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La identificación al síntoma en el fin de análisis ¿En qué consiste? En el seminario XXIV Lacan
dice, que no se tratará de una identificación al inconsciente, ya que éste resta el Otro. Si fuera
así, la alienación y el extravío, serían la consecuencia. Afirma que el análisis produce una
demarcación con respecto al Otro. Y es a propósito de esta delimitación, que introduce la
temática de la identificación. (...) La identificación al síntoma, en fin de análisis, es a lo más
real, es decir que se trata de una identificación, que no enmascara la pulsión por el fantasma.
Resuena aquí la hipótesis freudiana acerca de la neocreación de un estado, que no preexistió,
en el yo. Una identificación capaz de acoger lo pulsional, en lugar de transformarlo en goce del
Otro. Los análisis conducen a indagar acerca del destino de las identificaciones una vez que
operó su franqueamiento.
La identificación al síntoma en el fin de análisis ¿En qué consiste? ¿Cuál es el estatuto
del yo y el destino de sus insignias?
De esta manera, la pulsión “es un enemigo interior”, genuino núcleo del peligro.
Por ejemplo, el conocimiento en continuidad con los anteriores, había sido devaluado
por Lacan. El saber y la verdad fueron clásicamente jerarquizados, en contraposición a
aquél, que imaginario y narcisista, se liga al desconocimiento, a la pretensión de una
suerte de complementariedad entre el sujeto y el objeto, a la aspiración de una
relación entre el principio macho y el principio hembra.
Se puede decir que el síntoma ha sido incorporado al yo. Se puede agregar que el
síntoma, ha entrado en consonancia con la identificación. Se puede precisar que ha
tomado el relevo de las identificaciones, que han sido franqueadas. Así, donde eran las
identificaciones secundarias formadoras, será el síntoma. A decir de J. A. Miller, soy
como gozo. Detengámonos en la conjunción entre estos términos. Prontamente
advertimos, que las identificaciones los mantienen disyuntos. Por ello, ellas son
siempre segregativas, ya que el Otro representa el propio exceso, separado e
ignorado. La Bejahung, como operación formadora del yo, se funda en la expulsión de
lo no asimilable como resto hostil y ajeno. Se incorpora lo bueno, se expulsa lo malo.
En cambio, la identificación al síntoma, une los términos que la Bejahung separa,
permitiéndonos pensar en un tratamiento de lo real no segregativo.
El goce y la identificación se han conciliado, y el síntoma ha tomado el relevo de las
identificaciones traspasadas.
En el seminario XI, dice Lacan, que una vez franqueado el plano de la identificación, el
fantasma se convierte en la pulsión. Con esto se infiere que la identificación, oculta a
la pulsión por el fantasma.
Por último, voy a referirme a Las pasiones del alma de Descartes. Dice Laurent, que el
texto permite rastrear la dimensión del término uso en la tradición francesa, y se
remite al prólogo de Monnoyer, “La patética cartesiana”. El escrito está basado en la
correspondencia que el filósofo mantuvo con Elisabeth de Bohême. Frente a los
síntomas que ella padece, él le propone un uso de las pasiones. Elisabeth pone el
acento sobre el límite interno del sistema cartesiano.
Bibliografía
Descartes, R.: “Les passions de l’âme, precedé de la pathétique cartésienne” par J. M.
Monnoyer. Gallimard, 1988.
Miller, J. A.: Los signos del goce. Paidós, 1998.
Freud, S.: “Psicología de las masas y análisis del yo”. VII La identificación. A E XVIII,
1976.
Ferrater Mora, J.: Diccionario de Filosofía. Alianza Editorial, 1984.
Lacan, J.: “Seminario XXIV”, inédito.
Lacan, J.: “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”. 1964. Editorial
Paidós, 1993.
Freud, S.: “Análisis terminable e interminable”. A E XVIII, 1976.
Miller, J. A.: El hueso de un análisis. Editorial Tres Haches, 1988.
1 Freud, S; Obras Completas, Amorrortu Editores “Análisis terminable e interminable” T XVIII, 1976.p