Você está na página 1de 24

Cambia tus pensamientos negativos y

equivocados.

Cuando tenemos pensamientos negativos y


equivocados, juzgamos y evaluamos la
realidad, también equivocadamente,
aumentando nuestros problemas y nuestro
dolor, generalmente, sin que nos demos
cuenta de cuál es la verdadera causa.

¿Quieres sentirte mejor?

Aprende a pensar de manera diferente.


“De la misma manera que un hombre débil
puede fortalecerse, a través de un
entrenamiento cuidadoso y paciente, el
hombre de pensamientos débiles puede
fortalecerlos, ejercitándose en el
pensamiento correcto”.
James Allen (Escritor ingles)

Esta sección te ayuda a:


1.- Entender la importancia de nuestros
pensamientos.
2.- Cambiar los pensamientos equivocados
que tenemos constantemente.
¿Por qué es importante
reconocer nuestra forma de pensar?

Nuestros pensamientos negativos nos causan


muchos problemas. De hecho, cualquier tipo
de pensamiento influye en nuestras
emociones y conductas, ya sea positiva o
negativamente.
Imagínate en la siguiente situación:
Estas en tu casa, ocupado y suena el teléfono.
Levantas la bocina, dices "¿Bueno?" y nadie te
contesta.
Esperas unos instantes, preguntando quién
habla, pero no recibes respuesta.
Cuelgas.

A los pocos minutos sucede exactamente lo


mismo.
Esta situación se repite varias veces.

Si piensas: ¿Quién será el #$/%$ que está


molestando?
¡Es el colmo, sólo me están quitando el
tiempo!
La gente no debería molestar, etc., etc.
¿Cómo crees que te sentirías?
Ahora imagina la misma situación, pero tu
piensas:
"Posiblemente hay algún problema con las
líneas. Si siguen llamando voy a descolgar por
un rato el teléfono"
¿Cómo crees que te sentirías pensando así.

La situación es la misma, tu emoción no.


¿Cuál es la diferencia?
Tus pensamientos.

Muchos de nuestros pensamientos nos hacen


sufrir innecesariamente o aumentan nuestros
problemas.
Cuando esto sucede, es importante
analizarlos y cambiarlos. En ocasiones
podemos hablar de pensamientos negativos,
pero con frecuencia, se trata de
pensamientos equivocados o distorcionados.

Nuestra forma de pensar o el estilo de


pensamiento que predomina en nosotros, es
aprendido y por lo tanto, lo podemos
modificar y aprender a pensar, de una
manera que nos ayude a sentirnos mejor y a
obtener lo que deseamos.

Analiza los diferentes estilos de pensamiento


que te presento a continuación.
¿Cuáles se relacionan con tu forma de
pensar? Ten en cuenta que pueden ser varios.
Recuerda que sólo reconociendo aquello que
nos causa problemas, podemos solucionarlo.
regresar al índice.

Cambiando nuestros pensamientos


equivocados.
Los principales estilos de pensamiento son:

Extremista.
Alarmista.
Adivinador.
Detallista negativo.
Egocéntrico.
Exagerado.
Modesto.
Juzgador.
Terco.
Etiquetador.
Justiciero.
Vidente.
Emotivo.
Iluso.

El extremista.

Recuerda que la gente no es totalmente


buena o mala, valiente o cobarde, etc.

Depende de cada situación y del momento en


la vida de esa persona.

Todo es un continuo en el que nos movemos


y todos tenemos un poco de todo.
Es cierto que en ocasiones nos inclinamos
más hacia un extremo, por aprendizaje,
temor, forma de pensar, etc. pero eso no
quiere decir que siempre hemos sido y vamos
a seguir siendo o comportándonos de la
misma manera.

Si piensas que tú o el otro "siempre" gritan, se


enojan, deprimen o cualquier otra cosa,
busca alguna ocasión en la que eso no
sucedió.
Si una vez no gritó, puede volver a suceder.

Analiza qué sucedió en esa ocasión para que


no hubiera gritos y puedes buscar las mismas
condiciones, para que se repita su misma
conducta.
Cambia los siempre, nunca, todo y nada de tu
vocabulario y sustitúyelos por a veces, con
frecuencia, poco, mucho, etc.

Ante una situación, puedes usar porcentajes.


Decir el 90%..., pero el otro 10%...fue
diferente. Entonces pregúntate: ¿Qué
necesito hacer para disminuir ese 90 y
aumentar ese 10, aunque sea un poquito?

En función de la respuesta,ve modificando tu


conducta, para obtener resultados distintos.

regresar a los estilos equivocados.

El alarmista.
Cuando tengas este tipo de pensamiento,
pregúntate en que te estás basando para
creer que los resultados van a ser negativos y
terribles.

¿Qué tan probable es? y ¿qué es lo peor que


te puede pasar, si sucede lo que crees que
puede suceder?
Si crees que es muy probable, en lugar de
preocuparte, ve que puedes hacer para
evitarlo o solucionarlo.

¿No será que estás viendo las probables


consecuencias, peor de lo que son?

Con frecuencia, calificamos las situaciones o


problemas como horribles y reaccionamos de
acuerdo a esa calificación, cuando en realidad
sólo son molestas o desagradables.

Si tu estilo de pensamiento es extremista,


recuérdatelo a ti mismo y plantea la situación
como crees que la plantearía algún amigo
tuyo que no tiene este estilo.

El adivinador.
En estos casos, aseguramos que sabemos lo
que piensa la otra persona. Pero, ¿Cómo
puedes estar tan seguro de lo que piensan los
demás, si todos somos diferentes?

Aunque tengamos características parecidas,


hemos tenido distintas experiencias y
educación. Aún los hermanos, no son
exactamente iguales.
Posiblemente, porque conoces a alguien,
puedes creer que sabes como piensa. Pero
existen muchos elementos que pueden estar
influyendo en él, en ese momento.
Desde su estado de ánimo y salud, hasta
algún problema o éxito que esté viviendo o
haya tenido.

No adivines, no puedes leer su mente, mejor


pregunta.

El detallista negativo.
Cuando este es tu estilo de pensamiento,
tiendes a juzgar o sacar conclusiones, en base
a un solo detalle que para ti es importante.

Observa a tú alrededor:
¿Cuantas personas perciben o califican una
misma situación de manera diferente?
¿Todos están equivocados menos tú?

Piensa en tus padres, abuelos, maestros que


tuviste ¿Dónde y de quién aprendiste a
pensar así?

Cuando te des cuenta de que estás poniendo


atención sólo o principalmente a los detalles
o aspectos negativos, aun si son importantes,
busca los elementos positivos.

No importa si son importantes o no.

Pregúntale a otras personas que ven de


bueno o que les gusta de esa situación y
apúntalo.
Date cuenta de todos los aspectos que, con
frecuencia, no tomamos en cuenta y piensa
siempre que las situaciones y las personas,
generalmente, no son tan malas como tú las
estás viendo.

El egocéntrico.

Si crees y esperas que el mundo gire a tu


alrededor, este es un estilo frecuente en ti y,
si es así, pregúntate:
¿Qué pruebas tengo para respaldar mis
afirmaciones?
Ten en cuenta que el valor de una persona no
depende de unas cuantas características o
conductas.

Somos mucho más que lo que hacemos o lo


que mostramos y nuestro valor depende del
potencial emocional, psicológico y espiritual
que tenemos todos, como seres humanos.
Los demás támbien lo tienen, no sólo tú.

El exagerado.

Sacar conclusiones a partir de un solo hecho


es un error.
Es como querer juzgar un libro a partir de
unas cuantas páginas.
Aun cuando el hecho puede ser importante,
es sólo una pequeña parte de la información
necesaria para tener una visión completa.

Este tipo de pensamiento está muy


relacionado con el extremista, que acaba
pensando que las cosas siempre van a ser
igual.

Todo y todos cambiamos.


Por lo tanto el hecho de que algo suceda una
o más veces no indica que así van a continuar.

En ti está buscar ese cambio.

El modesto.
Recuerda que lo que recibimos o dejamos de
recibir de pequeños, está más relacionado
con las características de aquellos que nos
criaron, que con nosotros mismos.

Si sientes que tienes una autoestima baja,


trabaja en ella.

Siempre puedes fortalecerla, aunque


posiblemente requieras de la ayuda de un
profesional.

El juzgador.

Piensa que una situación puede no gustarnos,


pero nuestras preferencias no cambian las
circunstancias.
En nosotros está tratar de cambiar la
situación, cuando depende de nosotros.
Cuando no podemos resolverla, podemos
alejarnos de ella, si es posible o vivirla con una
actitud diferente.

Aceptar no quiere decir aprobar o justificar.


Quiere decir reconocer que eso es lo que está
sucediendo en esos momentos.

El terco.

¿De dónde crees que viene esa necesidad de


demostrar que tienes la razón?
¿Qué es lo peor que puede pasar si estás
equivocado?
Posiblemente nada.

Recuerda que somos seres humanos y por lo


tanto, somos falibles.
Es decir, cometemos errores.

No existe la persona perfecta, solo existe


aquella que trata de dar siempre una imagen
y aun así no lo logra.

El etiquetador.
Si tiendes a etiquetarte o a calificar a los
demás, haz una lista de todas las conductas
que alguna vez has tenido y de todas las que
puedes hacer.
Así como de todas las características,
cualidades y defectos que has mostrado a lo
largo de tu vida.

¿Crees que se puede calificar a alguien tan


complejo como el ser humano, por unas
cuantos aspectos?

¿Califica tus conductas, para ver los errores y


corregirlos, pero no te califiques como
persona.

El justiciero.

Determinar lo que es justo y lo que es injusto


es sumamente difícil.
Aun a nivel de países, lo que se aprueba en
uno, como por ejemplo la pena de muerte, en
otros se desaprueba.

Para el dueño de un negocio, correr a un


empleado que le causa problemas es justo y
para el empleado, es injusto.

En vez de enfocarte en el aspecto de la


justicia, analiza las cosas en función de los
resultados.
De cómo te sientes, de las reacciones de la
gente importante para ti y de sus efectos,
positivos y negativos.

Respeta a los demás y su derecho a pensar y


a ser diferentes que tú.
El vidente.

Nadie puede saber con seguridad lo que va a


pasar.

Hay situaciones que no dependen de


nosotros, aunque puedan afectarnos.
Podemos tomar en cuenta la probabilidad de
que ocurran.
Pero no podemos garantizarlo.

Tomar una decisión basada en esta actitud de


pensamiento es un error.
Preocuparme constantemente por un futuro
que no conozco y que no se si va a suceder o
no, también lo es.

Analiza que tan probable es que suceda lo que


crees.
Busca información correcta al respecto.
Pregunta y si es importante, elabora un
posible plan de acción.

El emotivo.
Nuestras emociones son sólo eso: emociones.

Son la respuesta a nuestros pensamientos y


nuestras vivencias y son subjetivas.
Por lo tanto no pueden ser reflejo de la
realidad.
El iluso.
Rara vez las cosas cambian, para mejorar,
simplemente con el paso del tiempo.

Poner nuestro bienestar en la suerte o en la


esperanza de que algo suceda para que
nuestros problemas se resuelvan, es una
actitud equivocada.

Nuestro bienestar depende de nosotros.


De nuestras acciones, nuestra manera de vivir
la realidad y de nuestros deseo de bienestar.

FUENTE: http://www.crecimiento-y-
bienestar-emocional.com/modificar-
pensamiento.html

Você também pode gostar