1.

Qué es la pretensión impugnaticia en materia de apelación

La pretensión impugnaticia se erige como el nuevo criterio regente en materia de apelación en el

estatuto procesal, tiene naturaleza dispositiva y sustituye la denominada competencia panorámica
del juez -de naturaleza inquisitiva- de manera que este último ya no tiene facultad para ir más allá
de los reparos o planteamientos aducidos por el apelante. Así las cosas, el nuevo ordenamiento le
impide al juzgador de segunda instancia desbordar las argumentaciones del apelante, pues su
competencia reside en resolver única y exclusivamente sobre los argumentos de inconformidad
planteados por aquél. (Silva, 2016) Esto implica la necesidad de que exista congruencia entre los
reparos concretos, la sustentación y la decisión del superior, que, como ya se mencionó, no podrá
salirse de lo alegado. Así, se llega a la conclusión de que la segunda instancia perdió su fuerza
inquisitiva y pasó a convertirse en el ente encargado de examinar corregir únicamente los yerros
alegados por las partes. (Rojas Gómez)

Lo anterior se presenta producto del cambio de normatividad procesal, toda vez que el Código de
Procedimiento Civil (Decreto 1400 de 1970) disponía todo lo contrario a lo actualmente
establecido, lo que quiere decir que permitía al juez de segundo grado resolver la apelación
desbordando o sobrepasando lo alegado por la parte apelante.

2. Qué son los reparos concretos en materia de apelación

En materia de apelación, los reparos concretos son aquellos aspectos o yerros específicos,
puntuales y concretos planteados por el recurrente frente a la sentencia objeto de impugnación, y
que han de ser la base de sustentación del recurso. Resulta necesario aclarar que tales reparos -
tanto en autos como en sentencias- deben ser planteados ante la autoridad que tomó la decisión,
esto es, el a quo.

Cuando la mencionada autoridad (juez de primer grado) dicta su providencia en el curso de la

audiencia, se pueden plantear verbalmente los reparos una vez interpuesto el recurso, o dentro de
los 3 días siguientes a su interposición, por escrito. En caso de que el recurrente plantee los
reparos bajo el primero de los anteriores presupuestos (en audiencia), tiene la posibilidad de
replantear o reajustar dichos reparos, dentro de los 3 días siguientes a la audiencia. Ahora bien, si
la providencia se notifica por fuera de audiencia (por estado) resulta necesario precisar que la
formulación del recurso, así como de los reparos debe hacerse dentro de los tres días siguientes a
su notificación.

Los reparos concretos, pese a ser objeto de cuestionamiento por estudiosos del derecho procesal,
resultan ser, para juristas como (Zopó Mendez) “útiles y necesarios”, toda vez que constituyen una
limitante de la competencia del superior, pues este último, por regla general y de conformidad con
lo establecido en el art. 328 del Código General del Proceso deberá pronunciarse únicamente
sobre los argumentos expuestos por el apelante (salvo las excepciones de no limitación de
competencia previstas en la ley) lográndose de esta manera la materialización del principio de
economía procesal -por cuanto el juez ya no deberá examinar aspectos fácticos o jurídicos que no
son objeto de reparo por las partes y que por ende, no deben ser analizados a la luz de lo
establecido en el nuevo estatuto procesal- y de los derechos al debido proceso, la defensa y la
contradicción -pues de esta manera se evita que el juez de segundo grado tome decisiones que
vayan más allá de los reparos concretos formulados por el recurrente, y que puedan afectar al no
apelante, quien únicamente se dispone a replicar tales reparos.

Bibliografía
Rojas Gómez, M. E. (s.f.). Código General del Proceso. Bogotá: Editorial ESAJU.

Silva, J. F. (2016). El recurso de apelación y la pretensión impugnaticia. Revista del Instituto

Colombiano de Derecho Procesal(43).

Zopó Mendez, R. (s.f.). Aspectos relevantes de los medios de impugnación en el Código General
del Proceso. Bogotá, Colombia. Recuperado el 2 de abril de 2019