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Santa María de Ripoll

IMPORTANCIA RELIGIOSA Y CULTURAL DE LOS


MONASTERIOS.
La aportación religiosa y cultural de la orden Benedictina en
Europa ha sido muy significativa:

- Debido a la acción religiosa y


cultural de los monjes, los pueblos
bárbaros recibieron el ejemplo de un
estilo de vida, no basado en las armas
y las luchas, sino en el trabajo, el
estudio, la oración, la organización y
estabilidad de vida.
- Los monasterios se
convirtieron en centros de
civilización y cultura por medio
de sus Iglesias, escritorios y
bibliotecas. Al monasterio
acudían numerosas personas en
busca de consejo, orientación
espiritual. El estilo de vida de los
monjes, su entusiasmo por la
oración y el trabajo eran un
referente para muchos.
- Los monasterios se convirtieron en centros eficaces de
desarrollo agrícola.

Desarrollaron técnicas de agricultura


y regadío, transformando extensas zonas en
tierras cultivables y, al mismo tiempo,
consiguieron paliar el hambre de muchas
familias.
Revolucionaron la agricultura al
introducir nuevos mecanismos: el arado de
rejas y cuchillas, fundamental para los suelos
más duros; el yugo múltiple entre varios
bueyes que permitió transportar más peso y
también contribuyó a poder moler cualquier
tipo de grano.
Por ejemplo la viticultura fue esencial para el
comercio medieval.

El champagne tiene su descubridor. Fue el


monje benedictino Dom Pierre Pérignon quien a finales
del 1.600 administraba las cavas y la producción de
vinos, quien un día encontró minúsculas burbujas
danzando en las botellas de su preciada bebida. Estas
burbujas son el resultado de un proceso natural debido
al clima fresco de la región y a la corta temporada de
crecimiento de la vid. Dom Pérignon trató por todos los
medios de frenarlas en ese proceso.
Esto lo llevó a embotellar ese vino en
botellas más resistentes fabricadas por ingleses y
a adoptar el corcho, con el que tapaban sus
calabazas los peregrinos provenientes de
España, para reemplazar los tapones de madera.

Su descubrimiento tuvo desde entonces esa


peculiar manera de presentarse y deleitar
paladares, enseñándonos que a veces un error,
lejos de ser una mala experiencia, llega a
convertirse en lo mejor que puede suceder.
Desde el siglo XI al siglo XIII tiene lugar
una verdadera revolución industrial en el
Occidente medieval. Los monasterios son, a
menudo, la punta de lanza de esta
revolución económica. Para aumentar aún
más la productividad invierten en
equipamientos que la mejoran construyendo
molinos de agua. La energía hidráulica era
empleada en la molienda del grano para la
extracción de harina, al igual que para el
curtido de pieles y elaboración de telas.
- Los monjes fueron pioneros en la
práctica de cruces de ganado, a fin de
mejorar las especies, lo cual también
contribuyó a la mejora de las cabañas
rurales con su indudable beneficio
social.
- Es conocida la aportación de los monjes
en materia de geografía y cartografía, al igual
que en otros campos como física,
meteorología, astronomía,…

En el verano de 1492, Cristóbal Colón,


acompañado de Martín Alonso Pinzón,
llegaron al Monasterio de la Rábida (Huelva).
Allí conocieron a dos frailes ( Fray Antonio de
Marchena y Fray Juan Pérez) que, con sus
conocimientos en geografía y cartografía, le
ayudarían en la gran aventura del
descubrimiento de América.
- Numerosos monasterios
destacaron por su avanzada farmacopea,
boticas, impulsando los productos
medicinales. Esto fue posible gracias a los
conocimientos de los monjes en el campo de
la botánica, de las especies herbáceas,
plantas medicinales, imprescindibles para el
actual conocimiento de la Medicina
moderna.

Podemos destacar la botica del


monasterio de Santa María de Oseira
(Ourense) o la de Sto. Domingo de Silos
(Burgos).
Botica del Monasterio de Sta. María de Oseira (Ourense).
Botica del Monasterio de Silos (Burgos)
- Durante la Edad Media, la Iglesia fue la gran depositaria de la cultura,
puesto que durante muchos siglos el saber antiguo se conservó gracias a los
monasterios. Los monjes recuperaron y transmitieron textos clásicos de la
antigua Grecia y Roma.
Por ejemplo la biblioteca del
Monasterio de Sto. Domingo de Silos
(Burgos) cuenta con más de mil años de
historia, creada y conservada por los
propios monjes. Guarda un rico
patrimonio bibliográfico que es muy
valioso, y referencia obligada, en varios
campos del saber. Está disponible a
todo estudioso o investigador.
En esta época la Iglesia tuvo un
papel muy destacado ya que unificó
Europa, defendió la cultura y
humanizó las costumbres más rudas de
la sociedad feudal.
- El benedictino Pedro Ponce
de León, nacido en el pueblo leonés
de Sahagún a principios del siglo XVI,
inventó un alfabeto manual que
permitía a los sordomudos deletrear
los sonidos con los dedos. Así
consiguió enseñar a comunicarse y a
leer a varios sordos.
- En el siglo XI, otro
benedictino, Hermann von Reichenau,
el hermano Contractus inventó el
primer reloj anular solar.
El reloj de sol que llevaba Tico
en la serie de dibujos animados “La
vuelta al mundo en 80 días” es
conocido como reloj “anular” o
benedicti-no y fue creado por un
monje de esa orden en el siglo XI.
Después marinos, piratas, reyes
y monjes los utilizaron para conocer la
hora solar.
No había actividad alguna, ya se tratara de la
extracción de sal, plomo, hierro, yeso o mármol, o la
fabricación de cuchillería, vidriería, la forja de planchas
de metal en la que los monjes no desplegaran toda su
creatividad y su espíritu investigador. Desarrollaron y
perfilaron su trabajo hasta alcanzar la perfección, su
pericia se extendió por toda Europa.
Desarrollaron técnicas metalúrgicas, con su
repercusión en la fabricación de mejores instrumentos y
artilugios, y su incidencia en la construcción de
catedrales y toda clase de edificios.
Debido a la contribución de los
benedictinos a la difusión de la
cultura, se ha considerado a San
Benito como patrón de Europa
(festividad 11 de Julio), ya que fueron
sus monjes quienes unificaron,
difundieron la cultura y humanizaron
las rudas costumbres de una
sociedad fundamentada en la guerra.

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