Es el procedimiento de ciertos
elementos del lenguaje que Pierce denomina índices: un índice es una palabra que no tiene
significado, que no tiene sentido, por ejemplo, los nombres propios y los pronombres
relativos. Las palabras índices son las que no remiten a otras palabras, sino que SEÑALAN,
APUNTAN hacia un ser que está por fuera del campo de las otras palabras.
Entonces Nominar es el hacer que consiste en designar, denotar o connotar un real.
C) Señala Lacan que el trabajo artístico de Joyce consistió en “alcanzar su real”, dar caza, tocar,
entrar en contacto con él. Esto lo logra haciendo un uso lógico del sinthome. No es
impensable que una obra de arte llegue a punto de tocar lo real. Algo de eso sucede con la
sublimación, donde una creación hecha de elementos cualquiera, alcanzan un lugar
sublime, se ponen en el lugar de la cosa, del objeto absoluto del deseo.
D) Señalemos también en este punto un hacer sugerido por Lacan, un hacer que se acerca
mucho a la función del anudamiento. Dice Lacan que los elementos constitutivos del
lenguaje están desunidos desamarrados: por ejemplo, no hay unidad entre significante y
significado, esta vinculación es producto de un artificio. Así mismo podríamos plantear que
el enunciado y el acto de enunciar necesitan de un artificio para estar articulados. Y bien,
un hacer puede encargarse de esto.
E) Finalmente señalemos unos cuantos resultados o productos del arte de Joyce, lo que su
escritura logra hacer de acuerdo con esta primera clase (el seminario planteará otros más):
 El arte de Joyce SUPLE la función fálica y en este sentido hace una suplencia de
sexuación, lo hace hombre: “el ser que cree ser hombre del hecho de hacer nudo”
 El arte de Joyce hace SUBSISTIR su familia, la ilustra a pesar de estar, en el punto de
partida ante todas las contrariedades posibles: padre alcohólico, pobre diablo, no
trasmite nada. “Ilustrar” la familia significa darle una dignidad en un espacio
trascendente a través de su escritura, de ella, condenada a la inexistencia se tiene
una estampa inmortal plasmada en la obra del escritor
 Finalmente, su arte está inscrito en una misión (un propósito, una razón para existir
en un mundo que Joyce ha querido sin sentido): “ser el espíritu increado de su raza”

Preguntas abiertas

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